Chapter 92: Heridas
Ese no estaba siendo
el reencuentro que Peter había imaginado. Por alguna razón había creído que
tendría tiempo de hablar con su padre, de estar a solas… Si, se habían
abrazado, pero no había sido el momento íntimo que Peter había querido. En fin.
Tiempo habría: por el momento estaban intentando ver qué había pretendido
Barbas al llevar al otro Peter allí. Chris abandonó la habitación al cabo del
rato y Peter le siguió con la mirada. Creía haber oído llorar a Leo:
seguramente eso era lo que había hecho que su padre se fuera.
Peter, en realidad,
no participaba de la conversación. Se limitaba a escuchar.
- …tal vez Barbas
sólo quería quitarme de en medio, y por eso me trajo aquí… - sugirió Peter 2.
- Lo dudo. De ser
así directamente te habría matado. - razonó Nick.
- …y sigue sin tener
sentido que te hiciera hacerte pasar por este clon descafeinado – añadió Nick
2.
- Cuidado, que es mi
hermano de quien estás hablando.
- ¿Y qué? Sigue
siendo un clon descafeinado. Y un inútil, además. En estos días no ha hecho
otra cosa más que estar tumbado, lloriqueando como una niña.
- Mira, no es muy
diferente a lo que hizo el bastardo de tu hermano. – contratacó Nick. Peter se
sentía como en un partido de tennis, girando la cabeza para ver quién soltaba
la siguiente pulla. Mareaba un poco ver como Nick se respondía a…a sí mismo.
- ¡Eh! ¿Nick, por
qué me metes? Pensé que ya nos llevábamos bien. – protestó Peter 2. – Más o
menos.
- Basta ya. –
intervino Chris. – No quiero peleas, y va por los cuatro. ¿Dónde está vuestro
padre? – preguntó, mirando a Pete Nick 1.
Antes de que nadie
pudiera contestar, Leo apareció corriendo, se detuvo un momento a observar, y
de pronto se lanzó a los brazos de Peter.
- ¡Peter! ¡Peter,
Peter, Peter, Peter! ¡Te he echado mucho de menos!
Peter apretó a su
hermano contra su pecho.
- Y yo a ti, peque.
Y yo a ti. – susurró. No pudo más, y comenzó a llorar de nuevo.
- ¿Estás llorando? –
preguntó Leo, separándose un poco de él. – No llores. Me pongo triste cuando
lloras.
Peter esbozó una
sonrisa triste.
- Perdona, peque.
Ese otro Nick tiene razón ¿sabes? Tu hermano es una nenaza llorica. Una nenaza
llorica y estúpida que ha hecho un montón de tonterías.
Peter notó la mano
de Chris en su hombro, y agradeció el contacto. Instantes después un Chris
diferente se acercó a ellos. Peter se avergonzó un poco de que su padre le
viera llorar. Luego pensó que era estúpido pensar así, cuando le había visto
llorar tantas veces. Antes de poder decir nada, se encontró en los brazos de su
padre.
- Tesoro…
- No me sueltes – le
pidió Peter.
- No, cariño. Ya,
cielo. Ya no llores.
- No me sueltes –
volvió a repetir, y se agarró a él con desesperación.
Chris hizo una jaula
protectora para Peter con sus brazos. Se sentía muy conmovido por la angustia
de su hijo. Al principio sólo podía pensar en eso. Pero luego lentamente,
empezó a preguntarse por qué su hijo estaba así. Estaba claro que aquellos días
no habían sido un paseo. El otro Chris le había secuestrado, pero ya había
explicado sus motivos y Chris podía entenderle…Había creído que aquello no
había sido un secuestro para Peter…que le habrían tratado bien…pero, tras verle
llorar así, no estaba tan seguro. Se llenó de rabia, y sin soltar a su hijo se
encarnó con su alter ego.
- ¿Qué le has hecho?
– gruñó, mirando al hombre con el que compartía rostro.
Chris 2 había estado
observando con mucha pena. Él sabía que el chico lo había pasado muy mal, más
por dentro que por fuera, y por el cariño que le tenía lamentaba su
sufrimiento. Se sorprendió cuando Chris 1 le acusó directamente a él.
- Nada. Lo juro.
- Si le has puesto
un solo dedo encima…
- Si piensas que
todo lo que le puede pasar a tu hijo es un dolor físico, entonces tienes que
plantearte quién viene de qué mundo, porque hasta yo sé que todo es más
complicado que eso. – replicó Chris 2. Por un instante Chris 1 se quedó sin
palabras, preguntándose a qué se estaba refiriendo.
