Litus y Sonia
Víctor y Ana
Chato
Litus llevaba tres días con un
increíble dolor de estomago, la úlcera le había vuelto a petar. Mejor dicho las
úlceras. Porque a sus 13 años ya tenía tres úlceras en la boca del esófago. Una,
dos y tres, y las tres seguiditas. Eso lo había heredado de su madre. Los
nervios siempre en el estómago el mal de los Roman.
A diferencia de su hermana Sonia o de
su primo Iván, él cuando estaba nervioso su estómago siempre se acaba
resintiendo y además era incapaz de conciliar el sueño. Así que a su constante
acidez y dolor se le sumaba un cansancio terrible. Litus estaba deseando que
llegara el maldito sobre con las notas de la escuela para acabar con esa
agonía. También hubiera parado toda esa agonía si hubiera tenido el valor de
decírselo a su padre. Pero por mucha que fuera la ansiedad y por muy seguro que
fuera el castigo, Litus no era masoquista, y sabía que en cuanto su padre
supiera que había suspendido matemáticas estaría muerto.
Litus se decía así mismo que la culpa
no era suya, que el no tenía culpa que en su familia todos fueran unos malditos
cerebritos. Él era el normal, no era justo que tuviera que ser castigado por
ello. No era tan extraño que a un chico se le dieran mal las matemáticas. Jo,
si habían suspendido 8 compañeros más de su clase. Pero eso nunca había valido
con sus padres. Siempre tenían en la boca eso de “Charles, los demás no son mis
hijos, tú si”.
También se le había pasado por la
cabeza, lo de interceptar la carta. Pero su padre sabía que debía de llegar esa
semana y eso solo sería empeorar las cosas y ya estaban muy negras para él. Las
mates habían sido su amargura des de que empezara el curso. Nunca se le dieron
especialmente bien, ya la empezar el instituto aquello fue una auténtica
debacle. Se las había apañado para aprobar lengua, inglés y ciencias aunque
fuera por los pelos. Pero matemáticas…, matemáticas era imposible, la
trigonometría y él estaban reñidos de por vida. Durante todo el curso su madre
le había estado dando la murga con lo de tomar clases particulares para mejorar
sus notas en mates. Pero Litus odiaba estudiar mates y que viniera un profe un
par de días por semana a darle clases era como condenarlo a la horca. Así que
había optado por mentir y decir que se las iba
apañando. Cuando se lo decía a su madre el día de las notas quedaba tan
lejano que ni pensó que haría cuando recibieran la carta y vieran el suspenso.
Solo pensó en eso un mes antes de acabar las clases, cuando se dio cuenta que
no había forma de salvar la asignatura. Pero debía concentrarse en salvar el resto
de materias o sino sí que iban acabar saliendo en la sección de sucesos de la
prensa local.
Litus se tiró en la cama y contempló
las nubes pasar por su ventana. Hacía un día realmente bonito, el sol brillaba
y el poco aire que corría traía el olor del salitre del mar. Su madre y su
hermana se habían ido a la playa. Mujeres y esa manía de estirarse al sol para
chismorrear como cotorras durante horas. Le había costado convencer a su madre
que lo dejara a solas en casa, pero como no se encontraba muy bien, su madre
finalmente claudicó y cogió el cesto y bajó a la playa con su hermana Sonia.
No lograba estar quieto más de 10
minutos aquel nerviosismo le estaba consumiendo. Eran ya las doce cuando
escuchó el coche de su padre llegar al garaje. Quizás hubiera suerte y las
notas no hubieran llegado aún, en teoría debían llegar entre el 3 y el 7 de
julio. Y hoy era 3, ya sería mala suerte que llegara a casa el mismo día 3.
- ¿Hay alguien en casa? (gritó Víctor al llegar a casa.
Litus, respiró hondo y salió de su habitación).
- Hola papá.
- Hola campeón (dijo Víctor dejando la mochila encima de la mesa del
comedor) ¿Estás solo? (se quedó
extrañado al ver que solo salía a saludarlo su hijo, cuando lo normal es que su
esposa o incluso su hija fueran las que salían a saludar)
- Mamá y Sonia están en la playa ¿Qué tal el tío Zeus? (dijo Litus analizando al milímetro
la cara de su padre en búsqueda de signos de furia o decepción o probablemente
ambas cosas)
-
Bien, solo era una tontería, volvió a desinstalar el Windows, te juro que a
veces parece mentira que mi hermano sea todo un juez (dijo negando con la
cabeza. Era informático por lo cual siempre lo llamaban a él cuando cualquier
aparato se estropeaba. Incluso su madre lo llamaba cuando la lavadora se
averiaba. Y no importaba las veces que se lo explicase, sus padres jamás
entenderían que saber de programación de sistemas no era lo mismo que saber
reparar todo aquello que llevara un circuito eléctrico).
- Deberían prohibirle acercarse a un ordenador a menos de 10
metros (dijo
riendo Litus).
