Todo
estaba funcionando de maravilla.
Si,
bueno, no podría usar su computador por un mes, pero habían sucedido cosas
magnificas.
Su
padre estaba tomando fotografías nuevamente. Sentía una libertad que no había
sentido en mucho tiempo. Sus amigos estaban devuelta en su vida, y su
hogar…bueno, se volvía a sentir como hogar.
¡Incluso
había comenzado todo un negocio! Y para tener doce años, eso era decir mucho.
Pero con eso no le bastaba. No. Tenía que hacer algo para que su papá y Sam pasarán
mucho más tiempo juntos.
Estaba
pensando cómo hacerlo cuando vio a su papá llenando el pequeño carrito con
combustible extra. Esa era su oportunidad.
En
cuanto su papá se marchó, puso su plan en acción. Quito la mitad del
combustible en el carrito aquel, vació el contenedor del extra, y cargo todo lo
necesario para pasar una noche en el campo.
Todas
las barritas de dulces y energéticas que se podrían necesitar. Un saco de
dormir, podrían compartir, y una cafetera. Si…su papá siempre tomaba café en la
mañana.
Todo
estaría perfecto. Todo sería perfecto. Esto tenía que funcionar, y él tendría
una nueva mamá para el final de este fin de semana.
Y
todo salió como lo planeo. Su papá se veía más contento, a pesar de que la
entrometida de Celeste los había traído de vuelta. Sam se miraba especial, y su
papá la veía como nunca había visto a una mujer antes.
Y
Donny…Donny estaba feliz como una lombriz. Eso fue hasta que se quedó a solas
con su papá. May, su cómplice en todo menos en esto, se llevó a Sam, dejando a
padre e hijo solos.
“Donny.”
La voz ronca y profunda de Heath se hizo presente, y el no pudo más que
sentirse nervioso.
Puso
su mejor sonrisa, y con sus ojos azules vio los ojos azules de su papá. “¿Dormiste
bien?”
Heath
levanto una ceja, lo que hizo que Donny se sintiera más nervioso aun. “Considerando
el hecho de que dormí sobre la tierra, hijo, he tenido mejores noches.”
Estaba
frito. “Papá…este…yo…”
“Tú,
joven, estas en un lio monumental. Sube a tu cuarto, estaré allí pronto.”
Sip.
Su última petición seria que su funeral fuera tipo Guerra de las Galaxias, o
tal vez un poco más futurístico-realista.
No
supo cuando sus pies lo llevaron hasta su habitación, ni cuánto tiempo pasó
hasta que escucho el temido sonido de alguien tocando suavemente su puerta para
entrar sin ninguna autorización. Lo que si supo fueron dos cosas.
A. Estaba
muerto.
B. Su
plan maestro había sido descubierto
Su
padre entro, y lo primero que noto fue una sonrisa triste sobre sus labios. Bueno,
talvez, solo talvez, no estaría tan muerto.
Donny
no pudo dejar de observar como su papá camino hasta donde él estaba sentado en
su cama y tomo asiento junto a él. Paso un brazo sobre sus hombros y lo llevo a
un suave y leve abrazo.
Jamás
lo admitiría, ningún chico de su edad lo haría, pero amaba estar en los brazos
de papá y ser mimado por él. Se quedaron así, zumbidos en un cálido abrazo por
un tiempo, Donny apoyando su cabeza llena de risos sobre el fuerte pecho de
Heath.
Por cómodo
que estuviera, Donny no podía pero sentir nervios. Su papá estaba demasiado
callado. Si bien él no era un hombre de muchas palabras, tampoco era uno que se
quedaba callado todo el tiempo. Sin quererlo, empezó a inquietarse, recordando
la última vez que había estado en tantos problemas que su papá no había dicho
nada. No…no quería recordar. ¡En ese momento él tenía diez años, ahora ya era
un chico grande de doce!
“Hijo…”
su padre por fin hablo, sacándolo de sus mórbidos pensamientos. “…Sé que
extrañas a mamá, campeón. Sé que tienes esperanzas que Sam….que yo…que bueno…”
Su padre no hallaba que palabras usar. Donny no pudo más que suspirar y rodar
sus ojos.
