Lazos
de Sangre – parte 1-
.
Efraím
es el segundo hijo de Julián Escobar y Katy, un joven con bastantes problemas
amorosos, se casó por compromiso con Alma
a la edad de 18 años dejando el amor de su vida de lado, pero ese
compromiso no duro, Efraím seguía enamorado de Beatriz y aun estando casado
salía a verla haciendo que la relación
terminara muy mal.
Efraím
tuvo un hijo del primer matrimonio, el cual fue el motivo de la unión, lo que
pensaría todo el mundo era que cuando la relación terminara ambos padres
pelearía por la custodia del niño, pero no fue así Alma no quería nada que
tuviera que ver con su antigua matrimonio y a la vez Efraím pensaba lo mismo
además de que quería formar una familia con Beatriz y un niño no le hacia la
vida sencilla, pero tampoco dejaría al niño a suerte, si ella no lo quería él
se haría cargo.
Cuando
todos los problemas legales terminaron Efraím se quedó con la custodio de su
hijo, pero siendo padre soltero no le era muy fácil cuidar al niño ya que
trabajaba y estudiaba quedándose sin tiempo para el cuidado de Santiago.
Julián:
si no podías con la responsabilidad de un niño tan fácil era dejar tus
pendejadas o usar un maldito condón… que
fácil se te hace dejarlo encargado donde sea.
Efraím:
ya entendí no lo quieren cuidar… me retiro entonces.
Katy:
a dónde vas… espera, que no terminamos de hablar.
Efraím:
yo ya termine, me voy a mi casa.
Julián:
y que carajos vas hacer con el niño?
Efraím:
lo que haga con él es mi problema… ya lo dejaste claro.
El
padre ya bastante enojado con aquel mocoso impertinente no dejo que tomara al
niño que dormía en aquel cálido sofá, lo tomo por el cabello que no lo tenía
tan corto y lo jalo.
Efraím:
auuuu
Julián:
a mí no me hablas así… ya basta de hacer y decir tanta pendejada como te venga
en gana, ¿quieres una paliza? pues te la voy a dar… ya la tenías reservada pero
pensé que ser padre te cambiaria un poco… pero veo que no.
Efraím:
auu suéltame
Efraím
fue llevado hasta el que una vez fue su cuarto, se quedara inmóvil solo vio a
su padre cuando este se desabrochaba el cinturón, no reacciono sino hasta que
pudo sentir aquel dolor en las piernas y en las sentaderas.
Zasss,
zasss, Zasss, zasss, Zasss, zasss
Efraím:
que te pasa… no puedes hacer eso… soy un abulto… auuuu… vasta papá
Julián:
voy a parar hasta que yo decida
Zasss,
zasss, Zasss, zasss, Zasss, zasss, Zasss, zasss, Zasss, zasss, Zasss, zasss
Julián:
tu sabias perfectamente lo que pasaría si tenías relaciones y no te cuidabas…
tu sabias lo que podía pasar en una estúpida fiesta sin control y sin medidas…
sabes que el maldito alcohol hace a las personas estúpidas… pero fuiste, te
embriagaste y te acostaste con alguien a quien no querías… y tuviste un hermoso
hijo… metiste las patas… acéptalo y deja de renegar de la vida… no fue culpa de
ella y no fue culpa de Santiago.
Cada
tanto Julián soltaba aquel macabro objeto en el trasero de su hijo de apenas 19
años ya a la mitad del escarmiento Efraím era un mar de lágrimas que no podía
contener por las duras palabras… porque ahora tenía un bebe que cuidar… porque quería recuperar a
Beatriz y porque sentía que el mundo estaba
en su contra… el llego a detestar a ese pequeño niño que no tenía la culpa en
nada… pero también sentía un gran amor por él, sentir su cálido cuerpo,
escullarlo llorar, verlo hacer gestos tan
hermosos y ser sangre de su sangre lo hacían quererlo.
