Trece primos y una historia: Lacour
Capítulo 6: Antigua
Román POV
Por causa de
las irresistibles fuerzas del destino, y sin que pudiera explicarlo, nos
encontrábamos en una enorme hacienda en Guatemala. Tampoco es que el concepto
fuera horrible. El último dueño había sido una empresa inglesa que tenía una
inversión muy importante en Guatemala y utilizó la hacienda como estancia y
club para sus ejecutivos e ingenieros. La propiedad era enorme y conectaba al
bosque del monte, así mismo tenía una imponente vista al volcán de Agua. Los
dueños vendieron la propiedad totalmente equipada, con habitaciones de lujo, albercas,
cuatrimotos, carritos de golf, canchas de tenis, cuadras con caballos e incluso
una cancha de polo. La idea consistía en habilitar parte de la propiedad para
el casino y otra parte para que nosotros viviéramos. Había mucho espacio y cada
uno de nosotros pudo escoger su nueva habitación, pues había de sobra. A
Fernando y a Miguel Ángel se les ocurrió que un casino sería un
éxito, y el plan parecía bueno. Miguel Ángel nos inscribió a todos los chicos
en una escuela privada canadiense que estaba relativamente cerca, y el primer
día de clases decidió llevarnos a todos personalmente en la camioneta, aunque
pronto nos dimos cuenta de que eso no era necesario, muchos chicos llegaban en
sus caballos, cuatrimotos, carritos de golf, etc…
El ambiente
de la escuela era bueno se podría decir, la mayoría de los chicos y chicas eran
hijos de empresarios extranjeros (americanos, canadienses, alemanes, ingleses, judíos,
franceses, españoles y mexicanos) así como había también algunos guatemaltecos.
La escuela tenía una matrícula pequeña lo que facilitaba la interacción entre
los alumnos y la calidad de la escuela.
Miguel Ángel
nos estaba otorgando bastante libertad pero estableció un sistema de reportes y
límites. Antes de salir teníamos que registrar nuestra salida: destino y
horarios, en una libreta qué había acondicionado para ello. Quien saliera sin
registrarse se llevaba una zurra. Así mismo teníamos prohibido ir al bosque del
monte sin que nos acompañara, y las consecuencias eran las mismas: una zurra.
Era el quinto
día de clases y llevábamos apenas una semana y media en Antigua. Yo me fui en
uno de los carritos de golf a la escuela, traía el uniforme escolar de calor
que consistía en un short de bermuda azul y una polo banca con franjas rojas.
Llegué a tiempo y me senté junto a mi nuevo amigo alemán Johan.
-¿Te gusta el
tenis?
-Mucho
-¿Quieres
venir a mi casa esta tarde para que juguemos?
-¿Dónde queda
tu casa?
-Bueno en
realidad es una hacienda, es Agua #38 Hacienda “La Inglesa”
-OK
-¡Buenos días
chicos!- comenzó la clase la profesora
Después de
las clases hicimos una carrera hacia la hacienda en nuestros carritos de golf.
-Me ganaste-
le dije cuando logré alcanzarlo en la entrada.
-Sí pero casi
atropello a alguien.
Entramos y
jugamos 6 sets de tenis de los cuales él me ganó 4 y yo 2. Después nos dimos
una ducha y le enseñé la propiedad.
-¡Vaya suerte
que tienes! Qué cool está tu casa y los jardines.-me dijo cuando terminamos el
recorrido.
-Vuelve
cuando quieras.
-OK, gracias.
Y un día de estos te invito a mi casa.
-Perfecto
Dejé qué se
fuera a su casa y me fui a mi cuarto a tomar un descanso con el aire
acondicionado.
Alejandro POV
Yo había
escogido el cuarto qué quedaba al fondo de la biblioteca, era un cuarto un poco
más rústico que los demás, con un estilo perfecto para mi corazón de lector. Estaba
colgando la playera del uniforme de mañana que uno de los empleados del
servicio me la había dejado recién planchada sobre la cama en el ropero cuando tropecé
con la madera que limitaba la puerta y me caí hacia el fondo de madera del ropero,
pero la pared del ropero dio una especie de vuelta y acabé de pronto en otra
habitación, estaba algo oscura y polvosa y parecía que nadie la había usado en mucho
tiempo.
