Páginas Amigas

jueves, 30 de julio de 2020

Diez años después…




Diez años después…
Pensar que han paso de 10 años desde que comenzó mi vida en esta loca familia, como todo ha cambiado, pase de ser el chico más popular y solitario a tener una hermosa familia, de una familia completamente fracturada a tener dos madres que me aman, de ser hijo único a tener dos medios hermanos y lo más importante de un padre que solo le importaba ser mi entrenador a uno que dejó todo para ayudarme a cumplir mis sueños, esos sueños estaban a punto cumplirse, por los que trabajé toda mi vida y en un segundo los estropee, cuando te dicen que una decisión puede cambiar todo y no le crees, yo soy la prueba viviente de que esas cosas si ocurren y perdí todo, o casi todo, desde que eso me ocurrió no dejo de revivir el instante en que mi vida cambió y deje ser yo para convertirme en una sombra de mí, quieren que les cuente, les advierto, saquen una caja de pañuelos, porque le contaré como mi sueño de ser una estrella de la NBA se destrozó el mismo día que celebraba el haberlo conseguido, todo por un trozo de cristal enterrado en mi espalda por una estúpida pelea de bar. Y mi maravilloso mundo se hizo trizas en el mismo instante en que mi cuerpo atravesó la ventana y deje de sentir mis piernas. 
Supe todo lo que perdí en el instante que miré a mi hermano y le dije “no siento mis piernas” Lucas me llevó al hospital, cuidaron de mí lo mejor que pudieron pero la sentencia fue definitiva mi carrera en la NBA terminó antes de comenzar, si tenía suerte volvería a caminar y algo dentro de mí terminó de quebrarse, el sentido de mi vida se acabó y vergonzosamente debo confesar que ni la sonrisa de mi hijo logró sacarme de la oscuridad en la que me sumergí.
Los meses siguientes fueron una soberana mierda, mi matrimonio con Haley James Scott se estaba yendo al carajo, no recuerdo jamás haber estado tan mal, ni siquiera cuando casi nos divorciamos con Halls por haberse ido de Haley, no lograba salir de  mi auto compasión, comencé a beber, me negué a hacer la rehabilitación aun sabiendo que los médicos aseguraron que volvería a caminar, deje de ser un padre para Jamie y un esposo para Haley me convertí en la peor versión de mí, un maldito mocoso mimado, maleducado y mal agradecido que tenía como única compañera una botella de un buen scotch. 
Haley no sabía qué hacer conmigo, no la culpo no se la puse fácil, Lucas iba todos los días a jugar con James, e intentar obligarme a dejar de beber y hacer la terapia que me negaba realizar por haber perdido la esperanza en volver a jugar menos a nivel profesional, así que había decidido que mi vida se había acabado.
una noche más como esta Nathan y te prometo que no tendrás nada” me gritó Haley frustrada al encontrarme bebiendo, y lanzando los trofeos que alguna vez había ganado, entendía su frustración, venía de haber estado dando clases todo el día, con estudiantes que seguramente se comportan igual que yo en mis tiempo de secundaria, aunque debo confesar que en la actualidad no hay nadie que el gane a mi mal comportamiento ‘bien hecho Scott’ luego de las clases debió pasar por Jaime a casa de Skills, porque no confía en que yo pueda cuidarlo, seamos honestos yo tampoco confío en mí para cuidar a nadie.
La estúpida discusión se ocasionó cuando intentó conversar conmigo y yo como acostumbra estos meses la ignore, no sé por qué hago eso, me muero si Halls se aburre de mí y me abandona.
“¿Cómo estás Nathan?” me pregunto tan preocupada como siempre, y yo no conteste, luego comenzó un monólogo.
