-
No debiste venir
(dijo Fernando alargándole una cerveza del refrigerador).
-
De nada, hombre
(dijo jocosamente Mario tomando la cerveza).
-
Hablo en serio. Puedo apañármelas muy bien solo (Fernando miró fijamente a los ojos
de su hermano gemelo).
-
¿He dicho yo lo contrario? No ¿verdad? No seas tan paranoico, solo echaba de
menos a mi familia y decidí hacerles una visita.
-
Claro (con
una mueca de disgusto), muy oportuna tu
visita ¿no?
-
Por cierto, ¿cómo van las cosas por aquí? (Fernando arqueó la ceja y lo miró
incrédulo), aparte de lo obvio
(intentando animar a su hermano).
-
Va por días. Ahora todo está como después de un seísmo todo muy calmado y de
vez en cuando viene una pequeña replica.
-
Gracias, por la metáfora.
-
Pensé que te gustaría
(sonriendo por primera vez desde que lo recogiera del aeropuerto). ¿Te vas a quedar mucho?
-
Me gustaría, pero solo me han dado una semana. ¿Y los chicos?
-
Pablo está en el entreno. Y Lucia en la escuela.
-
¿En al escuela? ¡Hoy es sábado!
-
Castigada.
-
Mira lo así, al menos no la expulsaron.
-
No la expulsaron porque el director es muy buen amigo de la familia.
-
¿En serio?
-
¿tenemos muy buenos amigos monjas?
-
No seas estúpido, Lucia, ya está en secundaria, va al mismo instituto que
Pablo.
-
¿En secundaria ya? ¡Como pasa el tiempo!
-
Dímelo a mí, juraría que fue la semana pasada cuando le estaba enseñando como
atarse el nudo de las zapatillas.
-
¿Y qué ha hecho mi angelito para merecer tan ingrata condena?
-
pelearse.
-
jajaja.
-
No tiene gracia.
-
Disculpa, tienes razón (dijo
intentando aguantarse la risa) ¿Y porque
se peleo mi pequeña ninja?
-
Un chico
-
¡¡¡¡¡Ya está en esas edad!!!!! (Dijo escandalizado)
- Nooooo, por dios no. Un niño de su clase le llamó una cosa muy fea a su
amiga y ella le dio un rodillazo en sus partes nobles. La chico tuvieron que
llevarlo al hospital porque se le había subido un testículo (intentaba
sonar enojado pero lo cierto es que estaba un poquitín orgulloso que su niña hubiera
dado una tunda a un chico).
-
¡Como su madre!
(dijo orgulloso Mario)
- Si, se parece mucho a su madre. Pero no quiero que la felicites por ir
dando rodillazos a al gente (dijo muy serio).
-
¡Claro que no!
(dijo fingiendo estar ofendido), ¿por
quién me has tomado? Si quieres le doy un tirón de orejas y todo jajaja
-
No será necesario, ya hablé yo con ella (Fernando dijo muy seco).
-
Bueno… ¿y nuestro Hamilton particular?
-
En su habitación
(Fernando dijo con disgusto).
-
¿Y cómo fue? Porque yo solo tengo una versión muy muy resumida.
-
Los chicos de su clase, les ha dado por ahí ahora, se reúnen por las noches y
hacen carreras con sus coches. Y tu queridísimo hermanito decidió que sería una
gran idea “tomar prestado” mi coche y estrellarlo a toda hostia contra una nave
industrial. Menos mal que estaba abandonada.
-
¿Menos mal que no le ha pasado nada, querrás decir?
-
Esa fase ya está superada. Cuando llamaron del hospital pensé que se había
matado. No te puedes ni imaginar lo que pasé. Cuando vi que tan solo se había
roto la muñeca, quise matarlo yo mismo con mis manos (Mario no pudo evitar reírse). No te rías.
-
Perdón. Mi informador no me dijo nada de eso.
-
Ya me imagino yo lo que te dijo tu informador (con una mueca de disgusto).
-
¿Quieres qué hable yo con él?
-
Yo ya hablé todo lo que se tenía que hablar con él. Ya te dije que puedo
apañármelas bien solo.
-
Y yo ya te he dicho que no lo dudaba, pero quizás una segunda opinión le venga
bien a ese cabeza-hueca.
-
Como quieras
(respiró hondo) pero no creo que sirva
de mucho. Por un oído me entra y por otro me sale.
-
jajaja hablas como la abuela.
-
eyyyyyyyyyyyyy ja jajaja
Mario dejó a su hermano
Fernando en la cocina y se fue a ver su hermanito pequeño. Mario picó a la
puerta varias veces, pero no obtuvo respuesta alguna. Así que finalmente entró
en la habitación. Ahí estaba Juan, tumbado bocabajo en la cama, escuchando
música en sus auriculares y leyendo un manga. Hacía más de un año que no veía a
su hermano y el chico ya no tenía cara de niño, ya empezaba a tener cara de
hombre, aunque estuvieran leyendo un tebeo. Mario sonrió al verlo, se acercó un
poco más y entonces Juan lo vio, y puso cara de estar molesto, pero se quitó
los auriculares.
-
¿Qué coño quieres ahora? ¿Querías comprobar que no me fugado con el coche?
-
No eres tan estúpido como para fugarte con esa tartana.
-
¿Mario?
(Mario le sonrió y Juan dio un bote de la cama y se abrazó a su hermano) ¿Cuándo llegaste? ¿Por qué no me habías
dicho nada que venias? ¿Cuánto te quedas? (Juan estaba súper excitado con
la visita de su hermano)
-
woawoa, tranquilo…justo acabo de llegar, estaré solo una semanita después debo
regresar, y no he avisado porque ha sido algo repentino.
