martes, 27 de septiembre de 2016

Capítulo 32



Capítulo 32
Cuatro meses más tarde.
-      Auuu debí largarme cuando tuve la oportunidad (dijo Sebastian sentándose adolorido en la cama y encendiéndose un cigarrillo)
-      Si, debiste (dijo Marcos mirando a su hermano sin poder evitar reírse) Y que conste que no lo digo porque entonces ya no tendría que compartir la habitación con el bobalicón de Max.
-      Muy considerado de tu parte, hermanito (dijo Sebastian dándole una profunda calada a su cigarrillo)
-      ¿Y porque te atizó el tío esta vez?
-      No es asunto tuyo ¿y tú no tienes deberes que hacer?
-      Si (dijo pero no se movió ni un milímetro) ¿y Bien?
-      ¿Y bien qué? (dijo resoplando Sebastian)
-      ¿Que qué hiciste? No me mires así, tendré que aprender de los errores de mis mayores (dijo aguantándose la risa. Para Marcos que Sebastian a su edad, se llevara una zurra era el más claro ejemplo que Sebastian era lamentable).
-      ¿qué pasa? (dijo Max entrando en la habitación de su hermano y sentándose en la cama al lado de Sebastian)
-      Adelante, hombre, pasa, siéntate (dijo con sarcasmo al ver que sus hermanos ni se molestaban ya en llamar a la puerta)
-      ¿qué hacéis? (preguntó Max ignorando el sarcasmo de su hermano mayor)
-      Sebastian me iba a contar porque le zurró el tío
-      ¡también te ha zurrado el tío, vaya día, macho! (dijo Max alucinando)
-      No me ha zurrado el tío. Y vosotros dos es que no teneos deberes o una vida que vivir dijo ya molesto Sebastian?
-      Ya los hice (dijo Max. Marcos simplemente dejó que Max hablara) Y hasta mañana no he quedado con Coral (Marcos puso una mueca de asco. No por ser vampira sino por ser la novia de su hermano).
-      Yo no lo iría pregonando, hermanito. Puede que el tío no te lo haya prohibido, pero créeme que está muy lejos de aprobar esa relación tuya con miss colmillitos.
-      ¡Te ha zurrado papá! (gritó alucinado Marcos)
-      Grrrrr largaros de una puta vez de mi cuarto (dijo empujando a Max y agarrando a Marcos por el brazo y echándolos muy bruscamente de su habitación).
-       ¡Sebastian! ¿Que formas son esa de tratar a tus hermanos? (le riñó su padre que justo se chocó con sus dos hijos pequeños al ser expulsados de la habitación de Sebastian. Sebastian solo dio una profunda inspiración pero no se disculpó, no creía que debía hacerlo, eran sus hermanos y se comportaban como unos granos en el culo, como se supone que se comportan los hermanos pequeños ¿no?)
-      ¿Querías algo, papá? (dijo apresurándose a apagar el cigarrillo en el cenicero)
-      Este fin de semana estaré fuera ¿puedes vigilar a tus hermanos? Sin matarlos o amordazarlos si puede ser (añadió con sarcasmo aunque lo de amordazarlos no fue del todo irónico)
-      ¿A dónde vas? (se apresuró a preguntar Marcos que se había quedado en el pasillo intentando para enterarse de lo que su padre quería hablar con su hermano)
-      Trabajo (le dijo muy seco pero volvió a dirigirse a Sebastian. Sebastian alzó una ceja como dejando claro que eso no se lo tragaba. Pero Marcos pareció conforme con esa explicación) ¿Puedes?
-      Sí, bueno…solo iba a ir al cine pero puedo ir entre semana (dijo Sebastian no muy emocionado con la idea de hacer de niñera un viernes por la noche).
