jueves, 24 de agosto de 2017

Mi hijo Andrés –parte 5-



Mi hijo Andrés –parte 5-
Sandra
Franco había salido todo el fin de semana con algunos amigos y Maite salió el sábado temprano hacer un trabajo escolar y terminado iría con algunas amigas, así que me quede solo con los tres más chicos aunque Jaime no dejaba  de renegar porque sus hermanos si podían salir y el no, tenía unos días que ni es solo se aguataba.
Jaime: Mamá porque lo tengo que hacer yo?
Sandra: Jaime, por favor, no te estoy pidiendo nada que no puedas hacer.
Jaime: está bien.
Sandra: Cualquier cosa le llamas a Josefina, ella tiene cosas que hacer así que por favor cuida a tus hermanos, es  un rato.
Tenía que salir a lo mucho una hora, había quedado de pasar a recoger algo a casa de una prima que vivía cercas, pero no podía llevar  Andrés,  uno de sus hijos tenia una fuerte gripe y no era algo que quisiera que el niño pudiera contagiar. Jaime solo tenía que cuidarle  había una señora que me ayudaba pero estaba ocupada lavando toda la ropa.
Fui a darle un beso a Lucas y Andrés que jugaban con el perro en la sala principal.
Sandra: ayudas a cuidar a tu hermano?
Lucas: si mami, yo lo cuido.
Sandra: gracias amor.
Salí de la casa y los deje solos, siempre con algo de pendiente por no estar con él, y aunque había un adulto siempre cerca no dejada de preocuparme.

Jaime.
Yo también quería salir, no era justo… además estaba la señora de la limpieza ella podía cuidar a Andrés, aunque  si,  estaba ocupada lavando la ropa y preparando la comida, pero era su trabajo. La otra muchacha que ayudaba en casa no estaba y el chofer ni sus luces ya que estaba de niñera de Maite llevándola  a ella y a sus amigas a donde les daba la gana.  Mamá apenas aprendió a manejar ya creía  que podía salir ella solo dejando sus responsabilidades. Estuve sentado en la sala por un rato viéndolos jugar…
Lucas: Jaime, nos prestas el carro de control que tienes?
Jaime: para que lo quieres?
Lucas: para jugar, tu para que lo quieres? No jugas con él?
Jaime: tú tienes uno!!  que no?
Lucas: no sirve Andrés lo metió a la alberca, que no te acuerdas.
Jaime: está bien,  te lo presto,  pero tienes que cuidar Andrés.
Lucas: si lo cuido, pero..
Jaime: pero qué?
Lucas: yo soy más chichito que él.
Jaime: pero tu si sabes cuidarte y entiendes,  él no.
Lucas: y tú que vas hacer?
Jaime: voy a llamar algunos amigos, no voy a tardar nada.
Lo convencí y fui por el dichoso juguete que querían  le puse las baterías y se los deje. Los tres,  incluido el perro estaban jugando, el perro seguía el carro por todos lados y Andrés hacia lo mismo  como tratando de atraparlo, los vi tan entretenidos que me fui a mi cuarto y me puse a llamar por teléfono, un amigo tenía una prima realmente guapa  y nos estaba ayudando a quedar como pareja. Ella se estaba quedando en la casa de sus tíos   por algún tiempo.
… cuarenta minutos después….
Lucas: Jaime, Jaime.
Jaime: no molestes estoy hablando.
Lucas: Andrés se llenó de lodo.
Jaime: y que quieres que haga.
Lucas: limpiarlo!!!
Jaime: estoy ocupado, límpialo tú.

