(Marambra mejor tarde que nunca… espero que te
guste la historia, tu regalo de
cumpleaños un poquito tarde pero aquí esta
: )
Y perdón por tardar tanto con esta historia
hace tres o cuatro meses debería ver
terminado : S )
Era el
cuarto día…
Los
chicos estaban fuera de la casa, hacia un airecito frio y lo más seguro es que
fuera a nevar, los muchachos estaban
jugando, tonteando… Richard no dejaba de enfadar a sus hermanos y Santiago les
ayudo a sus hijos a defenderse del más grande.
Richard:
eso no se vale son tres contra uno…
montoneros.
Santiago:
y tu estas más grandote que tus hermanos.
Arman
estaba sentado en el estómago de su hermanos mientras Tomas y Santiago lo
tenían sujeto haciéndole cosquillas al mayor, pero como no era muy cosquilludo no
consiguieron mucho. Después de un rato en el que su padre los dejo, Richard le quito un zapato a Tomas para
hacerle cosquillas mientras lo arrastraba por el piso.
Tomas:
ya Richard, ya deja me jejej aii ya.
Richard:
no.
Tomas:
jeja jajaj aiii ya, ya, te prometo que no te dijo tonto otra vez… ya Richard
jaja papáaa.
Santiago:
Richard ya déjalo.
Richard:
aii ya esta –le soltó el pie-
Tomas:
aaiiii pendejo me lastime.
Richard:
perdón… Arman tú también quieres cosquillas.
Arman:
no, yo no.
Tomas:
si, si quieres cosquillas a ti nadie te hace cosquillas.
Entre
los dos se pusieron hacerle cosquillas en la pancita, mientras Arman les decía
que lo dejaran, no pasaron ni dos minutos cuando un charquito apareció en el piso y los pantaloncitos del
pequeño estaban mojados.
Arman: les dije que me dejadan tontos…
Richard:
aaii perdón Arman,
Tomas:
uups te gano.
Arman:
totos, tontos.
Santiago:
ya hijo, ven, no pasa nada.
Arman:
me hice pipi po su culpa… buaaa soy gande y me hice pipi buaaa aaja aaiii.
Santiago:
hijo no cuenta, estas chiquito y tu
pancita no retiene lo mismo que si estuvieran más grande… anda, te ayudo
a cambiar.
Tomas:
ya vez, tú tienes la culpa.
Richard:
aa tú también tienes la culpa.
……………………………………………………………………………………………..
Por la
tarde se fueron a un restaurante que estaba a las afueras del pueblo, todos se sentaron en su silla mientras a Arman lo dejaron en una
silla alta de bebe.
Mesera:
qué bonito nene.
Arman:
no soy nene. –dijo ofendido-
Mesera:
aii perdón…
Santiago:
Arman –regaño un poco a lo que el niño puso un pucherito y ojitos de corderito,
gestos que se tranquilizaron cuando Santiago le acarició la mejilla con ternura-
Todos
se pusieron a comer, Arman estaba
ofendido por que todos tenían platos de chicos grande menos él, su plato a pesar de ser bonito y elegante era
de plástico.
Richard:
iiacc que es esto… es verde!!! Que asco…
Fátima:
tú lo pediste.
Richard:
te cambio mi plato.
Fátima:
no.
Richard:
Tomas?
Tomas:
no gracias… no deberías pedir algo solo por el nombre que tiene.
Richard:
papá.
Santiago:
tú lo pediste, tú te lo comes.
Con
distintas muecas y gestos Richard se comió el platillo que pidió, Arman esta
sentadito aun lado de su papá comiendo filete con guarniciones y una sopa.
Santiago:
que paso?
Arman:
ya no quiedo.
Santiago:
ya no te lo comas, es mucho para ti. –le
quedaba medio plato de comida-
Arman:
Richad quiedes?
Richard:
ya que insistes… -se terminó lo que le quedo en el plato de su hermanito-
Cuando
terminaron de comer pidieron un postre.
Arman estaba balanceando sus piecitos disfrutando de aquel pastelillo de una forma
muy infantil -estaba en esos arranque de niñito-
Santiago:
te gusto?
Arman:
sii. –le dio una gran sonrisa-
Santiago
le dio una gran sonrisa al pequeño y luego voltio a ver al mayor: Richard te va
hacer daño.
Richard:
claro que no papá. -Se comió su
platillo, más la mitad del de Arman y un
filete que le quedo a Tomas…
Richard:
aiii que rico comí, ya no entro en la
ropa.
Arman:
goldo.
Tomas:
gordo.
Richard:
no estoy gordo, ni goldo tampoco.
Fátima:
pues ya casi das el botonazo… oso con tu vida, parece que no habías comido en
todo el año, que pena me da tú caso.
…
Era el quinto día…
Esa
noche nevó dejando el piso, la cobertura del carro y las simas de los arboles
adornados de un bonito color blanco. Richard
no durmió toda la noche el estómago le estuvo molestando con ruidos extraños,
pero al día siguiente como si nada pasara.
Tomas:
sigue tragando como puerco y si no duermo otra vez por culpa de tu estómago te saco a patadas del cuarto.
Richard:
aaa delicado.
Santiago:
te dije que te midieras.
Richard:
no pasó nada.
Arman:
toda la noche tu panza hizo duidos y te echaste pedos –arrugo la nariz-
Richard:
eran para perfumar el cuarto.
Fátima:
que marrano eres… papá tu hijo.
Santiago:
Richard compórtate.
