Un
vago, ¿sin remedio…? ¡Enserio!
Capítulo
7
¡¿Los
trapos sucios se lavan en casa?! De ninguna
manera, no cuando se trata del más vago de Konoha
Habían
alcanzado el hospital con Shikamaru en las espaldas de Gai-sensei y a su lado
derecho su fiel discípulo Lee.
Tenten
no pudo seguir acompañándolos, pues tuvo una urgencia de último minuto y había
sido informada por una de sus vecinas en medio del camino. El maestro y Lee la
despidieron, deseándole suerte en aquello que tuviera que enfrentar, la chica
les agradeció sintiéndose muy bien por
contar con el apoyo tanto de su entrenador como de su compañero de equipo,
quienes más que eso eran su segunda familia.
Gai
y su pupilo entraron a la recepción del lugar, e inmediatamente una amable
enfermera salió a recibirlos.
_
Buenos días, ¿en qué podemos servirles?
Maito-Gai
junto a Lee con respeto saludaron, luego solamente habló el adulto y explicó la situación de su reciente alumno, la
señorita, no demoró en atenderlos, buscando colaboración de sus ayudantes se
llevaron al Nara en camilla a una habitación para que el doctor de turno lo
examinara mientras ellos dos tomaban asiento.
Pasaron
solo veinticinco minutos hasta que recibieron respuesta.
_
No se preocupé señor, el niño está bien _ dijo el doctor, acercándose a ellos
con la enfermera al lado _ Se desmayó por agotamiento físico. ¿Son ustedes
shinobi de la aldea de la hoja cierto? _ Ambos asintieron _ lo más probable es que no ha dormido lo
suficiente, lo mejor será que descanse un poco para que recupere energías y ya
luego podrá continuar con lo que tenga
pendiente.
_ El
maestro y Lee asintieron al tiempo que preguntaron al unísono _ ¡¿Podemos
verlo?!
_
Por su puesto, señorita Yoshida hágame el favor de acompañar al muchacho y a su
papá…
Tanto
Lee como su sensei sonrieron, no era la primera vez que la gente los veía como
si se tratara de padre e hijo, se parecían muchísimo, y aunque en muchas otras
ocasiones se detuvieron a dar las debidas explicaciones, en esos momentos
ninguno de los dos quería hacerlo, ambos estaban más preocupados de la salud de
jovencito Nara que de cualquier otra cosa.
La
joven enfermera los llevó a dónde estaba Shikamaru, que dormía plácidamente y en
lo ella se retiraba, Gai y su estudiante predilecto se acercaron a su cama.
Como
veían que el genio de Konoha no despertaba, decidieron sentarse muy cerca de
él, por sí tenía algún percance o
necesitaba algo con urgencia, ellos no demorarían un solo segundo en asistirlo.
Pero
el tiempo trascurrió con el jovencito durmiendo, llevaba ya casi dos horas y un
poco más en eso, hasta que por fin despertó.
_
¿Qué estoy haciendo aquí? _ fue lo primero que salió de su boca, con su típica
voz apática.
_
Te desmayaste, cuando estábamos peleando _ respondió Lee y añadió _ Me quedé
muy sorprendido, estuviste a punto de atraparme con tu técnica de sombras, de
la misma manera que lo hiciste con la chica de la Arena, ¡tenemos que volver a
enfrentarnos! Pero te juro ante Gai-sensei que la próxima vez que lo hagamos, no te será tan fácil _ hablaba con su usual
efusividad mientras el Nara exclamaba internamente un, ¡qué fastidio! Solo
piensa en retarme a cada momento, que no se da cuenta que estoy muy cansado
ahora como para pensar en otro combate.
_
Tranquilo Lee, por hoy ha sido suficiente para Shikamaru, el necesita reposo _
La bestia verde de Konoha, abrió mucho los ojos, no se creía las palabras de su entrenador, ya
que para él no había descanso cuando de entrenamiento se trataba y recién
acababa de llegar el Nara a trabajar en su grupo, esperaba por lo menos salvar el
día con una buena sesión de taijutsu, mil abdominales y unas dos mil flexiones,
pero analizándolo con más calma tenía razón, el perezoso lucia muy fatigado,
pobrecito; se compadeció de él Rock Lee,
y no le quedó
de otra que
acatar las órdenes de su entrenador como siempre
hacía.
_
Como usted diga Gai-sensei, ¿pero ya te sientes
mejor Shikamaru?
