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domingo, 28 de marzo de 2021

Un vago, ¿sin remedio…? ¡Enserio! Capítulo 7

 

 

Un vago, ¿sin remedio…? ¡Enserio!

 

 

Capítulo 7

 

 

¡¿Los trapos sucios se lavan en casa?!  De ninguna manera, no cuando se trata del más vago de Konoha

 

 

 

Habían alcanzado el hospital con Shikamaru en las espaldas de Gai-sensei y a su lado derecho su fiel discípulo Lee.

Tenten no pudo seguir acompañándolos, pues tuvo una urgencia de último minuto y había sido informada por una de sus vecinas en medio del camino. El maestro y Lee la despidieron, deseándole suerte en aquello que tuviera que enfrentar, la chica les agradeció  sintiéndose muy bien por contar con el apoyo tanto de su entrenador como de su compañero de equipo, quienes más que eso eran su segunda familia.

Gai y su pupilo entraron a la recepción del lugar, e inmediatamente una amable enfermera salió a recibirlos.

 

_ Buenos días, ¿en qué podemos servirles?

 

Maito-Gai junto a Lee con respeto saludaron, luego solamente habló el adulto y  explicó la situación de su reciente alumno, la señorita, no demoró en atenderlos, buscando colaboración de sus ayudantes se llevaron al Nara en camilla a una habitación para que el doctor de turno lo examinara mientras ellos dos tomaban asiento.

Pasaron solo veinticinco minutos hasta que recibieron respuesta.

 

_ No se preocupé señor, el niño está bien _ dijo el doctor, acercándose a ellos con la enfermera al lado _ Se desmayó por agotamiento físico. ¿Son ustedes shinobi de la aldea de la hoja cierto? _ Ambos asintieron _  lo más probable es que no ha dormido lo suficiente, lo mejor será que descanse un poco para que recupere energías y ya luego podrá continuar con  lo que tenga pendiente.

 

_ El maestro y Lee asintieron al tiempo que preguntaron al unísono _ ¡¿Podemos verlo?!

 

_ Por su puesto, señorita Yoshida hágame el favor de acompañar al muchacho y a su papá…

 

Tanto Lee como su sensei sonrieron, no era la primera vez que la gente los veía como si se tratara de padre e hijo, se parecían muchísimo, y aunque en muchas otras ocasiones se detuvieron a dar las debidas explicaciones, en esos momentos ninguno de los dos quería hacerlo, ambos estaban más preocupados de la salud de jovencito Nara que de cualquier otra cosa.

La joven enfermera los llevó a dónde estaba Shikamaru, que dormía plácidamente y en lo ella se retiraba, Gai y su estudiante predilecto se acercaron a su cama.

Como veían que el genio de Konoha no despertaba, decidieron sentarse muy cerca de él, por sí  tenía algún percance o necesitaba algo con urgencia, ellos no demorarían un solo segundo en asistirlo.

Pero el tiempo trascurrió con el jovencito durmiendo, llevaba ya casi dos horas y un poco más en eso, hasta que por fin despertó.

 

_ ¿Qué estoy haciendo aquí? _ fue lo primero que salió de su boca, con su típica voz apática.

 

_ Te desmayaste, cuando estábamos peleando _ respondió Lee y añadió _ Me quedé muy sorprendido, estuviste a punto de atraparme con tu técnica de sombras, de la misma manera que lo hiciste con la chica de la Arena, ¡tenemos que volver a enfrentarnos! Pero te juro ante Gai-sensei que la próxima vez que lo hagamos,  no te será tan fácil _ hablaba con su usual efusividad mientras el Nara exclamaba internamente un, ¡qué fastidio! Solo piensa en retarme a cada momento, que no se da cuenta que estoy muy cansado ahora como para pensar en otro combate.

 

_ Tranquilo Lee, por hoy ha sido suficiente para Shikamaru, el necesita reposo _ La bestia verde de Konoha, abrió mucho los ojos,  no se creía las palabras de su entrenador, ya que para él no había descanso cuando de entrenamiento se trataba y recién acababa de llegar el Nara a trabajar en su grupo, esperaba por lo menos salvar el día con una buena sesión de taijutsu, mil abdominales y unas dos mil flexiones, pero analizándolo con más calma tenía razón, el perezoso lucia muy fatigado, pobrecito; se compadeció de él  Rock Lee, y  no  le  quedó  de  otra  que  acatar  las órdenes de su entrenador como siempre hacía.

