♥ ♥ Capitulo 51.
- Héctor. Buenos días, dormilón.- Saludo
al abrir las cortinas de la habitación de su hijo con una sonrisa. El cual
después abrir los ojos y cubrirse con el brazo, se sentó en la cama y
miro a Héctor un poco adormilado y desorientado a la vez
- Fabián: Hola papá...es temprano
¿no?
- Héctor: Creo que no, hijo Baja está
listo el desayuno.
Fabián después de desperezarse bajo mientras Nicole su madre
preparaba el desayuno, pero cuando escuchó los pasos de Fabián que bajaba la
escalera, se dio vuelta y se acercó dándole un gran abrazo. Luego del
desayunaron sonó el teléfono de Héctor al ver el numero en la pantalla se lo
enseño a su esposa y salió por la cocina al patio para responder la llamada,
mientras al interior Fabián retiro la mesa, pero su madre lo detuvo.
-Nicole: Hijo.. sube tu habitación,
tú padre subirá en unos momentos.
Fabián al oír lo que su madre le dijo palideció, no podía evitar
ponerse nervioso, sabía que su padre no se la dejaría pasar. Al recordaba el
accidente que había sufrido hace más de dos años que lo dejo con la pierna
quebrada en tres parte y un brazo en dos le prometió a su padre que no volvería
a correr y no cumplió... mientras recordaba, Fabián no noto cuando Héctor
golpeo la puerta e ingreso sin esperar que desde el interior le respondiera.
Cuando el chico vio a su padre estaba tendido en su cama con los audífonos
puestos, se los quito al mismo tiempo en que Héctor se sentaba a su lado y
pregunto tomando la mano de su hijo entre las suyas besándolas.
- Héctor: Hijo, ¿Explícame cómo fue
que se te ocurrió regresar a ese lugar y hacer lo que te tenia estrictamente
prohibido?. - Fabián pestañeó rápidamente
sin encontrarle lógica al gesto físico y la voz dura de su padre.
- Fabián: Yo... quería ser un buen
anfitrión y enseñarles nuestra hermosa ciudad a los amigos de mi primo.- Respondió francamente a su padre.- Además ¡no es para tanto papá! los chicos se
la pasaron bien y es lo que importa ¿no?- Héctor se quedó
anonadado por la respuesta de su hijo menor y se controló para continuar la
conversación sin matarle.
-Héctor: Mm... Fabián ¿Te das cuenta
de lo que realmente sucedió anoche?- Y antes
que el chico respondiera continuó.- Te
das cuenta que podrías haber resultado herido... o ¡¡MUERTO EN ESE LUGAR!!
.- Medio grito nervioso.
Fabián al oírle se paró de un salto de la cama y caminó para
alejarse un poco de su padre. Comprendía lo sucedido la noche anterior, pero
también que no le había pasado nada y tuvo la imprudencia de decirlo en voz
alta
- Fabián : Papá, pero no sucedió
¡nada de eso!
- Héctor: Gracias a Dios y que no
corriste, porque si lo hubieras hecho estaríamos lamentándonos como la vez
anterior.
Fabián no pudo disimular la expresión y se delato cuando Héctor
termino la frase, el chico tenía esa debilidad cuando hacía algo malo bajaba la
mirada y se mordía los labios, Héctor quien conocía a su hijo como la palma de
su mano se acercó tomo el rostro de Fabián y lo miro a los ojos.
-Héctor: Hijo... ¿Corriste en las
carreras clandestinas? – Fabián respiro
profundamente para tratar de calmarse.
- Fabián: No papi... yo no corr.-Aseguro mirando hacia otro lado.
- Héctor: ¡¡NO ME MIENTAS!!- Fabián cerró los ojos.- Hijo,
mírame y respóndeme.
-Fabián: Sí, papá lo hice y
¡¡Gane!!.- Le dijo emocionado.
- Héctor: Fabián, Pensé que los
habían llevado detenidos solo por estar en el lugar, no me imagine que mi hijo
hubiera arriesgado su vida después de todo lo que vivimos - Reflexiono Héctor en
voz alta y se sentó en la cama cubriéndose los ojos con ambas manos.
Fabián angustiado al ver a su padre en ese estado se
acercó, tomo sus manos y se inclinó para mirarlo frente a frente.
- Fabián: Papi. No pasó nada, mírame
¡estoy bien! Y estamos todos bien y ¿Sabes? que es lo más maravilloso de esto.
- Héctor: ¿Qué?- Pregunto con los ojos vidriosos.
-Fabián: Es que...¡¡ Estoy al 100% y
regresare a las pistas!!.. Papá sigo siendo el número uno, en todo este tiempo
nadie batió mi record.
- Héctor: Fabián ¿te oyes?...no
volverás a ese lugar y ¡¡menos a correr!!, - Dijo
alucinando, no podía creer la desfachatez de su hijo.
- Fabián: Papa, pero soy el
mejor y no puedo perder esta oportunidad, te tendrás que acostumbrar...
