jueves, 27 de septiembre de 2012

Solo venía de visita




 Primer capítulo: Solo venía de visita
- No debiste venir (dijo Fernando alargándole una cerveza del refrigerador).
- De nada, hombre (dijo jocosamente Mario tomando la cerveza).
- Hablo en serio. Puedo apañármelas muy bien solo (Fernando miró fijamente a los ojos de su hermano gemelo).
- ¿He dicho yo lo contrario? No ¿verdad? No seas tan paranoico, solo echaba de menos a mi familia y decidí hacerles una visita.
- Claro (con una mueca de disgusto), muy oportuna tu visita ¿no?
- Por cierto, ¿cómo van las cosas por aquí? (Fernando arqueó la ceja y lo miró incrédulo), aparte de lo obvio (intentando animar a su hermano).
- Va por días. Ahora todo está como después de un seísmo todo muy calmado y de vez en cuando viene una pequeña replica.
- Gracias, por la metáfora.
- Pensé que te gustaría (sonriendo por primera vez desde que lo recogiera del aeropuerto). ¿Te vas a quedar mucho?
- Me gustaría, pero solo me han dado una semana. ¿Y los chicos?
- Pablo está en el entreno. Y Lucia en la escuela.
- ¿En al escuela? ¡Hoy es sábado!
- Castigada.
- Mira lo así, al menos no la expulsaron.
- No la expulsaron porque el director es muy buen amigo de la familia.
- ¿En serio?
- ¿tenemos muy buenos amigos monjas?
- No seas estúpido, Lucia, ya está en secundaria, va al mismo instituto que Pablo.
- ¿En secundaria ya? ¡Como pasa el tiempo!
- Dímelo a mí, juraría que fue la semana pasada cuando le estaba enseñando como atarse el nudo de las zapatillas.
- ¿Y qué ha hecho mi angelito para merecer tan ingrata condena?
- pelearse.
- jajaja.
- No tiene gracia.
- Disculpa, tienes razón (dijo intentando aguantarse la risa) ¿Y porque se peleo mi pequeña ninja?
- Un chico
- ¡¡¡¡¡Ya está en esas edad!!!!! (Dijo escandalizado)
- Nooooo, por dios no. Un niño de su clase le llamó una cosa muy fea a su amiga y ella le dio un rodillazo en sus partes nobles. La chico tuvieron que llevarlo al hospital porque se le había subido un testículo (intentaba sonar enojado pero lo cierto es que estaba un poquitín orgulloso que su niña hubiera dado una tunda a un chico).
- ¡Como su madre! (dijo orgulloso Mario)
- Si, se parece mucho a su madre. Pero no quiero que la felicites por ir dando rodillazos a al gente (dijo muy serio).
- ¡Claro que no! (dijo fingiendo estar ofendido), ¿por quién me has tomado? Si quieres le doy un tirón de orejas y todo jajaja
- No será necesario, ya hablé yo con ella (Fernando dijo muy seco).
- Bueno… ¿y nuestro Hamilton particular?
- En su habitación (Fernando dijo con disgusto).
- ¿Y cómo fue? Porque yo solo tengo una versión muy muy resumida.
- Los chicos de su clase, les ha dado por ahí ahora, se reúnen por las noches y hacen carreras con sus coches. Y tu queridísimo hermanito decidió que sería una gran idea “tomar prestado” mi coche y estrellarlo a toda hostia contra una nave industrial. Menos mal que estaba abandonada.
- ¿Menos mal que no le ha pasado nada, querrás decir?
- Esa fase ya está superada. Cuando llamaron del hospital pensé que se había matado. No te puedes ni imaginar lo que pasé. Cuando vi que tan solo se había roto la muñeca, quise matarlo yo mismo con mis manos (Mario no pudo evitar reírse). No te rías.
- Perdón. Mi informador no me dijo nada de eso.
- Ya me imagino yo lo que te dijo tu informador (con una mueca de disgusto).
- ¿Quieres qué hable yo con él?
- Yo ya hablé todo lo que se tenía que hablar con él. Ya te dije que puedo apañármelas bien solo.
- Y yo ya te he dicho que no lo dudaba, pero quizás una segunda opinión le venga bien a ese cabeza-hueca.
- Como quieras (respiró hondo) pero no creo que sirva de mucho. Por un oído me entra y por otro me sale.
- jajaja hablas como la abuela.
- eyyyyyyyyyyyyy ja jajaja

