martes, 22 de septiembre de 2020

Capítulo 34 “Lasaña de chocolate”


Capítulo 34 “Lasaña de chocolate”

 

KEITH

 

La ayuda de mi padre me cayó como anillo al dedo, por lo menos ya no tenía que preocuparme de donde iba a dejar al ejercito que tengo por hijos.

Ahora solo quedaba buscar la ocasión ideal para contarles y tratar de no morir en el intento, ya que estaba seguro de que alguno de los niños no les iba a hacer mucha gracia que nos fuéramos sin ellos por una semana completa.

 

Hice todos mis pendientes en el trabajo y al terminar me fui directo a la tienda en busca de comida. La despensa y el refrigerador estaban vacíos a esta altura de la semana y por desgracia me tocaba a mi solo hacer la compra esta vez.

 

Llegué al supermercado de siempre y de inmediato el guardia del lugar me ofreció el carrito de compra más grande que tenían. Nos conocíamos.

 

Keith: gracias, Noel ya ves que hoy me toca a mi solo el calvario.- el hombre solo rio y siguió con su trabajo mientras yo entraba a la tienda.

 

Hacer la compra para una familia numerosa si que era una gran hazaña, y por sobre todo era un gran gasto.

Que no a todos les gusta el chocolate, que son alérgicos, que mejor una fruta que otra, y ni hablar de las verduras, ya que si fuera por mis hijos todos los días comerían carne y papas en todas sus formas. Algo no muy saludable la verdad.

 

Compré absolutamente todo lo que tenía en la lista que habíamos hecho con Phill la noche anterior, pero además agregué un six pack de cervezas, estaba un poco antojado de beberme una y de seguro Phill querrá acompañarme una vez que pongamos a todos a dormir. 

 

Pagué las cosas y cargué el vehículo para correr a dejar todo a casa, tenía solo media hora para ir a recoger a los peques del preescolar y 1 hora para que el resto saliera.

 

Dejé las cosas medio acomodadas en la cocina de la casa y salí corriendo hacia el colegio. Quedaban solo 15 minutos y por suerte alcancé a llegar al tiempo en que tocaban la primera campana. 

 

Estacioné como pude la van y salí en busca de los dos bebes de la casa que ya me esperaban de la mano de su respectiva profesora.

 

Tomé a Julie de los brazos de su profe y me dirigí a donde estaba Noah, quien se veía decaído y por un momento me preocupé de que estuviera enfermo, pero la mirada de la profesora hizo que toda sospecha de enfermedad se esfumara.

Keith: Alana tanto tiempo que no nos veíamos, ¿Qué tal?- ya nos conocíamos, le había hecho clases a Nathan hace un tiempo atrás y la verdad es nos habíamos llevado muy bien.

 

Prof. Alana: estoy bien Keith, pero la verdad es que no tengo muy buenas noticias de Noah, hoy estuvo muy inquieto en clases y golpeó a dos compañeritos en el receso, tuve que dejarle sin jugar todo el día.- y al parecer ya habían comenzado las travesuras y los llamados de atención de parte de Noah en el colegio. Por lo menos esperaba que eso tardara unos años más, con los más grandes ya tenía las manos ocupadas.

 

Keith: no me digas, yo hablaré con él Alana, lo siento- miré serio a mi hombrecito mientras le tomaba de la mano.

 

Prof. Alana: gracias, Keith pero tampoco seas tan duro, es un niño aún- le sonreí y me dirigí con los dos bebes al parque que había a un lado de la institución.

 

Me senté en la banca más cercana al arenero en donde dejé a Julie para que se divirtiera con los otros bebes que había allí y me llevé a Noah conmigo.

 

Noah: papi quiero jugar- el crio tuvo la osadía de mirarme enojado mientras cruzaba los brazos en su pequeño pecho.

 

Keith: nada de jugar jovencito, anda explícame por que golpeaste a tus compañeros hoy- puse mi mejor pose de papá enojado que sabía muy bien que no podría sostener por mucho tiempo, más que mal Noah era mi bebe aún.

 

Noah: ellos no querían dejarme el columpio, así que los tiré- wow, yo esperaba que hubiera una razón lógica de por medio, aunque en realidad en que pensaba, el crio solo tiene 3 años y medio.

