Capítulo 30
Recordando
el pasado
Hola, estos son los últimos capítulos que escribiré
desde la perspectiva de Santiago para terminar de aclarar bien su vida. Yo
empecé esta historia en el 2013 y para que haya cierta homogeneidad con las
fechas que he dado antes, se supone que estos capítulos ocurren más o menos
entre octubre y noviembre de ese año (2013).
Sé que no actualizo muy seguido así que haré un
breve resumen; Camilo tiene 16 años, vivía en Colombia con sus padres hasta que
en una reunión familiar hay un incendio donde él termina siendo el único
sobreviviente. Es llevado a Bélgica donde vive un tío del que no tenía idea de
su existencia que se llama Edgar, el cual está casado con Talia y tienen tres
hijos; Emma de 23, Noah de 19 y Patrick de 17. Al principio tiene muchos
problemas para adaptarse y con el idioma, para ayudarlo su tío decide aceptar
en su casa a otro chico colombiano de 16 años que llega de intercambio a
Bélgica, Santiago.
Santiago por su parte, tiene un montón de problemas
familiares y es bastante impulsivo por lo que siempre se mete en problemas
junto con Camilo y los hijos de Edgar. Un día hace mal un experimento en el
laboratorio del colegio, se quema la cara y sus padres quieren que regrese. Por
un impulso de ambos chicos, logran coger el primer avión de vuelta a Colombia
sin decirle a nadie y al llegar se conoce mejor a la familia de Santiago.
Él vive con su mamá y padrastro, en el hospital está
su hermana de 11 años (Mariana), tiene otro hermano de 20 llamado Juan Pablo y
su padre, al cual jamás le dice así sino por su nombre, Oscar. Edgar y Patrick
viajan a Colombia en busca de Camilo, donde se quedarán dos semanas. Patrick se
enferma por el clima, por lo que ninguno de los tres ha hecho nada interesante.
Mientras que Santiago es obligado a ir al hospital a hacerse unas pruebas de
consumo de drogas por su padre y hermano.
Thror
Me
decepcionó la poca fuerza que tenía, Oscar y Juan Pablo pudieron conmigo y me
llevaron prácticamente arrastrado hasta el carro. Quería matarlos, ninguno
tenía derecho a obligarme a ir al médico.
Ignore lo
que me estaban diciendo hasta que llegamos al consultorio, me sentía patético
yendo con Oscar… la gente nos miraba como si fuéramos el modelo ideal de padre
e hijo, lo que me daba náuseas.
-Santiago
Zuluaga -Cuando escuché mi nombre salí casi corriendo, odiaba las miradas de la
gente.
-Buenas
tardes Doc -Iba a ser decente.
-Santiago,
¿Cómo vas? -Me dijo el médico.
-Bien,
supongo.
Le comencé
a contar la razón de la cicatriz y mas estupideces típicas de los médicos, yo
sabía que estaba aquí por la idiotez de la droga, aún me impactaba un poco el
hecho de haber alucinado con Oscar pegandome delante de todos.
Empecé a
recordar la verdadera razón por la que odiaba a Oscar, si, tenía que ver un
poco con que traicionó a mi mamá y tuvo un hijo con una vieja que no me
interesa, pero principalmente todo se dio cuando decidieron hacer un juicio por
la custodia de mis hermanos y mia.
Yo tenía
trece años, llevaba un tiempo fumando y la relación con Oscar y mi madre había
empeorado mucho. Todo lo malo que pasaba era culpa mía, literalmente hasta me
culparon de la enfermedad de Mariana.
Un viernes
todos se olvidaron de nosotros, creo que Mariana no estaba pero Juan Pablo y yo
nos quedamos solos en colegio, me enojó tanto que decidí no volver hasta el
domingo a la casa. Cuando mi mamá se dio cuenta que había llegado me tomó del
brazo y comenzó a gritarme, llegó un punto en el que sentí una cachetada, no se
porqué pero le escupí, ella me soltó y comenzó a llorar, me sentí tan culpable
pero al mismo tiempo tan molesto que junto con ella me salieron lágrimas.
Mi padre en
ese instante se apareció detrás mío y me gritó: SANTIAGO DEJA DE SER TAN
MARICA, LOS HOMBRES NO LLORAN, me indignó tanto que en vez de preguntar algo de
porque no había estado en la casa o porque le había hecho eso a mi mamá, me
dijera que era estúpido por llorar así que salí corriendo, me encerré en mi
cuarto y desde ahí deje de hablarles a todos.
