Nuevas
reglas, nuevos castigos
Capítulo
11
Ayer
me dormí temprano pero aún así me levanto tarde, aprovechando que quedan tres
días de vacaciones. Voy a desayunar, Natalia me sirve el desayuno y me dice que
mi padre quiere verme en su despacho en cuanto acabe de comer y recoger, se va
y yo desayuno tranquilamente.
Llamo
a la puerta del despacho de mi padre y entro, Natalia está con él.
Carlos:
¿Cómo te encuentras?, sé que ayer te
castigué más fuerte que las veces anteriores.
Me
sonrojo, ¡papá, que está Natalia, no me avergüences!, pero parece que a él no
le importa. Aunque estoy seguro de que Natalia sabe desde el primer día cómo me
castiga ahora mi padre, no me apetece hablar de ello si está ella delante. Le
contesto en un tono que espero que suene bastante seco.
Adrián:
Estoy bien, ya no me duele si es lo que
preguntas. ¿Qué quieres?
Carlos:
Vamos, no te enfades. ¿Cómo llevas los
exámenes de recuperación? ¿Son esta semana, verdad?
Adrián:
El de historia es el viernes, el de
lengua es el lunes de la próxima semana. Los llevo bastante bien, estuve
estudiando la semana pasada.
Adrián: Ya casi estoy, me faltan dos capítulos y,
como me pediste, he ido haciendo un resumen de cada uno para poder revisarlos
antes del examen.
Carlos:
Quiero que termines de leerla y de
preparar los exámenes antes de que terminen las vacaciones.
Adrián:
Lo tengo muy adelantado, de verdad, hoy
mismo puedo terminar la novela y acabar de repasar para los dos exámenes, verás
como apruebo con buena nota.
Asiente
con la cabeza y me sonríe. Después de la cagada en las convivencias no me
atreví a pedirle que mañana me deje salir con mis amigos, creo que ahora es el
momento de intentarlo.
Adrián:
Mañana quería salir con mis amigos,
¿puedo?
Veo
que lo piensa y cruzo los dedos, que diga que sí, por favor.
Adrián:
Queremos ir a dar una vuelta por el
centro comercial porque inauguran una tienda de videojuegos, comer en alguno de
los restaurantes que hay allí, y después ir al parque que hay al lado.
Carlos:
De acuerdo, tienes permiso hasta las
cinco, estate atento a la hora, ¿vale? Y recuerda que quiero que estés
localizable con el móvil.
Uf,
suelto el aire y me doy cuenta de que estaba conteniendo la respiración. Aunque
no me dijo que estuviera castigado, no esperaba que me diera permiso.
Adrián:
Sí papá, muchas gracias.
Carlos:
También quería decirte que esta semana es
el festival de cine de primavera, ya sabes que es un evento muy importante al
que asisto cada año. Me iré el martes por la mañana y regresaré el sábado al
mediodía. Natalia me acompañará. María y Rafa (el chofer) estarán en casa contigo y también se
quedarán por la noche, cualquier cosa que necesites se lo puedes pedir, y
espero que seas responsable y hagas tus tareas y te comportes.
Adrián: Pero papá, el miércoles es mi cumpleaños,
¿no estarás?
Carlos:
Lo siento Adrián, es una de las citas más
importantes del año. Te llamaré cada día y celebraremos tu cumpleaños el sábado
o el domingo, cuando vuelva, ¿qué te parece?
Adrián:
¿Podría dar una fiesta en casa con mis
amigos el sábado por la noche? Con música, luces de colores, comida de picoteo
para cenar y bebida, yo me encargo de prepararlo todo y de recoger después.
Le
pongo ojitos a mi padre, sé que no le gusta dar fiestas en casa, siempre he
celebrado mis cumpleaños con mis amigos fuera de casa, en sitios donde se dedican
a organizarlos, pero eso es para niños pequeños, ¡cumplo 15, quiero una fiesta
de verdad! Me acaba de decir que no estará el día de mi cumpleaños, es el
momento perfecto para ablandarlo y que me diga que sí.
Carlos:
No. Adrián, puedes celebrarlo con tus
amigos el sábado por la tarde o el domingo, dónde tú quieras, yendo al cine, a
patinar o al parque de atracciones, en el club ... hay muchas opciones. Pero
aún eres pequeño para una fiesta en casa como la que pides.
Adrián: No soy pequeño, cumplo 15. Por favor, papá.
Carlos:
No insistas, he dicho que no. Y no te
enfurruñes, no vaya a ser que acabes por no celebrarlo. Ve pensando qué opción
prefieres.
No
estoy para nada contento con la respuesta, pero me conviene ser diplomático, me
acaba de dar permiso para salir mañana, ya pensaré como convencerlo.
Adrián: Está bien papá, lo pensaré y ya te lo diré.
Antes
de subir a mi habitación para terminar de leer la novela y de estudiar le doy
un abrazo que él me corresponde.
Prácticamente
paso el sábado encerrado en mi habitación estudiando, chateando con Nico y con
Martina, y jugando a la videoconsola. A media tarde voy al salón y me encuentro
con mi padre sentado en el sofá, leyendo.
Carlos:
Hola campeón, ¿has terminado de leer la
novela y de estudiar?
Me
siento a su lado, me apetece un rato de mimos, me despeina, me atrapa en un
medio abrazo y me acaricia.