Lucas
Me había salido al patio a jugar con el carro,  era súper le había puesto un montón de rampas y obstáculos y todos los paso, incluso podía pasar charcos de agua. Nos quedamos un rato jugando en las flores de mamá,  Andrés estaba sentado en el lodo arrancando las flores pero cuando corto una de las rosas una de las espinas le hizo sangrar un poco y ya no las toco, el perrito Tito como le llama yo,  estaba revolcándose por lo fresco del agua y del lodo que ya se había formado, Andrés no tardó en hacer lo mismo acostándose junto Tito. Mamá  me había encargado que cuidara a mi hermano porque el solo no podía así que lo estaba cuidando  aproveche  y yo también  me puse a jugar con el lodo, era algo infantil pero era divertido. Me pare y fui a buscar a Jaime pero no me hizo caso por estar en el teléfono,  cuando llegue Andrés estaba escupiendo el lodo, se había llevado un bocado a la boca.
Lucas: no Andrés, eso no sé cómo, escúpelo.
Andrés: cocolate.
Lucas: no, no es chocolate.
Andrés: cocolate.
Lucas: no tengo. –le dijo mostrándole mis manos vacías-
Me quede un rato sentado con él,  pero después de un ratito vomito… era lodo, me asuste y fui a buscar a la señora de la limpieza que estaba tendiendo en el patio de servicio,  no tardamos en llegar y mamá no debía tardar tampoco  porque ya pasaba de la hora que había dicho que estaría fuera.
Josefina: y tu hermano?
Lucas: en su cuarto.  
Josefina: ven pequeño.
Andrés: lele.
Josefina: te duele la pancita, pequeño… ven, vamos adentro niño pequeño.
Yo fui atrás de la señora Josefina que llevo a mi hermano de la mano hasta el baño, le empezó a desvestir  para meterlo a bañar fue cuando  escuchar el ruido del portón así que salí corriendo para ver si era mamá pero era papá el que venía entrando.
Octavio: hijo, porque estas así? Anda ve a bañarte, parece que te revolcaste en un cochinero.
Lucas: Andrés se puso malito, estábamos jugando y comió poquito lodo, solo lo deje un ratito solo papi… de verdad.
Octavio: y tu mamá? Donde esta tu hermano?
Lucas: mamá salió a recoger las cosas a casa de mi tía, Josefina se llevó Andrés para meterlo a bañar, mamá  dejo a Jaime a cargo de nosotros.
Octavio: y tu hermano?
Solo levante los hombros sin contestarle, iba caminando atrás de él teniendo que correr  para alcanzar su paso.
Octavio: Josefina, el niño está bien?
Josefina: trago un poco de lodo pero parece que ya vomito  todo.
Octavio: hola hijo, si quieres déjamelo, le puedes preparar algo para su estómago.
Josefina: sí señor.
Octavio: Lucas, metete a bañar tú también… anda, porque estas llenando todo de lodo hijo,  pues que estaban haciendo…y eso que es??
Lucas: jugábamos. Y el  es Tito.
Octavio: se revolcaron en el lodo, eso no es jugar hijo. Tu perro mugroso también métase a bañar.
Papá no era un experto bañando a nadie, tomo al perrito y lo aventó a la tina para que dejara de ensuciar el piso pero el perrito lloro un poco por la forma brusca.
Lucas: papi lo lastimaste.
Octavio: no lo lastime, no tiene nada.
Yo también me metí a la tina no fuera hacer que también me aventaran,   la tina era amplia así que era fácil estar los tres en ella, me quite casi toda la ropa dejándome el calzoncillo, no era un niño pequeño y a mi si me daba  pena que me vieran desnudo aunque a veces no me importa porque Andrés tampoco le importaba que le vieran. Papá tenia sentado Andrés mientras con una regadera de mano le mojaba para que el lodo termina de irse, yo me puse debajo de la regadera y me empecé a bañar.
Guaaauu guaa rrr guaauu
Octavio: cállese, shuu
guauuu, auuu.
Papá tomo la regadera de mano y le dio un buen remojón a Tito poniendo un poco de presión en la salida del agua.
Sandra: Octavio, pobre perro.
Octavio: que bueno que llegas.
Sandra: ya me conto Josefina, corazón… el lodo no sé cómo hijo… -le dijo dándole un beso en la cabeza- hijo, tu hermano no los cuido ni un rato verdad.
Lucas: estaba en el teléfono. –dijo con la cabeza agachada porque si Jaime se enteraba que lo estaba delatando me pegaría-
Octavio: ya me va a escuchar ese muchacho, ven paradito.-dijo levantando a mi hermano de la tina-
Mamá empezó a enjabonar Andrés pasando la esponja por todos lados y retirando el lodo que aún tenía en aquellos lados tan privados.
Sandra: Lucas te lavas...
Lucas: mamáa. -Dije avergonzado porque ya estaba empezando a decir que tenia que hacer no era chiquito-
Apenas terminaron de bañar a Andrés papá lo envolvió en una toalla y lo saco  cargándole, supongo que en uno o dos años más ya no podría hacer lo mismo porque Andrés empezaba  a crecer no estaba muy alto y solo me llevaba por unos 5 o 7 centímetros además era delgado.
Sandra: Octavio lo cambias?
Octavio: si mujer yo lo cambio.
Sandra: los calzones van primero.
Octavio: mujer, que no soy tonto.
No pude evitar reír y mamá solo soltó una risita cómplice, papá no era el mejor atendiendo a nadie.
Sandra: lávate bien esa cabeza.
Lucas: mamá, no soy un niñito.
Sandra: eres mi bebe.
Lucas: ma… Andrés es él bebe, no yo.
Sandra: anda termina de bañarte.
Mamá termino de bañar a Tito y lo saco, yo cerré la puerta para poder terminar de bañarme sin que me estuvieran diciendo, lávate bien aquí y allá.

