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domingo, 17 de mayo de 2015

SI ODIO TODO SOBRE USTED, PORQUE DEBO AMARLO? CAPITULO 15




SI ODIO TODO SOBRE USTED, PORQUE DEBO AMARLO?
CAPITULO 15

El sonido de las revoluciones del motor V 10 del Chevrolet Camaro negro corriendo a más de 100 kmph, era algo atronador, el militar iba esquivando de forma peligrosa el tráfico en la auto pista norte, los neumáticos chillaban por los continuos derrapes de un lado a otro en el asfalto, la bestia rugía como un auténtico animal salvaje,  Andres Felipe, estaba llevando la maquina a su absoluto limite, conduciendo el costoso automóvil como si no hubiera un mañana.
Andres Felipe, seguía conduciendo con rumbo al complejo militar de ato grande, completamente fuera de sí, se sentía en medio de una pesadilla horrenda de la que no lograba despertar.
Estaba consciente de lo que pasaba, pero no se sentía en control de lo que pretendía hacer, era como si alguien más estuviera al mando de su iracundo y sumamente armado ser.
Finalmente había llegado a su destino, ingreso por una vía secundaria destapada y se estaciono en la parte más alejada del cantón militar, tomo el fusil de asalto M4, del asiento del pasajero, el cual se terció muy justo en su espalda.
Cortando sigilosamente con unas pinzas el suministro eléctrico de las cámaras de video vigilancia y los sensores de movimiento del muro del cantón militar, por el cual trepo con una agilidad felina.
Se movía por el lugar como una sombra, ubicando rápidamente el esquema de seguridad de su padre, esa base era prácticamente una bodega en la que Se guardaba toda clase de equipo militar, con muy poca actividad y personal. Extrañamente el General Contreras Whitemore, estaba acompañado de un mínimo de soldados, apenas diez efectivos estaban dispersos por el lugar vigilando, mientras su padre se encontraba dentro de un hangar de depósito.
En menos de cinco minutos, Andres Felipe, con movimientos de sigilo, ya había dejado fuera de combate a cuatro efectivos, quienes patrullaban dispersos por los alrededores del lugar.
A los cuales tomo por sorpresa desde la espalda tapándoles la boca con su fuerte mano izquierda, mientras que con la derecha les daba un contundente toque con un Teiser (pistola aturdidora de golpe eléctrico) en la nuca, lo cual los dejo inconscientes de inmediato.
Luego de esto, velozmente trepo al techo del hangar por la parte trasera y recorriendo sigilosamente la cornisa del edificio, pensó que a la mierda el sigilo, ya era momento de llamar la atención del Dragón.
Así que con la habilidad tan típica de las fuerzas especiales, desaseguro tres granadas, una aturdidora y otras dos de gas anestésico de acción rápida, los cuales aventó sobre la humanidad de los seis soldados restantes, quienes estaban reunidos en la entrada charlando animadamente de todo un poco y tomando café.
Completamente inocentes de lo que les ocurriría en fracción de segundos, cuando los tres artefactos estallaron con estruendo, justo en medio de donde estaban, dejándolos rápidamente fuera de combate por completo, cayendo por los suelos inconscientes.
HERNANDO CONTRERAS WHITEMORE,…JODIDO DRAGON, SAL DE TU ESCONDRIJO MALDITO COBRADE, VEN A ENFRENTARME cara a cara, SI ERES LO BASTANTE HOMBRE.
Rugió enfurecido Andres Felipe, acurrucado desde el borde del techo del hangar de depósito en donde se encontraba el Dragón, el cual se encontró completamente sorprendido y espantado por todo aquello.
La doctora Lina Patricia, sentía como le faltaba el aire, su corazón de madre estaba absolutamente angustiado, temía lo peor, una vez hubo cortado la Llamada telefónica con el Capitán Camilo Prieto, salió inmediatamente de la clínica de su propiedad.
