N/A: Escrito
con mucho cariño para ti, Lady Schumi, una persona llena de alegría, chispa y
buena onda, tanto de eso, que haces que todos los días sean Navidad porque los
mejores regalos no son los más caros o los más grandes y por supuesto no vienen
envueltos en finísimos papeles, eso sí lo puedo asegurar, porque tu amistad es
el mejor regalo que no me vino en ninguna cajita envuelta, ni moño ni nada…y
antes de que no lo diga FELIZ
NAVIDAD!!!!
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LAS
TRIQUIÑUELAS DE AIDAN WHITEMORE
Por:
Alejandro Whitemore
Ehhh no sé
cómo comenzar…ehhh… bueno…ehhh primero una prueba!: Esta encendido? hola? hola?
me escuchan? Uffff!!! Ok, creo que esta cámara esta lista, entonces comenzare a
grabar: Hola a todas las lectoras y escritoras del blog, uhhmmm, un momento
también hay un escritor no? ,ok, de nuevo!...Hola a tod@s l@s lector@s y
escritor@s del blog en especial un
enorme saludo a Lady Shumi quien es la causante para que haga esta mierda de video
y...
-…Y eres un maleducado! como puedes
usar ese lenguaje! Y todavía, niño, estas grabando un mensaje, papá debería
darte un buen par de nalgadas…
-…Cállate
Ted! no molestes y no me amenaces que sabes de sobra que Aidan no está!
-Por eso mismo, deberías estar
haciendo lo que le dijiste que harías en lugar de…de… pero qué diablos estás
haciendo frente a esa cámara?
-Nada que a
ti te afecte.
-Ah no, eso sí que no, soy tu hermano
mayor y me vas a decir ahora mismo que estás planeando porque…
-No quieras
robar protagonismo Ted!
-Protagonismo!!! Y quien dice que yo
quiero protagonismo, si yo…
-…si si y SÍ
tu eres mas buena persona que el mismo Jesús de Nazareth pero también eres un
metiche!
-ALEJANDRO!
-THEODORE!
-GRRRR! Eres un maleducado, atrevido
y de paso tonto Alejandro, como osas grabarte sabiendo que todo el mundo verá
lo que estas a punto de hacer o decir y por supuesto también lo verá papá.
-Soy más
listo de lo que crees Theodore y estoy filmándome precisamente porque sé que
papá lo verá, además tú no sabes la razón por la que estoy OBLIGADO hacer esto
así que esfúmate! antes de que le mande
a Agustina por Whats App fotos de cuando
eras un bebé gordo y desnudo paseando por toda la casa.
-Yo no tengo ese tipo de fotos.
-Ted, Ted,
Ted, que no has oído hablar del photoshop?
-Eres un crío Alejandro! Y…y…y no te
atreverías!
-Pruébame.
-AGGG!!! esta bien! tú quedarás mal,
yo no, así que jódete, me voy!
No voy a
borrar esta parte porque es raro cuando Ted dice una palabrota, así que es
mejor dejarlo grabado para que quede en constancia que San Ted tiene su lado
deslenguado… como todo el mundo! hehehe…como iba diciendo: Estoy siendo
obligado a filmar este…uhmmm… este aviso para conocimiento público, antes de
desarrollar el tema central de lo que he denominado: Las Triquiñuelas de Aidan
Whitemore tengo que dejar claro unos puntos (sé que es innecesario pero lo hare
por si acaso) Yo Alejandro Whitemore no soy de los friki que se desahogan hasta
las lágrimas escribiendo sus sentimientos como lo hace mi padre o algunos de
mis hermanos, no, yo tengo mi estilo, y no, no estoy hablándoles para
desahogarme en lágrimas. Alguna vez les he dicho que yo no padezco de ñoñitis?,
bueno, pues es verdad! y tampoco soy un cursilón que cuenta su vida en
grabaciones, nop, y menos un chismoso delator, NO LO SOY!