 

_ Como usted diga Gai-sensei, ¿pero  ya  te  sientes  mejor  Shikamaru?

 

_ Más o menos,  gaste todo mi chackra en esa técnica, es muy agotadora, siempre me pasa lo mismo.

 

_ En ese caso, creo que tendré que enseñarte unos ejercicios de resistencia e incremento de la vitalidad, para que no vuelva a ocurrirte algo así de nuevo _ aseguró el maestro ante la mirada aburrida de su nuevo alumno.

 

_ Si Gai-sensei, estoy más que  preparado para ayudar a Shikamaru _ se levantó de su lugar y apretó un puño, colocándolo al frente entusiasmándose de nuevo _ es que este chico nunca se cansa, pensó una vez más el genio flojo viendo como su compañero no paraba de darle ideas a su entrenador para acabar con su preciada paz.

 

Siguieron hablando ese par de locos unos minutos más, hasta que finalmente Shikamaru dijo que se tenía que ir a casa, Gai y Lee se ofrecieron a acompañarlo, y aunque el pre-adolescente no estaba de acuerdo; poniendo como excusa que no era necesario, que no se molestaran y tal,  tuvo que ceder, vamos con tanta insistencia que ambos pusieron, era imposible no hacerlo.

Finalmente llegaron a la residencia de los Nara, y el jovencito quería despedirlos ahí hasta el día siguiente, pero Maito Gai quiso saludar a los familiares de su nuevo estudiante. Shikamaru frunció el ceño molesto, lo último que le faltaba, pero que fastidio, se dijo para sí, sin embargo no pudo hacer más que aceptar lo que le pidió el sensei y los tres alcanzaron la entrada.

Yoshino lo recibió amablemente tanto a Lee como a Maito-Gai, pero miró muy seria a su hijo, quien no quitaba ese semblante de cansancio y no demoró en hacerse ideas en su cabeza porque no sería la primera vez que llegaba Shikamaru con el maestro a la casa; recordando las veces que llegó  Iruka-sensei a decirle que su niño más pasaba dormido en la clase que prestando atención a las lecciones,  además de eso,  las veces que le siguió la corriente a Naruto para participar en sus bromas de mal gusto. Luego en sus inicios como Genin con Asuma-sensei, cada semana estaba poniéndola al corriente de la negligencia, tardanzas y mal desempeño del muchacho tanto en los entrenamientos como en las clases teóricas, y es que él  no hacía otra cosa que dormirse en cualquier sitio, y  tenía el descaro de hacerlo en  frente de quien fuera;  el colmo  de  vago y la madre de la pereza era Shikamaru Nara,  y ella quien lo parió, tenía total certeza, por lo que no podía esperar más que reclamos del señor que la visitaba, seguramente alguna tontería había hecho ese mocoso tonto, pero en cuanto el entrenador la pusiera al corriente de todo,  ajustaría cuentas con él. ¡Es que eres imposible, verdaderamente! ¡Ni cambiándote de grupo tienes remedio! Exclamaba ella ante la mirada de perplejidad de Maito-Gai y Rock Lee,  ella ya sabía,  o como decía el conocido refrán, yo conozco el cebo de mi ganado.  

Luego que todos se quitaron los zapatos, Yoshino los hizo pasar y mandó a sentarse a los tres, y como era de esperarse empezó ella a hablar, Shikamaru pensó que su madre era un caso perdido; una completa loca y problemática, hablando más de lo que debía, ahora ese par conocían todo su pasado al pie de la letra, ella se había encargado de sacarle todos los trapos sucios al sol, quería que la tierra se abriera y se lo tragara, de lo avergonzado que se sentía.

En medio de las palabras de la señora Nara, el sensei un tanto apenado y en su cabeza preocupado por lo que había escuchado del genio de Konoha,  finalmente le dijo que solo quería conocerla, que el muchacho había tenido un entrenamiento bastante bueno para ser su primera vez en el grupo, pero que tuvo que llevarlo al hospital, debido a que se había desmayado por desgaste físico tal como le explico el médico, pero según Yoshino eso había sido un cuadro escénico para no cumplir con sus obligaciones, porque su hijo era capaz de hacer cualquier cosa con tal de no esforzarse en nada.

