La magia de Halloween
No entiendo porque a todos les vuelve tan loquitos
esto de Halloween, que estupidez esto de los disfraces y que los muertos
vuelven para estar con nosotros, reclamo Thomas por décima vez que los chicos irrumpían
su tarde para pedirle dulces, en un principio les abría la puerta fingía sonreír
hasta dejaba que los niños eligiera los
dulces que iban a llevar, luego los miraba con rabia y solo estiraba el
cuenco con los dulces, a las dos horas comenzó a increpar a los padres.
“señora no le da vergüenza andar mendigando dulces”
dijo mientras les lanzaba un puñado de dulces a los niños.
Doña Sabrina al contrario de enfadarse le devolvió una
mirada triste. Thomas había perdido a sus padres en un trágico accidente la
noche de brujas pasada, cuando estos iban a buscarlo a una fiesta, el chico que
acababa de cumplir los 18 años se sintió mal del estómago tanto beber que llamó
a sus papás que fuera por él, pero nunca llegaron, solo una fría patrulla fue a
recogerlo y darle la triste noticia de que sus padres habían muerto.
Los vecinos hicieron todo lo que estuvo en sus manos
para ayudarlo pero el chico se aisló completamente, ya había pasado un año y
solo comía de lo que los vecinos le dejaban en la puerta o la comida que
compraba con delivery. Si hasta los dulces que ahora estaba regalado eran los
mismo que Sabrina le había dejado de en puerta para que repartiera a los chicos
y así evitar que le fueran a hacer alguna travesura que debieran lamentar después.
“Thomas recoge
los dulces y se los das a los chicos como corresponde” le hablo firme.
“NO” Le dijo incrédulo, los vecinos eran muy amables
con él a pesar sus desplates, no estaba acostumbrado a que le hablaran así.
“Te he dado una orden jovencito”
“tú no puedes decirme que hacer, ni tu ni nadie”
“José cariño” le dijo a su marido, “puedes terminar el
recorrido con los niños”
“claro” dijo dándose media vuelta con sus dos hijos y
tres vecinitos que los acompañaban.
“amor me dejas tu cinturón creo que lo necesitaré”
José abrió muy grande los ojos, habían conversado que
si Thomas seguía con esa actitud alguien tendría que ponerle fin pero no pensó que
tendrían que ser ellos, sin embardo el chico no tenía ninguna relación con la
familia que le quedaba y cuando los padres de Thomas trabajan el peque prácticamente
viva con ellos. Así que se sacó el cinturón y se lo paso a su esposa.
“vamos chicos Tommy tiene unos asuntos que tratar
luego volvemos por los dulces” les dijo alegre a los pequeños para que no se
preocuparan.
“¿A Thommy le van hacer pampam en el potito por
portarse mal?” Pregunto Sabi a su hermanito.
“si muy fuerte porque fue muy malo, sus papitos que están
el cielo no le permitían ser un niño malo como lo está haciendo” le dijo
Rafaelito.
A Thomas se le hizo un nudo en el estómago y en el corazón
al escuchar eso.
“Tía Sabi lo siento de verdad esto no es necesario”
dijo indicándole la correa que tenía en la mano.
“Thomas cariño, entremos y conversemos” le dijo con
voz firme.
“NO” dijo pensando que eso lo mantendría seguro, pero
fue un gran error, recibió tres fuertes correazos en pleno trasero que lo
dejaron sin aire. Trato de no gritar pues estaba en la calle.
“entramos Thommy o prefieres que tengamos toda la
conversación aquí”
“Auch” se quejó
y se sobo el trasero, no dijo nada pero entro a la casa dejando la
puerta abierta.
Sabi pensó que encontraría la casa un desastre, pero
al contrario parecía que no vivía nadie ahí, el chico había vivido todo el año
encerrado solo en el cuarto de sus padres, había abandonado la universidad vivía
de la herencia que le habían dejado sus padres, había terminado con su novia
porque la culpaba de la muerte sus papás, si ella no hubiere insistido en ir a
esa puta fiesta nada hubiese pasado, pero todo volvía al punto en que él los había
llamado, que él los había matado.
“Thomas cariño” dijo abrazándolo, al ver como estaba todo, si la
casa parecía un museo salvo el cuarto de sus padres parecía una pocilga, cada
vez que Thommy se acordaba arrojaba lo que tuviera en las manos a las paredes, rompió
el televisor, el velador, hasta una pata de la cama, esa no era forma de vivir
para nadie menos para un chico que 19 años.
“no me veas” dijo tapándose los ojitos avergonzado.
Sabi dejó caer el cinturón, le acaricio la mejilla, he hizo lo que había querido
hacer desde un principio, pero que Thomas se negó, fue a la habitación de
Thommy, preparto un bolso con su ropa y lo que pensó podría necesitar, tomo
unas fotos de los padres de Thommy y algunas fotos familiares.
“vamos Tommy” dijo tomándolo de la mano y sacándolo de
esa casa por primera vez en un año.
