domingo, 26 de octubre de 2014

Capitulo 3



Bruno no quería llegar al colegio, pero si faltaba a la escuela, sería como cometer suicidio. Su tía estaba enfadadísima con él y su tío lo iba a matar en el mismo instante en que pusiera los pies en casa. Si a eso le sumaba, saltarse la escuela, ya mejor tirarse a la vía del tren. Así que tendría que ir a la escuela, entrar en clase, disculparse con su profesora y sus compañeros y leer la maldita carta de disculpas. De verdad que se sentía el chico más desgraciado de la faz de la tierra. Su tía ya le había zurrado, y esta vez con la odiosa espátula de madera, hacerle escribir esa carta y leerla delante de sus compañeros era humillante. Bruno sentía como si su tía solo quisiera amargarle la existencia. Bruno, pronto había olvidado el motivo que lo había llevado hasta ahí. En esos instantes solo podía sentir lástima por sí mismo, por su trasero y por su reputación, todo era una mierda en su vida.  Seguro que Diana se reiría de él y pensaría que era un panoli.
Bruno no andaba muy equivocado, aquel día, él y su carta fueron la causa de mofa de todos sus compañeros. Y sabía que eso duraría hasta que a otro le pasara algo aún más penoso, rezaba porque alguno de los inadaptados se orinara encima o algo por el estilo. El día fue lento y horrible, Bruno nunca había tenido tantas ganas de regresar a casa. Incluso si eso significaba estar bajo la estrecha mirada de su tía. Pero aunque la gente no le pudiera entender para Bruno era preferible unas nalgadas de su tía que sus compañeros pensaran de él que era un alelado. A su edad lo que los demás opinen de uno era lo más importante. La popularidad lo es todo en el instituto y el justo lo acababa de empezar y no quería lograrse esa fama para el resto de su vida.
David como siempre, esperó a la salida de la escuela a Bruno, se imaginaba que el mocoso no estaría de humor, así que intentó no darle mucha caña al niño. Pero David no era capaz de mantenerse mucho rato en silencio, así que intentó varias veces mantener una conversación con su hermano, pero no tuvo mucho éxito. David sabía que a su hermano se le pasaría en unos días, el chico siempre era igual, se pasaba unos días enfurruñado pero después se olvidaba de todo. Eso era también la razón por la cual fuera el que en más problemas se metía, olvidaba rápido. Y aunque sus tíos pensaban que eso era algo de la edad, que cuando fuera mayor, Bruno cambiaría y sería más reflexivo. David conocía a su hermano des del mismo día que nació y sabía que eso jamás pasaría, Bruno siempre sería un tipo de memoria selectiva y breve.
Al llegar a casa, Bruno corrió hacía su habitación, no quería ni ver ni hablar con nadie. David, respiró hondo y decidió que le dejaría lago de espacio y fue a ver un poco la tele en el salón. Pero allí estaba Fran de nuevo gimoteando con la cara plantada en una esquina del salón.
-         ¡Jo Fran! ¿Qué has hecho ahora? (dijo David que no estaba de humor para dar ánimos a nadie más, no era una puta cheerleader)
-         Snif snif snif nadaaaaaa (dijo dando más pena que un perrito abandonado. David dejó de mala gana el mando a distancia y fue hacia la esquina donde estaba su primo).
-         Vamos a ver Fran (dijo suavizando el tono de voz)  ¿Te ha castigado la tía?
-         Snif snif (y asintió con la cabeza).
-         Vaya diita que llevamos hoy ¿no? ¿Y por qué te ha castigado la tía? (David sabía por experiencia que no debía preguntar “¿qué has hecho?” sinó “¿qué te han hecho?” y después “porqué” Porque según Fran él era bueno y todos los demás le tenían manía. Y aunque ya tenía 10 años en el fondo Fran seguía pensando así).
-         Porque quería ver primero los dibujos y después hacer los deberes, hoy casi no tengo (se apresuró  a añadir).
-         ¡Vaya! ¿Sí que debe de estar enfadada la tía para castigarte solo por eso? (David ya conocía a su primo y su cabezonería).
-         Sí sniff sniff (refregándose los ojos con las manos).