 

Keith: eso no se hace Noah, no puedes golpear a tus compañeros solo por que no te dejan un juguete, le mandaré una nota a tu profesora por que quiero que mañana te disculpes con tus compañeros ¿me oíste?- sabía que debía ser conciso, él aún no tomaba muy en serio cuando le regañábamos, por lo que ordenes directas y cortas solían servir mucho.- y estarás castigado hoy, no jugarás en el parque, te quedarás aquí sentado con papá mientras esperamos a tus hermanos y cuando lleguemos a casa te irás a la esquina.- al decirle que no tenía permitido jugar y al nombrar la esquina comenzó el llanto, pero no ese llanto de lástima, si no el llanto de berrinche, el que molesta mil veces más pero que para desgracia de mi pequeño yo con todos los niños que tengo ya estaba más que inmunizado a los gritos de “quiero esto” o “quiero esto otro”.

 

Fue una media hora dura, pero finalmente tocaron la última campana y todos mis hijos comenzaron a salir.

 

Los primeros fueron los más pequeños y al final salió Joe y Sam riéndose.

 

Joe: hola, papá, uy ¿Qué le pasa al peque?- Joe quien tenía una conexión especial con Noah le tomó en brazos y trató de calmarle; pero Noah con lo emberrinchado que estaba solo pataleó en sus brazos mientras gritaba que lo bajara- diablos, si que está molesto.

 

Keith: golpeó a dos de sus compañeros, está molesto por que le regañé y le dije que se iría a la esquina cuando llegáramos a casa.- mientras ayudaba a todos a subir al coche me puse a conversar con mis hijos mayores.

 

Sam: pues que gratis la a sacado, si yo golpeara a alguien no creo que me mandarías a la esquina papi, o me equivoco- Sam estaba de buen humor y se le notaba, casi nunca estaba de esa manera luego de clases, pero hoy incluso hacía bromas.

 

Keith: inténtalo y estarás en mis rodillas más rápido de lo que crees, ¿Qué te picó hijo? ¿Por qué tan contento?- al decirle aquello las mejillas de Sam se encendieron, algo le pasaba.

 

Sam: es que acaso no puedo tener un buen día escolar- sus ojos decían otra cosa, algo que no tenía mucho que ver con las clases.

 

Joe: ya, ese sería el caso si el problema se llamará Marie Cof Cof- ahí estaba la razón, y al parecer el que su hermano lo pusiera en evidencia no le gustó para nada a Sam que de inmediato le pegó una colleja.- auu papá, dile algo.

 

Keith: así que Marie ¿eh? Y ¿Quién es esa Marie? Tengo que preocuparme que me robe a mi bebe- para que Joe no se sintiera mal por no haberle parado a su queja le acaricié su nuca mientras encendía el coche.

 

Sam: no soy un bebe papá, además solo es una amiga- ya y yo solo estoy de amigo con Phill, claro.

 

Keith: si claro, pero que sepas que quiero conocerla, debes invitarla a cenar alguna vez.

 

Nicole: pues ahí si que la espanta, imagínate que la invita a cenar con 10 críos en la misma mesa, no te lo recomiendo Sammy.

 

Joe: y tu que sabes mocosa, aún es muy pronto para que andes de novia ¿eh? que ni se te acerque nadie, que se va con un puñetazo.- era increíble el cambio de relación que habían tenido Joe y Nicole; pasaron de odiarse a muerte a que ahora el crio le cele de esa manera. 

 

Sam: pues con dos puñetazos.

 

Nicole: ¡hombres!- yo solo me reí, pero en el fondo apoyaba a mis hijos, mi princesa era muy pequeña para novios, faltaban unos 20 años para que la dejásemos tener algo con un niño.

 

El resto del viaje a casa fue tranquilo, al llegar todos se dispersaron hacia sus habitaciones, pero como tenía que darles la comida a los bebes me fue a la cocina y ahí mismo puse a Noah en la esquina mientras cocinaba.

 

Noah: papiii- a pesar de ya estar calmado, el niño aún se rehusaba a estar sentado allí, pero yo era un hombre de palabra, se quedaría ahí 5 minutos completos.

 

Keith: en la esquina no se habla Noah, te quedan solo 3 minutos- no le hablé más, no tenía caso, además si le sacaba más conversación el objetivo del castigo se vería aplacado.

 

Por mi parte les preparé la comida a los peques que eran una simple pasta con salsa roja y cuando ya cumplió los 5 minutos Noah lo senté al igual que su hermana en su sillita y les puse a comer mientras yo preparaba la comida de los más grandes y la mía.

 

La comida por suerte fue un éxito y sorprendentemente no hubo ningún problema con ninguno, incluso luego de terminar todos fueron a hacer los deberes sin siquiera yo preguntarles.

 

Tanto era el relajo que había en casa que pude tomar una siesta en la sala mientras mis hijos estaban haciendo sus deberes alrededor de mi.

 

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SHAUN

 

Ultima clase del día y me podría ir… ultima clase del día y me voy… me voy.

