Capítulo
doce
El
día que aprendí que un “no” significa “no”
Pasó un tiempo desde que papá volvió a
New York a trabajar y reconozco que lo extraño mucho a veces, pero solo a veces
porque en momentos como ahora nada, ni un poquito y es que no entiendo porque
no me deja ir a nadar.
“La respuesta es un “NO” Es demasiado peligroso mi cachorrito” papá
dijo con semblante asustado.
“¿Peligroso? pero si solo voy a nadar” yo le contesté con
aire inocente “no
veo porqué te preocupas tanto”
“¡¡Te diré lo que me preocupa Steve Hyuga” Ahora
papá ya no estaba asustado, estaba enojado “Que mi hijo tenga la loca idea de nadar con
tiburones!”
“Ah eso” Contesté relajado volteando mis ojos “pero yo no les
tengo miedo a los tiburones, no creo que me muerdan ni un dedo” le
expliqué con valentía aunque me pareció que mi padre echaba humo por las orejas.
“Bueno espero que le tengas miedo a esto” Dijo
señalando su grueso cinturón “porque podría morderte el trasero si no me
obedeces”
“Papá si estaremos tranquilitos dentro de una jaula de protección” yo
repliqué como un chiquillo de
kínder, me chocaba que fuera tan protector.
“¡¡Si te dejo ir, es posible que acabes tranquilito pero dentro de un
féretro!”
“Ohhh no seas tan alarmista Sean ¿Cuándo dejaste de ser ese hombre con
ansias de aventura, que tienta al peligro sin importarle nada?” Pregunté
con picardía, yo sabía que papá había hecho muchas cosas peligrosas en su vida,
la Oma me lo había contado, así que decidí motivar su espíritu aventurero para
obtener el permiso pero su respuesta me dejó sin más argumentos.
“Cuando me convertí en padre” dijo con una mezcla de orgullo y
dulzura que me puso a temblar “Ahora ser tu padre y velar por tu seguridad es mi
mayor aventura”
Suspiré y sacudí mi cabeza para sacar
de mi mente, el recuerdo de esa conversación. Terminé de ponerme mi traje para
bucear repitiendo una y otra vez que todo estaría bien, pero tenía una extraña
corazonada que me indicaba lo contrario. Por lo general, cuando papá me da una
orden hago caso, se las consecuencias de desobedecer, pero esta vez da igual, no
se enterará.
Está todo listo para ir a nadar, los
chicos con sus trajes, Richard y la Made subiendo a la jaula, la Kathya me
sonríe muy sugerente y está a punto de entrar también. Yo espero mi turno
cuando todos desviamos la mirada al cielo por el ruido de un helicóptero que
perturba el silencio del infinito océano.
El Helicóptero se detiene sobre
nosotros y comienza su aterrizaje, no sé qué está pasando deben ser más
turistas, no le damos mayor importancia pero la K me indica que mire bien, así
que ensanchando mis ojos me pregunté ¿Qué
mierda hace un helicóptero de la compañía aquí? Uhmmm esto no es bueno, nada
bueno.
Casi con el corazón en la mano, traté
de correr e ingresar a la jaula, sabía que correría menos peligro en el agua
con los tiburones que aquí junto a mi padre. Pero todo fue inútil, parece que
les impartieron órdenes y no solo me impidieron el paso, sino que hicieron que
los chicos comenzaran a salir.
Miré a papá en su traje elegante bajar
del helicóptero y mirarme como si quisiera arrancarme el pellejo, quede pálido
mientras se acercaba y comenzaba con el sermón del año.
“¡¡Que mierda, crees que puedes desobedecerme niño malcriado soy tu
padre y cuando digo no es NO"!” papá estaba enfurecido realmente
enojado y ya veía que en cualquier momento me agarraba a correazos aquí mismo.
Yo me retrocedía más y más, casi me
caigo al agua y sinceramente en éste momento, ser devorado por un tiburón no me
parecía tan mala idea “¿Qué haces aquí Papito?” me atreví a preguntar poniendo
cara de cachorrito dulce e inocente”
“¡Sacándote de aquí jovencito desobediente!”
le escuché gritar mientras me tomaba de un brazo y lo siguiente que supe o
mejor dicho, lo siguiente que sentí, fue su mano que caía sin compasión sobre
mi trasero, más rápido de lo que alguna vez lo había hecho.
