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jueves, 25 de junio de 2015

Lazos de Sangre – parte 4-



Lazos de Sangre –  parte 4-  
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Andy estaba solo en casa, tenía el teléfono en la mano.
Andy: papá no te puedo esperar una hora… quede de  salir a las 2… no a las 3 o 4 cuando  llegues.
Samuel: hijo pues como se te ocurre decirme a esta hora, busca dinero en la cocina o ve si deje en la cómoda… no me estés sacando las cosas y no te pongas a curiosear lo que no te importa de acuerdo.
Andy: si papá. Adiós
Se fue corriendo a  la cocina, buscando en todas partes, encontró algunas monedas y un billete de una cifra mínima, pero con eso no podía hacer nada. Se fue al cuarto de su padre y saco un cajoncito tirando todo a la cama, algunas monedas cayeron pero no era la gran cosa, así que se puso a buscar en todos los cajones de su padre… dejando su última opción para el final un cajón que no tenía permitido abrir, se lo pensó un poco pero tomo el riesgo, había papeles, algunas cosas de valor, una cajita con lo que parecían fotos y una caja más cerrada con llave había un puñado de billetes y tomo uno pero una foto le dio curiosidad y las tomo, eran de él, de cuando era pequeñito no las había visto tenía un álbum de fotos pero ninguna donde tuviera menos de 3 años. Solo había visto dos fotos de él, pero solo. Se puso a mirar una tras otra parecía que estaba en una escuela, pensó que en una guardería pero eso más que parecer una guardería parecía una casa, sintiendo un dolor en el estómago se puso a revisar los demás papeles, hoja tras hoja encontrándose con lo que su padre le ocultaba.
Los documentos eran sobre la adopción de  un niño de tres años cinco  meses, venia un archivo con el  nombre, sexo, características del niño, un acta de nacimiento con los nombres de los que deberían ser sus padres, no termino de leer todo, lo dejo, se sentía mal, le dolía el pecho no podía respirar… ahora entendía porque su padre a veces  le hablaba como si fuera un amigo, porque no le decía mucho sobre su madre y porque casi no se parecía a él, porque no conocía a sus familiares… solo lo tenía a él y ahora resultaba que ni eso tenía.
El tiempo se le había ido volando pasaba de la hora en la que se había quedado de ver con su ahora novia, estaba sentado en el piso llorando sosteniéndose las piernas, pensando que si era tan mal hijo para que sus padres lo hayan  abandonado, su cuerpo se movía mucho sus hombros bajaban y subían cada vez que respiraba y dejaba soltar un llanto lastimero.
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Samuel acababa de llegar cuando vio la cocina desordenada.
Samuel: aa muchacho este… lo primero que uno le dice y lo primero que hace… no, no, no… -dejo las cosas en una mesa y fue al refrigerador tomo un sorbo de jugo directo de la botella lo tapo y se fue a su cuarto para cambiarse y bajar a comer algo… entro y se queda parado viendo a Andy en el piso llorando, cosas en su cama y  en el piso.
Samuel: que carajos haces… te dije que no estuvieras husmeando…
Andy: buuuaaa… eee eres un mentiroso shiff.
Samuel viendo  todos los papeles no necesitaba que su hijo le dijera por qué lloraba: vamos párate, te va hacer daño.
Andy: y a ti que te importa. No eres mi padre…
Samuel: soy tu padre.
Andy: no, no lo eres… buaaaag aag buaaaa… mis padres me tiraron, me dejaron… no tengo a nadie…
Samuel: nadie te tiro y no estás solo, tienes a tu padre.
Andy: no eres mi padre… soy un maldito huérfano del que se apiadaron y al que desecharan como si fuera una basu…
No alcanzo a terminar la palabra cuando  Samuel le dio un palmazo en la mejilla no muy fuerte apenas dejando un poco rasa su mejilla, Andy solo derramaba las lágrimas ya no dijo nada, pensando que se lo merecía, a fin de cuantas no era nadie.
Samuel: eres el mejor hijo que alguien pueda tener, no eres ninguna basura y nadie se desharía de ti, un papel no significa nada, es solo eso… un papel… los papeles mienten.
Andy: las personas también.
Samuel: quieres una prueba de paternidad? Y que si dice que eres mío… que?  Y Si dice que no eres mi hijo… que? No va a pasar nada… tú eres y vas a seguir siendo mi hijo.
Andy: buaaaaaa
Samuel levanto a su niño cargándolo se sentó en la cama con él, dejándolo llorar en su pecho.
Samuel: shuuu ya deja de llorar o te vas a poner mal… además estas llenando mi camisa de moquitos… tú la vas a lavar e.
Andy: shiff aaag mmm –se limpió las lágrimas en la camisa de su padre-
Samuel: deja de pensar en tonterías que sé que tienes en esa cabecita… un papel no cambia nada entre tú y yo. Te quiero mucho aunque mi camisa este llena de mocos.  Oye dejaste plantada a Mery… sabes, te va a matar. Quieres que le hable y diga que te sientes mal.
Andy: aaag shiff –asintió con la cabeza-
Samuel: okey espera un ratito –lo acostó en su cama y fue a llamar, disculpándose con la chica y diciendo que Andy se había puesto mal pero que no se preocupara.
Mery: está bien?
Samuel: yo espero que sí.
Mery: puedo ir a verlo?
Samuel: mmm que tal si mejor se ven mañana.
Mery: está bien… le mando un beso a mi muñeco.
Samuel colgó el teléfono y se fue al cuarto, acostándose a un lado de Andy y acariciándole la espalda para tranquilizarlo y así quedándose dormidos.
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Andy despertó y se puso a ver  fijamente a su padre, su color de pelo era diferente tenia algunas cosas en común, pero en el mundo hay personas con los mismos rasgos, como color de piel o color de ojos, respiro profundo y recargo su cabeza en su padre asiéndolo despertar.
Samuel: dormiste bien?
Andy: vas hacer mi papá?
Samuel: tonto… ya soy tu padre. Tú crees que es tan fácil deshacerse  de mí, pues no. Pero dejando eso…  no te dije que no te quería husmeando en mis cosas?
Andy: tú tienes la culpa, no deberías de tener secretos.
Samuel: hijo todo mundo tiene secretos… tú tienes los tuyo y no te estoy interrogando para que me los digas o si… o me vas a decirme que no tienes ningún secreto.
Andy desvió la mirada de su padre, ya no le dijo nada.
Samuel se paró de la cama rumbo a la cocina: vamos a comer… a por cierto joven,  estas castigado un mes por curioso.
Andy: porque?
Samuel: y recoges todo el cochinero de la cocina.
Andy se quedó viendo a su padre hasta que lo perdió de vista, respirando profundo y pensando en sus palabras, él no quería saber nada, si Samuel había aceptado ser su padre era el mejor del mundo, no preguntaría más cosas, ya no pregustaría sobre su madre o por nadie más,  ere él y su padre como siempre lo fue… se paró de la cama y salió corriendo tras de él.


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