Mario dejó a su hermano Fernando en la cocina y se fue a ver su hermanito pequeño. Mario picó a la puerta varias veces, pero no obtuvo respuesta alguna. Así que finalmente entró en la habitación. Ahí estaba Juan, tumbado bocabajo en la cama, escuchando música en sus auriculares y leyendo un manga. Hacía más de un año que no veía a su hermano y el chico ya no tenía cara de niño, ya empezaba a tener cara de hombre, aunque estuvieran leyendo un tebeo. Mario sonrió al verlo, se acercó un poco más y entonces Juan lo vio, y puso cara de estar molesto, pero se quitó los auriculares.
- ¿Qué coño quieres ahora? ¿Querías comprobar que no me fugado con el coche?
- No eres tan estúpido como para fugarte con esa tartana.
- ¿Mario? (Mario le sonrió y Juan dio un bote de la cama y se abrazó a su hermano) ¿Cuándo llegaste? ¿Por qué no me habías dicho nada que venias? ¿Cuánto te quedas? (Juan estaba súper excitado con la visita de su hermano)
- woawoa, tranquilo…justo acabo de llegar, estaré solo una semanita después debo regresar, y no he avisado porque ha sido algo repentino.
- ¿te ha llamado Fernando por lo del coche?
- no y si. No ha sido Fernando y si ha sido por lo del coche ¿en serio Juan, en que demonios estabas pensando? Podrías haberte matado.
- ya yaya ahórratelo, ya me dio suficiente la brasa Fernando (dijo con cara de asco) ¿Ha venido Camilo contigo?
- No, tenía mucho trabajo, he venido solo. Pero no me cambies de tema. Hablo en serio, podrías haberte matado, has tenido suerte que solo te hayas roto la muñeca.
- siiiiiiiiii vale (dijo un poco cansado del tema, en los últimos días todo el mundo que le veía solo hacía que decirle lo afortunado que había sido y lo tonto que había sido participar en carreras ilegales)
- ¡Ey! no me vengas con “siiiiiiiiii vale” (dijo un poco más serio).
- Venga Mario, ya me han dado la bronca todos, y creo que estaré sin coche hasta que vaya a la universidad.
- si vas (arqueando la ceja)
- ¿también te ha dicho eso? (un poco enfadado)
- Que no viva en la misma ciudad no significa que no me preocupe.
- Pues no tienes nada que preocuparte, me ha ido un poco flojo este trimestre, pero no pasa nada, los dos siguientes son los que importan.
- ¿un poco flojo? Un poco flojo te fue el año pasado, que acabaste con una media de 6,4 sobre 10. ¡6,4 sobre 10! ¿Debes de estar de broma? Con eso no te llega a ninguna parte, como no sea de dependiente en una hamburguesería. (Mario ahora estaba algo más serio y algo más enojado) este es tu último año, si la cagas ahora te habrás hipotecado de por vida tu futuro.
- Guaaaaaaaaaaau Mario, creo que esta vez estableciste algún tipo de record. Ni tres minutos has tardado en darme la brasa con lo de la uni.
- ¿No quieres ir a la uni? (dijo como si fuera la idea más absurda del mundo)
- ¿qué pasa si no quiero ir? No es como si se acabara el mundo. Hay mucha gente que no tienen estudios universitarios y son felices con sus vidas.
- claros que los hay. Pero me parece estúpido cerrarte una puerta así.
- quizás yo no quiero esa puerta abierta.
- ¿Desde cuando? (Mario no podía creerse lo que escuchaba) Hace dos años, decías que querías ser biólogo marino.
- ¡Hace dos años, tenía 15! Era un puto crío (dijo molesto. Mario pensó que ahora con 17 años seguía siendo un puto crío, pero se calló, era evidente que su hermano estaba molesto)
- ¿entonces qué tienes planeado hacer con tu vida?
- No lo sé (dijo encogiéndose de hombros). Ya veré.
- ¡Cómo que no lo sabes, que ya verás!
- shhhhhhhhhhhhh (mandándolo a calmarse) tranqui, Mario. Aun queda mucho para que me gradúe, después ya veré,… buscaré un trabajo o algo, aun no lo sé (Mario no se lo podía creer, no reconocía a su hermano).
- ¿eso son tus planes de futuro?
- ¡joder, que os pasa a todos!, ¿porque tengo que tener planes?, prefiero dejarme llevar y ver lo que venga.
- ¡Hay que ser ambicioso en esta vida, Juan! (alzando la voz)
- ¡Pues yo no lo soy! (alzando aun más la voz, durante un arto se estuvieron aguantando la mirada) Estoy cansado, los calmantes que me están dando me dejan un poco fuera de combate, ¿si me disculpas? me gustaría darme una cabezadita (dijo fulminándolo con la mirada)
- de acuerdo, te dejaré descansar. Pero esta charla no se ha acabado.
- como quieras (dijo acostándose de nuevo en la cama y dándole la espalda).

Mario, salió de la habitación, furioso. No podía creer que su hermano estuviera dispuesto a arruinar su futuro de esa forma. Juan jamás había sido alumno de 10, pero había mantenido una nota media de 8 durante todos esos años. Pero sus notas habían bajado en picado los últimos tres años. Fernando estaba en el salón tumbado en el sofá viendo una comedia.