Después
de desayunar Tomas se acostó en el sillón de la salita a dormir lo que no pudo
hacer en el transcurso de la noche.
Santiago:
hijo porque no te vas a dormir a la cama ahí te vas a torcer el cuello, anda te acompaño.
Tomas:
pero aquí estoy más cómodo.
Santiago:
pues entonces acomódate –le puso un cojín en la cabeza para que no estuviera
todo torcido y le acomodo los pies-
Richard:
está haciendo mucho frio... tengo ganas de un cafecito calientito, pa porque no
vas por unos?
Santiago:
y yo porque?
Richard:
porque eres el padre y tienes carro… o me lo prestas?
Santiago:
aii –dijo como si le doliera- es que quiero mucho a ese carro.
Fátima:
jaja la confianza que te tienen.
Richard:
no le va a pasar nada ya tengo permiso.
Santiago:
está bien pero con cuidado.
Fátima:
yo voy.
Richard:
no.
Arman:
yo voy, yo voy… si puedo? –le pregunto a su papá, dando saltitos y sosteniéndose de la mesita para verle-
Santiago:
si, si puedes.
Richard:
mmggrr. –no le gustaba que lo
acompañaran por qué solían decirle que manejaba muy mal.
Tomas:
a mí me traen una rebanada de pastel con un chocolate caliente, que tenga mucha
espuma y bombones, también unas galletas que sean de mantequilla ya sabes de
cuales me gustas y si no hay… pues las buscas.
Santiago:
hijo no quieres nada más???
Tomas:
no, solo eso… ooo el pastel que sea de
queso sin ninguna mermelada encima.
Richard:
y tu nieve de que la quieres.
Tomas:
nieve no tonto tengo frio, un chocolate.
Santiago:
Tomas no seas majadero, no tienes que llamarle tonto a tu hermano.
Tomas:
pues que me traiga lo que le pedí.-dijo arrogante y grosero-
Richard:
a ti si te afecto ser el más chico eres
un mimado y malcriado.
Santiago:
Tomas sabes cómo se piden las cosas o tengo que explicarte? –una clara amenaza-
Tomas:
que?? Pero si no he dicho nada malo.
Santiago:
sabes cómo se piden las cosas o no? –dijo serio-
Arman:
se diche po favo. –se lo dijo con una sonrisita tierna- … que?
Michel/
Fátima: que lindooo… aaaiii cosita.
Arman:
no, no, no -se alejó al ver que lo iban
a cargar y a empezar a jalarle sus pequeñas mejillas-
Michel:
tú tienes la culpa por ser tan tierno –lo cargo y le empezó a besas las
mejillas-
Fátima:
si eres un amor.
Tomas:
está bien… por favor me puedes traer lo que te pedí –le dijo de mal modo y mandando-…
no, no papá.
Santiago
hizo levantar a Tomas del sillón
soltándole tres nalgadas fuertes porque seguía empleando el mismo todo
de voz mandón y arrogante que solía tener en algunas ocasiones.
PASSS, PASSS, PASSS –auuu, aiii yaa-
Santiago:
vas a pedir algo, pídelo como se debe.
Tomas:
no, ya no quiero nada –se fue a la
recamara molesto por lo que acababa de pasar-
Richard:
upss.
Santiago:
anden váyanse a comprar las cosas, Fátima ponle su suéter, con el ropón que tiene le puede hacer daño.
Fátima:
muy bien. –le puso el suéter de su versión mayor.
…
Fátima:
pobre de Tomas.
Richard:
nada de pobre, ya sabe que no somos sus criados.
Arman:
pero si le vamos a comprar lo que pidió.
Richard:
no, para que se le quite.
Arman:
a mí no me gusta que me castiguen de esa foma… que a los demás les den y a mí
no… se siente muy feo que te hagan a un lado. –dijo triste-
Richard:
está bien le comprare lo que pidió, eso sí
lo encuentro porque el niño pide cosas muy específicas.
Fátima:
lindo –lo abrazo y le dio un beso en la cabecita, ya que era cierto a Arman le había castigado muchas veces de
esa forma la última vez fue un año atrás
cuando Santiago lo dejo castigado en casa y todos los demás se fueron a la
fiesta de los abuelos, Arman no solía
ponerse a decirles sus sentimientos o a recriminar nada, era
más de callar, pero entendían y a la vez se sintieron tristes por eso, ya que
como había llegado un momento en el que Santiago creyó que los regaños y los castigos no
funcionaban con su hijo, había optado
por buscar otros métodos sin darse cuenta que ese era un método muy cruel.
.
Los
chicos se pusieron a buscar las cosas, Armas por un rato estuvo caminando pero como
daba pasitos tan cortos Richard se lo llevo en brazos sin escuchar las protestas del menor
que no quería ser cargado frente a tanta gente. Entraron a la tienda y cuando
empezaron a servir las bebidas…
Arman:
soy gande yo quiedo café.
Richard:
estas mal de la cabeza si crees que te voy a comprar café.
Fátima:
no puedes tomas café te hace daño.. los bebes tomas leche.
Arman:
no soy bebe –le dijo enojado-
Richard:
no vayas hacer un berrinche por favor. –dijo viendo a los personas que estaban
en la tienda-
Arman:
no estoy haciendo bedinche… peo soy gande y quiedo un café.
Fátima:
que no peque, no se puede.
Arman:
yo tomo café… que tene de malo.
Richard:
que no.
Arman:
que sí. –vio a su hermano lo más desafiante que esos ojitos le permitieron-
Fátima:
yo también voy a tomar chocolate y también Tomas. No quieres lo mismo que
nosotros?