Shikamaru por unos segundos  bajó la mirada al tiempo que botaba el aire a cada palabra que salía de la boca de ambos tanto de su madre como de Gai-sensei, seguramente este último creería todos sus argumentos, que más podía esperar, sí  él  no conocía lo problemática, hablantina y ventajista que era, reflexionaba en su lugar, observándola de reojo, torciendo levemente la boca disgustado.

Los ruegos mentales del Nara, no se hicieron esperar; quien ahora no paraba de rezar a Kami para que los visitantes se marcharan, que fastidio estar en esa situación; su mamá era realmente molesta, volvía a repetirse  al momento que le escuchaba frases tales como: no se deje engañar por él, suele ser un bribón, siempre busca el camino más rápido y fácil para hacer las cosas o peor aún quedarse en la inercia; bueno de cierta manera  era cierto, ¡¿pero que ganaba ella con hacerlo quedar mal frente a la persona que tendría que aguantar durante un mes completo?!, ¡¿que acaso no tenía suficiente con el calvario que le tocaría vivir bajo las órdenes de ese adicto al trabajo, fanático de la puntualidad y además con un compañero con las mismas ideas en la cabeza?!, ¡¿por qué demonios  quería  volver  todo  más  problemático  de  lo  que  ya  era?! El  cuestionamiento interno del domador de sombras seguía su curso y la conversación, mejor dicho acusación en su contra no cesaba con una Yoshino decidida a abrirle los ojos a Maito-Gai,  que  fuera duro con él, que  no  lo  dejara salirse con la suya, que no se dejara convencer con sus argumentos, que él  no hablaba mucho, pero cuando lo hacía le rendía; que hasta para eso era muy estratégico, sin olvidar lo  diplomático, que también era,  demasiado para su gusto;  fácilmente salía ileso de una situación complicada, no peleaba con nadie;  lo podían sermonear e incluso gritarle y era muy raro que contestara de vuelta, sin embargo era sumamente terco cuando no quería hacer algo, nadie lo movía de su sitió, así medía aldea se encontrara patas para arriba, todo le valía... Cuanta apatía e indolencia demostraba,  ella lo conocía muy bien, y no era ciega, así que dijo muchas cosas más que dejaron a Gai con la boca abierta.

 

_ Y ya sabe, sí tiene que jalarle las orejas al señorito aquí presente o castigarlo como corresponde cada vez que cometa una falta, que no le tiemble la mano, tiene mi permiso para hacerlo _ declaró ella convencida ante la mirada de pánico de Shikamaru, que tragó grueso entendiendo a que se refería su estricta madre y la verdad no estaba de acuerdo con esa repentina decisión, sin embargo como siempre prefirió no argumentar porque sabía y no se equivocaba que se pondría más problemática de lo que ya estaba y eso solo podía significar una cosa, sus mejillas se tiñeron de rojo, solo de pensar en la escena, fijó la mirada en el suelo avergonzado una vez más.

 

La cara de sorpresa de su nuevo maestro y de Lee, eran para retratar, vaya mamá tan radical, fue lo que pasó por la cabeza del adolescente de cejas espesas, quien la mayor parte del tiempo solía ser muy extrovertido, desde el primer encuentro con una persona sin importar su sexo, edad o condición, sin embargo en aquel momento prefirió no decir ni jota, ¡esa mujer era  intimidante, que temperamento! Y como sí ambos se leyeran la mente, su mentor pensó igual que él, pero Gai hizo un comentario, con intensión de ayudar un poco al pobre chico que cada vez lucía más incómodo.

 

_ No creo que sea necesario llegar a esos extremos, yo creo que…

 

_ Créame  casi siempre es necesario cuando un muchacho no se porta  de  acuerdo al código shinobi. _ interrumpió ella con total seguridad y añadió inmediatamente _ Y con este vago es siempre necesario, yo le estoy advirtiendo para que luego no venga aquí a reclamarme porque tape las sinvergüencerías de este niño, no sabe lo que me cuesta disciplinarlo, y es que el padre no me ayuda en nada, es sumamente flexible con él, además…

 

