David se quedó mirando en pánico a su tío. No tenía ni
idea de lo que iba a pasar. Sabía perfectamente que autoinfringirse heridas
estaba mal. Si estuviera bien no lo hubiera ocultado, si estuviera bien no
hubiera cruzado la ciudad y se hubiera metido en unas oficinas abandonadas para
dejarse llevar por el dolor. Debía que estaba mal y que él estaba mal, pero
aquello era lo único que podía controlar. Él elegía cuando sentir dolor,
durante cuanto rato y donde sentir ese dolor.
Ese dolor lo controlaba él, a diferencia del dolor que sentía por la
perdida de sus padres, por cambiar de ciudad, por dejar a sus amigos de toda la
vida, por no saber si mañana todo seguiría igual.
Moisés había visto programas en la tele que hablaban
de eso, de adolescentes que se hacían cortes. Pensaba que eso era cosas de
chicas que sufrían malos tratos o de chicas con algún tipo de psicopatía
masoquista. Moisés estaba seguro que David no había sufrido abusos en la vida,
el cobarde de su cuñado podía ser muchas cosas pero no era un tipo agresivo. Y
sui hermana, dios ella hubiera preferido que la desollaran viva antes que
alguno de sus hijos sufriera lo más mínimo.
Y David no era masoquista, estaba seguro porque las pocas veces que le
había zurrado el chico había implorado que se detuviera incluso mucho antes de
empezar. Así que aquello no tenía sentido para Moisés. Un millón de preguntas
le venían a la cabeza y no sabía por donde empezar.
-
¿Porqué? (cuando logró salir de la
perplejidad esa fue la primera cosa que salió de sus labios)
-
No sé (David no tenía respuestas,
solo le hacía sentir mejor, pero decir eso era una locura).
-
David, ¿Cómo que no lo sabes?
¡Venga, no me jodas! (David abrió mucho los ojos sus tíos intentaban no decir
muchas palabrotas delante de ellos) Tienes
los brazos llenos de cicatrices, no me digas que no sabes porque te has hecho
esos cortes (dijo frenético moisés aunque estaba haciendo un esfuerzo para
que David no se diera cuenta que estaba en pánico).
-
No sé (repitió de nuevo pero esta
vez era más un susurro que una respuesta).
-
Quítate la ropa (dijo poniéndose serio.
Necesitaba saber si el chico se había cortado en laguna parte más aparte de los
brazos).
-
¿QUÉ? ¡NO! (dijo David indignado y dio
un paso hacía atrás alejándose un poco más de su tío).
-
Quédate en calzoncillos, si
quieres, solo quiero ver si tienes más cortes (le dijo para aclararle las cosas).
-
¡No! (le contestó intentando plantarle
cara, pero estaba demasiado asustado para parecer convincente).
-
No te lo he preguntado David,
o te quitas ahora mismo la ropa o te la quito yo a correazos. ¿Es eso lo que
quieres? ¿quieres sentir dolor de verdad? Porque si no te quitas ya esa ropa te
voy a hacer muy feliz (dijo con mucho sarcasmo Moisés, sabiendo que David a
diferencia de Bruno y Fran solía obedecer a la primera y que aquello solo se
quedarían en palabras. Y efectivamente David empezó a quitarse la sudadera y el
resto de la ropa, quedándose en calzoncillos y calcetines. Para desmayo de
Moisés. David también tenía cortes en el vientre y en las piernas. Algunas
cicatrices se veían bastante viejas y otras tan recientes que aún se veían
blandas).
-
¿Des de cuando te estás
haciendo “eso”?
(David podía ver claramente repulsa en la cara de Moisés).
