jueves, 24 de marzo de 2022

Capítulo 46 “La gran pregunta”

 

Capítulo 46 “La gran pregunta”


KEITH


Lo ocurrido con Sam nos había dejado con un mal sabor de boca, sobre todo pensando que aún nos quedaban varios días de estancia aquí y por el momento ninguno de los dos deseaba realmente quedarse.


A pesar del percance, el resto de los días transcurrieron con normalidad y la verdad es que fueron increíbles todos y cada uno de ellos. 

Pero hoy era el día… el gran día. 


Me había levantado temprano y le había dejado una nota a Phill quien aún dormía cuando salí de la habitación. Le haría creer que estaba en el gimnasio mientras aprovechaba de ultimar detalles. 


Terminé de organizar todo con los del hotel y ahora solo quedaba que le fueran a buscar a la habitación y le trajeran al lugar en donde desayunaríamos. 

Había pensado hacerlo de noche, pero no creí poder aguantarme. 


Me coloqué en mi lugar y solamente esperé, era solo cuestión de tiempo para que Phill atravesara las puertas de la habitación privada. 


Que nervios tenía…

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PHILL


Los rayos de sol que entraron por el pequeño espacio que dejaba la cortina me despertaron. Al ver el reloj pude apreciar que eran a penas las 9 de la mañana. 

Keith no estaba y eso me extrañó, él siempre se despertaba con ganas de algunas caricias mañaneras, era casi como una costumbre. 


Al ver la nota que me dejó me tranquilicé, seguramente estaría un buen par de horas en el gimnasio, por lo que tenía tiempo para pedir el desayuno y pegarme una buena ducha. 


Tomé el teléfono para llamar a que trajeran el desayuno, pero no funcionaba. 


Desistí de la comida y me fui al cuarto de baño para asearme. 

Allí ya se encontraba un conjunto de ropa que Keith me había dejado, que según su carta que estaba a un costado, era un conjunto especial que se requería para una actividad del hotel. 

No me puse a pensar demasiado y una vez duchado me puse la ropa. 


Ya me había peinado y estaba echándome perfume cuando tocaron la puerta. Quizás era Keith, habría olvidado la llave o algo. Pero no. 


Detrás de la puerta había un caballero muy bien vestido que era parte del staff del hotel. 


Monitor: Señor Edwards, tengo instrucciones de llevarle a la sala privada del hotel, si es tan amable de seguirme. – no me dio muchas opciones, por lo que con esfuerzo y rápidamente me dediqué a seguirle. 


Mientras más avanzábamos, más me resultaba extraño todo. 

Las personas iban escaseando y se podía sentir un ambiente más personal y acogedor. 


Llegamos a un corredor guiado por velas colgantes y al mirar con detalle, pude notar que en los delgados cables que caían del cielo al lado de las velas había fotos de Keith y mías por todo el lugar. 


Algo me dio en el estómago que casi me deja sin poder respirar. ¿Qué estaba ocurriendo?

Iba a decir algo, pero en eso se escuchó a través de los altavoces la voz de Keith. 


Keith: recuerdo el día en que te conocí. – el mejor día de mi vida sin duda alguna. – me había repetido un millón de veces que no volvería a ser feliz al lado de alguien además de mi difunta esposa que terminé por creérmelo por completo... 


Las piernas querían fallarme, pero con esfuerzo seguí caminando, escuchando y apreciando las fotos.


… y de pronto y por casualidad me topé contigo, y mi vida dio un vuelco de 180 grados. A pesar de lo cursi que suena todo, tú, Phill Edwards, llegaste para alegrar mi vida, para darle un mejor sentido, para hacerme una mejor persona…


Estábamos llegando al final del corredor y yo ya no podía aguantarme más las lágrimas. 


…Te amo, y la verdad es que todo el tiempo en que hemos estado juntos ha sido la mejor temporada de toda mi vida. Cuando me imagino el futuro me lo imagino contigo, junto a nuestros hijos, quizás un par de nietos, pero sin lugar a duda junto a ti…


Al llegar al final del corredor nos topamos con una mesa puesta para dos. El hombre que fue a por mi desapareció y de la nada sentí una presencia detrás de mi. 


