Capítulo
dieciocho
Vieja
casa nuevas reglas
“Por fin libreeeeeeeeeeeeee” grito Steve al
llegar a casa, partió corriendo a encerrarse en su habitación, sorpresa fue la
que se encontró al no tener puerta, no tener ni lápices con punta, ni zapatos
con cordones, ni materiales de que pudieren servirle para hacerse daño, en
realidad era su cama y su cama.
“papá es un poco mucho” dijo con
el ceño fruncido.
“era eso o seguir en el la
clínica”
“pues es casi mejor seguir ahí”
dijo enojado, pero al ver la cara de papá y que sus ojos se iban de lleno a su
trasero “Era un broma era una broma, además en tu pieza hay de todo”
“además tú y yo tenemos una
conversación pendiente jovencito” dijo Sean poniéndose serio, volver a casa le
había revivido todo el dolor de casi haberlo perdido.
“o no” negó Steve con su cabeza, y
llevando sus manitos a cubrir su trasero justo como lo hacía cuando era un bebe
“No es justo papaaa” se quejó.
“vamos, terminemos de una vez con
esto de una buena vez, cámbiate el pijama y a mi recamara” le ordeno papá, Steve
al ver que su papá se iba rápidamente tomo su pijama y salió corriendo tras él,
él no estaba preparado para estar solo en esa casa, no después de todo lo que
había pasado.
Sean sonrió, al sentir a su hijo
a su espalda se preguntaba cuanto tardaría en pedir toda su libertad y
privacidad, pero el psiquiatra había sido claro no privacidad hasta que el
estuvieran cien por ciento seguros que Steve no intentaría una locura
nuevamente.
Steve se cambió de ropa, y se
metió a la cama como si eso pudiera impedir el castigo de papá, Sean lo
desenvolvió de las sabanas donde se había hecho un lulo y lo dejo sobre sus
rodillas.
“Steve hijito porque estamos
aquí” dijo Sean con paciencia.
“paaaaaaaaa” se quejó, no quería
pasar por eso era vergonzoso, pero solo logro que Sean lo dejara con el poto al
aire desde el comienzo.
“no, no papito que no así” se quejó.
“si hijito, es así como papito va
a castigar a su cachorrito travieso por todas las malas decisiones que tomo
este último tiempo” ZAS
“Ayyy” eso no se lo esperaba.
“nunca hijo dejes de hablar
conmigo, te amo y siempre estaré a tu lado para apoyarte” ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
¡ZAS! ¡ZAS! “No importa cuán enojado estés con papá siempre esteré para ti”
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! “nunca, nunca me dejaras de contestar el teléfono
por un berrinche” ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
“AYYYYYYY duele nunca más” ¡ZAS!
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
“lo haces y te parto el culo a
palos” Steve se sorprendió por las palabras de su padre, pero aparte de llorar
no hizo nada, tenía claro que en esa posición no se las debía dar de sabelotodo
contestón como acostumbraba ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! “hijo si
vuelves a atentar contra tu vida te daré una zurra hasta el último de tus días,
cuando cumplas 150 años aún te estaré zurrando mocosos mimado crees que con un
berrinche arreglas todo” ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! “que hago sin ti, como
sobrevivo sin ti” ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! “nunca hagas nada que te pueda
dañar o perderás la poca libertad que te está quedando me oíste” ¡ZAS! ¡ZAS!