Cuando terminó de hablar sobre los malos hábitos de su hijo, metiendo a su marido en el baile, les sonrió y sirvió amablemente té con galletas caseras que ella misma había preparado con anterioridad, a Shikamaru se le fue el hambre, y a quien no,  con semejantes denuncias, su madre era el colmo, definitivamente se había pasado y mucho,  igualita a Tsume, la madre de Kiba, que lo hacía pasar unas verdaderas vergüenzas al pobre, cada que este no la obedecía, ella era capaz de gritarle de todo y perseguirlo para zurrarlo cuando escapaba inútilmente del castigo, siempre se lo sonaba con aquella chancleta de suela de madera igual a la que su mamá usaba para corregirlo a él, pensaba Shikamaru, recordando la vez que el Inuzuka le cayó aquella cosa un poco más abajo del culo, vaya buena puntería tenía la señora, luego le había dicho que  la  recogiera y se la entregara para darle la versión completa, pero el bruto de Kiba hizo caso omiso, lo que la enrabietó más y quitándose la otra, fue tras él y antes que su excompañero pudiera procesar algo, ella lo arreó de vuelta a casa sin importarle que la gente la viera en eso por medio camino, asegurándole  que al llegar recibiría su merecido como era debido, que problemático todo para Kiba, que aquella vez no sabía dónde meter la cabeza  de la pena que se notaba que estaba sintiendo, el Nara lo comprendía, le  había tocado vivir algo similar en más de una ocasión cuando era pequeño y eso lo hacía enrojecer de vergüenza y de miedo.

Shikamaru cogió una galleta y empezó a masticarla lentamente, luego tomo un poco del té que su madre le había servido, no tenía tantas ganas, pero no quería que se molestara, así que una vez más la había complacido, finalmente suspiró agotado mentalmente y es que a cada rato su cerebro no paraba de pensar y analizar cada situación que vivía, llegando a veces a abrumarse, ya el maestro y su compañero se habían retirado y los pensamientos en su cabeza no se calmaban.

Cayó la noche y con ella la hora de la cena, con un Shikamaru algo más tranquilo, que  tomó su comida y luego se retiró a su habitación a reposar para después alistarse, poner el fastidioso despertador,  dormirse de inmediato y esperar el siguiente día, esperando que fuera menos problemático que el primero. Él que siempre deseo una existencia pacífica, sin involucrarse en nada que considerara problemático, lo cual se resumía a todo lo que la vida le ofrecía, pero en tan solo unos días su vida había dado un giro muy diferente al que hubiera esperado.

Amaneció, con Shikamaru ya despierto, que como siempre lucía su semblante cansando, apático, falto de motivación y energía, sin embargo se alistó más pronto que tarde, no quería que su madre apareciera de forma repentina en su habitación como lo había hecho ayer; armando un completo escándalo, además se propuso, no llegar media hora como Gai quería, eso era mucho para él, pero  llegaría a la hora en punto, después que su madre lo hubo hecho quedar mal frente a dos ajenos a la familia, no le quedaba de otra que evitarse nuevos problemas, porque seguramente Maito-Gai  le cogería manía, ahora que sabía que los rumores sobre él y el resto de hombres en su clan eran más que ciertos.

Yoshino se sorprendió al verlo levantarse tan temprano, pero a la vez estaba contenta que empezara bien el día, le dijo que esperaba que siguiera cultivando el buen hábito de madrugar, Shikamaru con la cara todavía somnolienta, pensó sobre lo aburrido que le resultaba su nueva rutina al tiempo que jalaba su asiento y se sentaba a desayunar, pero no tenía  hambre;  no estaba acostumbrado a tomar la primera comida del día tan temprano en la mañana, había hablado con su madre sobre ese tema, que le provocaba nauseas, que porque mejor no se lo empacaba para llevar y él se lo comía más tarde o cuando realmente le apeteciera. Ella al principio no estaba convencida con la repentina idea de su unigénito, creyendo que  era un malacostumbrado,  pero acabó cediendo ante su sagacidad. Eso sí, antes le advirtió,  que sí traía de regreso o se enteraba que botaba lo que ella con tanto esmero se había esforzado por prepararle y arreglarle para llevar, le iba a dar una buena tunda, que estaría sin sentarse cómodamente por una buena temporada, el genio flojo tragó saliva, porque sabía que esas amenazas no eran en vano, y terminó  respondiendo con un sí señora y partió a su compromiso.

