Capítulo diez
Ricardo estaba nervioso. Su mamá ya había
pasado el embarque y SU PADRE se había negado a acompañarlo, diciendo que
estaba ocupado mimando a sus nietos… Helena no encontraba la paz… Cuando su
ex-suegra se enterara… Emilia había sido como una madre para ella… Ahora
comprendía el error de ocultar a su hijo, pero ella hizo lo que consideró mejor
para los dos niños.
Ricardo no paraba de morderse las uñas,
pensando en el modo de decirle a su madre que tenía otro nieto. Qué se suponía
que debía decirle? “felicidades mamá, tienes un nuevo nieto”. Cómo había sido
tan cobarde? Por qué no había confiado en ellos?! Los miedos de Martín y las
inseguridades de Rafita eran su culpa…. y él no sabía cómo hacer para
reconfortarlos.
Tan ensimismado estaba Ricardo en sus
remordimientos, que no notó la presencia de su madre parada justo al frente de
él, mirándolo con amor ese amor de madre orgullosa. -Cariño…- Susurró la
señora, abriendo sus brazos..
-Mami…-Susurró Ricardo, corriendo a estrecharse
en el abrazo que su mamá le ofrecía. Cómo la había extrañado!
-Ricardito… -Le decía, besándole los
cachetes- Hijito, tanto tiempo… pensé que tu papá venía a buscarme… no le habrá
pasado algo a mi viejito?! -Dijo preocupándose, al notar el semblante alicaído
que acompañaba a su hijo.
Ricardo apretó su abrazo un momento más
antes de soltarse. -No, mami, cómo crees! Él está bien. Se quedó en casa,
esperándote… -Contestó y se mordió el labio con nerviosismo.
-Bueno, mi niño… de qué quieres hablar con
la mamá?. -Sip. Emilia era una mujer inteligente y sabía que algo tramaba su
niño.
Ricardo la miró con ojos sorprendidos.
Emilia sonrió, notando con alegría lo poco que su bebé había cambiado- Vamos,
tesoro! Soy tu madre y te conozco muy bien… vas a decirme qué está pasando o
tengo que sacártelo con pinzas?! -Animó.
-Vamos por un café… seguro vienes cansada y
con hambre…-Invitó Ricardo, poniendo un brazo alrededor de los hombros de su
madre para guiarla hacia uno de los cafés del aeropuerto.
-Ricardo! -Dijo Emilia, sonando más seria de
lo que se veía, frenándose en medio camino.
-Mami…-Eso había sido un gimoteo de parte de
su hombrecito?
-Vas a hablar, o te hago hablar yo?!
-Amenazó.
-es que ma… promete que no te enfadarás…
-Y por qué habría de enfadarme? Vamos. Qué
sucede, hijo?! Siempre has sido tan comunicativo. Pasa algo que deba saber?! Es
grave?- Atacaba la señora con preguntas, tomando las manos de su niño entre las
suyas. Podía notar lo angustiado que estaba el muchacho y no quería presionarlo,
pero ya no podía seguir en ascuas!
-Mami, te acuerdas de Helena, verdad?…
-Helena? Cómo olvidarla, hijo! Sí. La
recuerdo! La muchacha que dejaste plantada en el altar!!
Bastó decir esto para que los cachetes de
Ricardo se encendieran de la vergüenza.
-Pues… yo… nosotros nos volvimos a
encontrar… de hecho mami… yo tuve un hijo con ella… Rafael tiene 15… yo me
enteré hace unos años… Rafita y Martin se enteraron hace unos días…-Dijo todo
con un solo respiro, sin darle tiempo a su madre de absorber la información.
-Espera un momento, Ricardo. Me estás
diciendo que tengo otro nieto? No, mejor dicho, me estás diciendo que tengo un nieto
al que me negaste conocer por 15 años?!- Emilia estaba furiosa.
-Mami… es que no es así… es que maaa…. yo me
enteré hace 5 años no más…
-Nada más?! Y con eso crees que te salvarás
de lo que te espera en casa?!
-Pero mamá... ya soy grande! - Se quejó-
Además papá ya me castigó.
-Y crees que eso te excusa por mentirle a tu
madre y ocultar a tu hijo? Ricardo, estoy muy desilusionada!