- ¿Sabías que no quiere ir a la universidad? (dijo Mario todo indignado)
- ¿ah, eso? (dijo resignado) si, ya este año no quería matricularse en este curso. Me costó horrores convencerlo. Finalmente tuve que amenazarlo, sino acababa el instituto le iba a dar una paliza que no iba a volver a sentarse hasta al año que viene.
- ¿qué está pasando?
- No lo sé. No toma drogas ni bebe. Ya le hice análisis. ¿Sus amigos? La mayoría están haciendo planes para la universidad. Hasta su novia quiere empezar magisterio el próximo otoño. Vale, que no quiera estudiar (Mario casi mata a su hermano al oír eso) Pero es que tampoco lo veo yo con muchas ganas de trabajar. Cuando le preguntas solo se encoje de hombros y dice “ya encontraré algo”. Y para colmo, se mete en esto de las carreras y estrella mi coche y casi se mata. ¿A qué tú tampoco has logrado nada?
- ¿y entonces qué pasa?
- Ni idea. Pero comienza a ser una mala influencia. El otro día Lucia me dijo que no importaba la nota que sacara en su examen de ciencias, mientras aprobara.
- ¿Y qué le dijiste?
- La mandé a su habitación a estudiar de una buena nalgada, entendió mi opinión sobre los aprobadillos a la primera (Mario no pudo evitar reírse) Pero me preocupa que ya con 11 años piense así. Juan tenía 15 cuando a empezó a hacer el tonto con los estudios. Lucia solo tiene 11.
- ¿Y Pablo?
- Pablo está muy centrado con la natación y los estudios. Tiene muy claro que quiere una beca completa de natación para la universidad y que para lograrla no tan solo tiene que tener las mejores marcas sino que también debe mantener unas cualificaciones. Y sé que lo de Lucia es solo porque imita a Juan en todo. Pero no quiero que lo imite en esto.
- Entiendo. ¿Quizás le hiciera bien pasar una temporada con Camilo y conmigo?
- Mario, te lo agradezco, pero esta es su casa. Y no sé como, pero encontraremos la manera de que cambie de idea y qué se tome su futuro un poco más seriamente.
- Como veas. Pero mi oferta está en píe.
- ¿Crees que tú lo harías mejor? (le preguntó con el ceño fruncido)
- No, sinceramente (Mario tuvo que admitir que estaba más perdido aun que su hermano) no tengo mucha idea de críos. Pero quizás necesite un cambio de aires.
- No es cuestión de aires. Es la edad. Solo confío que se dé cuenta que se está equivocando pronto, antes que sea muy tarde.
- ¿Y que opina mi cuñada de todo esto?
- digámoslo así… por favor, no repitas tu oferta en voz alta delante de ella.
- ¿tan mal?
- si, tan mal (dando una respiración larga y profunda).
- ¡Pero si siempre se han llevado tan bien esos dos!
- Cristina, lo quiere, lo quiere mucho, pero…es difícil, todas esas malas caras y contestaciones, desgastan a cualquiera.
- pues, no se hable más, se viene conmigo. Voy a llamar primero a Camilo.
- si, mejor lo llamas primero jajaja.
- sé que dirá que si, adora a Juan.
- mejor dicho adoraba a Juan cuando era un amor de niñito, ahora es un adolescente del infierno. Pero mejor le preguntas, vaya que montemos aquí la gorda y después tenga que volver al día siguiente.
- bahhhh, no creo, si lo llamo es solo por deferencia, ya sé su respuesta (dijo sonriendo de nuevo y corrió al despacho de su hermano para llamar a su marido).

- Hola mi amor, ya llegué
- Hola ¿cómo están todos?
- Solo vi a Fernando y a Juan. Los demás los veré al medio día, supongo.
- ya le has dado saludos de mi parte.
- no, aun no, lo haré durante el almuerzo, cuando estemos todos.
- ok, por cierto, han llamado de la universidad.
- ¿González?
- ¡Quién si no! que quería esa pesada ya
- Que si ibas a estar una semana en casa, te pasaras por el instituto geológico y
- ¡no fastidies! Estoy de vacaciones, no pienso pasarme por ningún sitio.
- de acuerdo, pero como te conozco y sé que te acabarás pasando quiere unos mapas de la antigua zona portuaria unos de principios del ochocientos.
- si, ya sé de que habla, fue culpa mía. Fui tan idiota de decirle que aquí teníamos un archivo muy bueno de cartas marítimas y mapas geomorfológicos.
- jajaja te está muy bien empleado por bocazas.
- Lo sé, alguna cosa más.
- te dejaste las chanclas.
- ups, da igual, le tomaré prestadas unas a Mario. Tenemos el mismo píe.
- sois gemelos tenéis el mismo todo, tonto jajaja.
- Oye, te llamaba por una razón, las cosas aquí andan peor de lo que pensaba, Juan está descontrolado. Y he pensado que quizás le hiciera bien un cambio de aires.
- ¿Juan? ¿Entonces lo de los coches era verdad?
- si, carreras ilegales. Además creo que quiere dejar los estudios.
- ¿está loco?
- eso parece, bueno he pensado que si tú estás de acuerdo, podía venir a vivir con nosotros este año, mientras decide que quiere hacer con su vida.
- ya sabes que adoro a tu familia, pero ¿estás seguro? No sé, así de repente, el curso ya empezó.
- Le podemos matricular en el instituto del barrio para el segundo y tercer trimestre.
- ¿Y sus amigos? ¿Y la noviecita esa que tiene?
- solo serán 6 meses, hasta que termine el instituto, a ver si se centra. Creo que aquí hay algo que no le permite centrarse, no sé muy bien que es, pero está irreconocible.
- ¿malas compañías?
- Fernando dice que no. Incluso llegó a hacerle pruebas de drogas. Y nada, limpio como una patena. Pero te juro, ni lo reconocí.
- Bueno, nuestro apartamento es grande, si él está de acuerdo, me lo dices y yo iría a preparar la habitación de los invitados.
- de acuerdo, te llamo mañana, te quiero
- yo también te quiero. Besos a todos


Mario regresó al salón con una sonrisa de triunfador en al cara.

- Te lo dije, puro formalismo.
- Camilo es un santo.
- No te creas también tiene sus días (riéndose).


El resto de la mañana, los dos hermanos estuvieron poniéndose al día de todas las novedades. Y también hablaron de cómo iban a plantearle a su hermanito el cambio de residencia. Fernando estaba viendo una pataleta antológica y Mario no era mucho más optimista. Decidieron que esa noche, cuando los niños estuvieran acostados Cristina y ellos estudiarían la manera menos traumática de comunicarle a Juan la decisión de irse a vivir con Mario y Camilo al menos, hasta que terminara el instituto.