- jajaja que razón tienes Litus. ¿Y tú qué? (Víctor empezó a juguetear
con Chato el dogo que tenían que había entrado en el salón también a saludarlo)
¿Cómo que no has bajado a la playa con tu hermana y tu madre? ¿Aun te
duele el estomago?
- Un poco (dijo tímidamente).
- Y yo que os iba a llevar a la rosticería para almorzar.
- Papá, me dolerá igual, coma lo que coma.
- jajaja (y le revolvió el pelo). Por
cierto tu tío me ha dicho que a ver si Sonia y tu vais a verlo que aun tiene el
dinero de final de curso (Litus puso cara de póker. Estaba seguro que este
año no recibiría los 100 euros por haber pasado de curso que su tío Zeus
siempre les daba. Aquellos 100 euros le aseguraban un buen verano, helados,
cine, chucherías, casi todo quedaba cubierto. Y además con lo que también les daban los abuelos incluso llegaban a
ahora un poco, solo un poco, pero estaba bien no haber de pedir dinero a papá y
a mamá para pasar un buen verano). Le he
dicho que aprovechando que le viernes hemos de ir al cardiólogo con Sonia le
dejaremos que nos invité a comer ¿qué te parece?
- Bien (dijo un poco alicaído, el viernes seguro que su padre ya
sabría lo del suspenso en mates así que era estúpido emocionarse por algo que
sabía que no pasaría).
-
¿Estás bien Litus? ¿Te has tomado el protector estomacal?
- Sí, papá, me lo tomé antes de desayunar, y me lo volveré a
tomar antes del almuerzo (dijo rodando los ojos que manía de tratarlo como si fuera un
niño pequeño).
- Vaaaale, no se me enfade usted, si te duele mucho puedo hacerte una
infusión.
- Puaaaaaj prefiero el dolor.
- Tanto no te dolerá, entonces.
- Me duele, pero soy un tipo duro.
- jajaja (se rieron los dos).
- Voy a llamar a tu madre para decirle lo de la rosticería,
sino seguro que hasta las tres no aparecen por casa.
- papá no le digas lo de la rosticería, dile solo que vamos a
comer fuera.
- ¿Porque?
- Porque ya sabes cómo es mamá, si le dices lo de la
rosticería te dirá que nos lleves al restaurante de pescado o al restaurante de
tapas, cualquier cosa menos la primera opción.
- jejeje chico listo (dijo revolviéndole de nuevo el
pelo). ¿Has sacado ya a Chato a pasear?
- Ha estado todo el día correteando por el jardín.
- Litus, cuando compramos a Chato, tú y tu hermana os
comprometisteis a sacarlo a pasear, a darle de comer y a limpiar lo que
ensuciara ¿no? (Víctor empezó en lo que Litus denominaba “papá moralina”).
- Yo ya lo saqué ayer y le he dado hoy de comer y de beber, le toca a
Sonia sacarlo a pasear (protestó Litus que no quería comerse ninguna bronca
innecesaria).
- Ya, ya, ya, ya me conozco yo ese cuento. Uno por el otro y la casa por
barrer. Cuando regresemos de almorzar tú o tu hermana, me da igual, lo casi a
sacar a pasear. Y nada de dar la vuelta a la manzana, al menos 20 minutos
(dijo mirándolo fijamente pero sin estar enfadado).
- Vaaaaaaaaaaaaale (Litus le dio más la razón para acallarlo que para
otra cosa. Víctor negó con la cabeza y sacó el teléfono del bolsillo y llamó a
su esposa).
-
Hola, cuqui (era como cariñosamente
llamaba Víctor a su mujer).
-
Hola cari (si Ana era Cuqui, Víctor
era cari). ¿En casa de Zeus aún?
-
No, ya llegue a casa. Estoy aquí
con Litus. Porque no os venís Sonia y tú, y os ducháis y nos vamos a almorzar
fuera.
-
¿Dónde?
-
No sé, al chiringuito ese
nuevo del puerto nuevo de yates (Víctor le guiñó el ojo a su hijo y Litus se aguantó la risa), o a cualquier otro sitio.
-
No sé Cari, no me apetece mucho
ir muy arreglada.
-
Buenoooo ya veremos. Algún
sitio tendremos que ir para celebrar las notas de los niños (y en ese momento Litus dejó
de respirar y su corazón dejó de palpitar).
-
¿Ya llegaron las notas? Vaya,
sí que corrieron este año.
-
Es que los niños ya no están
en primaria, cielo. En secundaria se toman las cosas más en serio.
-
Jajaja pues ya se podría
tomar más en serio también la organización de las reuniones del AMMPPAA (asociación de madres y
padres de alumnos).Ok, llamo a tu hija y
en 10 minutos estamos ahí.
-
¿Y Sonia?
-
Fue a por un helado con su
amiga Dalia (Ana
dijo resoplando, su hija estaba convencida que su madre era un cajero
automático)
-
¿Dalia? (Víctor se sorprendió al oír
el nombre) ¿No se habían vendido sus
padres el apartamento?... (Litus contemplaba como su padre parloteaba con
su madre sobre cosas banales, mientras sabía que probablemente esos serían sus
últimos minutos de vida. Un par de minutos más tarde su padre colgaba el
teléfono).
