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martes, 3 de septiembre de 2013

Un aliado para Ryoga.


Capítulo 7
Un aliado para Ryoga.
Hola señor Sotome, señor Tendo. Pasen y tomen asiento ¿Qué desean comer? Hoy tenemos una promoción especial por la compra de un Okonomiyaki familiar, te llevas dos tamaños regulares gratis__ anunció Ukyo,  a los padres de sus amigos al verlos parados en la puerta de su restaurante.
__ Oh, me parece muy bien. Quiero uno de vegetales con queso y me le pones suficiente salsa por favor__ dijo Genma.
__ Enseguida se lo preparo ¿Y usted señor Tendo?__ preguntó ella.
__ A mí  dame  uno  de  calamar.
__ Con gusto. ¡Qué  casualidad, ese es el favorito de  Ranma!   __ exclamó la chica, mientras sacaba sus utensilios y  se ponía a preparar la comida.
__ ¿Así? ¡Qué bueno! Ahora  que  la chica  menciona a  Ranma  me pregunto ¿Cómo está su muchacho señor Saotome?
__  Está bien, pero estoy disgustado con él.
__ ¿Y eso porque?
__ Se agarró a golpes con  Ryoga  dentro  de  un  supermercado. Destrozaron el sitio, lastimaron a varias personas y  los  llevaron  a  la estación  policial. Definitivamente no, debí dejar solo a ese par, aunque ya le di su merecido a Ranma, creo que la culpa de  todo el problema es mía, después  de  todo  soy  él adulto, estaban bajo mi responsabilidad.
__ Saotome, entienda  ellos  apenas  son  unos  niños, recuerde  como éramos nosotros a esa edad.
__ ¡Sí, tiene razón! Pero de igual forma ese comportamiento agresivo no es…__ Genma no terminó la frase, ya que se distrajo al ver que un hombre joven tomaba asiento dentro del restaurante.
__ ¡Hola, Saotome! ¿Cómo estás?__ saludo
__ Bien, gracias Hibiki ¿Qué estás haciendo acá? Pensé que estabas perdido, te llame para contarte lo de…__ fue interrumpido.
__ Sí, Ryoga ya lo castigue. Te juró que no le quedaran ganas de volver a buscar pleitos por tonterías__ añadió con un semblante serio.
Genma y  Soun  lo  miraron  confundido,  pensaban  que  tal  vez  Ryo  había  golpeado violentamente  a  su  hijo,  pues  no  conocían  los  detalles  del  castigo  aplicado, que  consistía  en  tratar  a  su  hijo  con  el  látigo  de  la  indiferencia;  un  castigo  mucho  más severo que recibir una paliza. Si  bien era cierto,  y   aunque   parezca  descabellado  Ryo  tuvo  a  sus  hijos  siendo  un  mocoso;  pues  al  nacer  Shizuka  aún  no  había  alcanzado  la adolescencia, sin  embargo tuvo  un  desarrollo  sexual  prematuro, así   que  contando  con  la   misma  edad  que  su   hijo   menor   pudo  engendrar  a  la  primogénita,  y   dos  años  más  tarde  nació  el  heredero  de  la  dinastía  Hibiki, el  hijo  varón  que  siempre quiso  y   con  el  que  casi  nunca  estaba,  pues  anteponía  siempre  sus  obligaciones diarias,  pero  ahora  quería  dárselas  de   gran  padre  castigando  cruelmente  a   un  niño  que  lo  único  que  hizo  fue  cometer  un  error.
__ Hibiki ¿Tú le pegaste…? __ intervino Tendo.
__ No, pero ganas no me faltaron. ¡Y ya  cambiemos de  tema,  no vine a hablar de  Ryoga!  Ukyo prepárame un Okonomiyaki de camarones __ pidió.
__ Oh con gusto señor, enseguida se lo preparo. ¡Ay  que señor tan joven y apuesto, se parece mucho a Ryoga, pero que tonta soy, pero si es el padre se supone que tienen que parecerse!__ pensó mientras preparaba con gran velocidad  la  orden.
__Oye, no te enojes, ¿No crees que  te  estas  tomando  muy  a  pecho  todo  este  asunto? Yo castigué a mi hijo, pero ahora iré a casa a darle un consuelo, después de todo solo es un mocoso de once años __ dijo Genma, haciendo que Ryo  pusiera otra cara un poco menos seria.
__ ¿Qué quieres decir con eso de consuelo? No, te das cuenta que es varón. Con ellos no se puede ser delicado, no es…
__ ¡Tonterías!  Deberías  darle  una  oportunidad  al   muchacho  para   que  te  explique   las cosas, además si ya lo castigaste no entiendo que gracia tiene que sigas enojado con él.
__ Si  Hibiki. Saotome tiene razón. No seas inmaduro y ve a hablar con tu hijo.
__ Oye ¿Cómo te atreves a llamarme inmaduro?