Se
preguntaran por qué he tenido que dar una pequeñísima introducción a lo que no
soy, verdad?, bueno la respuesta es muy sencilla tuve que dar una milésima
introducción de lo que mi alocado carácter no admite y todo porque he oído
barbaridades como:
Aidan parece ser de otro
planeta porque cuida a sus 11 hijos!
Aidan es el hombre más
perfecto de la faz de la tierra!
Aidan es mas paciente que
el mismísimo Yankee…
-Querrás decir Ghandi!!!
-Te lo
advierto Ted desaparece de aquí!
-Solo pase por este pasillo para ir
al baño, no te creas tan importante Alejandro no me interesa lo que estás
haciendo.
-Entonces
esfúmate!
-Ok, bien, pero recuerda que yo te
advertí, lo que estás haciendo acabara muy mal.
-Si si si,
vete Ted!
-Eres un testarudo!
PLOF!!!!
Con ese
portazo cerrado tengo la certeza que Ted no va a volver a interrumpirme aunque
tengo que reconocer que mi hermano no mentía, se acababa de meter al baño y
espero que no vuelva a molestar porque me distrae mucho!, como iba diciendo:
Por esas barbaridades que he oído hasta el cansancio y diablos! hasta he oído
que a tod@ el mund@ les parece atractivo físicamente!, JÁ! JÁ JÁ, claro, no
pensarían eso si lo vieran luego de una amanecida con los tres peques en estado
febril porque en esas situaciones Aidan se olvida hasta de cepillarse los
dientes y de peinarse! y se parece a la mismísima medusa paseando en brazos a
mis hermanos menores!!! jjajajaajajajajajaja, perdón, un lapsus de risa que
tengo al recordar a Aidan en esa situación, como iba diciendo: Sé que piensan
que Aidan es el mejor en todo y bla bla bla pero he aquí una revelación:
Mi adorado padre es un hombre bueno, sí, nos ha cuidado y aun
cuida a todos mis hermanos y a mí, pero de ahí a que digan que es el hombre mas
perfecto de la tierra esta muy lejos de ser verdad porque si tiene éxito
cuidándonos es porque su mente esta infestada de triquiñuelas para y con todos
nosotros! Y saben por qué? Porque le encanta salirse con su gusto! Así es
señoras y señores Aidan Whitemore es un manipulador para su “sana”
conveniencia!
Nadie me
cree?, bueno, pues comenzare relatando una de sus más usadas triquiñuelas para
salirse con la suya. Y ya dejen de mirarme como si estuviera loco que tod@s
usted@s son complices de lo que hace Aidan, solo que esta vez ya fue suficiente
y no voy a quedarme callado, llego el momento de la verdad!
Recuerdo
cuando tenía unos escasos 4 años y papá me hizo poner una vacuna “extra” para
no enfermarme y sí ya se imaginarán donde me la pusieron! El punto es que en
todo el camino al doctor mi padre me hablo de la valentía y el no dolor a las
agujas, el muy tramposo me lo contó en un cuento de lo más entretenido, me
dijo:
“Había una vez un
duendecito llamado Alejandro era el duende más listo y travieso que vivía en
Duenlandia nunca se cansaba de jugar o curiosear por todo el bosque que según
todos sus amiguitos duendecitos estaba encantado por el grande, feo y malvado
ogro al que le gustaba torturar con agujas en los culitos a cualquiera de los duendecitos
que osara acercarse a su morada.
Todos los duendecitos le
temían pero no Alejandro él era muy valiente, tan valiente que decidió visitar al
ogro malvado y ver con sus propios ojitos lo grande, feo y malvado que era,
pero más grande fue la sorpresa para el duendecito valiente porque el ogro no
daba lugar a su fama, era más bien un ogro deseoso de hacer amigos en especial
duendecitos porque a él les caía muy bien solo que los malos rumores en
Duenlandia se habían extendido debido a un duendecito miedoso que lo había
visitado enfermo y el ogro como buen amigo y conocedor que era le había dado un
remedio en forma de inyección en el culito, como el duendecito era muy miedoso
y odiaba las inyecciones decidió decir a todos en Duenlandia que el ogro era malo
y así librarse de reconocer que tenía miedo, el duendecito miedoso fue muy muy
muy malo al no reconocer que la inyección lo había curado y ayudado a no volver
a enfermarse.
