Andrés
…
Mi
nombre es Sandra tengo mmm varios años, tengo cinco hijos hermosos, Franco el
mayor con 18 años, Maite de 17, Jaime 15 1/2,
Andrés 14, Lucas 12. Mi esposo es una persona bastante ocupada, hace dos
años no tenía tiempo ni para asistir al
cumpleaños de sus hijos, trabaja mucho… maneja su propio negocio, su padre es
empresario pero no quiso trabajar con él, no porque tuviera problemas o por
pleitos, sino porque él quería ser su propio dueño y no siempre le gusto seguir
las ordenes de los demás, así es como el llego a donde está, aunque casi no
veía a sus hijos y sus hijos llegaran a sentirse abandonados, por ello, yo les
daba el cariño que en ocasiones no llegaban a tener, en algunas ocasiones consintiéndoles lo más
posible pero nunca les deje ser groseros. Franco y Andrés fueron los
que más tuvieron problemas y
discusiones con su padre porque nunca asistió a ninguno de sus eventos, los
demás casi siempre se quedaban calladitos, Maite era más de desquitarse con el
dinero de su papá. Pero bueno, de eso ya
dos años atrás, hoy es diferente, pero
no cambio por voluntad propia sino por un pequeño problema que tuvimos.
Dos
años atrás cuando Andrés tenía 12 años y se le presento un problema, lo lleve
al hospital y a los horas le dieron de alta, me dijeron que no tenía nada así
que lo lleve a casa, ya más tarde se puso muy mal y lo lleve de vuelta al
hospital a medio camino él se
convulsiono y yo no sabía qué hacer, mi hijo estuvo hospitalizado por días y yo
sin saber que había pasado, Octavio mi
marido se enteró casi 24 horas después de que él niño estuviera hospitalizado,
no estaba en el país y para cuando el llego Andrés ya había tenido bastantes
complicaciones y su cerebro había tenía un gran daño.
Desde
ese momento Andrés tuvo un nuevo comienzo, una segunda vida, a pesar de que los
doctores dijeron que el quedaría en un estado inerte, el demostró que no haría caso
a los médicos… a los meses él se movía, al año empezaba a quieres hablar, al año y medio empezaba a caminar y decía
muchas palabras, palabras que si bien no eren comprensibles se podían
entender, en la actualidad… dos años después,
era como un niño de dos a tres años que estaba descubriendo todo a su paso, daba pasos torpes
pero no lo limitaban a quedarse en un solo lado. Octavio por poco perdía a un hijo y para él fue su
señal de que bajara el trabajo y conviviera más con su
familia. Seguía en su trabajo pero
estaba más tiempo en casa, trataba de llegas temprano. El tenía una
constructora a su mando, había comprado varios terrenos en los que construyo
condominios y casas que tenía en renta, para tener un sustento firme además de
hacer construcciones para diferentes personas o empresarios.
Octavio:
no, no podemos tener un perro, lo siento mucho pequeño, pero no.
Andrés:
perro.
Octavio:
no
Andrés:
perrito.
Octavio:
no, Te compro un juguete o un dulce
mejor.
Andrés:
perrito.
Franco:
papá no seas así, déjanos tener un perro.
Octavio:
que no, no perros, no gatos…
Sandra:
no roedores.
Lucas:
pues no podemos tener ningún animal.
Octavio:
exactamente.
A
Octavio nunca le gustaron los perros, yo y Jaime teníamos alergia a los gatos y
Maite y yo compartíamos el odio a los roedores, teníamos una pecera muy grande
llena de muchísimos peces pero los chicos querían un animal para poder jugar.
Aunque Andrés debes en cuando jugado con los peces, los atrapaba con las
manitas y los sacaba para
mostrárnoslos, muchos se habían
muerto por la falta de agua.
Andrés:
perro, perrito mío.
Octavio:
no pequeño, no.
Andrés:
buuuuaaaa
Maite:
aay pobrecito, papi un cachorrito que te cuesta, no seas malo.
Octavio:
que no.
Maite:
aaay que mal genio.
Octavio:
que mal que?
Maite:
nada… uuuyyy
Ninguno
de los chicos pudo convencer a su padre por ese día. A la semana siguiente,
Lucas se encontró a un cachorrito pensando que lo podríamos adoptar, pero este tenía
dueño y cuando llegaron a recogerlo Andrés se puso a llorar y no dejo de
hacerlo por buen rato, lo entretuvimos con algunas cosas pero estuvo dos días
triste porque él no tenía un perrito. Octavio al ser el tercer día y el niño
seguía con una carita muy triste y que apenas comía, nos llevó a un lugar para adoptar
a una mascota.
