Páginas Amigas

sábado, 28 de noviembre de 2020

Un lugar especial.

 


~~~~ Haydé ~~~~


Caminé por el parque sin pensar ni sentir, Había olvidado esa sensación de entumecimiento típica de vampiro ya que desde que conocí a Dean mi cuerpo, mente y corazón lo sentía cálido, pero eso había cambiado.

Mi cuerpo estaba totalmente congelado, no recuerdo cuanto tiempo estuve en ese lugar, solo sé que llegue en automático después de oír las crueles palabras de mi chico a su padre, exhausta no pude hacer nada más que sentarme a descansar y llorar, hasta que se acercó un tipo extraño y muy borracho, pero al ver mis ojos rojos grito y salió corriendo, luego suspiré y caminé hacia el banco del parque, me senté allí por un momento y me di cuenta de que estaba temblando, vestía una nueva chaqueta y no recordaba en que momento la había comprado, seguramente fue mi subconsciente que lo hizo cuando estaba en modo apagado tratando de mitigar ese frio que me congelaba. Al no poder soportar esa sensación me levante y camine por una hora hasta que subí por la playa a uno de mis lugares favoritos antes de convertirme en vampiro, con nuestro padre mi hermano humano y yo visitamos este lugar en unas soñadas vacaciones familiares un par de años atrás.


- Pasó mucho tiempo desde la última vez que he estado aquí....- Murmuré para mí misma, mientras caminaba hacia el borde del acantilado y cuando llegue a la gran roca flotante, me senté sosteniendo mi corazón para que no se desarmara en miles de pedacitos, dolía y sabía que estaban fragmentados así que con mi mano intentaba que se mantuvieran unidos.

No recuerdo cuanto tiempo paso que estuviera en ese lugar, mi cerebro repetía una y otra vez que yo solo era un juego para el amor de mi vida, en mi cabeza se repetía una y otra vez que él había confesado a su padre que solo se divertía conmigo y eso me había roto completamente, estaba ensimismada viendo como reventaban las furiosas olas bajo mis pies cuando de pronto escuche una voz.

- ¿Sabes lo peligroso que es aquí?- Escuche a mi espalda reconociendo de inmediato al dueño de aquella voz y cerré los ojos ya que era al último que quería escuchar aquel día.

-¡Vete! ... Aleck... no quiero hablar contigo.- Dije al mismo tiempo que con mis palmas me impulse hacia atrás, no me había dado cuenta de lo cerca que estaba del borde de la roca flotante.

- No te enojes, solo te estaba advirtiendo.- Dijo con voz monótona, yo no respondí solo masajee a un costado de mi frente por el dolor que causaba Aleck cada vez que intentaba leer mis pensamientos.

- Es él idiota de la escuela, Haydé ¿Por él actúas así? ... ¡no lo puedo!... creer pareces una completa ¡¡idiota!! Sufriendo por alguien que solo jugo contigo. - Aseguro enfadado cogiendo mi muñeca y levantándome de un tirón desde donde estaba sentada.

- Hoy no hermanito... me siento mal, no estoy de ánimos para tus recriminaciones y menos para tú odio.- Respondí cansada y gire para observar el mar.

- No te odio hermanita, es solo que me desespera el sentimiento y obsesión que tienes por ese ¡¡ humano!!- Aseguro y antes de que tuviera la oportunidad de responder. Me di la vuelta rápidamente para encararle y fue cuando de pronto deje de sentí el suelo debajo de mi pie izquierdo, perdí el equilibrio y caí hacia atrás pensando que estaba a punto de morir; había olvidado por completo que había una caída de muchos metros del acantilado detrás de mí.

Aleck al ver mi trágico destino se movió rápidamente y me atrapó de un brazo mientras que con el otro se aferró a la roca flotante, mientras nos mecíamos de un lugar a otro.

- AHHHHHHHHH ¡Nos vamos a caer!- Grité en pánico.

- No, pero deja de moverte.- Dijo con calma

Intente hacer lo que mi hermano mayor decía, pero no lo logre y comencé a hiperventilar, estaba al borde de un ataque nervioso cuando Aleck se agarró del acantilado con más fuerza y ​​antes de que realmente pudiera notar lo que pasaba nos encontrábamos de pie seguros sobre la roca, aterrada me abrace a su pecho mientras lloraba y me aferraba a su chaqueta con tal fuerza que mis dedos cambiaron de color a blanco y fue cuando perdí el conocimiento.