-No me digas eso… Mamá, es que Rafa no lo
sabía. No podía decirle a nadie...
-Y esa muchacha?! Creía que tenía más
cabeza, pero ya veo que no! Son un par de críos irresponsables!
-Mamá, no la tomes con Helena que ella no tiene
la culpa de nada, sólo hizo lo que creía mejor para Rafael… y no puedes olvidar
que yo la traicioné. No podía pretender que confiara en mí a la primera… Sólo
que se complicó cuando Rafa me adoptó como su mejor amigo, no podía decirle que
era su papá. Además, Martín podía no tomarlo bien…
Emilia se pasó la mano por la cara
intentando quitarse el cansancio- Tienes razón, hijo. Un café me vendría muy
bien en estos momentos! Vamos por uno… y me sigues contando…. Pero ve sabiendo
que espero conocer a mi nieto hoy mismo, jovencito!
Ricardo suspiró. Tomó la maleta de su mamá y
caminó lentamente hacia uno de los cafés del lugar.
En medio camino, el celular de Ricardo
empezó a sonar. Era Helena.
-Amor? Cómo va todo?!
-Pues... a ver si te quedas sin novio… pero
mamá quiere conocer a Rafita….
-Él también quiere… pero aún está algo
impactado, aunque tu padre es un genio. No ha parado de hacerlo sonreír.
-Sí, mi papá es genial…
-Y tu mamá también lo es… el que estés vivo
aún me lo confirma- Rió.
-No seas mala y cruza los dedos para no
acabar cómo me dejó papá...
-jajajajaja… amoooor! Le tienes miedo a tu
mamita?!- Comentó divertida.
-No es gracioso, Helena... sabes que tiene
la mano pesada... -Dijo hablando bajito para que su mamá no lo escuchara...
Camino a casa, Ricardo le contó todo a su
mamá... finalmente no pasaron a tomar un café pues su mamá sólo quería ver a
sus nietos. Se detuvieron sólo a comprar dos tortas, una que decía
“felicidades, es un varón” y otra que decía “me convertí en hermano mayor”.
Eran pasteles muy tiernos para bebés, pero ellos se habían perdido todas esas
celebraciones...
-Niños! La tata está en casa... -Gritó
Emilia.
-Tata Emy! Ven a conocer a mi nanito... -
Gritó Martín.
Mientras que Rafa estaba un poco temeroso...
El tata Richardo no estaba tan mal, pero estaba demasiado abrumado. Se acercó
con cautela. Vio a su padre cargar dos cajas de tortas…- Te ayudo…- Se ofreció.
-Tu papi puede sólo. Usted venga a darle un
beso a su tata.
-Señora Emilia, soy Rafael…- Le estiró la
mano. Pero sólo recibió un tironcito y cayó en sus brazos y un suavecito zas,
hizo ruido en los oídos de los presentes.
-Cómo que señora Emilia?!. ... soy tu abuela
y tu mi nietecito menor.
-Ash, tata! Es que todo esto es tan confuso.
-Lo sé, pero acaso no es mejor mientras
antes te acostumbres?!
-emmm... con una condición
-y cual sería?!
-No apretar mis cachetes... jajaja!!- Rió,
dándole un besito en la mejilla…- Maaaaa, me voy a casa de Samy. Vuelvo mañana!
-Dijo descarado, pensando que como estaba la abuela no le dirían que no.
-Rafael, no es momento- Susurró Ricardo.
-Y quién es esa Sami que ya me está robando
a mi nietito?! Como es eso que te vas por todo un día?! Apenas te estoy
conociendo, mi niño.
-Sami es su novia, abue... - Comentó Martín,
entrometiendose en la conversación
-Ay, abuelita! Un chico tiene necesidades y
tú venías a ver a Martín.
-Vine a ver a MIS NIETOS! Y qué necesidades
son esas?! -Dijo la señora levantando una ceja. Si Rafa era como su padre,
sabía exactamente cuáles eran esas necesidades
-No me salgas con esas, que papá no se hizo
solo. .. -La miró con fastidio
-Rafael! Mira bien tus palabras. Estás
hablando con tu abuela, no con cualquier persona....
-No sé... nunca tuve una, gracias a ti...
-Le dijo a Ricardo…- Mamá, esto es demasiado para mí... necesito un descanso…-
Rafa se transformaba cuando se trataba de Samantha y ella lo había llamado que
estaba por pasar a buscarlo.