_
Más o menos, gaste todo mi chackra en
esa técnica, es muy agotadora, siempre me pasa lo mismo.
_
En ese caso, creo que tendré que enseñarte unos ejercicios de resistencia e
incremento de la vitalidad, para que no vuelva a ocurrirte algo así de nuevo _
aseguró el maestro ante la mirada aburrida de su nuevo alumno.
_
Si Gai-sensei, estoy más que preparado
para ayudar a Shikamaru _ se levantó de su lugar y apretó un puño, colocándolo
al frente entusiasmándose de nuevo _ es que este chico nunca se cansa, pensó
una vez más el genio flojo viendo como su compañero no paraba de darle ideas a
su entrenador para acabar con su preciada paz.
Siguieron
hablando ese par de locos unos minutos más, hasta que finalmente Shikamaru dijo
que se tenía que ir a casa, Gai y Lee se ofrecieron a acompañarlo, y aunque el
pre-adolescente no estaba de acuerdo; poniendo como excusa que no era
necesario, que no se molestaran y tal,
tuvo que ceder, vamos con tanta insistencia que ambos pusieron, era
imposible no hacerlo.
Finalmente
llegaron a la residencia de los Nara, y el jovencito quería despedirlos ahí
hasta el día siguiente, pero Maito Gai quiso saludar a los familiares de su
nuevo estudiante. Shikamaru frunció el ceño molesto, lo último que le faltaba,
pero que fastidio, se dijo para sí, sin embargo no pudo hacer más que aceptar
lo que le pidió el sensei y los tres alcanzaron la entrada.
Yoshino
lo recibió amablemente tanto a Lee como a Maito-Gai, pero miró muy seria a su
hijo, quien no quitaba ese semblante de cansancio y no demoró en hacerse ideas
en su cabeza porque no sería la primera vez que llegaba Shikamaru con el
maestro a la casa; recordando las veces que llegó Iruka-sensei a decirle que su niño más pasaba
dormido en la clase que prestando atención a las lecciones, además de eso, las veces que le siguió la corriente a Naruto
para participar en sus bromas de mal gusto. Luego en sus inicios como Genin con
Asuma-sensei, cada semana estaba poniéndola al corriente de la negligencia,
tardanzas y mal desempeño del muchacho tanto en los entrenamientos como en las
clases teóricas, y es que él no hacía
otra cosa que dormirse en cualquier sitio, y
tenía el descaro de hacerlo en frente de quien fuera; el colmo de vago
y la madre de la pereza era Shikamaru Nara, y ella quien lo parió, tenía total certeza,
por lo que no podía esperar más que reclamos del señor que la visitaba,
seguramente alguna tontería había hecho ese mocoso tonto, pero en cuanto el
entrenador la pusiera al corriente de todo, ajustaría cuentas con él. ¡Es que eres
imposible, verdaderamente! ¡Ni cambiándote de grupo tienes remedio! Exclamaba
ella ante la mirada de perplejidad de Maito-Gai y Rock Lee, ella ya sabía, o como decía el conocido refrán, yo conozco el
cebo de mi ganado.
Luego
que todos se quitaron los zapatos, Yoshino los hizo pasar y mandó a sentarse a
los tres, y como era de esperarse empezó ella a hablar, Shikamaru pensó que su
madre era un caso perdido; una completa loca y problemática, hablando más de lo
que debía, ahora ese par conocían todo su pasado al pie de la letra, ella se
había encargado de sacarle todos los trapos sucios al sol, quería que la tierra
se abriera y se lo tragara, de lo avergonzado que se sentía.
En
medio de las palabras de la señora Nara, el sensei un tanto apenado y en su
cabeza preocupado por lo que había escuchado del genio de Konoha, finalmente le dijo que solo quería conocerla,
que el muchacho había tenido un entrenamiento bastante bueno para ser su
primera vez en el grupo, pero que tuvo que llevarlo al hospital, debido a que
se había desmayado por desgaste físico tal como le explico el médico, pero
según Yoshino eso había sido un cuadro escénico para no cumplir con sus
obligaciones, porque su hijo era capaz de hacer cualquier cosa con tal de no
esforzarse en nada.
Shikamaru
por unos segundos bajó la mirada al
tiempo que botaba el aire a cada palabra que salía de la boca de ambos tanto de
su madre como de Gai-sensei, seguramente este último creería todos sus
argumentos, que más podía esperar, sí
él no conocía lo problemática,
hablantina y ventajista que era, reflexionaba en su lugar, observándola de
reojo, torciendo levemente la boca disgustado.