-
¿te ha llamado Fernando por lo del coche?
-
no y si. No ha sido Fernando y si ha sido por lo del coche ¿en serio Juan, en que
demonios estabas pensando? Podrías haberte matado.
-
ya yaya ahórratelo, ya me dio suficiente la brasa Fernando (dijo con cara de asco) ¿Ha venido Camilo contigo?
-
No, tenía mucho trabajo, he venido solo. Pero no me cambies de tema. Hablo en
serio, podrías haberte matado, has tenido suerte que solo te hayas roto la
muñeca.
-
siiiiiiiiii vale
(dijo un poco cansado del tema, en los últimos días todo el mundo que le veía
solo hacía que decirle lo afortunado que había sido y lo tonto que había sido
participar en carreras ilegales)
-
¡Ey! no me vengas con “siiiiiiiiii vale” (dijo un poco más serio).
-
Venga Mario, ya me han dado la bronca todos, y creo que estaré sin coche hasta
que vaya a la universidad.
-
si vas
(arqueando la ceja)
- ¿también te ha dicho eso? (un poco enfadado)
-
Que no viva en la misma ciudad no significa que no me preocupe.
-
Pues no tienes nada que preocuparte, me ha ido un poco flojo este trimestre,
pero no pasa nada, los dos siguientes son los que importan.
-
¿un poco flojo? Un poco flojo te fue el año pasado, que acabaste con una media
de 6,4 sobre 10. ¡6,4 sobre 10! ¿Debes de estar de broma? Con eso no te llega a
ninguna parte, como no sea de dependiente en una hamburguesería. (Mario ahora estaba algo más
serio y algo más enojado) este es tu
último año, si la cagas ahora te habrás hipotecado de por vida tu futuro.
-
Guaaaaaaaaaaau Mario, creo que esta vez estableciste algún tipo de record. Ni
tres minutos has tardado en darme la brasa con lo de la uni.
-
¿No quieres ir a la uni?
(dijo como si fuera la idea más absurda del mundo)
-
¿qué pasa si no quiero ir? No es como si se acabara el mundo. Hay mucha gente
que no tienen estudios universitarios y son felices con sus vidas.
-
claros que los hay. Pero me parece estúpido cerrarte una puerta así.
-
quizás yo no quiero esa puerta abierta.
-
¿Desde cuando? (Mario
no podía creerse lo que escuchaba) Hace
dos años, decías que querías ser biólogo marino.
-
¡Hace dos años, tenía 15! Era un puto crío (dijo molesto. Mario pensó que ahora
con 17 años seguía siendo un puto crío, pero se calló, era evidente que su
hermano estaba molesto)
-
¿entonces qué tienes planeado hacer con tu vida?
-
No lo sé
(dijo encogiéndose de hombros). Ya veré.
-
¡Cómo que no lo sabes, que ya verás!
-
shhhhhhhhhhhhh
(mandándolo a calmarse) tranqui, Mario.
Aun queda mucho para que me gradúe, después ya veré,… buscaré un trabajo o
algo, aun no lo sé (Mario no se lo podía creer, no reconocía a su hermano).
-
¿eso son tus planes de futuro?
-
¡joder, que os pasa a todos!, ¿porque tengo que tener planes?, prefiero dejarme
llevar y ver lo que venga.
-
¡Hay que ser ambicioso en esta vida, Juan! (alzando la voz)
-
¡Pues yo no lo soy!
(alzando aun más la voz, durante un arto se estuvieron aguantando la mirada) Estoy cansado, los calmantes que me están
dando me dejan un poco fuera de combate, ¿si me disculpas? me gustaría darme
una cabezadita (dijo fulminándolo con la mirada)
-
de acuerdo, te dejaré descansar. Pero esta charla no se ha acabado.
-
como quieras
(dijo acostándose de nuevo en la cama y dándole la espalda).
Mario, salió de la habitación,
furioso. No podía creer que su hermano estuviera dispuesto a arruinar su futuro
de esa forma. Juan jamás había sido alumno de 10, pero había mantenido una nota
media de 8 durante todos esos años. Pero sus notas habían bajado en picado los
últimos tres años. Fernando estaba en el salón tumbado en el sofá viendo una
comedia.
-
¿Sabías que no quiere ir a la universidad? (dijo Mario todo indignado)
-
¿ah, eso?
(dijo resignado) si, ya este año no
quería matricularse en este curso. Me costó horrores convencerlo. Finalmente
tuve que amenazarlo, sino acababa el instituto le iba a dar una paliza que no
iba a volver a sentarse hasta al año que viene.
-
¿qué está pasando?
-
No lo sé. No toma drogas ni bebe. Ya le hice análisis. ¿Sus amigos? La mayoría
están haciendo planes para la universidad. Hasta su novia quiere empezar
magisterio el próximo otoño. Vale, que no quiera estudiar (Mario casi mata a su hermano
al oír eso) Pero es que tampoco lo veo
yo con muchas ganas de trabajar. Cuando le preguntas solo se encoje de hombros
y dice “ya encontraré algo”. Y para colmo, se mete en esto de las carreras y
estrella mi coche y casi se mata. ¿A qué tú tampoco has logrado nada?
-
¿y entonces qué pasa?
-
Ni idea. Pero comienza a ser una mala influencia. El otro día Lucia me dijo que
no importaba la nota que sacara en su examen de ciencias, mientras aprobara.
-
¿Y qué le dijiste?