Por primera vez en más de veinte años de ejercicio profesional, dejando de lado la consulta, saliendo veloz en su automóvil, se sentía completamente asustada, pero que estaba pasando por Dios?
Porque razón su normalmente tranquilo y sereno hijo, pretendía cometer un despropósito bélico en una base militar?, que carajos había llevado a su Andres Felipe, a ese nivel de furia, para perder los estribos de semejante modo?
Angélica María y Juan Andres, se encontraban en esos instantes muy divertidos, en la cocina de su apartamento del salitre, escuchando música animada y  bailando de forma graciosa.
También por iniciativa del niño, estaban preparando unos deliciosos Cup cakes de chocolate, para sorprender a Andres Felipe, con los postrecitos, cuando llegara a por ellos.
Juancho sabía como le fascinaban a su padre y quería complacerlo con unos extra especiales para la tarde, ver la cara de felicidad de su papi, como si fuera un nene de ocho años antojado por los dichosos pastelitos, no tenía precio para él.
El celular de la maestra comenzó a sonar y vibrar de forma frenética, sobre el mesón de la cocina una y otra vez, Angélica María, contesto de inmediato al ver por el identificador de llamadas que se trataba de su suegra.
Hola suegrita, Angélica María contesto con dulzura el llamado, pero apenas si lograba entender algo de lo que de forma completamente apresurada y llena de angustia trataba de contarle la doctora Caicedo, mientras conducía a toda máquina.
Dios santo, pero como así?, a qué horas paso eso?, pero si el salió esta mañana muy elegante para Comando Ejercito, y estaba súper tranquilo, lucia relajado y feliz,
Incluso juntos íbamos a almorzar fuera esta tarde, ISHH, ISHH, ISHHH, el llanto comenzó a rodar por sus bellos ojos.
Mami, que está pasando? Pregunto preocupado Juan Andres, al ver a su madre romper en llanto de forma intempestiva mientras hablaba por teléfono con su abuelita.
Lo que lo hiso entrar en pánico de inmediato, algo feo le había pasado a su padre.
Siii, claro suegrita, de inmediato salimos para la portería del edificio para que nos recoja, por favor no se tarde mucho. Tenemos que detenerlo como sea, Afirmo completamente pálida Angélica María, al tiempo en que cortaba la llamada.
Amorcito, lávate las manitos, ponte una chamarra y vamos de inmediato a portería, la abuelita Lina, ya nos pasa a buscar, tenemos que darnos prisa angelito… tu papito, mi soldado… ISHH, ISHH, ISHH.
Mamii, que le paso a mi papi?,… cuéntamelo de una buena vez joder, espeto Juan Andres, completamente asustado y con los ojitos anegados en lágrimas, algo estaba pasando con su padre, algo muy grave sin duda.
No lo sé muy bien amor, aunque realmente Angélica María, tenía una muy buena idea de a que iba todo aquello, en este punto seguirle ocultando las cosas al niño, le parecía absurdo.
El niño no era idiota, ya se notaba a leguas que desde el día de la fiesta en la casa quinta, Juan Andres algo sospechaba, así que lo más sensato en ese momento, era contarle lo que pasaba, aunque fuera de forma superficial.
Mi vida… el papito está súper enojado por algo muy malo que paso hace años, de lo que muy seguramente se acabó de enterar y ahora está bastante alterado por eso.
Algo muy feo, de hace casi trece años, en lo que mi abuelo tubo todo que ver verdad mami? Pregunto Juan Andres, con rostro serio y angustiado, sin dejar de observar la reacción de su apesadumbrada madre.
Así parece amorcito, contesto Angélica, al niño luciendo bastante lúgubre, ya habrá tiempo de explicarte todo en detalle, por ahora por favor obedece lávate las manitos y abrígate muy bien Juanchi, que tenemos que bajar hasta la portería pero ya.