Los
ruegos mentales del Nara, no se hicieron esperar; quien ahora no paraba de
rezar a Kami para que los visitantes se marcharan, que fastidio estar en esa
situación; su mamá era realmente molesta, volvía a repetirse al momento que le escuchaba frases tales como:
no se deje engañar por él, suele ser un bribón, siempre busca el camino más
rápido y fácil para hacer las cosas o peor aún quedarse en la inercia; bueno de
cierta manera era cierto, ¡¿pero que
ganaba ella con hacerlo quedar mal frente a la persona que tendría que aguantar
durante un mes completo?!, ¡¿que acaso no tenía suficiente con el calvario que
le tocaría vivir bajo las órdenes de ese adicto al trabajo, fanático de la
puntualidad y además con un compañero con las mismas ideas en la cabeza?!, ¡¿por
qué demonios quería volver todo más
problemático de lo que ya era?! El cuestionamiento interno del domador de sombras
seguía su curso y la conversación, mejor dicho acusación en su contra no cesaba
con una Yoshino decidida a abrirle los ojos a Maito-Gai, que fuera
duro con él, que no lo dejara salirse con la suya, que no se dejara
convencer con sus argumentos, que él no
hablaba mucho, pero cuando lo hacía le rendía; que hasta para eso era muy
estratégico, sin olvidar lo diplomático,
que también era, demasiado para su
gusto; fácilmente salía ileso de una situación
complicada, no peleaba con nadie; lo podían
sermonear e incluso gritarle y era muy raro que contestara de vuelta, sin
embargo era sumamente terco cuando no quería hacer algo, nadie lo movía de su
sitió, así medía aldea se encontrara patas para arriba, todo le valía... Cuanta
apatía e indolencia demostraba, ella lo
conocía muy bien, y no era ciega, así que dijo muchas cosas más que dejaron a
Gai con la boca abierta.
_
Y ya sabe, sí tiene que jalarle las orejas al señorito aquí presente o
castigarlo como corresponde cada vez que cometa una falta, que no le tiemble la
mano, tiene mi permiso para hacerlo _ declaró ella convencida ante la mirada de
pánico de Shikamaru, que tragó grueso entendiendo a que se refería su estricta
madre y la verdad no estaba de acuerdo con esa repentina decisión, sin embargo
como siempre prefirió no argumentar porque sabía y no se equivocaba que se
pondría más problemática de lo que ya estaba y eso solo podía significar una
cosa, sus mejillas se tiñeron de rojo, solo de pensar en la escena, fijó la
mirada en el suelo avergonzado una vez más.
La
cara de sorpresa de su nuevo maestro y de Lee, eran para retratar, vaya mamá
tan radical, fue lo que pasó por la cabeza del adolescente de cejas espesas,
quien la mayor parte del tiempo solía ser muy extrovertido, desde el primer
encuentro con una persona sin importar su sexo, edad o condición, sin embargo
en aquel momento prefirió no decir ni jota, ¡esa mujer era intimidante, que temperamento! Y como sí ambos
se leyeran la mente, su mentor pensó igual que él, pero Gai hizo un comentario,
con intensión de ayudar un poco al pobre chico que cada vez lucía más incómodo.
_
No creo que sea necesario llegar a esos extremos, yo creo que…
_ Créame
casi siempre es necesario cuando un
muchacho no se porta de acuerdo al código shinobi. _ interrumpió ella
con total seguridad y añadió inmediatamente _ Y con este vago es siempre
necesario, yo le estoy advirtiendo para que luego no venga aquí a reclamarme
porque tape las sinvergüencerías de este niño, no sabe lo que me cuesta
disciplinarlo, y es que el padre no me ayuda en nada, es sumamente flexible con
él, además…
Cuando
terminó de hablar sobre los malos hábitos de su hijo, metiendo a su marido en
el baile, les sonrió y sirvió amablemente té con galletas caseras que ella
misma había preparado con anterioridad, a Shikamaru se le fue el hambre, y a
quien no, con semejantes denuncias, su
madre era el colmo, definitivamente se había pasado y mucho, igualita a Tsume, la madre de Kiba, que lo
hacía pasar unas verdaderas vergüenzas al pobre, cada que este no la obedecía,
ella era capaz de gritarle de todo y perseguirlo para zurrarlo cuando escapaba
inútilmente del castigo, siempre se lo sonaba con aquella chancleta de suela de
madera igual a la que su mamá usaba para corregirlo a él, pensaba Shikamaru,
recordando la vez que el Inuzuka le cayó aquella cosa un poco más abajo del
culo, vaya buena puntería tenía la señora, luego le había dicho que la
recogiera y se la entregara para darle la versión completa, pero el
bruto de Kiba hizo caso omiso, lo que la enrabietó más y quitándose la otra,
fue tras él y antes que su excompañero pudiera procesar algo, ella lo arreó de
vuelta a casa sin importarle que la gente la viera en eso por medio camino, asegurándole
que al llegar recibiría su merecido como
era debido, que problemático todo para Kiba, que aquella vez no sabía dónde
meter la cabeza de la pena que se notaba
que estaba sintiendo, el Nara lo comprendía, le
había tocado vivir algo similar en más de una ocasión cuando era pequeño
y eso lo hacía enrojecer de vergüenza y de miedo.
