GRANDES
FAMILIAS, GRANDES SECRETOS
CAPITULO 1!
Ese es el
primer capítulo de la historia que imaginé, espero les guste:) los principales
caracteres son Alay y Ángel, dos mellizos de 17 años que llevan una vida aparentemente
normal. Más adelante voy presentándoles los demás personajes y afinando el
perfil de los que van a conocer ahora, descubrirán muchas cosas interesantes;)
que disfruten! cada consejo y comentario va a ser muy apreciado, lo importante
es que sean educados:) buena lectura:)
El chico
cerró sus ojos oscuros y sonrió levemente, dejando que el sol acariciara su
cara y sus brazos desnudos con sus tibios rayos. Una tímida briza se levó
desordenando su pelo corvino, y la sensación de frescura le dio un pequeño escalofrió,
haciendo que sus pelos se rizaran un poco. Al fin logró alejar sus
pensamientos, dejando que se los llevara el viento lo más lejos posible. Todo
estaba en perfecta armonía.. Hasta que su paz interior fue inoportunamente
disturbada por el rechinar de las viejas tablas de madera del patio. El joven
hizo una mueca y frunció el ceño, decidido a no abrir los ojos, hasta que oyó
un cuerpo dejándose caer a su lado y sintió dos brazos delgados envolviéndose
en el suyo. La cabeza de su hermana se apoyó en su hombro, y el rozó su pelo
con sus labios, sin decir una palabra. Sabía que su hermana estaba confundida y
un poco asustada por lo que estaba por venir, pero no pudo evitar sentir una
sensación de fastidio por la interrupción de aquel momento perfecto. Suspiró,
dejando de a un lado la idea de relajarse solo por unos minutos, y se dirigió a
la cabeza de su hermana.
-Que pasa
mellita?- preguntó, aun conociendo la respuesta. La chica soltó el abrazo y
resopló.
- Ufff no
se... estoy muy nerviosa. No estoy segura de querer conocerlos. Vos no estás
nervioso?-
Su hermano
se encogió de hombros e hizo una media sonrisa, tratando de esconder su agitación.
- No, no
creo. Tampoco es el fin del mundo. Estoy seguro de que no serán tan mal. Piénsalo
así: en sus células viaja solo la mitad de los genes de la bruja, así que por más
desagradables que puedan ser nunca llegaran a ser tan horribles como ella.-
La chica le
tapó la boca con su mano y miró alrededor, asegurándose de que nadie estuviese
escuchando. Después de cerciorarse de que el patio estaba ocupado solamente por
ellos dos, unos ruiseñores poco ruidosos y un gato tumbado bajo la nuez
durmiendo plácidamente, se concedió una pequeña risita, no sin antes golpear
chistosamente la nuca de su gemelo.
-Estás
loco? Imagínate si te hubiese escuchado papá!- dijo con cara de finto enojo.
El volvió a
encogerse de hombros mientras arrancaba un largo hilo de hierba y se lo ponía
entre los labios, sin dejar de sonreír pícaramente.
Los dos
hermanos se quedaron así por un largo rato, bromeando y molestándose
amistosamente, hasta que una voz familiar los devolvió a la realidad.
-Alay! Ángel!
Vamos vengan, llegó su padre!- Su madre los llamaba desde la puerta.
Ambos
chicos se levantaron de mala gana y se encaminaron hacía el interno de la casa.
-Hola
papi!- exclamó Alay tirándose a los brazos de su padre, quien los esperaba en
la entrada.
-Hola
amor!- respondió él revolviéndole el pelo y dándole un suave beso en la frente.