Diez minutos después de aquella conversación, la doctora Lina Patricia Caicedo, estaba recogiendo en su automóvil a su nuera, a su nieto y seguían camino velozmente con rumbo al cantón militar de Ato Grande.
La angustia, el miedo y la desesperación los había invadido por completo, al punto de las lágrimas, pero ella debía de ser fuerte por todos, su adorado hijito menor estaba en peligro por alguna razón que no entendía, pero ella lo resolvería todo a como diera lugar.
Mientras tanto el Capitán Camilo Prieto, conducía su motocicleta Suzuki hayabusa, por la auto pista norte, de forma completamente temeraria, zigzagueando por entre los vehículos, ganando cada vez más velocidad. Totalmente preocupado por la terrible reacción de su compañero y mejor amigo, estando plenamente consciente de lo que el Capitán Contreras, era capaz de hacer con sus habilidades, conocimientos y todo el equipo bélico que traía encima.
El Capitán Prieto, después de su azaroso viaje por carretera, por fin había llegado a la entrada del cantón militar de Ato grande, el lugar era poco más que un área de depósito enorme con monitoreo electrónico, no había puesto de guardia con soldados.
Cosa que el oficial militar agradeció profundamente en su fuero interno, ya que habría menos que explicar de todo aquello, si algo llegaba a salir terriblemente mal, el ingreso a la instalación militar de pruebas era automático, se hacía mediante un lector de tarjetas.
Tenía la imperiosa necesidad de ingresar a las instalaciones de inmediato, le urgía, era aterrador pensar siquiera en lo que pudiera estar ocurriendo entre su mejor amigo, el Dragón y los escoltas del general, en ese preciso momento. Pero era menester esperar que la madre de su mejor amigo llegara, para que también pudiera ingresar a al lugar, ojala lo hiciera lo más pronto posible, ya no había tiempo.
El de ningún modo quería involucrarse solo en medio de todo aquello, sabía perfectamente  quién era su amigo y de que era capaz cuando estaba furioso. Andres Felipe, con la rabia feroz que tenía en ese instante, bien podría obsequiarlo con una generosa ración de puñetazos y llaves de sujeción rompe huesos,  si trataba de controlarlo el solo.
Tenía la convicción de que la doctora Caicedo, impondría su autoridad de madre y lograría hacerlo entrar en razón.
Entretanto, dentro de las instalaciones del cantón militar, el General Contreras Whitemore, ágilmente salía del hangar de depósito, con su fusil en mano a hacer frente a su atacante y de paso revisar el estado de salud de los conmocionados e inconscientes soldados de su esquema de seguridad.
A los cuales vio con espanto desperdigados por el piso, aun retorciéndose de dolor, almenos siguen vivos, pensó con cierto alivio.
El seco e inconfundible sonido metálico de CLIK, de un fusil de asalto al cortar proveedor lo dejo en alerta, alguien le estaba apuntando desde el techo del hangar, en ese instante se sintió hombre muerto.
Quítale el proveedor a tu fusil, descarga la recamara y tíralo dentro del hangar,… hazlo despacio, sin movimientos bruscos o te juro que aquí mismo libro al mundo de tu miserable existencia maldito.
Ordeno con absoluta convicción y lleno de ira el Capitán Andres Felipe, a su sorprendido padre, el cual por supuesto reconoció la voz de su hijo menor de inmediato.
Vaya, quien lo diría, tú solo te encargaste de mi esquema de seguridad para poder llegar a mí y tomarme completamente por sorpresa, y en el proceso no cegaste ninguna vida, BRAVO.
Que eficiencia operacional y que valor Capitán, espeto con absoluto orgullo paterno y algo de temor el Dragón, al tiempo en que lentamente obedecía la orden dada por su hijo, sobre desactivar su fusil y arrojarlo dentro del almacén.
Sus hombres son excelentes General, pero yo soy aún mejor que ellos, contesto Andres Felipe, a su padre, con absoluta frialdad y dureza en la voz.