"No papi, ay, ay, ay, duele, papito no aquí, están todos
mirando" alcancé a suplicar dando brinquitos para esquivar a las
grandes manos de papá.
“Me alegro que miren para que sepan que les sucede a los niñitos que no
hacen caso a papá, que parte de NO puedes ir a nadar con tiburones NO
entendiste” las palmadas seguían llegando muy
fuertes.
“OWww duele déjame, ¡te voy a demandar idiota!” lo
insulté, yo estaba desesperado y avergonzado, habían cerca de 20 personas
mirando tenía que salir de aquí.
“El que va a demandar soy yo esta mierda se cierra por dejarte
participar sin mi consentimiento siendo menor de edad"
dijo a los encargados que estaban perplejos viendo la escena, luego se volteó y
me gritó emputecido “¡¡Sube al barco ahora!”
Hasta hoy no me explico cómo carajos
teníamos uno de nuestros yates al frente de aquel lugar, pero tampoco me
importaba, para ser sinceros lo único que me importaba era el dolor agudo que
sentía en mis pobres posaderas. Me obligó a subir apunta de palmazos y entre el
eco de sus golpes le escuché ordenar "Made cuida a la Kata"
mientras subía conmigo "una palabra y lo lamentaras" me advirtió
furioso mostrándome su cinturón.
"No me hables así no tienes derecho, suéltame maldito animal, me
estas humillando" yo estaba enfadado y le grité como un
endemoniado.
¡¡Plaf!
el sonido de una palmada en mi boca me dejo callado, mire a mi padre con ojos
envenenados de rabia, pero él solo añadió, “¿Quieres otra? porque te has ganado varias”
casi podía palpar el dolor y la decepción en sus palabras.
Se dio cuenta que a través del traje de
neopreno no sentía mucho su mano e intentó remediar la situación, se sacó el
cinturón y me condujo al camarote a punta de correazos.
En cuanto llegamos al camarote, dejo su
cinturón me abrió el traje y me puso una polera que tenía sobre la cama y me
sentó me saco el traje me puso calcetas los pantalones los zapatos me abrocho
los zapatos golpeándome las manos cada vez que intentaba impedir que me
vistiera.
Me dio media vuelta y me bajo el bóxer
que fue a reunirse con mis pantalones que nunca llegaron a subirse, la lluvia
de nalgadas comenzó a caer nuevamente en mi trasero, solo que esta vez sin
ninguna protección que amortigüe un poco el dolor.
"Papi me duele, me duele mucho para"
hace unos minutos atrás me sentía todo un hombre y ahora lloraba histéricamente
preguntándome ¿Cuánto más pretendía
golpearme? sentía como si hubiesen pasado horas desde que comenzó
con el castigo bueno tal vez solo fueron un par de minutos y estoy exagerando
pero les aseguro que cualquier persona que estuviese en mi lugar, también
sentirían que cada segundo es una hora.
"No, lo que tu intentaste hacer fue casi matarte, que parte de no,
no entendiste, te querías meter a aguas infectadas de tiburones por la puta
madre Steve no entiendes cuando es simplemente no” Mi
padre no esperó que respondiera, simplemente siguió con la paliza, esta vez más
lento pero igual de fuerte “bueno yo te hare entender" le escuché decir entre dientes y
ese comentario me hizo estremecer.
"papi entendí, entendí, pero me estas matandooooo” casi
no me salía voz, yo gritaba tratando de inspirar su compasión, su lástima o lo
que diablos fuera con tal dejara de nalguearme.
"Dilo" me reto "Dilo como corresponde"
"Papi dime qué quieres que diga y lo digo" Era
obvio que mi mente ya no estaba para pensar en que rayos quería que le dijera.
"vamos eres más inteligente que eso, pero ya que insistes” tomó
el cinturón y me dio dos fuertes correazos “Repite Steve Hyuga, cuando papá dice no, es no, siento haber
desobedecido y nunca más lo haré o mi trasero lo pagara por una semana"
ZAS, ZAS, ZAS, ZAS Papá acompañó sus
palabras con cuatro fuertes azotes.
"Nunca más lo hare, cuando papá dice no es no, lo siento mucho no
debí desobedecer" le dije entre sollozos y lágrimas, prometiéndome
a mí mismo cumplir con mi palabra, bueno por lo menos mientras dure el ardor en
mis pobres asentaderas.
