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martes, 7 de enero de 2020

Capítulo 20 “Volviendo al bachiller”

Capítulo 20 “Volviendo al bachiller”

PHILL
Estas no eran matemáticas, era el infierno y lo estaba viviendo en carne pura. Como es que el sistema había cambiado tanto, ni 20 años habían pasado desde que había terminado la escuela.
Era el primer día de tutoría con James. Habíamos determinado que los lunes, miércoles y viernes por la tarde James se pasaría por la casa para repasar en lo que estaba perdido en clase. Yo por mi parte cumplí con lo que habíamos conversado y desde el lunes pasado James había empezado a ir a un taller de Arte y por lo que sabía de Ryan el chico estaba maravillado.
A cambio de lo anterior, James había llegado a estudiar hoy con la mejor disposición de todas, pero con el pasar de los minutos había comenzado a perder la paciencia.

James: tío, no creo que se haga así…- decía mientras miraba mi desarrollo del maldito ejercicio numero 7- a ver déjame que lo intente- iba a quitarme la libreta, pero le lancé una mirada fiera- está bien, está bien, te dejo- iba a seguir en lo mío, pero justo llegó Sam al comedor.

Sam: eu… que serios están aquí, ¿cómo estás James?- ambos se dieron un saludo cómplice y Sam se centro en mi- ¿en qué están? hey trigonometría que genial- al escuchar aquello le miré tal como si le hubiera salido una tercera cabeza- ¿qué sucede? ¿tengo algo?- Sam comenzó a tocarse la cara buscando algo inexistente que quitar.

Phill: ¿dijiste que esto… - le alcé el cuaderno frente a su rostro- …es genial?

Sam: pues si, a mi me gustó mucho esa unidad del curso pasado, bueno y de este curso- Sam tomó la libreta y en menos de 3 minutos ya tenía resuelto el ejercicio.

James: anda eres un genio, con el tío llevábamos casi 15 minutos con este problema- como pude olvidarme de Sam y su cerebro.

Sam: pero si era muy simple, pa, no estabas utilizando la fórmula por eso no te resultaba, si quieres yo puedo enseñar a James, no tengo planes para hoy

James: ¿de verdad? ¿Tío esto te molestaría?- mientras eso signifique que puedo dejar de hacer estos insufribles ejercicios por mi estaba mejor que bien, estaba perfecto.

Phill: no me molesta chico, de todas formas, Sam de seguro te explicará mejor que yo- los dejé seguir con el estudio y yo pude ir a mi habitación a recostarme un poco.

Tome a los bebes y los tres nos quedamos profundamente dormidos.
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Keith: que bueno el estudio, no conocía este método y ¿tú?- abrí los ojos con dificultad y pude ver a los hermanitos mirándome con burla desde la puerta de la habitación.

Ryan: pues no la verdad, además eso nunca me resultó, lo intenté un par de veces en la universidad y siempre terminaba con un suspenso y con papá muy cabreado- me desperecé y los miré enfadado- ¿te dejó muy cansado volver al bachiller Phill?

Phill: las matemáticas son horribles, ni un mísero ejercicio pude realizar bien y salí con un 10 en mates de la secundaria, simplemente no lo entiendo.- me levanté con cuidado de no despertar a Noah y Julie, acomodé unas almohadas en los costados y continué la conversación.

Ryan: los años cuñadito, la mente ya no funciona como antes, aunque estás muy joven aún, ¿estás seguro de que puedes edificar planos en tu trabajo? ¿necesitas que te recete algo?- le di un empujoncito fuera de la habitación para no despertar a los bebes y continué.

Phill: te voy a dar Ryan, que soy más joven que tú por lo que puedo ganarte en una pelea- el solo me dio una carcajada de respuesta que bajó considerablemente el tono de está cuando le miré enfadado apuntando la habitación en donde estaban los peques durmiendo- por cierto, no te preocupes que le encontré un profesor suplente a Jamie, por lo menos hasta que le inviten a salir un viernes por la tarde.