Supongo por la escenita que acabas de montar, que ya sabes todo sobre mi participación en tu traslado a los altos del Golán, al igual que sobre el traslado de la maestrita a Cúcuta, hace casi trece años atrás, o acaso me equivoco hijo?
No se equivoca General, hoy averigüe todo, absolutamente todo y tengo incluso pruebas por escrito de sus sucias maniobras en las sombras, ahora ya se la clase de monstruo del que soy hijo.
Ya sé que usted hiso hasta lo imposible por arruinarme la vida, de que me separo de la mujer que amo y de mi hijo aun por nacer, enviándome a morir al Sinaí.
Antes de que me vueles la cabeza, quiero decirte que jamás fue mi intención que te mataran en el Sinaí, la idea era doblegarte, hacerte entrar en razón y que al verte en medio de ese caos acudieras a mí, pidieras la ayuda de tu padre para salir de ese lugar.
Tampoco sabía nada de que ese niñito hermoso venia en camino, de haber sabido de ese embarazo jamás los hubiera separado lo juro, nunca le hubiera hecho ese terrible daño a mi nieto.
Yo estoy plenamente consciente de que ustedes, mis hijos, crecieron sin su padre debido a mis muchas decisiones equivocadas, desafortunadamente por mi culpa Juan Andres, vivió su infancia sin un padre a su lado, paso por lo mismo que tú.
Ahora ya puede proseguir en su empeño Capitán, asumo el costo de mis errores y sus consecuencias, dicho esto Hernando Contreras, se giró para Mirar a su hijo directo a los ojos, al tiempo en que le gritaba con furia y con los ojos anegados en lágrimas, DISPARA DE UNA PUTA VEZ.
Andres Felipe, con unos terroríficos ojos de color amarillo brillante, completamente lleno de adrenalina y movido por una furia que rallaba en lo Sobre natural.
Salto como un gato del techo de aquel almacén, quedando en Segundos a centímetros de distancia de su sorprendido padre, el cual observo atónito como el Capitán de fuerzas especiales arrojaba lejos su fusil de asalto M4, al tiempo que sacaba de su funda el cuchillo de combate de su arnés, para también arrojarlo.
No voy a tomar su asquerosa vida, sacando ventaja de estar armado con un fusil de asalto y apuntándole desde una posición elevada, eso de cobardes como usted general, esto lo vamos a arreglar a la antigua, así que póngase en guardia.
Hernando Contreras Whitemore, sentía en ese momento como si la tierra se abriera de par en par bajo sus pies y se lo quisiera tragar entero.
Todo lo que había hecho en esos años de forma egoísta pensando solo en él, en su insaciable búsqueda de poder e influencia ilimitados, aun en detrimento de su propia felicidad, sacrificando incluso a los suyos, le había conducido a esto?
Su hijo menor, su niño adorado estaba lleno de furia, lo estaba desafiando a un combate, dispuesto a molerlo a golpes a mano limpia.
Estas seguro de que quieres hacer esto hijo? Pregunto con decisión y dolor en el alma el general, aunque aun queriendo lucir soberbio ante su iracundo hijo, al tiempo en que con la mano izquierda secaba sus inundados ojos y con la derecha tomaba de su funda su cuchillo de combate para también lanzarlo lejos.
Rápidamente Andres Felipe, ciego de ira, arremetió contra la humanidad de su padre, siendo todos sus brutales golpes bloqueados o esquivados en cuestión de segundos.
El General Contreras Whitemore,  era más que experto en ese tipo de combate, ya que al igual que su hijo menor también era un Comando.
Padre e Hijo, rápidamente se trenzaron en una terrible y mortal danza, en la que intercambiaban con una velocidad, fuerza y violencia terrorífica, todo tipo de puñetazos, llaves de sujeción y mortales patadas.
Ambos estaban completamente absortos por la furia, los ojos de los oficiales militares brillaban con ese extraño e intenso fulgor amarillo.