__ Pues que otra cosa se le puede decir a un tipo adulto, que se pone a la altura de un mocoso de once años que cometió un error. Sé porto mal,  es cierto, pero sigue siendo un chiquillo y es normal que se meta en líos como el pre-adolescente que es__ intervino nuevamente Saotome.
__ Pero es que… intento decir algo.
__ ¡Nada! Ahora mismo vamos a ir a tu casa y escucharás a tu hijo, y más te vale que obedezcas porque si no llamo inmediatamente al Sr Ichiro.
__ Oye Saotome ¿Cómo te atreves a tratarme como si yo fuera un niño eh? Yo, no pienso ir a ningún lado, además papá está de acuerdo conmigo y no pienso dirigirle la palabra a ese niño por un buen tiempo.
__ Así que esas tenemos pues no me va a quedar otro remedio que hacer esto__ PLOFF__Genma sacó una  bomba  del  bolsillo de  su traje de  pelea  y   la  hizo  estallar  en el rostro del  padre de Ryoga ocasionando que cayera en  el  piso desmayado  del  sueño causa del somnífero que contenía.
__ Muy bien hecho Saotome__ dijo Tendo.
__ Le quite esta, al viejo pervertido de  Happosai__ dijo mientras sacaba al padre de Ryoga del restaurante.
__ Señores ¡¿adónde  van?! No me han pagado la cuenta.__Ukyo les grito.
__ Luego venimos__ anunciaron ambos y se fueron hacia el dojo Hibiki.
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__ ¡Oh, no puede ser! ¡Me he quedado dormido, que desperdicio de tiempo! __ exclamó Ichiro levantándose inmediatamente de  la cama.
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Eran más de las quince horas y un chico de mediana estatura,  ojos  color  café   claros,   que depende de cómo la luz reflejara en ellos;  los puedes ver en un tono verde oscuro,  tan cambiantes su color como los caminos que toma,  se encontraba caminando sin rumbo fijo por  todas  las  calles  de  Nerima con su mochila y sombrilla al hombro.  
__ ¿Qué raro? Pero si yo pensé que estaría en…. ¡Oh no!  ¡No  puede ser posible,  he vuelto a la misma calle!__ exclamó el  niño  al  observar  gente  conocida  paseándose por los establecimientos de  comida  del  barrio.
Ryoga comenzó a caminar más rápido, en su desesperación por abandonar Nerima. Cuando…
__ ¡PLOFF!__ choco con alguien en medio del camino.
__ Oye muchacho torpe. ¡Fíjate por donde caminas!__ dijo un anciano de  diminuta estatura mientras se sobaba la cabeza.
__ Oiga, quién tuvo la culpa fue usted que se atravesó en mi camino.__ replicó el muchacho también adolorido.
__ ¡Muchacho majadero! Esas no son formas de hablarle a un anciano tan sabio como yo. Te daré una lección: el truco del  cohete  Happosai.__  gritó aventando  una serie de bombas en dirección a Ryoga.
__ ¡BOOM! ¡BOOM! ¡BOOM!...
__ Cof, cof, cof, Viejo loco__ se cubrió  la  boca  con  el  antebrazo__ ¿Cómo mierda se atreve a hacerme esto?  Voy a partirte la cara__ anunció Ryoga intentando lanzarle un trompón a Happosai a la cara, pero este lo esquivo con mucha facilidad.
__ Jajajajaja, un  novato  como tú, no puede vencerme__ dijo mientras lo golpeaba con la pipa que  usa   para   fumar   enviando  a   Ryoga   directo a un poste__ ¡Ríndete niño!
__ ¡Eso Jamás viejo estúpido,  aún no me has vencido!__ Ryoga se incorporó nuevamente y corrió hacia donde el maestro e intento ahora derribarlo con una serie de combos  (combinaciones de  patadas y  puños)   con mucha fuerza, pero no alcanzaba  tocar   al  viejo, por lo que este en cuestión de segundos Happosai  volvió a golpearlo nuevamente, pero ahora con mucha más fuerza. ¡Te dije que te des por vencido, mocoso!
__ ¡No, no lo hare! Todavía no… no termino contigo__ el chico se paró por segunda vez.
__ Que resistencia tiene, me recuerda a alguien que… __ pensó el maestro.
__ Chicas ahí está ese anciano libidinosos vamos por él__ Gritaron un montón de adolescentes y mujeres jóvenes mientras se abalanzaban sobre Happosai  con paraguas, sartenes, escobas y otros implementos golpeándolo y  pisoteándolo severamente.
__ Ay… ay dejen…me, ay no se…an  ma…las con  es…te  po…bre… an…ciano, ay
__ KRACK.... Cállese  la boca  PUFF…  viejo PAM… cochino PLOFF…. ¿Cómo se atreve a meterse en nuestras casas? CRASH…. TRASH… PUUM…. ¡Degenerado!