Capítulo
diecisiete
Hijo amo ser tu papá
Por Sean
Hyuga
Luego del destape de la situación de Isabella, en casa de los
Hyuga Paintbrush las cosas no mejoraban, Sean había descubierto el pequeño gran
secreto de Derek, no era primera vez que lo sorprendió con el polvillo blanco,
la primera vez no supo cómo reaccionar y por miedo a cometer una imprudencia y
que Simon lo apartara de él, por lo que Sean dejo todo en manos de Simon, Derek
se puso furioso le gritó que era un cobarde, que lo que Sean descubrió era
entre ellos, que acaso no era su hijo, que con Tivi hubiese tratado él, pero
claro, para Sean él no valía la pena, o tal vez se había rendido antes de dar
la pelea, pero Derek no podía estar más equivocado, Sean no sabía cómo afrontar
las cosas sin estropearlas.
Seancito estaba destruido, había dejado de comer, Scher-K
intentaba ayudarlo, a pesar de las peleas que habían tenido y que como pareja a
penas se hablaran eran padres y se amaban, ella había sufrido por 16 años, Sean
recién llevaba meses desde que se había enterado de la verdad.
“cuando era su tío podía estar a su lado, éramos cómplices,
ahora con suerte soporta estar en la misma habitación que yo” le confeso Sean,
luego que Simon lo hubiese obligado por la fuerza a alimentarse y lo hubiese
llevado a rastras al psicólogo, había bajado más de veinte kilos, en la empresa
estaba de baja por enfermedad, y Simon controlaba las comidas, pero Sean y
Derek parecían almas en penas. No solo ellos, Kathya y Steve habían comenzado a
comportare erráticamente al igual que Derek.
Derek ya ni se esforzaba en ocultarlo, Sean lo encontró
consumiendo el polvillo blanco en la recamara de Sean como desafiándolo.
Sean se volvió loco, arrogó todo por el inodoro, luego de
respirar y meditar cómo reaccionar.
“En que estabas pensado Derek Hyuga” lo increpó.
“Como si te importara, que harás, llamar a mi padre, dime Sean
llamaras a papá”
“no necesito llamar a nadie, tu padre está aquí” Dijo tomándolo
de un abrazo y arrastrándolo a la cama, le daría la zurra que su hijo estaba
pidiendo a gritos, como le había reclamó antes.
“¿qué haces?”
“la última vez me preguntaste que haría si fuera tu hermano a
quien sorprendí drogándose, no querías que hiciera lo mismo, pues eso es lo que
le haría a cualquiera de mis hijos” dijo poniéndolo sobre sus rodillas y con
una agilidad aprendida por los años de ser padre, le desnudo el trasero y dejo
caer su mano sobre el trasero de su Derek.
¡PLAFF! ¡PLAFF! ¡PLAFF! ¡PLAFF!
“no volverás a probar la droga”
¡PLAFF! ¡PLAFF! ¡PLAFF! ¡PLAFF!
“me duele Sean en que mierda estas pensado”
¡PLAFF! ¡PLAFF! ¡PLAFF! ¡PLAFF! ¡PLAFF!
“es papá”
¡PLAFF! ¡PLAFF! ¡PLAFF! ¡PLAFF!
“y no volverás a drogarte Derek Hyuga”
¡PLAFF! ¡PLAFF! ¡PLAFF! ¡PLAFF!
Pero Derek no pensaba en dar su brazo a torcer, así que tomo
el regalito que su abogado le había regalado y lo dejo caer sobre el indefenso
trasero de su hijito.
CRACK Sonó el infernal azote que recibió Derek
“Ayyyyyyyyy Duele papito, no más, no más me duele” le rogó
Derek.
“volverás a probar alguna droga” Dijo sosteniendo el rebenque
en alto, pero sin la intención de dejarlo caer.
“nunca nunquita más, papito, no me pegues no con eso, no con
eso”
Sean lo acuno, hasta que Derek se durmió, luego fue a
conversar con Simon y Scher-k tenían dos opciones, o internaban a Derek o lo
intentaban arreglar ellos por última vez, y así hicieron.
Sean reparo dos maletas una de él y otra para su hijito, beso
a Scher-K y le dio un fuerte abrazo de Simon, espero a que Derek despertara.
“vamos” fue lo único que le dijo Sean, Derek miro asustado a
su alrededor, pero nadie movió un dedo para impedir que Sean lo llevara a la
primera clínica de rehabilitación y tirara la llave, era una fácil forma de
deshacerse del problema, finalmente él era la pieza sobrante del puzzle familiar.