-Hijo, no vas a salir! -Dijo estrictamente
Helena. Su hijo tenía esa capacidad de sacarla de las casillas cuando se
comportaba como un crío malcriado delante de otras personas.
-Mamá… voy a salir! Voy a ver a mi novia. Ya
fue suficiente de éste teatrito…- Replicó de manera hiriente.
-Llama a Samantha y dile que no la vas a
poder ver ni llamar ésta semana. .. luego me esperas en tu pieza. - Le dijo
sería Helena.
-No pienso hacerte caso, Helena! Yo me largo
de aquí… -Hizo un amague de salir de la casa, pero con su condición física aún
un poquito resentida, no llegó muy lejos antes de que cierta mano lo atrapara.
Helena lo tiró con un poco de fuerza y le
dio un fuerte azote.- Ahora!!
-Auuuu… loca! Estoy lastimado, recuerdas?!
-Si no estás lastimado para pretender salir,
no lo estas para unos buenos azotes.
-Pero… pero… -Rafita corrió a los brazos de
su abuelo. -Señooor… dígale a mamá que me dejeee… snif snif…
-Obedece, Rafael.- Se puso seria…- no voy a
volver a repetirlo...
-Mi nietecito adorado, qué está pasando?!
-Le preguntó Ricardo, haciéndole unos mimos en el pelito... En el poco tiempo
que habían convivido, Rafa jamás se había comportado así.
-...snif… snif… no quiero que mamá me pegue…
snifff.. Quiero..Quiero ir con mi novia! snif snif.. Abue, dile que me
dejeee...sino.. si no me voy a escapar!
-A ver Rafaelito... si te disculpas con mamá
no creo que vaya a castigar tu colita traviesa y puedes invitar a Sami a
conocer a tu tata... Mira que hay un rico pastel y sí me lo como todo me puedo
enfermar... Emilia le hablaba con esa dulzura típica de las abuelas, acariciando
las mejillas de su niño.-Anda... a que no quieres conocer a tu tata Emilia?!
Rafael la miró haciendo un puchero. -Pastel
de qué es?!- Preguntó mimoso.
-Chocolate con nuez y manjar. -Dijo Emilia.
-En serio?- Emi sonrió satisfecha. Había
dado justo en el clavo con su nietito. Y si lo salvaba de unas merecidas
palmadas, estaría más que contenta.
-Voy a invitar a Sami un ratito... a comer
pastel, luego salimos un ratito. A que sí, mami? papi? un ratito... me porto
bonito…- Dijo dándole un besito en la mejilla a cada uno de sus padres.
Ricardo y Helena se miraron dudosos. Sabían
perfectamente lo que su hijo intentaba hacer… Odiaban ser manipulados, pero no
querían más malas caras de Rafita, por lo que accedieron a darle una hora de
permiso. Sólo esperaban no arrepentirse... mucho!
Sami no se hizo nada de problema… ella feliz
le coqueteó hasta a su suegrita grande. A la única que evitaba era a Helena.
Pero cuando llegó la hora de irse, la chica insistía en que Rafael se fuera con
ella. Había tenido una discusión con su madre días atrás por lo mucho que Sami
le recordaba a su padre y luego de aventarle un vaso de whisky por la cabeza la
había corrido de casa a empujones, así que llevaba tres días
viviendo en el departamento de soltero de su papá… Y a pesar de que todos
pensaran que eso era genial, a ella no le gustaba estar sola… ella esperaba que
su mamá la extrañara, aunque sea un poquito y la llamara para que volviera a
casa. Pero si Rafa se iba con ella unos días, la soledad sería mucho más
llevadera.
-Rafa, vamos, dijiste que te irías conmigo…
-Le hizo un pícaro puchero…
-Gatita… -Rafa miró en dirección a sus
papás. -En la noche… lo prometo…lo juro, lo juro, pero no hagas esa carita.
-Pero Rafa, lo prometiste…
-Lo séeee.. pero… si nos vamos ahora seguramente
mi madre no nos dejará y no quiero que me castigue delante de los padres de mi
papá… si nos vemos en la noche, no podrán decirme nada porque ni se van a
enterar
-Mira, Rafa. Si no llegas mejor te olvidas
de mí… Yo saldré contigo o con otro, es tu opción.
