Muy feliz navidad Pequeña Saltamontes, sorpresa me
tocaste a mí.
Ambientado en el primer capítulo de Haydé, una chica muy especial.
Cuando Aleck se fue a su habitación en espera de
Aarón, mientras se sobaba el trasero de la paliza que le acababa de dar su
padre, no pudo evitar recordar la última vez que había hablado con él muchos
años atrás como olvidarlo, fue la peor paliza de la vida, Aleck había cruzado
de la línea impuesta por su padre vampiro.
En el 1953 la familia se había mudado a Illinois,
trataban de mantener un bajo perfil, se habían enterado de la existencia de los
hombres de letras, así que estaba decididos a investigar que planes tenían
contra los vampiros. Con los días lograron averiguar que Henry el “vecino” era
uno de los miembros destacados de la
organización, Aarón pasaba las tardes en el club de caballeros leyendo el
periódico viendo deportes y charlando amenamente de la vida, pero no lograba
que se abrirá respecto a lo sobrenatural.
Aleck por su parte se acercó Millie, la esposa de
Henry, para probar si tenía mejor suerte, pronto se dio cuenta que Millie no
sabía nada de los hombres de letras, pero que aparte de guapa era una mujer
encantadora, preocupada de su hogar, pero muy abandonada por su esposo, las
tardes juntos hicieron creces una gran admiración por parte de Aleck, partieron
unos coqueteos inocentes luego fue a más, Algo paso en el interior de Aleck,
esa chica comenzó a derretirle el corazón, sin darse cuenta se enamoraron
perdidamente, ella jamás había engañado a Henry, pero sentir los brazos de
Aleck en su cuerpo la hizo sentir mujer por primera vez en su vida, la vida con
su marido no se comparaba a la pasión que puede despertar en una mujer un
vampiro.
A los meses de romance furtivo los ardientes amantes
decidieron que no querían vivir una doble vida e idearon un plan para escaparse
y poder vivir su amor sin restricciones, Millie se divorciaría de Henry, para
casarse con Aleck, y este por su parte abandonaría a su familia, dejo una carta
a su hermana Haydé, donde le explicaba las razones de sus acciones, sus planes
con su amada Millie, que sin darse cuenta se había enamorado como un loco que
solo quería formar su propia familia. Pero no fue su hermana quien encontró la
carta.
-papá que haces
con esa carta- le dijo Aleck a su padre.
-Que, que hago
con esa carta es todo lo que tienes para decir- grito sacándose el cinturón
de la pretina de sus pantalones. –¿Cómo
es que te vas a fugar con una humana?- ZAAAS
ZAAS ZAS
-papá me duele-
se quejó. ZAAAS ZAAS ZAS
-no solo una
humana, tenía que ser la humana de un hombre de letras- ZAAAS ZASS ZAAS ZAS
-perdiste la cabeza, te alejaras de ella
o te juro que la matare yo mismo y te la daré a beber- ZAAAS ZAAS ZASS.
Aleck por primera vez en la vida le mostro los
colmillos a su padre -no te acercaras a
ella, no la lastimaras y te lo juro por mi vida, si la lastimas será lo último
que harás en tu vida Aarón.-
Aarón no se esperaba eso de su primer hijo, pero al
ver la decisión Aleck tomo el látigo que había llevado solo para intimidar.
-Si no me
consideras tu padre me obedecerás como tu señor, tú me debes sumisión y respeto- ZAAZZ
ZAAAZZ ZAAAZ, golpeo a su hijo con el látigo –tienes media hora para arreglar tus cosas nos vamos de Illinois- dijo
saliendo de la recamara dejándole el látigo y el cinturón como recordatorio.
La verdad es que tuvo que salir de la recámara pues se
moría de dolor por tratar así a su hijo, pero no tenía alternativa Los Hombres
de Letras venía por ellos y su obligación era salvar a su familia.
Aleck aprovecho esa media hora para huir pero Millie
no pareció en la estación del ferrocarril, la busco desesperado por todos lados,
adolorido como estaba se fue de la ciudad, su padre lo buscaba y acabaría con
él. Pero esa decisión le costó todo, y tuvo que iniciar su familia de uno.
Años más tarde se encontró a Millie, de la mano con un
apuesto jovencito, se miraron fijamente, en sus ojos aun había pasión, él lo
supo de inmediato, no sabía cómo era posible pero ese pequeño era suyo.
-Aleck eres tú- dijo ella besándolo en sus
pensamientos.
-Millie- respondió jadeando en deseo.
-John Winchester- interrumpió impaciente el jovencito.
-lo siento no pude ir esa noche, me puse mal y Henry
me llevo al hospital, ahí nos enteramos de John- dijo casi en susurro para que
no escuchara su pequeño.
-no hablamos de ese hombre- dijo con rabia el pequeño
Henry los había abandonado meses atrás, o era lo que ellos pensaban, ya que desconocían
que se había perdido en una misión de los Hombres de Letras. –vamos mamá
llegaremos tarde a la escuela-
-vamos hijo- le sonrío a su pequeño, y dejo a tras
todo el deseo que sentía por Aleck pues ya no estaba sola tenía a su hijo y no correría
el riesgo ella mantendría a su pequeño a salvo, ella sabía que era Aleck, solo
no sabía cómo había logrado concebir un hijo.
Aleck por su parte dedujo lo mismo, el mantendría a su
hijo a salvo y la única forma es que nadie pudiera asociarlo a él.
Su padre al ingresar a la habitación interrumpe sus
recuerdos.
-no me case con ella padre, la amaba aún la amo pero
no me case- dijo dejándose caer sobre la cama.
Aarón que siempre guardaba una fachada fría e
indiferente, lo levanto de la cama y lo abrazo como debía hacer años antes. –lo
sé hijo… te quiero hijo- agrego casi en un susurro, esperando que Aleck no lo
hubiese escuchado.
Tahii feliz navidaaad
Esto me dió mucha penita porque no se casó con ella y él si aplicó la de “que sea feliz, aunque no sea conmigo" y se sacrificó al estar sin ella y su hijito con tal de que estuvieran bien!!..
ResponderBorrarTe quedó muy lindo!!
muchas gracias!!
ResponderBorrarFue muy lindo leer mi regalo de navidad, pobre Aleck ;( el solo estaba enamorado y su padre no lo supo entender.