Carlos:
¿Te apetece un cine con palomitas? Tengo
una primicia que creo que te gustará.
¡Sí!
A veces mi padre, cuando considera que es adecuada a mi edad y que me va a
gustar, me deja ver alguna película que ha dirigido y que aún no se ha
estrenado en los cines.
Adrián:
Sí, ¿cuál es papá? ¿De qué va?
Se
trata de una película de acción, la vemos en la sala de cine, acurrucado sobre
él, ¡me siento tan feliz!
El
domingo me encuentro con mis amigos en el centro comercial y vamos a la nueva
tienda de videojuegos, hoy la inauguran y podemos jugar a algunos, tienen uno
de carreras de coches que acaba de salir al mercado que es buenísimo, se lo
pediré a mi padre como regalo de cumpleaños. Después vamos a comer unas
hamburguesas y al parque, nos tumbamos sobre el césped y charlamos un buen
rato.
Nico:
Adrián, el miércoles es tu cumple, 15,
¿ya sabes cómo vas a celebrarlo?
Adrián:
Aún no, quería dar una fiesta en casa
pero mi padre no me deja, y además él no estará, se va a un festival de cine el
martes y no vuelve hasta el sábado.
Adrián:
Dice que puedo celebrarlo con vosotros el
sábado o el domingo donde yo quiera, ¡pero no soy un niño pequeño! Puedo volver
a hablar con él e intentar convencerlo, o…
De
repente me viene una idea, ¿podría ser?
Nico:
¡Ui! Acabas de poner una cara que da
miedo, de esas que te meten o nos meten en un lío, ¿en qué piensas?
Adrián: Si mi padre no está, ¿por qué no puedo dar
una fiesta?
Mis
amigos me miran entre sorprendidos, incrédulos y curiosos.
Nico: ¡Estás loco! Se enterará, Natalia se lo
dirá.
Adrián:
Natalia va con él al festival. Me quedo
con María y Rafa, a ellos es más fácil engañarlos, creo que podría hacerlo sin
que nadie se diera cuenta …, y, el domingo, ¿os apetece ir al parque de
atracciones? Le diré a mi padre que es cómo he decidido celebrarlo y así no
sospechará.
Nico:
A ver, cuéntanos tu plan.
Les
cuento a mis amigos lo que estoy pensando, buscan puntos débiles y añaden
algunas ideas nuevas, estoy seguro de que es posible. Me ayudan a hacer una
lista con las cosas que hay que hacer para organizarla. Decidido, daré la
fiesta, será el viernes por la noche, pero hasta entonces debo ser un ángel,
tengo que portarme mejor que nunca.
Llego
a casa quince minutos antes de la hora de llegada que me ha dado mi padre. No
puedo jugármela si quiero seguir mi plan.
Carlos:
Hola Adrián, ¿lo has pasado bien?
Adrián:
Súper papá, ya sé que quiero que me
regales para mi cumpleaños, y cuándo y dónde celebrarlo con mis amigos.
Le
explico a mi padre lo que hemos hecho y que hemos hablado de cómo celebrar mi
cumpleaños, obviando que planeo dar una fiesta, claro. Le parece bien la opción
de pasar el domingo en el parque de atracciones, Natalia se encargará de
comprar las entradas y encargar la comida de la celebración en uno de los
restaurantes del parque, sólo debo darle la lista de invitados.
El
lunes, último día festivo, salgo un rato por la mañana con Martina, Nico y
Shaila, les cuento a las chicas los planes para la fiesta. Les encanta la idea
aunque Shaila tiene sus reticencias, dice que me la estoy jugando mucho, que
pueden fallar muchas cosas, pero si sigo adelante vendrá, a Martina le parece
genial.
Por
la tarde pongo al día a mi padre con la novela y la preparación de las
recuperaciones, parece satisfecho, así que aprovecho para hacerle una petición
que me facilitará dar la fiesta.
Adrián:
Papá, ¿María se quedará a dormir también
el viernes?
Carlos: Claro Adrián, estará para lo que necesites
todos los días.
Adrián:
Pero normalmente tiene libre desde la
tarde del viernes hasta el domingo por la tarde, ¿tendrá que trabajar en su día
libre?
Carlos:
Ya lo he hablado con ella y no le
importa, ha cambiado los planes y le he dado fiesta desde que Natalia y yo
lleguemos hasta el lunes por la tarde.
Adrián:
Pero es solo una noche, puede dejar la
cena preparada como hace siempre y yo la caliento en el microondas. Soy mayor,
puedo hacerlo. Y el sábado puedo prepararme el desayuno, como no hay colegio no
hay ninguna prisa, y tu y Natalia llegáis al mediodía. Estaré bien.
Carlos: A ella no le va mal, sinó me lo hubiera
dicho.
Adrián:
Aún así pienso que no es necesario, ya
estará aquí Rafa, supongo que es él quien se encargará de la seguridad de la
casa estos días, si necesito algo el viernes por la tarde se lo puedo decir a
él. No pasa nada si María no está, además ya se quedará a dormir tres noches
antes, querrá descansar.
Carlos:
Veo tu punto y creo que tienes razón,
¿estás seguro que estarás bien?
Carlos:
Está bien, hablaré con ella. ¿Desde
cuándo eres tan maduro?
Le
sonrío. ¡Bien! Se lo ha tragado.
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