Como no solía hacer, caminó acelerado a su destino porque  realmente su deseo  por ahorrarse cualquier tipo de problemas, era lo que lo movía, pero algo le decía que  lo  más  seguro era que se le presentara una situación problemática,  solo por atrasarse un par de estúpidos minutos. Empezó a contar el tiempo desde que  salió de su casa hasta  los minutos que le tomó atravesar las cinco calles antes de toparse con el área de entrenamiento y… ¡Mierda, no podía dejar de pensar en cada detalle a la vez! Era comparable a contar los movimientos que empleaba al realizar sus estrategias en combate, y mientras se sumergía en su análisis  iba  ya  por  más  de  medio  camino, se dio cuenta de ello, por lo que  sin perder más el tiempo pensando, corrió lo más rápido que pudo hasta alcanzar finalmente el claro en el bosque dónde se reunían los del equipo tres.

 

_ Espero está vez, sí haber cumplido con el horario establecido _ decía agitado, esperando que su anterior conteo fuera errado o que sus piernas lo hayan salvado por primera vez. Había dado una corrida extremadamente rápida y  larga, esto no le había pasado antes con Asuma-sensei, recordó aquellas cosas que ahora le parecían privilegios y había dejado escapar por idiota, ahora se recriminaba mentalmente al tiempo que se quitaba su mochila dónde cargaba su desayuno y la dejaba en el suelo cerca de un árbol.

 

_ Dos minutos con cincuenta seis minutos tarde, tienes suerte que Gai-sensei no ha llegado todavía _ El Nara escuchó una conocida y seria voz desde arriba, se giró al tiempo que levantaba la mirada y veía a su compañero de equipo de pie sobre la rama de un gran árbol, apoyando una mano en el tronco del mismo.

 

¡Lo que me faltaba, ahora tengo quien testifique mi tardanza! Exclamaba de nuevo para él mismo y haciéndose un cuestionamiento de la misma manera: ¿Desde cuándo estaba ahí? ¿Acaso ese chico jamás se había atrasado en su vida? Había escuchado que era un fanático de la puntualidad igual que Gai-sensei, y ahora lo había pillado a él en su falta, que problema, solo faltaba que lo acusara con el maestro, volvía a repetirse sudando nervioso, sin embargo otro pensamiento se le cruzo por su analítica mente, una vez vio a su colega alcanzar el suelo: esperen un momento… ¿Qué le había pasado al sensei, que todavía no había aparecido? ¿Estaría enfermo? ¿O lo habían enviado a una misión de último minuto, lejos de la Aldea? Ha como era la vida de un Shinobi, tenías que estar preparado para todo y cualquier tipo de encuentro, pero antes de seguir gastando más energías en pensar, decidió preguntar a su compañero.

 

_ ¿Y qué le sucedió a Gai-sensei, que todavía no ha llegado?

 

_ No lo sé, pero debe tener una razón de peso porque en todo el tiempo que llevo entrenando y trabajando a su lado, jamás ha llegado tarde  _ declaró Lee y Shikamaru arqueó ambas cejas, haciendo un gesto de incredulidad con la boca.

 

_ Bueno siempre hay una primera vez para todo ¿no? _ comentar eso y Rock Lee lo miró de forma severa _ digo, me refiero que a lo mejor tuvo algún inconveniente…, tal vez…

 

_ De ninguna manera, sí así hubiera sido nos hubiera informado con anterioridad, Gai-sensei es muy responsable _ Lo defendió como siempre y Shikamaru prefirió cambiar el tema.

 

_ Sí, si te entiendo, por cierto ¿qué le pasó a Tenten, que tampoco ha llegado?

 

_ Está enferma

 

_ Debe estar muy grave para no haber venido _ comentó el Nara.

 

_ Pues eso fue lo que me dijo, que no se podía ni levantar de la cama, _ Shikamaru abrió mucho los ojos, quería saber más, pero no era del tipo de andar de preguntón, aunque  no tuvo ni que intentarlo, Lee había hecho una pausa y acabó soltando lo que en realidad tenía la experta en invocación y manejo de armas _  ya sabes tiene esa cosa que les viene a las mujeres todos los meses y les dura entre tres y cinco días.

 

_ El vago se pasó la mano por la cara por un momento y dijo: _ No seas tonto, no está enferma, solo están con la menstruación, que fastidio cuando les baja esa sangre, no hay quien las aguante, un ejemplo claro mi madre, que se pone más problemática de lo que realmente es, _ Ahora fue el turno de la bestia verde de Konoha quedarse boquiabierto _ debe ser muy problemático ser una chica, gracias le doy a Kami, que me hizo hombre.