“Papá,
tú le gustas a Sam…a ti te gusta Sam…ella podría ser mi nueva mamá.” Miro a su
padre con una sonrisa, trato de verse lo más inocente posible y talvez
funciono, ya que su padre sonrió y lo atrajo en otro fuerte y corto abrazo.
“Si…talvez…pero,
Donald,” Oh, no…su nombre completo. Esto no estaba bien. “Eso no es excusa para
desobedecer. Te deje pasar algunas con un castigo leve-“
“¡¿LEVE?!
¡¡No puedo usar mi computador!!” Lo dijo sin pensarlo, levantándose de golpe y
viendo a su padre como si dudara de su sanidad mental.
Grave
error, su padre lo vio con una mirada dura y seria. Y lo peor, la indecisión
que había visto antes se había esfumado. “Me bajas el tono ahora mismo, Donald.
Soy tu padre y un adulto, no me levantes la voz.” El tono cálido había
desaparecido, y su padre se puso de pie.
Donny
era alto para su edad, eso él lo sabía, pero su padre era alto, y a su lado no
podía más que sentirse el crio que realmente era. “Perdón…” fue un susurro, y
algo que sabía debía decir pero no sentir.
La
verdad era que, le dolía no tener su computador pero lo volvería a hacer todo
nuevamente, especialmente si eso significaba no más Celeste.
“Donny,
hijo, entiendo que quieras una nueva mamá, y entiendo lo que has hecho.” No
pudo evitar sonreír, talvez las cosas fueran mejorando. “Sin embargo, eso no
excusa el hecho de que jugaste con el combustible.”
Oh,
no. Su tez, ya de por si pálida, empalideció de un solo tirón. “Que hiciste con
el combustible, Donald?”
Sus
ojos azul cielo se abrieron como platos, su sonrisa de ‘yo-no-fui’ apareció, y
sus manos empezaron a sudar. “Ehh…papi…yo….”
Las
manos de su padre pasaron de estar en sus caderas a cruzarse sobre su pecho.
Donny no pudo más que agachar la cabeza y morder su labio.
“Quiero
una respuesta, Donald.” Nada. Silencio, ¿qué podía hacer? Fuera como fuera, a
su padre no le gustaría su respuesta. Estaría castigado hasta los treinta. “¡AHORA!”
El
grito en si no fue muy elevado, sin embargo, la potente voz de su padre hizo
que se sintiera como un estruendo, y Donny no pudo más que dar un brinquito.
“Lotireporlapileta.”
Aun
para el mismo, su voz fue suave y apenas audible, pero su papá ya conocía sus
mañas. “Lo tiraste…” No pudo seguir. Con una de sus manos apretó la brecha de
su nariz justo en medio de sus ojos y la otra la poso sobre sus caderas.
Donny
apenas y respiró. Pocas veces su papá se molestaba de esa forma. “Primero que
todo, eran más de dos galones de combustible, era mucho dinero, Donny.”
La
mirada de su padre endureció, y lo miro fijamente. “¡Segundo que todo, y lo más
importante, tienes PROHIBIDO tocar el combustible y lo sabes! ¡Eres muy chico
todavía, cualquier cosa podría pasarte! ¡Una cosa, Donald, es que ayudes a
cargar y llevar los contenedores, y otra muy distinta es que tengas contacto
directo con eso!”
“Pero
no me paso nada…”
Por
lo visto, era lo que no debía decir. Su padre no dijo nada, pero lo vio
duramente. "Ese no es el punto.” Donny vio como algo, parecido al temor,
pasaba en los ojos de su padre, y no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas.
Estaba molesto, su padre no tenía por qué regañarlo.
“Ven
aquí.” Donny vio cómo su papá tomo asiento en su cama, y sus ojos se hicieron
grandes. No.
“Noo….”
Sabía lo que su papá estaba pensando hacer. Solo habían pasado contadas veces,
pero ahora ya era muy grande.
“Donald…Ven
aquí.” El negó con su cabeza, sus rizos alborotándose con la sacudida. “Uno.”