Arman:
no. Quiedo café.
Richard:
oo pues… que estoy alegando contigo. –Sirvió tres cafés y tres chocolates-
Arman:
tú te tomas el chocolate yo no lo quiedo.
Richard:
aja… ya vámonos.
Arman
se quedó quietecito ese aja era como decirle no a lo que él quería.
Fátima:
anda Arman… -trato de cargarlo pero no se dejó-
Richard:
oo de verdad que hoy amanecieron dos berrinchudos en la casa, anda se nos hace
tarde.
Arman:
no.
Richard:
Arman.
…
Diez
minutos después y Arman no se movía de su lugar y las bebidas empezaban a
enfriarse, ya tenían todo pagado pero el pequeño no tenía ganas de caminar.
Richard:
ándale ya vámonos.
Arman:
no.
Richard:
no vas a caminar?
Arman:
no.
Richard
tomo a su hermano dejando los cafés por un lado lo abrazo con una mano y
levantando el suéter que le arrastraba
le soltó una nalgada fuerte que
apenas se sintió por el pantaloncito grueso.
Arman:
shiiff me pegaste.
Richard:
si, quieres otras? O caminas.
Arman:
camino.
Richard:
si te vas a tomar tu chocolate?
Arman:
shiiff, si. –tenía un pucherito en la boca con unas lagrimitas que a un no
caían de sus ojos, vaya sorpresa nunca se pensó
que su hermano le soltara una nalgada-
Fátima:
aiii que lindo, precioso. -lo cargo
metiendo sus manos por debajo del gran suéter para poder tener forma de sostenerlo-
En
todo el camino Arman ya no dijo nada seguía teniendo un pucherito en el rostro
y cuando volteaba a ver a su hermano como que le daba sentimiento pero no
dejaba que las lágrimas cayeran, era un
niño grande y esa nalgada ni había dolido lo suficiente, pero no era por el
pequeño palmetazo en el trasero si no la
persona que lo había dado quien provocaba tal sentimiento, se daban golpecitos de hermanos y de
llevaderas pero un golpe en un brazo era muy diferente a lo que había ocurrido.
Fátima:
ya llegamos.
Michel:
se tardaron.
Santiago
se le quedo viendo al pequeño: que tienes hijo?
Arman:
nada –dijo con la pequeña voz cortada-
Santiago:
nada? Y por nada estas llorando?
Arman:
yo no lloro –tenia las lagrimitas a media mejilla-
Santiago
lo abrazo y le acaricio la cabeza: que
paso mi bebe?
Arman:
shiii Richad me dio una nalgada buaaaaaa. –ya no pudo contener más ese
sentimiento y se soltó a llorar-
Santiago
solo hizo una seña para que le dijeran el motivo de aquello.
Richard:
quería un café y como no le compre uno a él
se enojó y no quería caminar.
Santiago:
hijo tú no puedes tomar café.
Arman:
peo en casa sí shifff.
Santiago:
si, pero cuando lo tomas no pareces un
bebe de dos o tres años…
Arman
ya no discutió y se sentó en el sillón a tomarse el chocolate, Fátima fue a
llamar a Tomas pero este no bajo hasta después de media hora como escondiéndose
y tomando el chocolate.
Tomas:
ya está frio.
Richard:
claro, hace más de media hora que
llegamos con ellos y sin contar el tiempo
en el que el berrinchudo enano ataco
jejeje –vio como Arman lo miro
feo- quieres que lo caliente?
Tomas:
no, yo lo caliento, gracias –dijo bajito y amable-
Era
temprano así que y empezaban a alistar sus cosas para irse al día siguiente, querían tener todo listo y
que no se les quedara la mitad de las cosas.
…
Santiago:
hijo si no puedes hacer las cosas pide ayuda, no es la primera vez que te lo
digo.
Arman:
peo si puedo.
…
Arman subió
con mucho trabajo a la parte alta de la litera aventando al piso sus cosas que había
dejado del primer día y que hasta el
momento no había necesitado, una vez aventó
todo empezó a bajar, Santiago iba entrando y por un momento se quedó inmóvil
pero reacciono cuando Arman perdió el equilibrio y se soltó siendo atrapado por
su padre antes de que tocara el piso
Santiago:
Arman que hacías ahí, una y mil veces te
he dicho que pidas ayuda hijo, te pudiste hacer daño.
Arman:
peo si…
Santiago:
no puedes –lo acomodo en sus piernas le dejaría el mensaje grabado en las
nalguitas ya que parecía que no entendía con las palabras-
Arman:
noo papá –se puso a sollozar ya sabía que pasaría y no le agradaba la idea-
Santiago:
pide ayuda -le dijo serio y cansado de
repartirle lo mismo tantas veces, le bajo el pantalón y el calzoncito y le dio
unas cuantas palmadas no muy recio-
Pass, pass, pass, pass, pass, pass, pass -waaa buaaa buuuaa-
Santiago:
estas castigado por desentendido, aquí te me vas a quedar todo lo que resta del
día –le levanto la ropa y abrazándolo lo deja en la cama que era de Richard y él se puso a empacar las cosas del niño
terminando y saliendo del cuarto sin voltear a verlo-
Arman
se quedó llorando sentadito en la cama
pasando su manita en sus nalgas como tratando de sobarse no le dolía realmente
pero si sentía aun la mano de papá en ellas y tenía un dolorcito en la pancita.