-
Venga Litus, sube a
cambiarte, antes que lleguen tu madre y tu hermana y nos tengamos que despedir
de cuarto de baño. ¡CHATO, NO!
-
¿Llegaron las notas? (dijo un poco asustado, pero
Víctor estaba intentando echar a Chato del sofá y no se dio cuenta de que su
hijo ahora parecía que hubiera visto un fantasma).
-
Chato, en el sofá no, el sofá
es de papá y mamá, no es para los perritos malos
(le dijo muy serio Víctor al perro que se había bajado del sofá pero no parecía
del todo convencido). Si llegaron, esperaremos
a tu hermana para abrirlas e irnos a celebrarlo (Litus puso una muequecita,
no creía que después de ver sus notas hubiera mucho que celebrar, a menos que
su padre estuviera hablando de celebrar su fuera, que en ese caso sí, seguro
que lo celebrarían). ¡Venga Litus!, no
te quedes ahí, encantado, llévate a Chato al jardín y después sube a cambiarte
¿hijo, seguro que te encuentras bien? Podemos ir a la rosticería cualquier otro
día (Litus miró a su padre y se preguntó que si le decía que le dolía
horrores su padre sentiría lastima por él y no lo mataría. Pero aquello le
parecía patético hasta él.)
Al cabo de 10
minutos exactos, Sonia y Ana entraban por la puerta, oliendo a salitre ya crema solar. Sonia saltó sobre su padre y le
dio un beso.
-
¿Y mis notas? Mamá dijo que
ya llegaron, venga papá, dámelas, no seas malo, llevo días en un sin vivir (Litus que estaba en su
cuarto acabando de ponerse los zapatos odió profundamente a su hermana. Era tan
recochinamente odiosa, miss alumna de honor, des del primer día en que hizo su
primer examen no había hecho otra cosa que sacar puras matrículas y excelentes.
Le encantaba leer y hacer un montón de actividades cursis y ñoñas, era
simplemente odiosa. Además era una maldita pelota, siempre estaba haciéndole
mimitos a papá para sacarle cualquier cosa, y su padre en vez de enfadarse se
le caía la baba. Litus no podía con su hermana, el 90% del tiempo sentía mucha
rabia de ser su hermano el 10% restante solo era molesta).
-
Sonia, no seas impaciente
hija, llama a tu hermano, las abriremos juntos (Sonia salió corriendo hacia la
habitación de Litus).
-
No sé porque se pone tan
nerviosa esa hija tuya, si después solo saca que puros dieces (dijo Víctor a su esposa).
-
Jajaja ya la conoces le gusta
ver como su esfuerzo es recompensado. En eso ha salido a su padre (Víctor sonrió porque le
encantaba que le dijeran que sus hijos se parecían a él) El que me preocupa es el niño (le dijo flojito y poniéndose un poco
más seria).
-
Cuqui, sé que a Litus le
cuesta más, pero como siempre también lo felicitaremos por el esfuerzo que ha
hecho e iremos todos a celebrarlo.
-
Cari, Litus ahora ya está en
el instituto (Víctor
la miró sin entender). Me refiero a que
se ha pasado todo el curso quejándose que los profesores eran muy exigentes y
que había mucho que estudiar.
-
Bueno, eso es el instituto,
todos hemos pasado por él.
-
Sí, pero que el niño se le
volvieran a abrir las úlceras justo a la vigilia de que llegasen las notas…yo
solo digo que quizás no todo sean celebraciones este año.
-
Cuqui, te preocupas demasiado,
no ha fallado ningún examen en todo el curso ¿Por qué habría de suspender
ahora? A Litus le cuesta más que a Sonia, pero es un chico trabajador, anda no
frunzas el ceño, que te van a salir arrugas como a tu hermana.
-
¡Ya tengo arrugas!
-
¿Dónde?
-
No te me hagas el zalamero,
que te conozco.
-
¿Qué? (dijo echando una miradita
rápida al pasillo y aprovechó que no había nadie y le magreó el culo y la
besó).
-
¡Víctor, los niños! (lo fulminó con la mirada
pero acto seguido se rió)
-
Es verdad, los niños (dijo riéndose y se separó de
su esposa) ¡Niños! ¿queréis o no queréis
saber las notas? (gritó Víctor).
-
Venga, Litus (dijo Sonia tirando de él de
la mano).
-
Déjame, Sonia (dijo y la apartó de muy
malos modos)
-
¿Qué narices te pasa? (dijo indignada Sonia)
-
Que estoy harto de ti, eso me
pasa. Eres un borde, Litus. Sigue así y ninguna chica va a querer salir
contigo.
-
Yo no quiero salir con
ninguna niña tonta, gracias, prefiero matarme a pajas.
-
Eres un cerdo, se lo diré a
papá.
-
Y tú eres una puta, eso
también se lo puedes decir a papá de mi parte.
-
¡Litus! (dijo horrorizada Sonia, que
a pesar que se pasaba la vida peleándose con su hermano jamás la había llamado
puta).