-         Si lo está, y lo está mucho (dijo de repente Ana María entrando en el salón) ¿Por qué no le dices también a tu primo lo que me has contestado cuando mamá te ha dicho que lo primero eran los deberes? (dijo alzando la ceja y echándole una mirada fulminante. Fran solo tragó saliva y bajó la cabeza con las orejas rojas como tomates de la vergüenza). Me ha llamado “vieja amargada” (Ana María estaba seguro que eso de “vieja amargada” lo había oído de alguno de sus primos, ¿De cuál? Eso no lo sabía y eso era lo único que salvaba a sus sobrinos de una buena enjabonada de boca).
-         No pensé que lo fueras a oír (dijo muy inocente Fran y Ana María le tiró de la orejita) auuuu
-         No está mal porque yo lo oyera, está mal porque lo dijiste. Fran soy tu madre, a las madres no se les habla así. Estoy segura que ninguno de tus primos jamás le habló así a su madre (Ana María buscó el apoyo de David, al fin y al cabo Fran idolatraba a sus primos).
-         No, nunca (dijo y no era mentira, pero a David no le gustaba hablar de sus padres delante de Fran porque siempre se ponía a hacerle un montón de preguntas algunas de ellas que le hacían recordar cosas muy tristes. David sabía que su primo no  lo hacía con mala fé que solo era curiosidad, pero aun así le hacía muy poca gracia que el bebé preguntara).
-         Ves. (Y Fran miró a su primo y de repente se sintió como si su primo ya no le quisiera porque había sido malo con su madre y un par de lágrimas se le escurrieron por las mejillas. Aunque lo cierto es que David solo pensaba en que narices le mandaba él meterse en las cosas entre Fran y su madre).
-         Lo siento mami (dijo abrazándose a su madre Ana María disfrutaba de esos momentos, Fran cada vez le costaba más mostrarse cariñoso con sus padres). No volveré a llamarte eso nunca más, lo juro.
-         Muac (le dio un beso) lo sé mi vida, este es mi niño muac (otro beso, tenía que aprovechar que el niño se dejaba mimar) venga cielo, acaba la tarea y me ayudas a hacer el postre (a Fran se le iluminó la mirada y al igual que le pasaba a Bruno en cuestión de segundos olvidó el enfado y las lágrimas).
-         ¿Y Qué hay de postre? (preguntó sonriente Fran).
-         Mouse de limón (sabiendo que aunque quizás  no fuera el postre favorito de los chicos,  a su hijo le encantaba usar las varillas y con la mouse podía usarlas).
-         Bien! ( y Fran hizo el ademán de ir hacia la cocina).
-         Alto ahí (dijo Ana María agarrándolo por el brazo), primero los deberes (Fran asintió sin hacer más berrinches y agarró su mochila y sacó sus cuadernos y se puso en la mesa de la cocina a hacer sus tareas como siempre hacía). ¿Y tú no tienes deberes David? (dijo poniéndose las manos en jarra).
-         Sí, pero he decidido que hoy no los voy a hacer (dijo intentando sonar sofisticado pero hacía le final se le acabó escapando la risa). Es que a mí la mouse de limón como que no me tira mucho, pero por un buen helado…
-         Anda, fresco (tirándole el trapo de cocina que llevaba en la mano a la cara), tira para tu habitación y ponte a hacer los deberes  antes que te tenga que poner cara a la pared a ti también jajaja (Ana María sabía que David le costaba abrirse a ella así que disfrutaba cuando lo hacía. David al igual que su padre era muy reservado, en el año que hacía ya que vivían allí, él era el único que no había hecho amigos y solo hablaba con sus hermanos).
-         No, no, cara la pared no jajajaja ya voy a hacer los deberes jajaja (y le devolvió el trapo). ¿tía? (se paró en seco justo antes de salir del salón)
-         ¿Sí, cariño? (Ana María vio de nuevo esa cara de perdido que tenía su sobrino siempre que no tenía que hacerse el fuerte ante sus hermanos)
-         Sé que lo que hizo Bruno estuvo fatal, él también lo sabe, y sé que merece un castigo por ello, pero tú ayer ya lo zurraste y hoy con lo de la carta has hecho que pase uno de lso peores momentos de su vida en la escuela ¿no podías dejar al tío la margen? Estoy, al 100x100, seguro que Bruno no volverá a hacerle eso a un compañero de clase en su vida.
