domingo, 18 de mayo de 2014

SIEMPRE SERÁS MI ORGULLO!!



SIEMPRE SERÁS MI ORGULLO!!

-       Juan José. Deje eso y traiga ese papel junto con su examen y su cuaderno de recados - Dijo el profesor, que lo había descubierto copiando en aquel examen de historia. 

-       ¡No, profe! Perdóneme... le juro que no lo vuelvo a hacer... Por favoooor- Gimoteó el niño, sintiendo que el rostro se le pintaba de escarlata por la vergüenza que de repente lo invadió. 

-       Pues, yo espero que no lo vuelvas a hacer. Pero eso no borra su falta. Así que deje de poner escusas y traiga lo que le pedí, jovencito

Juan José se levantó lentamente de su asiento, cargando en la mano derecha la libreta de comunicaciones, mientras que en la izquierda llevaba el examen que acababa de aplazar.

"Es hombre muerto" escuchó que uno de sus compañeros murmuró. Y no pudo evitar pensar que era lo más acertado que escuchó en todo el día.

-       Pro- profe..... por… por favor!! Mi papá se va a poner muy triste y se va a enojar… por favor, no lo haga..... Póngame otro examen o un trabajo, lo que sea!! Yo lo hago, pero.... perdóneme por esta vez – Decía, ya llorando. 

-       Lo siento, hijo- Respondió el profesor, realmente pasándola mal por tener que enviar esa nota. Juan José era su alumno preferido, por ser el más tranquilo y educado de todo el curso - pero no puedo hacer eso. Es una falta grave y lo sabes - Dijo, escribiendo una nota en el cuaderno y engrapando el forro al examen y guardándolo - Que lo firme tu papá y que venga a hablar conmigo, Juan.

El muchachito sólo asintió tristemente, y se fue a su lugar a esperar que sonara  la campana anunciando el final de la jornada, con una única idea bailándole en la cabeza: ¡Papá va a matarme! 
                                    
Las horas para desgracia de Juan José pasaron muy rápido, y como no tenía ganas de ir a su casa, caminó lo más lento posible. 

¿Qué haré? ¿Qué haré?... No quiero decepcionar a papá. No puedo hacerlo después de lo que me dijo.... pero... qué puedo hacer?!.... Uhm, podría hacer su firma, me sale bien, pero..... ¡ay maldición! El profe quiere que vaya al cole mañana. ¡Estoy muerto! ¡Y bien muerto! Ni modo!! Tendré que decírselo y confiar en que me quiere muchísimo y no me matará.... aunque... me da miedo decirle!! No quiero que se avergüence de mi! Dijo que yo era su más grande orgullo, y ahora llegarle con esto! Seguro que ya no me va a querer.

-       Hola, mi chiquito.- Saludó papá, que ya lo esperaba en la puerta. Juan José se exaltó ante el saludo, porque -de la preocupación que sentía- ni cuenta se había dado de que ya estaba frente a su casa.

-       Hola papi! - Dijo bajito y sin levantar la cara.

-       Llegaste tarde, hijo... ya estaba por salir a buscarte

-       Perdón! No quise preocuparte, papito! - Susurró aún sin levantar la carita por la vergüenza que sentía 

-       Está bien, cariño... sólo no te tardes tanto la próxima vez, sí?!... Anda. Vamos. Entra a la casa que la comida ya está lista.- Le dijo, abrazándolo por los hombros, regalándole un beso en la cabeza.

Pero en ese mismo instante, Juan José no pudo más con su conciencia y rompió en llanto.
-       Peeerdooón, papito!! Buaaaa!!! Yo lo siento mucho, papi!! Perdóname... buaaaa!!
-    Hey, hey... ¡¿qué tienes, hijito?! Estás asustándome... ¡¿qué pasó?! ¡¿Por qué lloras?! ¡¿Pasó algo en el colegio?! Shhhhh.... Vamos, mi rey, cuéntale a papá... sea lo que sea, estoy seguro que tiene solución

 José tomó a su hijo en brazos y lo llevó a sentar con él al sillón que había a un costado de la sala.