-
Vamos a ver tus putas notas,
seguro que ya tienes las braguitas mojadas de solo pensarlo ¿verdad?
-
¡Litus, para ya! O en serio,
se lo diré a papá.
-
Haz lo que te venga en gana,
aquí todos sabemos que en esta casa solo hay un hijo que importe, y ese eres
tú.
-
¿pero de que hablas?
-
No te hagas la idiota
conmigo, es obvio que los papas solo te quieren a ti, de mí se avergüenzan.
-
Pero de qué vas, si papá te
lleva a todos los partidos, y mamá siempre está con su Litus por aquí y su
Litus por allá (eso era cierto su madre era un coñazo que aún lo trataba como un bebé,
cosa que hacía ya tiempo que molestaba mucho a Litus, sobre todo cuando había
gente delante. De repente Sonia abrió mucho los ojos y la boca y se lo quedó
mirando horrorizada) ¡Suspendiste!
-
Shhhh (la mandó a callar y le tapó
la mano con la boca) te oirán (Sonia le quitó la mano de la boca y le dijo
flojito) ¿Pero cómo pudiste suspender?
-
Bueno, lo cierto es que los mejores
científicos del mundo barajan varias opciones pero casi todos están de acuerdo
que tu hermano ha suspendido porque es idiota.
-
No, en serio, Litus. Pero si
ibas bien ¿no?
-
No, no iba bien, casi me
quedan 4, al final solo me ha quedado mates.
-
¿Las antes? Papá te mata, y
si queda algo mamá te remata. Te has estado preguntando todo el año si te
ponían clases particulares, tío, te has lucido, estás muerto.
-
Muchas gracias Sonia, en
serio eres de mucho consuelo.
-
Lo siento, Litus (se mordió le labio) ¿Por qué no me pediste ayuda?
-
Porque se suponía que no la
necesitaba.
-
Yo no le hubiera dicho nada a
papá y a mamá, no soy una acusica (Litus arqueó una ceja y la miró incrédula), ¡Nunca lo he sido! No para las cosas
importantes (Litus respiró hondo y finalmente asintió). ¿Y qué vas a hacer?
-
¿Cómo que voy a hacer? Papá
me matará, ocultará mi cuerpo en un vertedero y allí me desimpondré por el
resto de los tiempos.
-
Sí, vale, pero, queda
septiembre ¿no? Me refiero a eso ¿te prepararás la materia para aprobarla en
septiembre, no?
-
¿Qué? (Litus estaba flipando,
acababa de decirle que era hombre muerto y solo Sonia podía hablarle de pasarse
el verano estudiando. Cosa que por cierto no había pensado hasta ese mismo
instante).
-
Si quieres yo te puedo
ayudar, ya sabes, por si no quieres que mamá te ayude….
-
No mamá no (dijo casi en pánico, su
madre era super estricta con los deberes y podía hacerte repetir un mismo
ejercicio hasta la saciedad si creía que no lo estabas entendiendo), antes prefiero clavarme astillas en las
uñas y luego echarle sal y limón.
-
¡Niños! ¿queréis o no queréis
saber las notas? (gritó Víctor des del salón).
-
Ya vamos, papá (gritó Sonia y miró con
tristeza a su hermano, el chico estaba muerto, verlo caminar hacía la salón era
lo mismo que ver a un reo caminar hacia la orca. Cuando los chicos entraron en
el salón, su padre se dio cuenta que Litus se veía muy alicaído y le dio una
pequeña punzada, maldita sea porque Ana tenía que conocer a los niños tan
bien).
-
¿Quién quiere ser el primero?
(era la
pregunta que hacía cada vez que habían notas. Y la respuesta siempre era Sonia
saltando y diciendo ¡yo! ¡yo! ¡yo!, pero esta vez no hubo saltos de alegría, de
ninguno de los dos) ¿Sonia? (dijo
finalmente Víctor al ver que ninguno de los dos decía nada y sacó la carta
donde aparecía escrito Sonia Hughes-Roman. La idea de su madre lo del guion,
eso solo hacia parecer a los niños unos pedantes según Víctor, pero cualquiera
llevaba la contraria a su esposa). Vamos
a ver, cielo (y le indicó que se sentara en el sofá entre su madre y él.
Víctor abrió el sobre y sacó la hoja con las calificaciones, Sonia se apresuró
a mirar rápidamente sus notas, la chica se mordió los labios intentando
refrenar su felicidad al ver que había sacado en todo matrícula de honor
excepto en gimnasia que estaba exenta por su problema cardiaco). ¡Hija! esto es maravilloso, todo
matrículas, el año que viene no habrá que pagar escuela (Víctor le dio un
beso muy fuerte, y su madre le dio otro).
-
Cielo, lo prometido es deuda (dijo su madre) te prometimos que si sacabas todo
matriculas te permitiríamos ir a ese campamento en Irlanda y mañana mismo
subiré a la ciudad y pagaré la matricula (Sonia no pudo más y abrezó a su
madre y después a su padre estaba loca de alegría, llevaba 2 años pidiendo para
ir a ese campamento pero su madre le decía que era muy pequeña para ir al
extranjero sola, pero tras mucho batallas y esforzarse como una burra para
sacar todo matriculas, al fin habían accedido).