-
Unas semanas (dijo sin ni mirarlo a la
cara)
-
Pruébalo otra vez ¿Desde cuándo? (dijo y Moisés respiraba lentamente
intentando con la respiración controlarse. David lo miró fijamente, no sabía
que decir, sabía que si le decía la verdad aún se enfadaría más. Moisés siempre
les decía que si tenían problemas tenían que decírselo a ellos, que ellos se
encargarían. Pero nadie podía encargarse de su dolor) David, mírame a los ojos (David
hizo un esfuerzo titánico para no desmoronarse) ¿Desde cuándo? (repitió esta vez con un tono más calmado).
-
Cuando supimos que mamá no se
iba a curar
(dijo temblándole la voz y enseguida bajó la mirada, no podía ponerse a llorar.
Él era el mayor, él debía predicar con el ejemplo).
-
¡Dios mío, David, de eso hace
casi tres años! ¿Todo este tiempo aquí, has estado haciéndote eso? Dios, mío, y
no nos hemos dado cuenta. ¿bruno tú lo sabías’
-
No (respondió en seguida David) nunca lo he hecho delante de él o de Tara.
¡No soy imbécil! (dijo un poco ofendido porque su tío pudiera pensar que
iba a dar ese ejemplo a su hermanito). Es
más si tú no te hubieras puesto “así” (por no decir así de gilipollas) nunca nadie lo hubiera sabido. No es asunto
de nadie, solo mío.
-
¡Soy tu tío, tu familia, tus
tutores, claro que es asunto nuestro! (volviendo a alterarse un poco ahora
era él el ofendido). Sé que sabes que
esto está mal, sino lo supieras no te hubieras esforzado tanto en ocultarlo,
así que esto tiene que para aquí y ahora. No puedes ir cortándote, está mal, es
peligroso, es, es, es (Moisés no sabía que decirle, para él era tan obvio
lo mal que estaba hacerse cortes)…No lo
entiendo David (dijo sentándose en la silla de nuevo), por favor explícamelo, porque te juro que no lo entiendo y quiero
entenderlo (David se quedó de nuevo sin palabras, Moisés se tapó la boca
con la mano, como si se acabará de destapar la caja de Pandora en la que se
contienen todos los males del mundo).
-
Me ayuda a sentirme mejor (al fin soltó David en un
hilito de voz)
-
¿Cómo te puede ayudar a
sentirte mejor hacerte daño? (Moisés estaba como si le hubieran tirado un cubo de agua
fría).
-
No sé, solo me ayuda (dijo encogiéndose de
hombros).
-
Mañana mismo vamos al médico
que te haga un chequeó completo, quiero asegurarme que ninguna de esas heridas
se infectado.
-
No están infectadas (contestó muy seco).
-
Iremos al médico igualmente,
quizás él puede ayudarnos a terminar con toda esta locura.
-
¡NO ESTOY LOCO!
-
Vale, no estás loco (dijo a la defensiva
Moisés, viendo que el chico estaba muy sensible). Pero dime ¿Si fuera Tara la que se hiciera los cortes apartarías la
mirada y le dejarías hacer sin más?. ¿Y
si fuera Bruno? ¿O Fran? (David bajó la cabeza y negó con al cabeza)
Eso me parecía. Pues yo no soy peor
persona que tú, yo tampoco. Mañana iremos al médico y seguirás todas las
indicaciones que te dé. Y David, ya te aviso de una cosa, a partir de ahora voy
a estar muy encima de tuyo, hasta que crea que puedo confiar en que ya no te
haces daño a ti mismo, estaré respirando en tu nuca. No lo hago para fastidiar,
lo hago porque, lo siento ya no confío en ti. Nos has estado mintiendo des de
que llegaste a esta cas, y lo que es peor te has estado haciendo daño a ti
mismo. No estoy enfadado David, contigo no, conmigo sí. Pero no te voy a
mentir, estoy muy desilusionado con todos vosotros. Y descubrir esto solo ha
hecho que me reafirme en la idea que “lo estamos haciendo mal con vosotros”.
-
¿Nos vais a echar?.
-
¡No, digas estupideces,
David!