-
La mandé a su habitación a estudiar de una buena nalgada, entendió mi opinión
sobre los aprobadillos a la primera (Mario no pudo evitar reírse) Pero me preocupa que ya con 11 años piense así. Juan tenía 15 cuando a
empezó a hacer el tonto con los estudios. Lucia solo tiene 11.
-
¿Y Pablo?
-
Pablo está muy centrado con la natación y los estudios. Tiene muy claro que
quiere una beca completa de natación para la universidad y que para lograrla no
tan solo tiene que tener las mejores marcas sino que también debe mantener unas
cualificaciones. Y sé que lo de Lucia es solo porque imita a Juan en todo. Pero
no quiero que lo imite en esto.
-
Entiendo. ¿Quizás le hiciera bien pasar una temporada con Camilo y conmigo?
-
Mario, te lo agradezco, pero esta es su casa. Y no sé como, pero encontraremos
la manera de que cambie de idea y qué se tome su futuro un poco más seriamente.
-
Como veas. Pero mi oferta está en píe.
-
¿Crees que tú lo harías mejor?
(le preguntó con el ceño fruncido)
-
No, sinceramente
(Mario tuvo que admitir que estaba más perdido aun que su hermano) no tengo mucha idea de críos. Pero quizás
necesite un cambio de aires.
-
No es cuestión de aires. Es la edad. Solo confío que se dé cuenta que se está
equivocando pronto, antes que sea muy tarde.
-
¿Y que opina mi cuñada de todo esto?
-
digámoslo así… por favor, no repitas tu oferta en voz alta delante de ella.
-
¿tan mal?
-
si, tan mal (dando
una respiración larga y profunda).
-
¡Pero si siempre se han llevado tan bien esos dos!
-
Cristina, lo quiere, lo quiere mucho, pero…es difícil, todas esas malas caras y
contestaciones, desgastan a cualquiera.
-
pues, no se hable más, se viene conmigo. Voy a llamar primero a Camilo.
-
si, mejor lo llamas primero jajaja.
-
sé que dirá que si, adora a Juan.
-
mejor dicho adoraba a Juan cuando era un amor de niñito, ahora es un
adolescente del infierno. Pero mejor le preguntas, vaya que montemos aquí la
gorda y después tenga que volver al día siguiente.
-
bahhhh, no creo, si lo llamo es solo por deferencia, ya sé su respuesta (dijo sonriendo de nuevo y
corrió al despacho de su hermano para llamar a su marido).
-
Hola mi amor, ya llegué
-
Hola ¿cómo están todos?
-
Solo vi a Fernando y a Juan. Los demás los veré al medio día, supongo.
-
ya le has dado saludos de mi parte.
-
no, aun no, lo haré durante el almuerzo, cuando estemos todos.
-
ok, por cierto, han llamado de la universidad.
-
¿González?
-
¡Quién si no! que quería esa pesada ya
-
Que si ibas a estar una semana en casa, te pasaras por el instituto geológico y
-
¡no fastidies! Estoy de vacaciones, no pienso pasarme por ningún sitio.
-
de acuerdo, pero como te conozco y sé que te acabarás pasando quiere unos mapas
de la antigua zona portuaria unos de principios del ochocientos.
-
si, ya sé de que habla, fue culpa mía. Fui tan idiota de decirle que aquí
teníamos un archivo muy bueno de cartas marítimas y mapas geomorfológicos.
-
jajaja te está muy bien empleado por bocazas.
-
Lo sé, alguna cosa más.
-
te dejaste las chanclas.
-
ups, da igual, le tomaré prestadas unas a Mario. Tenemos el mismo píe.
-
sois gemelos tenéis el mismo todo, tonto jajaja.
-
Oye, te llamaba por una razón, las cosas aquí andan peor de lo que pensaba,
Juan está descontrolado. Y he pensado que quizás le hiciera bien un cambio de
aires.
-
¿Juan? ¿Entonces lo de los coches era verdad?
-
si, carreras ilegales. Además creo que quiere dejar los estudios.
-
¿está loco?
-
eso parece, bueno he pensado que si tú estás de acuerdo, podía venir a vivir
con nosotros este año, mientras decide que quiere hacer con su vida.
-
ya sabes que adoro a tu familia, pero ¿estás seguro? No sé, así de repente, el
curso ya empezó.
-
Le podemos matricular en el instituto del barrio para el segundo y tercer
trimestre.
-
¿Y sus amigos? ¿Y la noviecita esa que tiene?
-
solo serán 6 meses, hasta que termine el instituto, a ver si se centra. Creo
que aquí hay algo que no le permite centrarse, no sé muy bien que es, pero está
irreconocible.
-
¿malas compañías?
-
Fernando dice que no. Incluso llegó a hacerle pruebas de drogas. Y nada, limpio
como una patena. Pero te juro, ni lo reconocí.
-
Bueno, nuestro apartamento es grande, si él está de acuerdo, me lo dices y yo
iría a preparar la habitación de los invitados.
-
de acuerdo, te llamo mañana, te quiero
-
yo también te quiero. Besos a todos
Mario regresó al salón con una sonrisa
de triunfador en al cara.
-
Te lo dije, puro formalismo.
-
Camilo es un santo.
-
No te creas también tiene sus días (riéndose).
El resto de la mañana, los dos
hermanos estuvieron poniéndose al día de todas las novedades. Y también
hablaron de cómo iban a plantearle a su hermanito el cambio de residencia.
Fernando estaba viendo una pataleta antológica y Mario no era mucho más
optimista. Decidieron que esa noche, cuando los niños estuvieran acostados
Cristina y ellos estudiarían la manera menos traumática de comunicarle a Juan
la decisión de irse a vivir con Mario y Camilo al menos, hasta que terminara el
instituto.