Alejandro, el duendecito
valiente, solemne le prometió a su nuevo amigo ogro que él nunca diría tal cosa
y no se alejaría aunque le pusiese una inyección en el culito para curarse….Y
Colorín Colorado este Cuento se ha Acabado….”
Predecible
no? já! pero yo tenía escasos 4 años así que me creí todo!!! Sé lo que están
pensando y dirán que era por mi bien y bla bla bla pero yo les recuerdo que en
ese tiempo la vacuna no era obligatoria! papá me hizo poner la vacuna contra la
gripe porque tenía que publicar uno de sus libros y San Ted ya se había enfermado cinco mil veces y el, el según ustedes: “Perfecto y paciente Aidan” ya no tenía tiempo para cuidarme si me
enfermaba así que me llevó obligado y sin razón aparente al ogro, digo al
doctor!, vuelvo a repetir: no era una vacuna obligatoria, cuando llegamos al
médico y me preparaban para ponerme la inyección Aidan lo único que me decía
era: Recuerda a Alejandro, el duendecito
valiente y… y…y por la lavada de cerebro que tuve minutos atrás, no quería
parecerme al duende miedoso!!! Y el maldito del ogro, quiero decir del doctor,
me pincho a traición en el trasero! y me dolió mucho!!! y nada tenía que ver
con la valentía, ahora ya me creen???
Esa es una
de sus más usadas triquiñuelas y les comunico que ha usado el cuento cambiando el
personaje cada vez que le ha dado la gana, lo ha hecho con todos mis hermanos!
Me alegra
que tengan la boca abierta de sorpresa porque les diré que eso no es todo aun
hay más, muchísimo más, sus triquiñuelas están rebosadas de cuentos para todo,
también tiene uno para cuando nos ponen los correctores dentales, cielos!,
Aidan tiene cuentos para todo y nos manipula a su antojo y…
Toc Toc Toc Toc
-Que te
largues de una puta vez Ted, estoy ocupado!
-Alejandro
Whitemore! Pero que lenguaje es ese para tu hermano mayor?
-Papá!!!!!!!!!!!!!!
-Sí, papá
está aquí y te ha hecho una pregunta hijo.
-Papá, Ted
ha estado molestando toda la mañana, pensé que era él.
-Si, eso
esta claro, pero aun así no puedes dirigirte con ese vocabulario a ninguno de
tus hermanos, por más que Ted este “molestándote”.
-No me
crees! eso no es justo!
-Alejandro!
No quieras cambiar las cosas jovencito PLAF!!! PLAF!!! PLAF!!!
-Auuuu ya,
ya, está bien papá, no usare ese vocabulario.
-Eso es
cariño, sabes lo mucho que me desagrada que uses palabrotas.
-Jooo la
culpa es de Michael…
-Ale….
-Ok, ok, lo
siento, lo siento.
-Bien y ya
han comido?
-Sí, Ted
compró la comida estaba deliciosa.
-Genial, y
ya terminaste tu proyecto?
-Todavía me
falta.
-Alejandro quedamos
en que no irías al dentista, como todos tus hermanos, porque al igual que Ted
tenías un proyecto sumo importante que no podía esperar y que lo acabarías
exactamente en el tiempo de la cita al dentista, verdad?
-Ehhhh sip
-Entonces?
-Ya te dije
que Ted me molestó toda la mañana no pude terminar.
-Y de qué trata tu proyecto
Alejandro?
En ese momento Ted apareció en el
marco de la puerta luciendo una sonrisita burlona para que Alejandro dijera su “proyecto”
a voz alta.
-Hey, si
hijito, no me comentaste de que trata tu proyecto.
