En
un mundo postapocalípctico, algunos años después de que Trump provocara la
corta y devastadora tercera guerra mundial. En la tercera planta de lo que
quedaba de un edificio con la mayoría de las ventanas rotas que se levantaba
entre ruinas a las afueras de Monterrey. Se encontraba un chico de 14 años de
edad en uno de los cuartos en el que había una mesa, una silla de plástico y
varios cuadernos de hoja de piedra (los únicos que sobrevivieron los años en
buen estado a las inclemencias de las circunstancias).
El
chico estaba sentado revisando sus apuntes flanqueado por un chico fortachón de
unos 15 años y uno pálido y algo flaco de no más de 13 años con unos anteojos
quebrados.
En
ese momento entran dos chicos también de unos 14 años pero con el cuerpo más
trabajado y la piel bastante más bronceada que el que está en el escritorio
improvisado. Estos dos traen cada uno una ametralladora en la espalda y van
casi arrastrando a un chico de unos 10 años.
―Lo
encontramos robando comida en el invernadero.
Hizo un hoyo en la tela para entrar.―dijo el chico que lo sostenía
mientras arrojaba al niño al suelo y lo obligaba a arrodillarse frente al
escritorio.
El chico del escritorio lo observó un momento.
El niño de ojos grises lo miraba furioso con su cabello castaño claro enredado
salvajemente. El niño estaba rústicamente atado con lo que seguramente era una
cuera de agujetas anudadas entre sí.
Ignacio
se levantó de la silla. Y se acercó al niño que lo miraba amenazante y mudo, y
lo levantó de un tirón de los hombros.
— ¿Cómo te llamas?
— Yo no hablar bien español
— I don’t care. What’s your name? Tienes que
aprender español because you are not in USA anymore.
— Jacob
— Ok. Jacob. Veamos, no debiste habernos
robado y dañado el invermadero, mereces un castigo, punishment, y si fueras un
adulto te mataríamos, yeah, we would have killed you. Pero como todavía eres un
niño vamos a darte una oportunidad, pero de una paliza ni la muerte te va
salvar. Yeah, whipping.
En
ese momento Ignacio hizo una seña con la cabeza y los dos chicos que lo habían
capturado desnudaron al niño que al principio se resistió pero cuando el
fortachón de 15 le cruzó la cara con una cachetada se calmó. La razón por la
que Ignacio obligaba que lo desvistieran no era solamente para que los azotes
fueran más efectivos sino para hacer un primer diagnóstico de la salud del
niño, pues no quería poner en riesgo la salud de los demás niños del
campamento.
Ignacio
notó que el niño estaba muy sucio, lo cuál no lo sorprendía en lo absoluto
dadas las circunstancias, pero además de las cicatrices normales y de una
reciente herida en el pie izquierdo que parecía estarse infectando no notó nada
que le preocupara.
Finalmente
los chicos sujetaron al niño contra el escritorio y el chico de anteojos le
pasó un cable que colgaba de un clavo en la pared. Era un cable de ethernet ni
muy largo no muy grueso, mismo que Ignacio dobló en dos y se preparó para
aplicar el castigo.
Swish…
sonó el primer azote y el cable impacto en medio de las nalgas desnudas.
Swish…
Swish… siguieron los azotes con pausas cortas entre uno y otro. Swish… Swish… a
cada azote el niño se estremecía pero no había perdido la compostura. Swish …
Swish… Swish … los azotes siguieron bajando hacia los muslos y finalmente el
niño comenzó a quejarse del dolor. – STOP! Swish… STOP PLEASE! Swish … Swish… Aaah!
y el niño rompió a llorar derrotado por el dolor. Swish .. Swish… el llanto del
niño continuó intensificándose momentáneamente cuando caían los azotes. Pero
Ignacio dejo caer dos más sobre las piernas que hicieron a Jacob dar
exclamaciones de dolor y después se detuvo y le entregó el cable al chico de
los anteojos que lo volvió a colgar en el clavo.
Soltaron
al niño que cayó al suelo hincado y llorando todavía. Ignacio tomó un bote con
agua limpia que tenía al lado del escritorio y le hecho un poco en la cara y en
las manos al niño y luego le desató las cuerdas. El niño inmediatamente se
llevó las manos atrás para sobarse y tratar de aliviar un poco el dolor.
Ignacio
y los demás chicos esperaron un poco a que se recuperara, y después lo ayudó a
levantarse y le señaló a un cuarto aledaño.
—Báñate
ahí. Wash. Solo no te acabes el jabón. Ahorita te suben un poco de agua
caliente. Hot water, clean clothes, just wait.
Jacob
caminó indeciso al otro cuarto donde efectivamente había una bañera vieja, un
excusado y un lavabo. Todo se veía funcional excepto que no tenía agua
corriente sino tambos con agua. ¡Incluso había un jabón de barra a lado de la
bañera! Jacob espero como le habían indicado, todavía temblando un poco.
Auch pobre pequeño 😖😞
ResponderBorrarLe dieron muchas y es chiquito todavía pero robar si merecía un castigo!!
Que interesante capitulo...