-
De
mi primo Javi, está en Estados Unidos haciendo un posgrado, y me dio las llaves
para que le regara las plantas y le recogiera el correo. Pero básicamente vengo
aquí a fumar y pasar la tarde cuando no me apetece ir al insti (dijo
con una sonrisa picarona). Ven (tiró
de la mano de Mark). Quiero que veas una
cosa, no es como vuestra casa pero…ya verás (Mark se dejó llevar). Cierra los ojos, venga (dijo Ana María
muy emocionada. Mark se rió pero cerró los ojos y se puso una mano delante de
ellos) Ok, ahora ya puedes abrirlos (Mark
abrió los ojos y vio una habitación no muy grande de unos 4x3 toda decorada al
estilo chill-out. Cojines, cortinas, banderolas, lámparas hippies y una shisha
de cristal trabajado preciosa y enorme)
-
Guaaaau
(dijo sorprendido) ¿Tu primo es hippie?
-
No,
pero le encanta el rollo oriental ya sabes las mil y una noches (dijo
con picardía y Mark dejó de mirar a su alrededor como un turista en el Taj Mahal
y volvió a centrarse en el cuerpo de Ana María y sonrió lascivamente).
-
¿Y
mi regalo? (dijo intentando aguantar el pose pero
la sonrisita se le escapaba)
-
Ummmm
¿tú regalo?,¿ tu regalo?, déjame pensar ¿dónde habré puesto yo tu regalo?
¿quizás aquí? (dijo quitándose una zapatilla y
mirando dentro) ¿quizás en la otra? (se
quitó la otra zapatillas y miró dentro. Mark la miraba obnubilado) . No aquí tampoco quizás esté debajo de aquí
(dijo quitándose la blusita)
-
Me
ha parecido ver algo ahí (dijo Mark
aguantándose la risa mientras señalaba los shorts de Ana María).
-
¿Aquí?
(dijo fingiéndose la inocente)
-
Si,
si, creo que justo ahí de bajo.
-
Pues
habrá que mirar (Mark asintió como un tonto y Ana
María empezó a reírse pero enseguida volvió
al juego). Pues no había nada.
Pero yo estoy segura de haberlo traído (dijo quedándose en ropa interior). Puede que se me haya resbalado por el escote.
-
Si,
a veces pasa (dijo Mark que estaba disfrutando como
un niño del jueguecito que se traía Ana María), lo mejor será que te quites el sujetador para que nos cercioremos.
-
Si,
eso será lo mejor (y se quitó el sujetador de una
forma que Mark estaba seguro que era la forma más sexy de la historia). Pues tampoco está. ( y se mordisqueó el
labio inferior y lo miró como una niña inocente, aquello hizo que Mark se
pusiera en píe de guerra, Mark y el pequeño Marquito, por supuesto).
-
Pues
ya solo queda un sitio donde pueda estar
(dijo Mark fingiendo también inocencia).
-
Eso
parece (y Mark se fue hacia ella en plan
seductor. Ana María lo paró antes que pudiera besarla) alto ahí ¿y tú? ¿ti me traes algo?
-
¿yo?
(ahora Mark no entendía nada él solo quería besarla,
abrazarla y todo lo demás)
-
Sí,
si, tú (le dijo apuntándole con el dedo en el
pecho). ¿no lo tendrás escondido ahí
debajo de tu camiseta (y empezó a quitarle la camiseta, entonces Mark
entendió, y sonrió de nuevo)
-
Frio,
frio (dijo como cuando se jugaba al
escondite).
-
¿Quizás
ahí? (dijo quitándole una de las zapatillas y
mirando dentro) ¡ooooh tampoco! (puso
morritos) ya sé miraré en la otra (y
le quitó la otra zapatilla) Aquí tampoco (se puso triste) lo llevas escondido debajo del pantalón, pillín (dijo sacándole
poco a poco el pantalón. Ahora estaban los dos en igualdad de condiciones. Mark
el slip y Ana María en bragas) Ummmm
parece que tienes algo ahí escondido lo veo sobresalir jejeje (dijo
tocándole suavemente el pene por encima del calzoncillo).
-
No
soy el único que esconde cosas, señorita
(y deslizó sus dedos por debajo de las bragas de Ana María y empezó a
masturbarle. Ella no se lo esperaba y soltó un gemidito). Vaya, vaya, señorita, creo que por aquí encontraremos algo.
-
Jejeje.
No sí encuentro yo mi regalo primero ( y le bajó el
calzoncillo de un tirón)
Lo
que pasó a continuación es lo que Mark llevaba tiempo esperando que pasara,
para su sorpresa aquella fue la primera vez de ambos. Aquello hizo que después
de los juegos preliminares en que ambos se había vueltos unos expertos a la
hora de la penetración fuera bastante tosco y escueto. Pero Ana María por miedo
que la tachara de frígida no dijo nada, además se había corrido con la lengua
de Mark, aquello solo había sido un trángulo que pasar, estaba segura que las
siguientes ocasiones sería mejor. Mark, se sintió en el séptimo cielo, pero
también tuvo que reconocerse a sí mismo que fue todo muy breve y poco romántico.
La parte del jugueteo había sido genial, pero a la hora de penetrarla se había
vuelto todo como muy raro. El miedo de hacerle daño, de no saber hacerlo, de
que ella no le gustara, y después encima no tardó casi anda en venirse. Después
de aquel primer polvo torpe y rápido los dos se quedaron abrazados desnudo un
buen rato, aquello era agradable y dulce y compensaba la torpeza de ambos de
minutos atrás.
-
Sé
que es el peor momento para decirlo pero…gracias por aguantarme
(dijo Mark).
-
Jajaja
de nada, chico (dijo poniendo voz grave como de
un señor con bigotón). Eres tan dulce que debería empezar a inyectarme
insulina.
-
Eyyyy
(dijo mirándola con cara de estar un poquito indignado).
-
Cuando
te vi en la piscina pensé que eras un turista de esos que viene solo a
pasárselo bien. Pero en cuanto hable contigo supe que ibas a ser mío
(le besó apasionadamente). Mark Erwin
Geldof eres el chico de 15 años más maravilloso con el que jamás me haya
acostado.
-
Jajajaj
soy el único.
-
Eso
es porque ya no quiero que haya ninguno más.