Sus
ojos se engrandecieron. Cuando su papá contaba no era bueno. Nunca. “Papi…no lo
vuelvo a hacer.”
“Eso
espero, ahora ven.” Sus pies estaban plantados. No iría. ¿Qué chico en su sano
juicio iría? “Dos.”
Sabía
lo que pasaría si llegaba a tres. Siempre pasaba lo mismo, pero esta vez no se
quedarían en tres…no, seguirían muchas, muchas más. “Papiiii….por favor,
noooo.”
“Ahora,
Donald.” Volvió a sacudir su cabeza en negación. Cubriendo lo que pronto
pasaría a ser el blanco de papá. “Tres.”
Antes
de que pudiera correr hacia la puerta, su papá lo tenía agarrado por el brazo.
“Quita la mano, Donny.” Su cabeza negó, pero trago grueso. Oyó a su padre suspirar
y tomar su mano para luego sujetarlo por la cintura.
PLAFF
La
primera palmada cayó sobre su traserito, y no pudo más que brincar. A la
primera le siguió otra, y una tercera.
“AUU;
AUUUUU, NOOOO!!!”
Su
papá ignoro sus gritos. Donny nunca entendía como ni porque. Siempre que pasaba
esto, el gritaba todo lo que podía con la esperanza de que papá se apiadara de él,
y nunca pasaba.
“No
me vuelves a jugar con el combustible, Donald!” Dijo su papa, haciendo que lo
viera a la cara una vez que estaba sentado. Donny asintió, queriendo que su
papá le dijera que eso era todo. “Cualquier cosa te pudo haber pasado, hijo.
¿Qué hago yo sin ti, eh?” Su voz se suavizo, y limpio una lagrima que corría
por uno de sus cachetes.
“Lo
que hiciste no estuvo bien, Donny. Sam no es del campo, no está
acostumbrada a pasar una noche en el
campo. Por la broma que nos jugaste a mí y a Sam estarás castigado una semana.
Cero televisión, amigos o cualquier entretenimiento. Pero por jugar con el
combustible, hijo, por eso es que te voy a castigar ahorita.”
Donny
no pudo quitar la mirada de los ojos serios de su papá. Heath lo había parado
frente a él, sus grandes manos estaban en sus pequeñas caderas, manteniéndolo
justo frente al él. En cuanto termino de hablar, su papá movió las manos hacia
sus pantalones. Donny vio, hipnotizado, como su papá desabrochaba su pantalón,
bajo su zipper y dejo caer sus pantalones hasta sus rodillas, luego, con
gentileza, tomo el elástico de sus slips de superhéroes. Fue allí que salió de
su estado.
“Noooo….papi…noooo.” Lloro nuevamente, odiaba esto. No solo se sentía como un crio de cinco años, pero sabía que lo que vendría dolería. Odiaba este castigo más que cualquier otro.
“Noooo….papi…noooo.” Lloro nuevamente, odiaba esto. No solo se sentía como un crio de cinco años, pero sabía que lo que vendría dolería. Odiaba este castigo más que cualquier otro.
“No está
para discutirse, Donny.” Dijo Heath suavemente, y Donny no pudo hacer más
cuando su padre dio un tirón y la prenda aquella, con logo de Superman, Batman,
y la Liga de la Justicia, fue a dar con sus pantalones.
Fue
muy rápido que se encontró sobre el regazo de papá, con pompa al aire. Se
sentía vulnerable y se arrepentía de haber botado aquel combustible. Talvez si
lo hubiera dejado dentro del contenedor y solo lo hubiera escondido…o lo
hubiera cambiado por uno vacío.
PLAFF
La
primera nalgada callo, y el aulló. Sus nalguitas, normalmente blancas,
terminarían más rojas que la cabeza de un fosforo.
“AAAUUU!”
Las
nalgadas cayeron, una, tras otra, tras otras. Y sus gritos aumentaron. Siempre tenía
la esperanza de que May entrara a salvarlo, pero eso nunca pasaba.
La
mano de su padre era tan grande que prácticamente cubría todo su pequeño
traserito. Su papá era fotógrafo, no debería de tener una mano tan pesada ni
dura.