Mario estuvo toda la tarde
disfrutando de sus sobrinos, estaban ya tan grandes Lucia ese año había
empezado la secundaria, ya tenía 11 años y era una niñita llena de energía y
picardía. Pablo a sus 12 era un chico muy centrado y tranquilo. Los dos chicos
eran físicamente igual que su madre, pero Pablo tenía el mismo carácter y
pasión por el deporte que su padre. Aunque Mario, le gustaba el deporte, tenía
que reconocer que prefería más verlo por la televisión que practicarlo. A la
hora de la cena, finalmente Juan se unió a la familia, aunque no participo en
ninguna de las conversaciones, dejó muy claro que estaba aun enfadado con su
hermano Mario.
Mario salió a fuera a fumarse
un cigarrillo, Cristina no soportaba el olor a tabaco, así que ya tenía muy
bien aprendido que después del café, tenía que salir al patio a fumarse su
cafecito. Estaba sentado en una de las hamacas de plástico, mientras
contemplaba el precioso cielo estrellado. En la gran ciudad no hay estrellas.
Eso era una de las cosas que echaba más de menos. La brisa del mar, el olor de
tierra o hierba mojada y las estrellas. A veces Camilo y él tomaban el coche y
se escapaban un diíta a la playa, pero no era lo mismo. Cuando llevaba ya dos
cigarrillos, salió su hermano con dos tazas en la mano y se sentó a su lado.
Mario tomó una y olió el té de jengibre, canela y naranja, no pudo más que
sonreír, aquello le traía recuerdos de su infancia. Fernando le agarró un
cigarrillo y se lo encendió. Mario a ver fumar a su hermano sonrió, eso también
le traía recuerdos.
-
Creí que lo habías dejado
-
solo fumo de vez en cuando.
-
¿Lo sabe Cristina?
-
¡Estás loco!
(dijo Fernando con cara de pánico) ¿Para
qué crees que es el té?
-
jajaja y yo que creí que querías hacerme recordar cuando éramos pequeños.
-
más bien cuando teníamos la edad de Juan jajaja
-
veo que sigues tomando el té para ocultar el olor a tabaco de tu aliento,
jajaja.
-
En los últimos meses he bebido tanto té que creo que me he vuelto inglés,
jajaja
-
¿tan horrible?
-
Yo más bien diría frustrante. Me siento tan impotente, veo como se está
arruinando la vida y no puedo hacer nada. Y ahora para acabarlo de arreglar, lo
de las carreras. No sé que pasa con Juan, pero algo pasa (dio una larga calada al
cigarrillo y se quedó en silencio).
-
¿Se lo has comentado a Cristina? Ya sabes nuestra charla de esta mañana.
-
Si. No lo ha querido decir en voz alta pero está de acuerdo con que Juan se
vaya a vivir una temporadita con vosotros. Es muy duro para ella. Los últimos 8
años ha sido como una madre para Juan. Jamás ha hecho de cuñada con Juan, desde
qué vino a vivir a casa Cristina lo trató como a un hijo. Pero los últimos
tiempos él ha sido especialmente desagradable sobretodo con Cristina.
-
¿quizás esté enamorado de tu mujer?
-
yo también lo pensé, pero…
-
¿pero qué?
-
Juan ya tiene novia, y es muy maja.
-
yyyyy… Eso no significa nada, yo también tenía novia a su edad y te aseguro que
no estaba enamorado de ella para nada.
-
ja jajaja más bien estabas enamorado de su hermano.
-
¿de Jorge? ¡Ni en broma! jajaja
-
ya, claro. Jajaja
-
No, en serio, Jorge no es para nada mi tipo. A mi me gustaba (Mario se sonrojó un montón
al recordar quien era su amor platónico de adolescencia) …déjalo. ¿y sino está enamorado de Cristina qué puede ser?
-
No sé, al principio solo era borde con Cristina, pero desde que empezara este
curso es borde con todos hasta con los niños. Hace unas semanas Pablo y él casi
se van a las manos. Bueno casi no (dijo finalmente cansado).
-
y por casualidades de la vida ahora la pequeña Lucia le ha dado por dar
rodillazos a sus compañeritos de clase ¿Qué coincidencia, no?
-
ni lo había pensado
(lo cierto es que no lo había relacionado, solo pensó que su hija era como su
madre “defensora de los pobres y desvalidos” a ultranza).
-
creo que será bueno para todos que Juan venga a pasar una temporada con
nosotros. Además también es mi hermano ¿no? (dijo intentando animar a Fernando).
-
No te lo tomes como un reproche porque nada más lejos, pero Mario… pero los
últimos 8 años no has estado mucho en al vida de Juan.
-
Lo sé, vivimos lejos y… bueno no voy a poner excusas, hace 8 años cuando papá y
Diana murieron no estaba preparado par ese tipo de responsabilidades.
-
He dicho que no te lo reprocho, solo digo que no es lo mismo hacer de hermanito
superguay que hacer de padre responsable.
-
Fernando, he dicho hace ocho años…ahora soy muy consciente de donde me estoy
metiendo llevándome a Juan a vivir con nosotros.
-
lo siento, es la costumbre, llevo 8 años preocupándome por él.
-
bueno, pues ahora te tomas unas pequeñas vacaciones de adolescentes rebotados.
Y Camilo y yo nos armaremos de paciencia y ansiolíticos (dijo esto último riendo).
-
Tú bromea, bromea. De aquí a un mes hablamos.
