Darío,
el comienzo de un joven padre.
Darío
tenía 15 años, cuando Paula debió viajar urgente a casa de sus padres durante
la tarde después de recibir una llamada que le preocupó demasiado, su abuelo de
75 años había sufrido un accidente casero a consecuencia de su problemas a la
vista, durante la madrugada y se enredó con una alfombra cayendo y golpeándose
a un costado de las costillas con la punta de la mesa de centro. El abuelo de
Paula era muy importante para ella ya que fue el primero que la apoyo y ayudó a
confesar a sus padres junto a Darío que serían padres a los 14 años, Paula al
recibir las noticia del accidente corrió a decirle a Darío, este le dijo que
fuera pero a ella le preocupaba su pequeño Dante que acababa de cumplir los
seis meses,
-
Mi amor ¡ve! No hay ningún problema, me encargare de nuestro hijo.- Aseguro
y beso la mejilla de su preocupada mujer. Paula al oírle se fue tranquila
sabiendo que Darío no estaría solo es casa, estaba acompañado de Laura su
suegra y cuñada.
Al
día siguiente Laura la abuela del niño se había levantado temprano, el pequeño
Dante lloraba ya que tenía apetito, esa noche había dormido con él porque Darío
debía estudiar. El reloj dio daba las 7 AM cuando Darío fue despertado.
-
Hijo despierta, tú hermana está enferma y debo ir con ella al médico ya que
estuvo toda la noche con fiebre.
-
Ok mamá, pero y mi prueba ¿Qué pasa con ella? ¿Cómo lo hacemos?... papá dijo
que no falte y yo estudié demasiado tengo miedo... Papa dijo que me daría una
gran Zurra si pierdo el año.- Recordó a su madre
mientras la seguía por la casa con su bebé durmiendo en sus brazos.
-
No te preocupes... ya hablé con tu papá y justificare tú falta.-
Lo tranquilizo y beso la frente de su hijo y nieto.- hoy sólo
preocúpate de nuestro pequeño bebé.-
Laura
luego se dirigió al auto donde la esperaba su hija, Darío se despidió por la
ventana, regreso a la cama y se durmió junto al pequeño Dante. Dos horas más
tarde, Dante despertó y después de observar a su joven padre empezó a
balbucear, pero Darío no lo escuchaba tenía demasiado sueño ya que no había
dormido prácticamente por pasársela estudiado toda la noche, Dante al ver que
su padre no despertaba comenzó primero tocándole los ojos... luego continuo dándole
golpecitos en la cara, pero como Darío no reaccionaba empezó a desesperarse y a
sollozar hasta que después Comenzó a llorar y ahí fue cuando Darío despertó,
para luego alzarlo de la cama para que dejara de llorar dándole golpecitos en
la espalda hasta que ya por fin dejo de llorar.
-Hola
mi amor ¿Buenos días?- Saludo y Dante
le regreso la mirada con los ojitos llenos de Lágrimas y esbozó una sonrisa
-Ya
es tarde ¿verdad? ¿Eso me querías decir?- Pregunto a su
pequeño para luego besarle el estómago a lo que Dante río a carcajadas- ¿Te
parece si desayunamos?
Luego
se levantó bajaron a la cocina y puso el hervidor para preparar leche caliente
a su hijo, mientras este estaba listo subió a la habitación y se preocupó de
cambiarle la ropita, primero le sacó el pequeño pijama y luego los calcetines,
después de cambiar el pañal Darío comenzó a vestir a su hijo, primero los
calcetines y el pantalón... pero a Dante no le gustaba así que constantemente
movía los pies, cuando al fin lo logró continuo con la polera y esta le
estresaba un poco, le costaba y su hijo te terminaba rojo y medio ahogado...
Darío al hacerlo tuvo mucho cuidado, pero no evito que Dante terminara llorando
como siempre. Cuando al fin su pequeño estuvo completamente vestido Darío lo
llevó al sofá y ahí lo sentó. Dante seguía llorando y eso a Darío lo ponía
nervioso
-¿Qué
pasa mi amor?... ¿Papá te hizo llorar hijo?.. Por favor no llores.- Rogó.
- Me muero cuando lo haces, Dante mi vida esta frío y debo vestirte
o te enfermaras y si eso pasa, Primero me mata tu mamá y luego mis padres.