Héctor luego de oír lo que decía Fabián se levantó de la cama y
se acercó a la puerta, conocía a su hijo, así que saco la llave y cerró la
puerta de la habitación, Fabián no lo noto porque seguía alardeando de su
magnífica carrera.
- Héctor: Hijo, creo que ya hemos
discutido ¡¡bastante este tema!!.- Fabián
dejo de hablar se giró para mirar a su padre.- No volverás a ir a ese lugar y menos para arriesgar tu vida otra vez.- Continuo
Héctor, mientras se llevaba las manos a la cintura y Fabián escuchaba el
intimidante clic.- Fabián ¡me
mentiste y desobedeciste!... con eso te pusiste en peligro, la vez anterior no
hice nada porque estabas todo lastimado, pero recuerdas que te advertí que si
lo volvías hacer abrían consecuencias y ¿ Sabes? Trate de que entraras en razón
con palabras, pero no funciono así que te las enseñare de otra forma.
- Fabián: Pero
papá....- Dijo gimoteando.- No me puedes pegar...
- Héctor: Sí puedo, hijo, no me gusta
hacerlo ...pero lo haré mientras sea necesario y dejes
de poner tú vida en peligro.- Aseguro.
Al oír eso Fabián corrió a la puerta intentando abrirla, pero no
pudo, cuando Héctor le dio alcance lo tomó de un brazo y lo llevó con él hasta
la cama y ubicó a Fabián
- Fabián: No papá, ¡¡No lo haga!!!.- Rogo el chico pataleando antes de sentir una palmada en su
trasero. - ¡¡AAYY!!.- Gritó
más por la sorpresa de sentir el golpe que por el dolor.- ¡Suéltame papá! No puedes hacerme esto- Protesto.-
¡¡Soy grande...¡¡¡ ya estoy grande
papiiii!!!
Y con eso Héctor tomo la decisión y comenzó, en algunas
ocasiones había castigado a su hijo en algunas por cosas de disciplina en
especial en el colegio, pero desde el accidente no tenía miedo, Fabián había
cumplido la mayoría de edad un mes antes de la visita de su cuñado y se creía
el dueño del mundo, se lo había advertido y esta vez sería algo duro ya que
quería que esto diera el resultado que esperaba, así que tomo el cinturón
mientras Fabián lo observaba
- Fabián: ¡¡NO PAPÁ!!.- gritó asustado.
ZAAAAAS..... ZASSS
Sonaron los correazos, había comenzado fuerte, no para lastimar
a su hijo, pero si lo suficiente para que esta la recordara cada vez que
tuviera interés de correr.
- Fabián: AYYYYY YAAAAAA
PAPIIIIIIII.- Se quejó el chico.
- Héctor: No
voy... ZAS... a permitir ZAS ...ZAS que vuelvas ZAS ZAS a desobedecer y menos
arriesgar tu vida así.
- Fabián: Ayyyy snifff MAMAAAA..- Lloro.-
ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS
Héctor Continuó castigando el trasero sin decir una palabra
ZAS ZAS ZAS ZAS ZAS
Fabián comenzó a llorar desconsoladamente, rendido hasta que su
padre se detuvo.
- Héctor: ¿Lo vas a volver a hacer? - Preguntó mientras aplicaba otra palmada fuerte a las
nalguitas muy rojas.
- Fabián: AAAAAyyyy NO PAPÁ! NUNCA
MÁS LO HARÉ!! POR FAVOR, DETENTE! -
Suplicó Fabián entre sollozos.
- Héctor: OK,
no quiero que esto se repita PLAFFF .- Aplicó una palmada
final, más fuerte que la primera a fin de reforzar el mensaje.
- Fabián: Buaaaaaaaa PAPITOOO YAAAAA
yaaaa buaaaa.- Lloro el chico ya que
con esa palmada había revivido el dolor.
Héctor lo alzo y acuno meciéndolo mientras Fabián lloraba sin
control aferrándose al cuello, luego se calmó bastante como para bajar una mano
y frotarse las nalgas que aún le ardían. Héctor contuvo una sonrisa pensando
ahí tenemos al "señor adulto", beso su frente para luego ponerse
serio
- Héctor: Hijo, Espero que no nos
volvamos a encontrar en esta posición.- Fabián
movió su cabeza diciendo no.- Fabián
hablo en serio, si lo tenemos que hacer de nuevo y por el mismo motivo esto te
parecerá una caricia comparado con la paliza que te daré.- Le
advirtió seriamente.
- Fabián: Sí papá.- Contestó rápidamente.
- Héctor: Bueno, ahora ve a lavarte
la cara y luego baja...Tu novia nos espera, me llamo y le pedí que nos diera
tiempo, estoy seguro que cree que estás muerto.- Aseguro cerrando la puerta y dejando a Fabián frio y en
shock al saber que su novia había escuchado ¡¡TODO!!, avergonzado no pensó que
tenían visitas y no solo había oído Verónica, los chicos Aldunate también
habían sido testigo auditivos y nerviosos esperaban a Darío, ya que Gaspar no
paraba de repetir que ellos serían los siguientes.
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