Una vez que desperté estaba a un costado, Aleck hacia encendido una fogata y tenía su chaqueta puesta sobre mí, cuando giro y me vio despierta se acercó y me jalo por el cuello enfocando su ojos de vampiro en mi provocando un gran terror al instante, el tiempo que se fue de casa había olvidado lo aterrador que era; así que en vez de enfrentarnos baje 10 niveles mi carácter

- ¡¡Nunca vuelvas a hacer eso!!- Dijo con voz severa, lo miré por un momento antes de alejarme suavemente de él.

- ¿Hacer Qué?- Pregunte haciéndome la loca.- Yo... solo observaba el mar.- Mentí.

- GRRRR ¡¡NO ME MIENTAS!!- Gruño furioso frente a mi esta vez agarrando mis brazos con fuerza, provocando dolor en ellos.- ¡Como se te ocurre acabar con tú vida por ese idiota!- Aseguro dolido, cuando intente explicar que no era así me soltó bruscamente dirigiendo su pasos y apagando la fogata ignorando mis excusas, hasta que enojada dije una estupidez.

- Deberías haberme dejado caer... no es que te importe de todos modos, me tratas como si me odiaras, ¿sabes? no tengo la culpa de tú fracaso en tú matrimonio, resentimiento y frustración en el amor.- Acuse, y él me miro confundido, después toda su ira cambió repentinamente a una mirada triste.

- Haydé, si no me importa, ¿Por qué crees que te salvé?- Pregunto mientras cogía mi mano y bajábamos del acantilado en dirección a su auto.

- No lo sé y ¡me duele!, yo no te hice nada y desde que llegaste este enfadado y me tratas mal por estar enamorada de Dean, no entiendo porque ¡me odias!.- Dije y mi voz se quebró.

- Yo no te odio Haydé, yo solo actúo de esa manera... porque no soy el tipo de persona con la que es seguro estar cerca.- Aseguro y note como habían lágrimas en sus ojos.

- ¿De qué estás hablando, acabas de salvarme la vida y todo el mundo quisiera estar cerca una persona así y en especial a un hermano como ¡tú!- No dijo nada más y se sentó en el capot del auto.

Luego de treinta minutos y al ver que no hacía nada más que encender uno y otro cigarrillo hasta terminar la cajetilla comencé a caminar.

- ¿A dónde vas?

- Me voy a casa.- Murmuré y sentí su mano agarrar mi brazo.

- Ok, es lo que quieres, ¡yo te llevare! - Luego me condujo al carro y aseguro mi cinturón.- Luego rodo el auto y antes de encender, me amenazo.- Papá cuando se entere de esto ¡¡te matara!!- Dijo sonriendo maléficamente.- Como disfrutare cuando azoten y llore la niña de papi.

- NOOOOO, Aleck no le puedes decir, snifff me matara.- Llore aterrada y logre ver a mi hermano ablandarse.

- ¡Te mereces una paliza!- Dijo mientras comenzaba a conducir a casa, debía convencer a mi hermano, aún estaba a una distancia apropiada para que nadie de nuestro clan-familia se enterase de lo sucedió.

- Hermanito, y si lo dejamos... ¿Cómo un secreto?- Rogué con ambas manos.

- Si es un secreto, ¿Cómo es que todos lo saben?- Pregunto.

- ¡No mientas!, aun nadie lo sabe... solos ¡¡ tú y yo Aleck!!- Dije frustra y llorando a lagrima viva.

- No llores....- Me consoló tomando mi mano y acercándola a su pecho como siempre lo hacía cuando mi padre me castigaba.

- Dejare de llorar, si prometes no le decir nada a AARON.- Suplique y jugué mi última carta.

- Si pudiera no haría, pero no puedo... Haydé no puedo mentir y nuestro padre al descubrirlo me despedazara y no creo soportar un castigo como el del otro día.- Respondió.

Luego se dirigió a casa, asustada pretendí bajar en vario lugares, pero no lo logre y cuando al fin logre bajar del auto al llegar a casa e intentar correr hacia la calle y tomar un taxi a cualquier lugar y cuando estuvieran muy desesperado regresaría en gloria y majestad, mis planes se arruinaron cuando en nuestras cabezas escuchamos a nuestro padre.

- ¡¡Haydé!! ...¡¡Aleck!! Hijos los quiero en casa ¡Ya mismo!

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