Sandra
Una hora, solo una hora y algunos minutos había dejado a Jaime a cargo de sus hermanos y no pude hacer eso. Estaba molesta con él, pero ya hablaría después. Fui  a revisar que Octavio estuviera vistiendo al niño ya que la última vez que me ayudo a vestirlo no le había puesto los calzoncillos y el tiro del pantalón le había rosado, pero esta vez parecía que estaba haciendo mejor trabajo, ya era hora que aprendiera a vestir a su hijo.
Octavio: la mano, hijo dame la mano,  a ver. –dijo un poco desesperado-
Andrés: mía.
Octavio: si, yo sé que es tuya, pero la necesito para ponerte la camisa.
Apenas logro vestirlo por completo, lo vio detenidamente como analizando que nada le faltara y dio un profundo respiro soltando el aire.
Octavio: ahora si estás listo, bueno tengo que ir hablar con un muchachito que está  en grandes problemas.

Octavio
Solo le di un vistazo más   revisando que no me faltara nada esta vez, no quería que  tuvieran otra cosa para estarse burlando de su padre, como el descarado de Franco diciendo que la próxima vez él lo vestía, vamos que era mi hijo yo tenía que vestirle no su hermano mayor… y para rematar  que me  lo refrescaran en la cara. No era un buen padre atendiendo a sus hijos lo admito, pero estaba aprendiendo, lo que no había hecho por casi 19 años ya lo estaba haciendo con Andrés, que era el único que no se quejaba de lo mal que hacia las cosas.
Me salí del cuarto dejando a Sandra con el niño  y viendo a Lucas cuando salía del baño en vuelto en la toalla,  arrugaba la nariz  yéndose   casi corriendo a su cuarto, no era secreto a donde iba y que iba hacer, ya tenía el cinto en la mano.
Entre al cuarto,  y Jaime ni enterado de mi presencia estaba en una llamada y por la conversación con algunas chica a la que pretendía,  había dejado a sus hermanos sin supervisión, ni siquiera le había ido a decir a la señora de limpieza que estaría ocupado para vigilar a sus hermanos, eso me hacía enojar más,  se les tenia dicho que si no iban a aceptar ayudar con su hermano que dejaran dicho a las muchachas de servicio para que ellas se encargaran del niño en los ratos que Sandra no pudiera vigilarle.  Su madre se encargada de Andrés casi las 24 horas del día pero había momentos en los que ella ocuparía un respiro, salir por algo o simplemente tener cinco minutos para ella, no se les pedía mucho a los chicos, sus estudios, sus cuartos en orden. Solo tenían  que cuidar a sus hermanos, a los más chicos,  Lucas era el más chico a él no se le podía pedir que cuidara a Andrés,  lo podía vigilar pero no cuidar eso era darle mucha responsabilidad porque Andrés necesitaba cuidados que se le dan a un niño pequeños, eso incluía llevarlo hacer sus necesidades cuando avisaba, asearlo y cuidar lo  que se llevaba a la boca, cosa que había ocurrido el día de hoy.  
Preste atención un poco a lo conversación, pero solo cuando le escuche decir…
Jaime: no, no te preocupes no tengo nada que hacer.