Los días pasaron volando, a
medida que los días pasaban el humor de Juan iba mejorando y ya el viernes
estaba haciendo bromas con su hermano Mario como tenía costumbre. Fue ese mismo
viernes que Cristina, Fernando y Mario decidieron hablar con Juan sobre lo de
irse a vivir con Mario y Camilo.
-
Juan ¿tienes un momento?
(dijo Mario aprovechando que el chico había salido de su habitación para ir a
tomar un refresco)
-
claro (dijo y
se sentó en el sofá al lado de su hermano).
-
Fernando, Cristina y yo hemos estado hablando de ti (Juan dejó de sonreír de golpe).
-
si es por lo del coche, ya os he dicho que no volverá a pasar (dijo enojado).
-
no es por lo del coche (dijo
Cristina) bueno… también es por lo de
coche. Juan te podías…
-…
haber matado
(Juan acabó la frase con un tonito irrespetuoso. Mario se dio cuenta a lo que
se refería Fernando con lo que Juan era muy irrespetuoso y agresivo con
Cristina) ya lo has dicho un millón de
veces, ¿quieres que lo grabe (sacando el teléfono) y lo ponga de timbre?
-
Ey tranquilitos, ¡Juan! Cristina y Fernando tienen motivos más que suficientes
de estar preocupados, solo te rompiste la muñeca, pero viendo como quedó el
coche eso fue un auténtico milagro.
-
Si tú también te vas a poner a darme la paliza con lo de la suerte que he
tenido yo me vuelvo a la habitación (dijo de muy malos modos y levantándose).
-
¡Juan, siéntate y escucha! Estamos hablando contigo (dijo Fernando, levantándose también
y poniendo los brazos en jarra)
-
no estáis hablando conmigo, me estáis riñendo, corrijo me estáis riñendo por
millonésima vez. ¡Joder, ya estoy hasta los huevos de tanta pollada!
-
¡Juan! Tu hermano te ha dicho que te sientes y escuches (dijo Cristina claramente
molesta por la actitud y lenguaje de Juan).
-
¡No me da la gana! (casi
escupiéndole a la cara y se giró para salir del salón) No tengo porque aguantaros esta mierda (dijo mientras salía del
salón) y mucho menos de ti (mirando
con profundo asco a Cristina)
-
¡Juan! ¡Regresa aquí ahora mismo! (dijo Fernando pero en ese mismo instante se escucho el
portazo de la habitación).
- y así es un día en casa de los Macias (dijo Fernando mirando a su
hermano).
-
voy a hablar con él
(dijo Mario)
-
déjalo un rato, que se calme. Ahora mismo si entras es capaz de lanzarte lo
primero que tenga a mano a la cabeza, y no siempre es una almohada blandita.
-
¿estás de broma, no?
(Mario dijo perplejo pero la cara de su hermano y de su cuñada le dejaban muy
claro que no estaban de broma). Bueno,
pues desearme suerte, porque no pienso dejar que le hable así ni que nos trate
de una forma tan grosera. ¡Habrase visto!
Mario
fue hasta la habitación de Juan y picó a la puerta.
-
muérete, déjame en paz, puta
(Mario no se lo creía, ¿ese que hablaba era su hermanito Juan? No podía ser,
tenía que estar poseído o drogado o algo).
-
¡Juan!
(empezó a hablar mientras abría la puerta y de repente escuchó como el
despertado chocaba contra la puerta. Mario abrió la puerta rápidamente para que
no le diera tiempo a lanzar otro objeto. Pero Juan era ya todo un experto en
lanzamiento de cacharros y un estuche le dio en plena cara a Mario)
-
¡auuuuuuuuuuuuu, joder!
(llevándose las manos a la nariz donde había impactado el estuche) ¡maldita sea Juan! Arggggg (realmente
le había hecho mucho daño. Pero Juan ya estaba agarrando una de sus zapatillas
e iba a tirársela. Esta vez Mario tuvo mejores reflejos y logró agarrarla al
vuelo). Grrrr si te vas a comportar como
un niño pequeño en plena pataleta, entonces no me dejas otra de bajar hasta tu
altura.
-
¡Lárgate, maricón!
(Juan se arrepintió de esa palabras nada más salir de su boca. Mario se quedó
paralizado con la zapatilla en la mano derecha y mientras que su mano izquierda
seguí a sujetándose la adolorida nariz) Mario…yo…yo
no quise decir eso… (Dijo pálido y realmente arrepentido. Juan adoraba a su
hermano Mario y jamás le diría algo que pudiera herir su sentimientos, pero
estaba tan furioso que ni pensó lo que decía) yo…yo lo siento…no debiste entrar sin mi permiso (realmente no sabía
que decir para excusarse)
-
¿Lo sientes? ¿Qué es lo que sientes llamarme a mi maricón o tratar como acabas
de tratarnos a tu propia familia? (Mario no estaba furioso estaba decepcionado, jamás
creería que oiría su propio hermano insultar a alguno de los miembros de su
propia familia de esa manera)
-
lo mejor será que te vayas Mario (dijo bajando la cabeza, se sentía fatal por haberle
llamando maricón pero no tenía ganas de otro sermón).
-
en un rato, pero antes
(y Mario se sentó en la cama junto a Juan, miró la zapatilla que sostenía en su
mano y que segundo s antes le había lanzado Juan) esto creo que me va avenir de perlas, gracias (Juan lo miró sin
entender nada, pero antes que pudiera entender nada, se encontraba sobre el
regazo)
-
perooo perooo
(Mario lo colocó bien para evitar que se moviese) ¿qué haces?