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
“Si papito no más me duele mucho”
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
Sean desvió la mirada, le dolía
ver como el trasero de su hijo iba tomando un color rojizo, pero sabía que el
castigo debía ser memorable para que fuera efectivo, en eso vio que sobre su
velador estaba el cepillo de roble que tanto amaba su mujer, eso estaba
guardado, se dijo internamente, no lo había sacado nunca, jamás se había
atrevido. Scher-K tenía el cabello más hermoso que ha visto en su vida y lo
peinaba con una delicadeza envidiable, podía recordar las horas que había
pasado contemplándola con el cepillo en la mano derecha y pequeños puñados de
cabello en la otra, y parecía ayer cuando el obligo a su padre que lo llevara
por todas las tiendas de artículos de peluquería hasta que encontró el mejor
regalo para su novia, saco las moneditas que con mucho esfuerzo había juntado, si
Kirk al contrario de él no era de la idea que los niños pequeños manejaran
grandes sumas de dinero, además cada vez que Sean quería algo él gustoso lo
acompañaba a cómpralo, bueno esta vez sus moneditas no era suficiente, y se
empeñaba y empeñaba en buscar en sus bolsillos Kirk viendo lo importante que
era para su hijo pagarlo solito, se las ingenió para colarle un billetito en el
pantalón, el mismo que le había dado para su cumpleaños y estaba seguro que
Sean se lo había comido en caramelos, los ojitos de Sean se abrieron felices a
la encontrarlo, “te encontré” dijo casi dándole un beso al billete, pero por
suerte Kirk se dio cuenta de sus intenciones y se lo impidió, bueno finalmente
pudo pagar por un hermoso cepillo de roble y le alcanzo para pedir que le
gravaran en plata dos S entre lazadas, Sean jamás se olvidaría de ese día, la
cara de su chica al abrir tan hermosos regalo, y ahora estaba ahí como por arte
de magia sabía que no era magia era Nancy la que sabía lo necesitaría, por lo
que decidió darle a su hijo lo que sabía su mamá habría hecho. Tomo el cepillo,
podía sentir aun el olor a la fragancia de su mujer beso la base donde tenía
tatuado las S de sus nombres.
¡CRACK!
“AAAAAAAAAAAAAAAAAA” Steve grito
del dolor.
¡CRACK!
“nunca más hijo”
¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK!
“duele, duele papito para ya
entendí ya entendí me duele mucho”
Sean dejo con sumo cuidado el
cepillo y acuno a su hijo.
“Buaaaaaa papi me duele”
“ya mi niñito nunca más mi
tesorito” Sean consoló a su bebe hasta que el llanto se convirtió en sollozó y
luego lo tendió en la cama.
“con que me diste me dolió mucho,
nunca más” dijo con un hermoso puchero y regañando a su padre por el castigo.
Sean se lo mostro “era el
favorito de tu mamá y lamento informártelo, pero desde hoy te sales de la línea
y entre los dos te enrielamos, estamos claro”
“pero papaaaaaaaaaaa” se quejaba
sobando su potito que tenía un par de óvalos rojos bien marcados pero que
pronto se borrarían por completo.
“ya a dormir campeón” dijo Sean.
“duele” se quejó.
“sana sana colita de rana si no
sana hoy sanara mañana” y le dio un beso en cada cachecito de su potito ya que
el nene había decidido quedarse con los pantalones a medio camino para evitar
el roce, Sean le dio un palmadita cariñosa y se metió a la cama, mañana sería
un largo día pero esta noche tenía a su bebe de vuelta en casa.
Al día siguiente Steve despertó
abrasado a su papá y aun con el fuerte dolor en el potitoo, así que decidió que
estaría de mal humor.
En eso llego Nancy con el
desayuno, ella lo vio acostado sobre su estómago y Sean haciéndole nanai sobre
el pijama y el cepillo no estaba en el lugar que ella lo había dejado así que
sabía que había sido ocupado.
“traidora” le dijo enojado, pues
sabía que solo ella haría algo así.
¡ZAS! ¡ZAS! sintió en su potito.
“pídele disculpa a Nancy” le
ordeno Sean molesto.
“ayyyyyy”
¡ZAS! ¡ZAS!
“No he escuchado nada”
“Perdón Nancy nunca más”
“lo sé mi niñito” ella se
derretía por él, Sean y Steve era sus nenes ella los había criado a ambos y no
permitiría que se siguieran haciendo daño. “pero Steve Hyuga si le vuelves
hacer pasar por esto a tu papito nadie te salva de la zurra que te voy a dar
con la cuchara de cocina”
“GRUUUUUUuu” Steve estaba de
malas y más encima todos se sentían con derecho a regañarlo y amenazarlo, lo
que era a un peor.
“donde crees que vas”
“me voy a mi depa” dijo dando un
pisotón el suelo.
“tu depa lo vendí”
“que” grito furioso, Sean le
vendió el departamento a los papás de la Kathya que se habían venido a vivir
con ellas pero en el departamento de las gemelas no cabían los cuatro así que
Sean amablemente se los regalo pero ellos prefirieron pagar por él.
“es el colmo que te has imaginado
que vienes a vender mis cosas mis cosas Sean, mías no tuyas” la pataleta había
comenzado parece que el cepillo lo volvería a usar más pronto de lo
presupuestado.