-Qué dices?!- Rafael no podía creer lo que
había escuchado. Se había llevado cuántos castigos por culpa de Samy y ella le
salía con eso?!
-Lo que oíste… Tú elijes!
-No eres más que una buscona, cualquiera,
loca descaradaaa. Le grito sin pensar herido por los dichos de Sami.
-Te sorprende?! No fue por eso que te
metiste conmigo?… Yo puedo ser una cualquiera y lo prefiero… No voy a ser la
señora que se queda en casa mientras la gorrean con la primera mini que se les
cruza… Yo elijo con quien estar, saltar de una cama a otra… Porque, que sepas
que el hombre nunca se queda con su señora… o pregúntale a tu madre… No se
quedó con el marido de su mejor amiga?… y tú, Rafael, no eres distinto a mí,
porque para un rapidito detrás de las cortinas sí tienes tiempo, pero para
estar conmigo cuando te necesito jamás si no implica sacarme la ropa… Sabes?! Olvídalo!…
Tengo más que claro que yo con ropa no valgo nada… Felicidades, Helena! Te
libraste de la zorra. Dijo dándose media vuelta. Las lágrimas… amenazaban con
salir y ella no les daría el gusto… estaba destruida… rota en mil partes, pero
ese no era problema de nadie.
Samanta salió hecha una fiera herida de
aquella casa. Sentía los gritos de Rafael detrás suyo, pidiéndole que lo
perdonara, pero esas palabras le habían dolido mucho. No se esperaba ese ataque
por parte de su amado. Rafael lo era todo para ella, esperaba que ella también
lo fuera para él, pero por lo visto no era así… pero ella no era de echarse a
llorar… estaba acostumbrada al rechazo… y si para el mundo no era más que una
prostituta por qué no serlo… Para qué esmerarse en ser buena si era claro que
en ella no había nada bueno?! No en vano sus padres se habían deshecho de ella
a la primera oportunidad.
-Mamiii… suéltameee… Se va.. ella se va… yo
no quise decirle esoo! Snif snif…No quiero que se vayaaa... -Lloraba Rafael en
los brazos de su madre. Helena sintió feo en su corazón por el dolor que había
visto en los ojos de aquella niña. Miró a su amado y vio que él tampoco quería
que Sammi se fuera… No necesitaron decirse nada. Ricardo ya estaba bajando las
escaleras para ir detrás de Samanta.
-Tranquilo hijo… el papá va a ir por Sami…
es mejor que vaya el papi, sí, bonito?!… Todo se va a arreglar.
-Noooo. Yo debo ir, mamá… snif snif. Yo le
fallé. Fui.. snif snif.. fui un idiota. Si la pierdo me mato
-Eso jamás, Rafael. Ni en broma… -Lo
reprendió fuerte…
Ricardo ya había alcanzado a la niña, porque
no era más que eso una niñita…
-No! Déjame… déjame! No valgo nada… lo
entiendo. Ya no me verán cerca de Rafael… ya no más, ya no más… -Lloraba con
tanta angustia-… ya no puedo máss… ahgggs ya no más… -Su llanto ya estaba a
niveles convulsivos. La pobre no alcanzaba ni a respirar. El dolor del abandono
y la traición era demasiado para contenerlo en un envase tan chiquito como era
ella...
Ricardo se encontró alzando a la chica en
brazos, sorprendiéndose de lo poquito que pesaba. -Shhhh…-La arrulló con su voz
tratando de calmarla. -Ya, princesa. Todo estará bien… Tú eres valiosa, mi
niña. Rafa te ama y… y yo también te quiero mucho, y aunque a Helena le cueste
admitirlo, yo sé que ella también te quiere… -
-Como van a quererme?!... Si ni mis papás me
quieren... -Dijo, abrazándose a Ricardo... -Mi Rafa no me quiere.
-como que no te quiere… te adora, mocosita boba!
Y tú lo sabes… -Le dio un beso en la nariz. No quedaba nada para que llegaran a
la casa. -Ya no llores así, prometo que pondré lo mejor de mí para hacerlos
felices. A ti, a Rafa y a Martín.