Octavio:
pero ustedes se van hacer responsables del animal, entendido.
Franco:
si papá, no llores.
Octavio:
óyeme mocoso este.
Franco:
ya pues, no te enojes… uu ya pégame…
Octavio:
pues te la estas ganando.
Franco:
aaagg aaayy
Los
chicos recorrieron el lugar y encontraron a un cachorrito muy lindo, Andrés en
cuanto lo vio dijo mío y no lo pudimos hacer que lo soltara, aunque Octavio no
se lo dejo por mucho rato haciéndole llorar, pero calmándolo diciéndole que el
perrito primero se tenía que bañarse. Lo llevamos a un veterinario para asegurarnos que estuviera
sano, una vez que el perrito fue aseado, despulpado y vacunado lo llevamos a
casa y fue difícil separarlo de Andrés.
Yo
me quedaba todo el día al cuidado de Andrés mientras los demás estaba en la
escuela, le estaba enseñando nuevas palabras, a dibujar, lo ponía hacer
manualidades y esas cosas, así que lo tenía ocupado el mayor tiempo.
Andrés:
agua mamá. Agua.
Sandra:
quieres agua.
Andrés:
agua. –Movía la cabeza negando el querer agua-
Sandra:
entonces?
Andrés:
agua –exigió, tomándome de la mano y
guiándome al baño-
No
fue necesario llegar para entender que había pasado, el piso estaba lleno de
agua y cuando abrí la puerta salió aún más. Eso le había tomado menos de cinco
minutos en hacerlo.
Sandra:
que paso amor?
Andrés:
se fue.
Cuando
entre al baño con mucho cuidado vi como estaba el retrete lleno de papel y
algunos jaboncitos.
Sandra:
amor, sabes que tú no tienes que entrar en el baño a jugar, vámonos –le solté
tres nalgadas-
Passs,
passs, passs.
Andrés:
ayyy, no, no, yo no.
Le
dije a la señora que me ayudaba con la limpieza que cerrada las llaves del agua
en lo que yo iba a llamar a un fontanero para que arreglara eso, me lleve a Andrés
de la mano y no le perdí de vista todo
el día, él se puso a jugar con el perrito y yo a terminar todos los pendientes
antes de que empezarán a llegar los chicos de la escuela.
…
Andrés: Mai, mío.
Maite:
no, puedo darte hasta que comas.
Andrés:
mío
Maite:
no, ni aunque me pongas esos ojitos, ¡no ve veas así! ¡Mamá!
Le puedo dar un dulce?
Sandra:
si tú lo vas hacer comerse todo, adelante?
Maite:
lo siento hermanito… ya que comas te doy
uno, sí.
Todos
los chicos me ayudaban mucho con Andrés, lo cuidaban y jugaban con él, debes en
cuando Franco o Maite lo llevaban con
ellos, Jaime a pesar de querer a su hermano no salía cuando Andrés lo hacía o
si salíamos en familia él se alejaba, razón por la que tuvimos problemas con
él, no queríamos que se sintiera avergonzado de tener a un hermano especial.
Franco:
mamá voy a salir.
Sandra:
y a quien le pediste permiso?
Franco:
aaagggrr
Sandra:
¡mami me das permiso de salir! no te cuesta nada decirme eso.
Franco:
maa,
Solo
una miradita basto para que me dijera las cosas.
Franco:
mami, me das permiso para salir?
Sandra:
te quiero aquí antes de las 9.
Franco:
¡mami me prestas dinero para salir!
Sandra:
ya te di el permiso.
Franco:
vamos mamá… mami, precisa, por favor.
Sandra:
toma, aprovecha y me tras unas cosas.
Franco:
nooo.
Sandra:
sino, no hay dinero.
Franco:
está bien?
Me
puse hacerle una lista de las cosas que necesitaba, Franco solía ser muy
contestón pero de una forma juguetona, en ocasiones llegaba a ser irrespetuoso
pero nunca a un punto realmente ofensivo.
Andrés:
Fra voy.
Sandra:
tu hermano viene en un ratito, no se tarda.
Andrés:
mami, voy.
Franco:
voy un rato con unos amigos, va estar Clara, no tengo problema en llevarlo.
Sandra:
vas a estar con tus amigos o vas a cuidar a tu hermano.
Franco:
puedo hacer las dos, ya lo he hecho.
Sandra:
está bien, pero cuídalo.
…
Ya
tarde llego Octavio, lo primero que hacía era preguntar por los chicos pero le
faltaban dos, así que le llamo a Franco para saber cómo le iba con su hermano.
Franco:
no exageres hombre ¡pues con quien crees que esta! lo estoy cuidando.