-       Papito. Snif! Papiii... yo lo siento!! No quería decepcionarte. No...  Perdón, papi! No me odies!! Te juro que no lo hago más, papito.- Su Voz sonó frágil y triste y su padre quedó más confundido aún.

-       ¿Qué no haces más, Juancito? - Preguntó José.

 -       Papito, te vas a enojar y ya no me vas a querer... perdooón!! - Balbuceó, ya con tanto llanto que apenas se le entendía.

 -       ¡¿Eso piensas?! - Preguntó con la voz herida- Hijo, mírame a los ojos... anda, mírame... - Le levantó el rostro, que lo tenía escondido entre sus manitos.

Haciendo un gran esfuerzo, Juan miró a su papá a los ojos, intentado calmar su llanto para poder escucharlo.

 -       Juan José, sabes que te amo con toda mi alma, verdad?!... -El niño mantuvo silencio. José suspiró - Eres lo más importante que la vida me ha dado, hijo, y no hay día que no te diga lo orgulloso que me siento de ser tu padre... Eres... eres tú quien me da la fortaleza para salir de la cama todos los días, aún cuando estoy enfermo... por ti doy mi vida, mi alma y hasta mi felicidad, con tal de verte a ti sonreír.... Y no habrá jamás nada en el mundo... óyeme bien, hijo, NADA que me haga dejar de quererte, mi rey! NADA!!- Afirmó, fijando su mirada clara en las de su hijo.
-       Pero.... pero yo hice algo feoo, papito! No merezco que me quieras así.

-       No, cariño! Nada de lo que hagas puede hacer que mi amor por ti se acabe... yo te adoro, mi mocoso. Aún cuando seas travieso…

Juan José le miraba con tristeza; tomó su bolso y sacó el cuaderno con el recado de su profesor.

-       Perdón, papito! No lo hago más... no quise avergonzarte así- Murmuró, empezando a bajarse el pantaloncito.

Don José iba a empezar a leer el recado cuando miró lo que hacía su hijo y le detuvo.

-       ¡Espera, hijito! ¿Qué haces?

-       Es que ya sé que te vas a enojar, así que te ahorro trabajo, papi. Sé que me lo merezco porque hice algo malo y que yo sabía que estaba mal pero igual lo hice.

-       ¡No, mi rey! No debiste hacerlo, pero... - Juan José bajó la mirada. Y las lágrimas volvieron…

-       Perdón, papito!! Yo no quería que dejaras de estar orgulloso de mí si no lograba pasar el examen.

-       ¡Hey! Déjame terminar ¿quieres?

Juan José miró a su papá, entre la esperanza y el miedo de saber qué iba a decir.

-       ¡Yo jamás dejaré de sentirme orgulloso de ti, mi niño hermoso! Es más, hoy me siento más feliz de ser tu padre y agradecido de que seas mi hijo.

-       Pero... pero por queeeé?? - Preguntó confundido - Papito, qué no lo comprendes?! Yo hice trampa en el examen de historia mi profe te manda a llamar para decirte que fui malo!! Cómo puedes estar orgulloso de mi?! 

Papá le tomó la manito para jalar de él y, cuando lo tuvo cerca, lo sentó en sus piernas.

-       Pero estás arrepentido y me dijiste la verdad, hijo. Eso es muy importante. Significa que sólo cometiste un error, pero que estoy seguro no lo volverás a hacer.

-       ¡Te lo juro! ¡Nunca más, papito! - Dijo en un murmullo Juan José, mientras su papá leía el mensaje del cuaderno y esperaba a ver qué reacción tenía su papá. 

-       ¿Ahora sí me bajo el pantalón? - Preguntó con un pucherito

-       No me presiones, hijito. Primero quiero hablar contigo¿ estamos? que sino, pues me quito la faja y nos olvidamos de la plática.

-       ¡Noooooo! No papi. ¡Hablemos! Hablar está bien - Se apuró a decir.

-       Bueno. Primero hijo, dime ¿por qué no estudiaste para el examen? 

-       Uhmmm... pues... es que... es que no lo hice!

-       Sí, hijo... pero por qué si yo te pregunté mil veces si estabas estudiando y me dijiste que sí... lo que nos lleva ahora a que me has mentido - Dijo, cruzándose de brazos. 