-Por qué… por qué lo harías?!… Yo no soy tu
responsabilidad… -Preguntó la niña hipiando…
-Cómo que no? Tú eres la novia de mi hijo. Y
además, quién dice que hace falta ser responsable legal para quererte? El amor
no nace por lo que diga un papel o alguna ley, jovencita. Nace de aquí…- Señaló
su corazoncito roto.- Tú te ganaste un lugar muy grande en el mío.
-Estoy rota… Puedo terminar dañando a
Rafael… No deberían dejarme estar a su lado… -
Ricardo se detuvo en seco. Tenía razón su
nuerita. Ponía en riesgo a su propio hijo. Pero... no podía dejarla sola. Eso
era seguro. Él odiaría si a su hijo le hicieran lo mismo.
-No digas eso, pequeña… sabes que no es
cierto… -Dijo tratando de recordar todo lo bueno que la niña había hecho por su
hijo y su familia cuando se destapó todo lo de Rafín… Samy estaba sufriendo,
ahora era el momento de ayudarla…
-Lo es. Yo sé que es verdad.. snif snif
sino..snif … si no mi papá estaría aquí… - Pero calló. Para qué ponerlo al
tanto a su suegro de sus pesares. Eran sus problemas. No había por qué
involucrar a más personas… aún cuando necesitaba con todo su corazón de
aquellos brazos protectores y de la contención que la familia de su novio
pudiera darle.
-Vamos, tranquilita y sin pelear… -Le habló
con cariño cuando llegaron a casa… No quería que le saltara al cuello a su Rafa
en el segundo que lo viera…
Al entrar, Rafael estaba hecho un mar de
llanto en los brazos de su abuelo. No paraba de decir que había sido un tonto.
Sami sonrió al escucharlo, pero la sonrisa le duró dos segundos. Después, un
gesto sombrío cubrió su rostro de niña pícara.
-Samita…
-Rafael… -Ella estaba dolida.
-Samiiii, perdónameee!!! -Lloró tratando de
abrazarla. Pero Samantha lo detuvo.
-No quiero hablar contigo, Rafael… -Le dijo
seria, escondiendo el rostro para limpiarse las lágrimas. La chica se sentía
incómoda junto a Helena, sobre todo después de lo que había dicho. Cuando logró
calmarse, miró seria a Ricardo… -Ya estoy bien. Es mejor que me vaya…
-No. Tú no te vas hasta que hablemos!- Dijo
Rafael, tomándola de la mano. -Escúchame al menos… después, si quieres irte-
Suspiró - lo entenderé…-Pero no lo aceptaría, eso seguro.
-De qué quieres hablar, Rafael?! De lo
suelta y resbalosa que soy?!
-Nooo.. Tú no eres eso. Perdóname! Lo
siento, Amor. No debí decir eso… estaba enojado y lo siento...
-lo dijiste… Está bien que todos lo piensen,
lo entiendo. Tengo claro que tu mamá me ve como una venérea andante… pero tú?!…
Que tú me veas así… -Las lágrimas comenzaron nuevamente a caer
Rafael lloraba tanto como ella. No
encontraba las palabras para decirle cuánto se arrepentía de haber dicho eso.
Se había enojado mucho y su gran bocota habló sin frenos. Él no pensaba eso de
Sami, la amaba porque amaba todo en ella. Su belleza, su libertad, el modo en
que lo hacía sentir, y volver loco. -Te amo, Sam… Creéme o me voy a morir.
-No digas eso, ratoncito… no lo digas! No me
dejes sola tú también… -dijo, abrazándolo con fuerza.
-Me perdonas por ser un idiota sin cerebro?
-Hey! Es mi ratón del que hablas… -Dijo
regañándolo… -Tienes mucho cerebro para tu propio bien… y tal vez es por eso
que tu cerebro te dice que te alejes de mí
-Cerebro tonto. Si eso pasara mi corazón
dejaría de vivir. Creo que le haré caso a mi corazón. Te amo, gatita
-Y yo a ti…
Rafita la tomó de la mano y la llevó a su
habitación.
Helena se aclaró la garganta. -Ya vamos a
almorzar, cariño. Samantha se va a quedar, verdad?!- Dijo mamá, tratando de
evitar de una manera diplomática que los chicos quedaran a solas.
-Claro, suegrita… ¿le ayudo con la mesa?
Ricardo sonrió, haciéndose el distraído.