Ángel se apoyó de costado al mueble de la
entrada con las manos en los bolsillos, y se limitó a subir las cejas en signo
de saludo. Estaba aun molesto con su padre por la última discusión que
tuvieron, a propósito de cierta peleíta con el profesor de latín quien no se
llevó bien la amenaza del creativo niño de arrancarle las piernas y usarlas
para patearlo hasta hacerle escupir sus propios zapatos y de llamar a Chuck
Norris para que termine el trabajo. El sin sentido del humor tardó cinco
segundos en enviarlo a dirección y hacer llamar a su furioso padre, quien
decidió no esperar volver a casa para "charlar" con su hijo (bueno más
bien con cierta parte de su anatomía) y le dio su merecido en el cuarto al lado
de la dirección. Inútil describir la cara de satisfacción del docente en cuanto
vio salir de aquella habitación al pobre niño, entre sollozos contenidos y con
un puchero de los más tiernos, quien además se ruborizó violentamente al darse
cuenta de que tanto el profesor cuanto el director no solo se habían percatado
de lo sucedido, sino que también parecían estar totalmente conformes. Y por si
a caso le cabía alguna duda (cosa muy difícil, dado que Ángel no era
exactamente de los que sufren en silencio y aceptan pasivamente su castigo)
esas esfumaron en seguida cuando, a través de la cálida invitación de su padre
a disculparse sentidamente con el profesor, el chico lo invitó sentidamente a
asegurarse de que los frenos de su auto siguieran funcionando correctamente, y
parece que su preocupación no fue muy apreciada dado que su padre enseguida se
sacó el cinturón y le dio diez fuertes cintazos encima de la ropa, que
reencendieron el ardor de sus posaderas e hicieron que las lagrimas volvieron a
mojar sus mejillas todavía húmedas. Al segundo invito de su padre no pensó dos
veces en pedir disculpas ( no es como si lo sintiese de verdad, pero tenía
realmente miedo de que su trasero demandase por abuso a su demasiado creativo y
orgulloso cerebro) y después de escuchar un interminable sermón de su director
y aceptar su sanción (dos semanas sin recreos y con tareas extras, con una
falta en su registro)se fue de la dirección cabizbajo, avergonzado y enojado.
Desde aquel entonces no le devolvió la palabra a su padre entrenando su
irritante y exasperante técnica del
silencio. Damián había dejado que el chico siguiera con su berrinche por un
tiempo, consciente de que había sido muy duro castigándolo delante de su
profesor y del director, el nunca buscaba humillar a sus hijos a la hora de
disciplinarlos, pero está demás decir cuál fue su sorpresa oír esas palabras
tan atrevidas salir de la boca de su recién castigado hijo, pronunciadas con
una sonrisita picara y un brillito de puro desafío en sus ojitos aún llorosos.
Así que actuó por puro instinto paternal y no se dio cuenta del error que
estaba cometiendo en pegarle delante de terceros, aunque había estado pidiendo literalmente
esa paliza a gritos. En el camino hacia la casa de su ex-mujer trató de
adivinar los pensamientos del chico, y se quedó más tranquilo notando que se veía
más enojado y molesto que traumado. Eso era muy comprensible tomando en cuenta
el pasado turbulento del niño, pero era justo esa la razón por la que Damián se
sentía tan culpable, y por la que le dejó arrastrar ese absurdo juego del
silencio por más de una semana. Pero aquello era un día importante, y no iba a
dejar que los caprichos de su hijo lo arruinaran. Así que esperó a que su
ex-mujer y su hija se fueron a buscar los cepillos de dientes para ponerlos en
las mochilas (ese fin de semana se quedarían en la casa de su prometida) y se
acercó a su rebelde hijo agarrándolo levemente del brazo para poder darle
vuelta y hablarle cara a cara. Ante ese gesto Ángel dio un tirón de su brazo y
casi derrumba el jarrón de la abuela colocado en la entrada. Damián ya cansado
de esa actitud volvió agarrarlo del brazo, esta vez dándole media vuelta y propinándole
dos fuerte nalgadas en el centro de su trasero. El chico dio un pequeño grito
de sorpresa y apretó los dientes al sentir el segundo golpe caer en el mismo
punto y con más fuerza. Su padre volvió a posicionarlo frente a frente sin
dejar el agarre y acercando peligrosamente su cara a la del chico, sin hacerle
caso a su expresión de completo ultraje.
- Escúchame
bien jovencito. Ya estoy hasta acá de ese juego tuyo de no querer hablarme y de
tu pésima actitud. Así que dejas ahorita el berrinche, o vas a ser un niño muy
infeliz. Ya me agoté de explicarles lo importante que es para mí que ustedes
conozcan a la familia de mi novia, así que no pienso tener que lidiar con vos
todo el santo día. Que te quede claro hijo: si tengo que reprenderte aunque
solo una vez delante de los padres de Julia en cuanto volvamos en casa te voy a
bajar los pantalones y te voy a calentar con el cinturón, y sin calzoncillos.
