Páginas Amigas

domingo, 17 de mayo de 2015

CHANCE PARA MAMÁ



CHANCE PARA MAMÁ




Todo estaba funcionando de maravilla.
Si, bueno, no podría usar su computador por un mes, pero habían sucedido cosas magnificas.
Su padre estaba tomando fotografías nuevamente. Sentía una libertad que no había sentido en mucho tiempo. Sus amigos estaban devuelta en su vida, y su hogar…bueno, se volvía a sentir como hogar.
¡Incluso había comenzado todo un negocio! Y para tener doce años, eso era decir mucho. Pero con eso no le bastaba. No. Tenía que hacer algo para que su papá y Sam pasarán mucho más tiempo juntos.
Estaba pensando cómo hacerlo cuando vio a su papá llenando el pequeño carrito con combustible extra. Esa era su oportunidad.
En cuanto su papá se marchó, puso su plan en acción. Quito la mitad del combustible en el carrito aquel, vació el contenedor del extra, y cargo todo lo necesario para pasar una noche en el campo.
Todas las barritas de dulces y energéticas que se podrían necesitar. Un saco de dormir, podrían compartir, y una cafetera. Si…su papá siempre tomaba café en la mañana.
Todo estaría perfecto. Todo sería perfecto. Esto tenía que funcionar, y él tendría una nueva mamá para el final de este fin de semana.
Y todo salió como lo planeo. Su papá se veía más contento, a pesar de que la entrometida de Celeste los había traído de vuelta. Sam se miraba especial, y su papá la veía como nunca había visto a una mujer antes.
Y Donny…Donny estaba feliz como una lombriz. Eso fue hasta que se quedó a solas con su papá. May, su cómplice en todo menos en esto, se llevó a Sam, dejando a padre e hijo solos.
“Donny.” La voz ronca y profunda de Heath se hizo presente, y el no pudo más que sentirse nervioso.
Puso su mejor sonrisa, y con sus ojos azules vio los ojos azules de su papá. “¿Dormiste bien?”
Heath levanto una ceja, lo que hizo que Donny se sintiera más nervioso aun. “Considerando el hecho de que dormí sobre la tierra, hijo, he tenido mejores noches.”
Estaba frito. “Papá…este…yo…”
“Tú, joven, estas en un lio monumental. Sube a tu cuarto, estaré allí pronto.”
Sip. Su última petición seria que su funeral fuera tipo Guerra de las Galaxias, o tal vez un poco más futurístico-realista.
No supo cuando sus pies lo llevaron hasta su habitación, ni cuánto tiempo pasó hasta que escucho el temido sonido de alguien tocando suavemente su puerta para entrar sin ninguna autorización. Lo que si supo fueron dos cosas.
A.  Estaba muerto.
B.  Su plan maestro había sido descubierto
Su padre entro, y lo primero que noto fue una sonrisa triste sobre sus labios. Bueno, talvez, solo talvez, no estaría tan muerto.
Donny no pudo dejar de observar como su papá camino hasta donde él estaba sentado en su cama y tomo asiento junto a él. Paso un brazo sobre sus hombros y lo llevo a un suave y leve abrazo.
Jamás lo admitiría, ningún chico de su edad lo haría, pero amaba estar en los brazos de papá y ser mimado por él. Se quedaron así, zumbidos en un cálido abrazo por un tiempo, Donny apoyando su cabeza llena de risos sobre el fuerte pecho de Heath.
Por cómodo que estuviera, Donny no podía pero sentir nervios. Su papá estaba demasiado callado. Si bien él no era un hombre de muchas palabras, tampoco era uno que se quedaba callado todo el tiempo. Sin quererlo, empezó a inquietarse, recordando la última vez que había estado en tantos problemas que su papá no había dicho nada. No…no quería recordar. ¡En ese momento él tenía diez años, ahora ya era un chico grande de doce!