-
Estoy hablando de hacer
cambios por aquí. Te adelanto que
algunos de esos cambios no van a
ser del agrado de todos. Y sí, David,
eso nos incluye a tu tía y a mí (David lo miró extrañado, normalmente
los castigos solo les afectaban a ellos).
-
¿A qué te refieres?
-
Es evidente que hay que estar
más encima de vosotros, y eso significa más trabajo para nosotros, pero las
familias se sacrifican y aquí vamos a hacer un sacrificio, todos. Vosotros y
nosotros (David
lo miró receloso). No me mires así,
David. Créeme que no es plato de buen
gusto para mí. Todo sería más fácil si confiarais en nosotros y nosotros
pudiéramos confiar en vosotros, pero mientras ese día no llegue tendremos que
tener 1000 ojos en vosotros. No solo en casa, también cuando salgáis (haciendo
referencia a lo de “voy a la biblioteca a estudiar que en casa hay demasiado
ruido”) y en la escuela (y en la
escuela sonó como si de una película de miedo se tratara, David cazó al vuelo,
lo que su tío había querido decir en eso “y en la escuela”).
-
¿Nos trasladarás a todos al
Mauritania, no?
-
Veo que has oído hablar de
él…es una escuela solo para chicos, y hasta ahora Tara no ha hecho nada para
que no confiemos en ella. Pero es obvio que tampoco está bien. Negarse a hablar
de vuestros padres y actuar como si jamás hubieran existido, eso tampoco es muy
normal. Así que aunque no la cambiemos de escuela y no vayamos a ser tan
recelosos con ella como con vosotros, también va a tener que empezar a asistir
a terapia. Aquí vamos a ir todos a terapia, hasta el perro si hace falta. Mi
paciencia se agotó y necesitamos otras opciones.
-
Yo no estoy loco, no iré a…(y
Moisés se levantó como si llevara un
muelle en el trasero)
-
Tú irás donde yo diga que
vayas y harás lo que te diga que hagas. ¿No quieres lo mejor para tus hermanos?
Pues no vas a poder ser de mucha ayudad si estás tan jodido que no puedes ni
ayudarte a ti mismo (le dijo a dos milímetros de su cara en plan sargento de
hierro)¿Quieres acabar como tu padre? ¿Ese
es el tipo de hombre que quieres ser? ¿El que escoge la salida más fácil y
abandona a la primera de cambio? ¿El que abandona a aquellos que más le quieren
y más le necesitan?
-
¡Yo jamás me suicidaría! (le gritó y lo empujó para separarlo y recuperar algo de
espacio personal)
-
¡Pues de hacerse pequeños
cortes a cortarse las venas no hay mucho trecho, chaval! (Moisés le increpó, el chico
tenía que despertar y darse cuenta de la verdad).
-
No es lo mismo.
-
Estaré encantado que me
demuestres que me equivoco en eso. Pero por ahora en esta casa hay ley marcial
para vosotros dos. Nadie irá a ninguna
parte sin que vuestra tía o yo os acompañe y nadie hará nada sin que vuestra
tía y yo lo sepamos. Hasta nuevo aviso (dijo Moisés como si fuera un dios
salido del antiguo testamento). Bruno
(llamó al pequeño y Bruno se giró para ver a su tío, había estado escuchándolo
todo aluciando pepinillos, porque una cosa es que su tío no se enterara de nada
y otra es que su propio hermano le ocultara cosas)… Si vuelves a hacerme daño a mi o a alguien de casa, rectifico, si vuelves
a hacerle daño a alguien te doy mi palabra que después de lo que tengo pensado
para ti te orinarás encima solo con
imaginar hacerle daño a alguien otra vez.
-
¡Tío! (David salió como siempre en
defensa de su hermano).
-
No lo voy a matar, puede que
se lleve una buena zurra, pero lo que tengo en mente es mucho más retorcido que
eso, incluso más retorcido que enviaros a un centro para chicos “con
necesidades educativas especiales” (e hizo las comillas con los dedos. Ambos chicos lo
miraron con mucha curiosidad y a la vez con mucho miedo). Esta fue tu última patada, Bruno ¿De acuerdo? (dijo alzando la ceja, Bruno tragó saliva
y asintió).