- Aun así, no me has
respondido. Como me entere que le has tocado un solo pelo de la cabeza…
- Papá. –
interrumpió Peter, luchando contra las lágrimas - No ha hecho nada que no
hubieras hecho tú.
- Eso lo decidiré
yo. ¿Te ha golpeado?
Tras pensárselo
mucho, Peter negó con la cabeza.
- No en el sentido
en el que tú estás pensando. Yo… me metí en algunos líos.
- ¿En algunos líos?
Muchacho, no has hecho otra cosa que intentar morir o provocar que casi te
maten. – refunfuñó Chris 2.
Chris 1 se dio
cuenta entonces de la preocupación que reflejaban los ojos de su alter ego. No
le costó aceptar que ese hombre quería a Peter, porque él mismo quería al
opuesto de su hijo. Además, a Peter era imposible no quererle. Llegar a esa
conclusión le relajó un poco, y le permitió pasar al siguiente punto de su
lista. El punto en el que a lo mejor él mismo se encargaba de asesinar a su
hijo.
- ¿Qué se supone que
debo entender de esa frase? ¿Acaso no te quedaste a gusto con cortarte el
cuello delante de mí?
Peter tragó saliva.
Su padre había sonado muy enfadado.
- ¿Podemos volver al
punto en el que me estabas consolando?
- No. Ahora me
respondes. ¿Qué ha querido decir …Christopher? – preguntó, vacilando un momento
al pensar en cómo debía llamar a su alter ego.
Peter no era capaz
de responder. Chris 2, dándose cuenta de que si se quedaba callado enfadaría
aún más a su padre, trató de echarle un cable.
- Veamos… cuando le
llevé a mi mundo estaba más muerto que vivo. A la semana o así huyó de mi casa,
aunque eso no fue del todo culpa suya. Hubo un malentendido. Luego volvió a
huir y casi termina ensartado por la flecha de un luz negra. De otro, quiero
decir, otro que no soy yo – añadió, como en la necesidad de explicarlo - Luego
decide jugar a los héroes y para salvar a no sé qué chica se enfrenta con un
tipo armado con una navaja. Y después intentó suicidarse con un cuchillo, se
negó a usar el inhalador cuando tenía asma, y se hizo con un trozo de cristal,
aunque ese no llegó a utilizarlo.
Cuando Chris 2
terminó se hablar, la habitación se quedó en silencio. Leo tiró suavemente de
la manga de Nick, tras mirar un momento para asegurarse de que era el Nick
correcto. Cuando tuvo la atención de su hermano, susurró:
- Creo que papá va a
matar a Peter.
- Yo también lo creo
– asintió Nick, empezando a pensar en el tamaño necesario para el ataúd de
Peter.
Chris también creía
que iba a cometer asesinato, pero en realidad estaba más preocupado que
enfadado. ¿Peter había hecho todo eso mientras estaba fuera? No eran cosas como
"ha sido un rebelde" o "no ha hecho otra cosa que desobedecer y
responder mal". Eran cosas como "ha estado buscando a la muerte en
reiteradas ocasiones". Tenía ganas de preguntar por qué lo había hecho,
pero fueron otras las palabras que salieron de sus labios:
- ¿Tienes algo que
decir? – exigió, mirando a su hijo con algo de dureza. Peter se sintió
amedrentado por esa mirada. Glup.
- Que… en realidad…
Chris ya fue muy… elocuente…en todas aquellas ocasiones. Y que en EEUU un preso
no puede ser condenado dos veces por un mismo crimen.
"Que se ría.
Que se ría" pensó Peter. Y su padre se rió. Todos comenzaron a reírse,
flojito al principio, y fuerte al final, y ese sonido hizo que Peter se
sintiera bien. Chris fue el primero en dejar de reír, y espero a que hubiera
silencio para soltar una de sus frases lapidarias.
- Pero esto no es
Estados Unidos. Esto es la república independiente de mi casa, y tiene una
norma principal y muy importante, que te prohíbe ponerte en peligro. Y está
gobernada por una padre intransigente con la extraña manía de no querer que
intentes suicidarte. Ya ves qué cosas tengo.
Peter volvía a
tragar saliva.
- ¿Eso quiere decir
que estoy muerto?
Sólo entonces Chris
se permitió mirarle con dulzura.
- No, hijo. Eso
quiere decir que estás vivo, porque el Cielo te impidió que hicieras una
tontería.