Tiempo
después mis padres comenzaron a pelear por cualquier cosa, ambos veían como una
competencia el divorcio y Oscar trató de comprarnos tanto a Juan Pablo como a
mí, diciéndonos que si buscábamos irnos con él después del juicio nos daría
todo lo que quisiéramos, creo que en un momento yo estaba dispuesto a aceptar
pero cuando me pasó unos guiones para inventar que mi mamá “había abandonado el
hogar dejando al mi pobre padre a cargo de todo” lo mandé a la mierda y me puse
del lado de ella.
Mis días
hasta ese juicio se resumen en buscar argumentos en contra de mi papá, saltarme
clases y fumar. Ese día en serio que jamás lo voy a olvidar porque perdí la fé
en la familia, comprendí la facilidad con que se puede engañar a la justicia y
también que cuando eres menor de edad ante el Estado te conviertes casi en una
cosa cuando luchan por tu custodia….
Noviembre del 2010
-Santi despierta -Me sorprendí de que Oscar me
hablara con tanta dulzura antes de que saliera del carro.
-Voy -Mi mamá se había quedado toda la noche con el
abogado porque todos estaban seguros de que Oscar iba a dejarla sin nada.
Cuando entramos un policía nos dijo que era mejor
que ninguno de los tres entraramos a menos que nos llamaran. Juan Pablo y yo
hicimos la misma cara de “nos están jodiendo, a parte de que nos tratan como un
premio no nos van a dejar ver como va la apuesta por nosotros”
-Oye al menos deberían dejarnos entrar a Santiago y
a mi, ambos entendemos perfectamente a lo que va este juicio. -El policía se lo
pensó, pero al final dijo:
-No puedo, son menores de edad, cuando los llamen
pueden entrar… igual tranquilos que no les va a pasar nada. Lo más probable es que
sigan viendo a sus padres -Eso nos sonó a consuelo para idiotas, pero aun así
no dijimos nada más.
Nos llevaron a una habitación con una mesa, nos
pasaron revistas para colorear pero como era lógico Juan Pablo y yo no
aceptamos. Pasaron dos horas y nada que nos daban alguna noticia… comenzamos a
preguntar cuanto faltaba, porque a parte para distraernos no se les ocurrió
mejor idea que llamar un policía a que nos mostrara “trucos de magia”.
-Si ven esta moneda -Era obvio que la veíamos.
-Ahora va a desaparecer. -Mariana era la única divertida de los tres.
De pronto escuchamos un fuerte grito, no entendí lo
que decía pero juré que era la voz de mi mamá. Los policias tambien se
alertaron y algunos salieron de la habitación a ver qué pasaba.
-¿Qué pasa? -Preguntó Juan Pablo poniéndose de pie.
-Nada niño, tu tranquilo -Juan Pablo quitó de forma
brusca la mano del policía, que tenía en su hombro.
-Oiga, yo tengo 17 años… no me chupo el dedo y voy a
ir a ver qué pasó con mis papás porque ese grito vino de la sala. -Aproveche la
oportunidad de que todos vieran a Juan Pablo para ponerme de pie.
-Epaaa quieto amigo, ustedes no se pueden mover de
acá, siéntense tranquilos -Y cuando Juan Pablo se estaba terminando de sentar
yo salí corriendo… necesitaba saber donde estaba mi mamá.
Sentía como me perseguían, no me importó entrar al
baño de mujeres… solo quería ver a mi mamá.
-Mami ¿Qué pasó?¿Por qué estás llorando así? -Jamás
había visto a mi mamá en ese estado.
-Yo nunca les he hecho nada a ustedes… y mucho menos
le he robado a tu papá. -no entendí bien la parte del robo, eso no estaba en
los guiones.
-Llevame contigo allá ¿si? por favor mami -Mi mamá
suspiró, supe que me iba a decir que no.
-Santi esto es entre tu papá y yo… hay cosas en las
que es mejor que no te metas.
-Pero él está diciendo mentiras… mamá no seas así.
-Me desesperaba que siguiera llorando.
-Santiago no empieces… -Pude ver que un policía
acababa de entrar, así que prácticamente me lancé a abrazar a mi mamá.
-Señora el niño tiene que estar con nosotros hasta
que los manden a llamar -El tipo trató de cogerme del brazo pero mamá lo
impidió.
-El niño tiene nombre, se llama Santiago… voy a
hablar con mi abogada a ver si MIS HIJOS pueden entrar al juicio. -A mi madre
le molestó que el policía me tocara.