-
Yo
tampoco, ojala pudiera pasarme el resto de mi vida así, los dos abrazaditos.
-
Desnudos.
-
Ahora
que lo mencionas jejeje eso también está muy bien jajaja (rieron
los dos) ¿te apetece repetir? (Ana
María lo miró y se preguntó si la segunda vez iría mejor que la primera. Mark
se preguntaba lo mismo, quería que Ana María disfrutara cono las chicas de las
pelis pornos que estaba cansado de ver)
-
¿Por
qué no? Jajajaa (y empezaron de nuevo, as caricias,
besos, abrazos, mordisquitos, jugueteos y el segundo polvo de la mañana. Que si
fue bastante mejor, pero aún no se parecía a lo de las películas. Pero sin duda
ese segundo polvo hizo que los dos se tranquilizasen un poco, el sexo era algo
en que se podía mejorar. Y yo empezaban de cero por lo que podían mejorar
mucho).
-
Gracias
por mi regalo (le dio un beso)
-
¿Esto?
esto no fue tu regalo, nene, fue el mío, es mi recompensa por aguantarte y por
ser tu novia aunque te pases al vida encerrado. Hace un mes que llevo siendo la
novia de un presidiario. Pero ni se te
pase por la cabeza que ya has saldado tu deuda conmigo.
-
¿y
te la vas a cobrar toda en especies? Jajaja
-
TODA
(deletreó Ana María muy lascivamente o eso le
pareció a Mark)
-
Me
siento un hombre objeto jajajaj
-
Jajaja
ya te gustaría a ti. Anda vistámonos que aun he de darte tu regalo
-
¿en
serio que no era esto?
-
Claro
que no, esto no es un regalo, bobo
-
Si,
si que lo es (dijo con cara de pervertido)
-
Burrooooo
( y empezó a vestirse)
-
¿hay
que vestirse ya? (protestó como un nene pequeño)
-
Si,
ya recordé donde puse mi regalo jejeje y
mi regalo no está aquí jajaja (Ana María fue
a por su bolso y sacó un sobre y se lo dio). Feliz cumpleaños, gingerman.
-
Noooooo
lechuguita, lo que quieras menos gingerman, me llamaban así en parvulario.
-
Como
eres más pequeño que yo, entonces…
-
Soy
más alto, y solo soy 6 meses más pequeño que tú.
-
Ya
bueno yo empezaré el bachillerato este año, a ti a un te queda un año más de
secundaria (dijo haciéndose la chulita) y deja de replicar a tus mayores y abre el
sobre, jooo (dijo perdiendo así toda madurez que pudiera haber tenido en
algún momento. Mark le sonrió y abrió al fin el sobre y cuando sacó el papelito
abrió mucho la boca y se quedó sin palabras).
-
Pero…soy
menor, jamás me
-
¡Ey!
Es amigo de mi hermana, más bien…es el ex de Lucia, así que ni una palabra ni a
Lucia ni a Adri, no quiero problemas.
-
¿ni
una palabra? Estás loca si crees que voy a decírselo a alguien.
-
Yo
también me haré uno (dijo picaruela)
-
¿Y
qué te tatuarás tú?
-
Jejeje
un muñeco de jengibre jajaja, ya sabes como el de Shrek.
-
Entonces
yo me tatuaré una lechuguita.
-
Si,
eso sería super-romántico, así rememoraremos este día (
Mark la miró y sonrió como si fuera a olvidar ese día).
-
Pero
en serio que no dirán nada por nuestra edad..
-
Nooooo
ya te he dicho que el tatuador es amigo mío, él mismo me dio ese vale.
-
Peroooo
-
Tranqui
Mark, aquí no somos tan estirados como en Holanda, si te lo hace una migo, no
pasa nada. Y no te creas, Robert es un auténtico artista y además es un obseso
de la higiene y esas mierdas. Además no es del todo un tatuaje, es con
InfinitInk (Mark la miró como si hablara en chino)
Que no es permanente, solo duran seis
meses a más durar.
-
¿podemos
ir ahora?
-
Si,
quedé con él a la una. Pillamos una hamburguesa por el camino y vamos.
-
A
las cuatro tengo que estar en casa.
-
No
creo que le lleve tanto tiempo, yo al menos no voy a hacerme nada descomunal,
-
¿y
dónde te vas a tatuar ese muñequito de jengibre?
-
En
un sitio donde solo lo pueda ver mi otro muñequito de jengibre (le
dio y lo besó dulcemente) ¿y tú?
-
Tiene
que ser en un sitio donde no se vea, porque si me lo ve mi madre me mata.
Aunque sea removible.
-
Entonces
háztelo en el culo (dijo tan natural Ana María. Mark
sabía que ese no era un buen lugar, para nada era un lugar seguro. Pero eso no
se lo diría nunca a su novio y mucho menos después de haber perdido la
virginidad con ella).
-
En
la muñeca, como llevo siempre la muñequera esta, creo que es el mejor sitio
-
No
sé Mark, ¿no prefieres en el trasero? O justo donde acaba la barriga y empieza…(sonrió
con malicia mientras le miraba la zona)
-
¿en
el pene? (dijo abriendo muchos los ojos)
-
¡No,
burro no! Arriba justo aquí, a un ladito (dijo
tocándole muy sensualmente la zona: Mark lo pensó un rato, aquel era un buen
sitio aunque su madre le bajara los calzoncillos siempre era bocabajo y cuando
ya estaba sobre su regazo así que no había problema. él único que le hacía
bajar los pantalones era Pedro y con cubrirse sus partes como siempre hacía ya
no vería el tatuaje ¿no?).
-
¿Y
tú crees que ahí me quedaría bien?
-
Ummm
ahí te quedaría supersexy.
Mark
y Ana María fueron a la tienda de tatuajes de Robert, y como le había dicho Ana
María que al no utilizarse agujas y no ser permanente no era necesario ser mayor
de edad ni el consentimiento de los padres. Aunque Robert dijo que de 6 meses
nada el tatuaje duraba dos años. Mark y Ana María se miraron. Y decidieron que
igualmente se lo harían, dos años, no es como si fuera para toda la vida. Y
aunque así fuese, gustosamente se harían un tatuaje de verdad pero ninguno de
los dos tenía la edad legal para hacérselo.