- No fue el Cielo,
fue mi padre – replicó Nick 2 – Así que podríais dejar de odiarle, de acusarle
y de insultarle, y lo digo sobre todo por el hermano de tu suicida, que aún
está buscando la forma de sacarle los ojos. Lo sé. Lo leo en su mente.
- ¡No entres en mi
cabeza! – ladró Nick 1 – Y no soy idiota, ni tampoco una amenaza para ti, ni
para tu familia.
- ¡Y tú no entres en
la mía! – respondió Nick 2, y los dos se miraron con odio. De pronto empezaron
a empujarse.
- ¡Chicos! – dijeron
los dos Chrises a la vez. Se miraron un segundo y se volvieron a centrar en los
muchachos. - ¡Nick! ¡Este no es momento de pelear!
Los dos Nicks se
taladraron con la mirada unos segundos más, y luego suspiraron al mismo tiempo,
posponiendo el enfrentamiento.
- ¿Volviste a negarte
a usar el inhalador? – preguntó Nick 1 a su hermano, como buscando distraerse -
¿Después de cómo se puso papá la última vez?
- Nick, así no me
ayudas…
- Es que no quiero
ayudarte. Si no te mata papá lo haré yo con mis propias manos.
- Había olvidado lo
mucho que le quieren a uno – murmuró Peter, con sarcasmo – Así da gusto volver
a casa hombre.
- Te quieren, Peter.
Por eso les enfada que hayas hecho tantas tonterías, y a mí también – intervino
Chris 2.
- Pues aún no saben
lo peor…Entonces ya no me querrán tanto.
Peter no supo por
qué lo dijo en voz alta. Quizás es una de esas cosas que esperas que otros
contradigan, como cuando alguien se llama a sí mismo feo esperando que alguien
le diga "eso no es cierto, eres guapo". En cualquier caso, todo quedó
en silencio por unos segundos. Chris miró a su hijo intuyendo qué era lo que le
atormentaba. Pensaba sacarle de sus turbaciones, pero Nick se le adelantó.
- Sí lo sabemos,
Peter. Tú eres el demonio de la Muerte y yo el de la Vida. Cuando tú matas a
alguien yo lo sé inmediatamente. Así que sí lo sabemos.
- ¿Lo sabéis? –
preguntó Peter, con los ojos muy abiertos.
"¿Lo saben y me
han abrazado? Tal vez… tal vez no me odian…"
- Ya lo creo que lo
sabemos. Lo que ahora necesitamos es una explicación. – exigió Nick, con más
agresividad de la debida según todos los presentes. Peter no le dio
importancia, y se armó de valor.
- Pues… ese hombre…
intentó golpear a Hope, o a su versión del otro universo. Yo…yo la defendí
pero…él estaba ganando y…Chris… bueno, él le clavó una flecha en el cuello.
- Así que fue ese
capullo el que le mató, y no tú – dijo Nick, con alivio.
- No, Nick. Y te
agradecería que no le llamaras esas cosas. Es como si insultaras a papá…El caso
es que la flecha no le mató, pero yo pensé que sí. Me di la vuelta, y ese tipo
me clavó un cuchillo en la pierna. Me endurecí. Me transformé en demonio para
curarme la herida, y deseé que ese hombre se muriera…y mi deseo se cumplió.
Decirlo fue más
fácil de lo que hubiera parecido. Peter se sintió como si se hubiera quitado un
gran peso, y a decir verdad su padre también. Tal vez porque en los últimos
tiempos se había acostumbrado a adolescentes que matan personas, o tal vez
porque pudo ver la diferencia entre lo que había hecho un Peter y lo que había
hecho el otro, pensó que lo que había hecho su hijo no era tan malo. Pero no
fue así para todos…
- ¿Cómo pudiste? –
escupió Nick, con veneno, casi con odio…Ese tono le provocó a Peter un dolor
casi físico.
- Nick, fue un
accidente. Tu hermano ya ha explicado que…- empezó Chris, pero Nick le
interrumpió.
- ¡Me da igual!
¿Cómo fue capaz?
La primera reacción
de Peter fue apocarse. Así es como solía reaccionar: hundía los hombros y se
mordía la lengua. Pero había pasado por demasiados infiernos diferentes, tanto
en sentido literal como metafórico, y no estaba dispuesto a seguir reaccionando
así. Por primera vez se dio cuenta de algo: era fuerte, era grande, y era
indiscutiblemente poderoso. Y le gustaba. Le gustaba…tener poder. Le gustaba la
idea de no tener que volver a tener miedo.