 

Ambos chicos siguieron conversando un rato, hasta que Lee se le ocurrió la maravillosa idea de entrenar un poco de taijutsu hasta que Gai llegara, él tenía que aprovechar el tiempo en algo productivo, ese era el pensamiento que siempre sostenía aquel muchacho, pero no le pasaba lo mismo al perezoso del Nara, a quien le pareció tediosa la propuesta de su colega, sin embargo  tuvo que complacerlo porque Lee era Lee y sí no sudaba la gota gorda iba a seguir insistiendo todo el día y eso sería muy desgastante para cualquiera, principalmente para un Nara.

Empezaron a luchar, como siempre Rock Lee le ponía mente corazón y vigor al asunto, demasiado para gusto de un chico tan desmotivado como Shikamaru, que solo deseaba convertirse en una nube para simplemente flotar y no hacer nada, no quería esforzarse, él  solo quería ser arrastrado por el viento, que aburrido y que fastidio tener que defenderse de los precipitados ataques de su intenso compañero, quien en lugar de tener dos piernas y dos brazos parecía que tenía miles de ambos pares de  extremidades. Patadas y puñetazos con toda la potencia posible iban y venían. ¡Rayos porque se tenía que tomar todo tan enserio! Exclamaba esquivando lo mejor que podía, tomando la distancia más cómoda para él,   como no, mejor dicho huyendo como un cobarde en lugar de hacerle frente y atacar como Lee le estaba gritando que hiciera, porque el chico de cejas pobladas esperaba que sus oponentes estuvieran a su más alto nivel aunque se tratara de una práctica o entrenamiento básico  porque él todo lo veía como un reto en la vida a afrontar que siempre lo fortalecía; él ganaba o aprendía sus lecciones y sabía que Shikamaru era un genio nato y podía demostrar mucho más de lo que estaba haciendo, pero su falta de espíritu y voluntad para el combate  lo hacían  tropezar, así que como buen camarada que ya se consideraba de él, lo ayudaría a mejorar, se lo prometió al momento que hizo que el vago se estremeciera en su sitio cuando un torbellino de patadas amenazaron con herirlo seriamente, Lee lo notó y bajo su intensidad, a lo mejor se estaba saliendo de control, recordó los consejos de Gai-sensei que siempre apuntaba en su libreta; que cada persona era diferente, le brindó la mano a Shikamaru para ayudarlo a ponerse de pie, que aceptó otra vez agitado, muy agitado; vaya malas condiciones presentaba, de verdad era una vergüenza que siendo un chunnin, no pudiera siquiera con una práctica, se recriminó para sí mientras se sentaba en un tronco cortado al lado de Lee, que no demoró en hacerle algunas preguntas sobre lo que había escuchado de boca de su madre, realmente estaba curioso por escuchar el punto de vista del Nara, ya que esa señora no lo dejó siquiera defenderse, el flojo cínicamente admitió que la mayoría de lo hablado era cierto, haciendo énfasis en que todo el mundo shinobi le parecía un completo fastidio, que se había hecho ninja pensando que a lo mejor podía encontrarse con algo entretenido, pero hasta hora todo seguía su curso igual, sin embargo  también le aclaró que en algunas cosas su madre había exagerado.

Lee no juzgo a su compañero por lo que había dicho aunque no compartía sus ideas, eran polos opuestos, eso era más que notable no solo a  simple vista, aun así trató de entenderlo, Shikamaru era una persona muy interesante,  tal vez  pensaba de esa manera  porque  no  había encontrado aún su propósito en la vida, pero cuando lo encontrara nadie lo pararía, se convertiría en un espléndido ninja, Lee estaba completamente seguro de eso, ya que talento tenía y de sobra,  solo tenía que tener una meta clara y con un poco de esfuerzo estaría listo para afrontar cualquier reto que la vida le presentara, de nuevo se auto aseguraba Rock Lee.

Y lo felicitó por no contradecir a su madre en ningún momento, eso hablaba muy bien de él porque se notaba lo respetuoso que era con ella, lo que no sabía el energético muchacho, era que Shikamaru actuaba así porque no tenía más opciones, Yoshino siempre decidía, mandaba y él y su padre obedecían y hacían como ella decía, sino a atenerse a las consecuencias. El Nara quiso guardarse lo último para él, para que comentarlo, sí Lee ni era psicólogo ni psiquiatra para resolver sus problemas familiares, mejor participó de la amena conversación haciendo ahora él las preguntas, no fueron tantas, de hecho solo fue una,  el genio  no solía indagar mucho en los temas personales de la gente, pero ese algo lo tenía muy intrigado; quería saber cómo fue que se recuperó tan pronto de las lesiones, él lo había visto en una cama cuando junto a Naruto tuvieron que intervenir para que Gaara no atentara contra su vida, de no ser por Gai-sensei, ese chico no estuviera hablando con él.