El terrible secreto que residía en la sangre del General Contreras Whitemore, desde hacía demasiados años, la maldición que había heredado por consanguineidad a su hijo menor y a su nieto, una vez más se ponía en acción.
Ambos habían perdido el juicio por completo, ya no había ningún rastro amor, familiaridad, respeto, o cordura entre aquellos militares.
En ese punto no eran nada más que dos enemigos mortales dispuestos a destruirse a golpes, el que cometiera un error y bajara la guardia solo un segundo, de seguro lo pagaría caro.
¡! Andres Felipe!! ¡!HERNANDO!!, paren YAAA, en el nombre de todo lo que es sagrado, que carajos están haciendo?, grito con terror la doctora Lina Patricia.
La cual finalmente había arribado a aquel lugar, ingresando al mismo  junto a su nuera, su nieto y el Capitán Prieto, para encontrarse de frente con esa dantesca escena.
AMOR, DETENTE NO SIGAS, grito con angustia Angélica María, esto no estaba pasando, no podía ser cierto, ese ser violento con esa terrorífica mirada y ese gesto fiero que estaba matándose a golpes con su padre, no podía ser su amado, el padre de sus hijos, el hombre tierno, comprensivo y dulce que la amaba con todo su ser.
Pa…pi ?, Juan Andres, estaba completamente sorprendido y aterrado de ver aquella escena horrible, su padre y su abuelo literalmente se estaban matando a golpes, por más que les hablaron no se detenían, los ruegos de su abuelita y de su mami estaban cayendo en oídos sordos.
Esto era algo peligrosísimo y tenía que ser detenido de inmediato, el niño era cinta roja en karate, el conocía el propósito de varios de esos agresivos movimientos marciales y la cosa iba en serio, se estaban matando.
Ganará el que ganara todos iban a perder muchísimo y a sufrir bastante también, esto era un absurdo, eran padre e hijo, esto no podía seguir adelante bajo ninguna circunstancia.
PAPAAAAAA, PARA CON ESTO DE UNA PUTA VEZ CARAJO…. YA CORTALA, grito con todas sus fuerzas Juan Andres, lo que hiso que algo hiciera CLIK en la cabeza De Andres Felipe.
Horror, su niño estaba ahí presenciando todo aquello, estaba Viendo la parte más obscura de su padre, eso le comprimió el pecho, le hiso reaccionar y sentir de inmediato angustia.
Rápidamente, luego de lograr aventar al suelo al General, de un tremendo patadon, lanzado directo al pecho, logro retroceder con la guardia en alto.
Sin perder de vista al Dragón,  hasta donde estaba su nene llamándole, todo angustiado, con los ojitos encharcados a punto de romper en llanto.
Príncipe hermoso del papa, que estás haciendo aquí?, dijo Andres Felipe, con mucha dulzura, suavizando lo más que pudo el fiero gesto de su rostro.
Al tiempo que se arrodillaba en el suelo y abrazaba con todas sus fuerzas a su hijo mayor, el contacto con Juan Andres, lo trajo rápidamente de regreso.
Estoy aquí, con mi mamita y mi abue, para evitar que sigas haciendo esto, pero tú solo nos estas ignorando y sigues como un loco, dándote golpes con tu propio padre, la estas cagando pero en serio Andres Felipe.
Si no te detienes ahora mismo te vas a arrepentir toda la vida, ISHH, ISHHH, ISHHH, ACASO NO NOS AMAS?? PORQUE TE ESTAS COMPORTANDO ASI?? Nos estás asustando a todos, tú quién eres? yo quiero a mi papito de regreso pero yaaaaa.
Las lágrimas se derramaron a raudales de los ojos del niño al tiempo que con sus dos manitos sujetaba fuertemente el rostro de Andres Felipe, obligándolo a mirarlo directo a los ojos.