Keith: por la mañana te había dicho que le preguntaras a Sam, ese chico considera las matemáticas igual de emocionantes que un partido de futbol- creo que estaba muy dormido por la mañana para escuchar a Keith decirme aquello.

Ryan: no comprendo la fascinación, yo y las matemáticas somos los peores amigos del mundo.

Keith: entonces ¿por que le exiges tanto al chico? Casi ni levantó la cabeza del libro cuando le saludamos, según recuerdo eras bastante vago cuando íbamos al instituto, diario papá estaba regañándote.

Ryan: le he pedido consejos a papá, además el chico no tiene por que seguir mis falencias ni mucho menos enterarse de ellas.

Keith: entonces mejor ni pienso en contarle lo de tu excursión a Random Music en México cuando tenias 17 años- Ryan al escuchar aquello abrió los ojos fuertemente.

Phill: hey yo quiero saber eso- había muchas cosas interesantes de Ryan que me gustaría saber.

Ryan: no te atrevas Keith, Phill ya te contaré yo cuando nos vayamos de copas algún viernes por la noche, dejemos a Keith de niñera y te contaré todo lo que quieras saber, mira que tengo unas historias de tu noviecito que valen oro.

Phill: eso suena increíble, ¿Qué opinas Keith?- el nombrado nos miró enfadado- te llevaríamos, pero anda tu a encontrar una niñera que quiera cuidar a 11 niños por la noche.

Ryan: pues mejor por la noche que por…

CRASH!!!- un fuerte ruido nos interrumpió.
¡¡¡RUSH!!!- y otro más fuerte como el anterior.

Los tres corrimos rápido al lugar de donde provinieron los estruendos y nos encontramos un gran desastre al llegar.
La cocina estaba hecha un desastre, los estantes de la vajilla se habían volcado completamente dejando todo vuelto nada y justo a un lado de todo el desastre se encontraban Nathan y Maddie mirándose con asombro.
Había vidrios desperdigados por todo el piso de la cocina y justo por la puerta apareció un somnoliento Noah caminado torpemente. Seguramente había despertado con el estruendo.

Ryan: hey pequeñajo cuidado que te cortas- les alzó en brazos y le zarandeo para hacerle reír y despertarle del todo.

Noah: ¿el piso es lava tito?- le preguntó el enano emocionado por lo que creía que era el juego que jugaba con sus hermanos.

Ryan: así es enano, es lava y adivina como le apagaremos- el peque le miró curioso- con un helado.

Noah: ¡sí!- Noah saltó de alegría en los brazos de su tío- podemos llevar a Julie, Matt, Max, Sam, Joe, Nicole…- estaba extasiado, no solemos comer helado en casa, por lo que el peque al parecer quería compartir con todos esa novedad.

Phill: pueden ir todos menos Max y Joe, Ryan y no les des mucha azúcar que luego les dejas aquí y te vas todo campante a casa.- el solo asintió mientras sacaba las llaves de la van del cuenco de llaves que había en la cocina y Salió de escena.

Keith: bueno y ¿quién me va a explicar el desastre de aquí?- Keith se plantó frente a los dos pequeños nerviosos o mas bien Nathan estaba nervioso y Maddie solo se sonreía a su lado, ella aun no entendía del todo el concepto de estar en problemas, y sobre todo no conocía a Keith en esa postura- estoy esperando niños- debo de reconocer que desde el incidente con Max, Keith había cambiado con creces su actitud, y eso se ve claramente ahora mismo, antes Keith en una situación de estas estaría gritando como un basilisco y no preguntando pacíficamente que ocurrió.

Nathan: papi fue mi culpa, estábamos jugando y corriendo y me estrellé con la estantería- el peque mientras relataba los hechos comenzaron a salirle lágrimas y gimoteos.

Keith extrañamente suavizó su expresión y se acercó a Nate y le alzó en brazos.

