viernes, 7 de mayo de 2021

Nuevas reglas, nuevos castigos Capítulo 23

 

Nuevas reglas, nuevos castigos

 

Capítulo 23

 

Natalia: Vamos Adrián, abre los ojos y levántate.

Adrián: Cinco minutos más, hoy no voy al colegio, no pasa nada si me levanto un poco más tarde.

Natalia: Arriba, ya sabes que tu padre quiere que mantengas los horarios como si fueras al colegio.

¡Uf! Me levanto y voy al baño. Estoy un buen rato en la ducha e intento despejarme, tendré a Natalia toda la mañana encima de mí, necesito empezar el día con buen pie para no acabar mal con ella. Bajo al comedor, María me saluda y me sirve el desayuno. Me pregunta qué voy a querer almorzar y charlamos unos minutos. Cuando estoy terminando entra Natalia, se sienta a mi lado y me sonríe.

Natalia: Buenos días Adrián.

Adrián: Buenos días.

Natalia: Ya te dijo tu padre que quiere que los días de expulsión pase toda la mañana contigo y que tienes que hacer las tareas que te manden y copiar los apuntes que te pasen tus amigos.

Adrián: Sí, lo sé.

Natalia: Quiero que nos llevemos bien, ¿vale? Sé que te molesta que te controle, no es eso lo que pretendo, quiero ayudarte a organizar el trabajo para que puedas hacerlo todo, y puedo ayudarte si tienes dudas. ¿Te parece bien?

Le sonrío, me parece que empezamos bien.

Adrián: Sí, me parece bien.

Natalia: Cuando termines de desayunar ve a tu habitación. A las ocho tienes que estar aquí con todo el material que necesites, estarás trabajando hasta las dos y tendrás dos descansos, como en el colegio. Tráete la tablet para que puedas mirar si te ha llegado el correo con las tareas que debes hacer, y la novela que estás leyendo, ¿de acuerdo?

Adrián: Sí, vale.

Hago lo que me dice Natalia, estoy toda la mañana estudiando en el comedor con ella. Me ayuda a hacer un planning para organizarme las tareas que me ha enviado el director y donde podré añadir las que me pasen Martina y Nico, pero no me está controlando todo lo que hago, me siento cómodo trabajando así. Durante los descansos me dice que puedo salir e ir al jardín si me apetece. La mañana pasa mejor de lo que yo pensaba.

Recibo un mensaje de Martina y quedo con ella después de la clase de tenis para que me traiga los cuadernos con los apuntes de hoy. Además de los cuadernos me da una lista, que ha hecho con Nico, de las tareas que han mandado hoy los profesores, coinciden bastante con las que me ha enviado el director. Para que Martina pueda seguir trabajando, Natalia ha decidido fotocopiar los apuntes que tengo que copiar, nos hace pasar a ambos al despacho de mi padre. Le agradezco a Martina que se haya tomado la molestia de venir y ayudarme a seguir las clases, charlamos unos minutos antes de que se vaya.

Natalia me acompaña a mi habitación, añadimos tareas al planning y me deja copiando los apuntes. Hacia las seis llega mi padre, llama a la puerta y entra, con la regla en la mano. Cuando la veo doy un respingo.

Adrián: Hola papá.

Carlos: Hola Adrián, ¿cómo ha ido el día?

Deja la regla sobre mi escritorio y me da un abrazo y un beso.

Adrián: Bien papá, he trabajado mucho y me he portado bien con Natalia. No me castigues, por favor.

Carlos: Ya te dije ayer cuál sería el castigo por la pelea y la expulsión, no lo alarguemos, ¿vale?

Me coge de la mano y me lleva hacia la cama. Se sienta y deja la regla, que ha vuelto a coger, a un lado. Me baja los pantalones, me tumba y empieza a acariciarme la espalda.

Adrián: No papá, no quiero que me pegues.

Carlos: Adrián, dime por qué voy a castigarte.

Adrián: No papá, no quiero.

No dice nada, sólo me sigue acariciando, sé que seguirá así hasta que yo me decida a contestarle. Suspiro, cuanto más tarde en hablar más nervioso me pondré.

Adrián: Porque me peleé en el colegio y me han expulsado. No lo haré más papá, de verdad, no es necesario que me castigues con la regla.

Deja de acariciarme y me sujeta fuerte. Aprieto la almohada, después de hoy aún quedarán cuatro días de castigo.

PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, PLAS, ai, PLAS, PLAS, ai, PLAS, PLAS, PLAS, au.

Me baja el boxer y sigue con el castigo.

PLAS, PLAS, PLAS, au papá, PLAS, PLAS, ai duele, PLAS, PLAS, PLAS, ai, PLAS, PLAS, au, snif.

Para un momento y enseguida prosigue el castigo con la regla.

PLACK, ¡au!, duele, PLACK, PLACK, no papá, snif, PLACK, para, PLACK, snif, PLACK, au, PLACK, snif, PLACK, ai, buaaa, PLACK, buaaa, PLACK, buaaa, buaaa, buaaa.

Sigo llorando un rato, mi padre me sube el boxer, me ayuda a levantarme, me abraza y me besa. Yo no le devuelvo el abrazo, hoy me he portado muy bien, ¿por qué sigue con el castigo? Ya he aprendido la lección.

Carlos: Ya está cariño, shhh, ya no llores pequeño.

Adrián: Buaaa, no está, buaaa, me duele y vas a seguir castigándome, buaaa.

Carlos: Shhh, cálmate, no llores más, shhh.

Me sigue acariciando y me voy calmando. Me froto el trasero, duele, la regla duele mucho. Estoy enfadado con mi padre pero le devuelvo el abrazo.

Adrián: Eres injusto, snif, hoy me he portado muy bien, snif, no tenías porqué castigarme.

Carlos: Sabes por qué te he castigado. Y, sí, me ha dicho Natalia que has trabajado todo el día y que te has portado muy bien con ella, estoy muy contento por ello.

Me separa, me mira y me sonríe.

Carlos: Hasta la cena estoy sólo para ti, dime qué quieres que hagamos.

Jugamos un rato a la consola y después vemos una película en la sala de cine.

Los otros cuatro días de expulsión pasan más o menos igual, paso toda la mañana estudiando, salgo para ir a las extraescolares, Martina y Nico se turnan para traerme los apuntes y mi padre no se olvida del castigo y no me lo perdona.

El fin de semana lo paso mayoritariamente en casa, el sábado por la mañana acabo de copiar los apuntes del viernes y adelanto la lectura de la novela. Por la tarde mi padre me dice que si quiero puedo ir a la piscina que tenemos en una zona del jardín, estamos a finales de mayo y esta semana ya la han limpiado y preparado para la temporada de verano. Voy un rato y él me acompaña aunque no se mete. El domingo me propone salir a dar una vuelta y le pido ir al parque, nos llevamos un balón y jugamos un rato.

El jueves Hugo y yo volvemos al colegio, nos ignoramos mutuamente. La tutora nos saca de clase para hablar, nos pide que dejemos de meternos el uno con el otro y nos dice que los profesores estarán muy pendientes y no nos dejarán pasar ni una. Ya nos han asignado una mediadora y tendremos que ir con ella mañana durante la hora de tutoría.

La entrevista con la mediadora no está mal, nos pide que hablemos y nos expresemos libremente pero sin ser groseros ni ofendernos. Nos propone algunos ejercicios que debemos hacer para el próximo viernes, que tendremos que volver a hablar con ella.

 

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