Nuevas reglas, nuevos castigos
Capítulo 39
Martina: Pásatelo
muy bien amor, y gana muchos partidos.
Adrián: Gracias
bella. Te llamaré cada día, ¿vale?
Hoy he tenido que madrugar mucho pues tenía que estar en
el club a las siete de la mañana, aun así Martina ha querido venir a despedirse
de mí, nos besamos y subo al autobús que nos lleva al stage de tenis. Estaré
dos semanas con chicos que vienen de todo el país participando en un torneo,
combinaremos los entrenamientos con los partidos y actividades lúdicas. El
autobús hace un recorrido para recoger a participantes de varios clubes,
nosotros somos seis y nos acompaña nuestro entrenador. El trayecto será largo,
unas cinco horas, me pongo música en el móvil y aprovecho para dormir un rato
más. Me despierto cuando hacemos la primera parada, bajamos para ir al baño y
estirar un poco las piernas. Durante el resto del trayecto charlamos y
aprovechamos para presentarnos y conocer a algunos de los chicos con los que
vamos a compartir estos días. Llegamos hacia el mediodía. Nos alojamos en un
hotel enorme que está justo al lado de las pistas de tenis, han reservado toda
una planta para los participantes. Nos dan nuestras habitaciones, dos triples,
dejamos nuestras cosas y vamos a comer.
Por la tarde nos reúnen en una sala, nos dan los horarios
y nos explican el funcionamiento del stage y del torneo. Por las mañanas
haremos dos horas y media de entrenamiento, combinaremos el físico con el
técnico y después tendremos tiempo libre hasta la hora del almuerzo, en el cual
podremos ir a la piscina del hotel o a un parque que hay al lado. Por la tarde
se harán los partidos y nos han preparado actividades lúdicas.
Nos han distribuido en 16 grupos para la primera fase del
torneo, en la que competiremos contra todos los componentes del grupo, que se
celebrará entre mañana y el domingo. De cada grupo se clasificará uno que
pasará a la fase eliminatoria, ésta tendrá lugar durante la próxima semana y
podrá asistir público a los partidos.
Después de la charla vamos al parque y hacemos juegos
para presentarnos y conocernos con los demás participantes, y por la noche
vamos a la discoteca del hotel.
El martes empezamos con los entrenamientos, nos han
dividido en grupos mezclándonos con chicos de otros clubes y los entrenadores irán
rotando. Entrenamos duro pero me lo paso muy bien. Por la tarde tengo mi primer
partido y lo gano en sólo dos sets.
La semana pasa rápido, hablo cada día con Martina y con
mi padre. He conseguido clasificarme en la fase de grupos al ganar todos mis
partidos y paso a la segunda fase. Mañana harán el sorteo y entre el martes y
el viernes se celebrarán los partidos de octavos y cuartos de final, las
semifinales se jugarán el sábado y la final el domingo.
El lunes vamos a un parque de atracciones a pasar el día
y por la tarde hacen el sorteo de las eliminatorias. Me toca jugar el primer
partido el miércoles. El martes volvemos a las rutinas de entrenamientos, y por
la tarde voy a ver el partido del que saldrá mi rival si paso la eliminatoria
de mañana. El miércoles por la mañana hago un entrenamiento suave y después
hago una sesión táctica y de mentalización con mi entrenador. Me siento con
mucha energía y preparado para el partido de la tarde. De mi club nos
clasificamos otro chico y yo pero a él ayer lo derrotaron en octavos.
Durante el partido consigo estar muy concentrado a la vez
que tranquilo. Me esfuerzo al máximo, consigo ganar el primer set pero mi rival
me remonta el segundo. En el tercer set, el definitivo, vamos igualados al
principio pero me impongo cuando consigo romperle el saque y sumar tres puntos
seguidos. ¡Bien! He conseguido pasar a cuartos de final, mi próximo partido
será mañana. Mi entrenador me felicita, me dice que he hecho un buen partido.