Shikamaru
cogió una galleta y empezó a masticarla lentamente, luego tomo un poco del té
que su madre le había servido, no tenía tantas ganas, pero no quería que se
molestara, así que una vez más la había complacido, finalmente suspiró agotado
mentalmente y es que a cada rato su cerebro no paraba de pensar y analizar cada
situación que vivía, llegando a veces a abrumarse, ya el maestro y su compañero
se habían retirado y los pensamientos en su cabeza no se calmaban.
Cayó
la noche y con ella la hora de la cena, con un Shikamaru algo más tranquilo,
que tomó su comida y luego se retiró a
su habitación a reposar para después alistarse, poner el fastidioso
despertador, dormirse de inmediato y
esperar el siguiente día, esperando que fuera menos problemático que el
primero. Él que siempre deseo una existencia pacífica, sin involucrarse en nada
que considerara problemático, lo cual se resumía a todo lo que la vida le
ofrecía, pero en tan solo unos días su vida había dado un giro muy diferente al
que hubiera esperado.
Amaneció,
con Shikamaru ya despierto, que como siempre lucía su semblante cansando,
apático, falto de motivación y energía, sin embargo se alistó más pronto que
tarde, no quería que su madre apareciera de forma repentina en su habitación
como lo había hecho ayer; armando un completo escándalo, además se propuso, no
llegar media hora como Gai quería, eso era mucho para él, pero llegaría a la hora en punto, después que su
madre lo hubo hecho quedar mal frente a dos ajenos a la familia, no le quedaba
de otra que evitarse nuevos problemas, porque seguramente Maito-Gai le cogería manía, ahora que sabía que los
rumores sobre él y el resto de hombres en su clan eran más que ciertos.
Yoshino
se sorprendió al verlo levantarse tan temprano, pero a la vez estaba contenta
que empezara bien el día, le dijo que esperaba que siguiera cultivando el buen
hábito de madrugar, Shikamaru con la cara todavía somnolienta, pensó sobre lo
aburrido que le resultaba su nueva rutina al tiempo que jalaba su asiento y se
sentaba a desayunar, pero no tenía
hambre; no estaba acostumbrado a
tomar la primera comida del día tan temprano en la mañana, había hablado con su
madre sobre ese tema, que le provocaba nauseas, que porque mejor no se lo
empacaba para llevar y él se lo comía más tarde o cuando realmente le
apeteciera. Ella al principio no estaba convencida con la repentina idea de su
unigénito, creyendo que era un
malacostumbrado, pero acabó cediendo
ante su sagacidad. Eso sí, antes le advirtió,
que sí traía de regreso o se enteraba que botaba lo que ella con tanto
esmero se había esforzado por prepararle y arreglarle para llevar, le iba a dar
una buena tunda, que estaría sin sentarse cómodamente por una buena temporada,
el genio flojo tragó saliva, porque sabía que esas amenazas no eran en vano, y
terminó respondiendo con un sí señora y partió
a su compromiso.