-
Gracias mamá, gracias, papá,
voy a llamar a Alice, a Lisa y a Dalia
para contárselo (y corrió a su habitación sin darse cuenta que dejaba solo y ante el
peligro a su hermano. Pero Litus sí que se dio cuenta de eso).
-
Muy bien, hijo, tu turno (dijo su padre indicándole
que se sentara donde se había sentado segundos antes su hermana. Litus tragó
saliva y muy lentamente fue a sentarse entre sus padres. Cuando se sentó tanto
Ana como Víctor intercambiaron miradas y respiraron hondo, se sentían como si
estuvieran a punto de abrir la caja de Pandora. Víctor abrió el sobre que ponía
Charles Hughes-Roman y sacó la hoja con las calificaciones, a diferencia de su
hermana, Litus cerró los ojos y esperó lo peor. Pero solo hubo silencio. Lo cierto
es que en los últimos minutos Víctor se había hecho a la idea de ver algún
suspenso, pero una cosa es imaginártelo y otra cosa muy distinta, es verlo con
tus propios ojos. El hecho que en las demás materias ninguna nota sobresaliera
del 6/10 no hizo que el mal trago fuera más fácil. Ana viendo que ni su hijo ni
su marido decían nada fue la primera en hablar).
-
Litus, estás notas son inaceptables,
no solo son mucho más bajas que las del trimestre pasado, sino que además
suspendiste las matemáticas. Hijo ¿me he pasado o no me he pasado todo este
curso preguntándote si necesitabas ayuda extra con la escuela? (Litus volvió a tragar saliva
pero ni levantó la cabeza ni le contestó a su madre) Hijo, no me lo explico, ¿cómo has podido suspender las mates? ¡Si ibas
aprobando todos los exámenes!
-
Charles (Víctor intervino muy serio) tráeme los exámenes de mates de este
trimestre.
-
No los tengo, los tiene el
profe (se
apresuró a contestar. Víctor no dijo nada solo se levantó del sofá y salió del
salón. Tanto Ana como Litus se quedaron
parados de ver la reacción de Víctor. Pero como salida de la divina providencia
a Litus se le cruzó la remota posibilidad que su padre hubiera ido a su
habitación a mirar en su carpeta. Entonces salió escopeteado hacia su cuarto
para darse cuenta que sus temores eran ciertos su padre estaba registrándole
las cosas de la escuela).
-
¡Papa, no! ¡Esas son
mis cosas! No tienes derecho a… (Víctor lo miró y aquella murada no se le
olvidaría de por vida a Litus su padre parecía un psicokiller).
-
Hijo, todo lo que hay en esta
casa es mío, todo, eso os incluye a tu hermana y a ti, ¡Hasta el perro es mío!
Yo pago las facturas del veterinario. Todo en esta casa es mío o de tu madre,
¡Hasta la mierda que cagas! Así que, hijo, esto (enseñándole la carpeta es también) mío, seguro que tu madre guarda el tiquete
de compra (cosa que probablemente fuese cierta. Víctor abrió la carpeta y
empezó a sacar todos los exámenes que encontró. Habían un montón de exámenes
con notas como 4/10 o 3/10 y no solo en
matemáticas. Su hijo se había pasado el curso diciendo que le iba bien, pero ni
un cuatro sobre diez ni un tres sobre diez era ir bien, y un suspenso final en
matemáticas era de todo menos ir bien).
-
Charles, no sé si estoy más
furioso por el suspenso o por la tomadura de pelo. Sí, sí que lo sé, estoy
mucho más furioso porque nos has estado mintiendo a la cara todos estos meses.
Y esto
(enseñándole los exámenes suspendidos) se
podría haber evitado si no los hubiera dicho, nos hubiéramos puesto contigo
para que mejoraras e incluso hubiéramos contratado a un profesor para que
viniera a darte clases a casa. Esto ha sido totalmente gratuito, hijo (A
esas alturas Litus ya tenía la certeza que no iba a cumplir los 14 años. Su
padre no solía enfadarse, esa era su madre, solo recordaba haber visto a su
padre muye enfadado una vez en su vida y fue cuando con 8 años él y su primo
Lionel que acaba de cumplir 10 años decidieron que sería buena idea subirse a
un tren i ver hasta donde llegaban, afortunadamente el revisor los pilló dos
paradas más abajo y llamaron des de la estación para que pasasen a recogerles,
pero a la vuelta a casa aquello fue sonado. Nunca antes su padre le había
gritado de esa manera. Y su primo Lionel se llevó la peor parte cuando el tío
Bruce fue a recogerlo. La familia de mamá siempre han sido muy secos y serios,
es por eso que estaban más unidos a la familia de papá. De la familia de mamá
solo se relacionaban con Lionel y con Tom, pero después de aquel verano, la
relación con Lionel se enfrió mucho. Y ahora solo se veían para las reuniones
familiares o los cumpleaños).