Recojo mis cosas para ir al hotel a ducharme, y cuando estoy a punto de salir
alguien me llama la atención cogiéndome del hombro, me giro. No me lo puedo
creer, ¿son mi padre y Natalia? ¿De verdad?
Adrián: Papá, ¿qué
hacéis aquí?
Mi padre me abraza y me da un beso.
Carlos: Hola
campeón, me dijiste que te habías clasificado para la segunda fase y cogí unos
días de vacaciones para venir a verte jugar. Lo has hecho muy bien,
felicidades.
Adrián: Gracias
papá, ¡qué bien que hayáis podido venir! ¡Qué sorpresa! ¿Hasta cuándo os
quedáis?
Carlos: Hasta el
domingo por la tarde, Natalia ha podido cuadrar el vuelo para poder verte si
llegas a la final.
Adrián: Papá,
llegar a la final es muy difícil.
Carlos: Lo sé
cariño, pero también es muy difícil llegar a cuartos y lo has conseguido. He
hablado con tu entrenador y me ha dicho que, si quieres, podemos pasar la tarde
y cenar juntos, ¿te apetece?
Adrián: Sí, vale,
¡qué bien! Pero primero debería ir a ducharme, creo que no huelo demasiado
bien.
Carlos: Sí vamos,
te acompañamos al hotel, nos alojamos allí también.
Mi padre se separa de mí, Natalia también me abraza y me
felicita.
Natalia: Felicidades
peque, has jugado muy bien. Te he hecho un montón de fotos y creo que hay
algunas que te gustarán.
Adrián: Gracias
Natalia, ¿me podrás pasar alguna para mandársela a Martina?
Natalia: Pues
claro, las que quieras.
Después de ducharme me encuentro con ellos en la
recepción del hotel. Vamos a dar un paseo y charlamos. Natalia me enseña las
fotos que me ha hecho, son realmente buenas, no sabía que fuera tan buena
fotógrafa, y me pasa un montón. Le mando algunas a Martina y le digo que he
ganado, hablaremos después de la cena. Mi padre y Natalia aprovecharán estos
días para visitar la ciudad y vendrán a verme cuando tenga partido.
El jueves, en los cuartos de final, me impongo fácilmente
a mi oponente en sólo dos sets. Después del partido mi padre y Natalia vienen a
verme y me felicitan. El viernes por la tarde asisto al partido de cuartos del
que saldrá mi rival en la semifinal, es un partido muy igualado entre los dos
jugadores, ambos son muy buenos.
El sábado por la mañana lo paso con mi entrenador
preparándome para el partido de la tarde. Por la tarde se juegan las dos
semifinales, no son partidos simultáneos, yo juego en la segunda. Asisto a la
primera semifinal junto a mi entrenador y a mis compañeros del club. Una vez
finalizada voy hacia la pista, mis compañeros me desean buena suerte. Estoy
algo nervioso pero logro calmarme para empezar el partido. Debo estar muy
concentrado. Todo el partido vamos muy igualados, consigo ganar el primer set
pero pierdo el segundo, todo se decidirá en el tercero. Todo el set vamos
igualados, realmente mi oponente de hoy es muy bueno, es el mejor jugador al
que me he enfrentado en este campeonato. El tercer set acaba en empate por lo
que nos jugamos el set y el partido al tie break y, aunque vamos muy a la par,
al final me gana dos puntos seguidos y pierdo. Cuando acaba el partido nos
acercamos al centro de la pista, nos damos la mano y yo lo felicito y le deseo
buena suerte para la final de mañana.
Me dirijo a buscar mis cosas, mi entrenador me está
esperando.
Entrenador: Felicidades
Adrián, has jugado un buen partido. ¿Cómo estás?
Adrián: Estoy bien,
gracias. Ha sido una lástima que no pudiera llegar a la última bola, quizás si
hubiera corrido un poco más habría logrado devolvérsela y ganar.