-       Perdón – Contestó Juan José

-       Hijo, no hay videojuegos para ti en un mes! 

-       Un mes?! Ay, papitooo!! Es que no sé qué me pasó! No quise hacerlo, pero estoy tan cansado de que me digan nerd todo el tiempo! - Se quejó.

Juan José era un chico que siempre sacaba muy buenas calificaciones, y eso en algunos compañeros era causa de que le molestaran y le hicieran bromas, a veces pesadas. 

-       ¡Pero tú nunca les haces caso, mi niño! ¿Por qué ahora sí?

-       Me cansé, papito. Sólo fue eso! Me cansé de que me molesten, pero no quería avergonzarte así... siendo un tramposo. Perdón!!

-       Está bien, hijito ¡te entiendo! Bueno, mi niño. Creo que debo hacer algo para que ésta situación no se repita ¿verdad? ¿Tú qué sugerencias tienes?

- Uhmm... puedo salir mal en uno que otro examen así, ya no me dicen cosas feas - Propuso Juan José.

-       Eso ni lo pienses, muchachito... y yo me refiero a qué castigo piensas que te corresponde por mentirme.

-       ¡Ay, papi! .....   yo no lo hago más!! Por fis, papito!! - Dijo poniendo las manitos hacia atrás para cubrir su trasero. 

-       Sé que no, bebé, pero yo voy a asegurarme...

-       Papi. Pero prométeme que me vas a seguir queriendo y que me perdonas, sino no me dejo castigar  - Le dijo haciendo un pucherito. 

-       Jajajajajaj ¡claro que sí! Juancito de mi corazón. Siempre te voy a querer!

Y  Juan le dio un gran abrazo a su papá.

-       Papito? De verdad no lo podemos dejar así? No me gusta que me castigues... ya me quitaste el nintendo, papi, eso ya debería ser considerado el peor castigo. 

-       No, Juanjo... no podemos, bebé.  Y ya basta de objeciones que te recuerdo que hace unos momentos eras tú el que andabas queriendo que te dé unos azotes ¿y ahora?!

-       ¡Ay papá!! Noooo!  ¡Yo nunca quiero! De veras, papito!! Sólo que antes estaba pues... más resignado, pero ahora.... - Dijo mirando al suelo y dando un enorme suspiro.

Papá aprovechó la distracción de su mocoso y lo puso boca abajo, en un movimiento tan, pero tan rápido que Juan José ni cuenta se dio que ya tenía la ropa por las rodillas.

-       Papii!! Por fisss! Nooo…

-       Seré rápido, mi niñito... será sólo un recordatorio... y luego todo estará perdonado!

-       Bueno.... pero rapidito, papito, que no me gusta  - Dijo, sin poder evitar llorar.

José le subió un poco la camisa del colegio y apuntó su mano a las blancas posaderas de su retoño. 

PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS PLASS...... -Veloces palmadas cayeron estruendosas contra la piel pálida del traserito juvenil aquél, dejándolo todo rosadito.

-       Aaayy!! Papitoo!! Nooo!!! Aaayy!! Ya!!! Yaaa!! Me duele!! Papi!! No lo hago más, papiiii!! - Y Juan llevó su manito hacia atrás para proteger su colita y evitar que papá le siguiera castigando.

-       ¡Listo, mi traviesito!! Shhhh... shhh!!! Ya no llores cariñito, que papá te la dejó pasar fácilmente.- Le decía José a su bebé, haciéndole mimitos en la espalda.

-       No es cierto!!! A mí me dolió!! Y, tras de eso no puedo usar el nintendo! Pero te perdono….¿me perdonas? 

-       Jajaja!! Siempre, cariño... Papá siempre, siempre, siempre te perdonará... ¡Te amo tanto, mi cielo! 

-       Y yo te amo mucho a ti, papito! - Dijo dándole un abrazo enorme- Papi, ya no se vale castigarme mañana después de hablar con el profe porque ya lo hiciste  hoy, así que no te puedes enojar por nada más!! 