Así
que no lo dudaron y siguieron para delante con lo de tatuarse. Los chicos le
dijeron más o menos lo que querían hacerse y donde y Robert que tal y como
había dicho Ana María hizo su interpretación del tatuaje. Al salir del local de
Robert los dos salían muy satisfechos con sus respectivos tatuajes, y ambos
estaban deseosos de volver a poder vérselos el uno al otro de muy cerca.
A
las cuatro en punto abría Mark la puerta de su casa.
-
¿Mark,
eres tú? (gritó Cristina des del salón al oír la
puerta).
-
Siiiii
(Mark pensó que esa era una de las estúpidas preguntas de su madre. Claro que
era él. En casa solo ellos tenían las llaves y si los tres estaban en cas solo
podría ser él. Pero aun así, ella preguntaba cada vez).
-
En
el salón (volvió a gritar Cristina. Mark rodó
los ojos y fue hacía al salón).
-
¿Y
Ana María? ¿no viene contigo?
-
No,
quería pasar por casa a cambiarse primero. Vendrá luego con Adri y Lucía a la
fiesta.
-
¿qué
tal lo pasasteis?
-
Bien
(dijo muy seco, ni de coña iba a hablar de su mañana
con Ana María. Cristina miró a Pedro y torció el hocico al oír una respuesta
tan seca de su hijo. Pedro le echó una miradita para que lo dejase estar).
-
El
teléfono no ha dejado de sonar en toda la mañana.
-
¿en
serio? (dijo sin mostrar ningún tipo de interés
mientras se tumbaba en el sillón poniendo los zapatos sobre la mesita de café y
Pedro dándole un manotazo en el pie para que los bajara, Mark gruñó y Pedro lo
miró de reojo muy serio. Aquello se había convertido en una rutina en casa).
-
Jooo
es mi cumple
-
Jooo
es mi mesita de café (dijo Pedro
imitándolo).
-
¿Y
quién ha llamado? (dijo para cambiar de tema).
-
Tus
primas, tus tíos, mis padres, los abuelos de Holanda (Mark
iba poniendo muecas de aburrimiento o asco), tu padre (Mark se puso serio un segundo pero después volvió a su
pose de chico duro), llamará luego a la
noche.
-
No
sé porque me han llamado si los voy a ver en la fiesta
(obviando el tema de su padre).
-
Es
una costumbre, solemos llamar para ser los primeros de felicitar aunque después
nos vayamos a ver.
-
Yo
también lo hago (dijo Pedro) jajaja (se rieron Cristina y Pedro mientras Mark los miraba con
cara de desprecio).
-
Cariñito
¿quieres mi regalo ahora, o luego en la fiesta?
-
Ahora,
a menos que quieras que lo desprecie como tengo pensado hacer con los estúpidos
regalos que seguro que tus hermanos o los opas me han comprado.
-
Maaaaaark
(dijo Cristina mirándolo enfadada)
-
Era
una broma mamá buffff relájate (dijo con malicia mientras
se reía de su madre).
-
Ya
conozco yo tus bromas y no les encuentro la puñetera gracia, hijo. Quedas
avisado puede que sea tu fiesta de
cumpleaños, peor como me la montes vas a empezar los 15 años con muy mal píe,
Marky.
-
Que
si, que si…¿y ese regalo fabulosos que va a elevarte al alatar de las super
madres, bien o no viene?
-
Pero
que tendréis los chicos duros que nos volvéis locas (y
le agarró los mofletes y se los pellizco. Cristina lo hizo con toda la maldad
del mundo. Sabiendo que aquello le sacaba de las casillas a su hijo).
-
¡Mama! (le dijo Mark indignado).
-
Anda
cielo, abre el armario de la entrada, verás un paquete, es tu regalo
(Mark olvidó en el acto el enfado y dio un bote del sillón y corrió hacia el
armario. Sacó el paquete y se sentó allí mismo en el suelo y empezó a abrirlo.
Pedro y Cristina tuvieron que ir hasta la entrada para no perderse la cara de
Mark al ver su regalo. Cristina miraba a su hijo quizás ya fuera mucho más alto
que ella, pero ahí sentado en el suelo, le recordaba a cuando era muy pequeño y
era la mañana de Navidad y abrían los regalos).
-
¿qué
es? (pregunto al quitar el papel de
envoltorio y ver una caja de embalaje toda de color plateada)
-
Tendrás
que abrirlo para saberlo, hijo.
-
Mark,
sea lo que sea te aseguro que no es el anuario de playboy que me dejaste hacer
cuando te pregunté qué quería para tu cumpleaños.
-
¿te
pidió eso? (preguntó sorprendida Cristina)
-
Sí,
pero tranquila, le dije que la pornografía se la compraba él, como hemos hecho
todos a su edad jajaja
-
No
sé cuál de los dos es peor (dijo Cristina negando
con la cabeza)
-
Él
(dijeron Pedro y Mark a la vez señalándose el uno al otro. Cristina no pudo
evitar reírse).
-
¡Oh
dios mío, mamá! ( y saltó al cuello de su madre y la
abrazó muy fuerte. Cristina rio, en ese momento se sentía la mujer más feliz
del mundo). Como siempre te has
superado, sigues manteniendo el título indiscutible de mejor madre del mundo.
-
¿Un
patinete? Eso es lo que llevabas con tanto secretismo? (dijo
Pedro sorprendido) pero si Mark ya no es
un niño para ir en patinete ¿no? (Mark y Cristina miraron a Pedro dieron un
bufido y resoplaron, todo esto sincronizados al milímetro).
-
¡No
es un patinete, Es un “Plan B”! mamá te debe haber costado una fortuna, no
debiste, ahora ya no somos ricos.
-
Jamás
lo fuimos, Mark, pero no todos los días mi bebé cumple 15 años.
-
Mamaaaaa.
-
Estaba
indecisa entre un “plan B” y un “Birdhouse”.
-
Los
Birdhouse son carísimos, mamá, ¡estás loca!
-
Si,
pero por el precio de un Birdhouse te he comprado este y toda la equipación
completa y sabes que
-
Que
sí que nada de salir a hacer el cafre sin el casco.
-
Sin
el casco y las protecciones.
-
Sin
el casco (volvió a probar Mark como si estuviera
negociando)
-
¿Sin
el skate?
-
Ok,
ok, tú ganas, y sigues siendo la mejor (le
volvió a dar un beso a su madre). Voy a
bajar a probarlo.