Mis nervios saltaron al cielo, le tome de la mano y lo gire y le solté el primer cintazo fuerte en todo el trasero.
ZASSSSS
Jaime: aaiiiiii…paa.
Octavio: cuelga ese teléfono ya.
Los ojos se le llenaron de lágrimas…
Jaime: pero estoy hablando…  -dijo tapando la bocina del teléfono-
Octavio: no te estoy preguntando.
ZASSSSSS –aiiiiii, ya, ya cuelgo… bueno, te llamo después, tengo que colgar, no, no paso nada… luego te hablo-
Jaime: porque me pegaste?... no papá.
Octavio: no Jaime.
Jaime: yo no hice nada. –dijo cubriéndose el trasero cuando le volví a girar-
Octavio: exactamente,  por eso te estoy castigando, tu mamá tenía que salir un rato… y tu tenías que cuidar a tus hermanos.
ZASSSSS, ZASSSSS,   –aaiiiii, auuuuu yaaaa- ZASSSSS, ZASSSSS  ZAASSS –auuuu, yaa aiii buaaacc-
Octavio: cuando se te dé una tarea la haces Jaime, una hora, era solo una maldita hora,  no todo el día, le pasa algo a tu hermano y tu bien gracias  en el teléfono.
ZASSSSS, ZASSSSS, ZAASSSSS  –buaaaa aaiiiii,auuu,  auuuuu yaaaa- ZASSSSS, ZASSSSS –auuuu, yaa aiii buaaa, aaii ya-
Ya le había dado un total de 10 cintos fuertes y eso era más que suficiente.
Octavio: estas castigado jovencito, no me tocas el teléfono toda una semana y la tarjeta se te suspende.
Jaime solo se acostó a llorar estaba enojado.
Octavio: y pobre de ti que vayas a desquitarte con uno de tus hermanos.
Solo se tapó la cabeza con una almohada como para ya no escucharme,  me salí y fui con Sandra y el niño.

Sandra
Vi que Octavio entraba con el cinto en la mano y lo dejaba colgado, sentándose a un lado de Andrés.
Andrés: cocolate.
Octavio: no, no tengo chocolate.
Andrés: coco- late.
Octavio: aa estas pesado.
Dijo cuando Andrés dejo caer su cabeza en el estómago de su padre.
Andrés: Fran.
Sandra: el viene  mañana corazón.
Andrés: juega.
Octavio: a que quieres jugar e, a ver dime… a no hijo el perro va en el piso ya te he dicho muchas veces.
Como Octavio no le dejo subir al perro a la cama este se bajó arrastrándose por todo el piso.
Sandra: lo cuidas, voy a ver que hacen los chicos.
Octavio: yo lo cuido tu ve hacer lo que tengas que hacer.
Salí a ver a Lucas,  estaba  sentado en su cama con un video juego en las manos.
Sandra: Lucas hay  que ir a comer,  en media hora va estar la comida hijo.
Lucas: si mami.
Pase al cuarto de Jaime y entre, aun se escuchada rastros de sollozos  pero no lloraba, me senté en la cama y le acaricie la espalda.
Sandra: hijo, sabes que hiciste mal.
Jaime: me pego y yo no hice nada malo.
Sandra: hijo tu papá te castigo, y fue por no cuidar a tu hermano, era una hora solamente, tu hermano comió lodo y así como se metió eso a la boca pudo tragar otra caso.
Jaime: pero Lucas lo estaba cuidando. ¿A él también le pegaron?
Sandra: hijo aaggg….. no, porque a ti te deje a cargo, pero ya no importa, ya entendí que no puedo contar contigo para ayudarme, solo quería confirmar eso.
Dije por fin,  parándome  de la cama y saliéndome del cuarto Jaime podía llegar hacer necio y testarudo.





