Special Improvement Academy
II
Ring
Ring
Me
toca abrirle a una mamá que se baja de su Excursion con dos niños de unos 9 y
14 años respectivamente y una niña de unos 10. Por cierto, por obvias razones yo
solamente trato con varones.
-
Buenas tardes señora – la saludo mientras le abro.
-
Ay. Buenas tardes, disculpe, es que esto se está volviendo
una pesadilla. – dice visiblemente agitada. Puedo asegurar que el simple hecho
de bajar a sus chamacos de la camioneta fue toda un odisea.
-
No se preocupe por favor – le digo mientras la dirijo hacia
la sala.
-
¡Es que no se imagina! André no hace ni una sola tarea, y Roel
tuvo tantas faltas en el curso que casi lo hacen recusar. Por eso vine con usted,
le juro que no quería hacerlo pero no me queda otra opción. Hablé con el papá
de los niños y está de acuerdo. - por lo último deduje que estaban divorciados
-
Cálmese por favor señora, siéntese ¿le ofrezco un vaso de
agua?
-
Gracias.
-
Como le decía, no se preocupe, para empezar habla usted como
si traer a sus hijos fuera una gran desgracia, cuando en realidad lo único que
hacemos es darles una corrección moderada para que mejore su comportamiento y
desempeño académico, lo cual por cierto es muy importante y positivo en estos
tiempos.
-
Yo sé, pero, me cuesta digerirlo, pensar que les va a pegar.
¡Dios mío! Por favor empiece ya antes de que me arrepienta.
-
Por favor señora, Cálmese. Le voy a pedir que me deje unos 20
minutos con sus muchachos y después puede pasar por ellos.
-
Ay, bueno, muchas gracias, no estoy segura de si eso me hará
sentir más tranquila o peor.
-
Bueno, no se preocupe ya que no tiene opción. Los padres no
se pueden quedar aquí durante la sesión. – le digo mientras le abro la puerta
para que salga con la niña. Esta política la aplico porque es muy incómodo
corregir a un niño con papás más histéricos todavía.
Regreso
a la sala donde están los dos niños. Los observó por un momento: André, vestido
con un short de bermuda tipo español y una polo lisa amarillo claro, está considerablemente
nervioso; por su parte, Roel, vestido con un jeans negro y una polo blanca con
azul, aparenta indiferencia mientras chatea en su celular. Decido empezar con
el pequeño.
André,
ven por favor. Ahorita te llamo Roel.
André
viene detrás de mi, pero justo después de cruzar la puerta se queda paralizado,
mira las bancas, y una gruesa lágrima cae sobre su tenis de tela beige.
-
¿Qué pasa campeón? ¿Estás asustado? – le pregunto en tono
suave y el asiente
-
No, ven acá André – le digo sentándome en la banca más grande
y poniéndolo de frente para que nuestras cabezas coincidan más en altura – No
tienes que tener miedo ¿OK? No te voy a mentir, esto no te va a gustar mucho, y
si te va a doler un poco, o un poco más que un poco, pero es como una
inyección, es rápida y al final ni te acuerdas de que te la pusieron y disfrutas
estar sano.
André me escucha muy atento. Es difícil tener que
disciplinar a los niños y al mismo tiempo buscar consolarlos. Verlo tan
asustado me conmueve y decido hacer algo que no muy comúnmente haría.
-
Ahora te voy a castigar por no hacer tus tareas, y espero que
a partir de ahora las hagas para que no tengamos que pasar por esto otra vez. Pero
si me prometes procurar no moverte mucho no te sujeto a la banca. ¿OK?
-
Ok- dice asintiendo
-
Te voy a dar 4 sin ropa. Inclínate en mis rodillas por favor.
– le indico señalando el espacio plano que se forma encima de mis piernas.
André duda un momento, y después intenta asumir la
posición que le pido, como no está familiarizado queda chueco y muy abajo, así
que yo lo jalo un poco y lo acomodo bien sobre mis piernas. Desató el cinturón
que sujeta su bermuda y bajo el short hasta los tobillos, de esa forma puedo
sujetarlo mejor, pues con una pierna que detiene su pantalón inmovilizo sus dos
piernas. Queda al descubierto un calzoncillo de tela blanca tipo rejilla con
elástico rayado en rojo. También este lo bajo hasta las rodillas. Lo acomodo de
tal forma que sus brazos queden cruzados debajo de su pecho pues así será más
difícil que los saque, saco la vara de silicón de debajo de la banca y sujeto
con la otra mano la espalda del niño.
JUAS
Aaayy – exclama de la sorpresa del primer contacto
doloroso de un azote que tiene André
JUAS
AUUUUUU! – Andre trata de zafarse, pero lo tengo bien
sujetado
JUAS
YA! YA! – ahora se revuelve con todas sus fuerzas y me
es difícil mantenerlo en posición para el último azote
JUAS
Oauuu!
Lo suelto y lo primero que hace es llevarse las manos
atrás para frotarse mientras sorbe un moco.
-
Ya pasó André, súbete la ropa y ven a lavarte la carita y a
sonarte.
Ahora
le toca a Roel, que sigue metido en su celular y solamente le dirige una mirada
rápida a su hermano (en parte para saber cómo está y en parte para saber qué
esperar el mismo).
-
Roel, ven acá por favor, ahora vas tú.
Roel
tarda un poco más de tiempo e dejar de chatear y dirigirse a paso lento a donde
estoy. Entramos al cuarto y le indico que se incline en la banca grande.
-
Sueñas que voy a hacer eso. No estoy loco – me responde
-
Mira Roel, no te vas a escapar de todas formas ¿vas a tomar
el castigo como hombre, o quieres que te persiga como a una niñita? – como
supuse termino haciéndome caso. Ese argumento me ha salvado de muchísimos
problemas en mi trabajo.
Lo sujeto con las modernas correas de las piernas, el
torso y las muñecas.
-
Van a ser 6 sin ropa, este castigo es por saltarte las clases.
– le informo y desato el cinturón que sostiene el jeans. Noto que se tensa un
poco, pero continuo y le bajo el jeans hasta las rodillas dejando a la vista un
bóxer de cuadros azules con gris.
-
No puedes! – exclama
mientras bajo el bóxer también hasta las rodillas.
-
Como te decía, esto es por saltarte las clases – le digo
ahora que tengo su atención mientras saco la vara. Y para reforzar le doy el
primer azote un poco más fuerte de lo usual
JUAS
AYYYY!
JUAS
AUUUU
JUAS
AHH PARA! Para ya!
En este punto me cambio de lado .
JUAS
AUUUU PARA
JUAS
OUU QUÉ PARES YA
JUAS
AUUU
-
Ya Roel – le digo mientras desato las correas. – ya pasó.
Ahora súbete la ropa y no te saltes más clases para que no tengas que regresar
aquí. – noto que tiene los ojos llorosos pero que no quiere llorar. – Y ve a
enjuagarte la cara que seguramente tu mamá está por llegar.
Unos
minutos después le estoy entregando estos dos muchachos a su mamá mientras ella
me paga por mi peculiar trabajo.
Realmente un trabajo peuliar, avisame si necesitan ayudajajajaja
ResponderBorraruuufff me alegra que por aquí no hay academias de esas jajaja
ResponderBorrarMuy buena la historia es interesante su trabajo jejeje