Me quedé con mi mamá, ella me compró un jugo de
naranja, y después a Juan Pablo y a mi nos dejaron entrar al juicio, Mariana se
quedó afuera.
Escuché atentamente toda la mierda que hablaba el
abogado de mi papá, era impresionante lo creíble que sonaba y la evidencia que
tenían. Después pusieron a declarar a mi hermano… según lo que había escuchado
hasta ahora, todos nos iríamos con mi papá, él se quedaría con la mayoría de
cosas y a parte mi mamá iba a quedar con una denuncia de abandono de hogar y
robo.
-Bueno Juan Pablo… consideras que tu mamá está
siempre con ustedes. -La pregunta me sonó muy extraña.
-Es que ella nunca va a la casa… desde hace mucho es
así, se queda quien sabe donde. -En ese momento tenía la boca abierta, no creía
que Juan Pablo pudiera hacerle eso a mi mamá y creo que ella estaba igual que
yo.
-Entiendo Juan Pablo y ¿Cómo es tu relación con
ella?
-Inexistente.... como se supone que uno se va a
relacionar con alguien que nunca está contigo, ya ni la veo como mi mamá, si es
que nos quedamos con ella yo no sé cómo vamos a vivir, mi papá es el único que
nos ayuda, nos da cosas, nos escucha -Juan Pablo se había aprendido todo de
memoria, yo podía notar que estaba mintiendo pero a todos les parecía muy real…
mi papá sonreía gustoso.
-Vale, muchas gracias eso es todo. No queremos
asustar a los chicos. -Juan Pablo se puso de pie. Siguieron con el juicio y
cada segundo me desesperaba más y más.
Llegó la última instancia del juicio, estaba
temblando, no podía decidirme, pero sentía que era necesario, si Juan
Pablo podía mentir yo también… había
estado estudiando para este momento. Finalmente me puse de pie y pude notar que
mi papá sonrió como si esperara a que yo lo fuera a ayudar.
-Señora jueza por favor podría decir algo antes de
que tome una decisión -La jueza se quedó mirándome por un minuto como si
analizara lo que podría pasar si hablaba.
-Esta bien, pero por favor que sea algo con
coherencia -Me pareció que la jueza creía que iba a decir algo patético como si
tuviera 4 años.
-Sí señora, he estado leyendo y según la ley 1098
del 2006 del Código de la Infancia y
Adolescencia, todo niño(a) o adolescente tiene derecho a ser escuchado y que su
opinión se tenga en cuenta si desea permanecer con un uno padres específico al
determinar la custodia. Esto se aplica si se tiene más de 12 años y ahora tengo
13 años y cuatro meses, madurez mental y psicológica para tomar la famosa
decisión.
Todos se quedaron callados, vi que todos se
impactaron de que hubiera buscado ese artículo, Oscar se puso de pie pero su
abogado lo hizo sentar, porque yo tengo derecho a hablar y argumentar bien a lo
que me refiero…. idiota, no iba a callarme tan fácil, yo iba a jugar contra él,
bajo su mismo juego de mentiras.
-Como decía, me gustaría quedarme a vivir con mi
mamá, ella es la única persona en el mundo que verdaderamente me ha apoyado en
la vida y con mi padre siempre he tenido una relación catastrófica -Lo dije con
toda la ira acumulada que tenía -Él ha
demostrado el favoritismo por mis hermanos, prefiere su trabajo por encima de
nosotros y nos abandona en las situaciones que realmente lo necesitamos, pero
mi hermana es muy pequeña para apoyarme y ÉL es un cobarde que prefiere ser
comprado, porque todo lo que dice es mentira, no me van a apoyar pero le digo
la completa verdad y usted es la única que puede decretar esto de la patria
potestad por el artículo 311 de la constitución política. Por favor si quiere
que yo siga siendo “emocionalmente estable” le pido que no me obligue a vivir
con ese hombre, quiero estar con mi mamá, no sabe lo impotente que uno se
siente cuando la justicia es injusta. -Y ahí comencé a llorar, era pura
actuación pero por la cara de todos, incluyendo a mi padre supe que pensaban
que era de corazón lo que hacía....
Recuerdo
que la jueza se conmovió tanto (Bueno además de otros argumentos que conseguí
para la abogada) que me dejó quedarme con mi mamá, que ella se quedara con la
casa y las visitas de mis hermanos. Pero de resto mi papá se quedó con todo.
-¿Estás
bien? ¿Te duele algo?, tienes los ojos desorbitados -Alcancé a escuchar al
doctor, antes de que todo se pusiera negro.
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