He sido bastante claro?-
Todo eso lo
dijo prácticamente en un susurro, poniendo su mejor cara de padre severo y
apretando más su agarre con cada palabra. Ángel pasó de tener una cara de muy
pocos amigos a una de cachorro asustado ante la expresión dura de su padre, y
la amenaza del temido cinturón, y sabiamente decidió dejar la batalla y adoptar
una actitud más conveniente. Así que contestó con un humilde -Sí señor-, tragándose
su orgullo y su rencor (por el momento).
Se quedó mirándolo
fijamente por unos instantes, tratando de asegurarse de que el mensaje hubiese
estado efectivamente recibido. Satisfecho, envolvió los hombros de su hijo con
su brazo sacudiéndolo ligeramente, como
si quisiera consolarlo después de esa derrota, y ese gesto hubo el efecto deseado:
de hecho Ángel se hizo abrazar dócilmente, hasta le hizo una tierna sonrisa de
"está bien, por esta vez ganaste vos." Justo en el medio de ese
momento padre-hijo llegaron las mujeres con las mochilas echas y unos ligeros
abrigos. Los dos padres se quedaron hablando amablemente un largo rato: tiempo después
del "accidente", ambos derrotados y consumidos por la culpa que se
echaban a sí mismos y el uno al otro, eligieron separarse para aliviar el
inmenso dolor que los afligía y para concentrarse en la que se volvió en la
misión de su vida: la recuperación. Y aunque ahora las cosas estaban mejor y
pudieron resolver, al menos en parte, el problema, volver juntos se demostró
imposible, y los dos padres se volvieron buenos amigos y decidieron tratar de
construirse nuevas vidas separadas e igualmente felices. Y justo de lo feliz y
preocupado que estaba con el hecho de que sus hijos iban finalmente a conocer
la familia de su novia estaba hablando Damián con su ex-mujer, que escuchaba
con sincera participación, y con atenta sinceridad exprimía sus preocupaciones.
-No se
querido.. No es que quiera ser la aguafiestas de la situación, pero me parece
que debes ir con mucho cuidado con ese asunto. Es cierto- interrumpió subiendo
su mano derecha a su ex-marido que estaba a punto de protestar - que cuando
Steven vino a vivir acá los chicos se la tomaron muy bien, hasta se encariñaron.
Pero tienes que tener en cuenta que Julia tiene dos hijos adolescentes casi de
la misma edad que los nuestros. Por eso ten especial cuidado esos días, está
bien?-
Damián
sonrió y asintió con la cabeza. -No te
preocupes Helena- dijo tomando sus manos entre las suyas -Tendré cuidado de que
nadie se sienta incomodo y de que todo salga bien,- Y con eso le dio un cariñoso
beso en la mejilla y se fue hacía sus hijos que los esperaban impacientes cerca
del auto.
Helena los
miró alejarse desde la puerta y saludó con la mano. -ay..- dijo para sí misma
-como es que tengo el presentimiento de que esa cena será un verdadero lio?-
NOTA DEL
AUTOR: Fin del primer capítulo:) espero que les haya gustado y que me tengan
paciencia, por los acentos que faltan(en el teclado italiano no existen) y por
los innumerables errores ortográficos y gramaticales que seguramente hice :P
espero vuestros comentarios y consejos!^.^
Mil gracias lady por tu paciencia en corregir los errores y poner los acentos y las tildes!! ^.^ espero que les haya gustado muy pronto llegarà el segundo capi!! ^-^
ResponderBorrarprimero que nada, antes que nada...
ResponderBorrarmil gracias por tu hermoso comentario, han sido muy halagadoras tus palabras, de verdad me conmovieron, sinceramente gracias
acabo de leer tu historia, y me gusta tu indtroducción, tengo la corazonada que como el resto de las historias de este maravillos Blog que no me canso de decir y agradecer a LAdy, sera un exito, porque, una cosa es cierta, habra muchas historias, pero todas son peculiares y te dan en que pensar y en que sentir, asi que disfrutare tus relatos como disfrute de estas lineas que compartiste hoy
MArambra
Ay gracias estoy muy feliz de que te haya gustado^.^ y todos mis comentarios eran sinceros, de verdad, fuiste una verdadera inspiracion para mi ^.^ asi que muy prontito habrà el segundo capitulo ^.^ y espero que todos sigamos inspirados para actualizar mas relatos! ^.^
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