“Hijo…” su padre por fin hablo, sacándolo de sus mórbidos pensamientos. “…Sé que extrañas a mamá, campeón. Sé que tienes esperanzas que Sam….que yo…que bueno…” Su padre no hallaba que palabras usar. Donny no pudo más que suspirar y rodar sus ojos.
“Papá, tú le gustas a Sam…a ti te gusta Sam…ella podría ser mi nueva mamá.” Miro a su padre con una sonrisa, trato de verse lo más inocente posible y talvez funciono, ya que su padre sonrió y lo atrajo en otro fuerte y corto abrazo.
“Si…talvez…pero, Donald,” Oh, no…su nombre completo. Esto no estaba bien. “Eso no es excusa para desobedecer. Te deje pasar algunas con un castigo leve-“
“¡¿LEVE?! ¡¡No puedo usar mi computador!!” Lo dijo sin pensarlo, levantándose de golpe y viendo a su padre como si dudara de su sanidad mental.
Grave error, su padre lo vio con una mirada dura y seria. Y lo peor, la indecisión que había visto antes se había esfumado. “Me bajas el tono ahora mismo, Donald. Soy tu padre y un adulto, no me levantes la voz.” El tono cálido había desaparecido, y su padre se puso de pie.
Donny era alto para su edad, eso él lo sabía, pero su padre era alto, y a su lado no podía más que sentirse el crio que realmente era. “Perdón…” fue un susurro, y algo que sabía debía decir pero no sentir.
La verdad era que, le dolía no tener su computador pero lo volvería a hacer todo nuevamente, especialmente si eso significaba no más Celeste.
“Donny, hijo, entiendo que quieras una nueva mamá, y entiendo lo que has hecho.” No pudo evitar sonreír, talvez las cosas fueran mejorando. “Sin embargo, eso no excusa el hecho de que jugaste con el combustible.”
Oh, no. Su tez, ya de por si pálida, empalideció de un solo tirón. “Que hiciste con el combustible, Donald?”
Sus ojos azul cielo se abrieron como platos, su sonrisa de ‘yo-no-fui’ apareció, y sus manos empezaron a sudar. “Ehh…papi…yo….”
Las manos de su padre pasaron de estar en sus caderas a cruzarse sobre su pecho. Donny no pudo más que agachar la cabeza y morder su labio.
“Quiero una respuesta, Donald.” Nada. Silencio, ¿qué podía hacer? Fuera como fuera, a su padre no le gustaría su respuesta. Estaría castigado hasta los treinta. “¡AHORA!”
El grito en si no fue muy elevado, sin embargo, la potente voz de su padre hizo que se sintiera como un estruendo, y Donny no pudo más que dar un brinquito. “Lotireporlapileta.”
Aun para el mismo, su voz fue suave y apenas audible, pero su papá ya conocía sus mañas. “Lo tiraste…” No pudo seguir. Con una de sus manos apretó la brecha de su nariz justo en medio de sus ojos y la otra la poso sobre sus caderas.
Donny apenas y respiró. Pocas veces su papá se molestaba de esa forma. “Primero que todo, eran más de dos galones de combustible, era  mucho dinero, Donny.”
La mirada de su padre endureció, y lo miro fijamente. “¡Segundo que todo, y lo más importante, tienes PROHIBIDO tocar el combustible y lo sabes! ¡Eres muy chico todavía, cualquier cosa podría pasarte! ¡Una cosa, Donald, es que ayudes a cargar y llevar los contenedores, y otra muy distinta es que tengas contacto directo con eso!”
“Pero no me paso nada…”
Por lo visto, era lo que no debía decir. Su padre no dijo nada, pero lo vio duramente. "Ese no es el punto.” Donny vio como algo, parecido al temor, pasaba en los ojos de su padre, y no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas. Estaba molesto, su padre no tenía por qué regañarlo.
“Ven aquí.” Donny vio cómo su papá tomo asiento en su cama, y sus ojos se hicieron grandes. No.
“Noo….” Sabía lo que su papá estaba pensando hacer. Solo habían pasado contadas veces, pero ahora ya era muy grande.
