Prólogo
Luke estaba leyendo los nombres de todos
los nobles de Inglaterra desde el 1300 hasta el 1450 en la pantalla que se
formaba sobre su brazo, de la luz emitida de una sofisticada, aunque pequeña
pulsera; o al menos memorizando todos los que podía encontrar en la red de
conocimiento público, cuando la pantalla parpadeó y se apagó.
― ¿Por qué? Estaba aprendiéndome todos los
linajes nobles, así si me toca ser uno de ellos por lo menos tendré idea de
quién soy y quienes son mis padres. ― se quejó el chico cuando se dio cuenta que el Señor Norman
había bloqueado su dispositivo.
― En primer lugar, la probabilidad de que te
toque ser un noble es bajísima, principalmente porque menos del 1% de la
población pertenecía a esa clase social, además de que eran los que menor
índice de mortandad infantil; y en segundo lugar, lo que les estoy diciendo es
importante y práctico para su supervivencia, eso lo puedes consultar en la
pantalla después. ― respondió el instructor después de haber apagado su propia
pantalla.
Corría el año 2050 y 5 chicos de 14 años estaban
sentados en un jardín artificial alrededor de un hombre vestido con un uniforme
color vino.
Los chicos (Callum, Kyle, Dylan y Luke) eran
huérfanos que habían sido seleccionados por el Estado Inglés para una
revolucionaria prueba debido a sus sobresalientes resultados en diversos
campos; el quinto (Wilson) era el hijo del coronel Ernle un alto oficial de
inteligencia británico, que utilizando las habilidades heredadas de su padre
había obtenido acceso a la información confidencial del programa piloto y había
amenazado a su padre y a todo el equipo del proyecto con hacerlo público si no
lo incluían. El incidente estuvo a punto de detener el proyecto, pero al final
el comité encargado decidió que, aunque no fuera huérfano, si su padre y él
estaban totalmente de acuerdo, lo aceptarían en el programa.
― Como les decía, aunque sean interesantes, la
mayoría de las experiencias no serán placenteras. La edad media fue una época
muy dura para los habitantes de Inglaterra. Nobles y campesinos morían en sus
lechos agonizando de dolor por enfermedades que hoy en día se curan tomando una
capsula, y sus hijos sufrían crueles castigos por parte de sus tutores por
igual, con la rarísima excepción de los príncipes y herederos más prominentes.
Si se encuentran ante una situación que no sean capaces de soportar, o si
deciden que el proyecto no es para ustedes, solamente digan el código de
emergencia y el sistema los traerá de vuelta. Pero no lo utilicen a menos de
que estén seguros, pues por razones de presupuesto solamente los podemos mandar
dos veces. Si mueren, sufrirán el dolor, pero su mente al final será devuelta
igual que en el protocolo anterior. Consideren su código de emergencia como una
vida extra, este es individual y está formada por los cinco primeros dígitos
positivos, seguidos de su nombre y el cero al final, cualquier letra o número
distinto invalidan el código y este debe resumirse desde el principio
¿entendido?
Los chicos asintieron.
― Eso no me basta. Quiero una respuesta
verbal. ¿Entendieron los protocolos de emergencia?
―Sí
―
respondieron al unísono los cinco.
Después de un breve lunch Luke se
sentó frente a la pared del edificio en el que estaba su dormitorio, que
inmediatamente se convirtió en una pantalla gigante y un “¿Cómo puedo
ayudarte?” se escuchó saliendo también de la pared electrónica.
“Dame un árbol de todos los nobles de
los que se tiene registro en Inglaterra desde el año 1300 hasta el 1450,
incluyendo su título nobiliario, fechas de nacimiento y muerte, y tres palabras
que describan su carácter.” Pidió el niño.
Casi instantáneamente la pantalla
desplegó el árbol exactamente como Luke lo había pedido, el procesador del MI5
construido con inteligencia artificial había ordenado y filtrado toda la
información, pública y confidencial, de la que se tenía registro al respecto.
Un par de horas después los ojos y la
espalda le dolían, a pesar de estar sentado en una plataforma ergonómica y mirando
una pantalla con filtró de radiación. Despegó los ojos para encontrarse a Dylan
observándolo con curiosidad y diversión.
― ¿De verdad crees que aprenderte todo eso sea
necesario? No que yo pudiera, aunque lo intentara, pero se me hace una
exageración.
―No lo sé, pero prefiero estar preparado. ―dijo mirando de nuevo la pantalla. Iba en el 1430,
pero ya tenía que dormir, pues al día siguiente los despertarían a las 5 de la
mañana. ―pasado mañana
lo sabremos. ―y acto seguido le indico con un “off” a la pantalla que se
apagara.
―Sí, todavía no puedo creerlo. Y ya mañana
viajamos.
Luke asintió y se acostó en su cama, ajustando
desde la pantalla nuevamente desplegada en su brazo el modo de su ropa a
“Pijama”. Dylan hizo lo mismo y se acostó en la suya. Había sido el penúltimo
día de un entrenamiento intensivo de 3 semanas donde habían visto de todo,
desde técnicas de defensa personal y entrenamiento de primeros auxilios, hasta un
poco de religión e información respecto a las estructuras sociales y familiares
de la época, pasando por conocimientos de la comida disponible y algo de
geografía y cartografía.
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