"Al rincón quince minutos y sin moverte”
me ordenó aun emputecido, creo que me envió al rincón para no matarme a
nalgadas, bueno no sé si eso será posible pero duele mucho y yo estaba enojado,
por lo general cuando me prohíbe hacer algo siempre es por una razón, pero
siento que esta vez simplemente fue un capricho, además estaba furioso por la
vergüenza que me hizo pasar.
Al cabo de los quince minutos.
“Steve ven aquí” me llamó ¡¡Diablos aún sonaba molesto!
"Si, Sean" le dije desafiante, ese espíritu
rebelde volvió a surgir en mi pecho y sentí que podía golpearme todo lo que
quisiera, pero jamás lo perdonaría por lo que me hizo.
"Si, papá" me corrigió con dureza, me tomo de
nuevo en sus brazos y yo estaba a punto de tirar a la mierda toda mi
bravuconería para evitar que volviera a castigarme pero para mí sorpresa me
lleno de besos.
"No sé qué haría si algo te pasa, me muero, yo me muero" dijo
en tono lastimero, pude sentir sus lágrimas, sus sollozos, mi papi, el gran
empresario Sean Hyuga, estaba temblando de pies a cabeza.
"No me des correazos para demostrarme cuánto me amas papá, lo sé
yo también te amo"
Puedes ser que al principio estuviera
un poco enojado, al diablo, estaba furioso, pero no puedo resistirme, mi
corazoncito se partió al ver a mi papá sufrir y estremecerse de tanto dolor, no
pude aguantarlo más y me eche a sus brazos.
"No se va a volver a repetir papá, sé que no es no"
dije suavecito, intentando consolarlo.
"Ese es mi niño perfecto" me dio una vuelta en el aire y no
dejaba de besar mi cara, de abrazarme, me apretaba con fuerza “no puedo vivir
sin mi cachorrito, te amo, te amo tanto hijito” exclamó sonriendo y yo
no podía creer que fuese el mismo hombre que me dio semejante zurra unos
minutos antes.
"Ay papito no me quieras tanto, que no podré sentarme en la vida y
me golpeaste en frente de todos" lloraba con amargura al recordar la tunda
que me dio delante de todos.
"Te lo merecías" me respondió enojado "Pero lamento
a verlo hecho frente a todos, aunque no me arrepiento así no podrás volver
ahí" me sonrió con un poco de picardía.
"Siempre puedo encontrar otro lugar" no
puedo creer que mi boca me haya traicionado de esta manera.
“¿Perdón?” papá me enarco una ceja "parece que
no entendiste lo que es un no, NO" me ladró.
"Papi, no es no, lo entendí, no es necesario reafirmar nada y
mucho menos en mi traserito" le dije asustado "si ya me
dejaste el poto todo moreteado" me quejé.
"Te lo mereces" me abrazó de nuevo "Pero igual
no lo hagas otra vez" advirtió con señalando mi naricita con su
dedo.
"Papi me puedo ir contigo, jamás podré verle la
cara a nadie después de lo que me hiciste papá, no puedo ir New York por la
vergüenza que me hiciste pasar y ahora no puedo volver a mi hogar" Me
puse a llorar con tantas ganas.
"Hijo si sigues con tus malcriadeces te ira peor" me
retó "Te
ganaste esas nalgadas así que compórtate"
"Pero papá, no creo que jamás el opa te golpeara delante alguien y
tú sí que te lo merecías" le reclamé como un niño traicionado.
"Tú siempre debes ser mejor que yo, siempre debes ser mejor que
todos pero yo soy mejor papá que el mío y te daré las nalgadas que te ganaste
donde sea" me dijo serio "porque eso te ayudara a no volver
a cometer el mismo error"
Bueno debo aceptar que tenía razón, pero
eso no se lo reconoceré jamás "Podemos al menos decir que te deje un ojo
morado por eso" le sonreí dibujando en mis labios la misma picardía
bien heredada de él.
"Soñar es gratis" se sonrió.
"¿Podemos? mira te maquillamos un poco le ojos unas fotitos y mi
honor esta salvado" Dije con tal emoción que parecía un
niño en plena juguetería, lástima que papito no miraba las cosas desde mi punto
de vista.
"hijo si valoras el poder sentarte mejor no sigas" me
advirtió viéndome directo a los ojos y yo sabía que no era una amenaza vacía.
“No seas malito conmigo papito” le dije con un
puchero en mi boca y mis ojos de borreguito “Hazlo si me amas”
"Te amo más que a mi vida" hizo una pausa "pero
olvídate por completo que algún día te voy a dejar demostrarle a alguien que te
deje pegarme porque significaría que te dejaría con el culo rojo por
meses" me dijo muy severo.