Keith: es por todo lo que dije anteriormente, que quiero hacerte una importante pregunta… - cerré mis ojos mientras sentía el cálido aliento de Keith. – Phill Eugene Edwards… ¿me harías el honor, de aceptar casarte conmigo?


Fue al decir aquello que me giré y le miré fijamente a los ojos… estaba seguro de que iba a desmayarme. 


Estuve un par de minutos en silencio, solo observando al que sería mi esposo y la verdad es que apenas me lo podía creer. 

Debo de haberme demorado lo suyo, ya que al volver al presente me pude percatar de la mirada de angustia de Keith. 


Keith: ¿Qué dices? – no pude articular mi respuesta, solo atiné a besarle lo más apasionadamente que pude. – tomaré eso como un si…


Era un súper sí….

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DEAN


Como me apiadaba de mis padres en estos momentos y en lo que tuvieron que soportar en su momento al tener a tres hijos varones. Ahora lo entendía. 


Zach: mamá, por que eres tan obtusa, es solo un permiso. - ¿obtusa? Al parecer mi hijo había enriquecido su vocabulario y yo ni enterado… al parecer si servía aquel instituto privado después de todo. 


Laura: el obtuso eres tú, hijo. Es noche de escuela, por ende, no hay salidas nocturnas. 


Estábamos Josh, April y yo viendo el partido de hoy, cuando llegaron Laura y Zach con la discusión. 


Zach: ¡Ahhh! – que tenía ese crio con gritar, entendía que podía ser para liberar estrés o enfado, pero no por eso dejaba de molestarme. 


Dean: no grites Zach.


Zach: no te metas papá, que esto es entre mamá y yo. - ¿había escuchado bien? Iba a levantarme para enseñarle a ese mocoso su lugar, pero Laura se me adelantó. 


PLAS PLAS 


Laura: no le hables de esa manera a tu padre jovencito. – ups, ya hizo enojar a la más temida de la casa. – se acabó, te irás a tu habitación ahora mismo. 


Algo que aprendí con el tiempo, es que Zach y Laura tenían el mismo carácter, y por ende cuando discutían se armaba una pequeña guerra. 


Zach: ¡No! Es que nunca me dejan hacer nada. – creo tener un vago recuerdo de Shaun con unos 4 años menos que mi hijo haciendo exactamente el mismo berrinche. 

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Estaba full estudiando para los exámenes finales de la universidad, no quería pasar por lo mismo que había pasado el trimestre pasado cuando había reprobado todas mis materias por vago y mi padre había dejado muy claro su punto de que no quería que aquello volviera a ocurrir. 

Esa había sido la última vez que me castigaban físicamente y la verdad esperaba que de verdad fuera la última. 


Estaba en el comedor con todos lo libros de anatomía que tenía abiertos en distintas páginas mientras trataba de leer de todos al mismo tiempo, cuando mi molestoso hermanito menor bajó desde las escaleras siguiendo a mi madre que también bajaba en ese momento. 


Shaun: mamá, por favor, solo quiero ir con mis amigos a jugar básquet a la cancha de la urbanización, ¿Por qué no puedo ir? – mi hermanito desde que había entrado a la adolescencia se había vuelto un gran grano en el culo y, por ende, pasaba la mayor parte de los días castigado. 


Jenna: estás castigado Shaun, lo sabes, y no me andes suplicando por que no cambiaré de opinión, al contrario, te ganarás un castigo más grande o algo más. – aich, era mejor no presionar a mamá, ella era de dar primero y pensar después. 


Shaun: aich, ¡que fastidiosa eres, nunca me dejas hacer nada, me tienes harto! – fue bonito mientras duró esto de ser hermano mayor. Debo ir a escribir una carta para su funeral, por que estoy segurísimo de que de esta no sale vivo. 


Ya estaba preparándome para defender un poco al mocoso de lo fiera que se iba a poner mamá, pero solo hubo silencio. 


Jenna: tú te encargarás de esto, por que si lo tomo ahora seguramente le haga daño. - ¿yo? Estaba entrando en pánico cuando escuché la voz de mi padre detrás de mi. 