Mi primera
reacción fue de espanto, pero después quedé maravillado y comencé a explorar la
pequeña habitación triangular con la lámpara de mi celular. La habitación estaba
conformada de la siguiente forma: el piso era de ónice, había tres lámparas de
aceite colgadas en la pared, había una especie de escritorio o mesa con cajones
decorada con grabados tallados y su respectiva silla. Habían varios libros, algo
que parecían cuadernos, mapas, cartas, un corta plumas, algunas plumas, monedas
y un tintero seco. Las paredes estaban decoradas con algunas pinturas y
retratos antiguos. Después de explorar un rato decidí ir por aceite para las
lámparas. Salí de la habitación de la misma forma que había entrado. Y cuando
me dirigía a la cocina me topé con Bruno
-¿Dónde estabas,
Alex? Seguro que esta vez si te llevas una buena paliza.
-¿Por qué?
-¿Cómo que
por qué? Por salir sin avisar y además tener el móvil apagado.
-Eso no es
cierto.
-Pues díselo
a Miguel Ángel que lleva media hora buscándote y llamándote.
En eso llegó
Miguel Ángel y me miró con una mezcla de alivio y enojo.
-¿Dónde
estabas?
Necesitaba
pensar rápido, para librarme del castigo tendría que revelar mi secreto y no
estaba dispuesto a ello.
-Perdón PA.
Ya sé que no debo salir sin registrarme. No volverá a pasar.
-Pues sí, no
creo que vuelva a pasar después del castigo que te vas a llevar, porque además
apagaste el móvil y no contestabas mis llamadas.
-Perdón por favor.
-Sí te
perdono pero te tengo que castigar, ven a mi cuarto.
Lo seguí sin
decir nada más. Una vez en el cuarto, Miguel Ángel cerró la puerta con seguro.
-¿Está claro
por qué te voy a castigar, verdad?
-Sí, perdón
-Bájate los
pantalones
Me bajé los
pantalones y Miguel Ángel me inclinó en el borde de la cama.
Zas.. Zas..
Zas..
Traté de
aguantar lo más que pude, pero Miguel Ángel me estaba castigando duro
Zas.. Ouch! Zas..
Ay! Zas.. Au
Zas.. Ya por
favor!
A estás
alturas yo ya estaba llorando
Zas.. Buaa! Zas..
Miguel Ángel
me ayudó a incorporarme y me abrazó, yo traté de sobarme y calmar el escozor de
los azotes.
-No vuelvas a
salir sin registrarte y mucho menos apagar el móvil ¿de acuerdo?
-OK,
perdóname por favor-le rogué sollozando.
-Perdonado-me
dijo Miguel Ángel con una sonrisa mientras me subía el pantalón.
Salí del
cuarto de Miguel Ángel con dolor pero
con expectativa: había logrado conservar mi secreto. No sé qué me impulsaba a
guardarlo con tanto empeño, pero estaba seguro de que ese cuarto significaría
mucho para mí en un futuro cercano. Me dirigí a la cocina y después llevé a mi
cuarto un botecito con aceite y unos cerillos para encender las lámparas.
Guau cuanto misterio en esa anueva casa lindo cap
ResponderBorrarQué bueno que te gusto! Gracias por comentar.
BorrarMe fascino continuala pronto.
ResponderBorrarNada como un secreto para darle interes a la historia ;). Espero seguir leyendo de estos chicos pronto.
ResponderBorrarHola Wenseslao....
ResponderBorrarRecién me puse al día con tu historia, y estoy intrigada en lo que sucederá después, espero se resuelva al lío con Gabriel para bien de esta familia.
Y espero que recibir una paliza por un cuarto escondido valga la pena, jejejej
Un abrazo, y no te pierdas
Marambra
Hola Wenseslao....
ResponderBorrarRecién me puse al día con tu historia, y estoy intrigada en lo que sucederá después, espero se resuelva al lío con Gabriel para bien de esta familia.
Y espero que recibir una paliza por un cuarto escondido valga la pena, jejejej
Un abrazo, y no te pierdas
Marambra
Muy interesante a ver que pasa ahora...
ResponderBorrar¡Yo amaría tener un cuarto así :D! Esperemos a ver que pasa con esta familia. Me di cuenta que es muy facil y rapido leerte, ya me voy poniendo al corriente rapido, no es para nada pesada tu historia.
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