“no, que estás haciendo”
“Lo que debí hacer de desde hace tiempo” Thomas sin
saber porque se dejó guiar por Sabrina, quien lo llevo a su casa y lo dejo en
la habitación de visitas que en realidad solo la ocupaba Thommy cuando se
quedaba con ellos si hasta estaba decorado por él. Cuando estuvo instalado,
tomo las fotos de los padres de Thommy y las dejo en una mesita, luciendo con
un pequeño altar, les puso unas hermosas flores y unas velitas para que los iluminaran.
“perdóneme amigos porque les falle todo este tiempo,
les prometo que todo cambiara” se disculpó por no haber actuado antes, pero no
se sentía con la fuerza de obligar a Thommy a salir de la casa y como él no le
permitía la entrada a nadie, desconocía como estaba viviendo, solo se preocupada
de que estuviera comiendo y que las facturas estuvieran pagadas.
“no hables como
si estuvieran aquí, están muertos” grito “muertos yo los mate, fue mi culpa y ahora tengo que vivir con eso” trato
de arrogar las fotos de sus padres pero algo se lo impidió, sintió una fuerte
nalgada. Miro a Sabrina para increparla por eso pero ella estaba con la boca
abierta sin decir nada.
“Hola Sabi” le sonrió Javier padre de Thomas, tengo
unos temas que arreglar con mi hijo vuelvo enseguida” Lucia que también estaba
de pie junta a ella.
“Amiga, donde se te fueron los modales, ¿no me
invitaras a sentar?” dijo mientras se acomodaba en el sillón.
“papi ¿cómo es posible?”
“todo es posible en Halloween tesoro” dijo mientras lo
acomodaba sobre su regazo, sin saber cómo su padre le había desnudado el
trasero y le había dado zurra de su vida, 12 fuertes correazos uno por cada mes
que había pasado más una cuantas nalgadas, todo mientras lo regañaba por cómo
estaba llevando su vida, le ordeno retomar su vida, los estudios, disculparse
con su novia y lo más importante disculparse con el mismo.
“nada de esto es tu culpa mi bella flor de primavera”
le dijo mamá “nosotros estamos bien, pero no podemos descansar si tú no estás
bien, debes ser feliz para que nosotros lo seamos también, queremos que vivas
una vida plena, que cumplas tus metas y que conozcas a tu hijo”
“¿Qué? no yo tengo un hijo”
“si lo tienes amor, solo que aún no lo sabes” le dijo
Javier.
“tía me prestas tu teléfono” dijo mientras le marcaba
a Martina.
“hola, Martina, soy Thommy, disculpa que te moleste,
sabes tuve un sueño muy loco…” dijo para tratar de justificar lo que estaba
pasando. “Soñé que teníamos un hijito”
“Amor soñaste con nuestro Javier” dijo Martina
llorando de la emoción, en este año no había pasado un día en que ella no
tratara de comunicarse con Thomas, pero no había sido posible. “tenemos un
pequeñito amor, tiene cinco meses y es igual a tu papá por eso le puse así,
espero no te moleste” dijo un poco tímida.
“lo siento, lo siento tanto” se terminó de quebrar el
chico. Sabrina tomo la llamada y le dijo a la chica donde estaba, así fue como
Martina fue al encuentro del amor de su vida, junto a su hijo.
Martina cuando llegó se encontró con sus suegros
quienes jugaba con su nieto, Thommy se disculpaba y prometía mejorar, se comprometió
en hacer una terapia y retomar la universidad, y cuando el psicólogo lo
autorizara arreglar al casa para que pudieran vivir como familia, ya que ambos coincidieron
que lo que Thommy necesitaba en estos momentos era la estabilidad familiar que
Sabrina y José podían darle, además era lo que habían decidido Lucia y Javier
quienes le habían dado plena autoridad sobre Thommy TODA incluyendo MANO FIRME.
Javi dijo que unos buenos azotes no le hacían daño a nadie sobre todo si se los
tenían bien ganados, lo que hizo que Thommy se sonrojara.
La pequeña Sabi que no se perdía de nada le aclaro a
Martina “a Thommy hoy le hicieron pampam en el potito por portase mal”
“mi vida” dijo abrazándolo con ternura.
“lo siento jamás debí culparte, yo me culpaba a mí y
no sabía cómo seguir a delante, aleje a todos quienes me importaban y te deje
sola con nuestro bebe”
“no lo sabías, ahora que lo sabes, serás el mejor papá
del mundo porque aprendiste del mejor” dijo sonriéndole a su suegro.
“tesoro, familia” dijo Lucia, “ya es hora de partir,
los amamos y nos vemos el próximo año”
“te amo hijo, todo va a estar bien, cuando nos
extrañes solo cierra los ojos y nos sentirás a tu lado, jamás te dejamos amor,
solo que otros días no puedes vernos. Cierra los ojos amor” dijo mientras se desvanecía
en el viento.
Thomas por fin pudo descansar su vida volvía tener
sentido, y sus padres no lo culpaban del accidente, y querían lo mejor para él,
ahora solo quedaba vivir en consecuencia.
Esa noche fue la primera vez que descanso, se durmió con
una sonrisa en el rostro.
Que hermosa historia , es muy lindo aunque vinieran por un solo dia a visitar a su hijo. En la parte que lloré, fue cuando le dijeron que si los extrañaba "cerraran los ojitos y sus padres estarían con el"
ResponderBorrarOjalá eso fuese verdad, pero el que se va no regresa más
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