-      Gracias (dijo forzando una sonrisa aunque seguía algo molesto por el asunto de aquella mañana), llevaré el teléfono encima, pero solo para emergencias (Sebastian sonrió maliciosamente y eso molestó aún más a Julio). Mañana por la mañana Marcos tiene partido, he dejado la dirección de la otra escuela en el refrigerador, tienen que estar una hora antes, así que sobre las diez allí. Como tu tío aún no ha regresado, mejor te llevas a Max también
-      Creo que Max a quedado con Coral (dijo sonriente Sebastian)
-      Como he dicho mejor te llevas a Max también
-      Vaya, papá como has cambiado prefieres que tu hijo quede con una chica de noche en vez de a primerita hora dela mañana (dijo burlón)
-      Grrrr no estoy de humor, hijo. Sigo molesto contigo
-      Yo si que sigo molesto (dijo refiriéndose a su trasero)
-      Lo que deberías es sentirte avergonzado  ¡27 años! ¡Y te comportas peor que Max que tiene 15!
-      Pero no peor que Marquitos (dijo riéndose y sabiendo que el mocoso aún estaba apostado en el pasillo escuchándolo todo. Pero su padre no dijo nada solo se puso las manos en la cintura y lo miró muy serio. Sebastian rodó los ojos y tras poner una mueca de disgusto, se puso serio) ¿A parte del partido del enano, alguna cosa más?
-      Haced la compra, la lista
-      En el refrigerador (se adelantó Sebastian)
-      Os dejo algo de dinero por si queréis pedir pizzas o lo que sea (dijo entrándole un terrible dolor de cabeza)
-      Yo tengo dinero, papá no es necesario que (dijo algo ofendido)
-      Mis hijos, mi dinero (dijo muy rudo) Y asegúrate que Marcos hace todas las tareas de la escuela, tiene un examen de matemáticas el martes, si le puedes ayudar algo…tú eras bueno con las mates. Ah sí, si Max sale mañana con coral el domingo en casa, y si se aburre que te ayude con la limpieza
-      ¿Limpieza? (dijo fingiendo que no sabía de lo que le hablaba)
-      Sí, no soy vuestra chacha. Limpiad la casa, cuartos de baño y cocina incluidos. No solo vuestras habitaciones. Toda la casa, Sebastian.
-      Ok, haremos de cenicientas mientras papi se va a (pero supo callarse a tiempo ya que Marcos seguía escuchando en el pasillo) trabajar (dijo tragando saliva puesto que su padre casi lo mata por su casi indiscreción)
-      Sebastian, te dejo al cargo, así que espero que te comportes como el hombre de 27 años que eres y no como te has estado comportando últimamente.
-      Ya me he disculpado un millón de veces por lo de ayer, incluso hoy me…(Sebastian se puso colorado como un tomate)
-      ¿zurrado? (dijo Julio alzando una ceja)
-      Eso (dijo incómodo)  ¿Dónde quedó eso de borrón y cuenta nueva, papá?
-      En el mismo sitio dónde quedó tu buen juicio…lejos muy lejos. Mira, Sebastian, dejemos lo de ayer y esta mañana a parte, ahora necesito saber que me puedo ir tranquilo ¿me puedo ir?
-      Si (dijo algo ofendido por la pregunta)
-      De acuerdo (dijo zanjando el tema porque a diferencia de su hijo Julio no se lo pasaba bien discutiendo). Si regresara tu tío antes que yo (Sebastian lo miró como si aquello fuera algo muy poco probable) dile que ya llegó su paquete, que lo dejé en el despacho de su oficina.
-      ¿Qué paquete? (preguntó Sebastian, pero disimuladamente Julio echó una mirada al pasillo done estaba Marcos)
-      No lo sé, algo que pidió. Lo trajeron a casa pero me dijo que era para el trabajo que si podía dejárselo en su oficina y se lo dejé, cuando vengas si tanto te interesa le puedes preguntar (Sebastian entendió que se trataba de alguna cosa que su tío no quería que estuviera al alcance de los niños, así que tenía que ser alguna cosa peligrosa o valiosa. Y eso le hizo aumentar su curiosidad) ¿Le darás el recado o le dejo una nota en su cuarto?
-      Le daré el recado, déjate ya de tantas notas, vas a empapelar la casa de “post-it”.
-      No dejaría tantas notas si cuando hablo a mis hijos mis palabras no entraran por un oidito y salieran por el otro. Como cuando la semana pasada te pedí, por favor, que pusieras los malditos estores en las ventanas (dijo mirando el estor de la ventana de Sebastian que había acabado poniendo él mismo).