“NOOOO…..PA….P-P-PAAAPIIIIII….”
Lloro
con todas sus fuerzas, pero aun así, su llanto fue cambiando de indignación a
dolor. Su padre paso de sus nalguitas a sus piernitas, y después, elevo su
rodilla y sus pompas quedaron más en el aire. Allí sí que lloro.
PLAFF
Justo donde los glúteos se convierten en piernas. Justo donde él se sentaba.
Justo donde más dolía. “NO me vuelves a tocar el combustible, Donald.”
PLAFF
Mismo lugar. ¿Acaso su papá no sabía que él ocupaba sentarse?
Siguieron
seis palmadas con mayor intensidad que antes en el mismo lugar. Y ahora sí que
se arrepintió. Nunca más tocaría el combustible que tenían en la granja. Jamás.
Los
azotes que su papá le estaba dando eran los peores. Sintió que paro un momento,
y luego algo duro toco sus ya adoloridas nalguitas. Giro un poco su cabeza y
vio su regla. Su traicionera regla de madera con la que hacia sus tareas
escolares.
“Solo
seis, mi amor.” Dijo su papá, sujetándolo con mayor intensidad de la cintura.
PLASS
Si
creía que la mano de papá dolía, no había imaginado lo que dolería aquel
infernal aparato. Su quejido ni siquiera pudo salir de su garganta. Había caído
sobre sus muslos y dolió. Dolió y ardió y pico, y fue peor que cuando se sentó
en aquel hormiguero y su papi y May tuvieron que quitarle toda la ropa para
poder quitar aquellas hormigas de encima de él.
PLASS
El
segundo cayó justo más abajito que el primero y encontró su voz.
“AAAAAAAAAYYYYYYYY!”
El
tercero cayó rápidamente, PLASS, justo en sus muslos, y otro grito igual o
mayor, ya no sabía distinguir, salió de su boquita. Aquello dolía horrores. Jamás,
jamás de los jamases volvería a jugar con el combustible. Ni siquiera estaría
cerca de aquel líquido al menos que su papá estuviera con él para darle
permiso.
PLASS
El cuarto cayó sobre sus muslos nuevamente, y su grito se quedó trabado. Tosió
un poco, y lloro. Su llanto ya no era para que su papi lo dejara de castigar,
ni porque le dolía, aunque si, le dolía horrores, era la peor zurra que le
habían dado hasta ahora. No, su llanto era por haber jugado con el combustible,
por haber hecho semejante cosa que su papá tuviera que castigarlo así.
PLASS
el quinto cayó justo donde se sentaría, y el aullido volvió a encontrar sus
labios. Este había sido mucho más fuerte que los anteriores. Justo como las
nalgadas que cayeron allí. PLASS el sexto y último cayó rápidamente, con igual
intensidad y en el mismo lugar y Donny grito nuevamente de dolor.
“Ya,
campeón, ya está mi niño.” Oyó la voz de su papá, y sintió los mimos de el en
su espalda, pero Donny solo lloro.
Le dolía,
le dolía mucho, y solo quería abrazar a su papi, sentirse seguro y querido, y
pedirle perdón. Su llanto era tal, que no se daba cuenta que ya le estaba
pidiendo perdón.
“Ya,
mi amor, yo se…shhh.” Como sabiendo lo que quería, su papá lo tomo en brazos, y
lo sentó sobre sus piernas con mucho cuidado. Donny solo pasó sus brazos
alrededor de su cuello, se colgó a él y no le importo que tuviera mocos y lágrimas
chorreando por su cara, escondió la misma en aquel lugar creado justo para los
hijos. Entre el rostro y el pecho de su padre.
Sintió
el abrazo de su padre, no supo bien que estaba haciendo su padre cuando sintió
que le quitaba algo de sus pies, hasta que hoyo el golpe seco de sus zapatillas
deportivas caer al suelo, y luego sintió a su padre ponerse de pie, con él en
brazos. Su padre hacia eso mismo cuando él era más chiquito, y lloraba por
miedo o dolor, o tristeza, lo tomaba en brazos y caminaba con el de un lado a
otro.