-
Es que no quería que me
pusierais un profe particular (dijo haciendo petar los dedos, como hacía cuando estaba
nervioso).
-
Pero es que está claro (volviendo a blandir los
exámenes) que sí que lo necesitabas.
-
Pero es que…es que es un
rollo (Víctor
tuvo que parpadear varias veces para asegurarse que no estaba alucinando. Su
hijo había preferido suspender a tener que tomar clases particulares
simplemente porque era un rollo).
-
Charles Hughes-Roman no
estarás hablando en serio ¿verdad? (sin darse cuenta Víctor alzó la voz. Litus se dio
cuenta de que aquello sonaba muy infantil pero era la verdad). Se acabó, ya he tenido suficiente contigo.
Tu madre y yo hemos confiado plenamente en ti y nos has demostrado que no
mereces esa confianza. MAÑANA MISMO TE BUSCO UN PROFESOR DE MATES, TE VAS A
PASAR TODO EL VERANO ESTUDIANDO COMO UN LOCO, Y NO ME VOY A CONFORMAR CON UN
SIMPLE APROBADITO, CHARLES, EN SEPTIEMBRE QUIERO VER UNA VERDADERA MEJORÍA.
-
Papá, eso es imposible, las mates
y yo no nos llevamos (Litus realmente creía que eso era cierto, pero eso era simplemente
que las mates a diferencia de otras materias no bastaba con escuchar había que
practicar y eso era demasiado esfuerzo para él. Hasta llegar al instituto había
pasado los cursos simplemente con lo que escuchaba en clase, nunca se había
puesto a estudiar realmente para un examen, fue justo ese su primer año de
secundaria que se dio cuenta que sino estudiaba no iba a probar, pero las mates
eran algo más que hacer la gran empollada de último momento, requerían un
trabajo continuado, y eso no iba para nada con él). ¡PAPÁ, NO ME ESCUCHAS! NO IMPORTA LAS HORAS QUE LE DEDIQUE, LAS MATES
NO ME ENTRAN, ¡NO LAS VOY A APROBAR NUNCA! (esta vez fue Litus que sin
darse cuenta empezó a alzar la voz).
-
Eso ya lo veremos, por ahora
estás castigado, mañana mismo te buscaremos un profesor que venga a darte
clases particulares y tu madre y yo, también nos pondremos contigo (al oír eso Litus lo miró
horrorizado).
-
¡Mamá no! Por lo que más
quieras cualquier cosa menos que mamá me de clases. Lo que sea, pégame si
quieres, castígame hasta los 20, pero no me obligues a tomar clases con mamá (Víctor alucinó un poco al
oír eso, su esposa no podía ser tan terrible dando clases a los chicos, aunque
era cierto que alguna vez que lo había hecho habían acabado siempre a gritos.
Pero también se sorprendió con lo de “pégame si quieres” ¿de dónde diantre
había salido eso? En toda su vida les había dado a lo sumo 4 o 5 cachetes a sus
hijos. Litus había sido de pequeño un niño movido e inquieto, pero solía hacer
caso. Y el hecho de que a sus 13 años dijera eso le suponía un shock. Recordaba
cuando tenía su misma edad y se sentía tan ultrajado porque su padre seguía
castigándolo de esa manera, como si fuera un niño pequeño que había sido
travieso, y había que reprenderlo y darle unos buenos azotes en el culete para
que no lo volviera a hacer. La última vez que su padre lo castigó así tendría
unos 14 o 15 años y fue porque lo pilló afanándole unas botellas de whiskey
para montar una fiestecita en casa de un amigo que estaba solo en casa. Víctor
recordaba que aquella última vez sintió más vergüenza y coraje que dolor).
-
Hijo, no sabes lo que estás
diciendo (dijo
Víctor negando con la cabeza) Mañana mismo…
-
No papá, sí que sé, pégame (dijo bajándose los
pantalones hasta los tobillos) pégame,
pégame todo lo que quieras, pero con mamá no, te lo suplico, mamá es genial,
pero cuando te da clases se convierte en una…(sabía que no podía llamar
“mala puta” a su madre y mucho menos delante de su padre, pero era en lo que se
convertía)…en una nazi! (aquello le
molestó mucho a Víctor que no le hacía gracia que sus hijos hablasen así de su
madre, aunque hubiera algo de cierto en aquello).
-
Si tantas ganas tienes que te
pegue, te voy a dejar bien satisfecho. No darás clases con tu madre, pero las
darás conmigo (Litus asintió como un loco aquello era la salvación) y tomarás clases por la mañana con un
profesor.
-
Sí, lo que sea (dijo desesperado Litus
pensando que estaba cerrando el trato del siglo, poco se esperaba él que una
zurra doliera lo que le iba a doler, solo tenía como referencia 4 o 5 palmadas
que se había llevado por contestón y aquello le parecía tolerable).
-
Muy bien, no se hable más, a
partir de ahora cada vez que suspendas un examen esto es lo que habrá.