“Donald…Ven aquí.” El negó con su cabeza, sus rizos alborotándose con la sacudida. “Uno.”
Sus ojos se engrandecieron. Cuando su papá contaba no era bueno. Nunca. “Papi…no lo vuelvo a hacer.”
“Eso espero, ahora ven.” Sus pies estaban plantados. No iría. ¿Qué chico en su sano juicio iría? “Dos.”
Sabía lo que pasaría si llegaba a tres. Siempre pasaba lo mismo, pero esta vez no se quedarían en tres…no, seguirían muchas, muchas más. “Papiiii….por favor, noooo.”
“Ahora, Donald.” Volvió a sacudir su cabeza en negación. Cubriendo lo que pronto pasaría a ser el blanco de papá. “Tres.”
Antes de que pudiera correr hacia la puerta, su papá lo tenía agarrado por el brazo. “Quita la mano, Donny.” Su cabeza negó, pero trago grueso. Oyó a su padre suspirar y tomar su mano para luego sujetarlo por la cintura.
PLAFF
La primera palmada cayó sobre su traserito, y no pudo más que brincar. A la primera le siguió otra, y una tercera.
“AUU; AUUUUU, NOOOO!!!”
Su papá ignoro sus gritos. Donny nunca entendía como ni porque. Siempre que pasaba esto, el gritaba todo lo que podía con la esperanza de que papá se apiadara de él, y nunca pasaba.
“No me vuelves a jugar con el combustible, Donald!” Dijo su papa, haciendo que lo viera a la cara una vez que estaba sentado. Donny asintió, queriendo que su papá le dijera que eso era todo. “Cualquier cosa te pudo haber pasado, hijo. ¿Qué hago yo sin ti, eh?” Su voz se suavizo, y limpio una lagrima que corría por uno de sus cachetes.
“Lo que hiciste no estuvo bien, Donny. Sam no es del campo, no está acostumbrada  a pasar una noche en el campo. Por la broma que nos jugaste a mí y a Sam estarás castigado una semana. Cero televisión, amigos o cualquier entretenimiento. Pero por jugar con el combustible, hijo, por eso es que te voy a castigar ahorita.”
Donny no pudo quitar la mirada de los ojos serios de su papá. Heath lo había parado frente a él, sus grandes manos estaban en sus pequeñas caderas, manteniéndolo justo frente al él. En cuanto termino de hablar, su papá movió las manos hacia sus pantalones. Donny vio, hipnotizado, como su papá desabrochaba su pantalón, bajo su zipper y dejo caer sus pantalones hasta sus rodillas, luego, con gentileza, tomo el elástico de sus slips de superhéroes. Fue allí que salió de su estado.
“Noooo….papi…noooo.” Lloro nuevamente, odiaba esto. No solo se sentía como un crio de cinco años, pero sabía que lo que vendría dolería. Odiaba este castigo más que cualquier otro.
“No está para discutirse, Donny.” Dijo Heath suavemente, y Donny no pudo hacer más cuando su padre dio un tirón y la prenda aquella, con logo de Superman, Batman, y la Liga de la Justicia, fue a dar con sus pantalones.
Fue muy rápido que se encontró sobre el regazo de papá, con pompa al aire. Se sentía vulnerable y se arrepentía de haber botado aquel combustible. Talvez si lo hubiera dejado dentro del contenedor y solo lo hubiera escondido…o lo hubiera cambiado por uno vacío.
PLAFF
La primera nalgada callo, y el aulló. Sus nalguitas, normalmente blancas, terminarían más rojas que la cabeza de un fosforo.
“AAAUUU!”
Las nalgadas cayeron, una, tras otra, tras otras. Y sus gritos aumentaron. Siempre tenía la esperanza de que May entrara a salvarlo, pero eso nunca pasaba.
La mano de su padre era tan grande que prácticamente cubría todo su pequeño traserito. Su papá era fotógrafo, no debería de tener una mano tan pesada ni dura.
“NOOOO…..PA….P-P-PAAAPIIIIII….”
Lloro con todas sus fuerzas, pero aun así, su llanto fue cambiando de indignación a dolor. Su padre paso de sus nalguitas a sus piernitas, y después, elevo su rodilla y sus pompas quedaron más en el aire. Allí sí que lloro.