-
creo que es bastante obvio
(dejando caer el primer zapatillazo) PLAFF
-
auuuuuuuuuuuuuuuuuuu ¿qué haces? ¡Me hiciste daño! (dijo indignado)
-
Exacto. Y solo acabo de empezar (dejando hacer tres zapatillazos rápidos sobre el mismo
muslo)PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF para
cuando termine tu culo va hacer juego con mi camiseta (que era roja pasión)
- auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu ay ay suéltame Mario, me haces daño.
-
ponte cómodo Juan, vamos a estar aquí un buen rato, hasta que crea que has
aprendido a comportarte como es debido con al gente que te quiere (dijo dejando caer de nuevo
la zapatilla en el trasero del chico) PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF
-
suéltame, no tienes derecho auuuuuuuuuuuuuuuu
-
no, tú eres el que no tiene derecho de hablarnos y tratarnos así PLAFF PLAFF
PLAFF PLAFF sobretodo con a la pobre Cristina PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF con lo
que te quiere y se preocupa por ti PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF y Fernando tampoco
se lo merece PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF
-
Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu ¡para ya!paraaaaaaaaaaaaa. He dicho que pares joder (y Mario dejó caer media
docena de zapatillazos bien fuertes sobre sus muslos) PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF .
-
me parece que no lo estás entendiendo PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF quizás deba
cambia de método
(Mario le bajó de un tirón el pantalón del chándal) PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF
-
noooooooooooooooooooo, sin pantalones noooooooooooooooooo auuuuuuuuuauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
paraaaaaaaaaaaaaaaaaaa
-
PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF SOLO DEPENDE DE TI QUE PARE PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF
-
AUUUUUUUUUUUUUUUUUU pues para
-
PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF
PLAFF PLAFF PLAFF (Mario
aplicó con más fuerza sobre el punto donde se unen nalgas y muslos) TE REPITO QUE YO PARE SOLO DEPENDE DE TI.
-
AUUUUUUUUUUUUU Para, para, lo siento, lo siento, no lo volveré a hacer
auuuuuuuuuuuuuuuu pero para auuuuuuuuuuuuuuu No volveré a hablaros así, no
volveré a hablar así a nadie auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
- PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF Y no volverás a lanzar cosas la
gente ni dar portazos ni malas contestaciones PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF.
-
noooooooooooooooooonoooooooooooooooo no volveré auuuuuuuuuuuuuuu por favor, lo
siento, lo siento auuuuuuuuuuuuuu para para, lo juro nunca más (Mario detuvo la zapatilla en
el aire y contempló el trasero de su hermanito, estaba todo rojo y los muslos
no estaba mucho más pálidos. Dejó la zapatilla encima de la mesita y le subió
los pantalones)
-
de acuerdo. Pero esto era solo el tráiler si vuelvo a verte comportarte de una
forma tan deplorable tienes mi palabra que te vas a tragar la película entera
¿entendido?
-
siiiii (dijo
llorando mientras sobándose el culo) ¿debo
ir a disculparme con Cristina Y Fer?
-
¿tú que crees?
(agarrando de nuevo la zapatilla para asustar al chico. Y el chico salió
corriendo de la habitación para disculparse)
-
Fer, Cristina…yo…yo…bueno (Juan estaba rojo de vergüenza
era imposible que su hermano y su cuñada no hubieran oído la zurra, las paredes
eran casi de papel y por desgracia, su habitación era justa la continua la
salón) yo… (entonces entró Mario en
el salón y se volvió a sentar y miró a su hermanito esperando la disculpa) yo…siento haberos hablado así.
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De acuerdo cariño ¿estás bien? (dijo Cristina apartándole
dulcemente un mechón de la cara. Juan se apartó bruscamente de Cristina.
Fernando y Mario se miraron y respiraron hondo. Cristina hizo como si no se
hubiera dando cuenta del desplante de Juan)
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Antes de que nos
interrumpieras
(prosiguió Fernando) queríamos hablarte
de una cosa (Fernando le indicó con el dedo que se volviera a sentar. Juan
ni se le pasó por la cabeza desobedecerlo).
Últimamente no estás muy centrado y hemos pensado que quizás un cambio de aires
te vendría bien (Juan levantó la cabeza y miró fijamente a su hermano no
sabía si estaba entendiendo bien lo que Fernando le estaba diciendo). ¿Qué te parecería mudarte una temporadita
con Mario y Camilo? Sería una oportunidad perfecta para ver nuevas cosas. Ellos
vive en una gran ciudad, donde hay una gran oferta cultural, lúdica, laboral,
educativa. Y te serviría para ampliar tus horizontes (Juan se le veía que
se moría por contestarle pero la zurra estaba demasiado reciente y le
refrenaba, pero no sabía cuanto más iba a aguantar todas esa chorradas).
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Solo si tú quieres, cariño (dijo Cristina. Fernando puso
los ojos en blanco, no pudo evitarlo. Cristina se había echado atrás. No se
trataba de dejar la decisión en manos de Juan. Se trataba que Juan aceptara y
entendiera su decisión). Sabes que esta
es tu casa, nosotros somos tu familia y te queremos y solo queremos verte feliz
(sonriéndole tiernamente y dándole una tierna caricia por su mejilla. Juan
volvió a ponerse tenso y apartarse de la caricia de Cristina)
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¿Cuándo me puedo ir? (le dijo entre dientes a
Mario, dándole la espalda por completo a Cristina).
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El lunes regreso a la ciudad,
si quieres venirte conmigo entonces, ningún problema.