"Ambos sabemos que no es verdad, me amas demasiado para
hacerlo" le saqué la lengua, sé que no es lo más inteligente de
mi parte pero me duele el poto, estoy enojado y mimoso nunca es buena
combinación.
“¿Me quieres probar?” me retó serio pero con una sonrisa.
"¿Dónde lo quieres?" le dije mostrándole mi puño sin dejar
de sonreír.
“¿Treinta está bien o son muy pocos?” preguntó
doblando el cinturón en su mano y yo retrocedí un par de pasos.
"sabes que estaba bromeando, verdad"
dije asustado levantando mis manos en señal de paz.
“Me alegra saber que tu si bromeabas, porque yo no”
"Papá, por Dios dame un respiro, me duele mucho mi potito" le
hice un puchero y frotando mi poto con ambas manos “Espero que al menos me hayas traído algo para
el dolor”
"No tigrecito, te mereces un par de buenas nalgadas no un
calmante" y sin previo aviso me dio cinco
palmadas "ni
una broma más sobre eso, soy tu padre me respetas y a mí no se me levanta la
mano jamás" me dijo serio “y considera ésta tu última advertencia.
"OWwww papito, nunca más" me volví un mar de lágrimas "Me duele, nanai
para tu tigrecito" le rogaba entre sollozos "respeto
papito, respeto" susurré sin avergonzarme de sonar como un
mocoso consentido, porque sabía que yo era su mocoso consentido.
"Ajam" me tomo entre sus brazos y me
acostó junto a él en la cama "al tutito y luego vamos a comer" me dijo con
dulzura, asiéndome cariño en mi traserito maltratado y en mi cabecita.
Parecía como si el tiempo se hubiese
detenido y yo no fuese más que un niño, me sentía amado, protegido y no sabía
cómo agradecer a mi padre por darme un poco de paz "Te amo papito" fue todo lo
que alcance a decir antes de dormirme en sus brazos.
Desperté con un rico aroma a comida.
"Que rico papito" le dije todo mimoso, si la verdad es
que una buena zurra siempre despierta al niño que llevo escondido dentro.
“voy tigrecito” Como me hablaba y mima
me hace sentir como un niño y me asusta un poco que se ponga así delante de
otras personas y me arruine la vida.
"papá, no le puedes contar a nadie que soy tu tigrecito recuerda
que soy un chico malo" le dije sin pensar, no creo que papá le
guste la reputación que me estoy formando.
“¿Chico malo?” me alzó una ceja "Eres un crío
pequeñito, mi crío pequeñito mi bebito" me dijo serio, menos mal
que papá no hablo más del tema o no podría sentarme en mi vida, creo que no le
gustaría saber que su “crío pequeñito” es el chico más odiado de la liga y
también tildado injustamente como el jugador más agresivo y sin escrúpulos.
Deguste la comida con ganas y si no
fuera por el ardor de mi trasero, podría decirse que pasé un buen día junto a
mi papá definitivamente ahora que me quedó grabado a fuego en mi cabeza y sobre
todo en mi trasero que cuando papá dice “NO”, significa “NO”, y debo pensar muy
bien si vale o no la pena el desobedecerlo una la próxima vez, porque les
garantizo que habrá una próxima vez, no soy un santo, pero por ahora dejo de
pensar en el futuro y me concentro en el presente.
"Te amo papito" Le dije para reforzar el hecho de que
aunque hoy lo hubiese desobedecido y planeara desobedecerlo después, le amaba y
esperaba que él me perdonaba por todas mis travesuras.
“Yo también te amo mi cachorrito” Dijo sonriéndome y yo supe que no
podría pedir al cielo un mejor padre que el mío.
Lady eres grande!!! Me encanta está historia ! Ya me estaba muriendo por un capitulo nuevo !!! Pobre sean verdad que tiene las manos ocupada con ese niño!
ResponderBorrarSaludos,Alis
Graciasssss Alis tienes razón Sean tiene las manos llenas con Steve pero de esa forma no se aburre.
ResponderBorrarMe pasó algo similar
ResponderBorrarCuando mi papá me dijo que dejara hay su bata en el consultorio y que no la agarra y yo la agarra para jugar la ensicide lodo en ese preciso momento mi padre me dio de nalgadas por desobediente y me dijo que cuando dice que es no
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