Helena no se esperaba esa respuesta de la niña.
Sami la quedó mirando como esperando una respuesta…
-no mi amor, no es necesario. Ya Martin
ayuda a mamá. -Ofreció amablemente a su hermano… -mientras nosotros vemos una
peli.
-Por qué yoo?!- Reclamó el muchachito.
-Ayudarán los tres! -Sentenció Emilia.
-No se vale, tata Emilia… se supone que
debes mimarme… -Se quejó Rafa
-Pero si no es nada lo que tienen que hacer.
Vamos, que yo los ayudo. -Tomó las manitos de sus nietos, tirándolos un poquito
para que caminaran.
La mesa estuvo lista en unos minutos y
Ricardo sirvió los platos de la deliciosa pizza que había preparado para
agasajar a su madre y que ésta no lo matara por lo de Rafita…
En algún momento de la cena, con cuidado se
acercó a su mamá…- Y qué piensas de tu nuevo nieto, mami?…
-Es precioso, hijo, por eso no te voy a
perdonar tan fácilmente que lo hayas ocultado por tanto tiempo. Ese mocoso es
igual a ti… Fuiste un desconsiderado con tu padre y conmigo. Qué decir del
niño! Él te necesitaba, cariño. Eso se nota. Después de comer, tú y yo
subiremos a tu alcoba a conversar más abiertamente todo este asunto.
-A “conversar”, mami?!… Mira que hice tu
pizza favorita… Anda, maaa, di que me perdonas…
-Vamos, hijo. Después todo estará perdonado.
-Parece no importar que sea un adulto,
verdad?!… -Se quejó
-Nop. Tú eres mi niño, tengas la edad que
tengas- Emi sonreía burlonamente. Le hacía gracia el puchero de su hijito. No
pensaba castigarlo… o tal vez sí? Eso lo averiguaría pronto.
Ricardo comió con un nudo en el estómago…
Los chicos se pusieron a ver una película en el living, mientras Helena se
tomaba un café con Ricardo abuelo, para dejar a Emilia conversar en privado con
su chico.
-Quiero decirte, mamita, que lo siento
mucho. Sé que debí haber reconocido a Rafael desde el momento en que supe de
él, pero no lo hice por… por proteger a Martín, pero me equivoqué… él lo
necesitaba tanto como yo… Podrás perdonarme?
-Aún no entiendo en qué pensabas mi cielo…
como se te ocurrió una pelotudes de ese porte... hijo, fueron años… privaste
a un niño de tener un padre… a Martin de tener un hermano… privaste a
Rafa de su familia…
Ricardo sollozó bajito, sintiéndose un
cobarde. Es que, pensándolo bien, había sido eso. Tuvo muchas veces la
oportunidad de corregir su error y darle su apellido a su niño. Su amor no
hacía falta, porque desde que conoció a Rafín, él lo había tratado precisamente
como lo que era, su hijo.
-Ricardo, quiero una respuesta, caramba!!
Qué en que mierda estabas pensando?!- Reclamó, dando un manotazo en el velador,
haciendo saltar a su hijo
-No séeee… no sé, mamá. No sé por qué lo
hice… Si pudiera volver el tiempo atrás lo haría y trataría de hacer las cosas
bien.. snif snifff… pero...pero ya no puedo.
-Niño descabellado, qué ideas más locas…
Corazón, tendrás que compensar mucho a mis nieto, bonito de mamá… Mi niño, por
más intento entenderlo no lo logro… pero una cosa, jovencito, tendrán que
buscar ayuda… Rafita aún no lo supera… ya viste como te gritó… eso es producto
de heridas que no han sanado.
-Snif snif… lo sé.. snif… mi bebé sufrió
mucho por mi culpa. Pero pondré todo mi esfuerzo para sanar esas heridas. Lo
prometo, mamita. -Ricardo se había ido acurrucando a un costadito de su mamá,
tratando de hacerse pequeñito a su lado. Emilia pasó su brazo por encima de los
hombros de su hijo e hizo que apoyara su cabeza en su hombro. Desde allí
escuchaba los hipos y suspiritos entrecortados de su “niño”. -Shhhh, tesoro.
Shhhh… eres un gran hombre, mi bebé. Sé que podrás hacerlo. Y nos tienes a
nosotros para que te ayudemos. No habrán más secretos, mi rey, ni uno solo,
estamos?!