-         David es muy noble de tu parte que intentes ayudar a tu hermano, pero créeme cuando te digo, que ahora le estás haciendo un flaco favor. Lo que hizo fue algo horrible. ¡Hacerle eso a un compañero! Ponte en el lugar del otro niño. Y lamento ser yo quien te lo diga David, pero Bruno no es como tú o como Tara. Tú dices que estas 100x100 seguro que no volverá a hacerle eso a un compañero ¿pero estás tan seguro que no volverá a ser cruel con un compañero? (Ana María sabía las virtudes y defectos de su hijo y sus sobrinos y sabía que Bruno era el más extrovertido, el más alegre  y  el más vivo  de los 4. Pero también sabía que Bruno era el menos empático, el menos reflexivo y el menos arrepentido de los 4. Y qué por ahora había mostrado que le importaba muy poco lo que moralmente estuviera bien o mal, lo único que le importaba era pasárselo bien. David no le gustaba pensar así sobre su hermano y que le intentaran hacer ver esas cosas de su hermano lo apenaban mucho. Porque los demás no sabían ver que Bruno era en el fondo el único “normal” de los tres). Cielo, lo siento, pero no voy a cambiar de idea, mañana cuando llegue tu tío hablaré con él y le daré la nota que mando la profesora de Bruno y tu tío decidirá (dijo muy seria pero sin sonar amenazadora).
-         El tío lo va a matar (dijo entre dientes David).
-         Tú tío no va a matar a nadie, y lo sabes. Bruno es su sobrino, lo quiero tanto como a Fran y jamás le haría nada malo.
-         ¿Nada malo, tía? Le va hacer papilla el trasero ¿Eso lo llamas tu algo bueno? (dijo abriendo mucho los ojos).
-         Sí sirve para que aprenda que aunque uno pueda hacer daño a los demás, eso no significa que tenga que hacerlo. Si tu tío ve que Bruno ha prendido esa sencilla lección créeme que no le dará más que un sermón. Pero ambos sabemos que tu hermano aunque como tú dices no vuelva a hacer eso a un compañero sigue creyendo que  puede pasar por encima de la gente cuando le conviene. Tu tío y yo solo intentamos enseñarle que eso no es así. Y como con palabras parece que tu hermano no entra en razón entonces tenemos que recurrir a otros medios (David sabía que su hermano se merecía esa zurra y que de haber estado vivos sus padres las cosas no hubieran sido muy distintas, pero aun así se sentía con el deber de intentar salvar el trasero de su hermano, en este caso literalmente).
-         Castigadlo un mes o algo así.
-         David, en serio ¿Bruno castigado? Piensa bien en Bruno encerrado en esta casa sin tele, ordenador o teléfono. (David se puso pálido de repente, Bruno sería muy miserable, no solo eso sino que también le haría sentirse miserables a todos los que lo rodearan. Justo después de morir sus padres Bruno se volvió un pequeño sociópata, no sabía cómo canalizar el dolor y lo hizo por medio de la rabia y la violencia).
-         Me voy a hacer los deberes (dijo David derrotado y se fue para la habitación donde seguro que estaría Bruno lamentándose de sí mismo como alma en pena)
Continuará…



6 comentarios:

  1. waooo Little excelente ya me atrapaste con esta historia.

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  2. Muy bueno, espero ansiosa la continuacion

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  3. little como siempre tienes mi espectativa en vilo, ya estoy que me devoro las uñas y conste que no soy de tan distorcionada costumbre... pero es que vamos que aun el famosisimo tio no llega y Brunito sufre y no solo el sino David

    No te tardes por favor

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  4. Muy buena tu historia Little!!
    Pero no se si me perdi o que paso, pero no se de que edad son tus chicos???
    Esa tia aun no me convence.. mmm veremos en los siguientes capis!!
    jja me dio risa lo de Fran, se pasa!!

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  5. pobre Bruno es feo llevar tanto tiempo sentenciado

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