Julián:
si no quieres al niño dame su custodia, aquí no le va a faltar nada.
Efraím: noo… shiff es mio.
Julián:
entonces deja de renegar de su existencia… porque si yo te vuelvo a escuchar
decir que si no hubiera nacido… te prometo que esto –levantando el cinto-… va
hacer una leve caricia comparado con lo que te voy a dar.
Efraím
sollozaba silenciosamente, le dolía su trasero lo sentía tan caliente y
adolorido, pero no solo era eso, sino un algo que le presionaba el corazón y no
lo dejaba tranquilizarse.
Julián:
te tranquilizas y cuando estés más sereno bajas porque vamos a seguir hablando.
Efraím
se recostó en la cama a llorar sus penas… a pensar en las cosas, mientras su
padre bajaba al lado de su madre y su hijo.
Julián
era director de una prestigiosa escuela preparatoria y Katy fue mucho tiempo
maestra, pero se dedicó gran parte a sus dos hijos, siempre quiso tener más
niños pero su cuerpo ya no los pudo tener, perdió a tres pequeños porque su
vientre no los podía conservas por más de
6 meses, Katy estaba encantada con Santiago pero sabía que no era su
hijo y no podía quitar esa tarea tan importante a Efraím. Julián tenía dinero y
a sus hijos no les falto nada, cuando supo que Efraím seria padre compro una
pequeña casa para que su hijo y su
familia pudieran tener algo de estabilidad.
Efraím
bajo a donde sus padres, solo dijo compromiso y se sentó en uno de los sofás
que quedaba frente a sus padres, aunque cuando lo hizo, puso una mueca de dolor
pero no dijo nada, Katy al ver a su bebe se paró cuidadosamente de no despertar
a Santiago y se sentó con él abrazándole y acomodando su cabeza en su hombro, Efraím se dejó mimar
por su madre.
Katy:
te duelen tus pampas.
Efraím
solo puso un puchero, en otras circunstancias hubiera dicho que no le hablara
de esa forma, que no era un bebe, pero esta vez sentía la necesidad de que le
hablaran como cuando era un niño. Julián que estaba parado también se acercó e
hincándose enfrente de su muchacho le acaricio la cara.
Julián:
sabes que te vamos ayudar en todo para eso somos tus padres… lo que no me
gustas es que dejes al niño con cualquier
persona… contratas niñeras o lo dejas con tu vecina, no es justo el niño
no tiene por qué estar viviendo así.
Efraím:
tú quieres quedártelo, yo quería que lo cuidaran esta vez… no te dijo que no lo
quiero y que te lo quedes tú… solo que lo cuidaran –decía como si el llanto
fuera a volver a salir-
Julián:
lo que no quiero es que el niño este rodando o que le trates mal… tu por el momento no tienes tiempo para él,
déjalo.
Efraím:
no te lo voy a dejar.
Julián:
calla… no te estoy diciendo que te lo voy a quitar.
Efraím:
tú dijiste…
Julián:
que me dieras su custodia si no lo quieres y si vas a estar renegando de su
existencia. Pero no te lo voy a quitar a menos de que algo me haga cambiar de
opinión… por el momento tienes que aprender de tus actos… por mientras quiero
que termines la escuela y te encargues de
tus gastos porque ya eres un hombrecito que tiene un hijo y tienes que
saber buscar el pan para alimentarlo…
mientras tú vas a la escuela y a
tu trabajo… tu mamá va a cuidar a Santiago, te va a costar trabajo… pero me lo
vas a traer temprano y ya que salgas de trabajar vienes por él.
Katy:
yo lo voy a cuidar… lo que queremos es que tengas un poco más de calma y que no
dejes botada la escuela, termina tu carrera. Y no te lo vamos a quitar, es tu
hijo –le beso la frente-
Efraím se tranquilizó con la conversación de sus
padres… a fin de cuentas había sido bueno acudir a ellos a pesar de que a su
trasero no le gustó la idea.
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