Angélica María y la Doctora Lina Patricia, se unieron a aquel abrazo de forma veloz, rodeando con sus brazos a Andres Felipe y Juan Andres, trasmitiéndoles a padre e hijo, todo el infinito amor que sentían por ambos.
Amor ya déjalo así, no importa lo que este señor nos haya hecho en el pasado, eso ya paso y no lo podemos cambiar, pero lo que importa es que fracaso en su empeño.
Estamos juntos los tres, piensa en mí, piensa en tu Juanito y en el bebecito que viene en camino, tu padre ya lo perdió todo, no permitas que en un arranque de ira te arrastre con el hasta la obscuridad.
Hijito lindo de mi corazón, intervino la doctora Caicedo, por favor, respira profundo y cálmate, reacciona mi vida, tu nunca fuiste violento osito de la mama, ISHH, ISHH, ISHH, escúchanos te lo ruego, regresa con nosotros no te dejes dominar por la rabia que estas sintiendo.
ANDRESS, rugió el Dragón, al tiempo en que se ponía de pie, lleno de ira, sal de debajo de las enaguas de tu madre y de tu mujer y ven a terminar lo que iniciaste, o es que acaso se te acabo el valor?
Cállese de una puta vez viejo fascista maldito, grito indignada Angélica María, mirando con total desprecio a su enajenado suegro directo a los ojos en total desafío.
HERNANDO CONTRERAS WHITEMORE, también hablo colérica la doctora Lina Patricia, acaso te terminaste de enloquecer gracias a la secta de desquiciados de la que haces parte?
Te estas escuchando siquiera de la barbaridad que acabaste de decir? Mira como están de lastimados ambos, es tu hijo con quien te estas matando a trompadas maldito imbécil.
GRRRRR, YO LO MATOOOO, rugió de nuevo Andres Felipe, suéltenme por favor, que esto es algo que tengo que terminar de una vez por todas.
El mundo va a estar mejor sin ese maldito demonio con uniforme, dijo absolutamente beligerante y decidido el Capitán Contreras.
Cursito, por favor cálmese, intervino el Capitán Camilo Prieto, no la cague más, mire que ya estamos metidos en más de un problema muy gordo.
Nos van a hacer corte marcial por esto, y si usted mata a su papa a golpes hasta a la cárcel va a ir a parar, piensa en tu señora, en tu hijo, en tu mami, no seas marica Andres Felipe, CARAJO.
NOOOOO, NO TE PIENSO SOLTAR PAPITOO, grito con desesperación Juan Andres, aumentando la intensidad de su abrazo, al notar que la furia estaba invadiendo a su padre de nuevo.
Si piensas seguirte peleando con el abuelo, vas a tener que golpearme a mi primero para que te suelte, porque no te voy a dejar ir, así que te toca decidir o tu venganza o tu hijo? Que te importa más?
Yo pienso igual que Juancho, espeto decidida Angélica María, dispuesta a jugarse el todo por el todo con tal de salvar al hombre que amaba.
Si pretendes levantarte para seguirte dando de trancazos a lo bestia con tu padre, primero tendrás que pegarle a tu mujer embarazada, a tu hijito de Doce años que te adora y a tu mama, porque no te vamos a soltar por mucho que ruegues o grites, así que decide Andres Contreras, quien te importa más, el Dragón, o nosotros?
Lentamente Andres Felipe, se puso de pie tratando de hacerlo con sumo cuidado, sin lograr alejar a las personas que más amaba en el mundo de ese fuerte abraso en el que lo tenían sujeto.
El inmenso vínculo del amor que esas tres maravillosas personas sentían por él Capitán Contreras, debía de ser más fuerte que las pesadas cadenas del odio o todo estaría perdido para esta sufrida familia.
Eres realmente patético Andres Felipe, espeto con sarcasmo el Dragón, al tiempo que los miraba con desprecio, de verdad crees que puedes resistir la fiebre de la sangre?