Jaime

Apenas salió mi madre del cuarto me puse a gritar, me canse y me quede dormido, baje a comer ya que todos se habían retirado de la mesa, le dije a Josefina que me sirviera de comer y lo hiso puso un plato de comida y se retiro.
Me fui a mi cuarto y me acosté en la cama era sábado y no tenía nada mejor que hacer.
Andrés: mira, mira.
Jaime: que quieres?
Andrés: mira.
Jaime: si, anda vete de mi cuarto, no tienes que entrar aquí.
Andrés: juega.
Jaime: no, no juego contigo, vete.
Pero no se salió,  se acostó en el tapete del piso con la cara pegada al piso solo viendo todo lo que alcanzaba a ver, me acosté nuevamente en mi cama, no le podía sacar del cuarto si lo hacía renegar  lo más probable era que volverían a castigar y ya me dolía el trasero como para otra paliza, papá paso dos o tres veces a verle viéndolo jugar en el piso y viéndole curiosear  todo lo que podía, seguiría dando rondas constantes pero le dejaron hay.  
Andrés: mee ese.
Jaime: no.
Andrés: mee ese, mio.
Jaime: no es tuyo,  es mio.
Andrés: pestas.
Jaime: aaggg ven.
Baje el avión que estaba colgado y se lo preste dejándolo sentado en mi cama acostándome otra vez boca abaja, solo le veía jugar con el avión,  lo paso por mi espalda un par de veces  usándola de pista de aterrizaje.
Jaime: por tu culpa me castigaron –le dije como si realmente entendiera, quería reclamarle, pero solo se me quedo viendo-
Andrés: juega.
Jaime: no.
Andrés: Fra juega.
Jaime: yo no soy el idiota de Franco. No te quieres ir con mamá? –le dije para ver si lo convencía de que me dejara solo-
Andrés: aquí.
Después de un rato le seguí el juego,  enseñándole a como volar un helicóptero  de control remoto que también tenía colgado, le deje el control a él,  por alguna razón si el rompía las cosas papá compraba otra igual repasándola. Claro si la rompíamos nosotros no era así de fácil,  decía que  el dinero no se daba en los árboles y nosotros teníamos que pagar las cosas con nuestra mesada. Nos salimos del cuarto,  Andrés llevaba el helicóptero por todos lados estampándolo en muchas ocasiones,  la última fue la mejor, sus manos torpes no pudieron sostener el control bien por lo que se le cayó y el helicóptero fue a dar a la cabeza de mi padre.
Octavio: aauuuu chicos. –dijo tomando el helicóptero y sacudiéndolo algo enojado- esto no se tiene que usar aquí. Tienen un patio lo bastante amplio.
Andrés: mío.
Octavio: aquí no se juega con esto.
Andrés: cayo.
Octavio: si se cayó en mi cabeza.
Andrés: sito.
Octavio: pobrecito ni que nada.
Andrés: vuela….vuela –
Decía tratando de que el helicóptero empezará a subir pero este no volaba porque papá lo tenía en las manos sin dejarlo.
Octavio: no, no vuela, aquí dentro no.
Andrés: mm buuaaa
Octavio: no, no llores, porque lloras?
Andrés: vuela buaaa.
Octavio: está bien,  toma, ya vuela, pero ya no llores.
Andrés: mira, mira.
Apenas papá soltó el helicóptero y este empezó a volar Andrés dejo de llorar, el casi nunca lloraba pero era la segunda vez que lo hacía por nada, como si acabara de descubrir que el llanto le beneficiaba en algo, tenía una sonrisa y papá no pude evitar decir.

Octavio: chantaje…mira nomas.

3 comentarios:

  1. Me encantó... Esperé muchísimo por una continuación y aquí está al fin!!!! Gracias, Mary por seguir escribiendo de él.... Quiero más, si?!

    ResponderBorrar
  2. awww que ternura de capitulo, pobre el hermano que por hablar por teléfono descuido a sus hermanos

    amiga quiero más!!!

    ResponderBorrar
  3. Que lindo corto Mary!!
    Que bueno saber de esta familia me gusta mucho...
    Pero mm yo nunca estoy de acuerdo cuando dejan cuidando a los hermanos ...
    Vale que es un favor que aveces se vuelve costumbre en los papás...
    Pero espero que pronto escribas más Mary porque siempre te leo de que soy tu fan ...

    ResponderBorrar