sábado, 27 de mayo de 2017

Special Improvement Academy



Special Improvement Academy
 Ring Ring
Salgo de la oficina para atender el timbre. Veo a un niño vestido con un short verde con negro, una playera Adidas y unos tenis deportivos, aparenta unos 12 o 13 años y va acompañado por su mamá. Noto que llegaron en el minicooper que está estacionado en la calle empedrada frente a mi peculiar “academia”.
-         MA, de veras no es necesario – oigo que le dice el niño en el tono infantil agudo que aún conserva.
-         No hijo, ya lo habíamos hablado. La próxima vez que reprobaras íbamos a venir aquí.
-         Buenas tardes – los saludo
-         Buenas tardes, señor. Es que tengo una situación que resolver con mi hijo.
-         Paseen por favor, y hablamos acerca de este jovencito.
Los introduzco a mi academia, que cuenta con tres partes: mi oficina, el “salón” y una salita, que es a donde nos dirigimos.
-         Entonces ¿Qué pasó? – invito a  reanudar la conversación.
-         Como le comentaba, mi hijo reprobó nuevamente la materia. Ya estaba advertido de que vendríamos con usted si eso volvía a suceder, así que aquí estamos.
Básicamente mi “academia” es una institución poco común, donde los padres traen a sus hijos a recibir un determinado castigo. Dadas las circunstancias de incertidumbre económica el mejor seguro es la educación, por lo tanto los padres están dispuestos a todos con tal de dar y conservar a sus hijos una excelente educación. Y es así que mi institución floreció entre las clases medias altas de nuestro ajetreado y polarizado país.
-         Comprendo. Entonces, señora, le voy a pedir que me deje con… ¿Cómo te llamas?
-         Manuel
-         Con Manu. Puede venir por el en unos 20 minutos vamos a platicar un poco y tendrá su sesión de corrección.
Le abro la puerta a la mamá de Manuel y regreso a donde esta sentado en el sillón muy quieto.
-         ¿Sabes por qué estás aquí cierto? – cuando asiente a mi pregunta continúo – entonces no demoremos más esto. Ven – le digo y señalo hacia la sección principal de la academia.
Entramos al cuarto que es una habitación amplia donde hay tres especies de bancas de diferentes tamaños. Son bancas de azotes muy modernas, acolchonadas y con bandas sujetadoras de material fuerte pero un poco elástico.
-         Inclínate en esa por favor, Manu- le digo señalando a la mediana. – por ser tu primera vez serán seis, sin ropa. Aquí siempre son todas sin ropa por políticas de seguridad y eficiencia. Necesitamos ver para no lastimar de más y además no tenemos que ser tan severos pues así es más efectivo el castigo. – aclaró esto porque usualmente los chicos se escandalizan de esta medida en sus primeras veces.
Veo que se inclina pero no hace nada con lo de su ropa, lo cual es natural. Su torso queda elevado mientras que sus piernas juntas quedan inclinadas en diagonal hacia abajo. Aseguró sus piernas con una de la cintas, su torso con la otra, y sus muñecas con dos más pequeñas que quedan a cada lado. La razón de esto es que los niños que no están acostumbrados a los castigos se mueven demasiado si no están sujetados.
Tomo la vara de debajo de la banca, es una varita de silicón de unos 45 centímetros y de aproximadamente medio centímetro de ancho. Jalo el elástico de el short del niño y bajo la prenda hasta las rodillas. Noto que Manu se estremece un poco cuando queda al descubierto un bóxer azul marino con orillas verde oscuro, pero aún no he terminado y bajo también su bóxer hasta las rodillas.
-No! – protesta
-         Voy a empezar – le aviso y dejo caer la vara por primera vez con fuerza moderada
JUAS
MMMMMGGG
JUAS
OUCH!
JUAS
Ayyy!
Noto que empieza a resolverse y tratar de zafarse, me cambio de lado porque voy a la mitad.
JUAS
AUuuu! Y
JUAS
YAA!
JUAS
AYYYYYAAA
Dejo la vara debajo de la banca y espero que  se calme tantito.
-         Ya Manu, ya paso el castigo. Súbete la ropa. – le digo mientras desato las cintas.
El niño tarda unos instantes en reponerse, pero después se sube la ropa y se levanta rápidamente. Noto que un par de lagrimas se le resbalan por sus brillantes ojos cafés.
No puedo impedir sacudirle el cabello castaño mientras lo dirijo hacia el lavabo que esta en una esquina.
-Ya paso campeón, pórtate bien y échale ganas en la escuela. Ahora lávate esa carita.
Después nos vamos a la sala y nos sentamos a platicar mientras tomamos un refresco. Me cuenta un poco más de sus problemas en la escuela y de que no le entiende mucho al maestro. Yo sé que es en parte porque no le interesaba mucho hasta ahorita, pero tomo nota para recomendarle a su mamá que busque un maestro particular de apoyo extra. Sé que mi extraña labor consiste en disciplinar a estos chicos, pero también me preocupo por mis pupilos en la medida en la que puedo.
Su mamá llega y salgo a entregarle al niño. Me despido de ella y de Manu mientras pienso que es curioso que después de todo al final hemos creado cariño algunos de mis pupilos y yo, y que más de uno me agradeció unos meses después el castigo que los enderezó en su camino hacia un futuro exitoso.

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1 comentario:

  1. Waaoo que buen capítulo me gustó mucho de verdad!!
    Espero encontrar más de tan particular academia jejeje

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