Aidan aprovechó para interrogarlo pero
no porque sospechara que su hijo le mentía sino porque en verdad quería saber.
-Deee uhmm
bueno, trata de, es complicado de explicar.
-Comienza desde el principio
hermanito.
Ted seguía con su aire burlón
mientras mordía una jugosa manzana verde.
-Grrrrr!!!
Es un proyecto de psicología, tenemos que hablar de nuestro padre.
A Aidan se le brillaron los ojitos
porque se imaginó un bonito proyecto, pero menos mal que esta mentira le salió
bien al niño, porque si supiera la verdad quien sabe, capaz y no le gustaría
nada tan solo el título del proyecto. Ted salió rodando los ojos, habría alguna
vez en que su padre descubriera cuando Alejandro le mentía?, probablemente no,
así que siguió su rumbo.
-Ok, y te
falta mucho?
-Casi nada,
ya expuse mi tesis.
-Oh vaya!
Aidan estaba muy animado con lo que
escuchaba, le alegraba que su hijo muestre interés en lo académico aunque
fuesen clases particulares y no incurrían nota en el colegio, era académico.
-Sip.
-Genial,
entonces date un receso de diez minutos,
lo terminas luego de que te atienda el doctor Farina.
-QUÉEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
-Alejandro,
por dios cálmate, me vas a dejar sordo.
-Y como
puedo clamarme si has traído a un maldito médico hasta la casa y sin que yo
esté enfermo!
-En primer
lugar no fue mi idea que viniera, me encontré con el doctor en la consulta de
los peques y me dijo que desde mañana viajara por motivos urgentes con otro
paciente, por lo que la cita debía adelantarse para hoy y fue muy amable al ofrecerse
venir a casa para ponerte tu vacuna.
-Eso no es
ser amable eso es ser un torturador!
-Alejandro,
muestra algo de respeto el doctor esta abajo y debe estar escuchando tu
berrinche.
-Pero
papáaaaaaaaaa
-Pero nada,
esto es lo que pasa cuando pospones tanto una cita, al doctor se le presento una
complicación por lo que te atenderá antes de irse.
-Pero puede
verme a su regreso.
-Alejandro, mañana
será noche buena y no vamos a importunar al doctor con una cita médica que se anda
posponiendo hace semanas y que ahora puedes perfectamente tenerla.
-Pero yo no
necesito esa vacuna, mi salud es de hierro.
-Los virus
son muy fuertes esta época del año, además todos tus hermanos ya se hicieron
poner la vacuna solo faltas tu.
-No quiero
que me pincheeeeeeeeeeen.
-Cielo, es
mejor prevenir que lamentar, yo odiaría verte enfermo durante las fiestas
navideñas, sabes que tenemos tantas cosas planificadas por hacer.
-Me importa
un mier…!
-Alejandro! Sacas
a relucir el buen vocabulario que sé que tienes o te lavo la boca con jabón
antes de que el doctor te coloque el inyectable.
Aidan salió de la habitación de su
hijo y el niño se quedó cruzado de brazos con todo su rostro en una indignación
completa, se levantó pateando los zapatos que se encontraban regados en el piso
y se botó en su cama para patalear su enojo, olvidándose por completo que la
cámara aún estaba encendida.
El doctor que era alto y bonachón
entro a la habitación de Alejandro con su maletín negro de cuero donde de
seguro tenía el inyectable listo para preparar e insertárselo en el culito,
cosa que al niño no le gustaba para nada.
-Hey,
hola Alejandro cómo estás?
-……
-Alejandro,
el doctor te ha hecho un saludo.
-……
-Déjalo
Aidan, conozco lo cooperativo que es mi paciente
favorito.
Toda una ironía respecto a lo
cooperativo, el doctor Farina lidiaba con algo parecido cada año ya que conocía
a los Whitemore desde que Ted era un bebé.