 

Josh: profesor por que tiene esa cara, que no ve que llegó su alumno favorito- como odiaba a ese chico, era todo lo mal que podía existir, pero lamentablemente tenía que hacerle clases igualmente.

 

Shaun: pues para ser mi favorito tendrías que haber hecho todos los ejercicios que mande la clase pasada, ¿los hiciste Joshua?- la cara que me dio el crio fue de desvergüenza absoluta, por supuesto que no los había hecho, jamás hacía los deberes y así igual aprobaba todos los años de universidad, seguramente gracias al dinero que tenía su padre.- quiero todas las hojas de calculo y respuesta en mi escritorio ahora, luego ya empezaremos la clase.

 

Yo tenía pasión por mi trabajo, me encantaba enseñar, pero la verdad es que es mucho mejor cuando uno les enseña a personas que en verdad quieren aprender y aunque hubiera esperado que al ser universitarios tuvieran otra perspectiva del aprendizaje, todo era una vil mentira, eran igual o peor que los críos del instituto.

 

Les di la catedra con mi mejor postura y con el poco ánimo que me quedaba luego de que solo 5 personas de las 20 de esta clase dejaran el trabajo que les mandé. Luego ya sin esperar a que salieran me fui de allí, mi horario laboral había terminado.

 

Caminé hacia mi coche cuando recibí una llamada, era de la escuela de Kyle y Samantha.

 

Dir. Miller: Buenas tardes, señor Adams ¿Cómo se encuentra?- la tranquilidad de la directora me ponía de los nervios, aunque seguramente era mi mal humor de aquel día, solo esperaba que ninguno de mis hijos se haya metido en problemas.

 

Shaun: muy bien señorita, ¿Qué tal está usted? ¿pasó algo con mis chicos?- así, al grano quería ir.

 

Dir. Miller: nada grave señor, lo que sucede es que Kyle se ha estado sintiendo mal el día de hoy, tiene mucho dolor de cabeza y la verdad es que creo que lo mejor es que venga a retirarle para que pueda descansar.- eran las 12 del día, aún le quedaban por lo menos 3 horas de clases a los chicos, así que lo mejor es que lo vaya a buscar.

 

Shaun: muchas gracias por llamar, ahora iré por él, me lo puede poner al teléfono por favor- ella aceptó y me pasó a Kyle- mi niño, ¿te duele mucho la cabecita?- seguramente había sido por las pesadillas y la mala noche que había tenido, siempre era igual, debí dejarle en casa hoy, pero nadie se hubiera quedado con él.

 

Kyle: si papi, siento que se me va a reventar la cabeza papi ven por mi- mi corazón se estrujó al escuchar a mi hijo y a la vez me preocupó, quizás sería mejor llevarle con Dean a que le revise en su consultorio.

 

Shaun: voy corriendo por ti mi vida, no te preocupes.- le colgué y salí volando al instituto de mis hijos.

 

Al llegar y ver la cara que tenía Kyle me hizo darme cuenta de que en verdad se sentía realmente mal, por lo que decidí llevarle de inmediato donde mi hermano luego de salir del colegio.

 

Firmé los papeles correspondientes y nos subimos al coche.

 

Shaun: por que no duermes un poquito mi vida, ahora iremos donde tu tío para que te de algo para el dolor de cabeza- le ayudé a entrar al automóvil y le puse el cinturón de seguridad.

 

Kyle: no papi, el tío me pinchará vamos a casa, solo necesito dormir un poquitito- quise darle en el gusto, pero un dolor de cabeza tan fuerte podía ser peligroso, por lo que igual manejé hasta el consultorio de mi hermano a quien ya le había avisado y nos estaba esperando.

 

Ayudé a Kyle que apenas podía abrir los ojos ya que la luz le molestaba y llegamos a la oficina en donde tenía el consultorio mi hermano.

 

Dean: hey peque ¿Qué pasó?- mi hermano tenía al igual que yo una debilidad por Kyle, y es que el crio a pesar de la edad se hacía querer demasiado, lo que era maravilloso y esperaba que siguiera así mucho tiempo ya.

 

Kyle: mi cabeza me está matando tito- Kyle se abrazó a mi hermano, quien gracias a su gran estatura pudo tomar en brazos a mi crio y le llevó a la camilla.

 

Shaun: ayer tuvo uno de sus episodios de pesadillas y como siempre al día siguiente está con dolor de cabeza, pero la de hoy era muy fuerte, tuve que retirarle de la escuela.- mi hermano le auscultó y finalmente decidió que debía terminar con el dolor de manera rápida, lo que significaba usar una jeringa en el proceso.

