Lazos
de Sangre – parte 4-
.
Andy
estaba solo en casa, tenía el teléfono en la mano.
Andy:
papá no te puedo esperar una hora… quede de
salir a las 2… no a las 3 o 4 cuando
llegues.
Samuel:
hijo pues como se te ocurre decirme a esta hora, busca dinero en la cocina o ve
si deje en la cómoda… no me estés sacando las cosas y no te pongas a curiosear
lo que no te importa de acuerdo.
Andy:
si papá. Adiós
Se
fue corriendo a la cocina, buscando en
todas partes, encontró algunas monedas y un billete de una cifra mínima, pero
con eso no podía hacer nada. Se fue al cuarto de su padre y saco un cajoncito
tirando todo a la cama, algunas monedas cayeron pero no era la gran cosa, así
que se puso a buscar en todos los cajones de su padre… dejando su última opción
para el final un cajón que no tenía permitido abrir, se lo pensó un poco pero
tomo el riesgo, había papeles, algunas cosas de valor, una cajita con lo que
parecían fotos y una caja más cerrada con llave había un puñado de billetes y
tomo uno pero una foto le dio curiosidad y las tomo, eran de él, de cuando era
pequeñito no las había visto tenía un álbum de fotos pero ninguna donde tuviera
menos de 3 años. Solo había visto dos fotos de él, pero solo. Se puso a mirar
una tras otra parecía que estaba en una escuela, pensó que en una guardería
pero eso más que parecer una guardería parecía una casa, sintiendo un dolor en
el estómago se puso a revisar los demás papeles, hoja tras hoja encontrándose
con lo que su padre le ocultaba.
Los
documentos eran sobre la adopción de un
niño de tres años cinco meses, venia un
archivo con el nombre, sexo,
características del niño, un acta de nacimiento con los nombres de los que
deberían ser sus padres, no termino de leer todo, lo dejo, se sentía mal, le
dolía el pecho no podía respirar… ahora entendía porque su padre a veces le hablaba como si fuera un amigo, porque no
le decía mucho sobre su madre y porque casi no se parecía a él, porque no
conocía a sus familiares… solo lo tenía a él y ahora resultaba que ni eso
tenía.
El
tiempo se le había ido volando pasaba de la hora en la que se había quedado de
ver con su ahora novia, estaba sentado en el piso llorando sosteniéndose las
piernas, pensando que si era tan mal hijo para que sus padres lo hayan abandonado, su cuerpo se movía mucho sus
hombros bajaban y subían cada vez que respiraba y dejaba soltar un llanto
lastimero.
.
Samuel
acababa de llegar cuando vio la cocina desordenada.
Samuel:
aa muchacho este… lo primero que uno le dice y lo primero que hace… no, no, no…
-dejo las cosas en una mesa y fue al refrigerador tomo un sorbo de jugo directo
de la botella lo tapo y se fue a su cuarto para cambiarse y bajar a comer algo…
entro y se queda parado viendo a Andy en el piso llorando, cosas en su cama
y en el piso.
Samuel:
que carajos haces… te dije que no estuvieras husmeando…
Andy:
buuuaaa… eee eres un mentiroso shiff.
Samuel
viendo todos los papeles no necesitaba
que su hijo le dijera por qué lloraba: vamos párate, te va hacer daño.
Andy:
y a ti que te importa. No eres mi padre…
Samuel:
soy tu padre.
Andy:
no, no lo eres… buaaaag aag buaaaa… mis padres me tiraron, me dejaron… no tengo
a nadie…
Samuel:
nadie te tiro y no estás solo, tienes a tu padre.
Andy:
no eres mi padre… soy un maldito huérfano del que se apiadaron y al que
desecharan como si fuera una basu…
No
alcanzo a terminar la palabra cuando
Samuel le dio un palmazo en la mejilla no muy fuerte apenas dejando un
poco rasa su mejilla, Andy solo derramaba las lágrimas ya no dijo nada,
pensando que se lo merecía, a fin de cuantas no era nadie.
Samuel:
eres el mejor hijo que alguien pueda tener, no eres ninguna basura y nadie se
desharía de ti, un papel no significa nada, es solo eso… un papel… los papeles
mienten.
Andy:
las personas también.
Samuel:
quieres una prueba de paternidad? Y que si dice que eres mío… que? Y Si dice que no eres mi hijo… que? No va a
pasar nada… tú eres y vas a seguir siendo mi hijo.
Andy:
buaaaaaa
Samuel
levanto a su niño cargándolo se sentó en la cama con él, dejándolo llorar en su
pecho.
Samuel:
shuuu ya deja de llorar o te vas a poner mal… además estas llenando mi camisa
de moquitos… tú la vas a lavar e.
Andy:
shiff aaag mmm –se limpió las lágrimas en la camisa de su padre-
Samuel:
deja de pensar en tonterías que sé que tienes en esa cabecita… un papel no
cambia nada entre tú y yo. Te quiero mucho aunque mi camisa este llena de
mocos. Oye dejaste plantada a Mery…
sabes, te va a matar. Quieres que le hable y diga que te sientes mal.
Andy:
aaag shiff –asintió con la cabeza-
Samuel:
okey espera un ratito –lo acostó en su cama y fue a llamar, disculpándose con
la chica y diciendo que Andy se había puesto mal pero que no se preocupara.
Mery:
está bien?
Samuel:
yo espero que sí.
Mery:
puedo ir a verlo?
Samuel:
mmm que tal si mejor se ven mañana.
Mery:
está bien… le mando un beso a mi muñeco.
Samuel
colgó el teléfono y se fue al cuarto, acostándose a un lado de Andy y
acariciándole la espalda para tranquilizarlo y así quedándose dormidos.
.
Andy
despertó y se puso a ver fijamente a su
padre, su color de pelo era diferente tenia algunas cosas en común, pero en el
mundo hay personas con los mismos rasgos, como color de piel o color de ojos,
respiro profundo y recargo su cabeza en su padre asiéndolo despertar.
Samuel:
dormiste bien?
Andy:
vas hacer mi papá?
Samuel:
tonto… ya soy tu padre. Tú crees que es tan fácil deshacerse de mí, pues no. Pero dejando eso… no te dije que no te quería husmeando en mis
cosas?
Andy:
tú tienes la culpa, no deberías de tener secretos.
Samuel:
hijo todo mundo tiene secretos… tú tienes los tuyo y no te estoy interrogando
para que me los digas o si… o me vas a decirme que no tienes ningún secreto.
Andy
desvió la mirada de su padre, ya no le dijo nada.
Samuel
se paró de la cama rumbo a la cocina: vamos a comer… a por cierto joven, estas castigado un mes por curioso.
Andy:
porque?
Samuel:
y recoges todo el cochinero de la cocina.
Andy
se quedó viendo a su padre hasta que lo perdió de vista, respirando profundo y
pensando en sus palabras, él no quería saber nada, si Samuel había aceptado ser
su padre era el mejor del mundo, no preguntaría más cosas, ya no pregustaría
sobre su madre o por nadie más, ere él y
su padre como siempre lo fue… se paró de la cama y salió corriendo tras de él.
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