Nadie puede hacerlo, nadie es tan fuerte, estas maldito como yo lo estoy, la ira y la violencia terminaran por consumirte como lo hicieron conmigo.
Por esa razón me aleje de ustedes hace tantos años, para no terminar dañándolos, así que deja de esconderte detrás de ellos y ven a cumplir con tu destino, terminemos con esto de una buena vez.
Hernando Contreras Whitemore, estaba asqueado de sí mismo, ya no quería seguir viviendo, su existencia carecía de sentido alguno, estaba solo en medio de la oscuridad.
Deseaba fervientemente en ese preciso instante morir en batalla de forma gloriosa, un comando merecía caer en manos de otro comando, pensaba con una lógica completamente enferma y retorcida, y ya que su hijo había demostrado ser un digno rival, que mejor que terminar cayendo derrotado en sus manos.
La doctora Lina Patricia, noto de inmediato la tensión en todo el cuerpo de su hijo, Andres Felipe, parecía un riel de ferrocarril, no lograba articular palabra alguna, estaba hiperventilando profusamente.
Su pulso estaba por las nubes, su sangre brotaba muy caliente y de forma profusa por su nariz, su boca y la ceja derecha en la cual tenía un feo corte.
Además de que sus hermosos ojos color miel, estaban teñidos nuevamente de ese horrible tono amarillo.
El Capitán Contreras, estaba luchando por conservar el mínimo auto control que había recuperado gracias a Juan Andres, estaba luchando con toda su fuerza física y de voluntad para no aventar por los aires a las personas que más amaba en el mundo y lanzarse a por su padre para destrozarle a golpes.
Para Lina Patricia, el asunto se había salido de control por completo, si no hacía algo desesperado y extremo, perdería a su adorado niño para siempre, y ella no iba a permitir que eso pasara.
Hernando, no lograría apartar de su lado a su niño de nuevo, de ninguna manera, así que hiso lo que cualquier madre corajuda y preocupada haría en una emergencia de esas.
Rápidamente se quitó el adornado cinturón de cuero de Vélez marroquineros que traía puesto, lo doblo en dos en su mano derecha y muy seria se dirigió a su hijo menor.
Andres Felipe Contreras Caicedo, nos vamos ya de aquí, así que súbete al asiento trasero de mi coche junto con Angélica y Juan Andres, pero inmediatamente que ya perdí por completo la paciencia contigo mocoso desobediente y Pelión.
El joven oficial militar ni siquiera se movió un centímetro de donde se encontraba, manteniendo todo el tiempo el contacto visual con su padre, en actitud de absoluto desafío.
Aunque sin atreverse siquiera a mover un poco lejos de su persona a Juan Andres ni a Angélica María, nunca podría, a ellos los amaba más que a su propia vida, su mujer y sus hijos eran su universo, eran su todo y jamás osaría siquiera tratarlos con brusquedad.
Andres Felipe, te di una orden carajo, espeto muy asustada la doctora Caicedo, pero disfrazando su miedo con la máscara del enojo materno, vamos A mi carro pero de inmediato.
Acto seguido, apartando con cuidado a Angélica María y a su nieto del lado de Andres Felipe, y haciendo acopio de una fuerza sobre humana, lo tomo firmemente por el brazo izquierdo haciéndolo darse vuelta y soltó una lluvia de fieros Correazos sobre el trasero de su hijo menor, los cuales lo tomaron absolutamente por sorpresa SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH.
Cuando la mama te da una orden la obedeces sin rechistar niño, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, Andres Felipe, muévete de una buena vez, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, comienza a caminar al carro, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, Andres Felipe, finalmente logro moverse, casi que en automático, dejándose guiar al automóvil por su madre del brazo mientras esta seguía zurrándolo como si tuviera 15 años, todo esto ocurrió delante de su mujer y su hijo los cuales observaban en silencio aquello, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH, SLASH.
