Hola!!!
Espero que estén teniendo un bonito inicio de año :3
Por favor
dejen comentario, platíquenme qué les pareció y me apresuro con el siguiente
capítulo ;)
Ojala les guste :D
Ojala les guste :D
Roy apagó la luz y se acostó en su
cama, sin poder evitar sentirse algo defraudado. Al cerrar los ojos para
intentar dormir fue peor, pues sintió vacío, un vacío que lo carcomía por
dentro. Trató de ignorarlo y dormir…Trató, mas no lo logró.
Resulta que la soledad era un poco
difícil de ignorar, Roy lo descubrió después de un par de horas sin poder
conciliar el sueño, lo cual era completamente injusto; Oliver era el imbécil
ahí. Roy no tenía por qué pasar una noche de insomnio, no es como si se la
mereciera. Enserio, ¿qué le pasaba? No es como que lamentara lo que había dicho
antes, es decir, ¡Oliver había hecho puntos para ello toda la maldita semana!
Aunque entonces… ¿por qué se sentía tan mal?... Quizás, tan sólo quizás, había
sido la forma en que se lo había dicho. Roy era todo un experto alejando a la
gente con palabras odiosas.
Genial… como si en verdad necesitase
sentirse aún más solo…
Se sentó en la cama y negó con la
cabeza, tratando de alejar esos pensamientos idiotas. Él no era el del problema
ahí.
Se sentó en la cama, intentando con
todas sus fuerzas no llorar. Distraerse en lo que fuera de la sensación de
ardor en sus ojos… Y fallando miserablemente. Joder… Ya conocía al imbécil de Oliver, ni siquiera
sabía por qué seguía sintiéndose tan mal cada vez que el tipo le hacía algo
así.
“Apuesto que al estúpido ese ni le
importa”, pensó Roy para recordarse que aquello no valía su frustración, no
valía la pena.
-No es importante, estoy bien yo
solo- se repetía a sí mismo, comenzando a respirar más rápido, pero no tanto
como para hiperventilar, previniendo que se le escapase algún sollozo y éste
facilitara el escape a las lágrimas.
No tardó mucho en volver a respirar
normalmente y una vez que lo hizo se tiró sobre su costado en la cama, cerrando
los ojos. Esta vez sí que estaba lo suficientemente cansado como para permitir
a su mente divagar hasta quedarse dormido, cayendo en un sueño sin sueños.
Oliver, por otro lado, no estaba muy
contento con la actitud de malcriado que Roy había tenido aquella noche, a
decir verdad, le resultaba bastante grosero. Sin embargo, no tenía tiempo para
pensar en ello. Esa noche tenía una cena con Dinah en Star City y tenía que
conducir hasta allá, es decir, llevaba días sin verla. Días… hasta él se
sorprendía de haber aguantado tanto.
Después de cerrar todas las puertas y
ventanas, Oliver salió rumbo a la habitación de Roy y entró sin hacer ruido.
Iba a cerrar la ventana por si llovía de nuevo, porque seguro Roy ni había
pensado en eso antes de dormirse.
Al entrar, se encontró con que el
muchacho estaba ya más que dormido y tapado casi hasta la cabeza con la colcha
azul esa que Tommy le había regalado. Sí, bueno, no era sorpresa que tuviera
frío, parecía hasta noche de invierno y Roy con la ventana abierta.
Oliver cruzó la recámara
silenciosamente y se dirigió a la ventana para cerrarla bien. Una vez que lo
hubo hecho, caminó hasta la cama y se sentó en la orilla de ésta un momento
para revisar que Roy estuviese bien tapado y no a medias o con un pie fuera de
la colcha.
No fue hasta ese momento que se dio
cuenta de lo alto que estaba el muchacho y no pudo evitar sorprenderse. ¿En qué
momento Roy había crecido tanto? Hace poco aún era un niñito… Bueno, aunque a decir verdad tampoco era taaaan grande, es decir,
quince aún era pequeño, ¿no?
El hombre pudo haberse quedado
pensando muchísimo tiempo más de no haber sido porque en ese momento sonó la
alarma de su reloj. Se apresuró en apagarlo para no despertar al chico y fue
cuando no pudo evitar notar la hora. Demonios, sólo había tenido que ir y
cerrar la ventana, no ponerse a filosofar ahí…
Besó la frente de su hijo rápidamente
y salió cerrando cuidadosamente la puerta tras él, para después bajar las
escaleras de dos en dos. Pegó una nota en el refrigerador y tomó las llaves del
auto, más que ansioso por ver a su novia.
Roy, por su parte, no pasó la mejor
noche del mundo. Amaneció cansado, como si en vez de dormir durante horas
hubiesen sido sólo unos cuantos minutos y con ganas de no despertar hasta que
ya fueran a regresar a Star City. La verdad es que no sabía por qué, no es como
si la escuela fuese tan mala, o como si no hubiese hecho “amigos” ya, pero por
lo menos en casa podían visitarlo sus amigos del equipo o él visitarlos a ellos
o verse todos en la base, así no tendría que seguir jugando al adolescente
normal. No obstante, en aquella mugrosa ciudad ni siquiera había zeta tubes, ya
que allí no vivía nadie que hiciese uso de ellos regularmente.