Los sonidos del maletín abriéndose,
el scrash del envoltorio de la aguja, el tarrito batiéndose con la fórmula que
contenía la vacuna y el salpiqueo obligatorio de las gotas para sacar el aire
de la jeringa fueron detalles en sonido de los que Alejandro nunca, pero nunca
se olvidaba.
Luego sintió la mano de su padre
querer bajarle los pantalones deportivos y ahí fue cuando, el niño, comenzó la
pataleta del siglo.
-Noooooooooooooooo
papá noooooooo no quiero que me pinchen noooo papi nooooo me va a doler, me
dolerá, no quiero!!!, no quiero!!!, no quiero!!!.
Cada palabra iba acompañada de los
incesantes pataleos de Alejandro, del movimiento salvaje que se revolcaba en su
cama y del poco agarre que Aidan estaba teniendo sobre su cuerpo.
-Hijo, si no
estas quieto no se te puede poner la vacuna.
-Pues no me
importa! No quiero que me pinchen en el culo!!!
-Alejandro!
PLAFFF!!! PLAFFF!!!! Suficiente!
-Auuuu!!!
Auuuuu!!! me doliooooooooooo
-Y si no te
comportas te va a doler más, son unos cuantos segundos cariño luego el
piquetito pasara.
-HE DICHO
QUE NO QUIEROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Aidan abrió grande los ojos porque
pensó que su hijo cedería ante lo inevitable pero para su sorpresa no lo hizo.
El doctor Farina tenía el presentimiento que era mejor lidiar con el niño solo,
así que le dijo a Aidan que saliera de la habitación.
No muy convencido Aidan salió de la
habitación de su hijo con la mínima esperanza que se dejara poner la vacuna
pero todas sus esperanzas murieron al minuto que escuchó el grito grave del
doctor, Alejandro le había mordido la mano derecha y ahora mismo el doctor
Farina sangraba con dos piquetitos en su mano de los caninos de Alejandro.
Por supuesto el niño seguía con la
pataleta de no dejarse pinchar y más el grito del doctor el alboroto se hizo
tal fuerte que todas las cabezas de los Whitemore aparecieron en la habitación
de Alejandro.
Los mas peques tenían asombro total y
se tapaban la boca del grito que querían pegar al ver el escenario, los mas
grandes estaban un poco sorprendidos pero no tanto porque conocían las
pataletas de su hermano.
Aidan se adelantó entre toda la
multitud y expresó órdenes claras para que se retiraran al patio, con la ayuda
de Ted y Barie todos los restantes Whitemore hicieron caso a su papá y Michael
llevó al doctor Farina al baño para ponerle un antiséptico a la herida
sangrante sin poder evitar mencionar:
-Que
placer el suyo tratar con mocositos rabiosos.
-Michael esa
boca!
-hehehe esta
bien papá, esta bien, no te desfogues conmigo.
Quedando solos Aidan y Alejandro, el
hermano mayor y padre del niño se limitó a corregir el pésimo comportamiento
que el niño había dado y sobre todo el tremendo berrinche con mordida incluída
que había soltado.
Se sentó en la cama del niño y lo
puso en sus rodillas justo a tiempo para que Alejandro no se escape, le bajo
sin problemas el pantalón deportivo y con fuerza merecida le dio diez nalgadas
bien fuertes con su mano.
PLAFFF!!! Auuuuuuu PLAFFF!!! Auuuuuu
PLAFFF!!! Papáaa auuuuPLAFFF!!! Sabes que odio las inyecciones PLAFFF!!!
PLAFFF!!! PLAFFF!!!auuuuuu PLAFFF!!!
PLAFFF!!! Ayyyy es que las odiooooooo
Sin decir palabra Aidan levantó el cepillo
para el pelo que había escondido en su chaqueta y con fuerza moderada y sobre
los calzoncillos del niño entregó 5 cepillazos diciendo:
-Es una
vacuna Alejandro PAFFF!!! Y te la hago poner por tu bien PAFFF!!! PAFFF!!!porque
no me gusta que sufras ni por un resfriado PAFFF!!! PAFFF!!!