Octavio:
cuida tu boca Franco, no soy tu amigo, soy tu padre.
Franco:
está bien, llego en un rato, bye.
Octavio:
ese mocoso que se cree, si lo tuviera
aquí en frente grrrrr
Sandra:
tranquilízate que hasta cambias de color.
Octavio:
pues tu hijo y su educación.
Sandra:
la educación se la tienen que dar sus padres, los dos, no solo uno.
Octavio:
grrrrr
Sandra:
uuuuyy –amaba hacerlo enojar, era muy divertido ver su cara y saber que yo tenía
razón-
…
Franco:
ya llegue…
Octavio:
es tarde, tienen que cenar.
Franco:
cenamos en casa de Clara (su novia)
Andrés:
saladas…
Franco:
ensalada.
Octavio:
no comes ensalada en tu casa, ¡pero en
la casa de la novia sí!
Franco:
¡no puedo decirle que no!
Sandra:
y porque a mi si me dices que no.
Franco:
tú no eres mi novia, ve la cara de papá, cuando se come tu sopa de chicharos.
Sandra:
aaaagg –dije ofendida-
Andrés:
chichos, a mi gusta.
Sandra:
mi bebe, solo a ti te gusta la comida de mamá.
PASSSSSS
Franco: aaaaayyyy que te pasa?
Octavio:
aayy nada, ve tu forma de hablar.
Franco:
mamá tu esposo me acaba de golpear.
Sandra:
no te golpeo, te sono que es diferente y no es “esposo” es tu padre respétalo.
Octavio:
Franco, te quedaste sin carro.
Franco:
no papá.
Octavio:
ahora si soy papá?
Franco:
ggrrr…
Sandra:
deja de renegar que tú te lo buscaste… tu hermano se comí todo?
Franco:
si, hasta me ayudo con mi parte.
Octavio:
oye… no le puedes dar más de la cuenta.
Franco:
cual más, si solo se comió la ensalada, los trocitos de carne me los comí yo.
Octavio:
a tu… que fresco.
Franco:
uno que sabe.
Octavio:
aaa muchacho… usted a lavarse la boca y a dormir.
Andrés:
no, no sueño.
Octavio:
a dormir –lo cargo como costal de papas y lo subió a su cuarto-
…
No
era muy tarde así que Octavio se puso a ver un programa con Lucas y Andrés, una vez se terminó
se fueron acostar. La casa era grande todos tenía su propio cuarto bastante
amplio, Andrés también tenía su cuarto,
donde habíamos instalado dos cámaras
y micrófonos por varios lados, algunos
insertados en la cama, por lo que habíamos aprendido a dormir con un pequeño
sonido de fondo, hacia un pequeño ronquidito, con eso sabíamos que estaba dormido, pero a
veces se despertaba y se ponía a jugar, pedía
agua o ir al baño, era cuando nos levantábamos, dormíamos con el televisor
prendido para poderlo checar.
El cachorrito
dormía en el patio, Octavio no lo quería dentro de la casa, pero debes en
cuando los chicos lo median a sus cuartos.
….
Teníamos
un mes con el perrito y cuando no estaba Octavio lo dejaba dentro de la casa,
aunque ya lo había visto dentro y pegaba un grito de que no quería a ese animal dentro de la casa.
…
La
noche había caído y como estaba lloviendo
y había muchos truenos deje al
perro en la sala, era de madrugada cuando el perro empezó a aullar muy
desesperado, en la planta alta.
Octavio:
ese perro, por esa razón debería estar afuera.
Sandra:
ya, lo voy a dejar en la sala.
Octavio:
no, voy yo.
Sandra:
no, capas de que te lo comes vivo.
Los
dos salimos del cuarto, yo para proteger al perrito y Octavio para sacarlo a la
calle…
Estaba
afuera de la puerta de Andrés rascando la puerta, tratando de entrar.
Octavio:
a dormir… perro malo, shuu, ya despertaste a todos.
Maite
se había asomado y las luces de los cuarto se prendieron, el perro no dejaba de chillar, así que le abrí
la puerta de Andrés, esperando también que estuviera despierto por tanto ruido,
por lo general cuando el perro lloraba era el prime en levantarse… en cuanto la
puerta se abrió el perro entro corriendo, llorando y subiéndose a la cama,
lamiéndole.
Fue
cuando al ver que no estaba despierto que corrimos a ver lo, se había puesto
mal y lo llevamos al médico, dejamos a Franco y a Maite al pendiente en lo que
nosotros salíamos aun con la lluvia, lo atendieron muy bien, una bacteria le
había provocado aquel mal, lo controlaron y le dieron medicamentos para matar
aquel virus, cuando llegamos a la casa él tenía una paleta que le había dado
por portarse bien, cuando entramos los chicos ya estaban en la sala.