__ lo golpearon hasta el cansancio, luego  recogieron  la  bolsa  con  ropa  interior  y  se  fueron dejándolo regado en plena calle.
__ Ay ¿Por qué siempre me pasa esto? Sí, yo solo soy un pobre anciano, que no le hago mal a nadie__ decía con lágrimas de cocodrilo, mientras Ryoga lo observaba detenidamente con cara de circunstancia.
__ Señor, no se ponga así, venga yo le ayudo__ el chico  le  extendió la mano para ayudarlo a levantarse.
__ Gracias muchacho, oye se nota que eres muy fuerte, ya te recuperaste de  los golpes que te acabo de dar ¿Cómo te llamas? Te me pareces mucho a Hibiki__ menciono.
__Eso es por los entrenamientos que me autoimpongo, pero ni crea que esta pelea acabo aquí. Lo reto a un duelo mañana a las dieciséis horas en la escuela Furinkan. ¡Quiero mi revancha! __ dijo el niño seguro de sí mismo.
__Espera un momento muchacho porque no dejamos ese combate para otro día, ahora me gustaría que me hicieras un favor, pero vamos dime tu nombre. Es que te pareces mucho a los Hibiki.
__ Porque  soy  un  Hibiki. Me llamo Ryoga ¿Acaso usted conoce a mis familiares? ¿Qué clase de  favor quiere  que  le  haga?
__ Sí, conozco a tu familia niño, el favor que quiero, es que trabajes para mí.
__ ¿Trabajar yo  para usted?
__ Si, así como lo oyes, te prometo pagar muy bien.
Ryoga se quedó pensando en la oferta y  sin saber lo que tramaba Happosai, el pequeño  acepto.
__ ¿Y qué tengo que hacer?
__ Los detalles te los explico camino a mi casa, antes quiero saber más de ti
Así el maestro Happosai y el chiquillo se fueron caminando, conversando por todo el camino, Ryoga le conto los problemas familiares que tenía con sus progenitores, su rivalidad con Ranma, que ama profundamente a la hija menor de  Tendo, pero que esta no le correspondía, dijo que quería desquitarse de  su  rival  en  una  pelea, ya que  ambos hasta el momento estaban igualados en técnicas de combate, pero Ryoga quería perfeccionarse y no iba a descansar hasta ser más fuerte que Ranma, ya que pensaba que de esta manera conseguiría convertir en su esposa a Akane.
__ ¿Así, que eso te  hizo tu padre? No te preocupes Ryoga, Yo te entrenare personalmente para que acabes con él, con el hijo de Genma y  por supuesto  Akane se casará contigo.
__Muchas gracias maestro. Seguiré todas  sus instrucciones al pie de la letra, pero luego usted y yo ajustaremos cuentas por lo ocurrido hoy__ le recordó.
__ ¡Pero que testarudo con eso, es igualito al padre!__ pensó el anciano__ Claro Ryoga cuando termines con el trabajo, tu y yo tendremos un combate formal, pero ahora necesito que te enfoques en las técnicas de pelea que yo te voy a enseñar ¿De acuerdo?
__ ¡Me parece perfecto!  Pero ¿Cuándo empezamos con el entrenamiento maestro?
__ Hoy mismo.  Ten: colócate esto __ le entrego la ropa en las manos y le indico al  niño como amarrarse la pañoleta gris, que siempre utilizaba cuando iba a robar ropa íntima.
Rápidamente  el pre-adolescente se vistió, pero se sintió incómodo.
__ Oiga, pero parezco un delincuente con esto ¿no?
__ ¡Claro, que no! Pero que muchacho este. No te das cuenta que es un traje especial de entrenamientos.
__ ¿Así? No lo sabía. Bueno y ahora que sigue.
__ Ven acompáñame vamos a trabajar y a entrenar, ambas cosas a la vez__ dijo el anciano, el chico lo siguió, y salieron nuevamente a la calle.










3 comentarios:

  1. Andrea Gracias por colaborar conmigo con un párrafo en este capítulo (Que esta en blanco, pero se puede ver resaltado) describes muy bien.

    Saludos

    Nicole.

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  2. Andrea Gracias por colaborar conmigo con un párrafo en este capítulo (Que esta en blanco, pero se puede ver resaltado) describes muy bien.

    Saludos

    Nicole.

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  3. en que manos fue a caer el Pobre de Ryoga ay nada bueno le espera junto a ese viejo en que líos lo ira a meter el maestro jeje. Andrea

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