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De acuerdo, iré a hacer la
maleta y llamaré a mis amigos (se
giró hacía Fernando y aun apretando bien los puños y la mandíbula intentando
controlarse y no perder los nervios)
¿puedo al menos despedirme de ellos? (le preguntó a Fernando sabiendo que
aun estaba castigado por lo del coche).
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Si, claro. Pero Juan…(empezó a hablar Fernando de
nuevo)
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Tengo mucho que hacer, mejor
que empiezo ahora
(dijo secamente y se levantó del sofá)
-
Espera un momento Juan. Aun no
has oído todo
(dijo Mario, pero Juan estaba tan ofuscado que no sabía ni cual de sus hermanos
le había hablado, así que se quedó mirando a Fernando un buen rato).
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Ya ha dicho que si ¿contentos?
Me voy a ir, vais a ser una familia feliz (estaban apunto de saltarse las
lágrimas pero Juan era muy orgullosos para montar una escenita)
-
Ey, no te estamos echando. Y
nosotros ya somos una familia feliz, somos una familia feliz de 5 miembros (dijo un poco ofendido
Fernando).
-
Lo que tu digas, tengo que
hacer las maletas y
-
Juan (ahora si que Juan se giró para mirar
a su hermano Mario) antes de que hagas
esas maletas quiero que te queden claras unas cositas.
-
¿qué?
-
No quiero tonterías, no como
las de hace unos instantes. Nada de faltas de respeto ni a mi, ¡y ni en un
millón de años a Camilo! Irás a la escuela todos los días y tus notas se
mantendrán por encima del siete. (Juan lo estaba escuchando pero estaba cruzado de brazos
y con unos morros que casi le llegaban al suelo). No quiero que te metas en ningún lio, nada de cosas ilegales o
prohibidas. Y tendrás que respetar nuestras reglas y hacer tu parte de tareas
en la casa.
-
Lo que sea con tal de salir de
aquí.
-
Juan, eso no es necesario.
Fernando y Cristina te quieren con devoción, no se merecen este trato.
Discúlpate ahora mismo
(Mario tomó un tono muy sobrio y oscuro, ninguno de los tres le había visto
jamás hablar de esa manera. Juan respiró hondo y reunió fuerzas para
disculparse)
-
Lo siento (aquello fue todo lo que logró
sin que se le agriara la bilis).
-
Esta es tu casa y esto es solo
algo temporal, para que tengas una experiencia nueva. Tómatelo como un Erasmus.
Al acabar el curso, regresarás con nuevas vivencias y otros objetivos (Juan estaba teniendo serios
problemas para mantener a ralla su carácter. Fernando se dio cuenta y decidió
no presionarlo más) Juan solo una cosa
más y ya puedes irte si quieres (Fernando se acercó al muchacho y lo
abrazo. Juan no se lo esperaba, primero se quedó rígido pero al cabo de unos
segundos abajó su guardia y también le abrazó. Tuvo que hacer un esfuerzo
titánico para no desmoronarse), te
quiero mono de feria (hacía más de 5 años que su hermano no lo llamaba así. Cuando era pequeño ni Fernando ni
Mario lo llamaban por su nombre, siempre lo llamaban mono de feria, monete,
mono, monín, monillo…porque según ellos se pasaba el día dando saltos. Fernando
siempre decía que Juan había aprendido a saltar sobre la gente mucho antes
incluso de sostenerse en píe. Y de aquella época le había quedado aquel mote
familiar)
-
Lo sé, yo también, ya sabes (las palabras se le hacían un
nudo en la garganta).
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Llámanos cada día, Mario
seguro que tiene una de esa tarifas planas ¿verdad Mario?
-
Si, hasta podrías hacer
llamadas internacionales, pero mejor no (dijo medio en broma y medio en serio
para intentar aligerar de tensión el ambiente)
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Voy a hacer las maletas (dijo un poco más clamado)
-
¿quieres que te ayude? (le dijo Fernando que hasta
entonces no se había dado cuenta lo que significaba la oferta de Mario)
-
Vale (dijo Juan intentando sonreír, pero
era difícil las lágrimas estaban apunto de derramársele y ambos se fueron hacia
la habitación de Juan)
-
Bien jugado cuñadita (dijo Mario nada más oír como
la puerta de la habitación de Juan se cerraba).
-
¿Tanto sea notado?
-
No sé si Fernando se ha dado
cuenta de tu jugada, pero te aseguro que Juan no se ha dado cuenta de nada,
tranquila. ¿Cuánto haces que lo sabes?
-
¿Qué sé el qué cuñadito?(dijo con una farsa sonrisa)
-
¡Oh, venga! Sabes que a mi no
me van esos jueguecitos. ¿Cuánto hace que sabes que Juan está coladito por tus
huesos?
-
Juan nunca me llegó a ver como
su madre. Lo sé. Yo sin embargo cuando lo miro solo veo al monito de feria que
me pedía que lo montara en los autos de choque.
-
Vaya.
-
¡Exacto vaya! Siempre supe que
me tenía en una especie de pedestal, pero pensé que solo era una fase. Que
cuando fuera mayor y creciera y se sacara novia, se olvidaría por completo. Ya
sabes se fijaría en chicas de su edad (Mario asintió y le sonrió. Cristina
estaba bien pero seguía siendo una mujer de 32 mientras que Juan solo tenía 17). Pero no fue así y las cosas empeoraron
hace 5 meses. Juan finalmente se armó de valor y me confesó lo que sentía por
mí. Fue una situación muy violenta, Mario. Yo intenté explicarle que no podía
ser, que yo amo a Fernando y aunque no existiera Fernando… entre nosotros no
podría haber nunca nada porque yo le veo con los mismos ojos que veo a Pablo o
a Lucia.