Mientras
tanto los demás estaban en la sala hablando y riendo Richard se estaba burlando
del novio de su hermana, estaba ofendida
pero a la ves buscando algo en contra de la chica a la que Richard pretendía ya
que apenas estaban quedando como novios.
Después
de media hora Arman empezó a bajar la escalera sosteniéndose del barandal de pasito a pasito hasta llegar a la mitad de
la escalera y ser sorprendido por Santiago que enojado no solo porque estaba
desobedeciendo sino porque estaba bajando la escalera sin supervisión, se paró y cargándolo le llevo de vuelta a la
recamara.
Santiago:
te dije que estabas castigado, pero no entiendes… de verdad que no sé qué tienes en esa cabecita, alegas que eres un
niño grande y no sabes atender una orden y ya me cansaste.
Santiago
dejo al niño nuevamente en la recamara, sentado en la cama, ya no le castigo,
ni le dijo nada más, salió del cuarto sin voltear a ver al niño, sin ver si
lloraba o estaba enojado, simplemente se salió y cerró la puerta. En la noche
Fátima le subió unas galletas y un vaso de leche para que cenara haciéndole
compañía parte del día hasta que se acostó a dormir. Era temprano pero todos se
acostaron, tenían sus maletas hechas… regresarían
a casa temprano ya verían que
pasaría con el niño, no creían que se fuera a quedar de ese tamaño ya que no
era la primera vez que lo estaba.
Arman
estaba acostado con Tomas que ya dormía profundamente, se le quedo viendo un
rato a su hermano y se bajó de la cama con mucho cuidadito, aun sentía algo que
le apretaba en el pecho, como pudo bajo
la escalera y busco un suéter que no era muy grueso, tardo mucho pero pudo abrir la puerta de
la calle no era muy difícil ya que no tenía
llave solo el seguro de la puerta, el
problema fue subir y bajar de la silla eso
si fue realmente difícil, reviso por ultima ves las escaleras para observar que
nadie bajara y se salió.
Una
hora después, empezó hacer mucho viento y la puerta que había quedado abierta
se atranco de golpe espantando a todos y bajando a ver qué pasaba.
Santiago: Richard te dije que cerraras la puerta.
Richard: yo no… a mí ni me veas.
Santiago: tú te saliste.
Richard: pero la deje cerrada.
Tomas: papá
Arman no está.
Santiago: como que no está, el no puedo…
Se quedó
callado, al ver y comprender que hacia la silla y una de las maletas fuera de
su lugar, cerró los ojos con miedo.
Michel, Richard y Santiago salieron a buscarlo, no podía estar lejos ere un
pequeño que apenas podía dar pasitos.
La ansiedad
y la desesperación les estaba entrando a todos porque tenían pasadita de uno hora
buscando y no lo encontraba, estaba
empezando a nevar, hacía mucho frio y no lograban ver a la pelotita caminante.
Santiago:
porque, porque te saliste hijo… Armannn,
donde estasss, Armann.
Continuaron
buscando con unas pequeñas linternas.
Santiago:
Richard metete a la casa te va hacer daño.
Richard:
no, hasta que lo encontremos.
Michel
esta algunos metros lejos de Santiago más cerca de la casa, vio como un mapache
arrastraba un zapatito que reconoció, no supo qué hacer si seguir al animal o
ir a la
dirección contraria, pero su
instinto la llevo a la dirección de donde salió el mapache, encontró a Arman sentadito debajo de un árbol
llorando, tenía frio y un mapache feo se había llevado su zapatito.
Michel:
peque porque te saliste, nos asustaste corazón. –lo cargo con muchos
sentimientos encontrados, se habían llevado un gran susto- Santiago, Richard, lo encontré.
Arman: buaaa
aaagg buaa, me dobo mi chapato.
Santiago: Armannn,
porque, porque te saliste.
Arman:
buaaaa, no me pegues.
Santiago
apretó las manos, había tenido miedo,
miedo de encontrar a un pequeñito muerto por el frio, se había prometido no
gritarle, ni castigarle nunca más con tal de volver a ver a su hijo, tomo al niño
en brazos sin decir nada, creía que si
hablada ropería la promesa que se había hecho a sí mismo de no gritarle, cuando
le abrazo lo sitio frio, el suéter que traía se sentía mojado por la briza y el agua nieve que estaba
cayendo, los tres se metieron a la casa
cerrando la puerta. Arman lloraba bajito podía sentir el enojo de su papá y eso
le daba miedo.
Santiago:
lo primero es quitarte toda esta ropa
mojada.
Lo empezó
a desvestir pero termino dejándole la
tarea a Fátima ya que el niño no dejaba de sollozar y temblar sin entender si
era el frio o miedo, Arman tenía todo el
cuerpecito helado así que Fátima lo metió al baño con el agua bien calientita
pero sin quemarle, lo metió a que el
cuerpo empezará a agarrar calor después
de que calmara su llanto y el temblor del cuerpo pasara empezó hablar con él.
Fátima: porque te saliste Arman, nos tenías muy
asustados.
Arman: él no me quiede buaag
Fátima: tonterías, él te quiere mucho.
Arman: no, no me quiede, se cansó de mí, ya no
me quiede.