Sean que ya estaba lo suficiente
enojado por la actitud de su hijo al escuchar de que de nuevo el mocoso lo
llamaba por su nombre lo agarro de una oreja y lo llevo a punta de palmadas a
la baño ante la mirada atónita de Nancy y los gritos desesperados de Steve.
“abre” le ordeno al tomar un
jabón y meterlo bajo el agua, a ver que su hijo no obedecía le soltó la oreja y
con esa mano le bajo el pantalón del pijama y ¡ZAS! ¡ZAS!
“AHHHHHhhh” grito Steve y fue
suficiente para que Sean le metiera el jabón en la boca.
“cinco minutos y por cada vez que
me digas de otra manera que no sea papá ve sumándole cinco más” dicho eso lo
levanto de la cintura y lo dejo sentado en al lado del lava manos tal como lo
había hecho cuando era más chiquito definitivamente no era algo que Steve
quería recordar.
Los cinco minutos pasaron muy
pero muy lentamente.
Sean le puso la mano para que
botara el jabón.
Y le dio un vaso de agua para que
se enjuagara Steve repitió eso al menos cinco veces luego papá le limpio la
carita de la las lágrimas y resto de jabón.
Lo tomo en sus brazos y se lo
llevo como un Koalita.
Sean dejo a su hijo sentado en la
cama y Steve creyó que estaba todo perdonado.
“yo no voy a tolerar más faltas de
respeto hijo, se acabaron los berrinches por todo, nunca más Steve Hyuga o
volveremos a esta misma posición.
“nunca más no me gusto el jabón”
se quejó mimoso.
“lo sé chiquito ahora acabemos
con esto de una buena vez para que puedas desayunar en paz” y sin darle tiempo
a que Steve asimilara las palabras de sus palabras lo dejo boca abajo sobre sus
rodillas y lo dejo con el potito al aire como era de esperar no había ni una
seña de haber sido castigado la noche anterior.
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
¡ZAS!
“no papá ya me castigaste” ¡ZAS!
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
“eso fue por decirme Sean en vez
de papá” ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! “esto es por el mega berrinche que te
mandaste” ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
“no pero OWWWW papá que duele”
¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS!
“a tu padre no le vienes a faltar
el respeto niñito insolente” ¡ZAS! ¡ZAS!
“pero tú no me respetaste al
vender mis cosas son mías” el chico no aprende siguió burreando por la tontería
a sí que papito no tuvo otra opción que tomar nuevamente el cepillo de mamá y
castigar a su insolente mocoso.
¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK!
“yo soy el papá yo decido lo que
tienes y lo que no”
¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK!
“AHHHHHHHHHHHHHHH” Steve ya solo
lloraba.
¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK!
“Y papá decidió que se acabaron
los departamentos y casas sin supervisión ¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK! despídete de
tus aviones yates y sobretodo de tu pasaporte ¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK! tú vas
donde papá te autorice a ir y nada más está claro”
“no es justo son miosssssss”
¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK!
“tigrecito se acabó papá está
contigo papá está a tu lado sabes que jamás te faltara nada pero mi vidita eres
un niño” ¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK!
“Aaaaaaaaaaa no me pegues más me
duele papá”
¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK!
“tenemos un trato” ¡CRACK!
¡CRACK! ¡CRACK!
“si papá si papito tu mandas yo
hago caso, ya no me pegues más” ¡CRACK! ¡CRACK! ¡CRACK! Sean dejo el cepillo al
lado le acomodo al ropa y lo meció un buen rato cuando ya solo quedaba sollozos
Nancy volvió con nuevos desayunos.
“se los comen o seré yo la que
use el cepillo” dijo mirando a sobretodo a Sean que había bajado mucho de peso
estos últimos meses.
“todo” dijo Sean casi por
instinto Steve no pudo sino sonreír a la reacción de su papá pero espero a que
Nancy saliera para decirle.
“sabes que ella trabaja para ti
no puede pegarte”
“si pero siempre puede llamar a
papá y tú sabes cómo se pone tu opa cuando se trata de la comida”
La cara de Steve no tenía precio pero
se comió todo rapidito solo se detenía para tratar de encontrar un poco de
comodidad para su trasero pero eso era imposible.
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