Como
no solía hacer, caminó acelerado a su destino porque realmente su deseo por ahorrarse cualquier tipo de problemas, era
lo que lo movía, pero algo le decía que lo
más seguro era que se le presentara una situación
problemática, solo por atrasarse un par
de estúpidos minutos. Empezó a contar el tiempo desde que salió de su casa hasta los minutos que le tomó atravesar las cinco
calles antes de toparse con el área de entrenamiento y… ¡Mierda, no podía dejar
de pensar en cada detalle a la vez! Era comparable a contar los movimientos que
empleaba al realizar sus estrategias en combate, y mientras se sumergía en su
análisis iba ya por más de medio camino,
se dio cuenta de ello, por lo que sin
perder más el tiempo pensando, corrió lo más rápido que pudo hasta alcanzar
finalmente el claro en el bosque dónde se reunían los del equipo tres.
_
Espero está vez, sí haber cumplido con el horario establecido _ decía agitado,
esperando que su anterior conteo fuera errado o que sus piernas lo hayan
salvado por primera vez. Había dado una corrida extremadamente rápida y larga, esto no le había pasado antes con
Asuma-sensei, recordó aquellas cosas que ahora le parecían privilegios y había
dejado escapar por idiota, ahora se recriminaba mentalmente al tiempo que se
quitaba su mochila dónde cargaba su desayuno y la dejaba en el suelo cerca de
un árbol.
_
Dos minutos con cincuenta seis minutos tarde, tienes suerte que Gai-sensei no
ha llegado todavía _ El Nara escuchó una conocida y seria voz desde arriba, se
giró al tiempo que levantaba la mirada y veía a su compañero de equipo de pie
sobre la rama de un gran árbol, apoyando una mano en el tronco del mismo.
¡Lo
que me faltaba, ahora tengo quien testifique mi tardanza! Exclamaba de nuevo
para él mismo y haciéndose un cuestionamiento de la misma manera: ¿Desde cuándo
estaba ahí? ¿Acaso ese chico jamás se había atrasado en su vida? Había
escuchado que era un fanático de la puntualidad igual que Gai-sensei, y ahora
lo había pillado a él en su falta, que problema, solo faltaba que lo acusara
con el maestro, volvía a repetirse sudando nervioso, sin embargo otro
pensamiento se le cruzo por su analítica mente, una vez vio a su colega
alcanzar el suelo: esperen un momento… ¿Qué le había pasado al sensei, que
todavía no había aparecido? ¿Estaría enfermo? ¿O lo habían enviado a una misión
de último minuto, lejos de la Aldea? Ha como era la vida de un Shinobi, tenías
que estar preparado para todo y cualquier tipo de encuentro, pero antes de
seguir gastando más energías en pensar, decidió preguntar a su compañero.
_
¿Y qué le sucedió a Gai-sensei, que todavía no ha llegado?
_
No lo sé, pero debe tener una razón de peso porque en todo el tiempo que llevo
entrenando y trabajando a su lado, jamás ha llegado tarde _ declaró Lee y Shikamaru arqueó ambas cejas,
haciendo un gesto de incredulidad con la boca.
_
Bueno siempre hay una primera vez para todo ¿no? _ comentar eso y Rock Lee lo
miró de forma severa _ digo, me refiero que a lo mejor tuvo algún inconveniente…,
tal vez…
_
De ninguna manera, sí así hubiera sido nos hubiera informado con anterioridad,
Gai-sensei es muy responsable _ Lo defendió como siempre y Shikamaru prefirió
cambiar el tema.
_
Sí, si te entiendo, por cierto ¿qué le pasó a Tenten, que tampoco ha llegado?
_
Está enferma
_
Debe estar muy grave para no haber venido _ comentó el Nara.
_
Pues eso fue lo que me dijo, que no se podía ni levantar de la cama, _
Shikamaru abrió mucho los ojos, quería saber más, pero no era del tipo de andar
de preguntón, aunque no tuvo ni que
intentarlo, Lee había hecho una pausa y acabó soltando lo que en realidad tenía
la experta en invocación y manejo de armas _
ya sabes tiene esa cosa que les viene a las mujeres todos los meses y les
dura entre tres y cinco días.
_ El
vago se pasó la mano por la cara por un momento y dijo: _ No seas tonto, no está
enferma, solo están con la menstruación, que fastidio cuando les baja esa
sangre, no hay quien las aguante, un ejemplo claro mi madre, que se pone más problemática
de lo que realmente es, _ Ahora fue el turno de la bestia verde de Konoha
quedarse boquiabierto _ debe ser muy problemático ser una chica, gracias le doy
a Kami, que me hizo hombre.