Ninguno no dijo nada en el trascurso del viaje, Derek a la
mitad del camino se durmió, cuando llegaron la cabaña de Simon les había arrendado,
Sean lo bajo dormido y lo acostó, arreglo toda la cabaña, sacó todo lo no
esencial de la misma según las instrucciones del terapeuta que lo apoyaría en
la rehabilitación de su hijo.
Cuando Derek despertó estaba furioso y agotado, pero esa
habitación no se parecía a la de una clínica de rehabilitación es más era
bastante acogedora.
“despertaste campeón” le sonrió Sean, diciéndole el apodo que
le había dado desde que lo conoció.
“donde me trajiste Sean”
“es papá hijo, y estamos en el Cajón de Maipo”
“¿Que hacemos aquí?”
“Solucionar de una vez por todas nuestros problemas”
“no hay nada que solucionar” dijo cerrándose en banda.
Estuvieron dos días en que casi no se hablaron por miedo a
enfadar al otro, sobre todo porque a Derek aun le dolía el trasero de las
nalgadas de su padre le había dado los días previos, lo peor de todo era que no
podía dejar de sonreír cuando pensaba en Sean como su papá.
Como había llegado a esto, su K le había rogado dejar las
drogas y él no podía hacerlo, por más que fingió no querer dejarlas no podía
dejarlas y no se atrevía a aceptarlo, su K había comenzado a consumir y
hermanito había recaído en un intento infructuoso de obligarlo a
dejarlas. Él era un adicto y su única esperanza era su padre, solo
se debatía en dejarlo entrar o rendirse a su destino.
“tienes mi sonrisa” le dijo Sean.
“dirías mis ojos pero los míos son verdes ¿otra decepción
papá?”
“tienes los ojos más hermosos que he visto en mi vida, tienes
los ojos de tu madre” le besó la frente y “tu jamás me has decepcionado
cachorrito de mi corazón” le tomo la carita para hablarle directo a los ojitos
y al corazón “desde la primera vez que te vi te amé con a un hijo sin saber que
lo eras, Dime Derek ¿alguna vez hice alguna diferencia en el trato que tuve con
tu hermano?”
“No hasta que supiste que eras mi padre, ya no volviste a
mirarme como antes, ya no conversas conmigo como antes, YA NO ME
QUIERES COMO ANTES”
“eso no es cierto”
“NO ME MIENTAS” Le grito destrozando un plato que tenía
en sus manos.
“No te miento hijo” le dijo Sean desesperado.
“MENTIROSO, MENTIROSO, MENTIROSO, MENTIROSO”
rompió todo lo que encontró a su paso, Sean no recordaba haber visto a Derek
así, ni a Steve que era el rey del drama cuando quería.
Decidido dejarlo gritar llorar patalear romper hasta el último
plato, doblo hasta los tenedores y cuchillos. Cuando D terminó de botar todo lo
que lo estaba ahogando, el pregunto a Sean.
“¿Por qué no me quieres papá?” Lloró derrumbándose en sus
brazos.
“Te amo con mi vida cachorrito, pero es mi culpa que te sientas
así, en cuanto me enteré de la verdad, no deje de pensar en lo diferente que
soy de Simon, él es un gran padre y yo jamás le llegaré ni a los talones” le
tomo la carita e hizo que sus ojitos se cruzaran y sus miradas se penetraran
“estaba aterrado de equivocarme y que prefirieras irte con tu papá, porque hijo
yo podré ser tu padre, pero Simon al igual que yo siempre será tu papá, jamás
pretendería alejarte de él, solo te pido que me dejes ser tu papá también y te
prometo que me esforzare y seré un mejor papá una mejor persona, alguien digno
de ti” le dijo quebrándose fue la primera vez que Derek se percató lo delgado
que estaba Sean, los 20 kilos había
bajado se le notaban y le habían pasado la cuenta, con suerte se mantenía en
pie, cuando su papá adelgazo tanto, realmente sufría tanto como sufría él.
“siempre has sido un padre para mí, la única diferencia es que
ahora realmente lo eres” dijo durmiéndose en el suelo donde momentos antes se
había derrumbado.
Sean saco fuerzas de donde no le quedaban y se acomodó con su
hijo en el sofá. Ese fue el primer día de recuperación, papá e hijito, la tarea
no sería fácil ya que Derek recién comenzaba a sufrir el síndrome de
abstinencia y el único apoyo que tenía para no recaer en las drogas eran los
brazos y el corazón de su padre, quien a su vez, luchaba con sus propios
demonios para poder ser el padre que sus hijos necesitan.
Sabían que pasaría tiempo antes de lograr
la recuperación completa pero ahora era un gran pasó.
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