Octavio:
que ustedes no deberían estar en la
escuela?
Franco:
yo solo tenía una clase.
Maite:
yo estoy exenta en los exámenes, los
maestros me dijeron que si quería podía
faltar.
Jaime:
yo no tenía ganas de ir.
Lucas:
a mí nadie me llevo.
Octavio:
hijos de su…
Sandra:
de su madre y de su padre.
Maite:
y que tiene Andrés? ya está bien?
Sandra:
fue una bacteria, le dieron medicamentos y si, ya está mejor, pero hay que estar muy
pendientes.
Franco:
papá quita esa cara que tú tampoco fuiste a trabajar.
Octavio:
la diferencia es que yo soy el dueño.
Franco:
y el padre, tu deberías dar el ejemplo… yaaa, es juego, no hubo clases por la lluvia… uuuyy
que genio no aguantas una broma.
Octavio
le dio una mirada y estuvo por quitarse el cinto.
Jaime:
en la universidad no suspendieron clases.
Franco:
pero solo tenía una materia, a que voy.
Octavio:
a estudiar.
Sandra:
ya dejen de discutir, vamos a desayunar en paz y tranquilos, vas a ir a
trabajar?
Octavio:
si, solo me doy un baño, tu ponte a estudiar y ustedes disfrutes su día libre.
…
Franco:
¡mamá! Mi papá siempre está de malas
conmigo.
Sandra:
tú también lo alteras, no te hagas el inocente.
Franco:
es una clase, nada más.
Sandra:
ya no discutas, de todos modos ya la perdiste, vamos a desayunar.
Passs,
passs –auuu, maaa-
Sandra:
nada de ma.
Ese día
nos quedamos todos en casa, continuo lloviendo aunque paraba en algunos ratos, en la noche lo pasamos todos
un rato hablando, Octavio quería que fuéramos algún lado, en uno de los fines de semana. Así que planeamos irnos de
paseo, cuando se hizo hora de dormir, todos nos empezamos a subir a los cuartos, Andrés le hablo al perrito.
Andrés:
shiitt, shitt dormir…si, dormir.
Octavio:
aaasggg, está bien, pero él en el piso, vamos perro súbete.
Andrés:
siii, mami sí.
Sandra:
si, papá te dijo que sí.
Una vez
que Andrés se quedó dormido nos salíamos, siempre lo acompañábamos hasta que se
dormía, antes de salir Octavio acaricio al cachorro, desde que había llegado no
le había dado ninguna muestra de cariño, pero en ese momento lo hizo.
Octavio:
lo cuidas ee.
El
perro solo se quedó moviendo la colita acostado en un cojín que tenía aun lado
de la cama de Andrés, nos salimos y nos fuimos acostar.
…
Sandra:
ya no los odias tanto.
Octavio:
le salvo la vida a mi hijo, si el perro no nos hubiera despertado ni nos
hubiéramos enterado que se puso mal, aun no me gustan, pero ese perro ya se ganó
un espacio en esta casa.
Con
tantos truenos y rayos se había dañado algunos aparatos, el receptor de los
micrófonos no se descompuso, pero al a ver un apagón, que fue de cuestión de
segundos… este ya no se prendió otra vez, por lo que no nos enteramos que
la respiración de Andrés se había
complicado.
Sandra:
Aaay te amo, aunque a veces eres un ogrito.
Octavio:
no soy un ogro.
Sandra:
trabajas demasiado… te faltan vacaciones.
Octavio:
si, sería bueno, solo nosotros dos.
Sandra:
jajaja te amuelas porque no podemos dejar a Andrés solo.
Octavio:
muy bien, serán vacaciones familiares, pero que los chicos compartan cuarto.
Sandra:
aaay tu, mira… jajaja.
Me fascino pero continúala pronto por favor quiero saber que pasa con Andrés.
ResponderBorrarQUÉ LINDOOOOO!!!! HISTORIA NUEVA!!! A ver cómo se cura Andrecito! Espero que pronto!!! Y que ya no sea tan amargado ese Octavio!!! Le falta un poco de alegría, pobre hombre.. ejeje
ResponderBorrarOh de lujo otra nueva familia!!!
ResponderBorrarWaoo pobre Andrés pero lo bueno es que esta saliendo adelante!!
Me encanto el estilo de Franco!!!
Pues a mi no mw parecio que este mejorando
ResponderBorrarNo se han dado cuenta que esta empeorando, solo espero que no se noa caiga una mala tragedia
Un abrazo buena historia
Marambra