-
No suspenderé nunca más, lo
juro papá (dijo
Litus porque sabía que eso es lo que quieren oír todos los padres).
-
Muy bien, no lo alarguemos
más, que aún hemos de ir a almorzar (y Víctor empezó a sacarse la correa)
-
¿QUÉ HACES? (lo moró horrorizado al ver
que su padre se quitaba el cinturón ¿no pretendería pegarle con eso, verdad? Cuando
le propuso lo de que le zurrara se refería a unas palmadas en el trasero).
-
Hijo, tienes 13 años, no
pretenderás que te ponga sobre mi regazo y te de unas palmaditas en el culete
¿verdad?
(Litus pensó que su padre le había leído el pensamiento. Víctor colocó un par
de almohadones en los pies de la cama) Recuéstate sobre ellos (le indicó
mirándolo sin ningún tipo de emoción en la cara).
-
Papá, no hablas en serio
¿verdad?
-
Fue idea tuya, hijo. Por mi
lo dejamos como antes (dijo doblando en dos la correa). Has suspendido, pues tomaras clases de refuerzo por la mañana con un
profesor y por la tarde con tu madre y conmigo. Y esto hasta que tus notas
mejoren sustancialmente. No quiero los dices de tu hermana, pero tampoco quiero
que nos tomes el pelo (Litus se quedó sospesando las dos opciones durante
un rato. Estaba muy claro que su padre no quería zurrarle así que ¿quizás solo
se quedasen en un par de correazos y ya estaría?, sería algo rápido, después no
tendría que pasar el resto del verano soportando el despotismo de su madre
dándole clases. Litus respiró hondo y se colocó sobre los almohadones. Víctor
esperaba que la fin le chico se hubiera dado cuenta de que la opción de la
correa era la peor opción, pero el chico era estúpido, no por sus notas sino
por tomar esa decisión, era obvio que era una mala idea). Muy bien. Te digo como irá. Yo te zurraré con la correa (y
mientras le explicaba le bajó los calzoncillos hasta la rodilla sin hacerlo
levantar solo deslizándolos de un tirón)
hasta que crea que has tenido lo merecido. Mientras dure la zurra no quiero
palabrotas, ni insultos ni que te levantes ni que pongas las manos para evitar
el castigo, hijo esto último es muy importante podría romperte un dedo (Litus
ahora sí que estaba asustado ¿Pero qué pretendía su padre?). Cuando hayamos acabado y te dé permiso
podrás levantarte e ir al aseo a acabarte de arreglar para acompañarnos al
almuerzo. ¿sigues queriendo seguir adelante? (Litus giró la cabeza y lo
miró asustado pero asintió con la cabeza). Ok,
hijo, tú lo has querido, te voy a dar una buena zurra por habernos engañado,
habernos ocultado que estabas teniendo problemas en la escuela, por bajar tanto
tu media y por suspender (y eso fue lo último que dijo Víctor a
continuación solo se escucharon los chasquidos del cinturón petar contra le
trasero virgen de Litus y los alaridos de Litus al sentir como el cuero del
cinturón mordía su trasero. La zurra no duró mucho aunque tanto a Litus como a Víctor
les pareció una eternidad. Después de 40 correazos ambos estaban extenuados uno
emocionalmente y el otro emocional y físicamente. Poco se esperaba Litus que
una zurra fuera eso. en las antiguas películas se veía dolorosa peor no tanto,
creyó que podría aguantarlo, creyó que solo sería 4 o 5 palmaditas en el
tarsero y que después se irían a comer fuera tan contentos. Pero una zurra
duele, duele horrores y anquen ese dolor en gran parte desaparece con el último
chirlo hay otra parte, una parte también a tener en cuenta, que Litus no tuvo,
que una zurra aún duele un buen par de días después de haberla recibido).
-
Sniff
sniff papa, sniff te pasaste
sniff sniff
-
No, hijo no lo hice, lo
cierto es que he sido muy indulgente, por ser esta tu primera vez, y espero que nunca más tenga que repetirse.
Pero hijo, ya no hay vuelta atrás, si vuelves a suspender esto también se
repetirá. Ahora puedes levantarte y asearte, tu madre, tu hermana y yo te esperamos
en el coche.
-
¿Vamos en coche? (dijo pensando que no podría
volver a sentarse en subida).
-
Quizás tu madre se lo piense
dos veces y acceda a ir de tapeo (el tapeo se hacía de pie), pero no creo que después de que hayas preferido que te pusiera el
trasero al rojo vivo antes que ella te diera clases tu madre esté hoy muy
compasiva (dijo mirando hacia la puerta que había permanecido abierta de
par en par todo el rato. La casa era pequeña, las paredes finas y ellos habían
chillado mucho, era imposible que no les hubiera oído. Litus entonces cayó en que su padre llevaba
más razón que un santo se había llevado una buena zurra y lo más probable es
que su madre estuviera varios días resentida con él. La había cagado y mucho).
Holaaaa!!!!
ResponderBorrarLittle Hoshi, como siempre,qué buena historia nos has dado, jejej!! Me quedé re enganchada a la trama!! Ojalá que la actualices pronto!!