Mario estuvo toda la tarde disfrutando de sus sobrinos, estaban ya tan grandes Lucia ese año había empezado la secundaria, ya tenía 11 años y era una niñita llena de energía y picardía. Pablo a sus 12 era un chico muy centrado y tranquilo. Los dos chicos eran físicamente igual que su madre, pero Pablo tenía el mismo carácter y pasión por el deporte que su padre. Aunque Mario, le gustaba el deporte, tenía que reconocer que prefería más verlo por la televisión que practicarlo. A la hora de la cena, finalmente Juan se unió a la familia, aunque no participo en ninguna de las conversaciones, dejó muy claro que estaba aun enfadado con su hermano Mario.
Mario salió a fuera a fumarse un cigarrillo, Cristina no soportaba el olor a tabaco, así que ya tenía muy bien aprendido que después del café, tenía que salir al patio a fumarse su cafecito. Estaba sentado en una de las hamacas de plástico, mientras contemplaba el precioso cielo estrellado. En la gran ciudad no hay estrellas. Eso era una de las cosas que echaba más de menos. La brisa del mar, el olor de tierra o hierba mojada y las estrellas. A veces Camilo y él tomaban el coche y se escapaban un diíta a la playa, pero no era lo mismo. Cuando llevaba ya dos cigarrillos, salió su hermano con dos tazas en la mano y se sentó a su lado. Mario tomó una y olió el té de jengibre, canela y naranja, no pudo más que sonreír, aquello le traía recuerdos de su infancia. Fernando le agarró un cigarrillo y se lo encendió. Mario a ver fumar a su hermano sonrió, eso también le traía recuerdos.

- Creí que lo habías dejado
- solo fumo de vez en cuando.
- ¿Lo sabe Cristina?
- ¡Estás loco! (dijo Fernando con cara de pánico) ¿Para qué crees que es el té?
- jajaja y yo que creí que querías hacerme recordar cuando éramos pequeños.
- más bien cuando teníamos la edad de Juan jajaja
- veo que sigues tomando el té para ocultar el olor a tabaco de tu aliento, jajaja.
- En los últimos meses he bebido tanto té que creo que me he vuelto inglés, jajaja
- ¿tan horrible?
- Yo más bien diría frustrante. Me siento tan impotente, veo como se está arruinando la vida y no puedo hacer nada. Y ahora para acabarlo de arreglar, lo de las carreras. No sé que pasa con Juan, pero algo pasa (dio una larga calada al cigarrillo y se quedó en silencio).
- ¿Se lo has comentado a Cristina? Ya sabes nuestra charla de esta mañana.
- Si. No lo ha querido decir en voz alta pero está de acuerdo con que Juan se vaya a vivir una temporadita con vosotros. Es muy duro para ella. Los últimos 8 años ha sido como una madre para Juan. Jamás ha hecho de cuñada con Juan, desde qué vino a vivir a casa Cristina lo trató como a un hijo. Pero los últimos tiempos él ha sido especialmente desagradable sobretodo con Cristina.
- ¿quizás esté enamorado de tu mujer?
- yo también lo pensé, pero…
- ¿pero qué?
- Juan ya tiene novia, y es muy maja.
- yyyyy… Eso no significa nada, yo también tenía novia a su edad y te aseguro que no estaba enamorado de ella para nada.
- ja jajaja más bien estabas enamorado de su hermano.
- ¿de Jorge? ¡Ni en broma! jajaja
- ya, claro. Jajaja
- No, en serio, Jorge no es para nada mi tipo. A mi me gustaba (Mario se sonrojó un montón al recordar quien era su amor platónico de adolescencia) …déjalo. ¿y sino está enamorado de Cristina qué puede ser?
- No sé, al principio solo era borde con Cristina, pero desde que empezara este curso es borde con todos hasta con los niños. Hace unas semanas Pablo y él casi se van a las manos. Bueno casi no (dijo finalmente cansado).
- y por casualidades de la vida ahora la pequeña Lucia le ha dado por dar rodillazos a sus compañeritos de clase ¿Qué coincidencia, no?
- ni lo había pensado (lo cierto es que no lo había relacionado, solo pensó que su hija era como su madre “defensora de los pobres y desvalidos” a ultranza).
- creo que será bueno para todos que Juan venga a pasar una temporada con nosotros. Además también es mi hermano ¿no? (dijo intentando animar a Fernando).
- No te lo tomes como un reproche porque nada más lejos, pero Mario… pero los últimos 8 años no has estado mucho en al vida de Juan.
- Lo sé, vivimos lejos y… bueno no voy a poner excusas, hace 8 años cuando papá y Diana murieron no estaba preparado par ese tipo de responsabilidades.
- He dicho que no te lo reprocho, solo digo que no es lo mismo hacer de hermanito superguay que hacer de padre responsable.
- Fernando, he dicho hace ocho años…ahora soy muy consciente de donde me estoy metiendo llevándome a Juan a vivir con nosotros.
- lo siento, es la costumbre, llevo 8 años preocupándome por él.
- bueno, pues ahora te tomas unas pequeñas vacaciones de adolescentes rebotados. Y Camilo y yo nos armaremos de paciencia y ansiolíticos (dijo esto último riendo).
- Tú bromea, bromea. De aquí a un mes hablamos.