- Nadie va a hacerme
daño nunca más. Eso fue lo que pensé. Nadie me va a hacer daño ni a nadie
delante de mí. Ese tipo me clavó una navaja y yo deseé que se muriera…como
deseé tanas veces la muerte de Derek. Intente matarle varias veces, Nick. A Derek.
Tú no lo sabías, pero papá sí. Hay gente que me considera peligroso, y diablos,
viendo cómo le dejé la cara a Derek tal vez tengan razón. Esos instintos
siempre han estado dentro de mí. Por algo soy el demonio de la Muerte. Y por
cierto, hubiera sido un buen detalle de tu parte contármelo. Porque casi me da
un infarto al ver que sólo por tocarle ese tipo estaba muerto. Entendía de
pronto… recordé lo que soy… lo que puedo hacer… pero ¿qué hubiera pasado si por
error hubiera hecho lo mismo… no sé, con papá? ¿Qué hubiera pasado si un día me
enfado y me da por pensar "ojalá estuviera muerto", y ¡puf! se muere?
Guardar secretos así es peligroso, hermanito.
- ¡No me hables de
secretos! ¡No soy yo el que ha estado engañando a todos! ¡No soy yo el que ha
mantenido ocultos todos esos pensamientos, todo lo que intentaste hacer con
Derek! Trece años, y ya eras un puto asesino. Pero con 17 lo eres plenamente.
¿Pretendes decirme que no fue tu culpa porque sólo te limitaste a pensar? ¡Uno
no piensa en que otros se mueran! Uno no piensa que se muera papá, ni en que se
muera un maldito desconocido. ¡UNO NO PIENSA ESO, PETER! Pensaba que tú en todo
el puñetero mundo estarías de acuerdo con eso. ¿Qué te ha pasado, tío? ¿Quién
eres tú y qué has hecho con mi hermano? ¡Me das asco!
Cada una de las
palabras de Nick se clavó en Peter de forma punzante.
- Nunca he dicho que
no sea mi culpa. Con secreto o sin él, yo fui el único que deseó su muerte. Soy
un asesino, nunca lo he negado – susurró, y salió corriendo.
- ¡Peter! – llamaron
los dos Chrises a la vez, sin éxito. Nick fue fulminado por dos pares de ojos
idénticos, y a la mirada asesina se sumó Leo también.
- Si no sabe encajar
la verdad…
- Cállate, Nick. Ya
le has hecho suficiente daño. Voy a buscar a tu hermano y luego quiero que
hablemos. Pero antes te quiero recordar que una vez tú me deseaste la muerte.
Yo mismo he deseado la de Derek cientos de veces, y la de otras personas que
tal vez no lo merecieran. Así que empieza a tenerte asco a ti también, y a mí
ya si quieres directamente me odias, porque te juro una cosa: si llego a estar
delante del hombre que le clavó un cuchillo a mi niño, desearle la muerte es
algo muy suave para lo que le hubiera hecho.
Nick se quedó
congelado mientras veía como su padre se iba en busca de su hermano. Lo había
vuelto a hacer ¿verdad? Había hablado de más. Era cierto que pensaba todo lo
que había dicho… pero también era cierto que nada de eso importó cuando vio a
Peter…En ese momento sólo quiso abrazarle, sin importarle lo que hubiera pasado.
Además, no le daba asco. No sabía por qué había dicho eso. Iba a ir detrás de
ellos, pero de pronto notó una mano en su hombro. Era del otro Chris.
- Aunque sea un
capullo, déjame darte un consejo: no hagas tú sólo lo que otros quieren hacer.
No les ahorres el trabajo. Quieren destruir a tu familia. Ahora mismo hay mucha
gente que quiere mal a tu padre y a tu hermano. Demonios, luces negras, incluso
algún Anciano que otro y se supone que ellos son los buenos. Y, meses de
observación me permiten asegurarlo, tu padre no hizo nada para merecerlo. Todo
lo que hace el hombre es para los demás. Nunca hace nada para sí mismo. Y tu
hermano…Dios mío, si ese chico es malo los demás no tenemos entonces ninguna
oportunidad. Si tan sólo hubieras visto cómo se quedó después de lo sucedido…lo
culpable que se sentía…Quería matarse, chico. Tu hermano no necesita tu
repulsión: él mismo se daba tanto asco que quería matarse.
Nick miró a ese
hombre con sorpresa. No había asociado los intentos de suicidio de su hermano
con el asesinato. Fue como un golpe para él, porque se dio cuenta de que de
haberle pasado algo a su hermano él se moría. Se sintió mal por la forma en la
que le había hablado y los ojos se le humedecieron.