Su
llanto se fue calmando, no supo a qué hora había pasado a tener sus piernas
alrededor de la cintura de su padre, ni cuando su padre había empezado a sobar
sus todavía adoloridas nalguitas, ni cuando su papá había empezado a hacer
mimos sobre su espalda y luego en su cabeza. Pero todo eso contribuyo a que se
calmara, y simplemente apoyara su cabeza sobre su hombro, no queriendo ser
soltado.
Su
papá le vio, y fue allí que Donny noto que él también tenía los ojos un tanto
rojos. “¿Ya, mi amor?” Heath le sonrió con cariño y amor, y Donny le sonrió de
vuelta, pero apretó, si se podía, aún más el abrazo aquel. Eso hizo que su papá
riera, pero no lo detuvo de sentarse en la cama.
Fue
allí que Donny noto que en todo ese tiempo no llevaba nada puesto de la cintura
para abajo. Su cara enrojeció aún más, y un suave quejido salió de sus labios.
“Papaaaaá” Se quejó por pena pura.
“Donnyyyyy.”
Su papá uso el mismo tono quejoso, y Donny no pudo más que poner un pucherito,
aunque lo negaría toda su vida. Él era ya casi un hombre….un casi hombre que no
quería soltarse del abrazo de su papi. “Has crecido mucho, eh.” Le dijo su
padre, haciéndole una pequeña cosquilla en su costado. Donny no pudo evitar
reírse, para luego verlo con un puchero aún mayor.
“Dentro
de poco no podré cargarte así ya, eh?” le dijo, pasando su mano por su cabello.
Donny
lo vio y le sonrió, “Mentira,” le dijo con picardía, “Siempre podrás hacerlo.”
Le dijo, escondiendo su cara mimosamente en el pecho de su padre.
“¿Ah,
sí?” le dijo el, divertido, “Aun cuando tengas cuarenta?”
Los
ojos de Donny se ensancharon un poco. Para ese entonces seria…seria…seria MUUUY
viejo. “Siiii….” Le dijo, su voz detonando todo su asombro al pensar que podría
llegar a semejante edad.
Su
papá rio, apretándolo contra su pecho y acostándose con el encima. “Siempre que
pueda, hijo, voy a tenerte en brazos y nunca te voy a soltar, mi amor.”
Donny
sonrió, sus ojos sintiéndose un poco pesados al sentir los mimos que su papá le
hacía sobre su espalda y su brazo. Por un momento pensó en que talvez debería
ponerse al menos un slip…pero estaba tan cómodo, y de todos modos, solo era su
papi y el.
Estaba
ya por dormirse, su papá suavemente tarareaba una canción, una de sus manos
posaba en sus adoloridas nalguitas y la otra dibujaba circulitos en su espalda.
Escucho
la puerta abrirse, pero pensó que era su imaginación, solo se movió un poco, y escondió
su rostro aún más en el pecho de su papá.
“¿¡¡Le
pegaste?!!” Escucho una voz reclamar en un quejido suave, pero no sabía quién
era, talvez debería despertar. ¿No debería de sentir vergüenza? Pero estaba con
su papi, y esa voz…era de May? No…sonaba más como…
“Sam…”
El susurro de su papá lo llevo a dormir, y no se dio cuenta, ni él ni su papi,
ni la otra persona cuando susurro un suave “Mamá” mientras sucumbía a los
brazos de Morfeo.
Continúala pronto por favor me gusto mucho.
ResponderBorrarBienvenida!!!!
ResponderBorrarEs genial tu manera de escribir, me encantó leer a Scorpion me atrapaste con el relato de su pasado y como se hizo cargo de su hijo, lo tierno que fue...en fin...de lujo!!! y este otro cortito me gusto mucho tambien.
Bienvenida Latin...
ResponderBorrarHa sido una grata sorpresa leerte, anoche disfrute de este relato como el de escorpion y me senti atrapada en ambos
Es la primera vez que te leo asi que buscete mas relatos tuyos segura de encontrarme con grandiosas sorpresas... Sin embargo espero continues pronto en este blog tan amigable y especial
Marambra
Muy linda la historia, me encantó!! Y los personajes bellos!!
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