Los días pasaron volando, a medida que los días pasaban el humor de Juan iba mejorando y ya el viernes estaba haciendo bromas con su hermano Mario como tenía costumbre. Fue ese mismo viernes que Cristina, Fernando y Mario decidieron hablar con Juan sobre lo de irse a vivir con Mario y Camilo.

- Juan ¿tienes un momento? (dijo Mario aprovechando que el chico había salido de su habitación para ir a tomar un refresco)
- claro (dijo y se sentó en el sofá al lado de su hermano).
- Fernando, Cristina y yo hemos estado hablando de ti (Juan dejó de sonreír de golpe).
- si es por lo del coche, ya os he dicho que no volverá a pasar (dijo enojado).
- no es por lo del coche (dijo Cristina) bueno… también es por lo de coche. Juan te podías…
-… haber matado (Juan acabó la frase con un tonito irrespetuoso. Mario se dio cuenta a lo que se refería Fernando con lo que Juan era muy irrespetuoso y agresivo con Cristina) ya lo has dicho un millón de veces, ¿quieres que lo grabe (sacando el teléfono) y lo ponga de timbre?
- Ey tranquilitos, ¡Juan! Cristina y Fernando tienen motivos más que suficientes de estar preocupados, solo te rompiste la muñeca, pero viendo como quedó el coche eso fue un auténtico milagro.
- Si tú también te vas a poner a darme la paliza con lo de la suerte que he tenido yo me vuelvo a la habitación (dijo de muy malos modos y levantándose).
- ¡Juan, siéntate y escucha! Estamos hablando contigo (dijo Fernando, levantándose también y poniendo los brazos en jarra)
- no estáis hablando conmigo, me estáis riñendo, corrijo me estáis riñendo por millonésima vez. ¡Joder, ya estoy hasta los huevos de tanta pollada!
- ¡Juan! Tu hermano te ha dicho que te sientes y escuches (dijo Cristina claramente molesta por la actitud y lenguaje de Juan).
- ¡No me da la gana! (casi escupiéndole a la cara y se giró para salir del salón) No tengo porque aguantaros esta mierda (dijo mientras salía del salón) y mucho menos de ti (mirando con profundo asco a Cristina)
- ¡Juan! ¡Regresa aquí ahora mismo! (dijo Fernando pero en ese mismo instante se escucho el portazo de la habitación).
- y así es un día en casa de los Macias (dijo Fernando mirando a su hermano).
- voy a hablar con él (dijo Mario)
- déjalo un rato, que se calme. Ahora mismo si entras es capaz de lanzarte lo primero que tenga a mano a la cabeza, y no siempre es una almohada blandita.
- ¿estás de broma, no? (Mario dijo perplejo pero la cara de su hermano y de su cuñada le dejaban muy claro que no estaban de broma). Bueno, pues desearme suerte, porque no pienso dejar que le hable así ni que nos trate de una forma tan grosera. ¡Habrase visto!

Mario fue hasta la habitación de Juan y picó a la puerta.