El niño sollozaba y sollozaba en el
regazo de su padre mientras éste con cariño y con lágrimas en los ojos lo
consolaba, odiaba castigar a su hijo, pero debía hacerlo.
-Te prometo
que el dolor pasara más rápido de lo que crees, si mi vida, será un piquetito y
nada más.
Alejandro termino aceptando su
destino cruel y el doctor entro con una micro vendita rosada de figuritas de
princesa en el dorso de su mano,
Michael se encogió de hombros y explicó que Alice se ofreció para curar al
doctor con su botiquín especial para sus peluches.
-Está seguro
que puede pincharle?, digo, nosotros ya hicimos un buen trabajo curándole la
mano y no tenemos título de doctor en la pared.
-Michael!!!!
-Qué, solo
pregunto, por si acaso, imagínate si le pincha mal y luego tienen que ponerle
otra vacuna.
-Michael sal
de aquí antes de que te corte el cuello!
-Joooo así
me agradeces salvar el día, esto no puede ser real! vámonos Alice aquí nadie
nos necesita.
Aidan rodo los ojos ante la queja de
Michael pero siguió abrazando fuerte a su hijo para que no se asustara por sus
palabras, nadie le pincharía mal, la mano del doctor estaba bien solo había
sido una herida superficial.
-No tengas
miedo Ale, mi mano está bien.
-Quiero a
papi.
Alejandro se acurruco en el regazo de
Aidan de manera que no veía si el doctor se acercaba con la aguja. Apretó
fuerte su mano con la de su padre cuando sintió el algodón frío pasar por su
nalguita derecha, contuvo la respiración porque sabía que en segundos la aguja
resquebrajaría una minúscula parte de su piel para perforarla e invadirla del
líquido de la vacuna.
Aidan no dejaba de hacerle cariño en
la cabeza y al mismo tiempo sujetarle la mano para darle seguridad, sin embargo
los gimoteos y las lagrimillas no se dejaron esperar.
-Auuuuuuuuuuuuuuuuu
buaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaauuuuuuu papiiii que la saqueeeeeeeee buaaaaaaaaaa ayyaaaaayyyy dueleeeeeeeee papi
papi papi auuuuuuuuuuuuuuu yaaa noooooo buaaaaaaaaaaaa buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
buaaaaaaaaaaaaaa que ya salgaaaaaaa auuuuuuuuuuuuuuu buaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Los segundos fueron interminables
para los tres, pero como Aidan había dicho antes, el piquetito pasó.
-Ya pasó
cielo, ya pasó Ale, ya mi niño ya, ya está cariño, ya está, ya no hay más
piquete, ya salió.
Aidan se quedó consolando a su hijo hasta que se durmió, Ted acompañó
al doctor hasta la salida y le hizo un cheque por una buena suma por la visita
y además por la mordida gratis que se llevó.
El agotado padre se disponía a salir
pero Alejandro le detuvo para decirle:
-Papi?
-Sí cariño.
-Por qué no
me contaste el cuento del duendecito valiente, así tal vez no me hubiese
asustado tanto.
Aidan puso cara fantasmal y se
deshizo en disculpas con su niño, con todo el ajetreo de llevar a sus hermanos
a la cita con el dentista se había olvidado de contarle el cuento para los
piquetes.
-Mi niño, oh
mi niño, no volveré a olvidarlo.
-Me gusta
ese cuento papi, es uno de mis cuentos favoritos.
-Lo sé, mi
duendecito, fuiste muy valiente hoy.
Era mentira, cualquiera que hubiese
presenciado la pataleta descomunal que hizo Alejandro podría afirmar que no se
trataba de valentía sino de aceptación a lo inevitable.
-Quédate,
quiero que duermas a mi lado.
Aidan miro con ternura a su
hermanito, a su hijito, debajo de todo ese carácter alocado estaba el niño
tierno y dulce que solo se mostraba con él, Aidan era un padre muy feliz con
cada uno de sus hijos, y por supuesto con Alejandro.