-      He estado liado…sabes tu hermanito ha elegido el mejor momento para ir a esa reunión de los cojones
-      Habla bien. Y él no escoge nada, como jefe del clan de los
-      Ya, ya, ya me lo sé, solo digo que en el trabajo ha sido una locura…y al llegar a cas lo último que me apetecía era ponerme con esos estores
-      Mira, Sebastian, dejémoslo no quiero volver a discutir…cuando te lo pedí la primera vez tu tío aún estaba en casa, pero ya están puestos así que ¿Qué más da no? Grrrrrr (gruñó y después respiró varias veces profundamente intentando calmarse)
-      A mi no me molesta la luz del…
-      ¡He dicho que lo dejemos, Sebastian! (alzó la voz Julio. Sebastian se dio cuenta que había dado una vuelta de más a esa tuerca. Su padre estaba nervioso por el fin de semana y siempre que su padre estaba nervioso era una odisea tratar con él).
-      Ok, lo dejo. Nos portaremos bien, ve tranquilo (dijo en un tono más respetuoso).
-      Nos vemos el lunes (e inconscientemente le dio un beso en la cabeza como hacía cuando era pequeño, Sebastian no pudo evitar reírse, cosa que hizo que su padre se volviera a exasperar y salir de allí refunfuñando)
...
-      Max ¿Dónde narices estás? (gritó al teléfono cuando al fin Max respondió)
-      Cenando (dijo de una forma muy inocente)
-      Mira, gilipollas, le dijiste  a papá que te comportarías. Hace ya hora y media que deberías estar en casa. No te he visto el pelo en todo el día, así que ya estás pagando y viniéndote cagando leches
-      Es que justo acabamos de pedir (dijo y Sebastian pudo imaginar a Max poniendo pucheritos al decirlo)
-      ¿Sigues con Coral? ¿y que opinan sus tíos de que pase todo el puto día y casi la noche contigo?
-      Sebastian no seas capullo (le dijo enfadado Max). Cenamos, después la acompaño a su casa y me voy para casa. Estaré allí sobre las doce y media ¿vale? No te pongas histérica
-      Mira Max, si no estás aquí en 30 minutos mejor que no te molestes en volver, porque en cuanto ponga mis manos en ti estarás muy muerto (y Sebastian colgó el teléfono muy cabreado. Eso era algo que se podría esperar de Marcos pero no de Max. Max miró el reloj perfectamente podía estar en casa en 30 minutos estaban en el barrio, pero otra cosa distinta era que quisiera largarse en ese instante y dar por acabado uno de los mejores días de su vida. Así que tras sopesarlo mucho, decidió que apechugaría con la bronca de Sebastian).
-      ¿Qué? ¿Ya viene? (preguntó divertido Marcos)
-      No (dijo Sebastian que a pesar de que cuando le dijo lo que le dijo a su hermano hablaba en serio, no literal, pero si serio. También sabía que era tener 15 años y estar con la chica que te gusta). Vete a la cama ya hace rato que deberías estar durmiendo (dijo cansado, no sonaba enfadado solo cansado)
-      Y Max hace rato que debería estar en casa y no lo está…¿Por qué no vemos una peli mientras lo esperamos (dijo Marcos saltando al sofá y tomando el mando a distancia)
-      Marcos, por favor, te lo pido por favor, vete a la cama. No quiero ponerme en plan ogro contigo también. Deja que esta noche el único que se vaya calentito a la cama sea tu hermano. Créeme ninguna peli se equipara al placer de meterte con un hermano porque le han calentado el culete como a un niño pequeño.