Santiago
está afuera escuchando, escuchar aquello
le dolió porque él amaba a ese niño, solo que a veces
se le dificultaba. Se supone que todo iba a mejorar una vez aclararan sus problemas, preocupaciones y sus miedos, pero Arman seguía ocultando muchas cosas. Podía
notar miedo, la forma en que trataba de esconderse de él, la forma en que le
pidió que no le castigara y su forma de llorar, no le castigaría por lo de las materias, no
como había pensado hacerlo, no como un año atrás lo hacía… cuando le llegaba con esas notas, en aquel momento no se lo pensaría ni dos
veces ya que su única responsabilidad era estudiar, seria acaso eso lo que le
preocupaba… habrá dicho algo que no
debió o tenía miedo por la travesura que había hecho recién, pero eso en parte
tenía su motivo… era bueno o no!! Ya que
quería decir que el niño estaba
consciente de que lo que había hecho estaba
mal para temerle a un castigo.
Santiago
entro al baño cerrando la puerta para que el calor no se saliera, la idea era tenerlo bien calientito para que
no le fuera hacer daño y pudiera calentar su cuerpecito, Santiago lo saco de la
bañera y lo abrazo con mucho cariño dejando su enojo de lado, lo que el niño necesitaba era un abrazo y él
también lo necesitaba, internamente se decía que algo malo había hecho para que
su hijo le tuviere miedo y que tendría que ver la forma de que ese miedo
desapareciera para siempre así tuviera que cambie su forma de hacer y resolver
las cosas.
Arman
pudo sentir el cambio de su papá y también se abrazó a él, dejándose envolver
por aquel cálido abrazo olvidando sus
penas y vergüenzas ya que estaba completamente desnudito.
Santiago:
nunca me voy a cansar de ti, jamás, te quiero tanto, me ha
dado tanto miedo de perderte, tenía tanto miedo de no volverte a ver.
Arman:
peo te cansaste de mí.
Santiago:
no hijo, no confundas las cosas, me canse de que no pidas ayuda, cuanto daría
para que tuvieras esa confianza de decirme “papá me puedes ayudar” “papá me
puedes dar esto”, que me tengas la confianza, que confíes en mí, que para eso
estoy para ayudarte.
Arman:
buaaa, buaaa
Arman
se hizo bolita su papá no le comprendía, puso un pucherito triste y se llevó el
dedito a la boca como hacia cuando era bebe y su mamá no le daba el chupón, un auto
reflejo del cual no se dio cuanta el niño pero sí su padre.
Santiago
se puso a mecer al niño en sus brazos y hablarle y repetirle palabras que de
pequeño le tranquilizaban: ya, bebe, ya no llores, papá te va a cuidar, mami no
está pero papi si y él te está cuidando,
shuu, shhuu mi niñito ya, ya.
Fátima
se había salido para dejar aquellos dos.
Santiago
tomo una de las toallas y lo envolvió en ella sin soltarlo se sentó
en el retrete para secarle el cabello.
Santiago:
chiquito bonito, hueles a bebe –le dijo mientras olía su cabecita- ya no llores
hijo, dime porque lloras?... Porque me tienes miedo? –se preguntó a si mismo
tratando de descifrarlo ya que el niño no le contestaba-
Santiago cerrando los ojos mientras arrullaba al niño
que ya casi calmaba su llanto, aun con los ojos cerrados pudo sentir como el
tamaño de aquel pequeño niño aumento: que rápido creciste bebe.
Arman:
no te enojes conmigo.
Santiago:
y porque me voy a enojar e?
Arman:
por salirme de la casa shhff.
“Por
lo menos sabe que lo que ha hecho está mal” pensó para él: eso fue muy peligroso, porque
te saliste?
Arman: shhff mmg. –movió sus hombros dando a entender que no sabía-
Santiago: si sabes, pero yo no logro comprender
y necesito que me lo digas.
Arman: no, no sé.
Santiago: si
lo sabes hijo, no me digas que no. –Le dijo ya con la vos más fuerte-
Arman: te
dije que no se shhfff bbugg –trato de levantarse y salir corriendo, pero
sus pasos fueron impedidos-
Santiago: ven.
Arman: déjame.
Santiago: vasta
Arman, necesito que hablemos.
Arman: déjame.
Santiago enojado por aquel arrebato le quito la
toalla que apenas tapaba parte de la espalda y por debajo de las rodillas, jalándole con una mano y con la otra soltando
una solo palmada fuerte que resonó en el baño.
PASSSSS –auuu
buaaa-
Y
fue ese momento en el que Santiago lo
volvió a dejar sentado en sus piernas y con la misma toalla lo cubrió y lo
abrazo sin soltarlo arrullándole como si siguiera siendo aquel pequeñito,
Santiago ya no le dijo nada solo se dedicó a consolarlo, hasta que Arman dejo
de llorar y el solo empezó hablar.
…
Arman: estás enojado?
Santiago: no estoy enojado, pero si estoy
triste.
Arman:
…?
Santiago: porque me tienes miedo, por eso estoy
triste.
Arman: no… mm.
Santiago se le quedo viendo pero Arman calló
nuevamente por un buen rato.
Arman: no te tengo miedo… bueno a veces… un poquito. Te enojas muy fácil.
Santiago: no me enojo muy fácil al contrario
les he dejado… porque les he dejado a todos.. pasar muchas cosas.
Arman: no es cier…
Santiago: … cierto a mí no –termino antes de
que Arman continuara de hablar-
Arman puso una cara de enojo.
Santiago: no te enojes, eso ibas a decir o
no??!!
Arman: no me gusta que se burlen de mi –dijo
enojado-
Santiago: no me estoy burlando, pero eso ibas a
decir y si te he dejado pasar muchas cosas más que a tus hermanos.
Arman: que mentira a Tomas siempre le pasaste
todo.