“muy bien esposa, ¿y tú? Yo mal esposo tengo un alumno que es un abusivo y pasa de mí, una alumna que le robó a  mi mejor amiga Brooke te acuerdas de Brooke, nuestra mejor amiga tu ex-ligue, la que volvió a Tree Hill hace dos meses y no la has ido a ver ni una sola vez” me llene de coraje y le grite.
“quieres que vaya a dar lastima, a contarle mis penas y todo lo que perdí, Yo solía ser Nathan Scott y era genial, y ahora no soy nada, no tengo nada” le grité.
“tienes un hermoso hijo, que esta aquí, yo estoy aquí, una noche más como esta Nathan y te prometo que no tendrás nada” me gritó de vuelta mientras arrojaba al suelo mi bebida “lo perdiste todo, tienes un hijo maravilloso que te ama, tienes un hermano que dejó todo para venir a acompañarte, tienes amigos, tienes a tus padres que vienen a verte todos los días, tienes una maravillosa esposa que te ama, pero Nathan una noche más como esta y realmente lo perderás todos” dijo partiendo a nuestra recamara, dejándome en mi auto compasión, mientras la escuchaba llorar a lo lejos siendo incapaz de ir por ella, de pelear por ella, le luchar por ella. 
Yo observe la piscina, debía tomar una decisión, mi familia no podría seguir así, ¿lo habría perdido todo?, solo había una manera de descubrirlo. 
Y sin pensar me arrogue a la piscina, con la silla de ruedas incluida, no sé cuánto tiempo estuve bajo el agua decidiendo mi destino, hasta que una luz dentro de mí se encendió.
“SOY NATHAN SCOTT Y TENGO MUCHO QUE PERDER” grité al emerger de las profundidades, me sentí vivo por primera vez en meses, pero mi felicidad duró poco, mi padre, que no sé en qué momento lo llamó Haley, estaba al borde de la piscina con el cinturón en la mano, esa imagen fue realmente aterradora, vamos que estos últimos meses me he comportado peor que en toda mi vida, y mis padres tuvieron una paciencia unica, papá me amenazó un par de veces en quitarme la depresión a correazos nunca lo hizo, yo creo que por temor a hacerme daño, pero el arrojarme a la piscina en silla de ruedas no me lo dejará pasar.
NATHAN ROYAL SCOTT SAL DEL AGUA AHORA MISMO” me gritó papá. Yo negué con la cabeza.
Pude ver a mamá abrazando a Haley y ambas lloraban destrozadas.
“si debo ir por ti te ira mucho peor hijo”
Me acerqué nadado, mis piernas responden lo suficiente para impulsarme, papá hizo el resto, me sirvió de apoyo hasta llegar a mi recamara, me pasó ropa para cambiarme, mientras fue a la puerta y le dijo a Haley.
“cariño, me harías el favor de dormir con Jamie esta noche, con Nathan témenos unos asuntos que tratar” y pude observar que aún tenía el cinturón en la mano, yo quería gritar que ya estaba bien que cambiaría de actitud, que estaba muy arrepentido pero nada salió de mi boca.
Mi padre caminó hacia mí.
“puedo explicarte” logré decirle.
“si, después que te castigue” papá jamás me había dicho algo así.
“pero papi” me sentí tan pequeño que no me di cuenta cuando lo dije.
“nada de lo que digas cambiará lo que hiciste, te voy a castigar Nathan y te voy a castigar muy fuerte, y si te permito decir algo sé que no podré hacerlo” 
Debo confesar que me dolió el estómago con sus palabras, eso fue mil veces peor que cuando me decir te voy a sacar la recresta Nathan o cuando me pegaba sin decir nada, ahora debo confesar estoy extremadamente nervioso además hace años que mi papá no me castigaba así, ya tengo 26 años por el amor de Dios.
“papito te lo ruego escúchame”
“en que mierda estabas pensando Nathan Scott” me gritó, yo creí que tendría la oportunidad de explicar algo, pero no, me levanto de la cama  y me dio cinco fieros correazos, a los que yo no pude ni reaccionar, ni un ay me salió, luego me acomodó sobre sus rodillas para seguir con mi tortura.
Me dio una fuerte palmada, sobre mi pantalón de buzo aún mojado, eso dolió, hace un mes había recuperado la sensibilidad en mi cuerpo.