-      ¿Quieres decir como hizo papá ayer contigo? (dijo con malicia Marcos y Sebastian lo fulminó con la mirada, pero después se rio)
-      Exactamente (y de repente Marcos empezó a bostezar)
-      Aaaaaaaaaaaah que sueñito me ha venido de repente, creo que me iré a costar. Hasta mañana, Sebastian
-      Hasta mañana, enano (dijo aliviado por no tener que lidiar con Marcos también. Sebastian se sentó en el sofá, puso la televisión y se encendió un cigarrillo. Aquella iba a ser una noche larga. Sobre las una Sebastian oyó como la puerta de la entrada se abría. Se puso de píe y puso la pose más autoritaria que pudo. Ceño fruncido, manos en las caderas, mirada penetrante y músculos en tensión. Pose que se esfumó por completo cuando percibió el olor inconfundible de Alejandro).
-       ¿Alejandro?
-      Es tarde. ¿qué haces ahí a oscuras? (y entonces Alejandro afinó sus sentidos y se dio cuenta que en aquella sala solo latían dos corazones más a parte del suyo)
-      ¿y tu padre?
-      Está con Camila (dijo algo tímidamente)
-      ¿Cuál de los dos? Supongo que Max ¿no? (dijo resoplando. Sebastian no respondió, no hacia falta) con la vampiro ¿no? (Sebastian esta vez asintió con la cabeza) Ve a buscarlo
-      No sé donde está
-      ¿Quieres que llame a tu padre? ¿Supongo que te dijo que te quedabas al cargo? Pues hazte cargo, muchacho,
-      Cuando regrese hablaré con él (le dijo Sebastian sin mirarlo a la cara)
-      Es la 1:10, tiene 15 años, y no tienes ni puñetera idea donde está ni lo que está haciendo
-      Me hago una idea de lo que está haciendo (dijo enfadado)
-      Sebastian, si estuviera aquí tu padre ¿Qué crees que haría?
-      Yo no soy mi padre
-      No. Y ellos no son tus hijos. Son SUS hijos. Cuando tengas tus propios hijos los educas como te venga en gana. Pero Max y Marcos son SUS hijos y si te pidió que te encargarás de ellos mientras él no estaba, lo hizo esperando que lo hicieras conforme sus reglas. Te gusten o no. Pero Sebastian ambos sabemos que no son horas para estar por ahí (Sebastian resopló pero sabía que Alejandro tenía razón y ya llevaba un buen rato con ganas de salir a buscar a ese idiota). Me voy a recostar, estoy muerto.
-      Tío (dijo Sebastian antes que Alejandro saliera del salón) ¿Puedes?
-      No. Sebastian, hablaba en serio cuando decía que estoy cansado, además no es mi responsabilidad, no tiene nada que ver con sus obligaciones como regente. Y por otra parte mejor que no me encargue yo, porque ambos sabemos que opino yo de esa chica.
-      Pero es que no quiero ponerme en ese plan, no con Max (protestó Sebastian)
-      ¿Crees que tu padre o yo queremos ponernos en ese plan con vosotros? (dijo casi riendo Alejandro y Sebastian alzó una ceja y lo miró con total incredulidad).Para que lo entiendas, hace 5 minutos, antes de que yo llegara ¿en que estabas pensando?
-      En Max, en si en vez de estar pasándoselo bien con Coral le había pasado algo (dijo sin mucho sentimiento porque se dio cuenta de por donde iba  su tío).
-      Y eso es porque tú sabes que pueden pasar cosas sobre todo cuando tu cabeza está más ocupada en otras cosas. Pero Max te aseguro que ni piensa en eso. Y eso es porque nosotros tenemos que hacer de conciencia molesta. Porque a su edad aún no se ve la imagen completa de la realidad, solo una pequeña parte. Sebastian, todos hemos tenido 15 años y todos hemos estado enamorados, o creímos estarlo, pero eso no nos hace inmunes o inmortales o nos pone por encima del bien y del mal. Y para eso estamos los adultos para asegurarnos que se sobrevive a la infancia y la adolescencia. Y si para lograrlo tenemos que hacer el papel de malo…pues nos fastidiamos y lo hacemos, porque lo más importante es su bienestar.
-      De verdad, tío. Te prefería cuando te comportabas como un auténtico capullo (dijo Sebastian poniéndose la chaqueta para salir a buscar a Max)
-      Plass (le dio una nalgada cuando pasó por su lado y Sebastian lo miró indignado)

-      Solo para complacerte

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