-
Tío, yo lo siento, no quería
hacerte daño, lo digo en serio. De verdad, tío.
Se me cruzaron los cables cuando dijiste eso de mamá (Bruno empezó a disculparse
con la mejor carita de niño bueno que tenía).
-
Sí, no estuve muy acertado
con el comentario. Pero escúchame bien
Bruno, lo que dije es cierto. Vuestra madre, era una buena madre y nunca os
hubiera consentido utilizar la violencia para resolver vuestros problemas ni
para “echar unas risas” (haciendo referencia a la broma pesada que le había gastado
a un compañero). Y cualquiera que te
vea, pensaría que fuiste criada por fieras salvajes, y eso no puede estar más
alejado de la verdad. Te puedes enfadar conmigo todo lo que quieras, pero ambos
sabemos que llevo razón. ¿Entiendes porque me hierve la sangre cuando os
portáis así y tenemos que oír las quejas de los demás? (Bruno bajó la
cabeza).
-
Lo siento (dijo flojito y con lágrimas
en los ojos).
maaaasssss!!!! porfa porfa porfa!!!! quede mega intrigada con el fic!!!
ResponderBorrarSimplemente bello continúalo pronto.
ResponderBorrarTaz
Que no les lleven a esa escuela :(
ResponderBorrarMoisés se rinde muy facil!
Ufffffff... cuánta tensión!!! Pobres chicos, tantos fantasmas en sus vidas! Por fa, Little, me uno al petitorio de Dream, no seas mala, no los mandes a esa escuela!!! Y cuéntanos pronto cómo sigue tu historia! Cada día más intrigas!
ResponderBorrarCamila
vaya manera de ganarse la confianza amenazando con que la proxima se orina encima, si que hace bien el tio jjjjj
ResponderBorrarpero que puedo decirte Little........ simplemente me fascina tu historia, y ya te dije, adoro a tus protagonistas, con el perdon de todos y permiso tuyo, unos verdaderos cabrones, pero adoro a ese tipo de personajes porque me revuelven las entrañas y me hacen dar ganas de hagarlos como dicen en tus pagos, a hostias.... disulpen las palabrotas, cuando escribo no soy yo, soy un ente, en la vida real, en la verba diaria a lo mucho suelto un ajo, no soy de las palabras mal sonantes en la boca pero si en la lectura, no se porque, pero ahora no lo había notado, creo que soy la mas mal escrita del blog, perdon por ello, jjjjj
pero te decia, adoro a tus personajes y se que no creas padres perfectos, sino humanos y eso me hace renegar, disfrutar, tener sentimientos homicidas jajajajajja y claro meterme al blog, a la pagina virtual al relato y caminar ahi mismo y buscar a este cabroncete y soltarle un guatazo de esos y a lafamosisima tia, una de escobazos que no veas y estoy en tu relato tras la rejas por violencia jajajaja
un abrazo en la distancia guapisima, acatualiza pronto, estoy en fase arida, solo quiero leer...
Wao Little queria comentarte desde tus anteriores caps pero definitivamente no puedo dejar de comentar este ha sido explosivo en emociones como siempre escribes tu...senti mucha acongoja por el chico lo que pasó no es para poco pero hacerse daño ufff que situación mas complicada me uno a la petición de que no los manden a ese horrible lugar y por favor sigue escribiendo que fascinas
ResponderBorrarnoooooo, que no los lleve a a la escuela esa, psicologos que so mas efectivos... pero uno bueno , no solo esos que observa y escriben ¬¬ los odio!!
ResponderBorrarLittle eres grande..........
ResponderBorrarcuanta tensión en esta historia. me encanta.......
que mal que se haga esos cortes...
ayudaloo pero sin llevarlos en la escuela..porque suena muy fea......