martes, 1 de junio de 2021

Nuevas reglas, nuevos castigos Capítulo 27

 

Nuevas reglas, nuevos castigos

 

Capítulo 27

 

Quedan dos semanas para terminar el curso, entre mañana y el próximo martes tenemos los exámenes finales. Esta tarde he quedado con Martina para repasar. Después de la clase de alemán el chofer me trae a casa y Martina llega apenas cinco minutos después, Natalia la acompaña al comedor donde estoy merendando y, cuando termino, nos ponemos a estudiar. Pasamos la tarde repasando para los exámenes de mañana y pasado mañana, los llevo muy bien, y Martina también, no tendremos ningún problema para pasarlos con buena nota.

Martina: Que bien amor, ya hemos terminado. Ahora sí veo al chico diez del que me hablaron cuando llegué, me alegra que hayas podido remontar el curso y puedas terminarlo con buenas notas.

Adrián: Te quiero, bella.

Martina me mira y me sonríe. Me acerco a ella, nos abrazamos y nos besamos, un pico que se transforma en un beso algo más apasionado. Justo en ese momento entra mi padre, ¡qué inoportuno!

Carlos: Hola chicos, ¿ya habéis terminado de estudiar?

Veo como Martina se sonroja, es tan adorable.

Adrián: Hola papá, ya hemos repasado para los exámenes de mañana y pasado mañana.

Martina: Hola, Sr. Fuentes.

Carlos: Martina, ya te dije que no me llames Sr. Fuentes, puedes llamarme Carlos. ¿Cómo lleva Adrián la preparación para los exámenes?

Martina: Muy bien, este trimestre ha trabajado y estudiado, y seguro que sacará buenas notas.

Carlos: Eso espero, por su bien.

Mi padre me mira sonriendo, le devuelvo la mirada pero no precisamente con una sonrisa, ¿por qué me avergüenza con Martina? Se va y nos deja solos otra vez.

Martina: Yo también te quiero, bestia.

¿Qué? ¿Bestia? ¿A qué viene esto? Miro a Martina que se está riendo.

Martina: Jajaja, ¡qué cara has puesto! Si yo soy bella tú debes de ser bestia, ¿no?

Ruedo los ojos pero le sonrío.

Adrián: Creo que tendré que pensar otro mote.

Martina: Nooo, me gusta mucho. No volveré a hacerlo, amor.

Me guiña el ojo y nos volvemos a besar. Después charlamos un rato hasta que el padre de Martina viene a buscarla.

Los exámenes del jueves y el viernes me van realmente bien. El sábado por la tarde mis amigos vienen a mi casa, estamos un rato en la piscina y después repasamos para los exámenes del lunes y el martes, Nico me ha pedido que le ayude con las mates ya que a mí se me dan muy bien y él tiene algunas dudas. Pasamos una tarde agradable aunque trabajamos mucho.

Por fin el martes terminamos los exámenes, me han ido muy bien y espero sacar muy buenas notas este trimestre. Los días que quedan para terminar el curso ya no hacemos clase.

El miércoles no me cuesta nada despertarme y levantarme, desde hoy y hasta el viernes vamos a unas colonias donde haremos actividades deportivas y en las cuales nos comunicaremos en inglés, al menos con los monitores, entre nosotros dudo que lo hagamos. Ayer por la tarde estuve preparando la mochila con las cosas que necesitaré estos días.

Nos acompañan la profesora de matemáticas, la de inglés y el profesor de educación física. Entre ayer por la noche y esta mañana mi padre me ha advertido mil veces que debo comportarme bien, no quiere que haga ninguna tontería y espera no recibir ninguna llamada por mi comportamiento, si eso llegara a ocurrir mi trasero sufriría las consecuencias.

Llegamos a la casa y nos reciben los monitores, que nos distribuyen en cuatro habitaciones muy grandes, dos para los chicos y dos para las chicas, y nos enseñan las instalaciones. Después nos organizan en grupos y nos explican que estos días haremos tiro con arco, tirolina, escalada, una excursión en bicicleta e iremos a la playa para hacer piragua, también tendremos tiempo libre y nos podremos bañar en la piscina. Antes de cada actividad nos explicarán la técnica y nos darán indicaciones de seguridad, todo en inglés.