Santiago:
-“aquí van los celos” pensó- admito que
si le he pasado muchas cosas… espera déjame terminar –le puso el dedo en la
boca antes de que empezara alegar- tú también admite que a pesar del carácter
de tu hermano se metía en menos líos que tú, pero borrón y cuenta nuevo con
eso, se supone que estamos tratando de
hacer las cosas bien. Yo de ser mejor padre para ti y tu de hablar conmigo no
quedarte callado y escóndeme secretos, que es eso de esconderme las
calificación e intentar hacer mi firma?
Arman se puso rígido, molesto y a la ves
triste.
Santiago:
no te estoy regañando hijo, me sentí orgulloso cuando me dijiste lo de la firma,
pero no me gusta que me escondas las cosas algún día me daré cuanta de ello y
ahí sí estaría muy decepcionado más que
decepcionado triste de que no confíes en mí. No soy un monstruo aunque lo
creas.
…
Arman:
no creo que seas un monstruo –dijo bajito después de un rato de silencio- me vas a
castigas? –no pudo evitar preguntar porque internamente su corazón saltaba
asustado por la respuesta-
Santiago
se le quedo viendo un rato: por qué?
Arman
se quedó calladito otro rato, ese “porque” no era un porqué de “porque tendría
que hacerlo” sino un “quiero que me
digas el motivo de porque te voy a
castigar o porque hiciste lo que has hecho”, no hacía falta tener que hablar
mucho se podían entender.
Arman:
por salirme de la casa y asustarlos.
Santiago:
dime tu si debería hacerlo?
Arman
solo agacho la cabeza una vocecita le decía que lo que hizo estuvo mal pero
otra temía por el castigo.
Santiago:
antes que nada, dime porque te saliste? –interrumpió sus pensamientos-
Arman:
tu dijiste que ya estabas cansado de mi… y… y me dejaste solo –no pudo evitar
que los ojos se le humedecieran y una lagrima recorriera su cara eso era lo que
más le había dolido, que lo dejara solo
y que su padre no lograra entenderlo-.
Santiago:
hijo, ya te esplique… esa palabra te hace mucho daño lo siento, no era esa mi
intención, pero entiende que no eres tú,
sino tus acciones. Y te deje arriba
de la cama porque era un castigo, no porque te quiera dejar solo, hijo te
subiste a la litera… un pequeño monito de dos años, te pudiste matar.
Arman:
pero ya me habías castigado shuuff… siempre haces lo mismo me castigas y luego
te vas.
Santiago:
no te voy a dejar –lo abrazo, hablándole muy despacio y bajito- ya, bebe, ya no
llores, papá te va a cuidar, mami no está pero papi si y él te está cuidando, shuu, shhuu mi niñito shhhuu
shssu. –palabras que siempre usaba para calmarlo… cuando su esposa salía y dejaba a los niños al cuidado de él…
o cuando murió su amada y el niño lloraba sin hacer escándalo, escondido y con un llanto muy triste-
Arman calmo el llanto, se sentía tranquilo con esas
palabras y empezaba a quedarse dormido era muy tarde y no habían descansado
nada.
Santiago: eey.
Arman: mm.
Santiago: a dormir, es tarde y hay que
descansar.
Arman se paró sosteniéndose la toalla, pero
antes de salir Santiago le puso otra enzima ya que si solo salía con eso le
daría frio.
Santiago se asomó, Michel y Fátima se habían
quedado dormidas al igual que Tomas, solo Richard seguía despierto.
Santiago: aun no te has dormido?
Ricardo: se me quito el sueño. Los demás se
fueron a dormir porque saben que Arman está bien y que ya regreso a su tamaño.
Santiago: así!!! Y como lo supieron.
Arman: ¿?
Ricardo: inevitable no escucharlos… además ya
no hablas como bebe. –le dijo burlándose de su hermano-
Santiago: bueno a dormir…y tu cámbiate…
hablaremos de todo mañana.
Arman: mmm.
Santiago: oye, no te voy a matar ni nada por el
estilo quita esa cara, anda cámbiate y duerme… descansen un rato.
En la mañana solo la mitad de la familia estaba
despierta, Michel había hablado con la encargada de la casa diciéndole que la
entregarían un poco después de media día
ya que algunos seguían durmiendo.
Michel,
Fátima y Tomas estaban desayunando, Santiago estaba en su cama aun dormido, estar pensando una y otra vez en la situación
en la que se encontraba, en lo que pudo pasar si no le hubiesen encontrado a
tiempo… Arman ya estaba despierto pero aun en su cama y Richard aun dormía con
la baba de fuera abrasando una almohada que ya estaba medio mojada.
Arman
se paró de la cama se asomó a ver quién estaba en la cocina, no vio a su padre así
que regreso sus pasos asomándose al cuarto que compartía con Michel, lo vio
dormir así que se fue a su cuarto donde se sentó en la cama, parándose dos o
tres veces decidido a terminar la conversación de la noche anterior pero sin atreverse a salir del cuarto.
Richard:
Arman como caminas…
Arman:
perdón por despertarte.
Richard:
oye… papá no te va a matar… aunque si dan ganas, lo que hiciste ayer estuvo muy
mal, nos asustaste mucho a todos. –dijo serio al recordar la noche anterior- se supone que
eras un niño “pensante” como no se te paso por esa cabecita… te pudiste morir.
Un bebe no puede soportar estar fuera de casa con ese frio… así que si te dan
una paliza la tienes bien ganada. Ayer papá te pregunto que si te merecías una
paliza, no sabe que hacer… porque el prometió que si te encontraba jamás te volvería
a regañar o a castigar pero papá no lo
hace con el afán de estar jodiedo o no siempre (la manera que un hijo defiende
a su padre). Así que se hombrecito y dile que si te ganaste una paliza.