-
No,
Mark, ya lo pruebas mañana, ahora ve a ducharte y a cambiarte, para al fiesta.
-
Ey
ey sigo aquí sabéis (dijo Pedro un poco
indignado por el esquinazo que le acababan de dar tan descarado) Y yo también te compré algo, aunque no sea
tan super-mega-guay como el “plan b”. (cristina miró a Pedro y se rio)
-
¿celosete?
-
No,
claro que no (dijo Pedro muy serio). Pero también tengo un regalo para Mark (le
dijo a Cristina a la defensiva). Claro que
no creo que después de como me ha tratado este último año estuviera muy
obligado a comprarle nada.
-
Pues
no haberlo hecho (dijo Mark que ese había sentido
un poco herido por ese comentario).
-
Pero
como este verano te has portado un poco mejor de lo que nos tienes
acostumbrados y parece que vas madurando, pues…bueno que te he comprado algo por
tu cumpleaños.
-
Me
quieres (dijo Mark poniéndole morritos). Venga Pedro, no te hagas el duro,
reconócelo te mueres por mis huesitos, te gusto. No pasa nada Pedro. No hay de
que avergonzarse. Soy irresistible, me pasa constantemente (dijo Mark sin
escapársele ni una risa).
-
¿Sabes
qué otra cosa te pasa constantemente? LA REGLA
-
No,
los hombres no menstruamos, Pedro si fueras más a la escuela lo sabrías.
-
Anda
y sube para tu cuarto que te lo he dejado en el escritorio.
-
Si
es un libro de ejercicios de lengua te juro que te lo puedes meter por el…
-
¡MARK!
(le paró su madre a tiempo echándole una mirada
matadora).
-
No
es un libro de ejercicios de lengua, pero ahora que lo mencionas te hubiera
sido de mucho provecho, quizás para Navidad…Anda sube (dijo
Pedro riendo).
-
Jejeje
estás tú de muy buen humor hoy (le dijo Cristina a
Pedro bajito una vez Mark corrió hacía su habitación).
-
Es
un día de fiesta y ya sabes lo mucho que me gustan las fiestas
(dijo agarrándola por la cintura y besándola en el cuello)
-
Jajaja
ya veo. Anda vayamos arriba ¿no querrás perderte la cara de Mark cuando abra tu
regalo, verdad?
-
Pero
en serio ¿no es muy grande ya para patinetes?
-
Grrrrrr
(gruñó Cristina deshaciéndose del abrazo de Pedro)
-
¿qué? (dijo sin entender nada)
-
Que
mi hijo es skater, y des de que su padre se fue no ha vuelto a subirse a un
monopatín. Antes vivía para eso.
-
¿antes?
-
Tiene
15 ¿Cuándo fue antes? ¿Cuando estaba en tu vientre?
-
Buffff
Pedro, a veces me agotas tú más que el niño Plass (le
dio un cachete en el culo) anda sube a
ver como abre tu regalo (Pedro obedeció).
-
Es
el día de las cajas, pero esta pesa
-
¿no
la abres?
-
Os
estaba esperando (y empezó abrir, en cuanto quitó
el papel de regalo vio que era una mesa de mezclas para conectar al ordenador) ¿Cómo? Como lo sabías. Esto…guauuu… Pedro…
yo…yo no sé qué decir
-
Lo
habitual en estos casos es “gracias” (le dijo Pedro
osnriendo)
-
Gracias
pero es que guaaau esto es…no puedo aceptarlo, es demasiado.
-
Más
vale que lo aceptes, por que estaba en oferta y no aceptan devoluciones.
-
¿Pero
cómo sabías que quería una?
-
Me
lo dijo un pajarito (Mark miró extrañado a su madre. Cristina
le dijo que ella no) Tu tío Óscar, decía
que cuando bajabas a ayudarle a la tienda te estabas un buen rato en la sección
de música. Es más un día me dijo que logró una venda bastante suculenta gracias
a ti. Además llevo meses viendo como te
pasas el día jugando ese jueguecito de mezclas.
-
Gracias
(Mark se quedó sin palabras y se ruborizó).
-
De
nada (le sonrió Pedro) pero te digo lo que tu madre
-
¿qué
me ponga el casco?
-
Los
cascos, auriculares Mark y solo después de haber acabado las tareas de la
escuela ¿entendiste?
-
Si,
si, no sufras, uso responsable, lo capté, gracias.
-
¿soy
ahora yo la super mamá? (dijo Pedro riendo, cristina
le dio un golpecito en el brazo).
-
Jajaja
no Pedro, aunque seguro que tu regalo es más caro y no miento cuando digo que
es una pasada, mamá sigue siendo la mejor super-mamá del mundo. ¡Es una “Plan
B”, tío!
-
Jajajaja
(sacó pecho Cristina y se rio). ¡Yo gano!
-
Jajaja
-
¿quién
gana? (preguntó Bea que acababa de salir de la
ducha y al oír las risas fue a ver qué pasaba) .
-
Tu
madre (dijo Pedro rodando los ojos). Por lo visto el regalo a tu hermano era
una especie de competición.
-
Bufff
todos los años lo mismo (dijo rodando los ojos
Bea y se fue para su habitación).
-
Eyyy
tú, no tan aprisa (le gritó su hermano) ¿y mi regalo?
-
Ya
te lo daré en la fiesta.
-
¡Noooo,
lo quiero ahora! Reclamo mi derecho de cumpleañero de tener mi regalo ahora (y
se fue tras su hermana, Pedro miró a Cristina y empezaron a reírse ¿en serio
ese chico cumplía 15 años?)
-
¡Madura
Mark! Y le tiró su regalo a la cabeza (Mark lo pilló
al vuelo)
-
¿Ropa?
(dijo anda más tocar el paquete con cara de asco).¿quién sabe Mark? ¿quizás es lencería fina par Ana María? (dijo
burlándose de su hermano)
-
¡Beatriz!
(le riñó su madre) No me gusta que os
hagáis ese tipo de bromas.
-
¿una
broma? (dijo poniendo morritos Mark) entonces ¿no lo es? Ya sé es un picardías
para mí (y se puso a hacer poses sexys, Beatriz empezó a hacer como que le
daban arcadas. Pedro no podía parar de reír) mua muac sexy sexy Mark es sexy sexy.
-
¡Mark!