Daniel: no te preocupes cariño, Shaun Adams, ¡aquí ahora! – creo que no había visto a mi padre tan furioso en mi vida, ni siquiera cuando Allan llegó con la noticia del embarazo de Eve había estado tan furioso. 


La cara de mi hermanito había cambiado por completo, y es que, aunque mi padre no era tanto de temer en comparación de mi madre, cuando se enfadaba en serio era mejor no estar en su camino. 


Daniel: Dean vete a estudiar a tu habitación si es que no quieres que te toque a ti también. – a pesar de lo injusto que fue aquello, preferí no presionar a mi padre y salí volando de allí, aunque de todas maneras al estar yéndome pude ver como mi padre comenzaba a quitarse su cinturón. 


Sentía pena por mi hermanito… 

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A pesar de lo complicado del recuerdo, no pude evitar sonreírme al recordarlo. 

Aunque la sonrisa me duró poco, ya que, al volver al presente, pude ver como Zach le lanzaba un derechazo a Josh y este se lo devolvía. ¿Qué rayos había ocurrido?


Laura: ¡Josh, Zach! – me levanté de inmediato y me acerqué a los dos mocosos que se estaban revolcando como animales en el piso y comencé a separarles. 


Pesqué a ambos de la oreja y los levanté de la misma, eso debió de dolerles, pero no encontré otra manera de separarles. 


Josh: ¡ay, papá! Todo por tu culpa mocoso. – necesitaba la historia completa, por que estaba seguro de que algo se me escapaba, Josh no golpearía a su hermano menor por nada. – es injusto papá, él es grosero con mamá y yo también recibo. 


Dean: acabas de golpear a tu hermano ocho años menor que tú Josh Paris Adams, así que no vengas con reclamos. – los senté a ambos en el sofá en donde había estado sentado antes y me coloqué frente. – April a tu habitación, ahora. – y de pronto, sin quererlo, me había convertido en mi padre. 


Zach: es tu culpa, y además de mamá, solo quería salir. – trataba de recordar la edad de mi hijo y estaba seguro de que tenía la suficiente como para no estar lanzando berrinches. 


Nuevamente me convertí en mi padre y comencé a sacarme el cinto. 


Josh: y ahora esto… - Josh desde que había vuelto a casa se había estado metiendo en problemas bastante seguido, por lo que me podía imaginar lo frustrado que se sentía ahora mismo. 


Dean: agradezco que quisieras defender a tu madre, Josh, pero no te hagas el inocente que cuando te da el cuarto de hora tú también eres grosero con nosotros dos, y somos nosotros los que tenemos que disciplinarles a ustedes, no ustedes a si mismos, sobre todo, por ningún motivo golpeando a tu hermano menor. – al decir todo aquello Josh se apaciguó y pudo ver su error, lo supe por su expresión, de pronto se percató que acababa de pelearse a golpes con su hermano menor. – y tú jovencito, ni te creas que te dejaré pasar todo lo ocurrido antes, ya eres bastante mayorcito como para saber como comportarte y, sobre todo, para saber que a tus padres debes tratarnos con el respeto que nosotros te damos a ti. – Zach estaba acojonado viendo el cinto en mi mano, no es que nunca le hubiera castigado con el, pero entendía que no por eso le dejaría de temer; hasta yo le temo de recordar todas las veces que fue utilizado en mi. 


Zach: lo siento papá, me disculparé con mamá, lo juro, pero por favor, con eso no. – aich, si que me estaba arrepintiendo, lo del cinto había sido un impulso, ¿será que puedo arrepentirme?


Y ahora que mi hijo nombraba a su madre, me daba cuenta de que Laura ya no estaba en la sala. 


Josh: claro que debes disculparte, le hiciste llorar. - ¿Qué? 


Al escuchar aquello mi menor comenzó a llorar. 


Dean: vayan ambos a su habitación de inmediato, iré a ver a su madre y luego iré a lidiar con ustedes. 


No sé por que presentía que Laura debe estar furiosa conmigo en este momento…


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