Se levantó de la cama y caminó
desanimadamente rumbo a la cocina, donde tenía la esperanza de encontrar aunque fuera un poco de la comida
que Ollie había llevado la noche anterior, porque a esa hora él ya no
alcanzaría a prepararse nada para desayunar y de seguro Oliver no había hecho
nada tampoco.
Al no ver comida a la vista, decidió
revisar en el refrigerador, pero lo que encontró fue más importante que un
simple desayuno.
“Típico, jodidamente típico”, pensó,
arrancando la nota hecha a mano, la cual por cierto se notaba que habían
escrito con prisa.
Que se retrasaran una hora en ir por
él a la escuela era pasable, que lo dejaran sólo en casa toda la tarde e
incluso días se soportaba, pero mandarlo al diablo desde incluso antes de que
amaneciera era cinismo puro.
Bueno, por lo menos Oliver se había
tomado la agotadora molestia de dejar una mugrosa nota.
“No se vaya a cansar”, despotricó
mentalmente el joven.
En ese momento volvió a sonar la
alarma de su celular que le indicaba que ya faltaban sólo tres cuartos de hora
para que comenzaran las clases.
-Que no jodan, ni de broma voy hoy.
Al fin y al cabo, no es como si a alguien le importe una mierda lo que hago con
mi día- masculló amargamente, tirándose en un sofá también.
Y era verdad, realmente Oliver le
podía preguntar cosas como “¿Y qué tal tu día?” o “¿Te fue bien hoy?” pero se
conformaba con cualquier respuesta por más superflua que ésta fuese.
Con Thea era diferente,
principalmente porque ella realmente lo escuchaba, aunque no siempre podían
verse tanto como les gustaría. Lástima… en ese momento ella era el único
miembro de su familia que le caía bien.
Se sostuvo la cabeza con las manos,
tratando de encontrar algo que hacer con su día libre…
Para empezar,
decidió que no tenía por qué quedarse allí todo el día solo como un hongo, así
que envió mensajes de texto a los chicos de la escuela que había conocido esa
semana. Les dijo que tenía el día totalmente libre y ellos casi al instante se
le unieron al plan de faltar a la escuela, invitándolo a conocer los lugares
divertidos de la ciudad. Salir a esas horas implicaba ir a los lugares buenos
como cines, clubs, parques de diversiones cuando no estaban atiborrados de
gente, además también significaba perder clases y, para las nuevas amistades
que Roy había hecho, cualquier oportunidad de perder clases era invaluable.
A las diez y media, a más tardar, ya
se encontraban todos vagando por el centro de la ciudad. Roy les echó un
vistazo a los demás. No faltaba quien se drogara o terminara ebrio en las
fiestas. Incluso uno metía vodka a la escuela en botellas de agua. Aquello era
más que conveniente para él, mientras menos santurrones fueran todos ellos,
menos inmoral lo harían sentir. Como sea, tampoco es que los considerara en
verdad sus amigos ni nada por el estilo. Eran buena onda pero apenas los
conocía… aunque bueno, eso no significaba que no pudiera salir con ellos a
divertirse un rato y e incluso fumar algunos porros.
No obstante, la mañana de su padre no
estaba resultando tan llevadera. Al menos no desde que cierta llamada de la
escuela de Roy tuvo lugar durante su desayuno con Dinah.
-¿Está usted segura de que se trata
de él? Podría referirse a otro chico con nombre parecido, Roy no tiene motivos
para faltar a clases- insistió al teléfono, más molesto por haber sido
interrumpido que por la “ridícula” acusación- Bien, de todos modos hablaré con
él para aclarar la situación, simplemente no me parece que sea el mismo
muchacho del que estemos hablando- dictaminó con cierta indiferencia, colgando
el celular.
Dinah, sentada frente a él, lo miraba
con preocupación.
-¿Está todo bien con Roy? Era de su
escuela, ¿no es así?-
-La directora dice que no fue hoy-
explicó, enojado con aquella mujer por haber arruinado el buen humor de Dinah.
Últimamente no se habían visto mucho y hubiera preferido pasar aquellos
momentos a gusto con ella- Pero eso es ridículo, ni siquiera está enfermo, así
que no tiene por qué faltar -
-Llámalo, quizás no se sienta tan
bien realmente- sugirió, consternada. Ella quería mucho al chico.
-Seguro está bien. Debe ser un error
del incompetente personal de la escuela esa-
-¿Y qué tal si amaneció enfermo? ¿Cenó
algo ayer?- replicó, un tanto molesta por la falta de interés que mostraba su
novio.
Oliver, reconociendo que, en efecto,
Roy no había cenado casi nada la noche anterior, decidió llamar. La primera de
muchas llamadas sin contestar de Ollie en el celular de Roy.
ahhh a este Oliver me provoca pegarle... hacer sentir a Roy de esa manera....
ResponderBorrarHola konohaf.... me encantas las historia que tienen que ver con este tipo de personajes, e de confesar que los que mas me gustan son los bellos y tremendos hijos de Batman o Batsi como le dice el Guason... pero este chico también entra el la buena lista :) y ese padre adinerado también ;)
ResponderBorrarAsí que lo espero ver pronto.
ese Oliver se pasa....uy me encanta tu historia Kono.....de verdad que si no tardes por fa
ResponderBorrargrrr voy hacer una lista para patear a Oliver quien se une????
ResponderBorrarAy pobre Roy se siente solito...
Me gusto espero encontrar la continuación