(le riñó su madre) ¿qué acabo de decir?
-
¿Que
tienes el mejor hijo del mundo? (y le dio un beso en la
mejilla a su madre. Cristina dio un bufido y alzó las manos al cielo. Tenía que
tener más paciencia que un santo con esos dos)
-
Anda
abre de una vez el regalo de tu hermana.
-
Si
mamiiiiiiiiii (dijo riendo con vocecita de niño
repelente. Y abrió el paquetito. Cuando vió que era una camiseta del Feyenoord
con su nombre empezó a darle besos a su hermana)
-
Puajjjj
quita, puajjj argg que asco Mark, noooo (dijo
riendo Bea mientras intentaba apartar a su hermano) si lo sé te compró un cd de
música.
-
¿del
Feyenoord? (preguntó osrprendido Pedro)
-
Si,
y como me digas que eres del Sparta te juro que mañana mismo te rajo las ruedas
del coche.
-
Ajax
(dijo Pedro sabiendo que también había rivalidad
entre los seguidores del Ajax y los del Feyenoord).
-
Mamá,
no te puedes casar con él, no podemos vivir en el mismo techo que un seguidor
del Ajax, mañana mismo volvemos al apartamento de la tienda. (dijo
muy digno Mark).
-
Cariño,
Pedro se está metiendo contigo ¿Qué no lo ves? Pedro no es de ningún equipo Holandés.
Además de ser de algún equipo de futbol Holandés, sería del mejor, del
Excelsior. jajaja
-
¡Arriba
Excelsior! (se apresuró a decir Pedro, llevándose un
fuerte abrazo y beso de su madre).
-
Grrrrrrrrr
como si no tuviera suficiente con mamá (Mark
se puso la camiseta de su equipo favorito).
La
fiesta de cumpleaños fue muy bien, para sorpresa de Cristina. Mark estaba de un
estupendo buen humor, y estuvo muy cercano con sus tíos y abuelos, incluso jugó
un poco con sus primas. Sobre todo con Laura que sabía que estaba
platónicamente enamorada de él. Y claro que te idolatren es siempre agradable
aunque sea una mocosa de 11 años. Por supuesto las estrellas de la fiesta
después de Mark fueron Grace y Richie. Y todos absolutamente todos le hicieron
regalos, y al ser una familia tan numerosa eso significa muchos regalos para
Mark. Que estaba encantado. Su madre se lo quedó mirando un par de veces, Mark
se le veía muy alegre y social, hacía la menos 4 años que no veía a su hijo
así. Y durante unos segundos pensó que quizás nos e debía al hecho de cumplir
los ansiados 15 años, quizás hubiera algo más, quizás drogas. Que no fueran
drogas. Pero después vio como le ponía una mueca de asco a su tío Juan cuando
él no miraba y respiró aliviada, ese era su chico.
Después
de incordiar mucho, Óscar dejó que Pablo se quedara a dormir con Mark. El pobre
chico vivía en la dictadura de las mellizas y estar con Mark le sentaba bien.
Aunque a Óscar a veces le daba miedo que su hijo se volviera tan deslenguado y
descarado como su sobrino. Pero le agradaba que su hijo sintiera esa afinidad
por alguien de la familia. Normalmente en las reuniones familiares las niñas
jugaban entre ellas y él se quedaba sentado en el sofá calladito viendo la tele
o jugando con algún juego de la consola. Mark había logrado algo que solo
habían logrado Óscar y la señora Eugenia, que Pablo se mostrara astuto y lleno
de energía. Pablo era así era un niño extraordinariamente inteligente, con una
gran dote de observación y con un sentido del humor bastante retorcido. Eso
último era lo que hacía que su padre y él se llevaran también, porque ene so
Óscar y él eran clavaditos. A Mark también le hacía gracia esa apariencia de
mosquita muerta de Pablo, pero cuando la dejaba ir era como un bofetón en toda
la cara, pero si ¡n ser doloroso, solo que te dejaba impactado y sin saber que
decir. Mark se lamentara que Pablo fuera tan pequeño de haber sido de su edad
seguro que habían salido de marcha por ahí, se lo hubieran pasado genial. Pero
al fin y al cabo, Pablo era aún un niño.
Ana
María estuvo muy correcta toda la noche, sabía que cada vez que hablaba con
Mark las miradas de Lucía, Cristina y Adrián caían sobre ellos dos. Y
sinceramente no era algo muy de su agrado. Así que estuvo hablando con todos en
la fiesta. Aprovechó que a los padres de Adri ya los conocía y se quedó un rato
hablando con el señor Ricardo, después con Bea, y ya finalmente salió a la
terraza de la planta de arriba a fumarse un cigarrillo, porque ya no aguantaba
más.
-
Eeyyyy
si te pilla tu hermana ¿Qué? (dijo Mark quitándole
el cigarrillo y dándole una calada y después se lo devolvió).
-
Buffff
(resopló Ana María)
-
Lo
siento, mi familia puede ser muy agobiante, lo sé.
-
No
es tu familia la que me agobia, bueno Adri un poco, es sobre todo mi hermana y
tu madre.
-
¿te
ha dicho algo?
-
No,
después de lo de “la pillada” que me habla de una forma escalofriantemente
correcta. Conozco a tu familia y nadie habla así. Bueno excepto tu padrastro.
-
¿Mi
qué?
-
Stepfather
(le aclaró Ana María en un inglés horrible pero que Mark entendió bastante
bien), ¡Mark, en serio tú no apruebas
lengua ni que se te aparezca la virgen del Pilar y te baile una jotica en medio
el examen mientras te canta las respuestas!
-
¿Ein?
-
Olvídalo.
Que es agobiante que todo el mundo te esté mirando esperando que en cualquier
momento me abalance sobre ti y te desnude y te viole en medio del salón.
-
¿hay
alguna posibilidad que eso pase? (dijo esperanzado
Mark. Ana María tuvo más remedio que reírse)
-
Quizás
para tu decimoctavo cumpleaños, si aún seguimos juntos.
-
Después
de decirme eso, claro que seguiremos juntos jajaja (y
la besó).
-
Mejor
que bajemos, antes que empiecen a pensar que estamos “retozando” como animales
salvajes.
-
Se
dice cupular. Lo sé, el maestrillo me enseñó.