PLAFF Justo donde los glúteos se convierten en piernas. Justo donde él se sentaba. Justo donde más dolía. “NO me vuelves a tocar el combustible, Donald.”
PLAFF Mismo lugar. ¿Acaso su papá no sabía que él ocupaba sentarse?
Siguieron seis palmadas con mayor intensidad que antes en el mismo lugar. Y ahora sí que se arrepintió. Nunca más tocaría el combustible que tenían en la granja. Jamás.
Los azotes que su papá le estaba dando eran los peores. Sintió que paro un momento, y luego algo duro toco sus ya adoloridas nalguitas. Giro un poco su cabeza y vio su regla. Su traicionera regla de madera con la que hacia sus tareas escolares.
“Solo seis, mi amor.” Dijo su papá, sujetándolo con mayor intensidad de la cintura.
PLASS
Si creía que la mano de papá dolía, no había imaginado lo que dolería aquel infernal aparato. Su quejido ni siquiera pudo salir de su garganta. Había caído sobre sus muslos y dolió. Dolió y ardió y pico, y fue peor que cuando se sentó en aquel hormiguero y su papi y May tuvieron que quitarle toda la ropa para poder quitar aquellas hormigas de encima de él.
PLASS
El segundo cayó justo más abajito que el primero y encontró su voz. “AAAAAAAAAYYYYYYYY!”
El tercero cayó rápidamente, PLASS, justo en sus muslos, y otro grito igual o mayor, ya no sabía distinguir, salió de su boquita. Aquello dolía horrores. Jamás, jamás de los jamases volvería a jugar con el combustible. Ni siquiera estaría cerca de aquel líquido al menos que su papá estuviera con él para darle permiso.
PLASS El cuarto cayó sobre sus muslos nuevamente, y su grito se quedó trabado. Tosió un poco, y lloro. Su llanto ya no era para que su papi lo dejara de castigar, ni porque le dolía, aunque si, le dolía horrores, era la peor zurra que le habían dado hasta ahora. No, su llanto era por haber jugado con el combustible, por haber hecho semejante cosa que su papá tuviera que castigarlo así.
PLASS el quinto cayó justo donde se sentaría, y el aullido volvió a encontrar sus labios. Este había sido mucho más fuerte que los anteriores. Justo como las nalgadas que cayeron allí. PLASS el sexto y último cayó rápidamente, con igual intensidad y en el mismo lugar y Donny grito nuevamente de dolor.
“Ya, campeón, ya está mi niño.” Oyó la voz de su papá, y sintió los mimos de el en su espalda, pero Donny solo lloro.
Le dolía, le dolía mucho, y solo quería abrazar a su papi, sentirse seguro y querido, y pedirle perdón. Su llanto era tal, que no se daba cuenta que ya le estaba pidiendo perdón.
“Ya, mi amor, yo se…shhh.” Como sabiendo lo que quería, su papá lo tomo en brazos, y lo sentó sobre sus piernas con mucho cuidado. Donny solo pasó sus brazos alrededor de su cuello, se colgó a él y no le importo que tuviera mocos y lágrimas chorreando por su cara, escondió la misma en aquel lugar creado justo para los hijos. Entre el rostro y el pecho de su padre.
Sintió el abrazo de su padre, no supo bien que estaba haciendo su padre cuando sintió que le quitaba algo de sus pies, hasta que hoyo el golpe seco de sus zapatillas deportivas caer al suelo, y luego sintió a su padre ponerse de pie, con él en brazos. Su padre hacia eso mismo cuando él era más chiquito, y lloraba por miedo o dolor, o tristeza, lo tomaba en brazos y caminaba con el de un lado a otro.
Su llanto se fue calmando, no supo a qué hora había pasado a tener sus piernas alrededor de la cintura de su padre, ni cuando su padre había empezado a sobar sus todavía adoloridas nalguitas, ni cuando su papá había empezado a hacer mimos sobre su espalda y luego en su cabeza. Pero todo eso contribuyo a que se calmara, y simplemente apoyara su cabeza sobre su hombro, no queriendo ser soltado.
