Terminé de envolver el regalo que había escogido
cuidadosamente y eché un vistazo al reloj en mi teléfono. Aún faltaban dos
horas para el día del padre...
Había sido un día cansado Así que decidí recostarme
más o menos por una hora. Se suponía que ya estuviera dormido, después de todo.
Después de activar una alarma en mi teléfono,
recosté mi cabeza en la almohada y cerré los ojos. Si alguien me hubiera dicho
cuando llegué a esta casa que pondría tanto tiempo y esfuerzo en un regalo para
ese tipo, seguramente no le hubiera creído ni una palabra...
La relación entre mi padre y yo no había empezado
del todo bien... Para empezar, la mayoría de los niños son bebés cuando llegan
a casa por primera vez... Yo, por otro lado, tenía seis años. Eso aparte de que
ni siquiera era su hijo, acababa de ser adoptado.
Tan sólo había visto a mis nuevos padres como 4 o 5
veces antes de mí adopción, pero mi mamá y yo habíamos hecho click
inmediatamente, así que para mí no había problema en ir a vivir con ella...
Bueno, sólo uno: no parecía caerle ni un poco bien a su esposo.
No me importó mucho las primeras veces que fueron a
visitarme al orfanato, es decir, él era sólo un tipo sentado en el sillón en el
cuarto de visitas mientras mi mamá y yo jugamos con algunos de los buenos
juguetes. Sin embargo, él dejó de ser tan irrelevante cuando me mudé con ellos.
Asphen Stholberk era un tipo joven de Noruega que
había dejado su casa para estudiar en Canadá, donde tuvo la suerte de conocer a
mi mamá el primer año de universidad. Realmente no lucía como una mala persona,
siempre le sonreía a mi mamá como si fuera la persona más increíble que él
hubiese visto... Pero era algo obvio que no estaba encantado conmigo.
Mis nuevos padres era una joven pareja acaban de
terminar la universidad como 4 años antes de conocerme, y hoy han pasado casi
la mitad de ese tiempo viajando. La familia el tipo tenía una compañía, lo cual
le permitía trabajar desde casa en ocasiones.
Mi nueva mamá era una bonita y divertida joven que
disfrutaba jugar y pasar tiempo conmigo, yo siempre me sentía seguro y feliz
cuando estaba con ella, lo cual era casi todo el tiempo desde mi llegada a su
hogar.
No me importaba mucho la indiferencia del tipo,
raramente teníamos que hablar interactuar. Creo que se lo había estado de
acuerdo en adoptarme porque mi mamá quería un niño, pero eso no importaba
porque la tenía ella, así que el hombre yo pudimos ignorarnos el uno al otro
durante meses sin problema alguno. Al menos hasta cierto día...
Una tarde, 6 meses después de que había salido del
orfanato, mi mamá no fue a recogerme de la escuela... En el kínder donde me
había inscrito solíamos quedarnos en el salón después de clases y las maestras
nos llamaban cuando nuestros padres llegaban a la puerta, pero ese día me
encontré de frente con el esposo de mi mamá cuando la maestra me llamó para
irme a casa.
Me quedé ahí de pie por un momento, completamente
confundido hasta que mi maestra me apresuró para ponerme mi chaqueta y mochila.
Obedecí, mirándolo confundido mientras la maestra y él conversaban un poco. De
pronto él Toma mi mano y se espío de las maestras antes de prácticamente
arrastrarme por la escuela. Era algo obvio que no estaba acostumbrado a caminar
conmigo porque casi Tenía que estar corriendo para poder mantener su paso.
-¡¿Dónde está mi mamá?!- me atreví a preguntarle una
vez que llegamos al estacionamiento.
El hombre se detuvo y sus fríos ojos azules me
miraron como si no supiera que hacer con un niño gritándole, si hablar conmigo,
arrojarme un juguete o empujarme de las primeras escaleras que encontrase.
Después de un momento, optó por responder.
-Salió en un viaje de trabajo, pero volverá en dos
semanas- bien pudo haberme dicho que el mundo se iba a acabar...
Bien, había pasado un largo tiempo desde que había
hecho una rabieta, pero eso no significaba que había perdido práctica. No puedo
recordar exactamente en qué estaba pensando porque decidí hacer lo que hice,
pero antes de que me diera cuenta ya era el protagonista de una gran escena...
Había arrojado mi mochila tan lejos como había podido y mi chaqueta también, lo
cual era un tanto estúpido porque realmente hacía frío, también estaba gritando
que quería a mi mamá. En cierto punto había logrado que soltase mi mano y
estaba haciendo todo lo posible para evitar que la tomase de nuevo. Si tener
rabietas fuera una materia, hubiera sido el niño más brillante de mi salón.
Un poco después de que el hombre se había rendido
en intentar tomar mi mano o lograr que me callase, una de mis maestras llegó.
Aparentemente,la maestra haciendo guardia en la puerta de la escuela le había
llamado.
Mientras mi maestra intentaba lograr
tranquilizarme, pude ver la clara humillación en el rostro del tipo. Apuesto
que era la primera vez que tenía que lidiar con una rabieta de esas y no
ayudaba para nada que hayase fallado miserablemente. Después de que la maestra
de algún modo me había convencido a dejarla ponerme de nuevo mi chaqueta,
comenzó hablar conmigo acerca de como los buenos niños debían de escuchar a sus
padres y comportarse, pero yo no podía dejar de llorar por mi mamá. No quería
quedarme con ese tipo que en el momento me desagradaba tanto, además de que
obviamente él tampoco quería cuidarme, es decir, me miraba amenazante mientras
sostenía la mochila, como retandome empezar un nuevo berrinche... Lo cual
realmente no me hubiera molestado.