Uff, pero pobre Litus, preferir una paliza a la ayuda de mamá?!!! Uhmmm... me imagino lo estricta que debe ser!!! jeje
A la espera de tus sensacionales ideas!!
Un saludo grande
Camila
Querida Litle....
ResponderBorrarprimero que nada darte las gracias por el vertido comentario al post de los 100 cap de lo gemelos, de verdad la agradecida soy yo por la felicidad que me ha causado tu opinion, jajaja mantener el liston no es tan facil jaja sobre todo cuando hay un publico exigente y competencia tremenda en el camino, jajajajajajjaja como tu...
Muchisimas gracias
Ahora respecto a este relato tuyo, voy a resumir un algo real; mi hermano menor paso por algo similar, pero no por una tarea,sino por una comida, recuerdo que no queria saber nada de un guiso de sesos de cordero, hace añadas que no como uno por su alto contenido en colesterol, jaja pero de niña ocasionalmente se cocinaba eso en casa, y era la muerte total de mi hermano mientras yo aun adoro el sabor en la boca, odiaba y odia hasta el dia de hoy ese plato, y recuerdo que aquella ocasion, el prefirio una paliza a una simple cuchara de aquel guiso en la boca, le dio tales arcadas y llanto y vomito y mi madre y mi padre gritando: ¡te tienes que comer eso porque no hay postre sino lo terminas! y el postre eran helados con donut´s o como se escriba, y el NOOOO NOOOO y cerraba la boca incluso con las manos, mi madre le dijo, bueno mocoso, o es eso o es una paliza y le jalo la oreja, y mi hermano dijo NO IMPORTA, PREFIERO QUE ME PEGUES PERO NO VOY A COMER ESA HORRIBLE COSA BLANCA MELOSA y claro lloraba al desespero y me empezo a doler la cabeza; en eso llego nuestro Angel de la Guardia mi abuelita que de pasito se llamaba ANgelica como yo y vio la escena imagino como una condenada, porque le retiro del alcance de mi madre y padre a mi hermano para subirlo a su regazo el tenia como 6 años ya... y les dijo a mis padres una verdad como sopapo,
"Que un hijo prefiera una paliza antes de hacer lo que tu quieres es porque la paliza te la tienes que dar tu por estupido, eso significa que te has aplasado como padre o madre, no estas llegando donde tu debes que no es donde tu quieres, no tienes tino", y mi madre le contesto pero es que no voy a tirar la comida y mi abuela sabia le contesto a su vez sin inmutarse, o sea, me estas diciendo que prefieres que le haga daño a qeu se eche a perder? eso es el colmo......
Pero no fue el hecho de que mi hermano se salga con la suya, sino que mi abuela tuvo un gran truco, distrajo a mi hermano y le dijo, ve a jugar un ratito yo te voy a cocinar una cosa rica, y frito el seso y le dio a comer y mi hermano hasta el dia de hoy cree que mi abuela hizo huevos revueltos para él esclusivamente..
Este tu cuento me rememoro aquella adorable escena de mi abuela salvadora, y lo mismo te digo, si este nene prefirio una paliza del padre a la ayuda de la madre, ella no deberia estar resentida ni deberian enojarse con él, porque como dijo mi abuela se han aplasado como padres, como es posible que quieran colgarlo al final del curso y recien se les ocurra ver los examenes cuando tuvieron todo el año para hacerlo, eso es negligencia paterna, porque sabiendo que tu hijo puede errar lo dejas a su libre albedrio en vez de ir tras él y no preguntar sino actuar, es que eso de creerse que el es honesto Colon con BIkini, los niños no miran como los adultos la magnitud de los hechos, restan importancia a las cosas en su inmadura capacidad de razonamiento... Victor y como se llame la mama que no recuerdo deberian pintarle las matematicas a colores fosforescentes para que a el le guste, disfrazarlas y no empecinarse en machacarle...
Eso claro como consejo de conejo que se entromete donde no debe, si fuera real seria lo que diria, pero como es un cuento precioso, una historia que va de spank que es lo que aqui se disfruta pues yo te digo TU MISMA CON TU HISTORIA, porque el elemento sorpresa lo das tu, y nosotros disfrutaremos de la necedad de esos padres o de la buena actitud que tengan, errando errando con Litus, y obviamente disfrutaremos mas de los mocos que derrame cuando papa o mama lo pongan en el regazo a llorar
FELICITACIONES, ADORO ESTA HISTORIA.. como el resto de las tuyas
MARAMBRA
Tu abuela muy sabia pero la sabiduria parece aparecer cuando uno se ha liberado del miedo a errar. Mi madre es más sabia como abuela que como lo fue de madre.
ResponderBorrarY en este relato ficticio los padres erran al igual que erra el hijo. Porqué como has señalado muy bien de ser todo como debería de ser, me quedo sin relato que escribir.
Y el relato salió a partir de una frase que oí recientemente sin querer en una terracita "prefiero que me arranquen la píel a tiras antes que volver contigo".