- Pero… él… ya desde
niño…¡desear la muerte de alguien está mal! ¡Tratar de matarle también! No es
sólo esto. Acaba de decirme que… ya con Derek…
- ¿En serio le
culpas por querer vengarse de ese sujeto? Apenas sé un par de cosas de él y ya
tengo ganas de enviarle a la tumba. Sin duda Peter tiene muchos motivos para
querer deshacerse de él…
Ahí Nick tuvo que
darle la razón.
- Además, cuando
tuvo ocasión de… hacerlo… no lo hizo – reconoció, recordando el encuentro con
Derek.
- Tu hermano no es
un asesino, Nick. De eso sé un poco, y te digo que ese chico no lo es. Es tan
bueno… Es lo que tanto me gusta de él. Y sé que a ti también. ¿Por qué no vas y
se lo dices? – sugirió Chris, y Nick asintió, y salió corriendo, en la
dirección en la que se habían ido.
Chris suspiró, y en
ese momento se fijó en que su propio Peter estaba llorando también, apartado.
De pronto se sentía como si en vez de dos gemelos tuviera cuatro. Y era el
momento de ocuparse de los suyos.
- ¿Qué tienes
cariño?
- ¿Te parece bien
que…Peter…sea bueno?
Chris frunció el
ceño. Cierto: Peter no había estado presente en su "transformación".
- Si, cariño. Ya
traté de explicarle a tu hermano que…
- ¿Y te parece bien
que yo… intente serlo? – cortó Peter, apretando mucho los puños, intentando ser
valiente - ¿Qué no… que ya no quiera ser un asesino?
Christopher abrió
mucho los ojos. Poco a poco, sonrió.
- Me parece
perfecto, cariño.
Peter le devolvió la
sonrisa y se sintió muy, muy aliviado. Placó a su padre en un abrazo muy
fuerte.
- Oh, papá, tengo
tanto que contarte.
- Seguro, cariño.
Podrás hacerlo. No pienso dejar que nada nos separe de nuevo. – dijo Chris, y
sonó a promesa…a hecho…incluyó a Nick en el abrazo tomando conciencia de que
por primera vez en tres meses les tenía a los dos juntos…Ahora sólo faltaba
reunirse con Leo. Aunque para eso quedaba la parte menos agradable de aquél
asunto.
Mientras tanto, un
Peter diferente había bajado las escaleras, seguido muy de cerca por su padre.
Chris le sostuvo mientras lloraba. Sabía que no lloraba así por las palabras de
su hermano, sino por lo que éstas habían activado. La culpa. La enorme culpa
que era una carga demasiado grande para su hijo.
- Tesoro, shhh,
tranquilo. No pasa nada. Estás con papá. Shhh. Escúchame, tesoro. Sé por qué lo
hiciste. Sé que fue un accidente. No debes culparte…
- ¡Pero es que es mi
culpa! Yo…quería…quería hacerle daño. Quería que ese hombre muriera, y por eso
murió. Lo que le he dicho a Nick es verdad: no voy a dejar que nadie vuelva a
hacerme daño, nunca.
- Y me parece muy
bien, Peter. La autopreservación no es algo de lo que debas arrepentirte.
Fue…en defensa propia.
- No, papá. Ese
hombre no tenía ninguna posibilidad. ¿Qué puede hacer un hombre contra una
bestia?
Chris se separó de
él, y le sujetó la cabeza con ambas manos.
- No eres una bestia
¿me escuchas? No hables de ti mismo de ese modo.
- Sí lo soy. Soy un
demonio. Y un brujo. Soy poderoso. Ese hombre no podía hacer nada contra mí. Y
lo peor de todo es que a mí me gustara que fuera así…Fue como cuando luché con
los demonios, papá. No hubo ninguna diferencia. Yo… me gusta ser... más fuerte.
Me gusta, me gusta serlo. – dijo Peter, y siguió llorando. En ese momento llegó
Nick.
- Peter…
- ¡No quiero oírlo!
¡Tienes razón, la tienes, la tienes!
- No, Peter….yo….
- La tienes –
susurró, y de pronto orbitó y salió de allí. Algo le dijo, muy dentro de él,
que aquella era su quinta mala decisión. Pero sentía que ya no había vuelta de
hoja. Era un asesino confeso, sólo traía problemas a su familia, y ni siquiera
era capaz de terminar el trabajo y quitarse de en medio. Pero la lluvia lo
haría por él. Diez minutos bajo esa lluvia roja, y la vida de Peter se
extinguiría por completo. Y además le dolería. Eso estaba bien. Creía
merecerlo.
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