-Ni
uno solo… -Dijo, antes de dormirse, tranquilo por primera vez, ya no habían más
secretos en la familia.
Me encanto que bueno que no hay más secretos, pobrecita Sami que clase de padres.
ResponderBorrarLady....Ariane, ha sido esplendido leerlas en esta entrega tan sorpresiva, hacia mucho que no sabiamos de ambos niños y ahora de pronto un cap genial
ResponderBorrarEste capítulo fue muy emotivo, la crudeza del juicio premeditado que a veces hacemos la gente a los que no conocemos por un simple detalle que no es de nuestro agrado, puede obrar tanto daño y eso es lo que pude apreciar con Samy y el concepto que le tiene Helena sin indagar las verdaderad razones o ponerse a pensar en el dolor causado
O la crudeza con la que la muchacha se defendio del previo ataque yo diria a traicion, mencionando o quizas distorcionando la realidad del origen de la relacion de Helena y su marido.... Fue muy fuerte
Las felicito, este capitulo ha despertado mucha pena en mi por la situacion que rebela la muchachita...
Ojala las cosas mejoren para todos y Helena aprenda un poco de esto en cuanto a humildad y no es porque ella haya dicho algo hoy..
Sino en como afecta el concepto que tiene de Samy para que su hijo se anime a decir lo que dijo creyendose con derecho a lastimar
Marambra
Pd... En espera de una nueva aventura
Los prejuicios sociales y los errados conceptos que se suelen formular a raiz de un detalle que no es del completo de agrado de uno, puede muchas veces ser utilizados para herir con total libertad a las personas, y eso es lo que pude apreciar entre Rafa y Samy...
ResponderBorrarComo los despectivos comentarios de la gente pero sobre todo la pobre opinion de Helena han obrado inconscientemente en su hijo un arma muy dolorosa
Y este detalle tan finamente captado por ustedes han obrado un capitulo emotivo lleno de tristeza y esperanza
Lady...Ariane las felicito...fue un placer leerlas valio la pena trasnocharme por ustedes
Con cariño
Marambra
Lady...
ResponderBorrarAriane..
Han captado con verdadero arte... El arte de herir a las personas utilizando el arma mas vieja de todas... Los malos comentarios.
Me ha causado mucha tristeza la pobre realidad de Samy... Y me dio ganas de darle un tortazo a su novio... Pero gracias a Dios la oportuna intervencion de su padre obro el milagro...
Chicas...
Fue un capitulo muy emotivo, violento en el sentido de las crudas realidades
Las felicito
Con cariño
Marambra
Bueno jjjjjjj
ResponderBorrarSi yo de nuevo....como vetan es un detallado comentario primero que perdi en el camino...un segundo mas resumido que volvi a perder y un tercero ya puro estres jjjjj
Y ahora estan todos jajaja
Un besote que tengan un lindo dia
Marambra
Marambra Sami podra tener sus motivos pero no cambia el hecho de ser quien es, Helena es madre de Rafael es obvio que se preocupe por él y que no le guste en que se convierte cuando esta con la niña, pues pensado tuvo una vida dura no hay que juzgarla sólo entenderla las cárceles estarían vacías y tendríamos que aguantarnos los asaltos homicidios violaciones sólo porque los pobres son víctimas del sistema y tuvieron historial de abandono, somos seres racionales o deberíamos serlo que vivimos en sociedad por lo que debemos comportarnos en consecuencia y además llega un punto que no podemos seguir culpando a nuestros padres de nuestras decisiones o nuestro actuar.
ResponderBorrarMarambra Sami podra tener sus motivos pero no cambia el hecho de ser quien es, Helena es madre de Rafael es obvio que se preocupe por él y que no le guste en que se convierte cuando esta con la niña, pues pensado tuvo una vida dura no hay que juzgarla sólo entenderla las cárceles estarían vacías y tendríamos que aguantarnos los asaltos homicidios violaciones sólo porque los pobres son víctimas del sistema y tuvieron historial de abandono, somos seres racionales o deberíamos serlo que vivimos en sociedad por lo que debemos comportarnos en consecuencia y además llega un punto que no podemos seguir culpando a nuestros padres de nuestras decisiones o nuestro actuar.
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