-
Y fue entonces cuando empezó a
comportarse como un capullo ¿no?
-
Si, primero pensé que estaba
rebotado conmigo, pero después vi que no. Que solo intentaba que lo dejara de
ver como a mi niño. ¿te lo puedes creer? ¿Cómo si eso fuera posible? (Mario y Cristina lo tenían
muy claro el problema es que Juan parecía que no entendía eso)
-
¿Lo sabe Fernando?
-
¿Que Juan está enamorado de
mi?, tú hermano no es idiota. ¿Que Juan se me declaró? no. Son hermanos Mario,
¿qué quieres que hiciera? No quiero que se enfaden por mi culpa. Sé que
Fernando jamás se lo tendría en cuenta, pero Juan es demasiado intenso. Ya lo
has visto, salta a la más mínima. Solo he tenido que decirle cariño y para
prender la mecha, sino le hubieras justo un minuto antes zurrado, créeme cuando
te digo que me hubiera…
-
¿Que te hubiera qué? Cristina.
¿Juan te ha pegado?
(Mario no quería creer esa posibilidad, no de su hermano)
-
Tirarme cosa a la cabeza, ya
ni las cuento…menos mal que soy mejor que tú esquivando. (dijo riéndose para quitar
hierro al asunto) pero…Una vez… hace
unas semanas…me dio un bofetón. Fue cuando Pablo y él se pelearon.
-
¿Pablo salió en tu defensa?
-
No fue eso (pasándose la mano por la
cara) ¿alguna vez Fernando y tú os
peleasteis?
-
Somos gemelos ¿estás de broma?
Ya nos peleábamos dentro del vientre de nuestra madre.
-
Ja jajaja si es verdad, pero
me refería algo más físico.
-
Bueno si, de pequeños y quizás
dos o tres veces cuando íbamos al instituto. Pero es que tu marido era don
perfecto y podría haber sacado de quicio al mismísimo Job.
-
Tiene gracia, él dice lo mismo
de ti.
-
Venga, Cristina, tú también
ibas al instituto
(mirándola a la cara).
-
Tú no dejaste a nadie
embarazado en el último año.
-
Touché.
-
Pablo y él se estaban
peleando. Había empezado como un juego
-
Ya me conozco yo esa historia (no pudo evitar
interrumpirla. Cuando Fernando y él eran pequeños siempre empezaba como un
juego)
-
Si, pero en algún momento
alguno de los dos dio con un poco más de fuerza o en algún lugar más sensible y
dejó de ser un juego para ser una pelea. Al primer grito acudí y los separé.
Como he hecho miles de veces. Entonces les empecé a reñir. Y le dije algo que
le hirió. No era mi intención, te lo juro Mario. Ya te he dicho que no puedo
evitar de verlo como a un hijo,
-
Y él te pegó ¿no?
-
Un bofetón, al más puro estilo
Humphrey Bogart (dijo
con una media sonrisa mientras negaba con la cabeza) en seguida me pidió perdón, pero desde entonces que me esquiva. Y
Mario, está no es una casa muy grande, ¡Que demonios! esta no es una ciudad muy
grande.
-
¿Y le contaste lo del bofetón
a Fernando?
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No hizo falta, Lucia se lo
dijo nada más entrar por la puerta.
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Vaya con mi pajarito
-
¿Lucia? Lucia es incapaz de
mantener la boca cerrada jajaja
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Ja jajaja entonces es como su
padre
-
Igualita jajaja
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¿Y Fernando qué hizo?
-
Aquella misma noche tu hermano
tuvo una charla privada con Juan.
-
Espero que le diera una buena,
mira que levantarle la mano a una mujer.
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Mario
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Si
-
Cuídamelo bien. Es un gran
chico solo que está confundido. Y nadie mejor que tú sabe que es ser joven y
estar confundido.
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Sí, sé lo que es ser joven y
estar confundido, pero Juan no es el mismo caso, Cristina. Yo tenía problemas
para reconocer mis verdaderos sentimientos. Juan no ha tenido ningún problema
para confesártelos. Su problema es de amor no correspondido. No de no querer
reconocer su sexualidad. Y, lo lamento, cariño pero tú has sido su primer amor,
y no creo que vaya a ser tan fácil que se solucione con solo llevármelo a la
otra punta del país.
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Marioooooo
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Vale, te lo cuidaré, no tenías
ni que pedírmelo, Juan también es mi hermano ¿recuerdas?
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Lo recuerdo muy bien, pero no
me importa lo que él piense, Juan siempre será mi monito y no quiero que nada
malo le pase. Solo te pido que lo cuides y que tengas un poco de paciencia con
él.
-
Yo no soy Fer, no pienso
aguantarle gilipolleces.
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Mario, por favor. Es un
adolescente. Y lo está pasando mal. Y estará lejos de su hogar y
-
Vale, vale, tendré paciencia,
pero que tampoco se pase él, dile a Fernando que se lo diga, en plan últimos
consejitos de hermano mayor.
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No sufras, ya se lo diré a Fer (dándole un beso en la
mejilla). Gracias Mario.
Esta historia es un regalo que me escribió de Little Hoshi para mí pero gustosa me permitió compartirla con ustedes, espero que la disfruten tanto como yo sobre todo porque es su primera serie original.
ResponderBorrarEspero que la disfruten tanto como yo
GRANDE LITTLE HOSHI Y ETERNAS GRACIAS POR LA HISTORIA