La mansión embrujada

 

La mansión embrujada

Por los hermanitos Hyuga

Sean nos llamó a una reunión familiar dijo que aprovechando los días libres iríamos a una cabaña que habían arrendado. La verdad no se nos antojaba mucho a un campo, nos perderíamos la mega fiesta Halloween pero ni los mil berrinches nos ayudaron.

“Kathya no debes siempre decirle que si a todo lo que se les ocurra a los ancianos” rodo los ojos Steve.

“Déjala Tivi, la K no tiene la culpa, la culpa la tiene tu papá”

“también es tuyo” se río el cachorro.

Los chicos trataban de mantener su molestia a raya, ya habían tenidos grandes problemas.

La noche anterior los gemelos fueron a informar a Sean y Scher-K también conocidos como papá y mamá que irían a la fiesta de Richard.

“el domingo nos vamos a la fiesta de Richard volvemos el martes. Será el mega carrete papá”. Dijo Derek sobándose las manos, era la primera gran fiesta del año.  

“me estas preguntando o avisando” dijo Sean.

“Lo que sea, lo que te haga sentir mejor papá” dijo desafiante.

“papi, ¿podemos ir a la fiesta?” intervino Steve para calmar los ánimos.

“no, no pueden ir” Dijo Sean

“es injusto nos quieren tener encerrados como si fuéramos sus juguetes” dijo Tivi.

“chicos no pueden ir porque nos iremos de vacaciones familiares” dijo Scher-K

“No te metas esto es tu culpa, no voy a ir a esas estúpidas vacaciones” grito haciéndole cuerpo a su madre.

“Steve no le faltes el respeto a tu mamá” dijo Sean tomándole el brazo para sujetarlo y le dio dos fuertes palmadas en el trasero.

“tú siempre la defiendes” se quejó soltándose el brazo y mirándole con odio.

“no me importa lo que digas vamos a ir igual” lo desafío Derek poniéndose entre su padre y hermano.

“Suficiente los dos” dijo Sean dándole una palmada de Derek.

“Gruuu los odio” dijeron los gemelos a coro. Mientras se iban a sus recamaras.

“Algo que decir Kathyta” dijo Scher-K

“no mami, a mí me gustan las vacaciones familiares”  dijo la K, logrando una mirada de reproche de Tivi.

Así que hacer las maletas no fue de lo más agradable, pero secretamente estaban muy entusiasmados con pasar su primer Halloween en familia, pero fingían ser adolecentes superados con la situación.

Lo que los tigrecitos no sabían Kathya, Scher-K y Sean, tenían una mega sorpresa para los cachorros.

Al finalizar al viaje se encontraron con una horrible y por no decir tenebrosa mansión en medio de la nada, como se les había ocurrido a sus padres arrendar una casa así.

“niños pueden entrar las cosas, aquí están llaves, nosotros debemos ir al pueblo, olvidamos la carne para el asado” dijo Scher-K, mientras sacaban las maletas y partían sin dejar que los chicos pudieran oponerse.

“nos abandonaron en esta casa del terror” dijo Tivi

“ni cagando entro a esa casa” dijo Derek

“vamos mis valientes tigrecitos no me van a decir que tienen miedo” dijo Isabella.

“el primero que entra elije pieza” dijo la K abriendo la puerta. Pero una vez que estuvieron dentro la puerta se cerró de golpe dejándolos atrapados, los gritos de los cuatro no se hicieron esperar. El suelo crujía los cuadros se movían sutilmente. Y los chicos estaban seguros de sentir la presencia de algo más en esas casas.

Pero de pronto se escucharon gritos de horror, los cuatro comenzaron a golpear la puerta pero al no poder abrir buscaron cualquier salida habilita pero las ventanas estaban tapiadas, tenían tanto miedo que no lograban escuchar ni sus pensamientos fue cuando a lo lejos escucharon música, y como mis tigrecitos no son ningunos cobardes fueron a su encuentro, cuál fue su sorpresa al encontrar a todos sus amigos gritando sorpresa… feliz Halloween, feliz precumpleaños.

Casi se les paraliza el corazón antes de darse cuenta de lo que realmente pasaba, sus padres les habían creado la mejor mansión embrujada y habían invitado a todos sus amigos. Ahora casi se arrepentían de haber sido tan desagradables con ellos pero sabían que no sería ni la primera ni la última vez que lo sería.

A los pocos minutos se integraron Sean y Scher-K a la celebración haciéndose cargo de la barra y comedor la fiesta.

Un “gracias” llegó al corazón de todos ya que los espíritus solitarios por fin se sintieron acompañados.

Fin