Muchachos 2
Jacob estaba esperando desnudo al lado de la tina
cuando finalmente entraron dos niños con un contenedor. Estos niños no traían
armas y se veían un poco más pequeños, manejaban con cuidado el humeante
contenedor que despedía vapor.
-Puedes bañarte con esta agua y si necesitas un
poco de agua fría para templarla puedes tomar de ahí- dijo uno de los niños
señalando uno de los contenedores llenos de agua que estaban ahí.
·
No pidas más, solamente es ésta y ya – aclaro su
compañero y salieron de ahí sin decir nada más.
·
Jacob se acercó al contenedor y disfrutó del vapor
acariciándole la piel. Hacía mucho tiempo que no se bañaba y por lo menos 5
años que no lo hiciera en agua caliente.
Después de un instante decidió probar el agua
caliente y con un cazo tomó un poco de agua caliente y se la vacío encima.
·
Aahh! – exclamó al quemarse con el agua
·
Y entendió por qué los niños le habían señalado el
otro tambo con agua fría.
-
¿Estás bien Jacob? – escuchó qué le gritaron desde el otro cuarto y cómo no
respondió – are you OK?
- Yes,
I’m OK, the water was really hot.
- OK
Jacob templó
el agua caliente como le habían dicho y después de enjabonarse con la pastilla
de jabón se enjuagó con el agua tibia. Se tomó su tiempo disfrutando mientras
el agua corría acariciandole la piel y llevándose la espuma del jabón y la
mugre por igual.
Jacob estaba terminando de bañarse cuando entró uno
de los chicos que lo habían capturado con una ropa y algo como una manta raída
y lo ponía en el borde de la tina.
·
Apúrate, el jefe quiere que vengas con él. – dijo
el chico y luego señaló a lo que había traído. – Towel and clothe, dress – con
pésimo acento de inglés, pero Jacob entendió perfectamente y mientras el chico
salía él se sequó y frotó con la manta raída que a pesar de todo parecía estar
limpia y después se puso el short beige que le habían dejado y las sandalias de
cuero y salió hacia el cuarto principal.
·
Pero cuando
se disponía a bajar por las escaleras por las que lo habían subido a rastras
uno de sus captores se le puso en frente y le impidió el paso. Jacob intentó
correr pero este lo alcanzó a agarrar y lo detuvo con una llave. Él trató de
forcejear hasta que el chico del escritorio le dijo señalando el cable en la
pared:
·
¿Quieres otra paliza, again?
·
Y
entonces se calmó, pues definitivamente no quería una segunda paliza como la
que se acababa de la llevar, y el chico que lo sujetaba lo soltó.
- Quiero
que vengas a dar un paseo por el campamento conmigo, we should walk and talk. –
siguió diciendo el chico del escritorio – por cierto mi nombre, my name, es
Ignacio
- Ok
Cuando salieron el chico de 15 años tomó un rifle
AR15 y los siguió de cerca.
Ignacio guió a Jacob a lo largo del campamento
mostrándole lo que 32 pares de manos habían logrado bajo la dirección de una
buena cabeza y de disciplina. Le mostró los invernaderos para comida, los pozos
con su sistema de filtrado, el taller y al llegar al garage donde guardaban
tres camionetas y almacenaban la gasolina, dos chicos armados con
ametralladoras les abrieron las puertas de metal.
·
Esta parte está vigilada las 24 horas del día –
dijo Ignacio mientras abría una de las camionetas y se sentaba en el asiento
trasero. – no es tanto por los vehículos, sino por el combustible. Es demasiado
valioso, más de una persona mataría por obtener un poco.
·
Jacob solo
asintió, y observó con asombro la camioneta tipo Humbie aparcada a un lado.
·
La trajimos de una base militar abandonada – dijo
Ignacio con mucha satisfacción por ver admiracion pura en la cara de su
huésped. – también había un helicóptero pero no pudimos hacer que funcionara, y
además nadie aquí lo sabe manejar. – los dos chicos se rieron e Ignacio siguió
con el recorrido. Primero por un establo donde había cinco caballos, y después
regresaron al edificio principal. Ignacio le enseñó la enfermería, la cocina,
una especie de salón de clases y el comedor, que era el cuarto más grande. Casi
todo era muy rústico, armado con las cosas que habían quedado de la guerra,
pero funcionaba. A Jacob le llamó la atención ver una niña en el campamento
pero Ignacio ignoró su sorpresa y continuó hasta que llegaron de nuevo al
cuarto del escritorio.
·
Cuando
entraron el chico de los lentes quebrados estaba sentado en el escritorio
tratando de pasar la información de un libro semidestruido a una pizarra.
Cuando los vio entrar saltó sobresaltado y trató de ordenar el escritorio.
Jacob pensó que Ignacio lo azotaría con el cable o
por lo menos le daría una cachetada, pero Ignacio se sentó de nuevo y solamente
sacudió la cabeza del preocupado chico de manera cariñosa.
·
Este de aquí es nuestro cerebrito- dijo riéndose –
en otra época lo hubieran considerado genio pero en este tiempo no es más que
un niño debilucho incapaz de sobrevivir, lo rescatamos hace un par de años
cuando estaba muriéndose abajo de un puente derrumbado.
·
Jacob
asintió y esperó. El chico mayor se había sentado en el suelo al lado del
escritorio recargando la cabeza en la pared. Nunca se separaba de Ignacio,
Jacob asumió que era una especie de guardaespaldas.
— Pues, ¿qué te parece el campamento? – dijo derepente
Ignacio
- Me
sorprende mucho, y también que no haya adultos, es más agradable.
- Los
adultos son monstruos.
- Casi
todos.
- Eso
es cierto. Dime Jacob, ¿te gustaría quedarte en el campamento y formar parte de
nosotros?
- Jacob se
sorprendió tanto por la pregunta que no respondió inmediatamente. Trató de
formular una respuesta mientras por su cabeza pasaban muchos pensamientos.
No habia visto el primer capi. Esta muy buena la historia. Rompe los esquemas
ResponderBorrarla vas a continuar?
ResponderBorrarQue interesante la verdad!!
ResponderBorrarPero aunque no hay adultos los chicos no se salvan de los castigos 😞🙊