Estos días son geniales, los profes también se apuntan a algunas de las actividades y nos lo pasamos muy bien. Nos portamos bastante bien, solo nos avisan un par de veces por la noche porque no hay silencio en las habitaciones y, en la comida del segundo día, en mi mesa, empezamos una guerra de comida, nos regañan y nos hacen limpiar el comedor durante el tiempo libre, nada del otro mundo.

El fin de semana ya soy libre y mi padre me da permiso para salir los dos días con mis amigos, el domingo decidimos ir a bañarnos a la playa, ya estamos a mitad de junio y hace calor, aunque el agua aún se siente bastante fría.

El lunes nos dan todos los exámenes y nos dicen las notas trimestrales y las finales, los padres las recibirán esta tarde o mañana. Mis notas trimestrales son muy buenas, tengo sobresaliente en todas las asignaturas menos en historia que tengo un notable alto, pero las finales son bastante más bajas puesto que se obtienen con la media de los tres trimestres y de los dos anteriores tengo muchas asignaturas aprobadas con un suficiente o en la recuperación. Mi padre me felicita por las notas del trimestre, y me dice que no está contento con las finales aunque ya sabía que serían bajas, espera que el próximo curso no vuelva a pasar. El martes, último día del curso, los alumnos de secundaria pasamos todo el día en un parque acuático como despedida, ¡nos lo pasamos genial!

Y, por fin, ¡las vacaciones de verano! El miércoles me levanto tarde, cuando bajo al comedor me encuentro con Natalia.

Natalia: Buenos días, ya era hora, no puedes dormir cada día hasta tan tarde, después no tendrás sueño por la noche.

Adrián: Natalia, estoy de vacaciones.

Me rueda los ojos y me dice que me siente y desayune.

Natalia: ¿Tienes planes para hoy?

Adrián: Sí, he quedado con mis amigos para ir a la playa.

Natalia: Bien, no hay problema, pero recuerda que como muy tarde a la una y media tienes que estar en casa.

Adrián: Sí Natalia, estaré.

Termino el desayuno, cojo lo necesario y me voy a la playa, llego a las once pasadas. Me encuentro con mis amigos, algunos hace rato que han llegado. Nadamos, jugamos y charlamos. Estoy dentro del agua cuando me llama Sergio.

Sergio: Adrián, te está sonando el móvil, es la tercera vez que quien sea te está llamando.

Adrián: Voy.

Cuando llego ya no está sonando, lo miro y veo que tengo tres llamadas perdidas de Natalia. La llamo.

Natalia: Adrián, ¿dónde te has metido? ¿Y por qué no contestabas?

Adrián: Estoy en la playa, ya te lo dije, no oí el móvil porque estaba en el agua.

Natalia: Son las dos menos cuarto, vuelve a casa ya.

Adrián: Jo Natalia, déjame un rato más, me lo estoy pasando bien y no tengo nada que hacer después, esta semana no tengo clases.

Natalia: No, ven ahora.

Adrián: Vale, me seco y voy.

Me tumbo en la toalla para tomar un poco el sol mientras me seco, charlamos con Sergio y Nico de los planes que tenemos para este verano.

Adrián: A partir del lunes iré tres horas por la mañana al club, han organizado un campus deportivo. Haré cada día una hora de tenis y las otras dos horas haremos diferentes actividades. Por las tardes, dos días, martes y jueves, tengo clase de piano. Y en agosto me han ofrecido ir dos semanas a un campeonato de tenis y he accedido.

Nico: Yo también iré al club con Adrián pero en lugar de tenis me he apuntado a fútbol. Y también vendrá Víctor, ¿qué deporte ha escogido al final?

Adrián: Se ha apuntado a fútbol, como tú, no lo pude convencer de que escogiera tenis.

Miro el móvil y veo que hace ya media hora que he hablado con Natalia. Recojo, me despido de mis amigos y me voy a casa. Cuando llego Natalia está muy enfadada.

Adrián: Hola Natalia.

Natalia: Hace cuarenta y cinco minutos que he hablado contigo, ¿por qué no has venido enseguida? Has llegado una hora más tarde de la hora que te he dicho.

Adrián: Me estaba secando y me he entretenido hablando. Me has dejado muy poco rato y no tengo demasiada hambre aún. No pasa nada si almuerzo más tarde, no he quedado con Martina hasta las cuatro, tengo tiempo de sobra.