Arman estaba rojo: y tu como sabes lo que me
pregunto papá.
Richard:
porque estuvo oyendo bobo. Así que si no tienes el valor para decirle ponte un
cartel en la frente que diga que te mereces ese castigo… así que sal de una vez
hablar con él.
Arman se quedó quieto un rato, pensando en las
palabras, sin creer lo que le estaban diciendo.
Richard: Arman ya ve hablar con él, no te
quedes ahí parado.
Arman: no es tan fácil.-dijo enojado pero con
la voz entre cortada-
Richard: a como no…
El
mayor se paró de su cama temblando un poquito al sentir el frio en sus pies,
pero sin darle tanta importancia tomo a
su hermano del brazo con fuerza y lo
llevo al cuarto de su padre, abrió casi
de golpe la puerta ya que Arman trataba de no ser manejado al antojo del mayor.
Santiago: eey quee!! –dijo con los ojos aun
cerrado- que paso??
Richard: Arman quería hablar contigo… y dice
que si se merece un castigo.
Santiago: mmm ¿¡¡ !!?? Y tú también por estar descalzo verdad?
Richard: yo?
yo todavía que les estoy
ayudando. –dijo saliendo del cuarto y cerrando la puerta detrás de el-
Arman
solo se quedó viendo el piso, jugando
con sus manos, incomodo por la situación y avergonzado por que Santiago tenía
unas bonitas y visibles ojeras por la falta de sueño.
Santiago: ven hijo.
Pero este ni se movió.
Santiago se le quedo viendo un rato desde la
cama, con algo de pereza se levantó y lo jalo a la cama sentándose ambos en
esta.
Santiago: Que tienes?... –por un momento pensó
que tendría miedo, pero cuando le tomo de la mano este no se resistió, ni
demostró tener miedo, pero esa forma de jugar con sus dedos…- De que tienes vergüenza?
Arman: no tengo vergüenza.
Santiago: aja… -se tiro a la cama jalando Arman
aun lado de él y cerrando los ojos-
…
Arman: Richard estuvo escuchando la plática que
tuvimos anoche -dijo acusando a su hermano, sin enterarse que lo hacía en una forma tan infantil-
Santiago
solo dio una sonrisa sin abrir los ojos: es porque te quiere mucho así como
todos tus hermanos y como te quiere Michel y yo, nos preocupamos por ti aunque
lo dudes… y me dices que más hablaste
con tu hermano para estar así?
Arman: … Pue…mmm… es que… mm… él. Grrrrr.
Santiago: no me quedo muy claro –abrió los ojos
y se le quedo viendo-
Arman: rrrggg –jalo la cobija y se tapó la
cara- me dijo que hablara contigo… y… y
que… aaaagg.
Santiago: y que te merecías unas nalgadas?
Arman: si
ya sabes que es lo que me dijo porque me haces esto… tu como sabias –dijo
bajito-
Santiago:
porque ayer hable con él. Tú te quedaste dormido… me dijo que te diera una paliza de su parte. Pero más importante… yo te
pregunte algo a ti, crees que te lo merezcas?
Arman: mmmshh… Te prometo que ya no lo vuelvo hacer.
Santiago: eso es un sí o un no?
Arman: paaaa.
Santiago:
muy bien, terminemos con esto entonces. –se levantó sentándose en la cama, jalo a Arman y lo puso en sus piernas bajando de un tiro pantalón y calzoncillo, empezó a dejar caer la mano fuerte y pesada, la
primera tanda sin decir nada-
Passs,
passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs,
passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, -auuu,
mm, aiii auuu –trataba de no emitir sonidos pero la mano caía fuerte--
Santiago:
aprende a medir el peligro jovencito.
passs,
passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs,
passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs –aaauuu,
ya, aaaiiiii sshhiii, shhff-
Santiago:
no puedes salir de noche, menos tu solo y mucho menos si mides menos 60 centímetros.
passs,
passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs,
passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs –ya, ya no
lo vuelvo hacer, shhiiff, auuuu, shiii-
Santiago:
háblame si tienes un problema, si algo que te diga te lastima, no te quedes
callado y dime.
passs,
passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs,
passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs, passs.- cada
palmada la sentía cada vez más dolorosa, tenía el trasero caliente y no pudo evitar
meter la mano en dos ocasiones pero fueron apartadas por su padre a este punto
Arman ya lloraba, bajito pero era perceptible-
Santiago:
pide ayuda, para lo que sea que necesites pide ayuda, si no puedes hacerlas cosas
tienes que acudir a alguien y nunca más nos des un susto de muerte –Santiago
por un momento se lo pensó, pero tomo el cinto que estaba aún colgado en una silla y lo dejo caer cinco veces en el ya
rojo trasero-
Zasss,
zasss, zasss, zasss, zasss. –aauuuu, ya buaaa, aiiii-
Santiago:
ya, ya, shhuuu, se terminó, ya se terminó el castigo.
Arman
estaba llorando trataba se dejar de llorar pero no lo podía evitar le dolía el
trasero y tenía muchos sentimientos, Santiago le termino de quitar el
calzoncillo ya que el pantalón se había salido desde hacía rato, con cuidado le
ayudo a poner solo el pantalón que era más suelto que el calzoncillo, lo hizo
acostar aun lado de él, lo tenía abrazado y sobándole la espalda después de un
rato los dos se habían quedado
profundamente dormidos Arman soltando alguno que otro suspiro entre sueños esa había
sido una buena tunda y Santiago sin dejar de abrazarlo.