Ambos
chicos siguieron conversando un rato, hasta que Lee se le ocurrió la maravillosa
idea de entrenar un poco de taijutsu hasta que Gai llegara, él tenía que
aprovechar el tiempo en algo productivo, ese era el pensamiento que siempre sostenía
aquel muchacho, pero no le pasaba lo mismo al perezoso del Nara, a quien le
pareció tediosa la propuesta de su colega, sin embargo tuvo que complacerlo porque Lee era Lee y sí
no sudaba la gota gorda iba a seguir insistiendo todo el día y eso sería muy
desgastante para cualquiera, principalmente para un Nara.
Empezaron
a luchar, como siempre Rock Lee le ponía mente corazón y vigor al asunto,
demasiado para gusto de un chico tan desmotivado como Shikamaru, que solo
deseaba convertirse en una nube para simplemente flotar y no hacer nada, no
quería esforzarse, él solo quería ser
arrastrado por el viento, que aburrido y que fastidio tener que defenderse de
los precipitados ataques de su intenso compañero, quien en lugar de tener dos
piernas y dos brazos parecía que tenía miles de ambos pares de extremidades. Patadas y puñetazos con toda la
potencia posible iban y venían. ¡Rayos porque se tenía que tomar todo tan
enserio! Exclamaba esquivando lo mejor que podía, tomando la distancia más
cómoda para él, sí como no, mejor dicho huyendo como un cobarde
en lugar de hacerle frente y atacar como Lee le estaba gritando que hiciera,
porque el chico de cejas pobladas esperaba que sus oponentes estuvieran a su
más alto nivel aunque se tratara de una práctica o entrenamiento básico porque él todo lo veía como un reto en la vida
a afrontar que siempre lo fortalecía; él ganaba o aprendía sus lecciones y
sabía que Shikamaru era un genio nato y podía demostrar mucho más de lo que
estaba haciendo, pero su falta de espíritu y voluntad para el combate lo hacían tropezar, así que como buen camarada que ya se
consideraba de él, lo ayudaría a mejorar, se lo prometió al momento que hizo
que el vago se estremeciera en su sitio cuando un torbellino de patadas
amenazaron con herirlo seriamente, Lee lo notó y bajo su intensidad, a lo mejor
se estaba saliendo de control, recordó los consejos de Gai-sensei que siempre
apuntaba en su libreta; que cada persona era diferente, le brindó la mano a
Shikamaru para ayudarlo a ponerse de pie, que aceptó otra vez agitado, muy
agitado; vaya malas condiciones presentaba, de verdad era una vergüenza que
siendo un chunnin, no pudiera siquiera con una práctica, se recriminó para sí
mientras se sentaba en un tronco cortado al lado de Lee, que no demoró en
hacerle algunas preguntas sobre lo que había escuchado de boca de su madre,
realmente estaba curioso por escuchar el punto de vista del Nara, ya que esa
señora no lo dejó siquiera defenderse, el flojo cínicamente admitió que la
mayoría de lo hablado era cierto, haciendo énfasis en que todo el mundo shinobi
le parecía un completo fastidio, que se había hecho ninja pensando que a lo
mejor podía encontrarse con algo entretenido, pero hasta hora todo seguía su
curso igual, sin embargo también le
aclaró que en algunas cosas su madre había exagerado.
Lee
no juzgo a su compañero por lo que había dicho aunque no compartía sus ideas,
eran polos opuestos, eso era más que notable no solo a simple vista, aun así trató de entenderlo,
Shikamaru era una persona muy interesante,
tal vez pensaba de esa
manera porque no había encontrado aún su propósito en la vida,
pero cuando lo encontrara nadie lo pararía, se convertiría en un espléndido
ninja, Lee estaba completamente seguro de eso, ya que talento tenía y de
sobra, solo tenía que tener una meta
clara y con un poco de esfuerzo estaría listo para afrontar cualquier reto que
la vida le presentara, de nuevo se auto aseguraba Rock Lee.
Y
lo felicitó por no contradecir a su madre en ningún momento, eso hablaba muy
bien de él porque se notaba lo respetuoso que era con ella, lo que no sabía el
energético muchacho, era que Shikamaru actuaba así porque no tenía más
opciones, Yoshino siempre decidía, mandaba y él y su padre obedecían y hacían
como ella decía, sino a atenerse a las consecuencias. El Nara quiso guardarse
lo último para él, para que comentarlo, sí Lee ni era psicólogo ni psiquiatra
para resolver sus problemas familiares, mejor participó de la amena
conversación haciendo ahora él las preguntas, no fueron tantas, de hecho solo
fue una, el genio no solía indagar mucho en los temas
personales de la gente, pero ese algo lo tenía muy intrigado; quería saber cómo
fue que se recuperó tan pronto de las lesiones, él lo había visto en una cama
cuando junto a Naruto tuvieron que intervenir para que Gaara no atentara contra
su vida, de no ser por Gai-sensei, ese chico no estuviera hablando con él.