Estaba tan molesto con la situación que me maestra
tuvo que acompañarnos al auto y ayudarme a poner el cinturón de seguridad.
El hombre le agradeció y subió al auto, donde sólo
se escuchaban mis lloriqueos.
-¿Qué rayos fue eso, Sebastian?- soltó después de
conducir por unos minutos.
Evidentemente me rehusé a contestar. Todos me
llamaban Bastian a menos que estuviera en problemas, en los cuales no debería
de estar porque no era para nada justo. No me estaba agradando ese tipo y menos
si me llamaba por mi nombre completo, eran sólo dos letras de diferencia pero
en ese momento significaban mucho para mí.
-Te hice una pregunta-
Lo fulmine con la mirada y le saqué la lengua, sólo
quería que volviera mi mamá.
Él me devolvió la mirada fulminante y sostuvo aún
más fuerte el volante antes de exhalar pesadamente.
Tengo que reconocer que el hombre estaba siendo
bastante paciente, seguro no estoy acostumbrado a recibir esa actitud a lidiar
con mocosos malcriados.
-Entiendo que esto fue algo inesperado para ti,
pero ella volverá pronto. Todo va a estar bien- a pesar de su intento de
palabras reconfortantes, sólo era algo aterradora el que me estuviese hablando
tanto (al menos más de lo que estaba acostumbrado)- Mira, sé que no somos
exactamente cercanos, pero quizás podemos pasar algo de tiempo juntos en lo que
Leah... Tu mamá, vuelve-
Rodé los ojos al escuchar eso. Ni siquiera le caía
bien pero quería que pasáramos tiempo juntos? Sí, seguramente...
Era obvio que se sentía incómodo en mi presencia,
ya que no hizo mayor intento de hablar conmigo en todo el camino hasta que nos
detuvimos en el centro comercial.
No hace falta decir que fui una completa
pesadilla... Desde que me bajé del auto me rehusé a sostener su mano aunque
había mucha gente a esa hora del día, aprovecha cada oportunidad en la que él
se distrae un poco para correr lejos de él, le saqué la lengua cada vez que
tenía que mirarlo directamente a la cara y me rehusé a hablar con él en lo
absoluto.
La gota que derramó el vaso fue cuando después de
un desastroso intento fallido de ir a comprar unos suéteres para mí, me llevó
al área de comidas.
Incluso evitando a mirarlo a los ojos, pude notar
que el tipo estaba poco a poco perdiendo la compostura. Usualmente era una
persona bastante sería pero relajada, en ese momento pude haber jurado que
estaba a 5 minutos de tener un tic en el ojo y destrozar su teléfono celular de
tan fuerte que lo estaba sosteniendo. Eso era bastante satisfactorio para mí,
estaba convencido de que si lo hartaba lo suficiente, llamaría a mi mamá para
que volviera.
-¿Qué quieres comer?- de acuerdo mi nuevo hábito,
sólo le saqué la lengua e incluso hice trompetillas.
El hombre intentó contener un suspiro de
exasperacion y ordena una malteada del restaurante más cercano. Era un claro
intento desesperado de hacer que al menos le hablase, ya que nunca lo había
visto comer ningún tipo de comida chatarra. Lo que nunca imaginó fue que tan
pronto lo intentaría pasarme mi bebida, se la arrojaría a la playera de un
manazo.
El estupor en su rostro hizo que mi fachada de
seguridad vacilace un poco. No sabía qué es lo que había esperado, pero
ciertamente no siquiera había considerado meterme ningún tipo de problema,
aunque su progresivo cambio de incredulidad a ira me decía lo contrario.
-¡YA FUE SUFICIENTE!- rugió completamente furioso,
sin importarle en lo absoluto que la gente estuviese viéndonos.
Completamente tomado por sorpresa por los gritos y
su expresión amenazante, hice lo único que me vino a la mente a los 6 años...
Estallé en llanto.
Desafortunadamente para mí, el hombre ya estaba
demasiado enojado como para que le importase, así que sólo tomó mi brazo y echó
a andar sin importarle todas las lágrimas y gritos que estaba soltando.
-Disculpe, señor, ¿Está todo bien?-levante la vista
para encontrarme con que nos estaba bloqueando el paso un tipo bastante serio
vestido como guardia de seguridad.
-No, no lo está. Este mocoso me arrojó su malteada
y ahora tenemos que ir a casa-
-Necesito que me muestre su identificacion-
-Mi identificación? Qué tipo de broma estúpida es
ésta?!-
-¿Estás bien, niño?-
El tipo sosteniendo mi mano bufó.
-Está más que bien, el pequeño patán...- sin
realmente saber porque, eso sólo me hizo llorar más.
-¿Es pariente tuyo?- el guardia me habló de nuevo.
-¿Qué se supone que está insinuando?- lucíamos lo
bastante parecidos como para serlo, el mismo cabello oscuro y ojos azules.
-¿Es algo tuyo?-
-¡NO! ¡NI SIQUIERA LO CONOZCO!- bramé incluso más
fuerte que antes... No es como que estuviese mintiendo del todo en ese momento
-¡Eso es mentira!-
-Señor, retroceda-
-Con una mierda que voy a retroceder, yo...-
Después de eso todo sucedió demasiado rápido, lo
siguiente que supe fue que el esposo a mi mamá estaba en el piso y el tipo de
seguridad se encontraba junto a mí sosteniendo un taser en la mano.
Muy hermoso. Me encantó. Continúa, Kono, por favor.
ResponderBorrarEmpieza genial. Espero la próxima.
ResponderBorrarQue buen comienzo espero que actualices pronto
ResponderBorrarPero pobre papá hasta para que le dé algo con ese tremendo berrinche que armó Sebastiáncito jajajaja
ResponderBorrarEspero encontrar la continuación eeehh