…
Michel: que lindos.
Richard: qué?
No pensaran bajar a desayunar?
Fátima: déjalos en paz un rato.
Tomas: y
a qué hora nos vamos a ir?
Michel: ya veremos, porque si tu papá aún está cansado tendremos que salir mañana.
Richard: por eso no hay problema yo puedo
manejar.
Tomas: no quiero morir tan joven.
Richard: ja ja. –dijo con sarcasmo-
…
Pasaban de las 12 cuando Santiago despertó:
wooo es demasiado tarde, shhuu bebe –le dio un beso en la frente-
Arman: mmm.
Santiago: estas de malas? –le dijo acariciándole
el rostro-
Arman: mm me duele el trasero.
Santiago: a mí
me hubiera dolido más si te perdía, ese sería un dolor que jamás se
podría quitar, vamos a desayunar anda.
Los dos se pararon, todos estaba en la cocina hablando.
Fátima: buenos días. Hola mi bebe, te duelen
mucho tus pompitas?
Arman: Fátima…
Fátima: mande.
Arman: no me hables asi… y si, si me duelen… poquito
Fátima: eso
pasa por darnos un susto de muerte. –le regaño un poco-
Arman: perdón por asustarlos.
Michel: vamos peque desayuna es tarde.
Arman: mm voy.
…
Esa tarde regresaron a su casa, Arman fue un
poco incómodo ya que estar sentado por algunas horas había sido difícil.
Todos llegaron acomodar sus cosas, Santiago a
preparar algunas cosas ya que trabajaba al día siguiente y no podía faltar.
…
Arman: papá?
Santiago: sí.
Arman: mm si me perdonaste.
Santiago: hijo –se acercó a él y le agarró la
cara- todo quedo perdonado.
Arman: mm también lo de las materias que reprobé?
Santiago: aa jaja muy astuto. Vamos muéstramelos.
Arman: saco de su espalda las notas escolares.
Santiago: aiii hijo…hay que ponernos a trabajar
en estas notas.
Arman: lo se… pa.
Santiago: sí.
Arman: mmm –se mordió los labios- tu dijiste
que me perdonabas por todo, todo lo demás, por salirme sin permiso y por no pedir
ayuda… de verdad todo eso ya está perdonado.
Santiago: mmm??? Sí. Hijo a dónde vas con todo
esto?
Arman: tu dijiste que tenía que hablar…y que no
te guardara secretos.
Santiago: ¡! Así es. Porque?… ven hay que
hablar.
Arman volvió a morderse los labios: no te vayas
a enojar…
Santiago: lo intentare.
Arman: te acuerdas que… cuando yo les di la cajita
de joyas de mamá?
Santiago: sí.
Arman: y que mamá me castigo por algo que no te
dije.
Santiago: sí.
Arman: mmuff… fue porque me salía de la casa en
las noches.. y me bajaba por la ventana del cuarto a hurtadillas… pero no fue
la última vez que lo hice, hace dos meses, hace un meses… y tres semanas
atrás lo hice otra vez –dijo tapándose las nalguitas, ya sabía que lo que había
hecho no era bueno-
Santiago: te estas confesando…
Arman: más o menos... y…el que reprobara las
materias tiene una explicación… bueno aparte de que soy idiota.
PASSSS -auuu-
Santiago: no eres idiota.
Arman: mmm
Santiago: que explicación tienes para las
materias… a ver dime.
Arman: aaffff…mmm.
Santiago: Armannn.
Arman: pensamos… pensé. Aaagg creí que mi novia
estaba embarazada.
Santiago se agarró la cabeza y saco todo el
aire que tenía atorado en el pecho: lo está?
Arman: no, fue una falsa alarma.
Santiago: Arman, Arman, Arman… hijo, sabes
ponerte un globito.
Arman: mmmgg. –la cara se le pinto de rojo-
Santiago: Hijo.
Arman: sí.
Santiago: pues si tu calentura ya llego a este
extremo úsalos… y estas castigado tres meses sin salir.
Arman: pero eran dos.
Santiago: así es. Eran… anda a tu cama que ya
es tarde.
Arman: eso es todo?
Santiago: te tengo que tener bien vigilado, aparte
de eso, si es todo anda a dormí.
Passs -paa- Santiago lo encamino a la salida
con una palmada.
Arman: pa.
Santiago: si
Arman: gracias por no gritar y escucharme…
buenas noches
Santiago: buenas noches mi muchachito.
Me encanto simplemente hermoso.
ResponderBorrarVerdad que no es el fin??? Dí que continúa muchos capítulos más, sí?!!! Es que me encanta Arman, no quiero que termine!! Es una muy linda historia...todas tus historias me resultan emocionantes!!! Gracias por actualizar!
ResponderBorrarQue lindo final para esta etapa, pero que no sea el fin fin porfa que me encanta esta familia.
ResponderBorrarAmo tus historias, Arman es un amor grande o pequeño igual me encanta!!! me alegra que los problemas con Santiago se vayan solucionando ...
ResponderBorrarQuerida MAry...
ResponderBorrarDe todo lo que escribiste sobre esta historia, éste es el mejor capítulo que hiciste y el que más tristeza me dio, son tantos sentimientos atorados dentro de Arman.
He disfrutado muchísimo tu actualización, y te agradezco el detalle bonita, ha sido precioso leerte
GRACIAS...
Marambra