Rock
Lee le explicó que le había tomado mucho esfuerzo y sacrificio recuperar su
condición, los doctores
no le dieron ni un
aliciente, le habían dicho que iba a quedar lisiado de por
vida, incluso hasta la quinta en el inicio de su difícil situación fue pesimista sobre sus resultados, pero él hizo odios sordos a todos los negativos, y se propuso levantarse aun contra todo
pronóstico, recibiendo siempre el apoyo de Gai-sensei, quien siempre estuvo ahí
para él junto a sus amigos Sakura, Naruto, Tenten y Neji, quienes lo visitaron varias veces en el hospital,
igual que Maito Gai, le dieron ánimos,
pero él no podía evitar guardar un aprecio especial por su mentor que más que eso era un amigo muy valioso para
él, estuvo a su lado en todo momento y
detalles como esos por muy simples que sean, no se olvidan.
Shikamaru
escuchaba atento la historia de su nuevo compañero, quien cada
día iba a realizar sus esfuerzos
poniendo su cuerpo al límite en las madrugadas y en las noches de igual manera,
las enfermeras intervinieron en muchas ocasiones, pero el buscó la manera de
despistarlas y seguir adelante, con fe férrea, fuerza de voluntad
inquebrantable y un esfuerzo casi sobrehumano pudo sobreponerse, pero le
aseguró al genio de Konoha que su cuerpo todavía no estaba del todo recuperado,
el Nara se quedó boquiabierto ante tal declaración. Sí, sin estar del todo sano
era capaz de realizar un taijutsu casi perfecto como sería al tope de su nivel,
¡este chico era impresionante! Exclamó internamente al tiempo que una leve
sonrisa se dibujó en su rostro y sentía un poco de ímpetu en su corazón, solo
un poco, pero que le hizo
poner la piel de gallina, quizás dentro de esa alma apática, había algo de fuego
para moverse hacia delante con referencia a las expectativas que tenían otros
sobre él y por qué no, quizás en un
futuro; un poco lejano quizás, de él mismo.
N/A: Esto se puso problemático, pero bueno Shikamaru se
lo busca, quien lo manda de vago jajaja, igual pobrecito, Yoshino lo hace pasar
cada vergüenza, pero les juro que no es intencional XD… Tengo algunas ideas
para que hagan este grupo de ninjas del equipo tres con el Nara, pero tardaré
un poco porque como he dicho ya no soy solo diálogos como antes, me he metido
de lleno en la narración o bueno al menos eso creo porque hasta pienso que así me hago entender
mejor, ya que aunque conozco bien estos personajes puede que a veces en medio
de las conversaciones se me vaya un Ooc y a mí me encanta mantener la esencia
de ellos la mayor parte del tiempo.
Por otra parte iba alargar más este capi, pero
definitivamente me volvía un ocho, sí lo hacía y quería publicar sí o sí, sin
más me quedo feliz que me dejen algún comentario para saber si les gustó el
capi, y nos leemos muy pronto, besitos.
Jajajaja como siempre las mamás avergonzando a sus hijos te quedó genial espero ansiosa el siguiente de tus dos historias besos hasta la próxima
ResponderBorrarSí, es algo típico, pero no deja de gustarme y me encanta incluirlo en mis historias jajaja, pero de hecho sí las mamás de Shikamaru y Kiba dan miedo jajaja, me hubiera encantado más participación de Yoshino al lado de su Lazy ass son jajajaja, en fin con las escenas que nos mostraron de ellos tanto cannon como relleno tuve para hacerme ideas, soy re fan del Fm en varios sentidos jajaja.
BorrarPor cierto también Kushina la madre de Naruto es estricta, lástima que bueno en la serie cannon no conviben, solo en un capi o peli de relleno jajaja. El único que se salvaría sí su madre estuviera viva sería Sasuke, porque esa señora la tal Mikoto es tan blanda y suave como un pan dulce jajajaja, gracias por leer y comentar, espero no atrasarme tanto con el siguiente capi.
Un abrazo.