Keith: ¿te diste en algún lugar, pequeño?- le examinó y yo rogué para que estuviera bien, ya habían pasado muchos incidentes en muy poco tiempo en casa.

Nathan: estoy bien, no me caí ni nada… papi, de verdad lo siento mucho, no te enfades, no dejes de quererme ¿sí?- eso golpeo fuertemente a Keith. Me miró dolido y comenzó a caminar con el chico en brazos mientras le hablaba.
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KEITH
Mi corazón se había partido en dos… primera vez que me doy cuenta de lo tan equivocado que estaba antes, que tan mal me había comportado que mi pequeño hijo de 8 años pensaba que yo iba a dejar de quererle solo por haber roto un par de platos. Simplemente eso me hacia tripas el corazón.

Acuné a mi bebe por lo menos durante 5 minutos y luego me enfrenté a la realidad.

Keith: cariño, yo jamás voy a dejar de quererte, eso no pasará nunca- le miré a sus ojitos con lágrimas y le di un beso en la mejilla- ¿qué hizo papá para que pienses eso bebe?

Nathan: es que siempre estás enfadado o lo pasas a estar de un minuto a otro y me asustas papi- nunca lo vi de esa manera… soy estricto, claro que lo soy, no soy como Phill que pregunta antes de actuar, no, yo actuó y luego pienso y pregunto, aunque no la mayoría de las veces.

Keith: mi vida, disculpa a papá ¿sí? Trataré de no ser más gruñón para que mi peque no tenga más miedo ¿vale?- le di un beso y el me abrazó de vuelta. Oh que bien se sentía aquello- sabes que no puedo dejar pasar esto ¿cierto?- el asintió mientras las lágrimas volvían a sus ojos.

Nathan: siento haber roto los platos papi…

Keith: esto no es por los platos enano, sabes que no puedes correr dentro de la casa, aquí adentro hay muchos muebles y como pasó hoy pueden estrellarse con ellos si están corriendo y no se dan cuenta- le me miró y supe que entendía y creo que por el día de hoy el castigo puede ser un poco diferente.- no podrás jugar videojuegos ni ver televisión por una semana peque- cuando dije todo aquello la expresión de Nathan se relajó por completo y me volvió a abrazar- vaya nunca pensé que iba a estar de acuerdo con un castigo hijo…

Nathan: te amo papá- eso fue suficiente para mi, era todo lo que necesitaba…

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PHILL

Maddie: ¿papi?- le miré serio, pero finalmente le alcé en brazos igual que a Nathan.

Phill: estás en problemas mi vida, lo sabes ¿no?- ella me miró sonriente- al parecer no, sabes que jugar en la cocina y sobre todo correr dentro de la casa está prohibido ¿no?

Maddie: si papi- ella mientras me escuchaba jugueteaba con mi camiseta y mi cabello.

Phill: no podrás ver televisión mi ir al parque por una semana bebe- al escuchar aquello comprendió y al parecer no le gustó para nada.

Maddie: no, no papi, no quiero- se revolvió para bajar de mis brazos, pero a pesar de que la bajé mi agaché a su altura y le comencé a explicar.

Phill: se que no quieres, pero es lo que toca princesa, no te enfades, solo compórtate ¿sí?- miró contrariada, pero terminó aceptándolo- esa es mi chica, anda ve a seguir jugando- me dio un sentido puchero y subió las escaleras.

Por otra parte, Sam iba bajando con una cara de perro.

Phill: ¿estás bien hijo? ¿por qué no fuiste con tu tío a por un helado?- me sorprendía el cambio del humor del chico, se veía muy contento antes cuando nos encontró a James y a mi con los problemas de mates.

Sam: eso que más te da- me sorprendí y bastante, desde cuando mis hijos creían que podían responderme de esa manera.

Phill: cuidadito Samuel, mejor mira como me hablas muchacho.

Sam: no me fastidies entonces y no hagas preguntas inútiles- pero que demonios estaba pasando aquí, iba a salir cámaras de la habitación ¿a que sí?