Entrenador: No
debes reprocharte nada, has jugado muy bien y has luchado hasta el final.
Asiento con la cabeza y me dispongo a salir de la pista
cuando se acercan mi padre y Natalia.
Carlos: Buen
partido Adrián, has jugado muy bien. Estoy orgulloso de ti.
Me abraza. Noto como las lágrimas llenan mis ojos y no
puedo evitar que resbalen por mis mejillas.
Adrián: He perdido
papá, snif. ¿Cómo puedes decir que estás orgulloso de mí?
Carlos: Te has
esforzado, has luchado hasta el final y no te has rendido, eso es lo que me
enorgullece de ti. Ni siquiera Rafa Nadal gana siempre.
Con este comentario me saca una sonrisa. Sigo abrazado a
él, me besa en la cabeza.
Carlos: Vamos
campeón, no llores más, tú también debes estar orgulloso de cómo has jugado.
Además, ahora no puedes hundirte, mañana vuelves a tener un partido para el
tercer y cuarto puesto.
Me pasa los dedos por los ojos para secarme las lágrimas,
sus palabras me han reconfortado, me siento mejor. Me separo de él, Natalia
también me abraza.
Natalia: Felicidades peque, has jugado un buen partido. Ahora recupérate para
estar mañana al cien por cien, ¿vale?
Vuelvo al hotel para ducharme y participar en la
actividad de la tarde. Me encuentro con el chico contra el que he perdido y
hablamos un rato, me dice que ha sido un gran partido y que le ha costado mucho
ganarme, él cree que podría haber ganado cualquiera de los dos y me desea buena
suerte para el partido de mañana, espera compartir podio conmigo. Le doy las
gracias por sus palabras.
El domingo por la mañana hago un pequeño entrenamiento
pero sobretodo dedico tiempo a fortalecerme mentalmente y a preparar el partido
de la tarde con mi entrenador. Por la tarde vamos a las pistas de tenis, yo
juego el primer partido pues la final será el último partido del torneo. Voy a
la pista, estoy muy concentrado y con ganas de jugar y ganar. Consigo el tercer
puesto con relativa facilidad, gano fácilmente el primer set, pierdo el segundo
con un marcador muy ajustado y gano el tercero. Después del partido mi
entrenador me felicita, le pregunto si puedo ir con mi padre para ver la final,
me dice que no hay problema pero que debo quedarme para la entrega de medallas.
Veo a mi padre y a Natalia en las gradas y me voy con ellos, mi padre me
abraza.
Carlos: Felicidades
campeón, has jugado muy bien.
Adrián: Gracias
papá, ¿os quedaréis hasta la entrega de medallas?
Carlos: Sí claro,
tenemos tiempo de sobra antes de ir al aeropuerto.
Me siento a su lado para ver la final. Es un partido muy
emocionante, los dos son muy buenos, al final gana el chico que me derrotó en
semifinales. Cuando acaba su partido preparan el podio y la ceremonia de
entrega de medallas. Mi entrenador me hace señas para que baje a la pista. La
ceremonia es bastante corta, subimos al podio y me dan la medalla que certifica
mi tercer puesto. Después de la ceremonia me despido de mi padre y de Natalia
hasta mañana y voy al hotel a ducharme y a cambiarme. Por la noche han
organizado una fiesta de despedida, aunque no vamos a dormir muy tarde porque
mañana tenemos que madrugar.
El lunes un autobús nos lleva de vuelta a casa, cuando
llegamos Martina me está esperando, ¡qué sorpresa! Nos abrazamos y nos damos un
beso.
Martina: ¿Me
enseñas la medalla?
Saco la medalla de mi maleta y me la cuelgo.
Martina: Te queda
muy bien amor. ¿Quieres ir a dar una vuelta y a comer en un chiringuito al lado
de la playa?
Adrián: Claro, pero
debo preguntarle a Natalia.
Natalia me da permiso y paso la tarde con Martina. Me lo
he pasado genial estas dos semanas en el campeonato.
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