-       ¡¿Nada más?! No me digas que aún hay más!!! Qué has hecho, eh?! ¿En qué momento mi angelito se convirtió en un diablito?

-       Nada, papito! De veras! Pero uno nunca sabe de qué se puede quejar el profe, así que me defiendo por adelantado. 

PLASSSS!! - Sonó la colita del niño.

-       ¡Aay! ¡Papi!! ¿y eso por qué fueee?? - Dijo, poniendo un pucherito y con la mejor cara de víctima que podía poner.

-       Es que el trato es a partir de mañana, hijito... Si tu profesor se va a quejar de ti, no se vale que yo no pueda decir ni hacer nada.

-       Pero.... pero es que si se queja y tú te enojas a mi me va a doler la cola y no se valeee …

PLassss!!!.... Otra palmada que le arrancó un gritito a Juanjo... 

-       ¡Aaah! ¡Papi! ¡Nooo!! Duele! Esas manos tuyas son un peligrooo... ¡Ayayay!! -Decía mientras se sobaba la colita- ¿Y ahora por queeeé?

-       ¡Es la última! Ahora sí, vamos a comer y luego te pones a estudiar. Mañana le pediremos al profesor un plazo para que presentes el examen y pobre de ti si no me estudias, hijito!

-        Ay, papi! No me digas eso, luego me entra estrés y será culpa tuya si no consigo estudiar! - Y salió corriendo a la cocina para evitar otro ataque a su colita.

Más tarde, padre e hijo se dedicaron a almorzar en armonía, mientras el niño se contoneaba en la silla, buscando una posición cómoda.

Pero ya al menos sabía que su papá lo seguía queriendo y que su miedo no tenía razón de ser! Papá lo amaba por sobre todas las cosas y esas palmadas -aunque dolorosas!- sólo reafirmaban ese amor, ya que su padre se preocupaba de corregirlo pero sin llegar a lastimarlo. 

Juanjo terminó de comer y se aventó a los brazos de José, que aún no terminaba su comida.

-       ¡Gracias por ser mi papito! Te amo mucho!!

José sintió su pecho hincharse de orgullo y estrechó a su retoñito entre sus brazos -     Gracias a la vida, por darme al hijo más bello del mundo!! 

9 comentarios:

  1. Me encanto este nuevo príncipe chicas quiero masssssss

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  2. Chicas como estan??
    Graciaas por tan buena historia
    espero que nos regalen otra otra otra otra
    y Yo tengo una duda se quejara el profe de el niño o porque se adelanta a defenderse??

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  3. Ay, me encantó esta historia....

    tenéis que seguirla, por favor!! Es en serio, sino...sino....sino no se qué hago pero algo me busco! me pondré de huelga!! xDDD

    Como amé a ese niño :3

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    1. No hagas huelga, por fa, que lloro!!!! =( Gracias por tu lectura y tus ánimos!! Prometo que seguimos pronto! :D

      Y muchas gracias por tus cariñitos hacia Juancito! ;D

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  4. que bonita historia, pobre, me dio penita su situacion y todo por ser uno mas del monton y no se llamado nerd ajjajaja

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  5. Chicas :3
    Que hermoso niño y que hermosa historia jejeje me fascinó de verdad chicas se lucieron con este nuevo peque y su padre ahh que puedo decir :3 también me encantó cuanta ternura!
    Continúen por favor :3 son geniales
    Saludos

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  6. Graacias Lady, por tus palabras y tu espacio en ésta linda comunidad!

    Estrellita!! Mil gracias a ti por tu apoyo!! Esperemos que no se queje de nada :P

    Miranda, qué dulce eres! Gracias amiguita por leernos!! :D

    Y Marambritaaaaa... Gracias a ti también!!!!! Eres genial, amiga!

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  7. Hola chicas gracias por sus comentarios que lindo que les gustara la historia y juancito está feliz de que lo quieran tanto

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  8. Hey chicas, se lucieron muy buena historia...ya quiero leer mas aventuras de él...seguro que tiene mil travesuras en su mente de genio, no hay de otra con tanto conocimiento, aunque a la hora de ajustar cuentas seguro q su papá lo supera hehe.

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