Sin saber cómo, la médica había logrado montar en el asiento trasero de su automóvil a punta de correazos a su fiero hijo, Angélica María y Juan Andres, se subieron de inmediato al lado de Andres Felipe, abrazándolo ambos con mucha fuerza, en medio de un sentido llanto.
El militar solo guardaba silencio, estaba como en medio de un trance sin lograr pensar que hacer con claridad, así que por puro instinto, decidió dejarse guiar por sus seres queridos, por primera vez en su vida a él lo pondrían a salvo.
Mientras tanto la Doctora Lina Patricia, con una calma pasmosa, recogió del piso de aquel lugar, el fusil M4, las pistolas y el cuchillo de combate de Andres Felipe, para luego guardarlos en el baúl de su automóvil.
Luego se acercó al atónito Capitán Camilo Prieto, para agradecerle por avisarle a tiempo sobre todo aquello y para pedirle de favor que recogiera el automóvil de su hijo y lo pusiera a buen recaudo, a lo que el militar se comprometió de inmediato.
Luego también se acercó furiosa, pero sin perder la compostura, hasta donde estaba sentado el Dragón, el cual tocia profusamente, tratando de limpiarse la sangre que brotaba de sus oídos, nariz, boca y ambas cejas, Andres Felipe, lo había sonado y había sido una paliza de antología.
Hernando Contreras, Lo que sea que hayas hecho para que mi hijo hubiera reaccionado de semejante forma, debió de ser algo monstruoso, algo típico de ti, esta vez lo has dañado como nunca antes, espero que estés feliz.
Qué vergüenza y que dolor me da que tú seas el padre de mis niños, yo voy a averiguar el porqué de todo esto, pero ya de entrada te adelanto que no te voy a perdonar nunca que te hayas  ido a las manos tan salvajemente con tu Propio hijito.
Dicho esto se dio media vuelta, tranquilamente se subió a su automóvil y partió a toda velocidad para alejarse lo más pronto posible de aquella horrida pesadilla, ya había puesto a salvo a su niño menor y esto la tranquilizaba bastante.
Ahora debía llevarlo a su clínica, para revisarlo en detalle, curarle los cortes, limpiarle la sangre del rostro y verificar que no tuviera fracturas o lesiones internas.
Juan Andres, aun compungido, y con sus bellos ojos llenos de lágrimas que se escurrían por sus lindas mejillas, estaba tratando de limpiar con su pañuelo la sangre que aun brotaba de todos lados en el magullado rostro de su padre.



3 comentarios:

  1. Que bueno que la madre hizo reaccionar a Andrés Felipe y su padre de verdad merece morir, continúala pronto por favor.

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  2. Ohhh Andres me has dejado a cuadros con la reaccion de la señora Lina, jjjjj nunca imagine que se lleve a su hijo a cintazo limpio, pero que te puedp decir... a situaciones complicadas medidas desesperadas y eso fue lo que paso
    Me entristece sin embargo que padre e hijo no se reconozcan como tales y llegaran a los puños, realmente fue muy triste
    S
    Pero albergo la esperanza que limen asperezas por el bien del nieto y el Dragon deje dexlado sus malos modos y se enamore del bebe por llegar
    Actualiza prontito
    Marambra

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  3. Hola Andrés. Muy buen capítulo! Bien la narración, las fotos y todo lo demás....Pero sabes? me tiene bastante intrigada el asunto del color de los ojos de los Contreras. Me encantaría saber a qué se debe?! Qué estarás tramando?
    En cuanto a la reacción de Andrés Felipe, no dudaba que fuera así. La sospeché desde un principio, jajaja!!! Gracias al cielo, aparecieron TODOS a evitar males mayores! Andrés F. no tiene por qué mancharse las manos con Hernando. Al fin y al cabo, es el padre! (Puede ser que haya sentido un poquitito de pena por él, jejeje =P)

    Muy buena la historia! Espero que la sigas pronto!!!

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