-
¿te
enseñó a cupular? (abrió mucho los ojos Ana María)
-
Si
(Mark no se había dado cuenta que se había dejado el pronombre y que dicho así
podía generar mal entendidos).
-
Y
yo que pensaba que había sido yo esta mañana jajaja
(dijo Ana María la darse cuenta de que se trataba de un error en la
traducción).
-
¿qué?
-
Se
dice “el maestrillo me lo enseñó” sabes que suena igual de mal, déjalo. Jajaja
Y bajemos. Antes que empiecen a criticarnos y tacharnos de adictos al sexo.
-
Peor
es que yo lo soy. Ahora mismo solo hago que pensar en eso, en sexi, mucho sexo,
a todas, partes, en todos los sitios, a
todas horas y en todas las posturas, sexo con mi Lechuguita.
-
Jajaja
venga vamos hombre de jengibre
-
Ummmm
soy TU HOMBRE de jengibre, nena.
-
Jajajaja
pero que subidito lo traes jajaja
La
fiesta de cumpleaños se acabó sobre las once, en que Óscar, Elena y las
mellizas se fueron. Todos estaban agotados, así que pasaron de recoger y lo
dejaron para la mañana siguiente y se fueron a acostar. Pablo se construyó una
especie de cama con todos los cojines de los asientos del sofá de la salita y
el saco de dormir de Mark. Los chicos estuvieron hablando hasta la una que
Pedro subió, para reñir a su ahijado por estar aún despierto a esas horas y de
paso le echó un regaño, más leve, a Mark por lo mismo.
A
la mañana siguiente desayunaron todos juntos y empezaron a recoger el desorden
de la fiesta del día anterior. Pedro llamó a Mark a su despacho un momento y le
enseñó la regla.
-
Hoy
ya no es tu cumpleaños.
-
Pero,
está Pablo.
-
Lo
sé, por eso no te desperté esta mañana a las siete menos diez, y te los di. Es
un castigo por haber faltado a tu palabra y haber faltado a clase, no lo hago
para mortificarte o avergonzarte. Es porque quiero que se te meta en la
cabezota esa lo importante que es la palabra de uno y lo importante que son los
estudios para formarte como persona
-
Bla
bla bla (dijo cansado Mark, ese discurso de
Pedro era tan y tan repetitivo y aburrido).
-
Mark
(dijo mirándolo muy serio) cuando se
haya ido mi ahijado, después de comer, recibirás las 5 (enseñándole la
regla) y cuando acabemos de recoger, te
quiero sentadito en la mesa del salón estudiando.
-
Pero
Pablo…
-
Yo
me encargo de mi ahijado, tranquilo siempre he sabido mantenerlo ocupado.
Además en la salita hay una tele muy grande y una videoconsola con un montón de
juegos.
-
¿Él
puede jugar y yo no? ¡Y Yo tengo que ponerme a estudiar ese coñazo! (preguntó
indignado Mark, y a Pedro le sonó más una queja de un niño de primaria que a un
chico de 15 años).
-
Si,
Mark él puede jugar y tú no. Y él puede jugar porque hizo lo que debía durante
el curso y estudió, hizo sus tareas y sacó muy buenas notas, y ahora en verano
puede pasarse los días jugando y haciendo cosas menos “aburridas” que estudiar.
Y si tú hubieras hecho lo mismo, ahora en vez de quejándote como un niño de
primaria, estarías en la playa con Ana María, o arriba jugando con tu primo a
la videoconsola, o donde te apeteciese y tu madre te dejase (añadió
rápidamente). ¡Pero no, el señorito
quiso suspenderlas todas! Mark no siento ninguna lastima por ti, así que corta
el rollito y ponte a estudiar, en dos semanas llegan los exámenes de septiembre
y no has acabado aún temario.
-
Bufff
(resopló Mark).
-
Menos
resoplar y más estudiar Mark. Y si quieres poder salir esta tarde un ratito con
Ana María, no quiero más discusiones, ahora ve.
Mark
obedeció pero el fantástico buen humor del que había hecho gala el día anterior
se esfumó de repente. Y volvió a ser el mismo Mark deslenguado y arisco de
siempre
Sobre
las cinco de la tarde.
-
Mamá
salgo (dijo pasando rápidamente por el salón
camino de la entrada)
-
Alto
ahí (dijo Pedro).
-
¿Y
mamá? (dijo al ver que no estaba con él en el
salón).
-
Con
tu hermana, en la cocina están preparando bombones.
-
Ummm
(dijo relamiéndose).
-
Me
voy, estoy de vuelta a las diez.
-
Buen
intento, Mark. Cenamos a las nueve y media, a las nueve en casa.
-
Perooo
-
De
acuerdo, se lo preguntas a tu madre (Mark sabía cuál
sería la respuesta de su madre “en casa a las 9:00”).
-
Pero
ahora tengo 15 años.
-
Pero
sigues castigado…y eso me recuerda que tú y yo tenemos algo pendiente (Pedro
dejó el libro y se levantó del sofá).
-
Es
que ya llego tarde (puso como excusa Mark)
-
Puedo
ser muy rápido, no sufras por eso (le contestó
Pedro que sabe más el diablo por viejo que por diablo). Vamos al despacho (dijo agarrándolo por el cuello de la camiseta y
negando con la cabeza). Muy bien Mark,
ya sabes, pantalones abajo y sobre el respaldo de la silla.
-
Grrrr
(Y Mark empezó a desabrocharse los pantalones)
-
¿Qué
es eso? (exclamó Pedro señalando al sojitas de
lechuga que asomaban por el slip de Mark. Mark miró hacía bajo y se subió
rápidamente el slip lo máximo que pudo) ¿Mark?
¿Qué demonios era eso?
-
Nada
(dijo inocentemente)
-
Dime
que no te has hecho un tatuaje (dijo pellizcándose el
puente de la nariz)
-
No
me he hecho un tatuaje (dijo temblándole la
voz).
-
Bájate
el slip
-
¡Qué!
¡No!
-
Mark
te he dicho que te bajes el slip.
-
No,
ni hablar, maldito degenerado, si crees que me…(pero
Pedro le interrumpió de golpe)
-
¡CRISTINAAAA!