 

Kyle: te dije papi buaaa- el llanto llegó más rápido de lo que habría esperado, seguramente el dolor tenía mucho que ver con eso.

 

Dean: enano no llores que si no te dolerá aún más, anda que será muy rápido, ni lo vas a sentir lo prometo- si claro, yo les temía bastante a las agujas incluso con mis 41 años, pero con mi hijo debía tragarme todo el miedo y consolarle.

 

Shaun: anda cariño, mientras más rápido tu tío te ponga la medicina más rápido te dejará de doler.- ayudé a mi hermano y todo pasó en un santiamén, y ya le habían inyectado.

 

Kyle: no pienso hablarte nunca más tito buaa- mi peque era un amor de niño y mi hermano estaba idiotizado por eso. Ahí le tenían a mi hermano mayor consolando a mi pequeño hijo en sus brazos por hacerle una crueldad.

 

Dean: no seas malito Kyle, que hago yo si mi sobrino favorito no me habla más- para Dean o más bien para todos nosotros todos son nuestros sobrinos favoritos, aunque bueno, yo con Keith y Ryan me lo pensaba un poquito.

 

Estuvimos un poco más con mi hermano para que hiciera efecto la medicina y una vez que el dolor de cabeza desapareció y Kyle cayó redondito en los brazos de Morfeo, Dean me ayudó a llevarle al coche y me fui a casa.

 

Al llegar a casa justo me topé con Lydia que llegaba apenas de su trabajo y se sorprendió en demasía al verme salir del coche con Kyle en brazos.

 

Lydia: Shaun ¿Qué ocurrió?- ella abrió la puerta y me ayudó a llegar al segundo piso para acostar a Kyle en nuestra habitación.

 

Shaun: el terrible dolor de cabeza, yo creo que será mejor que le llevemos a un especialista, tenemos unos ahorros por si tienen que hacerle análisis, pero esto no puede seguir así.- Lydia besó la cabeza de mi hijo y le arropó.

 

Lydia: le sacaré una consulta con el neurólogo lo más pronto posible, pero seguramente tendrás que llevarle tú, tengo mucho trabajo en la editorial y ya no tengo días libres.

 

Salimos de la habitación y nos fuimos a la sala a descansar antes de empezar a preparar el almuerzo.

 

Shaun: no creo que haya ningún problema, este semestre no he pedido ningún día libre, cuando tengas la fecha me lo dices para hablar con la universidad.- con el relajo que nos estábamos echando nos empezó a entrar la pereza y el sueño.

 

Lydia: hoy tu preparas la comida- aich, como odiaba cocinar…

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KEITH

 

Tenía un sueño hermosísimo, Phill y yo estábamos a la orilla de la playa disfrutando de unas buenas y merecidas vacaciones.

 

Pero claro, todo lo bueno termina abruptamente y al sentir un peso sobre mi de la nada desperté de manera brusca.

 

Maddie: papi ya despierta, el sol casi se esconde y papi siempre dice que si duermes mucho luego en la noche no se podrá descansar- como amaba a mis hijos, pero los más peques y su ternura me derretían por completo.

 

Keith: mi princesita, gracias por despertarme- le di un beso en el hueco que se le hacía en el cuello que le provocó cosquillas- ¿Dónde están tus hermanitos peque?- Noah y Julie ya no estaban dormiditos en el corral en donde les había dejado para su siesta cuando me quedé dormido.

 

Maddie: Noah, Nathan y Joe están jugando arriba y Julie está con Nicole y Maya, estábamos jugando juntas pero me aburrí y quise venir a despertarte.- le sonreí a Maddie mientras la alzaba de mi abdomen y la sentaba en mi regazo para estar más cómodos.- tengo hambre papi, ¿cuanto queda para la cena?- vi el reloj de mi muñeca y me percaté de que aún era temprano, solo eran las 6:30 de la tarde, quedaba una hora para la cena, menos mal no me había dormido demás.

 

Keith: ahora iré a prepararla princesa, que te provoca de cenar, hoy tu decidirás- y así era como sacaba ideas diariamente para la cena cuando no tenía una idea previa.

 

Maddie: lasaña papi, tengo muchas ganas de comer eso, así de ganas- la peque abrió sus brazos de par en par y yo no pude evitar reírme.

 

Keith: está bien princesa, anda hoy me ayudarás tú a cocinar- le tomé en brazos mientras ella celebraba.

 

Maddie: ¡siii! ¿podemos echarle chocolate a la comida papi?- ups definitivamente debía alejar todos los chocolates de Maddie mientras cocinábamos.

 

No vaya a ser que terminemos comiendo una rica lasaña con chocolate fundido en vez de queso.

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