- muérete, déjame en paz, puta (Mario no se lo creía, ¿ese que hablaba era su hermanito Juan? No podía ser, tenía que estar poseído o drogado o algo).
- ¡Juan! (empezó a hablar mientras abría la puerta y de repente escuchó como el despertado chocaba contra la puerta. Mario abrió la puerta rápidamente para que no le diera tiempo a lanzar otro objeto. Pero Juan era ya todo un experto en lanzamiento de cacharros y un estuche le dio en plena cara a Mario)
- ¡auuuuuuuuuuuuu, joder! (llevándose las manos a la nariz donde había impactado el estuche) ¡maldita sea Juan! Arggggg (realmente le había hecho mucho daño. Pero Juan ya estaba agarrando una de sus zapatillas e iba a tirársela. Esta vez Mario tuvo mejores reflejos y logró agarrarla al vuelo). Grrrr si te vas a comportar como un niño pequeño en plena pataleta, entonces no me dejas otra de bajar hasta tu altura.
- ¡Lárgate, maricón! (Juan se arrepintió de esa palabras nada más salir de su boca. Mario se quedó paralizado con la zapatilla en la mano derecha y mientras que su mano izquierda seguí a sujetándose la adolorida nariz) Mario…yo…yo no quise decir eso… (Dijo pálido y realmente arrepentido. Juan adoraba a su hermano Mario y jamás le diría algo que pudiera herir su sentimientos, pero estaba tan furioso que ni pensó lo que decía) yo…yo lo siento…no debiste entrar sin mi permiso (realmente no sabía que decir para excusarse)
- ¿Lo sientes? ¿Qué es lo que sientes llamarme a mi maricón o tratar como acabas de tratarnos a tu propia familia? (Mario no estaba furioso estaba decepcionado, jamás creería que oiría su propio hermano insultar a alguno de los miembros de su propia familia de esa manera)
- lo mejor será que te vayas Mario (dijo bajando la cabeza, se sentía fatal por haberle llamando maricón pero no tenía ganas de otro sermón).
- en un rato, pero antes (y Mario se sentó en la cama junto a Juan, miró la zapatilla que sostenía en su mano y que segundo s antes le había lanzado Juan) esto creo que me va avenir de perlas, gracias (Juan lo miró sin entender nada, pero antes que pudiera entender nada, se encontraba sobre el regazo)
- perooo perooo (Mario lo colocó bien para evitar que se moviese) ¿qué haces?
- creo que es bastante obvio (dejando caer el primer zapatillazo) PLAFF
- auuuuuuuuuuuuuuuuuuu ¿qué haces? ¡Me hiciste daño! (dijo indignado)
- Exacto. Y solo acabo de empezar (dejando hacer tres zapatillazos rápidos sobre el mismo muslo)PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF para cuando termine tu culo va hacer juego con mi camiseta (que era roja pasión)
- auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu ay ay suéltame Mario, me haces daño.
- ponte cómodo Juan, vamos a estar aquí un buen rato, hasta que crea que has aprendido a comportarte como es debido con al gente que te quiere (dijo dejando caer de nuevo la zapatilla en el trasero del chico) PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF
- suéltame, no tienes derecho auuuuuuuuuuuuuuuu
- no, tú eres el que no tiene derecho de hablarnos y tratarnos así PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF sobretodo con a la pobre Cristina PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF con lo que te quiere y se preocupa por ti PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF y Fernando tampoco se lo merece PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF
- Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu ¡para ya!paraaaaaaaaaaaaa. He dicho que pares joder (y Mario dejó caer media docena de zapatillazos bien fuertes sobre sus muslos) PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF .
- me parece que no lo estás entendiendo PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF quizás deba cambia de método (Mario le bajó de un tirón el pantalón del chándal) PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF
- noooooooooooooooooooo, sin pantalones noooooooooooooooooo auuuuuuuuuauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu paraaaaaaaaaaaaaaaaaaa
- PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF SOLO DEPENDE DE TI QUE PARE PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF
- AUUUUUUUUUUUUUUUUUU pues para
- PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF (Mario aplicó con más fuerza sobre el punto donde se unen nalgas y muslos) TE REPITO QUE YO PARE SOLO DEPENDE DE TI.
- AUUUUUUUUUUUUU Para, para, lo siento, lo siento, no lo volveré a hacer auuuuuuuuuuuuuuuu pero para auuuuuuuuuuuuuuu No volveré a hablaros así, no volveré a hablar así a nadie auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
- PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF Y no volverás a lanzar cosas la gente ni dar portazos ni malas contestaciones PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF.
- noooooooooooooooooonoooooooooooooooo no volveré auuuuuuuuuuuuuuu por favor, lo siento, lo siento auuuuuuuuuuuuuu para para, lo juro nunca más (Mario detuvo la zapatilla en el aire y contempló el trasero de su hermanito, estaba todo rojo y los muslos no estaba mucho más pálidos. Dejó la zapatilla encima de la mesita y le subió los pantalones)
- de acuerdo. Pero esto era solo el tráiler si vuelvo a verte comportarte de una forma tan deplorable tienes mi palabra que te vas a tragar la película entera ¿entendido?
- siiiii (dijo llorando mientras sobándose el culo) ¿debo ir a disculparme con Cristina Y Fer?
- ¿tú que crees? (agarrando de nuevo la zapatilla para asustar al chico. Y el chico salió corriendo de la habitación para disculparse)