“Auch” grite cuando por fin salió un sonido desde mi boca.
“estas bien” me dijo preocupado “¿te dolió la espalda?”
“no, solo mi trasero” me queje.
“eso quiere decir que estoy haciendo un buen trabajo, avísame si te duele la espalda” dijo con calma, mientras me continuaba nalgueando “no voy a permitir te lastimes o lastimes a los que amas” 
“papi, ya no más me duele, de verdad me duele mucho”
“a nosotros nos duele más verte en ese estado, imagina cómo nos sentimos cuando Haley nos llamó desesperada porque te habías lanzado a la piscina” dijo dándome el correazo más fuerte que me ha dado en toda mi vida. 
“Papaaaaa suelta esa mierda que duele como un demonio”
“lenguaje Nathan” me regaño. “no te imaginas el susto que nos llevamos, menos mal, vivimos en la casa de al lado, te imaginas si viviéramos más lejos, como mierda te saco del agua”
“pero si salí solo” me queje.
“y si te hubiese enredado en la puta silla”
“pero no pasó paaa” debo confesar que a esa altura ya estaba llorando, no solo porque el castigo dolía y mucho, si no al ver el daño que le estaba provocando a mi familia.
Papá me dio la última nalgada y me cambio de posición.
“Aun no entiendes que no podríamos soportar perderte” me dijo acunandome, y por primera vez en meses me permití llorar, papá me ayudó a cambiarme la ropa, me dormí abrazado a él, al día siguiente me desperté temprano adolorido, pero con una sonrisa en mi rostro, me afeite, mi madre me ayudó a preparar el desayuno y yo esperé de pie a mi mujer, por dos razones una porque quería demostrarle que todo cambiaria, que hoy era un nuevo comienzo y porque sentarme me dolía horrores.
“buenos días esposa”
“buenos días esposo”
“espero que tengas un gran día Halls y en cuanto a los alumnos que te molestan déjame recordarte que fuiste capaz de llegar a mí, así que puedes  hacerlo con todos” le sonreí “mamá se ofreció a cuidar a Jamie mientras estoy en terapia con papá y Lucas”
“harás la terapia” Dijo llorando de emoción.
“te prometo Halls que juntos recuperaremos a tu marido” dijo papá mostrándole el cinturón.
“no es cierto”  dije sonrojado. “papá guarda esa mierda”
Pero papá dejó su cinturón sobre la mesa. 
“esta se queda hasta que aprendas a comportarte jovencito”.
Solo les diré que pude volver a caminar, volver a la NBA y cuando fue el momento colgué las zapatillas y volví a la universidad, todo con el respaldo de mi maravillosa familia.
Fin?? Quien sabe que aventuras tenga para contar…
Muchas gracias por acompañarme en esta loca aventura que partí diez años atrás, gracias a todas y todos quienes han sido parte de esta familia de chicos malos padres estrictos. No soy buena para expresar mis sentimientos siempre lo hice a través de mi chicos, así que solo diré gracias a mis hijos que mostraron en mi cabeza sus inmensas travesuras y que deseaban compartirlas con todos ustedes, a quienes se atrevieron a compartir su talento las que estuvieron las que están y las que vendrán y a todos los que rieron, lloraron, amaron y odiaron mientras leían a nuestros chicos malos.
Hasta siempre y para siempre Lady Schumi
Que vengas otros diez años más junto a todos ustedes... se armó la fiesta quien se suma.
Les dejo el link de la primera publicación.

2 comentarios:

  1. Excelente capítulo, definitivamente de celebración.
    Encantada de cumplir casi 7 de esos 10 en tu blog aunque últimamente bastante perdida del blog, pero es que el mundo se propuso estar de cabeza por estos días.

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  2. Enhorabuena por estos diez años!! que sean muchos mas!!

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