Phill: vete a tu habitación Samuel ahora, antes de que te corte esa actitud de otra manera.

Sam: jodete- iba a regañarle, pero no me dio la oportunidad ya que de inmediato salió hacia su habitación.

Y ahora… ¿Qué mosco le había picado?
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RYAN
Llévales a tomar un helado decían… no pasará nada decían. Claro que no pasaría nada si estuviésemos hablando de 2 críos, máximo 3, pero yo había sacado al pelotón completo con 6 y eso si que era otro nivel.
Que quiero de fresa, no, de chocolate, quiero uno doble, mejor uno triple, tito esto, tito lo otro, definitivamente estaba a punto de volverme loco.

Matt: tío Ryan ¿podemos pasar a la tienda de videojuegos antes de irnos?- mala idea mía venir al centro comercial por el helado.

Ryan: ¡No! Eso si que no, quieres que termine en banca rota muchacho- entrar a esa tienda era la perdición tanto con los más grandes como con los más pequeños.

Matt: pero tío no compraremos nada lo prometo, solo quiero ver si ya llegó la nueva consola para pedírsela a papá por mi cumpleaños.

Ryan: pero si aun faltan siglos para tu cumpleaños que dices, además prométeme a mi que tus hermanitos no querrán ningún juguete de ahí- le miré divertido.

Matt: mi cumpleaños es en un mes tío, y ¿puedo ir yo solo por favor? Volveré de inmediato es aquí arriba.

Ryan: no Matt lo siento, no te dejaré ir solo es peligroso, otro día volvemos tu y yo solos y pasamos a ver ¿vale?- iba a reclamarme, pero se resigno.

Matt: valee…

Noah: titooo…- ya sabia de que se trataba- no me gustó- el crio se había empecinado en pedir el nuevo sabor de la tienda “limón y frutos del bosque” muy ácido para mi gusto.

Ryan: pues tu lo elegiste peque, dijiste que ya lo habías probado- debí imaginármelo, después de todo solo tiene 3 años y medio.

Noah: pero ya no lo quiero, quiero otro- ¿acaso ese era un berrinche?

Ryan: ese es el que tienes Noah, no habrá ningún otro helado- sin imaginármelo el chico dio dos patadas al suelo y tiró el helado pasando a manchar a una chica que estaba sentada frente a nosotros- ¡Demonios Noah!- me acerqué rápidamente a levantar el vaso con helado y pedir disculpas- lamento mucho esto, no sé que le ocurrió a mi sobrino, ¿quieres que te compre unos pantalones nuevos? Es lo menos que puedo hacer.

X: oh no te preocupes es solo un niño, no te preocupes por los pantalones se lavan y ya está- era preciosa, aunque se veía mucho más joven que yo.

Ryan: ¿estás segura? De verdad no es ningún problema, soy Ryan por cierto- le tendí la mano cual fue correspondida de inmediato.

X: Kira, de verdad no te preocupes todo está bien- nos soltamos las manos luego de un extendido rato sosteniéndolas- tengo que irme, fue un gusto cruzarme con el helado de tu sobrino- me sonreí y se fue. Ojalá pueda volver a verla.

Luego de salir de la burbuja en la que me encontraba me enfrenté al pitcher de 3 años que tenía a un lado.

Noah: tito lo siento- miraba sus zapatos mientras se balanceaba de un lado a otro nervioso. Fue tanto la ternura que me dio que no pude estar enfadado con él.

Ryan: te perdono mi vida, pero no puedes tirar las cosas así, nunca más lo hagas ¿vale?- no sacaba nada explicándole los puntos de todo, al fin y al cabo solo tiene 3 años.

Noah: vale.

Ryan: si te portas bien durante el camino te daré una bolita pequeña de helado de vainilla en casa- el peque se sonrió y nos pudimos ir a casa.

Y yo aún no podía quitarme de la cabeza a esa chica, Kira…


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