-  Fer, Cristina…yo…yo…bueno (Juan estaba rojo de vergüenza era imposible que su hermano y su cuñada no hubieran oído la zurra, las paredes eran casi de papel y por desgracia, su habitación era justa la continua la salón) yo… (entonces entró Mario en el salón y se volvió a sentar y miró a su hermanito esperando la disculpa) yo…siento haberos hablado así.
-  De acuerdo cariño ¿estás bien? (dijo Cristina apartándole dulcemente un mechón de la cara. Juan se apartó bruscamente de Cristina. Fernando y Mario se miraron y respiraron hondo. Cristina hizo como si no se hubiera dando cuenta del desplante de Juan)
-  Antes de que nos interrumpieras (prosiguió Fernando) queríamos hablarte de una cosa (Fernando le indicó con el dedo que se volviera a sentar. Juan ni se le pasó por la cabeza desobedecerlo). Últimamente no estás muy centrado y hemos pensado que quizás un cambio de aires te vendría bien (Juan levantó la cabeza y miró fijamente a su hermano no sabía si estaba entendiendo bien lo que Fernando le estaba diciendo). ¿Qué te parecería mudarte una temporadita con Mario y Camilo? Sería una oportunidad perfecta para ver nuevas cosas. Ellos vive en una gran ciudad, donde hay una gran oferta cultural, lúdica, laboral, educativa. Y te serviría para ampliar tus horizontes (Juan se le veía que se moría por contestarle pero la zurra estaba demasiado reciente y le refrenaba, pero no sabía cuanto más iba a aguantar todas esa chorradas).
-  Solo si tú quieres, cariño (dijo Cristina. Fernando puso los ojos en blanco, no pudo evitarlo. Cristina se había echado atrás. No se trataba de dejar la decisión en manos de Juan. Se trataba que Juan aceptara y entendiera su decisión). Sabes que esta es tu casa, nosotros somos tu familia y te queremos y solo queremos verte feliz (sonriéndole tiernamente y dándole una tierna caricia por su mejilla. Juan volvió a ponerse tenso y apartarse de la caricia de Cristina)
-  ¿Cuándo me puedo ir? (le dijo entre dientes a Mario, dándole la espalda por completo a Cristina).
-  El lunes regreso a la ciudad, si quieres venirte conmigo entonces, ningún problema.
-  De acuerdo, iré a hacer la maleta y llamaré a mis amigos (se giró hacía Fernando y aun apretando bien los puños y la mandíbula intentando controlarse y no perder los nervios) ¿puedo al menos despedirme de ellos? (le preguntó a Fernando sabiendo que aun estaba castigado por lo del coche).
-  Si, claro. Pero Juan…(empezó a hablar Fernando de nuevo)
-  Tengo mucho que hacer, mejor que empiezo ahora (dijo secamente y se levantó del sofá)
-  Espera un momento Juan. Aun no has oído todo (dijo Mario, pero Juan estaba tan ofuscado que no sabía ni cual de sus hermanos le había hablado, así que se quedó mirando a Fernando un buen rato).
-  Ya ha dicho que si ¿contentos? Me voy a ir, vais a ser una familia feliz (estaban apunto de saltarse las lágrimas pero Juan era muy orgullosos para montar una escenita)
-  Ey, no te estamos echando. Y nosotros ya somos una familia feliz, somos una familia feliz de 5 miembros (dijo un poco ofendido Fernando).
-  Lo que tu digas, tengo que hacer las maletas y
-  Juan (ahora si que Juan se giró para mirar a su hermano Mario) antes de que hagas esas maletas quiero que te queden claras unas cositas.
-  ¿qué?
-  No quiero tonterías, no como las de hace unos instantes. Nada de faltas de respeto ni a mi, ¡y ni en un millón de años a Camilo! Irás a la escuela todos los días y tus notas se mantendrán por encima del siete. (Juan lo estaba escuchando pero estaba cruzado de brazos y con unos morros que casi le llegaban al suelo). No quiero que te metas en ningún lio, nada de cosas ilegales o prohibidas. Y tendrás que respetar nuestras reglas y hacer tu parte de tareas en la casa.
-  Lo que sea con tal de salir de aquí.
-  Juan, eso no es necesario. Fernando y Cristina te quieren con devoción, no se merecen este trato. Discúlpate ahora mismo (Mario tomó un tono muy sobrio y oscuro, ninguno de los tres le había visto jamás hablar de esa manera. Juan respiró hondo y reunió fuerzas para disculparse)
-  Lo siento (aquello fue todo lo que logró sin que se le agriara la bilis).
-  Esta es tu casa y esto es solo algo temporal, para que tengas una experiencia nueva. Tómatelo como un Erasmus. Al acabar el curso, regresarás con nuevas vivencias y otros objetivos (Juan estaba teniendo serios problemas para mantener a ralla su carácter. Fernando se dio cuenta y decidió no presionarlo más) Juan solo una cosa más y ya puedes irte si quieres (Fernando se acercó al muchacho y lo abrazo. Juan no se lo esperaba, primero se quedó rígido pero al cabo de unos segundos abajó su guardia y también le abrazó. Tuvo que hacer un esfuerzo titánico para no desmoronarse), te quiero mono de feria (hacía más de 5 años que su hermano no lo llamaba así. Cuando era pequeño ni Fernando ni Mario lo llamaban por su nombre, siempre lo llamaban mono de feria, monete, mono, monín, monillo…porque según ellos se pasaba el día dando saltos. Fernando siempre decía que Juan había aprendido a saltar sobre la gente mucho antes incluso de sostenerse en píe. Y de aquella época le había quedado aquel mote familiar)
-  Lo sé, yo también, ya sabes (las palabras se le hacían un nudo en la garganta).
-  Llámanos cada día, Mario seguro que tiene una de esa tarifas planas ¿verdad Mario?
-  Si, hasta podrías hacer llamadas internacionales, pero mejor no (dijo medio en broma y medio en serio para intentar aligerar de tensión el ambiente)
-  Voy a hacer las maletas (dijo un poco más clamado)
-  ¿quieres que te ayude? (le dijo Fernando que hasta entonces no se había dado cuenta lo que significaba la oferta de Mario)
-  Vale (dijo Juan intentando sonreír, pero era difícil las lágrimas estaban apunto de derramársele y ambos se fueron hacia la habitación de Juan)