Su papá le vio, y fue allí que Donny noto que él también tenía los ojos un tanto rojos. “¿Ya, mi amor?” Heath le sonrió con cariño y amor, y Donny le sonrió de vuelta, pero apretó, si se podía, aún más el abrazo aquel. Eso hizo que su papá riera, pero no lo detuvo de sentarse en la cama.
Fue allí que Donny noto que en todo ese tiempo no llevaba nada puesto de la cintura para abajo. Su cara enrojeció aún más, y un suave quejido salió de sus labios. “Papaaaaá” Se quejó por pena pura.
“Donnyyyyy.” Su papá uso el mismo tono quejoso, y Donny no pudo más que poner un pucherito, aunque lo negaría toda su vida. Él era ya casi un hombre….un casi hombre que no quería soltarse del abrazo de su papi. “Has crecido mucho, eh.” Le dijo su padre, haciéndole una pequeña cosquilla en su costado. Donny no pudo evitar reírse, para luego verlo con un puchero aún mayor.
“Dentro de poco no podré cargarte así ya, eh?” le dijo, pasando su mano por su cabello.
Donny lo vio y le sonrió, “Mentira,” le dijo con picardía, “Siempre podrás hacerlo.” Le dijo, escondiendo su cara mimosamente en el pecho de su padre.
“¿Ah, sí?” le dijo el, divertido, “Aun cuando tengas cuarenta?”
Los ojos de Donny se ensancharon un poco. Para ese entonces seria…seria…seria MUUUY viejo. “Siiii….” Le dijo, su voz detonando todo su asombro al pensar que podría llegar a semejante edad.
Su papá rio, apretándolo contra su pecho y acostándose con el encima. “Siempre que pueda, hijo, voy a tenerte en brazos y nunca te voy a soltar, mi amor.”
Donny sonrió, sus ojos sintiéndose un poco pesados al sentir los mimos que su papá le hacía sobre su espalda y su brazo. Por un momento pensó en que talvez debería ponerse al menos un slip…pero estaba tan cómodo, y de todos modos, solo era su papi y el.
Estaba ya por dormirse, su papá suavemente tarareaba una canción, una de sus manos posaba en sus adoloridas nalguitas y la otra dibujaba circulitos en su espalda.
Escucho la puerta abrirse, pero pensó que era su imaginación, solo se movió un poco, y escondió su rostro aún más en el pecho de su papá.
“¿¡¡Le pegaste?!!” Escucho una voz reclamar en un quejido suave, pero no sabía quién era, talvez debería despertar. ¿No debería de sentir vergüenza? Pero estaba con su papi, y esa voz…era de May? No…sonaba más como…
“Sam…” El susurro de su papá lo llevo a dormir, y no se dio cuenta, ni él ni su papi, ni la otra persona cuando susurro un suave “Mamá” mientras sucumbía a los brazos de Morfeo.



4 comentarios:

  1. Continúala pronto por favor me gusto mucho.

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  2. Bienvenida!!!!

    Es genial tu manera de escribir, me encantó leer a Scorpion me atrapaste con el relato de su pasado y como se hizo cargo de su hijo, lo tierno que fue...en fin...de lujo!!! y este otro cortito me gusto mucho tambien.

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  3. Bienvenida Latin...

    Ha sido una grata sorpresa leerte, anoche disfrute de este relato como el de escorpion y me senti atrapada en ambos
    Es la primera vez que te leo asi que buscete mas relatos tuyos segura de encontrarme con grandiosas sorpresas... Sin embargo espero continues pronto en este blog tan amigable y especial

    Marambra

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  4. Muy linda la historia, me encantó!! Y los personajes bellos!!

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