Rock Lee le explicó que le había tomado mucho esfuerzo y sacrificio recuperar su condición,  los  doctores  no  le dieron ni un aliciente,   le  habían dicho que iba a quedar lisiado de por vida, incluso hasta la quinta en el inicio de su difícil situación  fue pesimista sobre sus resultados,  pero él  hizo odios sordos a todos los negativos,  y se propuso levantarse aun contra todo pronóstico, recibiendo siempre el apoyo de Gai-sensei, quien siempre estuvo ahí para él  junto a sus amigos  Sakura, Naruto, Tenten y Neji, quienes  lo visitaron varias veces en el hospital, igual que Maito Gai, le dieron ánimos,  pero él no podía evitar guardar un aprecio especial por su mentor  que más que eso era un amigo muy valioso para él, estuvo a su lado en todo momento  y detalles como esos por muy simples que sean, no se olvidan.

Shikamaru escuchaba atento la historia de su nuevo compañero,  quien  cada día  iba a realizar sus esfuerzos poniendo su cuerpo al límite en las madrugadas y en las noches de igual manera, las enfermeras intervinieron en muchas ocasiones, pero el buscó la manera de despistarlas y seguir adelante, con fe férrea, fuerza de voluntad inquebrantable y un esfuerzo casi sobrehumano pudo sobreponerse, pero le aseguró al genio de Konoha que su cuerpo todavía no estaba del todo recuperado, el Nara se quedó boquiabierto ante tal declaración. Sí, sin estar del todo sano era capaz de realizar un taijutsu casi perfecto como sería al tope de su nivel, ¡este chico era impresionante! Exclamó internamente al tiempo que una leve sonrisa se dibujó en su rostro y sentía un poco de ímpetu en su corazón, solo un poco, pero  que  le  hizo poner la piel de gallina, quizás dentro de esa alma apática, había algo de fuego para moverse hacia delante con referencia a las expectativas que tenían otros sobre él y por qué  no, quizás en un futuro; un poco lejano quizás, de él mismo.

 

 

 

 

N/A: Esto se puso problemático, pero bueno Shikamaru se lo busca, quien lo manda de vago jajaja, igual pobrecito, Yoshino lo hace pasar cada vergüenza, pero les juro que no es intencional XD… Tengo algunas ideas para que hagan este grupo de ninjas del equipo tres con el Nara, pero tardaré un poco porque como he dicho ya no soy solo diálogos como antes, me he metido de lleno en la narración o bueno al menos eso creo  porque hasta pienso que así me hago entender mejor, ya que aunque conozco bien estos personajes puede que a veces en medio de las conversaciones se me vaya un Ooc y a mí me encanta mantener la esencia de ellos la mayor parte del tiempo.

Por otra parte iba alargar más este capi, pero definitivamente me volvía un ocho, sí lo hacía y quería publicar sí o sí, sin más me quedo feliz que me dejen algún comentario para saber si les gustó el capi, y nos leemos muy pronto, besitos.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2 comentarios:

  1. Jajajaja como siempre las mamás avergonzando a sus hijos te quedó genial espero ansiosa el siguiente de tus dos historias besos hasta la próxima

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    1. Sí, es algo típico, pero no deja de gustarme y me encanta incluirlo en mis historias jajaja, pero de hecho sí las mamás de Shikamaru y Kiba dan miedo jajaja, me hubiera encantado más participación de Yoshino al lado de su Lazy ass son jajajaja, en fin con las escenas que nos mostraron de ellos tanto cannon como relleno tuve para hacerme ideas, soy re fan del Fm en varios sentidos jajaja.
      Por cierto también Kushina la madre de Naruto es estricta, lástima que bueno en la serie cannon no conviben, solo en un capi o peli de relleno jajaja. El único que se salvaría sí su madre estuviera viva sería Sasuke, porque esa señora la tal Mikoto es tan blanda y suave como un pan dulce jajajaja, gracias por leer y comentar, espero no atrasarme tanto con el siguiente capi.
      Un abrazo.

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