lunes, 11 de enero de 2016

Aidan también se puede enfadar…



Para que luego no me digan que no cumplo, como por lo visto es el santo de Ted, aquí va un cortito. Qué abuso de una, oyes xD

***

Aidan también se puede enfadar…


Aidan no tenía ningún problema en que los amigos de sus hermanos pasaran la tarde en casa, pero no pudo evitar fijarse en que últimamente el amiguito de Ted prácticamente vivía allí. ¿Es que sus padres nunca tenían tiempo para él? Sentía cierta pena por el pequeño Mike. Era un niño muy revoltoso, pero muy dulce.  Había empezado a llamarle “tío Aidan”, y eso le mataba de ternura.

Eso sí, no había mucho tiempo para la ternura, porque el crío era un auténtico remolino. Aidan sentía que Mike no le veía como “autoridad”, sino solo como alguien divertido que se inventaba juegos y era bueno con él. Por eso no siempre hacía caso a lo que él le decía, ni se estaba sentado cuando se suponía que tenía que estarlo… Aquella tarde ya había tirado dos fotos, un vaso  y casi tira la televisión, así que Aidan hizo que Ted y él salieran a jugar al jardín, donde no podían romper nada… excepto a ellos mismos.

Sucedió es un segundo. Aidan estaba ayudando a Alejandro a guardar unas pinturas cuando escuchó el frenazo de un coche.  Algo en su interior se revolvió, como avisándole de que tenía que salir corriendo.
La puerta exterior del jardín, que daba a la calle, estaba abierta a pesar de que él la había dejado cerrada. Ted estaba fuera, en la acera, sentado y llorando mientras el balón con el que habían estado jugando él y Mike estaba desinflado y aplastado en la carretera. Aidan tembló al imaginar que ese balón podía haber sido su hijo.

Corrió con él y le cogió en brazos, buscando que se calmara, porque se había debido de asustar mucho. El conductor del coche le dijo que no había corrido peligro, que había frenado al notar el balón bajo las ruedas y que el niño no había llegado a pasar de la acera.

Le llevó de vuelta a la casa, y se fijó en que Mike estaba escondido tras las cortinas. Ese mocoso era muy listo y sabía que Aidan estaba enfadado, pero Ted aún no parecía haberse dado cuenta.

-         Ted, ¿por qué saliste del jardín? – preguntó Aidan cuando le notó más calmado.

-         Snif… la pelota… snif… se salió…snif...y fui a buscarla

-         ¿Y qué te ha dicho papá de salir solito a la calle? Si la pelota se sale, tienes que venir y decírmelo, pero no puedes ir tu solo a buscarla. Es peligroso.

-         Snif… ¿me vas a “catiyar”?

-         Sabes que no puedes salir solo, así que sí, señorito.

-         Snif… ¿Y a Mike?

-         Él también salió ¿no? – dijo Aidan, y miró a la cortina tras la que estaba Mike. Ted no parecía saber que su amigo estaba ahí. Aidan aprovechó que el niño estaba escondido y podía oírle  - No soy el papá de Mike, así que esta vez no, pero si lo vuelve a hacer le daré el mismo castigo que a ti – aseguró, y alzó a Ted un poco para tumbarle sobre sus rodillas.

Por un segundo se planteó si debía llevarse a Ted a su cuarto, para no avergonzarle. Pero él no sabía que Mike estaba cerca y a Aidan podía servirle para que el otro niño también quedara impactado y no volviera a hacer aquello. Además, Ted tenía seis años y no parecía tener vergüenzas con Mike.

 PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS

-         Bwaaaa… papiiii….

-         Nunca más se sale, ¿oyes Ted? … PLAS

-         Siii…bwaaaa no lo hago máaaas.

Aidan le cogió en brazos y le acarició el pelo hasta que dejó de llorar, lo que no le llevó mucho tiempo. Le dio un beso y le sonó la nariz.

-         ¿Qué haría yo si te pasara algo, mm? Puedo comprar otra pelota, pero no puedo comprarme otro osito Teddy.

Le hizo cosquillas en la tripa y así consiguió una pequeña risita de su pequeño. Mike, por su parte, asomó la cabeza con curiosidad. Aidan le guiñó un ojo, para hacerle ver que todo estaba bien, y extendió un brazo para que se acercara.


Que el supiera, Mike jamás habló de aquello con Ted, y siempre actuó como si no hubiera visto nada. Pero empezó a prestar más atención cuando Aidan les decía que no hicieran algo y no volvieron a hacer nada peligroso… aunque siguieron metiéndose en líos. 

5 comentarios:

  1. Me fascino este corto de mi Ted y su amiguito.

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  2. Hee ya los extrañaba... que lindo cortito. Pobre Ted pero m encanta.

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  3. jajaja por ahí dicen que el que no llora no .... este cortico es producto fiel de eso... aunque por ahí digan que la engañe...upss no le crean.

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  4. Muy hermoso como siempre Dream... feu bonito leer a Tedd casi bebé
    jejej

    Pero eso no te exime de dejar de lado a mis otros bichitos, mi Peter mi Nick... mi Arturito chiquitin heheh

    Bueno guapa se entiende el tiempo no te sobra, pero note pierdas

    Angelica

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  5. Me gustó mucho. Seguimos en espera de la continuación de Once historias y un hermano. Saludos!

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