(gritó pedro, pedro odiaba que la gente se gritar, no costaba nada ir hasta
donde estuviese esa persona y hablar. Estaba cansado de decírselo a todos, así
que el hecho que acabara de llamar a gritos a Cristina hizo que Mark se
asustara bastante)
-
Nooooo
(dijo casi en pánico)
-
Siiiiii
(dijo furioso Pedro) ¿a ella también la
llamarás maldita degenerada? (Mark negó con la cabeza porque se había quedado
sin habla) a ver que tiene que decir tu madre de tus inquietudes artísticas.
-
Por
favor Pedro
-
¿sí?
(asomó la cabecita Cristina al despacho que aún llevaba el delantal puesto).
-
Enséñaselo
a tu madre (le ordenó Pedro, Mark negó con la cabeza)
-
¿Qué
me enseñe el qué? (preguntó Cristina que no entendía
nada pero que veía que pedro estaba furioso y que Mark estaba asustado) ¿Mark? (pero Mark solo bajó la cabeza. Cristina rodó los
ojos, eso no era buena señal) ¿Mark qué
es lo que me tienes que enseñar?
-
Nada
(dijo muy flojito)
-
Bájate
un poco el slip, solo un par de dedos, no tienes que enseñar nada solo la parte
de la ingle (le dijo Pedro. Mark ni se movió). Mark Erwin Geldof si he de ir para allí te
bajo yo mismo el slip pero hasta los tobillos y base de correazos (Mark
miró tímidamente a su madre y tragó saliva, y bajó un par de deditos el slip)
-
¡Oh
dios, mío! (gritó escandalizada Cristina) ¿eso es un tatuaje?
-
No
es permanente, me lo hicieron con un aerógrafo
(se apresuró a explicarse Mark. Cristina lo agarró de la muñeca y tiró de él y
miró con detenimiento el dibujo). Pedro
tráeme un algodón, la crema bronceadora y el alcohol (Pedro la miró
extrañada pero fue a por ellos). Si no
es permanente con una de estas dos cosas se borrará un poco, reza porque se
borre.
-
No
mamí (dijo en pánico), es una tinta nueva, no se borra
-
A
eso PLASS se PLASS llama PLASS tatuaje PLASS (le dio 4 palmadas bien
duras en el muslo derecho)
-
No.
No lo es, saldrá solo pero de aquí a un tiempo.
-
¿Un
tiempo? ¿Cuánto?
-
No
sé, un año.
-
¡un
año! ¿Dónde te lo hiciste?
-
¿qué?
-
Vamos
a ir ahora allí y quiero tener unas palabritas con el “artista”.
-
Nooooo
¿tú estás loca o qué? NO puedes (dijo horrorizado por
la idea que su madre le montara un escándalo. Cristina no pudo más y de un
tirón le bajó el slip del todo, se sentó en la silla y tomó la regla que Pedro
tenía sobre la mesa y le dio 20 reglazos, los 20 sobre el mismo punto ese donde
las nalgas y los muslos se juntan) ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS
ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS ZWASS
ZWAS.
-
AAAAAAAAAAAY
BWUAAAAAAAAAAAAAAAA BWUAAAAAAAAAA NOOOOOO NO MAMI AYYYYY DUELE AAAU ESO DUELE
NOOOO NO CON ESO AUUUUU PARA, PARA, YA NO MÁS, AYYYY BWUAAAA BWUAAA.
-
DE
TODAS LAS TONTERÍAS QUE HAS HECHO HIJO, ESTA SE LLEVA LA PALMA. MÁS VALE QUE
REALMENTE NO SEA PERMANENTE, PORQUE SINO HIJO, TE JURO QUE LA PALIZA QUE TE VOY
A DAR, SÍ QUE VA A SERLO ¡Vístete, nos vamos a ver a ese tatuador!
(Mark se subió la ropa rápidamente y seguía llorando) Plass (le dio una palmada muy dura justo donde acababa de descargar
al regla)
-
Ayyyy
-
¡Muévete,
que es para hoy!
-
Sniff
sniff no miento, no es permanente, lo juro sniff
-
Como
ya te he dicho más te vale, hijo. Y permanente o no, despídete de todos tus
regalos por una larga temporadita, y si quieres ver a Ana María, tendrá que venir
ella aquí, pero tú no vuelves a salir solo hasta que pueda volver a confiar en
ti (le dijo estirándole de la oreja y trayéndosela
cerca de la boca como si le fuera a contar un secreto)
-
Noooooo
-
¡Un
tatuaje! Maldita sea Mark, sabes la cantidad de enfermedades que puedes pillar
por culpa de las agujas.
-
Que
no hubo agujas ayyyyy que fue con un aerógrafo
-
Más
te vale, tira para delante, tira que me tienes contenta.
Cristina
efectivamente estaba furiosa, y cuando entró en el taller de Robert lo dejó
patente. Para Robert Cristian no era el primer padre furioso con él que se
enfrentaba. Aunque para hacerse tatuajes de verdad se tenía que tener 18 años o
el consentimiento de los padres, para los reversibles y los piercings eso no
era necesario. Y no siempre los padres veían con buenos ojos que sus hijos se
marcasen o se agujereasen sus cuerpos por una cuestión puramente estética o de
rebeldía. Robert logró calmarla, enseñándole la tienda, todas las precauciones
sanitarias e higiénicas que seguía. Después le habló de los tatuajes
reversibles, y que como le había dicho a Ana María y a Mark solo sería cuestión
de dos años, después son habría ni el más pequeño vestigio del tatuaje.
Cristina le echó dos miraditas más asesinas a su hijo la primera cuando escuchó
nombrar a Ana María y la segunda cuando escuchó lo de los 2 años. Pero también
se quedó más tranquila al saber que efectivamente no había habido agujas, que
el sitio era un lugar autorizado, que Robert era un tipo serio y que no era
permanente. Al llegar a casa mandó a Mark directamente a su habitación y tomó
el teléfono y llamó a vasa de Adri, estuvo hablando casi una hora con Lucia.
Lucia que era dermatóloga, se puso como una moto y nada más colgar a Cristina
llamó a sus padres y le contó lo sucedido. Para rabia de Lucia, su madre solo
lo tomó como una chiquillada de la niña, y que ya estaba al corriente desde
hacía tiempo que Ana María le hacía gracia esos tatuajes nuevos sin agujas y
que eran removibles. Lucía estaba aún más furiosa, Adri tuvo que frenarla para
que no agarrar le coche y se presentara en casa de sus padres para gritarle 4
frescas a su hermana. Pero ya lo haría, en cuanto la viera, le iba a cantar
ella las cuarenta.