Una
vez cuando logro calmar al pequeño empezó a jugar con su juguete, pero al cabo
de cinco minutos Dante y Comenzó a llorar otra vez, Darío lo alzo preocupado ya
no sabía que hacer hasta que recordó que Aun no le preparaba el desayuno a su
hijo, una vez listo se aseguró que la mamadera estuviera a temperatura adecuada
se la dio así bebé y este a medida que tomaba se durmió. Darío lentamente lo
acostó en el sofá y estiró su brazo acalambrado, se dirigió al baño y mojo su rostro
estresado no tenía mucha experiencia en eso.
Así
pasaron las horas y cuando el reloj dio la una de la tarde, paso por la juguera
la comida del pequeño y espero hasta que la temperatura estuvo apta y se sentó
frente a Dante y comenzó a dar pequeñas cucharadas, a la tercera no se dio que
venía un pedazo de carne a lo que el pequeño se ahogó y él no sabía cómo
ayudarlo... desesperado le soplaba la carita sin darse cuenta que el niño no
podía respirar, luego lo alzo de la silla y tomo ambas manitos y se las
levanto, mientras Dante tosía y volvió a respirar otra vez. Darío alzo al niño
y se sentó en el suelo a llorar junto al pequeño ya que había pasado el peor
susto de su vida.
De
pronto a lo lejos escucho un auto y se levantó emocionado pensando que era su
madre, pero era Oscar su padre quien regresaba de un largo viaje.
-Hola,
Darío ¿Que son eso gritos? ¿Por qué Dante llora?- Pregunto
y le acaricio el rostro al bebé.
-
No se papá, ha estado así todo el día.
-
Debe tener hambre...hijo tal vez deberías de alimentarlo.-
Aconsejo mientras acomodaba la maleta a un costado del sofá y se quitaba la
chaqueta.
-
¡¡Olvídalo!!... hazlo tu papá, ha llorado toda la mañana y ya no sé qué hacer
con él.- Dijo mientras entregaba al pequeño Dante a
su confundido abuelo y se fue.
Oscar
vio cómo su hijo mayor se retiraba y subía corriendo las escaleras, luego lo
reviso y noto que debía cambiar el pañal una vez que estuvo listo subió con el
pequeño a la habitación del joven padre y le encontró en su cama en un mar de
lágrimas
-¿Por
qué lloras mi amor?
-No
puedo con él papaaa, llora y me desespera ...solo llora y yo ya no lo soporto,
cuídalo tú...yaaa no soporto a mi hijo buaaaaaa.- Dijo llorando
desconsolado, le dolía decir esas palabras, pero tenía sueño, susto y estrés al
ver que Dante casi se muere. Darío había pronunciado esas palabras para que su
pequeño no estuviera cerca de él... ya que como pintaba el día, pensaba que
terminaría haciéndole un gran daño a hijito.
-Hijo,
él bebé es tu responsabilidad... decidiste ser padre joven y no te cuidaste
como debiste hacerlo, lo aceptaste y Ahora no puedes decir que no puedes, ya
está con nosotros y debes a prender como ser un buen padre.
-Papi,
pero yo no sé.- Aseguro derrotado.- ¿Me
enseñaras? Yo quiero ser el mejor para mi bebé.- Aseguro muy
ilusionado, pero después su semblante se entristeció.
-
Si, yo te enseñare, pero primero levántate de esa cama, te lavas la cara y te
tranquilizas, porque trasmites el nervio al Dante.
Cuando
Darío estuvo listo y con su hijo en brazos listos para bajar a la sala, Oscar
antes de salir lo tomo del brazo.
-Darío,
hijo, sé que te desespera la situación, pero plaffff.- Comenzó con una
palmada.- NO PLAFFF VOLVERAS A DECIR QUE NO PLAFFF PLAFF SOPORTAS A TU HIJO
¡¡caramba!!
-
AAAyaaaa paaaapaaaaaa.- ¡no!- Regaño a su
padre.- Se puede caer Dante de mis brazos.-
-Ok,
luego seguiremos "conversando" ¡¡te voy a dar la paliza de tu vida!! Si
es que no....- Comenzó a regañar, pero Darío salió
corriendo del cuarto no quería que su Bebé escuchara lo que pasaría más tarde.
Jajajaja pobre que le tocó con su hijo en brazos..
ResponderBorrarPero como soy curiosa si quiero saber si le tocó o no?? Jajaja
Que bien corto me encontré aquí amiga!!