Ya en la madrugada habiendo pasado
una noche de los mil demonios, con torticolis y luciendo unas ojeras por la
incomodidad por haber dormido sentado, Aidan se levantaba del lado de su hijo
para lavarse la cara y preparar el desayuno para todos.
No obstante no pudo evitar ponerle
play a la filmación del proyecto que estaba haciendo su hijo que como había
dejado la cámara encendida y grabando se había acabado toda la cinta y se había
puesto automáticamente al principio.
Aidan era como un niño pequeño en
travesura, sigiloso se puso los audífonos y con ojitos chispeantes vió y
escuchó la grabación de Alejandro, en cuanto escuchó lo que su hijo decía Aidan
comprendió todo y no podía más que reírse del proyecto no acabado: “Las triquiñuelas de Aidan Whitemore”
nadie tenía que decirle que ésa grabación su hijo la mandaría de ser posible a
la Interpol para que alguien lo defendiera y de alguna manera lo salve de la
aguja que sabía muy pronto le pondrían, por supuesto que mejor idea que
mandarlo al blog donde más fans tenía el niño, en especial la simpatía con la
dueña que seguro abogaría por él con los argumentos más feroces que por
profesión conocía.
Y tal vez porque la picardía le
invadió todo el cuerpo y mente entera o porque simplemente Aidan quería agregar
su aporte al proyecto porque sabía que Alejandro volvería a ver el video, se
filmó diciendo:
Yo, Aidan
Whitemore reconozco que estoy lleno de triquiñuelas para con mis hijos, como ya
han visto, necesito un millón más solo para tratar con Alejandro.
Gracias a
dios cuento con todos mis niños para ayudarnos entre todos. No soy perfecto, me
olvido de lo más esencial como contarle su cuento para los piquetes, créanme que
cuando le digo el cuento del “Duendecillo Valiente” mi niño no hace semejantes
pataletas!, no soy de otro planeta soy de carne y hueso y mi paciencia tiene un
límite bien marcado como ya han visto.
Y que todo
lo hago para mi “sana” conveniencia? También admito que es verdad pero también algo
más; No solo es para mí sana conveniencia sino principalmente la de ellos
porque aunque suene repetitivo:
Lo hago por que los AMO y es por su bien.
Un gusto
haberles saludad@ a tod@s por este medio.
FIN
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Me encanto.
ResponderBorrarGracias por hacerme saber :D
BorrarJAJAJAJAJAJAJAJA
ResponderBorrarDe verdad que em encantas tú y me encanta todo lo que escribes :3
Admito que Aidan es un poquitito manipulador... xD
Hehehehe me alegra que te rías, ese era el fin de este fic, la apreciaición es la misma así que actualiza pronto querida Dream.
BorrarPara mi Aidan si es perfecto :D
Muchas muchas muchas gracias... el cuento del duendecito es muy digno de Aidan y que mi Jandro lo pidiera... simplemente lo adoro...
ResponderBorrarHurra!!!!! me alegra que te gustara, tu adorado Alejandro volvió loca a mi musa asi que un gustaso que el cuento sea de tu agrado ;D
Borrarjajaja Es que Alejandro es demasiado especial
ResponderBorrarSip lo es, gracias por el coment :D
BorrarOh mi querida carla que hermoso capi nos has regalado!! oohh un error que hermoso capi le has regalado a Lady!! Lo bueno es que ella comprtio con nosotras!!
ResponderBorrarMe rei bastante con esta historia!!
jajaja pobre Alejandro quedo gravado todoo!! su castigo y la inyección!!
Alejandro también es de mi agrado wiii también muerde para defendese!!!
Jajajaja ni el doctor ni Aidan dijeron wiiii por la mordida pero yo tambien pienso lo mismo por su autodefensa jiji, Alejandro es total de mi agrado.
BorrarEspero hayas pasado unas fiestas de fin de año super!!! me alegra que disfrutes de la lectura :D