Toc
toc (pico a la puerta Pedro, al oír llamar a la puerta de esa manera Mark ya
supe que se trataba de Pedro)
-vete (dijo entre sollozos Mark)
- Tenemos que
hablar Marky (dijo Pedro entrando en la habitación y
sentándose en la silla del escritorio).
- Tú no quieres
hablar, ella te ha enviado para que me pegues, quiere asegurarse que recibo una
paliza memorable ¿no?
- Sabes muy bien
que tu madre es muy capaz de darte una zurra memorable, no tiene que enviarme a
mí para nada. He venido para enseñarte algo
(Pedro se puso de píe y se bajó un poco el calzoncillo enseñándole un trocito
de su nalga derecha, en el había una especie de cicatriz pero se podía apreciar
aun lo que un día fue un corazón y el nombre de Diana). No tenía 15 años sino 25 cuando me lo hice. Estaba enamorado como tú,
para mí ella era una mujer extraordinaria, una entre un millón, como lo es Ana
María para ti, creí que nuestro amor duraría toda la vida, como tú. Pero no fue
así. Ella no fue la primera, pero fue muy especial en mi vida, quizás no me
diera hijos como Fred le dio a vuestra madre, pero era mi esposa y la amé. Y
cuando el amor se acabó y nos divorciamos, el tatuaje seguía aquí. Recordándome
un amor que se acabó, que dolió y que ya nunca más volvería. Y si, el láser lo
puede quitar, pero ya ves como se ve, una cicatriz fea ¿verdad? Una cicatriz
que me recuerda que las personas que nos marcan en la vida al igual no se
pueden borrar con un láser tampoco se puede banalizar con un dibujo. Me enfadé
contigo antes, porque cometiste el mismo error que yo, y ojala te hubiera
hablado de mi tatuaje, ojala lo hubiera hecho, así quizás te lo hubieras
pensado un poco
- es reversible,
peor de habernos permitido hacernos uno de verdad, lo hubiéramos hecho. Ana María
no es como tu ex.
- Claro que no
lo es, y mi matrimonio no falló por ella, un matrimonio se rompe por ambas partes.
Y en este caso yo tuve una gran parte de culpa. (confesó
Pedro) No digo que lo vuestro no vaya a
durar toda la vida. Solo digo que no banalices
lo que sientes por una persona con un estúpido dibujito en la piel. Yo
lo hice, y lo hice por los mismos motivos que tú, y me equivoqué, sé que nadie
aprende de los errores ajenos. Pero Mark, al menos ten presente lo que te digo.
- ¿Mamá sigue
enfadada? (le preguntó cuándo Pedro ya salía por
la puerta).
-
sí, y lo estaría por unos cuantos días.
- No tenías por
qué chivarte.
- primero ella
es tu madre, claro que debía saberlo, y segundo tienes 15 años Mark, no debiste
hacerte algo así sin su permiso.
- ¡Pero es mi
cuerpo!
- Pero ella es
responsable de todo lo que le pase a ese cuerpo. Y aunque no lo fuese, que por
lo que respeta la ley lo es, es tu madre y los padres siempre se sienten
responsables de todo lo que les pasa a sus hijos.
- ¡Eso son
tonterías!
- Eso opinaba yo
antes. Pero si hasta yo me he sentido responsable de que te hicieras ese
tatuaje, llevo toda la tarde mortificándome pensando que debí de hablarte de mí
tatuaje, nadie mejor que yo para explicarte lo que significa tatuarte el nombre
de alguien quien amas. Así que imagínate. Si yo que solo hace unos meses que
vivo con vosotros me siento así, ¿Cómo diablos crees que se siente tu madre?,
que te llevó dentro de su vientre 9 meses, que te parió, que te amamantó hasta
que pudiste comer algo que no proviniera directamente de ella, que te enseñó a
jugar, a andar, a hablar y que sigue educándote como buenamente
puede. Cristina está frustrada, cree que te está fallando como madre, que lo
está haciendo mal. Pero ambos sabemos que no es así.
- Es porque ella
quiere sentirse así, eso no es culpa mía.
- Mark te lo
volveré a pedir, deja de actuar como un niño egoísta, no estás solo en esta
vida, tu madre, tu hermana, tu familia, joder hasta yo, joder, nos preocupamos
por ti porque te queremos. ¡Y si joder si tenías que pedirle permiso! ¡Maldita
sea Mark! si tienes que pedir permiso para salir de casa ¿Qué narices te hizo
pensar que no lo necesitarais para tatuarte? ¡Aunque sea reversible!
(Pedro estaba diciendo palabrotas y aquello le impactó a Mark. Y exactamente
como pedro le decía siempre a Mark, cuando uno pierde las buenas maneras y a la
educación el mensaje se pierde. Y Mark se había perdido que Pedro acaba de
decirle que se preocupaba por él).
- Pero…es mi
cuerpo (dijo casi en un susurro una vez más).
-
(Pedro suspiró agotado) Como tú quieras,
Mark, cómo tú quieras, así es como es siempre ¿no? Solo intento hacerte
entender pero hablar contigo es como hablar con un muro de hormigón armado.
(Dijo enfadado y se fue. Mark se quedó
estirado en la cama odiando a su madre y a Pedro hasta que se quedó dormido).
he sufrido mucho con este capitulo Mark es un niño muy oprimido por su madre y su padrastro
ResponderBorrarNo les costaba ser mas diplomaticos, tratar de hablar y creerle y hacerle sentir que lo oyen por lo menos una sola vez, ir con el a preguntar a ese lugar donde se hizo el dibujo ese, y luego en casa pues hablar de las cosas como son y el porque se enfadan o dejan o hacen algunas cosas, pero irse a tirar la paliza y eso de que el tal Pedro lo maje cada mañana me tiene conla piel achinada, de verdad
Un beso
adoro a este nene
Marambra
Como va pasando el tiempo en esta familia.
ResponderBorrarLo de los tatuajes me ha hecho reir, segun la descripcion parecen unas figurillas muy graciosas, como pues una lechuga y un muñequito de jengibre, nooooo, mas bien se va a quitar! jeje.
tán tán ta tan... tán tán ta tan, quiero quiero leer la boda de Cristina y Pedro.