Natalia: No se trata de si tienes tiempo o no, se trata de que tienes un horario y debes cumplirlo, no puedes venir cuando te dé la gana. María te ha preparado el almuerzo para hace más de media hora.

Resoplo, ¿por qué es tan pesada? ¿Qué más da a qué hora venga a comer?

Adrián: Jo Natalia, ¿y qué más da? ¡Déjame en paz!

Voy al comedor a almorzar, cuando termino subo a mi habitación para ducharme y después me visto para salir a dar una vuelta con Martina, hemos quedado en el centro comercial en veinte minutos. Me encuentro con Natalia en la entrada.

Natalia: ¿Vuelves a salir?

Adrián: Sí, ya te he dicho que he quedado con Martina, mi padre me ha dado permiso para salir.

Natalia: No hay problema, pero respeta el horario, por favor, y ten el móvil encendido.

Resoplo, qué pesada que está hoy, ¿no entiende que estoy de vacaciones?

Adrián: Sí Natalia.

Rafa me lleva al centro comercial y le pido que venga a buscarme en tres horas. Me encuentro con Martina, damos una vuelta y miramos algunas tiendas de ropa, descubro que a ella le encanta ir de compras, mira y se prueba un montón de ropa y se acaba comprando dos vestidos. Me convence para que vayamos a una tienda de ropa de chico que le gusta mucho y que me pruebe unos tejanos y una camisa, tiene muy buen gusto y la camisa hace juego con uno de sus vestidos, me lo compro. Después vamos a tomar un batido y charlamos un rato. Las tres horas pasan muy rápido, viene su padre a buscarla y yo me voy con el chofer.

Cuando llego a casa ya está mi padre.

Carlos: Hola Adrián.

Adrián: Hola papá.

Me da un abrazo y un beso. Pasamos al salón y nos sentamos en el sofá.

Carlos: ¿Cómo ha ido el día?

Adrián: Muy bien papá, he ido por la mañana a la playa con mis amigos y por la tarde al centro comercial con Martina, me ha convencido para que me comprara unos pantalones y una camisa, ¿quieres verlo?

Carlos: Sí, claro.

Se lo muestro. Me dice que le gusta mucho.

Carlos: ¿Te has portado bien con Natalia?

¡Uf! Ya se lo ha contado, pero ¿qué le pasa hoy? Últimamente nos llevábamos bien, no he hecho nada tan malo. Suelto un bufido.

Adrián: Pero papá, estoy de vacaciones, ¿qué pasa si almuerzo más tarde? Es que me ha dejado muy poco tiempo.

Carlos: ¿Adrián? ¿Qué ha pasado? Cuéntamelo con detalles, por favor.

Adrián: Pero si ya lo ha hecho Natalia, ¡qué pesada! No le ha gustado que me levantara tarde y he llegado pasada la hora que me ha dicho porque me ha dado muy poco tiempo para estar en la playa. Pero he tenido tiempo de sobra de comer y encontrarme con Martina a la hora que habíamos quedado, ¿dónde está el problema?

Mi padre se levanta y me levanta con él, me coge del brazo y me gira.

PLAS, au, PLAS, ai, PLAS, papá, PLAS, ai, PLAS, au

Me suelta y me froto el trasero.

Adrián: Au papá, ¿por qué me pegas?

Carlos: ¿Aún no has entendido cuál es el problema? ¿Quieres que vayamos a tu habitación a leer las normas? Porque me parece que encontraremos una que dice que debes respetar la hora de llegada. Y no me gusta que digas que Natalia es pesada, si le pregunto a ella qué ha pasado igual me entero de que además le has gritado o le has faltado al respeto. Porque debes saber que Natalia no me ha contado absolutamente nada, sólo me ha dicho que estabas en el centro comercial y que habías quedado con Rafa para que fuera a buscarte, según ella todo estaba bien.

Adrián: Lo siento papá.

Carlos: Espero que mañana te disculpes con ella y te comportes. No quiero que te levantes más tarde de las nueve, que le hables mal, le grites o le faltes al respeto, ni que incumplas ninguna norma, ¿entendido? Que estés de vacaciones no significa que puedas hacer lo que te dé la gana.

Adrián: Sí papá.

Me da un abrazo, nos volvemos a sentar y vemos la tele un rato antes de cenar.

 

 

1 comentario:

  1. Al parecer en vez de vivir en una casa con un padre parece que vive en un cuartel,que frialdad se vive en esa casa

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