-  Bien jugado cuñadita (dijo Mario nada más oír como la puerta de la habitación de Juan se cerraba).
-  ¿Tanto sea notado?
-  No sé si Fernando se ha dado cuenta de tu jugada, pero te aseguro que Juan no se ha dado cuenta de nada, tranquila. ¿Cuánto haces que lo sabes?
-  ¿Qué sé el qué cuñadito?(dijo con una farsa sonrisa)
-  ¡Oh, venga! Sabes que a mi no me van esos jueguecitos. ¿Cuánto hace que sabes que Juan está coladito por tus huesos?
-  Juan nunca me llegó a ver como su madre. Lo sé. Yo sin embargo cuando lo miro solo veo al monito de feria que me pedía que lo montara en los autos de choque.
-  Vaya.
-  ¡Exacto vaya! Siempre supe que me tenía en una especie de pedestal, pero pensé que solo era una fase. Que cuando fuera mayor y creciera y se sacara novia, se olvidaría por completo. Ya sabes se fijaría en chicas de su edad (Mario asintió y le sonrió. Cristina estaba bien pero seguía siendo una mujer de 32 mientras que Juan solo tenía 17). Pero no fue así y las cosas empeoraron hace 5 meses. Juan finalmente se armó de valor y me confesó lo que sentía por mí. Fue una situación muy violenta, Mario. Yo intenté explicarle que no podía ser, que yo amo a Fernando y aunque no existiera Fernando… entre nosotros no podría haber nunca nada porque yo le veo con los mismos ojos que veo a Pablo o a Lucia.
-  Y fue entonces cuando empezó a comportarse como un capullo ¿no?
-  Si, primero pensé que estaba rebotado conmigo, pero después vi que no. Que solo intentaba que lo dejara de ver como a mi niño. ¿te lo puedes creer? ¿Cómo si eso fuera posible? (Mario y Cristina lo tenían muy claro el problema es que Juan parecía que no entendía eso)
-  ¿Lo sabe Fernando?
-  ¿Que Juan está enamorado de mi?, tú hermano no es idiota. ¿Que Juan se me declaró? no. Son hermanos Mario, ¿qué quieres que hiciera? No quiero que se enfaden por mi culpa. Sé que Fernando jamás se lo tendría en cuenta, pero Juan es demasiado intenso. Ya lo has visto, salta a la más mínima. Solo he tenido que decirle cariño y para prender la mecha, sino le hubieras justo un minuto antes zurrado, créeme cuando te digo que me hubiera…
-  ¿Que te hubiera qué? Cristina. ¿Juan te ha pegado? (Mario no quería creer esa posibilidad, no de su hermano)
-  Tirarme cosa a la cabeza, ya ni las cuento…menos mal que soy mejor que tú esquivando. (dijo riéndose para quitar hierro al asunto) pero…Una vez… hace unas semanas…me dio un bofetón. Fue cuando Pablo y él se pelearon.
-  ¿Pablo salió en tu defensa?
-  No fue eso (pasándose la mano por la cara) ¿alguna vez Fernando y tú os peleasteis?
-  Somos gemelos ¿estás de broma? Ya nos peleábamos dentro del vientre de nuestra madre.
-  Ja jajaja si es verdad, pero me refería algo más físico.
-  Bueno si, de pequeños y quizás dos o tres veces cuando íbamos al instituto. Pero es que tu marido era don perfecto y podría haber sacado de quicio al mismísimo Job.
-  Tiene gracia, él dice lo mismo de ti.
-  Venga, Cristina, tú también ibas al instituto (mirándola a la cara).
-  Tú no dejaste a nadie embarazado en el último año.
-  Touché.
-  Pablo y él se estaban peleando. Había empezado como un juego
-  Ya me conozco yo esa historia (no pudo evitar interrumpirla. Cuando Fernando y él eran pequeños siempre empezaba como un juego)
-  Si, pero en algún momento alguno de los dos dio con un poco más de fuerza o en algún lugar más sensible y dejó de ser un juego para ser una pelea. Al primer grito acudí y los separé. Como he hecho miles de veces. Entonces les empecé a reñir. Y le dije algo que le hirió. No era mi intención, te lo juro Mario. Ya te he dicho que no puedo evitar de verlo como a un hijo,
-  Y él te pegó ¿no?
-  Un bofetón, al más puro estilo Humphrey Bogart (dijo con una media sonrisa mientras negaba con la cabeza) en seguida me pidió perdón, pero desde entonces que me esquiva. Y Mario, está no es una casa muy grande, ¡Que demonios! esta no es una ciudad muy grande.
-  ¿Y le contaste lo del bofetón a Fernando?
-  No hizo falta, Lucia se lo dijo nada más entrar por la puerta.
-  Vaya con mi pajarito
-  ¿Lucia? Lucia es incapaz de mantener la boca cerrada jajaja
-  Ja jajaja entonces es como su padre
-  Igualita jajaja
-  ¿Y Fernando qué hizo?
-  Aquella misma noche tu hermano tuvo una charla privada con Juan.
-  Espero que le diera una buena, mira que levantarle la mano a una mujer.
-  Mario
-  Si
-  Cuídamelo bien. Es un gran chico solo que está confundido. Y nadie mejor que tú sabe que es ser joven y estar confundido.
-  Sí, sé lo que es ser joven y estar confundido, pero Juan no es el mismo caso, Cristina. Yo tenía problemas para reconocer mis verdaderos sentimientos. Juan no ha tenido ningún problema para confesártelos. Su problema es de amor no correspondido. No de no querer reconocer su sexualidad. Y, lo lamento, cariño pero tú has sido su primer amor, y no creo que vaya a ser tan fácil que se solucione con solo llevármelo a la otra punta del país.
-  Marioooooo
-  Vale, te lo cuidaré, no tenías ni que pedírmelo, Juan también es mi hermano ¿recuerdas?
-  Lo recuerdo muy bien, pero no me importa lo que él piense, Juan siempre será mi monito y no quiero que nada malo le pase. Solo te pido que lo cuides y que tengas un poco de paciencia con él.
-  Yo no soy Fer, no pienso aguantarle gilipolleces.
-  Mario, por favor. Es un adolescente. Y lo está pasando mal. Y estará lejos de su hogar y
-  Vale, vale, tendré paciencia, pero que tampoco se pase él, dile a Fernando que se lo diga, en plan últimos consejitos de hermano mayor.
-  No sufras, ya se lo diré a Fer (dándole un beso en la mejilla). Gracias Mario.

1 comentario:

  1. Esta historia es un regalo que me escribió de Little Hoshi para mí pero gustosa me permitió compartirla con ustedes, espero que la disfruten tanto como yo sobre todo porque es su primera serie original.
    Espero que la disfruten tanto como yo
    GRANDE LITTLE HOSHI Y ETERNAS GRACIAS POR LA HISTORIA

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